27
No sé porque tenía el presentimiento de que el viejo tenía cautivos cerca de aquí cautivos a Alenka y a Julek.
Estos días me estaban viniendo unos pensamientos bastantes contradictorios por así decirlo. ¿Por qué debe haber siempre algún obstáculo que interfiera en lograr algo? Aunque en estos momentos ya no sé si sea bueno y malo. Tengo una sensación demasiado singular. Hace algunas semanas me dijeron que Nadzia era la esperanza. Aunque definieran esa palabra a mí no me serviría de nada. Ella, esa hermosa niña seria la esperanza de todo un mundo y la destrucción de la mía.
Lo que todavía no logro entender y no he hallado el motivo por el cual Florián la quería para ella. No le puede destruir a él, la cosa va conmigo. Necesitaba esa respuesta que me faltaba por saber y comprender.
Desde el día de mi cumpleaños, solo he hecho las cosas mal, he empeorado las cosas desde el minuto 0.
Se supone que mi "enemigo" era Florián, pero estaba demasiado cegado. El que realmente era mi enemigo era yo mismo.
Mi parte buena me diría que luchara contra mi yo malo. Pero... ¿De qué servirá eso? No solucionara absolutamente nada.
¿Y si todo esto estaba planeado desde un principio? ¿Y si yo soy la cabecilla de todo esto, pero no me acuerdo de nada?
¡Todo es una total mierda!
¿Cómo les puedo desparalizar? ¿Dónde escondo a mi hermana y a Julek? Hasta donde yo recuerdo, tengo un gran cariño a mi hermana, sea o no sea de sangre. Así que aún no sé cómo logre hacer todo esto y planearlo tan meticulosamente. ¿Tan retorcida tengo la mente? ¿Algún daño me habrán hecho? ¿Tan fatídico sería el daño que les estoy destrozando completamente?
Y después de pensar un buen rato y formularme preguntas, Florián vuelve a aparecer.
—Si el chico sabe pensar. Te ha costado semanas descubrirlo y llegar a alguna conclusión. ¿Lo que ha pasado hoy y lo que te he dicho te ha abierto la mente?
—Jamás seré peor que tú.
—Ya lo eres querido, ya lo eres. Has logrado mentir a cada uno de los integrantes de tu familia, tus amigos, tu servicio. Mataste a tus verdaderos padres sin tu ser consciente de tus actos.
—¿Como? ¿Qué es lo que me estás diciendo? ¿Yo matar a mis progenitores? ¡No blasfemes! ¡Me estas mintiendo! Yo no tengo ningún recuerdo de ellos, no sé quiénes son, no les pongo cara a ninguno de los dos. ¿Por qué me estas llamando asesino? Me quieres echar todas las culpas a mí cuando el verdadero asesino y culpable de todo eres tú Florián.
—No me hagas reír querido. En el fondo sabes perfectamente que tú eres capaz de hacer eso y mucho más. Eres atroz y despiadado. No tienes límites, ya que nadie te los ha puesto jamás. ¿Adivina quién es el que mando a Iwona y Dyzek al psiquiátrico?
—Tú.
—Puede ser que fuera yo, pero el que mandó a hacerlo fuiste tú. Nosotros solo somos piezas desordenadas que han aparecido desde que despertaste en tu cumpleaños. ¿Ya no recuerdas que despertaste en el palacio de los Chlebek? Tu palacio y del que una vez fue el de nuestros antepasados.
—Lo recuerdo perfectamente. Esa mañana estaba desorientado y no sabía cómo había llegado hasta ese lugar. Solo recordaba lo de la noche anterior.
—Todo lo que te ocurrió pasó en verdad, pero hay sucesos que los tienes borrosos y otros que no te acuerdas. Para saberlo tendrás que encontrarte conmigo una vez más esta noche. Cogerás la furgoneta que utilizaste para escapar y condujeras dos kilómetros por el camino del centro hasta llegar a otro cruce. Ahí te estaré esperando.
—¿Qué pasara con ellos?
—¿Ahora le entran remordimientos al gran Chlebek? No me lo puedo creer.
—Dímelo.
—Cuando tu entres en el coche y llegues a donde mí, saldrán de esa especie de trance.
—Por una vez te creeré.
Lo último que oigo es su risa. Dos segundos después estoy volviendo a ver normal, me quedo otros segundos observando a Witold, Miloslaw, Rafal y Dagmara, antes de partir de nuevo hacia la furgoneta que habíamos dejado aparcada.
No estoy consciente si hago bien o mal en ir, simplemente quiero saber de una vez por todas el inicio de todo y por qué empezó.
Cuando estoy en el asiento del piloto, me pongo el cinturón de seguridad, ante todo la seguridad. Arranco el coche una vez estoy listo.
De una vez por todas sabré la verdad. Sabré todo de cabo a rabo. No habrá nada que no sepa.
¡Estoy listo para todo, al precio que sea!
Como me ha indicado minutos antes Florián, sigo por el camino del centro y conduzco con precaución. No quiero sustos ni cosas raras de camino a mi destino. Aunque este "viaje" no dure ni diez minutos.
Veo al viejo parado en medio de la carretera, ese pelo grisáceo solo lo lleva el. Cojo un poco más de velocidad y pongo una sonrisa siniestra.
Él no sonríe, pero tampoco pone cara de asustado. Tampoco se inmuta, no hace ningún movimiento. Freno el coche cuando estoy a un milímetro de atropellarlo. Florián sigue demasiado serio.
Apago el motor del coche y estamos un minuto desafiándonos con la mirada, hasta que me aburro y sonrío de lado. Abro la puerta y salgo, cerrando a continuación.
—No me ha hecho ni pizca de gracia —me habla una vez he salido de la camioneta.
—Que humores traes a estas horas —me revuelvo el pelo caminando hasta llegar al capó de la furgoneta y apoyarme allí.
—Ni tú ni yo estamos para tonterías Zarek. Sígueme —demanda. Se gira para poder emprender el camino que para mí es una ignita. No sé a dónde me llevara.
—¿La camioneta la dejaremos ahí? —pregunto empezando a seguir sus pasos.
—Eunika vendrá más tarde a por ella — contesta sin siquiera pararse a hablar. Gruño —, no se para que refunfuñas, si supieras que era tu mano derecha... —dice bajo, sin embargo, lo escucho.
—¿Eunika mi mano derecha? ¿Te estas quedando conmigo? No me creo lo que acabas de decir ni muerto. No ocurriría jamás eso ni, aunque naciera mil veces.
—Quién sabe Zarek, quién sabe —hace una pausa, que hasta creo que no abrirá más la boca para hablar —. Espabila chico, no tengo toda la noche, aparte que en un rato empezara a amanecer.
—¿A dónde nos dirigimos? —aunque no lo quería admitir en voz alta estaba de cierta forma bastante inquieto por saber a dónde íbamos. Hasta que mi cerebro no tenga la información exacta y la comprenda, mi cuerpo no se relajara y seguirá tenso.
—No queda mucho para llegar, y hazme un favor.
—¿Ahora qué quieres? —bufo.
—Que te calles de una santa vez, al final me va a doler la cabeza de tantas preguntas innecesarias que haces.
—Innecesarias serán para ti, porque para mí son vitales, ya que no sé a dónde diantres me llevas. ¡Exijo saberlo!
—No estás en posición para exigir nada Zarek —por lo que me ha dicho hace minutos atrás por la "llamada" que hemos tenido, ha parecido como que yo era mucho peor que él. Así que el que no está en condiciones de hacer cosas mal aquí es él.
—Tu menos por lo que he entendido —me rio.
—No te confundas por lo que he dicho, ahora yo estoy al mando de todo lo que tu llevabas, hasta tus hombres me obedecen a mí. Tú no tienes ni voz ni voto.
¿Mis hombres? ¿Al mando? ¿Lo que llevaba? Estoy tan perdido que dudo encontrarme pronto.
—Tan ambicioso eres que quieres todo lo que me pertenece. Interesante, esto ya lo sabía pero que me lo digas de frente me hace reír mucho.
—Tú me lo has puesto en bandeja de plata y has caído redondo en tu propia trampa. Si construyes tu propia telaraña, intenta no enredarte en ella y salir mal parado.
—Nada ha finalizado Florián Chlebek. Como mil veces me has repetido. Tú serás un hijo de puta de primera, pero yo lo soy más. Estoy utilizando tus propias palabras contra ti.
Estaba empezando a arrastrar los pies a la vez que disminuía la velocidad de mis pasos. Había comenzado a caer gotas finas de agua. ¡Perfecto, lo que faltaba, lluvia! En estos instantes estoy odiando la lluvia.
—Eres tan desesperante —Florián se para y primero mira por encima de su hombro para ver si voy detrás de él, pero justo hace un segundo me he parado —, camina —me indica con la mano —. Te quiero ver andar a la par que mía.
—Me quieres tener vigilado —afirmo.
—Exacto.
—No sé el porqué. No conozco este lugar. ¿Cómo piensas que voy a escapar? —el niega con la cabeza y suelta una carcajada.
—De los dos, tu eres el más inteligente. Que todavía no te acuerdes es otra cosa, aunque ser el más inteligente no es siempre el que gana. Es el más rápido, y ese soy yo.
—¿Tan confiado estas? —intento burlarme, pero estoy en desventaja.
Me mira totalmente cabreado, se gira completamente para verme de frente, si le tuviera miedo, ya estaría echando a correr hacia alguna parte desconocida de este lugar. Pero como a estas alturas la cobardía no va conmigo lo desafío.
—A estas alturas nadie se acobarda Florián, así que quita esa cara que no darías miedo aunque la pusieras delante de un niño de dos años, es más; se moriría de risa con solo verte.
—No sueltes más estupideces por esa boca y empieza avanzar, eres peor que tener un grano en el culo. ¡Eres demasiado molesto!
—¿No te has escucho, verdad? Aburres a cualquiera con tus monólogos que a nadie le interesan.
—Si me hicieras caso no estaría hablando tanto, aunque parece que le hablo al aire ya que me contestas lo que a ti te plazca.
—¿Enserio piensas que te voy hacer algo de caso? No sé ni para que voy contigo para que me cuentes la verdad, si seguro que me cuentas cada milonga que no te la crees ni tú.
—No seré el único que te diga y muestre la verdad de todo —en estos momentos dudo de lo que me dice. Hasta de mí mismo.
—Llegamos ya o me planto aquí y no camino más. Estoy demasiado cansado para seguir de pie y andar no sé cuántos kilómetros. Ya que por si no lo recuerdas, hemos dejado la camioneta para ir andando.
—Por el camino el cual vamos a ir ahora, no podemos acceder en un vehículo — ¡perfecto! Podía haber empezado por ahí.
—¿Y no podías haber empezado por ahí? Luego no repitas una y otra vez que soy un cansino de tanto preguntar las cosas. Tú nunca respondes tampoco, y menos empiezas por el principio.
—¿Te estas nombrando a ti mismo o solo me lo ha parecido?
Me digo a mi mismo que me tranquilice y respire hondo para no explotar y decirle alguna cosa y nos enfrentemos y acabemos peor. Aunque algún que otro golpe se gana a pulso.
De un momento a otro el paisaje cambia, ya no estoy en medio de la carretera parado. Nos encontramos en un pasillo bastante apagado y con poca luz. Las bombillas por segundos se apagan y se encendían. ¿Acaso no tienen dinero para arreglar esta zona? Aparte que da un poco de escalofríos caminar por esta parte.
—Sé que el dinero os sobra... ¿Por qué no cambias unas cuantas bombillas? No se vería tan sombrío este corredor.
—¡Estas acojonado Zarek, reconócelo! — ¿Y eso a que viene?
—Simplemente es un comentario, no se ve por donde pisas. ¿Acaso tú ves algo? —Lo miro de reojo que sigue mirando al frente en vez de responderme —. ¿Antes de charlar con vosotros podré dormir un poco aunque sea?
Era consciente que lo estaba sacando de quicio. No sé si a estas alturas sería bueno o malo, por una parte era divertido.
—¡Cállate de una santa vez! —explota. Lo único que pude hacer yo fue reírme a carcajada limpia.
—Que poco aguante tienes hombre —sonrío con gracia. Me divertía esta situación, Florián no tenía mucha paciencia al igual que yo, y se desesperaba fácilmente.
—¿Y tú si lo tienes? No me hagas reír Zarek. Somos bastante parecidos. ¿Sabes lo que nos diferencia?
—¿Parecidos nosotros? ¡Estás loco! Vete a un loquero, lo necesitas —le recomiendo.
—Sí, pero al mismo tiempo diferentes —antes de que siga hablando, lo hago yo.
—Oye que si tanto ansias el poder y la riqueza te puedo dar todo lo que quieras —suelta una carcajada que me deja descolocado. ¿Acaso no quería eso desde el principio?
—No lo quiero, puesto que ya lo poseo. Tú simplemente me lo cediste cuando te empeñaste en cobrar una venganza que no te llevaría a nada. Y mira que tu mano derecha era Eunika, ya sé porque siempre se mete contigo, estará resentida —ríe.
Rápidamente viajo a un rato antes, al momento al cual me dijo algo parecido. Todavía no entendía nada y quisiera que ella me lo explicara, ya que era con ella la cosa, no con Florián, aunque para que sorprenderse si siempre tiene que estar atento a todo.
—No cantes victoria antes de tiempo, serás Chlebek pero aquí hay una más joven y más estratégico que tú.
—Pasa, no me hagas esperar más de la cuenta, que hemos perdido bastante ya, y no es que nos sobre el tiempo, al contrario, lo tenemos justo —que maniático. Tiene que tener todo a punto. Algo se le escapara, tiene que haber algo. Y también que lo desestabilice completamente. ¿Quién o que será su talón de Aquiles?
—¿Tienes que tener todo tan malditamente calculado? —pregunto con algo de curiosidad.
—Jamás te desvelare eso, al menos no saldrá de mi propia boca —de lo que no se da cuenta es que ya ha sido descubierto.
Paso por la puerta que me está sujetando para que yo pueda acceder. Al otro lado, está más iluminado que el anterior tramo que hemos pasado. Lo único que puedo apreciar son paredes y más paredes, no hay ninguna entrada más que no sea la que está en el fondo que es para pasar a otro lugar.
Este sitio parece un lugar sin salida, un laberinto del cual solo puedes salir si tú lo has diseñado y lo tienes meticulosamente estudiado. Solo me ha hecho falta dos corredores para saberlo.
Me estaba manteniendo callado pero mirando a todas partes y muy atento a todo. No iba a escapar, seria de idiotas hacerlo. Seguramente tienen demasiada seguridad, cámaras había por todas partes, casi a cada paso que daba podía ver una.
—¿Por qué tan callado? —pregunta cortando el silencio tan bonito que se había formado —pensaba que eras el charlatán aquí de los dos. ¿Te tengo que recordar que de aquí no vas a poder escapar? ¡Tenemos máxima seguridad! —le miro en el segundo exacto que se le forma una sonrisa de burla.
—Eso ya lo tenía claro, pero gracias por recordármelo tú. Así no se me olvidara —hago una pausa en la cual echó todo el aire por la boca —. Tampoco tenía pensado "escapar" para ser atrapado a los dos segundos. Antes dejo todo esto sin luz y sin actividad para poder controlar esta central o lo que sea que es.
—¿Piensas que no hemos pensado en eso? —por su cara seria que ha puesto, sé que no. Ya entiendo cuando dice que yo soy el inteligente y él, el rápido.
Florián es más de hacerlo en el momento y ser más veloz en eso, y yo soy de los que piensan más en las cosas, que a veces tiene un mejor resultado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top