32
—De acuerdo —dice Eunika. Los dos chicos la miran sorprendidos.
—¿Lo has hablado con nosotros? —le dice con dureza Bogdan — ¿Ahora no tenemos ni voz ni voto? ¡Increíble!
—¿Te vas a poner a discutir por algo insignificante ahora? —bufa de mala leche Eunika.
—Solo digo que podríamos haber hablado con nosotros antes de decidir por ti misma.
—¿Enserio vas a hacer una rabieta por eso?
Bogdan le ignoró olímpicamente y giro su cabeza para mirar hacia la pared que tenía justo al lado derecho. Yo no sabía si reírme o llorar, parecían unos críos discutiendo por una tontería.
—¿Os querías centrar en el motivo por el cual estamos aquí? Las disputas dejarlas para luego.
—¿Entonces qué haremos? Hay que organizarnos bien, si no todo será un completo desastre —habla de nuevo Eunika.
El único que no se había pronunciado desde que llegamos fue Aleksy, lo noto muy serio y algo distraído.
—Aleksy —lo llamo chasqueando los dedos delante de él y como había supuesto no me presta atención. Me acerco a su oreja para gritarle y que me haga caso — ¡Aleksy! —grito. Él casi pega un bote que salta de la silla donde estaba sentado.
—No hace falta que me espantaras —me mira de malas formas.
—No había de otra forma, ya que la primera vez estabas en la inopia y no me has prestado atención.
—¿Qué quieres? —ignora mis anteriores palabras para hacerme una pregunta con un tono bastante seco.
—Que prestes atención y que opines con nosotros, que para eso estas aquí. No eres un mueble más en esta habitación para que te mantengas callado.
Bufa.
—¿Para qué quieres que intervenga si están discutiendo? Si me ha molestado que lo decidiera ella sola pero discutiendo no vamos a llegar ninguna parte y tampoco vamos a salir de aquí.
—¿Qué?
—Lo que oyes Bogdan.
Parece ser que hoy Bogdan había amanecido con unas ganas tremendas de discutir con cualquier persona que se podría encontrar por el camino. Estaba descontrolado.
Yo creo que no le conviene discutir más de lo necesario, ya que lo más probable es que salga perjudicado.
A veces nos llevamos por los impulsos y eso nos lleva a hacer las cosas malamente, y no queremos que pase eso.
Si es por mí no vendría ninguno de los que ahora mismo se encuentran en el mismo espacio que estoy en estos instantes, pero da la casualidad que no puedo negarme a ello. Sin ellos no puedo salir de aquí.
—Hay una pregunta que me ronda por mi cabeza —hablo. Los tres inmediatamente para sorpresa mía, dejan de charlas entre ellos, que más una charla amigable parecía más una discusión.
—Dilo de una vez —dice Bogdan, notablemente cabreado y dejando claro que lo está.
—Primero te relajas y luego hablo —creo que voy entendiendo lo desesperante que es cuando te cabreas sin razón, la pagas con los demás y eres borde con alguien que no tiene la culpa.
—¿Qué me relaje? —pregunta.
—Eso mismo te he dicho. ¿Se te han taponado los oídos y no escuchas o que es lo que te pasa? Relájate de una santa vez, así no llegaremos a ninguna parte. Y para poder salir de este edificio tenemos que Sali los cuatro y dentro de esos cuatro también estas tú, que no se te olvide.
—Esto no es para discutir, solo es para que te des cuenta —me habla directamente a mi Eunika —. ¿Te has dado cuenta que todo lo que le has dicho a Bogdan lo haces tú?
No soy tan estúpido para no reconocer las cosas que hago y verlas reflejadas en las demás personas.
—No soy tan idiota para no darme cuenta de eso —ella me mira con cara de sorpresa. Seguro que creía que nunca lo iba a reconocer, pero da la casualidad que yo si acepto y me doy cuenta de lo que hago. Nunca me he hecho el loco.
—A veces parece todo lo contrario.
—¿Eunika tienes ganas de pelear? —Le pregunta Aleksy. Es evidente que si, pero voy a esperar a que responda.
—¿Yo? —Se hace la inocente mientras se apunta con el dedo a ella misma.
—Eunika —pone voz de advertencia Aleksy — ¡Basta ya! ¿No te aburres de iniciar o incitar a que se inicie una? Porque tengo que decirte algo, yo si lo estoy. Tenemos que hablar de un tema serio, no nos desviemos.
—No hago tal cosa — ¿Enserio? No me lo puedo creer que sea tan cínica de mentir delante de todos.
—Empieza a decir verdades por tu boca, no mentiras venenosas, que pareces una serpiente.
Esto se estaba poniendo algo muy tenso. Y yo lo único que quería es saber el plan que íbamos a trazar para después irme a mi habitación a descansar. Estaré sentado en una silla, pero lo que necesito es que mis piernas estén estiradas.
Ahora mismo se han callado y ninguno está hablando y si tengo que esperar a que alguien lo haga, me dan las uvas del año que viene.
—¿Tenéis algo en mente para salir de aquí? Hay cámaras por todas partes, estamos constantemente en vigilancia.
Ellos despiertan de donde quieran que estén en estos momentos y me prestan una mínima atención.
Voy intercalando mi mirada entre los tres para poder ver sus caras y gestos que hacen. Eunika niega, Bogdan se encoje de hombros y Aleksy esta pensativo.
—Dentro de tres horas aproximadamente Florián dejara el edificio, se irá de viaje —esa es una buena noticia, aunque realmente no nos sirve. Las cámaras siguen en funcionamiento, no es que por irse las vaya a desconectarlas. Y aparte de eso, los guardias que estén custodiándolas cuando nos vean pasar le van avisar a él directamente y ahí sí que tendremos serios problemas.
Y yo lo único que no quiero es meterme en más problemas.
—¿Y qué pretendes hacer? ¿Salir cuando él se vaya? ¿No se te ha pasado por la cabeza que aunque no esté, tiene todo vigilado?
—¿Acaso no se desconectan?
¿Dónde se ha quedado su sensatez?
—¿Te estas escuchando lo que dices? Es una pérdida de tiempo y lo único que lograremos es que Florián este de regreso y me haga algo o me encierre y no puedo esperar a que eso pase, necesito esos antídotos lo antes posible. Solo tengo una oportunidad.
Aleksy resopla. Sé que es bastante difícil encontrar un plan casi perfecto para salir de este lugar, pero al menos hay que intentarlo.
—¿Vosotros habéis pensado en algo? Estáis muy callados —me centro en Eunika y Bogdan. Los dos niegan con la cabeza — ¿Y que habéis hecho mientras nosotros estábamos hablando? —Parece que se han quedado sin habla ya que ni contestan — ¿Hay algunos puntos "ciegos" donde podremos pasar sin ser vistos? —Me dirijo a la única persona que sé que me presta atención.
—Los hay, pero hay que ser agiles y veloces —lo que me faltaba, yo antes quizás era ágil y algo rápido, pero en esos momentos en los que estamos, soy más lento que una tortuga.
—¿Cuántos minutos hay para ir de un punto ciego a otro?
—¿Minutos? Estas confundido, hay segundos.
¿Qué? Nos pillaran enseguida, no saldremos.
—Hay que ir a fijarnos y ver cómo podemos hacerlo.
—No vamos a poder salir —negativo hasta el final de mis días.
—¿Puedes dejar de ser tan positivo? —dice con ironía el pelirrojo.
—Que chistoso estas hoy —le aplaudo —, pero lo que digo es verdad, parezco una tortuga andando, no puedo estar más de dos minutos de pie. Me temblequean las piernas.
Si quizás ganáramos algunos minutos para poder tener más tiempo pues quizás podría hacerlo.
—¿Y si alguien distrae a los guardias? Ganaríamos algo de tiempo para poder avanzar y salir del edificio sin que nadie nos vea.
Mientras que Aleksy meditaba lo que le había dicho, me levante de la silla donde estaba sentado y caminaba un poco; de un lado de la habitación al otro para estirar un poco las piernas.
—Si alguien los distrae esa persona no podrá salir del edificio —me dice Aleksy. Me doy la vuelta para verlo a la cara y contestarle.
—¿No hay alguien de los que se encuentren aquí dentro en los que tengáis confianza y le pidáis el favor de que nos ayude? —pregunto. Esta sería una buena opción.
Camino hacia las sillas de nuevo y me siento en la silla que me corresponde.
De repente una sensación extraña llega a mí, cierro mis ojos sabiendo que han cambiado de color, y ahora están completamente rojos.
Hay dos opciones; que Florián me hable a través de la mente o que el humo aparezca. La segunda opción queda completamente descartada, ya que no estoy furioso.
Mis manos van a mi cara, tapando los ojos, todo se para a mí alrededor y siento como caigo al suelo a plomo.
—¿Extrañaste estas conversaciones?
—No, por culpa de ellas que parezco un hombre de más de ochenta años —lo escucho reírse, pero a mí no me hace ni pizca de gracia.
—Esto es lo que te mereces —sentencia.
—Si supuestamente esto es lo que yo merezco... ¿tú que mereces? Tú no mereces ni vivir maldita víbora. Me tienes retenido aquí en este edificio, que no he visto ni la luz todavía. Y por cierto...sigues siendo un maldito cobarde que no da la cara por nada, por eso usas estas conexiones por la mente. ¿No te atreves a enfrentarte de nuevo conmigo o qué? ¿Me temes? —suelta varias carcajadas antes de contestar.
—Que yo sepa no estas retenido en ninguna parte, puedes irte cuando te plazca. Sin embargo si sales quizás les pase algo a mi hermano querido o a tus padres adoptivos, ya que tus padres biológicos están muertos y enterrados.
—¿Y si no salgo de aquí qué? ¿Me tendré que quedar para siempre en este lugar sin ver la luz del sol?
—Al menos estas acompañado de tu medio hermano. Familiares tienes —sé que se refiere a él también, pero no lo considero parte de mi familia.
—Por nuestras venas correrá la misma sangre, pero escúchame bien lo que te voy a decir. Jamás te considerare de mi familia.
—Me dueles Zarek —todo lo que dice se lo toma a risa. Con él todo lo que le dices no tiene valor alguno. Es como si todo lo que dijeras fuera un chiste para él.
—¿A dónde te vas dentro de unas horas? —pregunto cambiando de tema completamente.
—¡Vaya, parece que las noticias vuelan! Exacto me voy en pocas horas, el destino no lo puedes saber, aunque estate tranquilo, a mi vuelta lo sabrás.
—¿Qué vas a buscar? —Tenía una idea de lo que podría ser, no obstante prefería que me lo dijera él.
—¿Acaso mi viaje tiene que ser por algo en concreto? —Se hace el que no desentendido.
—¡Florián! —Advierto — ¿Tanto te gusta marear a la gente?
—Según con la persona con la que esté hablando —admite.
—¿Qué vas a ir a buscar en el viaje? —intento de nuevo saber a dónde va y que va a buscar.
—Algo que le pertenece a mi hermano y que sirve para poder leer —el libro viejo. Creo que la travesía va a ser en vano.
—Que tengas suerte, y si no tienes más cosas que decir, voy a cortar esta conexión.
Parpadeo unas cuantas veces para que el escozor de los ojos baje un poco, y parte de eso para que mis ojos vuelvan a su color negro.
Cuando mis ojos se acostumbran a la poca luz de la habitación, puedo ver mejor que no me encuentro en el suelo del cuarto de Eunika, si no que estoy en mi habitación acostado en la cama.
A mi lado se encuentra el pelirrojo, parece que ahora se ha convertido en mi propia sombra desde que llegue aquí.
—¿Me has traído tu aquí? —con lentitud puedo girar el cuello y poder ver si hay alguien más en el cuarto, pero no, no hay.
—Claro, ¿quién más te podría traer? —pregunta con algo de diversión. De un momento otro se pone serio, y sé que vienen las preguntas serias — ¿Qué ha pasado? ¿Por qué has acabado en el suelo? Tenías los ojos rojos, ¿porque? Que yo recuerde los ojos solamente se te ponen de eso color cuando estas furioso y el humo aparece.
¿Florián hacia las llamadas sin ellos saberlo? Esto si es que es una total sorpresa. No me imaginaba esto.
—¿No sabias que me habla a través de la mente? —Abre los ojos sorprendido de lo que acaba de escuchar.
—¿Desde cuánto te pasa eso?
—Desde que os fuisteis del palacio. Al principio solo lo podía escuchar, sin embargo ahora puedo interactuar con él. Según vosotros yo habría planeado todo esto; yo el cuento ese todavía no me lo creo del todo
—¿Porque?
—Porque da la casualidad de que debería acordarme de al menos alguna mínima cosa. ¿Te crees que recuerdo algo? Ya te respondo yo. No.
—Si te digo algo, esto me parece un caos total.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Por supuesto, adelante —me anima.
—¿Dime realmente porque vinisteis a esconderos bajo las garras del ser más despiadado que se puede encontrar uno en la calle? —Aleksy iba a hablar, pero antes de que dijera algo, lo interrumpo —Y no me niegues nada de lo que he dicho ya que los dos sabemos que Florián no es un trocito de pan, ni de lejos.
—No teníamos a donde ir y resulta que el hermano de tu bisabuelo nos dio un techo en donde comer.
—¿A cambio de qué? —él nunca hace nada por hacer y sé que el alojamiento no es gratis.
—Vigilarte, debíamos hacerlo día y noche, saber dónde estabas, con quién. Si ibas a alguna parte saber cuál iba a ser tu destino; y toda la información que teníamos, toda se la teníamos que dar a Florián casi al segundo.
Sabía que era un maniático, pero se ha superado y con creces. ¡Me ha sorprendido!
—Espero no volverme tan maniático como Florián —suspiro.
No bromeaba con esto, está muy mal de la cabeza. ¿Mandar a tres jóvenes a que vigilen a una persona que hace cada maldito segundo del día? Nunca en mis dieciocho años de vida me había ocurrido esto.
—Nadie será tan calculador como él. Siempre quiere tener todo como él quiera. Y no puede tener todo cuando quiera. ¡Es imposible! Tiene que aprender eso, pero con el mal genio que tiene. ¿Quién se enfrenta a él?
—A mí no me ha hecho absolutamente nada.
—No serán por las ganas que tiene de verte destruido —lo miro ceñudo, sin saber de qué habla en concreto.
—¿Qué quieres decir?
—El no hace nada porque sabe que tú le ganaras, eres más poderoso que todos nosotros, y ahora que el humo también tiene sus seis brazos todavía más, y que no se nos olvide que de esos seis también puede surgir uno solamente y creo que más letal —ni se lo imagina —. Por la cara que acabas de poner ya me puedo hacer una idea de cómo es ese puño.
—Pero si no se manejar las habilidades que tengo, no sirve para nada.
—Con el tiempo iras aprendiéndolo, nunca aprenderás algo de un día para otro. Ni tú ni nadie. Somos humanos no robots.
—Cambiando de tema. ¿Cuándo hablaremos de cómo salir de aquí?
—Mañana, ahora necesitas descansar. Te vendré a buscar a primera hora de la mañana.
—Florián...
—El no vendrá en una semana y media aproximadamente.
No sé si podía confiar plenamente en él, pero por ahora lo hacía. No me había dado ningún indicio de que le estaba diciendo de lo que hablábamos a él. De los que si me tenía que preocupar un poco más son de Bogdan y de Eunika.
Aleksy se despide por última vez de mí, levantándose de al lado mío, que estaba medio tumbado también al lado de mi cama.
Cuando escucho que abre la puerta oigo su último adiós. Me acomodo mejor en mi cama y apago la luz dispuesto para dormirme.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top