XVII. Bienvenidos al Delos.

Las lágrimas de felicidad que le brotaron a Will en ese momento, fueron las más hermosas y emocionantes de todas las que había liberado hasta ese momento. Las hermosas palabras de su cuñada le estaban llegando totalmente al corazón y Will no podía evitar sentirse más bendecido por los dioses. Atrapo a Hazel en un afectuoso abrazo y susurro miles de gracias mientras el barco avanzaba por las profundas aguas, en camino a la tierra que le vio nacer.

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La brisa marina calaba la piel de pálida de Nico tras estar tres días completos en alta mar. La sal que se mezclaba en el aire terminaba por picarle y causarle una irritación que se hacía aún más evidente debido al tono más claro y eso le causaba cierta vergüenza, razón principal por la que no había salido del camarote en bastante rato, sin mencionar su incomodidad al estar en cubierta dado que no estaba acostumbrado a viajar por mar.

 La mayoría de los países se dividían únicamente por fronteras terrestres y si le daban a Nico la opción de viajar por tierra o por mar, claramente elegiría la tierra. Tomaba más tiempo pero era mucho más llevadero que los bruscos movimientos de un barco o el abrasador calor que se intensificaba con la humedad del océano pero ya que estaba a bordo de un barco, al menos aprovecharía la frescura del camarote principal.

El sonido de unos golpes en la puerta le hicieron quejarse, el calor de ese día en particular lo estaba matando y solo quería dormir para ignorar el hecho de que se derretía en vida pero al parecer no lo dejarían sudar en paz. Abrió la puerta y Hazel entró en el camarote con una charola llena de "comida", alias algunas frutas y un trozo de pan con queso.

—Buenos días Nico.

—¿Qué tienen de buenos?

—Vamos, no seas así. Menos en el día más especial.— Hazel le dedicó una dulce sonrisa a su hermano antes de dejar la charola de comida en la pequeña mesa de noche. Le hizo señas a Nico para que se sentara a su lado en la cama en una clara invitación para comer con ella todo lo que había traído de la cocina.

Nico soltó un pesado suspiro mientras obedecía, solo que en vez de sentarse, directamente volvió a acostarse en la cama del camarote, dejando su cabeza recargada en el hombro de su hermana.

"El hombro de Will es más cómodo..." Pensó mientras hacía una mueca de desagrado.

—Haz... Aliméntame.

—¿Acaso tienes dos años Nicola?

—... Aliméntame.— Hazel sabía que su hermano estaba de mal humor y quería algo de mimos... No había visto ese tipo de actitud infantil y caprichosa desde que eran niños, pero con la llegada de Will al palacio, esa parte mimada de Nico había vuelto ver la luz del día. Cosa que alegraba mucho a la princesa, por lo que cedió al capricho de su hermano y empezó a partir el pan en trozos mientras los rellenaba con queso extra y se los daba en la boca a su hermano, quien masticaba perezosamente. A la par de que ella se devoraba unas cuantas fresas que había encontrado en el camarote de Percy.

"No creo que se enoje por tomarle unas cuantas"

Entre la tranquilidad de la habitación y el silencio de ambos chicos, Nico por un momento tuvo la sensación de regresar a esos días en los que junto a Hazel, ambos chicos se escondían del rey cuando estaba furioso o cuando la reina Perséfone estaba ebria, que por lo regular eran momentos en donde automáticamente los príncipes se convertían en sacos de boxeo. Nicola fue el que le enseñó a Hazel que es lo que debía de hacer cuando estas cosas ocurrían, él solía decirle que se trataba de un juego de las escondidas, en el que ambos tenían que estar muy quietos y lo más callados posibles, que si se movían automáticamente perderían y los "monstruos" se los comerían...

El silencio era una especie de anti héroe para los dos hermanos, por que la vez de que revivía todos esos años de abusos y maltratos pero también representaba una clase de escudo que les protegía de las voces, los gritos e insultos de sus fantasmas pasados.

Los mejores escondites en esos momentos eran sinónimos de lugares donde no podrían ser escuchados con facilidad, como el viejo bote del lago artificial del palacio y el cuadro de la familia de Nico, el cual tenía un compartimento secreto en donde se podían esconder perfectamente en esos momentos de tensión familiar. Hazel había dado con ese escondite una vez que estaban tratando de escapar hacia el lago y la reina les venía pisandoles los talones. Fue una bendición en ese momento pero también era un recuerdo doloroso con el que tendrían que cargar por el resto de sus vidas.

Ese pesado recuerdo hizo que Nico se irguiera en su posición mientras se quejaba al estirarse.

—¿Dónde está Solace?

—Está en la cubierta, ha estado ayudando desde temprano a limpiar y a darle mantenimiento al barco.—Tranquilamente agregó Hazel con una fresa en la boca a medio terminar.

—Ese idiota... Se supone que debería estar descansando, no ha parado de hacer de limpia proa desde que comenzó el viaje.—Resopló Nico mientras se cruzaba de brazos.—Ahora mismo es cuando debería mantenerse tranquilo.

—Creo que esa es su manera de tranquilizarse.

Nico observó con duda a su hermana ante tal aclaración... ¿Quién carajos se mantiene tranquilo limpiando y puliendo la cubierta de un barco con capacidad para doscientas personas?

Hazel entendió la duda de su hermano, así que pensó por un instante en cómo podría poner en palabras su teoría.

—Mira, te lo pongo de esta manera: Pienso que Will está buscando sobrecargarse de trabajo para no tener que pensar en todo la situación... Es decir, su familia esta peleada con ganas de levantarse en armas, su abuela está por morir en unos cuantos días y creo que en lo que menos quiere pensar es en el hecho de que tal vez no llegaremos a tiempo para evitar un problema mayor o que está será la última vez que la vera. Solo está tratando de distraerse.

Aquello hizo que Nico bajara la mirada con preocupación. Su mente de inmediato se llenó con la cara de Will llorosa, era sin lugar a dudas una imagen que no quería volver a ver, los ojos de Solace empañados por el dolor y la tristeza era sin duda (después de la horrible cara de Minos) la cosa que menos quería volver a ver en su vida. Pero como el propio rey de la tierra del dios de los muertos, sabía que este no era un dolor que podría evitarle a su príncipe con solo dar una orden de poder. A la muerte nadie le manda y cuando es tu turno, solo queda esperar.

Hazel miró a su hermano y se sintió de la misma manera. La sensación de impotencia de esta vez era mil veces más grande, porque ahora sí, ellos no podrían hacer nada más que mantenerse al lado de Will cuando la situación llegará a su peor punto.

—... Sin importar que pase, vamos a estar ahí para él, Nico.

—No tienes que decírmelo, Hazel.

Ambos chicos se quedaron en silencio hasta que el sonido de algo pesado cayendo contra la cubierta del barco llamó su atención.

—Iré a ver que no haya sido Solace.

—Te acompaño.

***

En cubierta, las cosas parecían estar en total calma. Resultó que lo que había pasado, era que Percy acababa de subir la red con la comida de ese día y dejó caer la red con tal fuerza que parecía que alguien se había caído desde el mástil. Nico negó con la cabeza y trato de buscar a su prometido pero no lo encontró cerca. No fue hasta que subió al borde de la proa cuando lo encontró. Solace miraba calmadamente al horizonte mientras acariciaba uno de sus pendientes de zafiro, cuando estuvo más cerca, fue que el dulce sonido de la voz de Will llegó a sus oídos.

Un joven caminó por el bosque

Con su carcaj y su arco de caza

Escuchó a una joven cantando

Y siguió el sonido de abajo

Allí encontró a la doncella

Que vive en el sauce.

El pelo de William se movía con gracia y sensualidad al recibir el viento marino, la luz del sol pegaba directamente desde arriba, iluminando su dorado cabello y haciéndolo parecer brillar con una especie de aura divina que dejó a Nico pasmado, tal y como la primera vez que lo vio. Jamás lo admitiría en voz alta, pero antes de ser consciente de su propio celo, al propio Rey se le había ido el aliento al ver la belleza exótica de ese joven délfico.

Él la llamó mientras escuchaba

Ven conmigo, mi doncella

Ella lo miró con serenidad

Y solo sacudió la cabeza

Por un momento, parecía que Will empezó a temblar con nerviosismo mientras su cuerpo comenzaba a iluminarse verdaderamente (no por cuestiones del Sol) y parecía que ahora el viento cambiaba de dirección antes de que Solace elevará el tono y comenzara a cantar con una nota más arriba.

Veme ahora, soy un rayo de luz en la danza lunar

Obsérvame ahora, no puedo dejar este lugar

Escúchame ahora, soy una canción perdida del bosque

No me pidas que te siga a dónde vas...

En automático, una ráfaga de viento impulsó las velas del barco, haciendo que estas impulsarán aún más al barco y una onda fue enviada desde la posición del barco por encima del agua, como cuando una gota cae en el cuenco de agua... Nico lo miró todo con asombro y le sorprendió ver que nadie más de la tripulación del barco se había percatado de ello, era como si solamente Nico fuera capaz de apreciar la magnitud del poder de Solace.

Lentamente se acercó a su prometido con cierta curiosidad por lo que estaba pasando.

—¿Eso es todo?

Will dio un salto sobre su lugar mientras miraba con susto quién estaba detrás de él, automáticamente se relajó cuando distinguió la figura de Nico.

—No me asustes así di Angelo. — Una vez que Nico estuvo lo bastante cerca de su prometido se recargó en el borde del barco para mirar en la misma dirección que Will. No era como si esperaba ver las bahías de Delos tan pronto pero, toparse con la absoluta nada decepcionó un poco a Nico. —¿Y a qué se debe que el señor de la oscuridad haya decidido salir de su cueva?

Nico sonrió con diversión por esa broma de parte de Will mientras se dejaba caer al suelo del barco al deslizarse por el borde de este.

—Resulta que un molesto canario no dejaba de hacer escándalo e interrumpió mi siesta de la tarde. Así que tuve que venir a ver que no estaba muriendo o algo por el estilo.

Will sonrió con ternura mientras se deslizaba de la misma manera que lo había hecho Nico minutos antes y recargaba su cabeza en el hombro de su prometido. Esa acción enrojeció las orejas de Nico, tener a Solace tan cerca siempre lo ponía nervioso.

—Y... ¿Después?

—Um... ¿Después qué?

—¿Q-qué... paso después con el hombre y el hada del sándwich?

—Del Sauce, Nico.

—Eso. ¿Qué pasó después? — para ese momento Will ya hasta había cerrado sus ojos cómodamente, pero ante la pregunta de Nico abrió uno con picardía sin dejar de mirarlo desde abajo, en su hombro.

—¿Enserio quieres saber?

—De niño me gustaban las historias, esa en particular no la conozco y yo detesto no saber algo.— Respondió Nico mientras tomaba a Will por una de sus manos y comenzaba a acariciar con sus pulgares el dorso de la mano más morena.

Will suspiró y se levantó de su posición para quedar totalmente recargado en la pared.

—No creo que quieras saberlo... No es una historia con un final feliz.

—Oh, con más razón cuéntame. Me encantan las desgracias ajenas.

Will bufo una sonrisa cansada mientras se acomodaba para dar la cara al cielo azul mientras sentía los cálidos rayos del sol en sus mejillas.

—En realidad es una leyenda sobre cómo es que la isla se volvió en un cacho de tierra errante. Se supone que ese hombre, era un rey descendiente del dios terrestre, un día caminaba por Delos cuando se topó con una de las ninfas de Helios y se enamoró de ella, sin embargo las ninfas no pueden dejar sus árboles, de otra forma mueren.—Will le dio una mirada rápida a Nico antes de continuar con el relato.— Pero el rey era obstinado, egoísta y arrogante, no soportaba la idea de no tener a esa ninfa con él por lo que un día decidió llevársela por la fuerza cortando el árbol de sauce y obligándola a ir a su palacio con él. Esto enfureció al dios Helios y como castigo, convirtió a la ninfa en una flor marchita y separó el bosque de las ninfas de las tierras del rey, creando así la isla de Delos. Se supone que para proteger a las ninfas y que eso no volviera a ocurrir, Helios hizo que la isla se volviera errante, así sus hijas nunca serían alcanzadas por la codicia y malas intenciones de los hombres terrestres.

—Entonces... Básicamente tu Isla escapa de quienes quieran dar con ella.

—Según los mitos, así es. Por eso es muy difícil dar con Delos. Siempre estamos moviéndonos por el mar y son muy pocas las veces al año que la isla se queda en un solo punto pero solemos tener una ruta fija dependiendo de la posición del sol a lo largo del año. Originalmente no era un lugar para ser poblado pero de acuerdo con nuestras leyendas, la familia real fue la primera en establecerse y hacerla una nación cuando a unos elegidos por el dios les fue permitido llegar a Delos después de naufragar por una semana, esos hombres se enamoraron de las ninfas y con ellas se empezó a poblar la isla. Pero bueno, los mitos no son más que libres interpretaciones, ja ja.

La risa de Will se dejó escuchar por un buen rato hasta que lentamente ceso, siendo opacada por el sonido de las olas chocando contra la popa de la nave.

—Cuando estabas cantando... El viento nos impulsó y una onda se formó en el agua. ¿Qué fue eso, Will?

—... Enviaba una señal.

—¿Una señal?

Will asintió mientras abrazaba sus rodillas.

—Como te mencione antes, la isla se mueve constantemente y dado que tenemos las fronteras cerradas y altamente cuidadas, habría sido difícil que nos dejaran entrar sin habernos pronunciado con al menos una semana de anticipación. La canción que cante es típica de mi nación, sólo entre nosotros se conoce la letra completa y se ha usado por siglos para avisar nuestro regreso, Delos solo le abrirá las puertas a sus hijos.

Nico asintió tratando de comprender la situación. Ciertamente nunca había estado en la isla de Will y las pocas veces que interactuó con el rey Apolo, este le había solicitado verse en el terreno neutro de las bahías de afrodita o lo habían hecho mediante mensajes iris o cartas. Realmente no se tenía conocimiento de que tan delicada era la situación con respecto a la entrada de más gente en la isla.

Era probable que más allá de conocer a su familia política, Nico podría armar un nuevo panorama sobre el único lugar que no estaba anexado a su dominio total. Aprovecharía al máximo esta visita para aprender lo máximo posible.

—He estado mandando señales desde el primer día para que mi padre tenga tiempo de avisar a toda la isla, nunca se sabe por que lado de Delos iremos a dar primero. A parte quiero que mi abuela sepa que voy para verla en caso de que...

—... Vamos a llegar Solace. Podrás decirle todo lo que quieras antes de que se vaya.

Will asintió con cierta pena mientras apretaba la mano de su prometido. En esos momentos agradecía enormemente a los dioses por permitirle tenerlo a su lado en esos días llenos de tensión y amargura.

El ambiente por un momento parecía ser calmo y perfecto hasta el momento en que la alegre voz de Percy rompió con ello.

—¡Tierra a la vista!

Esas palabras fueron como un botón de impulso para que Will se levantará cual resorte del suelo y corriera a la punta de la proa para mirar si es que Percy no le estaba mintiendo. Y santos dioses que no lo era, en efecto se podía visualizar una pequeña isla a la distancia.

—¡Nico, mira, mira!

Nico corrió al lado de Will y sus ojos se maravillaron al ver el aura dorada que envolvía a ese pequeño pedazo de tierra que se veía a la distancia.

—Eso es...

—Es Delos, Nico. Es mi amada Delos.

***

No tardaron mucho en acercarse a las costas de Delos y por una vez en todo el viaje, Will pudo sentirse totalmente libre de sonreír hasta las lágrimas. Las colinas rocosas y doradas se alzaban desde las olas, dando una vista preciosa de los riscos de la isla desde la vista de afuera, las olas chocaban con vehemencia en las rocas y la base del barco.

Mientras el barco más se acercaba al puerto, para Will era mucho más fácil distinguir el sonido de los tambores de bienvenida... Los mismos que le habían deseado un buen viaje cuando tuvo que dejar Delos para ir a casarse. El aroma tan característico de los bosques de laurel y las hierbas medicinales con las que preparaban los tés sanadores le pegó de golpe con la brisa del mar en la cara. Las flautas y el sonido de su gente emocionada por tenerlo de vuelta le llenaban en cada rincón de su corazón. No había sido consciente de cuánto extrañaba su tierra hasta que estuvo en otro lugar por casi nueve meses.

Su sonrisa era casi imposible de borrarla de su rostro y por la forma en que apretaba la mano de Nico, sabía que Will estaba rebozando de alegría. Di Angelo se sintió sumamente afortunado por ser él quien compartiera ese momento tan especial con Will en esos instantes.

A su lado, Hazel también miraba con asombro las cosas que alcanzaba a distinguir a la distancia. Ella nunca había salido del país y jamás se imaginó que la primera vez que lo haría, sería para visitar el país que jamás había sido pisado por otros monarcas. Se sentía emocionada a más no poder.

Percy se encontraba timoneando los últimos kilómetros para llegar a la isla y aun así, era incapaz de ignorar el asombro que lo llenaba. Había escuchado que Delos era la fantástica isla de oro que podía flotar en alta mar y al estar tan cerca, entendía el por qué decían que estaba hecha de oro. Todas sus montañas y playas eran doradas y el aura de majestuosidad que proyectaba Delos era impresionante. Los castillos de muchos reinos solían tener ese tipo de impacto en la gente, pero en la isla no se alcanzaba a divisar ni un solo edificio lujoso, era como sí la propia tierra brillará sin la necesidad de tener un palacio glamuroso.

Una vez que encallaron en el pequeño puerto de Delos y dejaron caer la rampa fue que Solace pudo terminar de emocionarse hasta las lágrimas. Su gente al verlo descender se emocionaron hasta no poder más y vitorearon a coro.

"El príncipe Solace ha regresado. El shiv ka priy ha regresado a su nación"

"Delos ha recuperado a su catorceavo Sol"

"Shiva ha traído de regreso a su hijo favorito, alabados sean los dioses"

La gente se acercó con alegría hacía su príncipe y no dudaron en ponerle un collar de flores y su respectiva corona de Laurel, símbolo de su nación. Besaron sus manos y a la vez Solace les regresó el gesto con abrazos y palabras de agradecimiento en el idioma natal de Delos. De todas maneras no era mucha gente la que estaba en ese momento y Will pudo dedicarle tranquilamente su momento a cada persona que le dio la bienvenida.

Detrás de él, Nico caminaba junto a Hazel, Percy y los guardias, quienes también fueron recibidos con collares de flores y coronas de laurel (Esta última fue la única cosa que Nico permitió que le colocaran, ya que no cabía en su cabeza la insólita idea de llevar más de dos colores en su vestimenta y esas flores, eran simplemente demasiado color para él.), así como también les dieron la bienvenida con palabras en la lengua natal de Delos, que sinceramente, Nico no comprendía para nada. Hazel y Percy fueron los que se limitaron a dar las gracias y regresar las sonrisas que los habitantes de Delos les obsequiaron.

Nico comenzó a sentirse un poco incomodo hasta que notó que el grupo de gente comenzaba a dispersarse, como si estuvieran dejando libre el paso a otra persona. Y en efecto, eso estaba pasando.

A paso lento unos cinco jóvenes, tres chicos y dos chicas se acercaban con calma y una enorme sonrisa en sus rostros. Todos poseían ropas muy similares a las que Will utilizaba el día que conocieron y unas coronas bastante sencillas con un Sol dorado en el centro. Esos tenían que ser algunos hermanos de Will.

Pero detrás de ellos, una chica  resalto por lo rojo de sus ropas y obligó a los otros príncipes a hacerle un espacio. La chica tenía el pelo sumamente largo, tanto que aun teniéndolo trenzado, este casi se arrastraba por el suelo en un color castaño claro. Tenía una ropa distinta a los demás, era un sari* de color escarlata con piedras preciosas e hilos dorados, su piel era más clara que la de todos los chicos ahí, pero al igual que Solace, su nariz y mejillas estaban bañadas de pecas y sus ojos compartían el mismo tono de azul celeste que su prometido. Pero lo que más le llamó la atención a Nico, es que ella era la única de las chicas que portaba un Hijab en la cabeza... 

Al verla Will se quedó sin aliento y se llevó a la boca sus manos con emoción.

—Deva...

La chica le sonrió con emoción y sin perder más tiempo, tomó un cuenco que llevaba en las manos uno de los hermanos de Solace y se acercó con total emoción (casi corriendo) a ver a su hermano mientras este entonaba una preciosa canción que provocó que los árboles cercanos comenzarán a florecer y que los collares de flores de los presentes se deshojaron en pétalos y se esparcieron por el aire como si se tratasen de serpentinas.

Los hermanos de Will que se quedaron atrás veían la escena entre divertidos y resignados. Parecía que ya se esperaban este tipo de reencuentro entre los casi mellizos, cosa que de alguna manera enterneció a Nico, ahora entendía a que se refería Will cuando comentaba que todos los hijos de Delos se llevaban bien. La chica recitó una canción muy bonita en respuesta al canto de su hermano, claramente en un idioma que Nico no comprendió para nada, por lo que solo observo en silencio como la chica metía los dedos dentro del cuenco, sacando un poco de pintura amarilla de este y pintando algo en la cara de Solace. Específicamente un punto en su frente con unas lineas asimétricas, simulando claramente el dibujo de un Sol.

Will tomó la mano de su hermana y le besó los dedos mientras respondía a la canción de su hermana con emoción en la misma lengua. Ambos hermanos no pudieron resistirlo más y se abrazaron con fuerza, una que parecía desesperada al punto de querer volverse un solo ser. Inclusive en algún momento, Will se emocionó tanto que tomó a su hermana en el abrazo y la elevo por el aire mientras daban vueltas sin romper su abrazo. La risa de la chica y de Solace resonaba en la playa y Nico casi se siente celoso de no ser porque la sonrisa de su prometido le decía que solo estaba disfrutando de reencontrarse con quien fuera su hermana casi gemela.

En algún punto, la voz de uno de los hermanos les hizo terminar con emoción y Will dejo a su hermana en el suelo después de darle una caricia en el rostro. Ahora Solace se dirigió al resto de sus hermanos y a todos abrazó con emoción, cada uno de ellos le devolvió el gesto afectuoso, todos besando el punto amarillo que su hermana había pintado minutos antes a Will y recordando que no venía solo, Solace se apresuró a volver con los demás y presentarlos.

—¡No se queden ahí parados, vengan rápido!—Emocionado gritó el rubio mientras tomaba la mano de Nico y lo jalaba con él lo más rápido posible hasta llegar con los demás príncipes.

—Hermanos, él es Nico. El rey del Hades.

Por un instante todos los hermanos de Will contuvieron el aire y se quedaron asombrados. Era casi de terror ver como Solace presentaba al rey del mundo de una manera tan informal e irrespetuosa, anexado también con el hecho de que aun estando confundido, Nico permanecía con un aura oscura que se imponía sobre todas las demás. De hecho los hermanos de solace y algunos presentes jadearon sorprendidos sin saber como reaccionar, con claro temor por ofender al monarca del mundo si es que hacían algo incorrecto pero la primera en romper el silencio con una risa de lo más escandalosa fue la propia Devanessa, quien sin duda destacaba con una risa que entre momentos sonaba como el de un cerdo.

—Oh por el amor de Krishna*, Will sé que es tu marido pero no puedes ir por la vida presentando así al rey de mundo hahahaha.— Por el comentario de su hermana, la cara de Solace se puso roja como un tomate, tanto como que sus orejas agarraron un tono chabacano que le hicieron pensar a Nico que Solace avergonzado era demasiado adorable, ya lo había visto sonrojado pero ahora verlo muerto de vergüenza desataba en el rey unas ganas casi incontrolables de sonreír. Sin mencionar que por primera vez, desde que habían pisado tierra, esa chica era la única que se dignó a empezar a hablar en la lengua universal, que Nico si podía entender. De momento, Devanessa era su cuñada favorita.

—Tu tampoco has sido muy fiel al protocolo Deva.

—Pero ya voy a arreglarlo Helena....— Dicho y hecho, la hermana de Will se inclinó con cuidado ante Nico en una reverencia un tanto extraña que capturó la atención de todos los presentes, tanto del propio Solace que vía con verdadero asombro a su querida Devanessa.

— Oroori Rajaa*... El más poderoso de todos. Me presento, soy la doceava princesa de Delos, Devanessa Alisha Laghari Solace. En nombre de mi padre, el gremio sacerdotal y la corte de los magos, te doy la más cordial bienvenida a Delos, no como un invitado sino como un miembro nuevo de la familia. 

Glosario:

-Oroori Rajaa literalmente significa "El rey  más poderoso de todos". Y es el titulo que tiene Nico al rededor del mundo solo que en la lengua de Will.

-Krishna: Krishna es uno de los más importantes Héroes del Clan Yadu en la mitología Hindú, considerado una encarnación del Dios Vishnu de la India. 

PD. La canción de la multimedia es para que se den una idea de como es la voz de Devanessa y la de Will a coro, también que de ahí saque el nombre para el personaje jojojojojo.

-El Sari es una vestimenta típica de la India. Acá les dejo una imagen de como sería la vestimenta de la hermana de Will. Hago hincapié en ello por que es importante... Sobre todo el color, quien adivine por qué, le voy a regalar un dibujo del sensual trasero de Will en pantalones del hades. (?

Chicos, estoy demorando un poco por que mi beta no hizo su tarea y por ende a mi me toca estar corrigiendo y leyendo como por 7ma vez para cuidar lo más posible, lo que mi dislexia y ceguera me permite.

P.d No estoy viendo mucha actividad así que a los 25 comentarios de personas diferentes y a los 10 votos voy a subir los otros dos.

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