XV. Empecemos de nuevo...

—Y-yo...

—He dicho que te muevas. Me estorbas.— Finalmente y contra su voluntad, Percy se hizo a un lado. Por instantes el ambiente se hizo pesado, casi tóxico para el príncipe de océano al punto de que le costaba respirar y las piernas le flaquearon.

—Solo te advertiré una cosa Jackson.— Will giró la cabeza para observarle por encima del hombro y con la mirada más taladrante que pudo formar en su rostro decreto.—No me importa quién te creas que eres, pero no puedes venir y tratar de tomar lo que por derecho es mío. El único esposo del rey del mundo, soy yo.

Solace desapareció por la puerta que daba al pasillo de los cuartos principales, dejando un tembloroso Percy Jackson en el suelo.

El miedo aún estaba instalado en sus venas, la adrenalina del momento corría por sus venas.

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Cuando Nico comenzó a ser consciente de que estaba despertando, se lamentó enormemente por ello. Jamás había considerado el dormir como una de sus prioridades, siendo el rey del mundo siempre estaba cargado de papeleo, reuniones, eventos y demás. No era como si tuviera tiempo para descansar.

Pero por primera vez, en muchísimos años, sentía que verdaderamente acababa de descansar con total plenitud. No había sido consciente de su propio agotamiento hasta que esa dichosa siesta llego a su vida. Al grado que no quería despertar de ella, y se quejó audiblemente cuando el sonido de la puerta de su habitación interrumpió en su breve descanso.

—Ugh...

—Me alegra saber que estas despierto di Angelo.— La dulce voz de Will fue lo que obligó a Nico a abrir sus ojos de golpe y sentarse de un brinco en la cama para mirarlo. El rubio estaba sentado a su lado en la enorme cama, tenía las mismas pintas de esa mañana y le miraba con cierta severidad.— Me sorprende la cantidad de agotamiento que pude sentir en tu cuerpo, ¿acaso tu nunca duermes?

—Will...

Susurrando esas palabras, Nico no perdió ni un segundo y aprisiono al rubio entre sus brazos mientras lo jalaba consigo al interior de la cama. Will soltó un grito ahogado debido a la sorpresa, pero no hizo ningún movimiento con la intensión de separarse del menor. Cosa que di Angelo aprovecho para restregarse contra su cálido cuerpo, en un acto instintivo por que los olores de ambos se mezclaran, quería que Will oliera como él y viceversa.

Tener al corazón de Solace latiendo en su mejilla era la mejor sensación del universo. Le daba tanta paz... Nico empezó a ronronear y casi que por impulso quiso despojar de sus ropas a Will para comenzar ahí mismo a formar su nido. Y estas intenciones fueron las que impulsaron a Will a romper su cálido abrazo.

—Tienes que descansar... Jules se quedó muy preocupado cuando le informaron que te habías desmayado.— Con tintes de pena añadió Will al separarse de Nico. Y con esa simple acción, di Angelo lo comprendió todo. Al punto de que ahora la cama le parecía horriblemente fría a pesar de estar cubierto con un edredón de plumas.

"Will aún no me ha perdonado"

—Le dije que te subieran algo caliente y una bebida dulce. Te ayudará a que recuperes tus fuerzas.

—SÍ...

El silenció en la alcoba no era para nada cómodo, se podía palpar la tensión e incomodidad de ambos chicos en el ambiente y eso estaba asfixiando a Nico por dentro. ¿Cómo es que ahora se encontraban de nuevo metidos en los incómodos silencios? Esto no era lo de ellos...

—Bueno, yo debería irme. Tienes que estar tranquilo para que mejores rápidamente...

Desesperado, Nico se apresuró a tomar una parte de la camisa de Will con tal de impedir que se alejara más de él. Lo logró a la par de que recibió una mirada confundida de parte del rubio.

—Will yo... ¿Po- podemos hablar?

Solace suspiro mientras se rascaba la parte de la nuca con nerviosismo. ¿Realmente era el momento para hablar?

Quería creer que sí, pero su sentido de la lógica le decía que aún era muy pronto. No hace poco habían peleado como bestias en la biblioteca y pasado por un momento sumamente duro. Darse cuenta de lo superficial y frágil que era su relación con Nico no le permitía tener la suficiente confianza como para saber si quería escucharlo o si estaba dispuesto a creer en lo que fuera que iba a decirle.

Tenía miedo.

—Nico, sinceramente no creo que...

—Por favor... Te mereces una disculpa. No espero que me perdones pero creo que... Te la mereces.

Dubitativo, Will se sentó en el otro extremo de la cama con tal de poder ver a Nico frente a frente. Espero unos cuantos segundos antes de que di Angelo tomara una gran bocanada de aire y le mirara con unos ojos tormentosos pero totalmente serios.

—Yo... Yo realmente lo siento, Will. Hazel me contó todo lo que le dijiste en el bosque y no puedo hacer más que darte toda la razón. Merecías saber esto desde el momento uno pero también quiero pensar que eres consciente de que en mi posición este secreto no es algo que se lo cuente a la ligera a cualquiera.

—Ya. Pero yo no soy "cualquiera" di Angelo... Soy tu prometido.

—Tampoco esperes esa confianza ciega de entrada, William. Nuestro matrimonio surgió de un acuerdo político.

Escucharlo de la boca de Nico fue más duro de lo que Solace esperaba. Bien dicen que la verdad siempre es dolorosa.

—No lo digo por tu secreto del segundo genero di Angelo.— Con dolor mencionó Will mientras apretaba las sabanas debajo de sus dedos. Esta afirmación sacó un poco de desconcierto a Nico, ¿a Will no le molestaba la cuestión de su verdadero género? Estaba un poco perdido.

—¿Cómo...?

—Lo que a mí me molesto más que nada es que nunca me comentaras lo de... ¡Aghh, mira! Tu segundo género es algo que menos me podría importar Nico, no es como si eso fuera a cambiar mi perspectiva sobre ti pero que me ocultaras el vínculo que nos unía es lo que más me ha descolocado. Ese si era un secreto que me competía... ¿Por qué no me dijiste que éramos destinados desde el comienzo?

Nico tragó saliva al no saber que responder. Era más que obvio porque si hacía mención de su vínculo podían pasar dos cosas; la vida de Solace ahora si podría correr mayor peligro si es que la corte se enteraba de ello o que al revelar ese secreto, Nicola se vería obligado a contarle a Will acerca de su verdadero segundo género. Y eso era lo que más terror le causaba al moreno, ¿Cuántas personas no se habían alejado de él en cuanto supieron que era un omega?... Empezando por el mismo Percy o su propio padre, Nico podía mencionar a cada una de las personas que pensó que estarían siempre con él y que se apartaron de su lado por el simple hecho de ser lo que era.

Por qué un omega siempre significa problemas... Son esa parte de la población que no puede cuidarse por sí misma. Que necesitan una constante atención ya sea médica o emocional, sus periodos de celo los convierten en gente que no está capacitada para laborar todos los días del año y "son asquerosamente lascivos y atractivos" durante este periodo. La gente siempre los culpa cuando son víctimas de abuso sexual porque "ellos lo provocaron" con sus hormonas.

Ser un omega siempre significaba tener una vida dura y de estar en constante alerta, por eso la gente renegaba de ellos. No eran más que una carga.
Nico lo sabía y por eso tomó su decisión de valerse el mismo en el momento en que ascendió al trono y a pesar de que sabía que Will era una buena persona, nada le aseguraba que él tampoco se alejara al saberlo.

Él era un beta, la clase social que no tenía que preocuparse por los celos o alguna de esas mierdas que implican los segundos géneros... Will llevaba una vida pacifica lo viera por donde lo viera, ¿Por qué Solace renunciaría a esa tranquilidad por estar con un omega como Nico?

Un momento... ¿Por qué no lo haría? Sí se supone que William Solace era el mejor chico que había conocido jamás, ¿por qué Nico dudaba ahora de él? Caer en cuenta de sus inseguridades con respecto a Will fue lo que hizo que el color volviera a abandonarlo por completo.

¡Pues claro! Dudaba del corazón de Will porque realmente no lo conocía a fondo. Se había conformado con saber la superficie de la naturaleza dulce y gentil de Solace que se esmeraba en darle afecto, que no se preocupó en lo más mínimo por acercarse más a quien se supone que iba a ser su compañero de vida, se limitó a satisfacerse con el hecho de que eran destinados que no se preocupó por realmente saber quién era William Solace.

Di Angelo lo sabía desde el comienzo, por algo una parte de él nunca buscó decirle al rubio la verdad del lazo que los unía o de su verdadero género. Porque realmente no sabía si podía confiar que Will no lo iría a abandonar una vez que supiera la verdad.

Nico le dio una mirada lamentable al rubio frente suyo, sin saber ahora si contestar o no. Se sentía tan avergonzado...

Will lo comprendió rápidamente. No era para menos, en los ojos de Nicola se asomaba la misma duda e inseguridad que también lo venían aquejando desde ese horrible día en la biblioteca. Y de cierta manera, ver al rey del Hades tan perdido como él, aligero la terrible carga que venía sosteniendo Will sobre sus hombros desde hace rato, finalmente en algo estaban de acuerdo.

"Puede que... nos hayamos precipitado"

—Tranquilo, entiendo que aún no estás listo para responderme. Sera mejor que te deje descansar.

—Sí...

—No olvides comer tus pimientos.— Ordenó Will mientras dejaba la habitación y cerraba la puerta tras de sí. Con el sonido de la chapa al regresar a su posición, Solace dejó escapar todo el aire contenido por la tensión de la situación en un suspiro aliviado.

Mientras tanto, dentro de la habitación Nico comenzaba a hacerse miles de reproches mientras buscaba relajarse un poco.

—Excelente Nicola... Con esto solo acabas por darle la razón a Solace. Sigues siendo un niño jugando a ser un adulto.

"Un niño tan sediento de amor..."

....

No pasó mucho tiempo en soledad, probablemente solo unas dos horas bastaron antes de que alguien tocara la puerta de su habitación. Si era honesto, di Angelo no tenía deseos de recibir a nadie pero a la vez sentía la necesidad de compartir sus inquietudes, así que esperando que milagrosamente se tratara de Hazel, dio paso a la persona detrás de la puerta pero tal parecía que el destino lo detestaba por que quien entro no era nadie más que la persona menos deseada desde hace ya varias semanas.

—¡Hey Nicks!

—Lárgate Jackson.—Amargamente le ordenó Nico mientras se escondía bajo las sabanas de su cama con la total intención de dar el mensaje claro a su primo de que no tenía intenciones de escucharlo.

Al igual que Nico hacía con Will, Percy intento hablar con él en todo lo que iba de esa larga semana. Era fácil para di Angelo excusarse diciendo que no tenía tiempo debido a su posición de gobernante del mundo, sin embargo ahora mismo no era como si tuviera tal excusa a la mano.

—Oh vamos... ¿Seguirás molesto conmigo?

—Arruinaste mi matrimonio...—Con la rabia contenida en su voz, Nico respondió mientras se dignaba a darle totalmente la espalda a su primo. Una pesada atmósfera de hizo presente mientras ambos chicos no mencionaban ni una sola palabra y como era de esperarse, fue el príncipe de Atlantis quien rompió con ello.

—¿Realmente fue mi culpa di Angelo? ¿Yo fui quien arruino ese frágil matrimonio?

Nico abrió sus ojos de golpe y la temperatura de la habitación empezó a descender a la par de que miles de sombras oscuras comenzaban a filtrarse por la puerta y las ventanas, apagando todo rastro de la luz del día en ese pequeño cuarto. Los ojos del rey fulgían un brillo rojo que a cualquiera le habría helado la sangre del terror. De hecho eso le paso a Percy, pero trato de mantener su cara lo más seria posible en todo momento, desde el día de la coronación de su primo, había comprendido que lo que menos podías hacer frente al joven monarca, era mostrar que realmente te causaba algún miedo.

Hace 3 años...

Percy estaba nervioso. Hacía casi diez años que no veía a su adorable primo y sentía una enorme curiosidad por cómo se vería Nico di Angelo con aquella corona de huesos y obsidiana que siempre llevaba su tío. Lo imagino con esa misma cara regordeta, mejillas sonrosadas y con la corona quedándole horriblemente grande a la par de estar sentado en un trono demasiado enorme para su pequeño cuerpo.

O incluso se imaginó que Nico se habría convertido en una belleza omega, tal como recordaba a su tía María, una belleza totalmente angelical que no encajaría para nada con los recurrentes instrumentos que solían portar los monarcas de su natal Hades.

Han pasado tantos años... ¿Aun recordara la promesa que hicimos?

Pronto el nerviosismo se convirtió en emoción. Y para la ocasión, Percy pensó que sería un bonito detalle llegar con un ramo de flores, recordaba que a Nico le gustaba estar rodeado de ellas cuando eran pequeños. Siguiendo los consejos de su madre, el príncipe de Atlantis opto por unas Amarilis, esperando que el mensaje de felicitación llegara a su primo.

Pero un detalle había olvidado el joven Perseus Jackson, y es que el tiempo no perdona, nunca nada se queda igual a como lo recordamos, menos cuando han pasado alrededor de una década.

Cuando los sirvientes anunciaron su llegada ante el nuevo rey del Hades, algo en el instinto de Percy le advirtió que no todo estaba bien. Y lo comprobó al notar la horrible y fría oscuridad que se adueñaba de toda la sala del trono.

Recordaba el lugar como un sitio oscuro y frío pero no al grado de hacerlo temblar o que sus sentidos alfa se pusieran en total alerta, sobre que ese no era un lugar que lo estuviera recibiendo con los brazos abiertos. Ni aun cuando su tío Hendriksen los regañaba por jugar entre las banderas del lugar, la atmosfera era tan pesada...

Al levantar la mirada entendió de donde venía toda esa hostilidad. Frente a sus ojos, acostado completamente en el trono, cubierto de joyas, con una enorme capa imperial donde se podían ver claramente los rostro llorosos y bañados en dolor de miles de almas pecadoras, y con la enorme corona de huesos, plata y obsidiana encajando perfectamente sobre su cabeza, con la sonrisa más aterradora que alguna vez Perseus Jackson conoció en su vida. Su adorable primo, aquel omega que recordaba, dulce, lleno de sonrisas para regalar y con una sonrisa que sonaba cual campanas del sonajero de un bebé, lo miraba con unos ojos rojos y brillantes desde las sombras.

Hacer contacto visual fue lo que obligo a Percy a soltar las flores mientras estas se marchitaban por el pesado frío del lugar.

—Percy... Ha pasado mucho tiempo. ¿Finalmente te has dignado a darme la cara para felicitarme por mi coronación?—Recitó Nico con una voz cantarina mientras usaba como pelota un cráneo que en opinión de Percy, lucía bastante real.

A pesar de que todas estas palabras las decía con una sonrisa en el rostro, Perseus sabía que Nicola di Angelo estaba muy lejos de estar contento con su presencia. El fulgor rojo de sus ojos lo delataba, y alentaban a Percy a querer escapar lo más pronto posible de ese lugar, la sensación de desagrado fue tal que no pudo evitar soltar unas cuantas arcadas mientras se giraba para salir de ese lugar lo más pronto posible.

—¡M-Monstruo!

O recordar el horrible día en que Nico hizo llamar a todos los regentes de los reinos vecinos para declarar que se convertiría en el soberano supremo del mundo, que quien quisiera oponerse a su mandato era libre de declararle la guerra al reino del Hades, pero para aquellos que querían llevar la fiesta en paz, Nico estaría dispuesto a llegar a un acuerdo donde territorialmente estarían anexados al reino del Hades y podrían mantener a su monarca oficial bajo ciertos acuerdos que se decidirían de manera individual.

Al inicio le sorprendió ver a su primo hablar tan tranquilamente sobre aceptar una guerra mundial con tal de imponer su ley sobre los demás países. No creyó que Nicola di Angelo fuera capaz de ir a la guerra justo cuando acababa de asumir su responsabilidad como el rey de su país. Sin embargo la determinación en sus oscuros ojos le decían claramente que no estaba mintiendo en cuanto a sus palabras, que estaba totalmente dispuesto a desplegar sus tropas contra sus familiares de ser necesario.

Afortunadamente la mayoría de los reinos accedió con resignación, incluyendo el país del mismo Perseo. Quien se atreviera a desafiar la armada del país del Hades era porque eran estúpidos o muy orgullosos como para aceptar la derrota. Y cuando el Imperio de los cielos y de Marte le declararon la guerra firmemente, ver a su primo sonreír con emoción no trajo ningún signo de paz para el corazón de Percy.

Tras esa terrible reunión, saliendo por los pasillos de la torre sagrada del Olimpus, el chico de ojos aguamarina se cruzó por mera casualidad con el nuevo regente del setenta por ciento del mundo en ese momento. Esperaba que Nico se detuviera para dedicarle un mínimo saludo de cortesía, pero en su lugar, di Angelo paso de largo de él sin dedicarle una sola mirada de reojo, casi como si el mismo Perseus se tratase de un fantasma.

Dejándose llevar por su ego, Percy se recostó sobre uno de los pilares de la pared con los brazos cruzados.

—¿La corona te pesa tanto que ya no puedes ni girarte para saludar di Angelo?

Nico detuvo su andar en ese momento mientras se giraba para dedicarle la misma mirada oscura y fría a su primo detrás de él.

—Y a ti te sobra demasiada lengua a la hora de dirigirte al nuevo regente del mundo.

Percy chasqueo la lengua con molestia, su instinto alfa le hacía querer de inmediato responder a esas insinuaciones por parte del menor.

—¿Qué estas planeando di Angelo? Solías decir que cuando subieras al trono combatirías con justicia y honor. Amenazar con una guerra mundial no tiene nada que ver con lo que juraste ser un día... Te has convertido en alguien peor que tu padre.

Nico caminó con lentitud hasta el lugar donde Percy se encontraba y con un rápido movimiento, sin que el más alto pudiera prevenirlo, la espada de obsidiana negra ya se encontraba contra el cuello del segundo príncipe de Atlantis.

—¿Qué esperabas Perseus? Tú mismo lo habías dicho... Yo soy un monstruo y los monstruos no conocen el camino de la paz para cumplir sus objetivos.

Percy se sintió vencido por el miedo, la mirada llena de ira y rojo sangre del rey del hades consiguió bajar todos sus instintos alfa hasta reducirlos en polvo, completamente incapaz de siquiera mover su mano para desenvainar su propia espada.

Y el miedo que reflejaron sus acuamarinas, fue lo que alimento el poder y la fuerza que estaba ejerciendo Nico sobre su cuello con la cuchilla de su espada.

Ese fue el día en que aprendió que para enfrentarse al rey del mundo, nunca debes mostrar el miedo que él te produce por más que quieras salir del lugar o llorar por el terror que este incita en la gente.

Volviendo al presente y al ver que Nico tenía todas las intenciones de intimidarlo hasta hacerlo retractarse de sus palabras. Percy decidió controlarse mediante su respiración, sus años entrenando para controlar sus temores dentro de su corazón fueron lo que lo motivaron a volver a presentarse frente a Nico después de ese catastrófico día en la torre de Olimpus y estaba totalmente dispuesto a resolver aquello que dejo pendiente hacía tantos años, disculparse por ser una de las razones que terminaron por romper a su adorable primo y sobre todo, por esa horrible palabra que soltó el día de la coronación de su primo.

Por lo que cuando las sombras empezaron a acercarse para agarrarlo de los tobillos, él solo se dignó a cerrar los ojos y soltar una fuerte exhalación que llevaba contenida bastantes segundos.

—Se honesto por una vez di Angelo. Admito totalmente que no debí sacar el tema a colación después de todos estos años de relación tensa entre nosotros, pero yo vine con todas las buenas intenciones del mundo. Y cada una de mis acciones fueron cometidas por que realmente estoy preocupado por ti.

—¿Preocupado? ¡¿No crees que ya son muchos años los que llevas solo "preocupado"?!

Justo después de gritarle estas duras palabras, una sombra negra tomo por los tobillos a Percy y lo arrojo contra una de las paredes de la habitación, con tanta fuerza que un agujero en la pared casi se provoca.

Adolorido, Perseo se levantó como pudo.

—Tu tampoco sabes nada Nico...Ese día tu padre amenazó a mi nación con que si volvía a ponerme en contacto contigo, mandaría una peste a las aguas de Atlantis.

—¡Es mentira, tu dijiste que ni el propio dios del mar evitaría que me llevaras lejos del castillo junto con mi madre! — Volvió a vociferar Nico mientras saltaba de su cama y de nueva cuenta invocaba una gran cantidad de sombras que mandaron a volar a su primo contra el tocador de su habitación, rompiendo un espejo. Sus cristales causaron una herida en la ceja del príncipe Perseo.— ¡LO PROMETISTE, PROMETISTE Y NO CUMPLISTE TU PROMESA! SI HUBIERAS QUERIDO AYUDAR, BASTABA CON MANDAR UN ESPÍA, ASÍ COMO HIZO EL REY DEL CIELO PARA MATAR A MI MADRE.

Otro golpe, un empujón contra los demás muebles de la sala e incluso contra una de las ventas, más golpes y ninguna respuesta a sus ataques por parte de Percy era lo que lo estaba desencajando a Nico, quien solo enfurecía más y más con cada paliza que le propinaba a Perseus.

Finalmente sucedió lo inevitable y fue el turno de Percy de contra atacar mediante su control del agua. Haciendo que las tuberías del baño del cuarto de Nico colapsaran y trataran de combatir a las sombras de su primo. Oscuridad y Agua chocaron una contra la otra, haciendo que sus maestros comenzaran a sudar por el esfuerzo de usar los poderes contra fuerzas en igualdad de poder.

—¡J-Jamás habría usado los sucios trucos del tío Zen...!

—¡Pero fuiste aún más sucio al no hacer nada! ¡Sabias el infierno que mi madre y yo estábamos viviendo! ¿Cuánto pensaste que podría soportarlo?

Percy retrocedió unos pasos.

—Te espere Perseo... Cada maldita mañana, esperaba que a mi ventana Pegaso llegase con una carta tuya. Tantas mañanas buscando en el cielo un ave mensajera. Eras mi esperanza Percy...

—Nico...

—¡Incluso recibí cuarenta latigazos al mandarte esa única carta que nunca respondiste!

El escudo de agua de Percy comenzó a agrietarse mientras más se debilitaba ante las palabras llenas de furia de Nico.

—P-pero yo nunca... Olvide mi promesa Nico.

—¿De que me sirve que la recuerdes si no pensabas cumplirla? No creas que no me llegaron las noticias de tu amistad con el hijo de Pam y la doceava princesa de Atenas.. Te olvidaste de mi, y no conforme con eso cuando subí al trono te atreviste a subestimarme. ¡NO ERES MEJOR QUE TODOS LOS DEMÁS!

—¡¿Y ESE HIJO DE APOLO LO ES?!

Esto disminuyo la fuerza que había en las sombras de Nico y permitió que Percy pudiera retomar fuerzas y lanzas más fuerza del agua contra su primo para ahora quebrantar su barrera mágica.

—¡Mejor que tú, claramente lo es!

—¡Es muy fácil hablar bien de la pareja destinada di Angelo!

—¡No, no es solo porque sea mi pareja destinada! Will es una persona cálida, muy amable y bastante terco, a veces es un obsesivo de la salud y puede llegar a ser más molesto que una garrapata en la nuca, pero es honesto, desde que llego a mi lado no ha hecho más que estar al pendiente de mí, puede que empezáramos con el pie derecho pero desde el minuto uno, él hizo algo que tú nunca pudiste...

Percy abrió con asombro los ojos mientras dejaba que sus manos comenzaran a temblar debido a que su poder se estaba debilitando rápidamente.

—¡ME ESCOGIÓ A MI A PESAR DE LO HORRIBLE QUE PUEDE SER CON ÉL, SU PRIORIDAD ERA QUE YO ESTUVIERA SANO, QUE FUERA CAPAZ DE AYUDARME EN MIS MOMENTOS DESAGRADABLES! Incluso... Incluso cuando esta tan enojado conmigo, me trajo en brazos hasta acá y me dejo el desayuno preparado. Yo siempre he sido su prioridad.

Con esa última declaración, el escudo de Percy terminó por romperse completamente y las sombras se precipitaron contra él hasta mandarlo contra la gran puerta de su habitación, destruyéndola por el completo impacto en un sonido sordo.

...

Cuando Will escucho el terrible impacto que surgía de uno de los pasillos, se imagino encontrar cualquier cosa, menos el hecho de ver a Nico con Perseus Jackson en su regazo sobre los escombros de una enorme puerta negra...

—¡¿di Angelo?! ¿Pero qué paso aquí?

Nico no respondió, simplemente se quedó mirando al cuerpo inerte de su primo mientras este apretaba fuertemente su mano. A simple vista parecería que Nicola di Angelo estaba bastante preocupado, sin embargo su expresión detonaba un enorme enojo.

Algo dubitativo, Will se acercó para mirar más de cerca y noto que el príncipe de Atlantis contaba con heridas bastante severas. Automáticamente Will comenzó a quitarse la camisa y a rasgarla para hacer un vendaje muy improvisado.

—Por todos los espíritus del aire, ¿qué ocurrió di Angelo? Es que no puedo dejarte solo ni cinco minutos por que ya estás haciendo que el país entre en guerra al matar a su sucesor...

—...

—¿Cuándo vas a comprender que la violencia no soluciona todo? Es que parece que tú eres un hijo de marte ¡carajo!

Nico susurro algo tan quedamente que Solace apenas fue consciente de su pregunta, pero cuando terminó de envolver la pierna de Perseus con cuidado, sintió de nuevo que un sonido se había escapado de la boca del rey del mundo.

—¿Qué?

—¿Él estará bien?

Admitir que ver que Nico estaba preocupado de alguna manera por su primo, era como tragarse un hierro caliente por la garganta. Y así como la parte instintiva y celosa de Will hacía acto de presencia, su sentido del deber como doctor le hacía entrar en razón, obvio que Nicola mostraría preocupación, son familia después de todo y por lo poco que sabía, en algún momento su tensa relación no había existido.

Y fuera la relación que ellos tuvieran, solo correspondía a ellos dos, Solace no tenía por qué meterse en ella por más celos que tuviera. Pero también su vínculo especial con el rey del mundo lo impulsaba a querer ser dulce con él, transmitirle de alguna manera calma por el estado de su primo, después de todo solo hacían falta que el rubio usara sus poderes y el chico estaría como nuevo en un par de horas.

—Él va a estar bien Nico, mientras yo este aquí nada le pasara al príncipe de Atlantis.— con una dulce sonrisa le habló Will mientras se disponía a entonar una dulce canción y de sus manos volvían a surgir los listones curativos. La luz dorada envolvió rápidamente el cuerpo de Percy y comenzó a sanar sus heridas una por una...

A la par mientras estas heridas cerraban, una imagen se hacía cada vez más nítida en la mente de Solace. Era el paisaje de un bote a las orillas del lago artificial más cercano al castillo del Hades, y dentro del bote se encontraba una pequeña figura hecha un ovillo entre las tablas.

Cuanto más afectaban los poderes de Will las heridas del príncipe esta imagen era cada vez más clara y finalmente pudo ver quien era esa misteriosa silueta dentro del bote.

Llorando amargamente, con un claro golpe en la mejilla y hecho una bolita, se encontraba un pequeño Nico de no más de cinco años, abrazando sus rodillas mientras no paraba de dejar que lagrimas cristalinas corrieran por sus mejillas amoratadas. No tardo en escuchar sonidos de pasos.

—¡Aquí estas Nico, me tenías preocupado!

—Pewcy...

El otro niño que acababa de llegar era unos tres años mayor que el propio Nico, tenía el mismo cabello negro rebelde y esos ojos acuamarina tan encantadores como las olas del mar. Su sonrisa era muy dulce y llena de preocupación al ver a su primo en ese estado.

—¿El tío Hendriksen te volvió a pegar?

—... P-pawa se enojó polque aún no... no pueldo pwonuncial b-bien...

—¡Eres pequeño, pronto podrás hablar fuerte y claro como él! Entonces será mi tío quien se quede sin palabras cuando te escuche.

Nico continuo llorando mientras se sobaba la herida en la mejilla a la par de que intentaba no llorar. Su madre le había dicho que los chicos no lloraban, al menos no frente a los demás y que si quería callar los gritos de su padre, entonces él tendría que ser un niño firme.

Pero era imposible, parecía que el golpe dolía horrores y se notaba en el llanto desconsolado del más pequeño, que el regaño de su padre había sobre pasado los limites. La cara de impotencia que puso el pequeño Percy fue la misma que puso Will al ser consciente de la escena que estaba presenciando.

—Ya no llores Nico... estoy aquí y yo te voy a proteger.

Con ese último monologo a la par de que el pequeño Percy limpiaba con su propia manga, las lágrimas del más pequeño, el recuerdo se desvaneció en un haz de luz e hizo que a Will se le debilitaran las piernas por un momento hasta hacerlo casi caer de espaldas. Afortunadamente unas manos delicadas evitaron que esto ocurriera y antes de que Solace se desmayara por completo, pudo ver los ojos dorados de Hazel llenos de agradecimiento por lo que acababa de hacer.

...

Cuando Percy despertó, se sorprendió mucho al ver que quien estaba a su lado no era nadie más que el propio príncipe solace, quien estaba cambiándole un vendaje en la perna con extremo cuidado.

— ¿Dónde...?

—No te muevas... Estoy por terminar así que no estropees mi trabajo de casi tres horas.

Percy no respondió nada, simplemente se quedó observando como el príncipe del Sol se dedicaba a tratar sus heridas con el máximo cuidado posible, totalmente concentrado en su tarea sin pestañear incluso.

Ahora que Perseus veía de cerca al príncipe, le vino a la cabeza una idea del por qué Williiam Solace era adorado por su primo. El mismo joven irradiaba una paz y calidez tan grande que sería capaz de derretir hasta el corazón más frío de todos, su aura tan pacífica y alegre era como miel a las abejas, cualquiera querría acercarse de lo agradable que parecía. Nada que ver con el príncipe sádico y feroz que lo amenazo hacía tan solo unas horas en el pasillo del cuarto de Nico.

Sin mencionar que el muchacho era muy guapo. Aparentaba ser menor que Percy por lo menos dos años y tenía un rostro juvenil, totalmente atractivo con un toque exótico dada su dorada piel llena de pecas y sus ojos azul cielo. Muy diferentes a los del propio Perseus que siempre se habían caracterizado por tener un tinte verde...

—¿Qué pasó...?

—Lo mismo quisiera saber yo, pero tanto di Angelo como tu son unas tumbas a la hora de dar explicaciones.

—... ¿Por qué estás aquí?

La pregunta desconcertó un poco a Will en el sentido de que de todas las preguntas que el desorientado príncipe de Atlantis podía hacerle, tenía que ser justamente esa.

"Por qué soy un sanador y mi futuro marido casi te deja en coma por la paliza que te propino"

—¿Tienes algún problema con ello?

—¡No! Bueno, yo no pero... c-creí que me odiabas... No es común que cures las heridas de la gente que odias...

Will lo miro fijamente por unos segundos antes de suspirar con cansancio.

—Yo no te odio.

—¿Ah, no?

—No. Creo que odiar es un sentimiento demasiado oscuro y desagradable... No me mal interpretes pero sinceramente no me agradas, mas no te odio.

Percy dejó escapar un pequeño "ah" mientras se dedicaba a terminar de ver como Solace quitaba la última venda.

—Con esto deberías ser capaz de caminar y moverte libremente. Lo único que no ha terminado de curarse es la herida en tu ceja, pero con un par de ungüentos de rapónchigo podrá cicatrizar completamente.— Percy terminó por sentarse completamente en la cama mientras empezaba a mover sus maños y brazos para comprobar las palabras del otro muchacho frente suyo.

Inmediatamente Will comenzó a guardar todos sus instrumentos de trabajo en la maleta que Hipócrates le había dejado para su uso. Y mientras hacía esta labor, Percy lo miraba aun sorprendido.

¿Por qué William Solace había tratado sus heridas?

—Bueno, con esto mi trabajo acá ha terminado.

—¿Nico está bien?— Apresuradamente pregunto Percy antes de que el rubio dejara la habitación.

Will lo miró un tanto escéptico antes de asentir con la cabeza.

—Está bien, solo tuvo pequeños raspones que el doctor real ya ha atendido.

—Oye... Perdona que insista pero enserio, ¿Por qué me ayudaste? Pudiste haber curado las heridas de Nico en vez de las mías. — Will lo miró levantando una ceja con cierta duda. ¿Tan poco confiable era? Bueno, el príncipe de Atlantis ciertamente no lo conocía pero tampoco era como para dudar así de él.

— Soy un sanador, jure ante mis dioses que sin importar quien fuera el paciente, mi deber es ayudarlo. Además... Nico estaba muy preocupado por ti, no podría dormir tranquilo sabiendo que él tenía esa cara y yo no hice nada para traerle paz.

Percy abrió los ojos con sorpresa y le parecía ver chispas alrededor del chico rubio, quien al mencionar a Nico sonrió tímidamente.

—Tú... realmente quieres a Nico. ¿Verdad?

Will ensombreció su expresión por unos momentos antes de mirar directamente al muchacho frente a él.

—Si soy honesto... Sí, quiero a Nico. Pero una parte de mi es totalmente consciente de que no nos conocemos el uno al otro, que solo estoy enamorado de lo poco que conozco de él, así que no estoy tan seguro de mis sentimientos.

—No deberías comerte la cabeza con ello... Cuando se quiere, no es cuestión de saber si no de sentir. Y por lo que veo en tus ojos, tu amor por mi primo es bastante honesto. Estás enamorado de Nico.

Will lo miro un tanto sorprendido mientras se sentaba a su lado en la cama.

—¿Tu nunca has estado enamorado?

—Sí... Una vez.

—¿Es por eso que me dices que solo es cuestión de sentir?— Percy le sonrió picaramente mientras se recostaba en la cama con los brazos debajo de su nuca. 

—El primer amor siempre es el más difícil por eso es mejor cuando es tan intenso cuando solo lo sientes y no lo piensas. ¿Por cierto, por cuanto tiempo llevas...? 

—Creo que desde la primera vez que lo vi bajo los rayos del sol...

—Wow ¿Nico salió a la luz del sol? Tengo que darte méritos por conseguir eso con el actual él.

—¿Tú quieres a Nico?— Will corto rápidamente la broma de Percy antes de que se desviaran del tema.

—... Le quiero.— Respondió Percy con firmeza tras un silenció muy breve.— pero no de la manera en que tú lo quieres.

¿Qué?

—Cuando éramos niños... Yo fui testigo incontables veces de como ese dulce ángel fue maltratado por el propio hombre que le dio la vida. Como lo trataban a él y a mi prima era repugnante, pero más dolor me provocaba ver como ellos sonreían a pesar de todo y seguían llamando a su verdugo papa, seguían buscando su aprobación o sus pocos gestos de cariño. Una vez Nico se emocionó hasta las lágrimas solo porque Hendriksen le dio una sola caricia en la cabeza... ¿Te imaginas que tan carentes de amor estaban esos niños al punto de que la caricia más fría lo era todo para ellos? —Will tragó grueso mientras escuchaba con el corazón en un puño.— Odiaba verlos así... pero a su vez mi instinto me decía que tenía que hacer algo, yo solo quería ser grande para hacerle frente a mi tío y protegerlos.

—Percy...

—Siempre estaba lleno de impotencia al ver como mis padres eran los más afectuosos del mundo conmigo y en el otro lado del mar, mi tío les hacía la vida imposible a mis únicos amigos en el mundo... Tras la muerte de Bianca las cosas no mejoraron y ahora toda la rabia se concentraba en Nico y su madre. Un día le pregunté a mi madre como podría ayudarlo, y ella me dijo que si me casaba con Nico, podía llevármelo a Atlantis junto con su madre, mientras yo tuviera una posición más alta era totalmente posible. Por eso hicimos esa promesa de casarnos en cuanto yo cumpliera la edad de contraer nupcias.

Will miró atentamente como los verdes ojos de Percy empezaban a quebrarse lentamente frente al propio príncipe.

—S-sin embargo... Un día mientras jugábamos, a Nico le llegó su primer celo, tuve que alejarme porque su aroma era demasiado penetrante. Hendriksen estaba furioso, no solo porque su único hijo varón había sido encontrado en una situación comprometedora con su propio primo, sino porque resulto que su heredero pertenecía al género más bajo de todo el estatus social. Amenazo a mi padre con mandar una peste si yo volvía a pisar las tierras del Hades o si mantenía algún contacto con él...

—Por eso te distanciaste de...

—No tenía elección, de otra manera las relaciones entre ambos reinos se podían ver gravemente afectas. Mi padre no quiso que se hablara más del tema y me mando al internado media sangre para príncipes herederos. Estuve incomunicado por años y solo hasta que me gradué del internado, pude enterarme de lo que estaba ocurriendo al otro lado del mar... —El moreno respiró con dificultad antes de continuar.— Comprendo el enojo de Nico, así como también acepto que cuando nos reencontramos dije cosas horribles, dude de su palabra e incluso de su autoría como monarca del mundo, repudie sus ideas abiertamente durante el primer periodo de las guerras y le hice mucho daño con mi indiferencia estos últimos tres años. Y aun cuando volví, dispuesto a cumplir mi promesa de protegerlo, no hice más que traerle infelicidad... Soy un pésimo guardián.

Para este momento una lágrima traicionera se escapó de las pupilas acuamarinas de Percy mientras apretaba las sabanas, conteniendo lo más posible las ganas de llorar. Will le miró con una mueca triste y dejo su mano sobre su hombro.

—Si te hace sentir mejor... No creo que Nico te odie totalmente.

—Si lo hace... me estrello contra la puerta de su habitación.

—Si pero... también me pidió que yo terminara de atender tus heridas. Y eso no es algo que siempre me pida.

—... ¿Qué quieres decir?

—Nico solo me confía la salud de aquellas personas a las que realmente no quiere perder. Después de todo, soy su futuro esposo y un hijo de delos.—Sonriendo dulcemente respondió Will antes de que la puerta de la habitación se abriera, dejando ver a un ya tranquilo, Nico di Angelo.

Ambos jóvenes miraron al monarca entrar mientras este se acercaba a la cama donde ambos chicos estaban sentados.

—¿Cómo están tus herida?

—¿Eh? Ah yo... Yo estoy bien solo...

—¿Eso que dijiste... era verdad?—Interrumpió Nico mientras un pequeño sonrojo se mostraba en sus orejas al ver la cara desconcertada de Percy.—L-lo que le dijiste a Will... Todo eso... ¿Es verdad?

Percy le dio una mirada lamentable antes de asentir con la cabeza lleno de pena. Solace comprendió en ese momento que esa era su señal para retirarse. De lo contrario quedaría como la séptima rueda y ese no era el papel que Solace quería jugar en ese momento.

—Bueno, creo que ustedes tienen mucho de qué hablar... Y yo tengo muchas clases atrasadas así que me voy retirand..

La pálida mano de Nico le sostuvo de la muñeca antes de que Will terminara su oración.

—Tú y yo... ¿Podemos hablar después? —Las orejas de Nico seguían sonrojadas por el nervio y su mirada cristalina detonaba que aún había algo de inseguridad en su interior, sin embargo nunca dejo de ver a Will directamente a los ojos y esta vez su voz no tembló para nada.

Automáticamente Solace cayó en cuenta de que no podría escapar tan fácilmente, tarde o temprano él y Nico tenían que hablar... Y dada la seguridad que ahora di Angelo le daba y que sus sentimientos se habían aclaro con esa pequeña charla entre él y Percy, supo que ahora él era quien tenía que ceder.

—Claro. ¿Te espero en el jardín?—Respondió Will dejándole una cálida sonrisa al tomar la mano de Nico para separarla de su muñeca.

—¿Eh? ¡Sí, sí. Yo, ahí te veré...!

Dicho y hecho, Solace soltó lentamente la mano del más joven mientras se disponía a salir de la habitación donde tras una larga charla, una amistad empezaba a volver a formarse después de años de haber sido destrozada...

...

Para cuando Will sintió la presencia de alguien más en el jardín el sol ya se estaba ocultando. Sin girarse en ningún momento espero hasta que Nico se sentó a su lado en un sonido seco. El cantar de los grillos inundaba el lugar y parecía que la brisa fría del país del Hades estaba más inquieta que de costumbre.

Por muchos instantes ninguno de los dos se atrevió a romper esa atmosfera, que era bastante cómoda y agradable para ambos chicos. Era como si volvieran a esos días donde no había un estúpido vínculo de destinados o secretos absurdos entre ambos chicos. Solo la dulce presencia del otro que ayudaba a complementar sus almas...

Sin embargo, esta vez tenían que hablar. Y contra la ley de lo "normal" fue Nico quien inició el dialogo.

—Will... Lo siento mucho.

—... ¿Por qué?

—Por ocultarte todas esas cosas... Eres la persona que más merecía saber mi verdad y cuál era el lazo que nos unía, sin embargo no te lo dije porque soy un cobarde. Tanta gente se ha alejado de mí solo por mi condición de omega que automáticamente supuse que tú también lo harías, hablarte de nuestro vinculo me obligaba a revelarte mi segundo género, por lo tanto fui egoísta y me guarde el secreto todos estos meses.

—...

—Y también quiero que me perdones por no amarte como es debido. Yo... eres una de las pocas personas que me ha dado algo de cariño y afecto. Siempre te preocupas por mí, sé que me regañas por qué quieres verme bien y que sueles ser insistente con tus estúpidas órdenes del doctor porque... esa es tu forma de decirme que te importo lo suficiente como para que no dejes de vigilarme. A su vez siempre me mimas, me tocas sin temor o asco, me sonríes cada mañana a pesar de que tus días sean malos o que no hayan comenzado de la mejor manera y siempre haces todo para poder ser un apoyo incondicional en mi vida, me aceptaste aun con todas las groserías que te hice nada más llegar a mi país que yo directamente asumí que lo nuestro ya era perfecto. Y darme cuenta de la poca confianza que te tuve para revelarte mi secreto me abrió los ojos con respecto a la forma en la que estaba llevando toda esta situación.— Nico decidió bajar unos cuantos escalones del kiosco y desde abajo empezó a ver a Will directamente a los ojos mientras sostenía su mano en una suave caricia.— He cometido error tras error contigo Will, pero eso es ... porque tú eres la primera vez que quiero que todo lo relacionado a nosotros sea perfecto y al quererlo así, no hago más que lastimarte.

Will suspiro con calma, asimilando una a una las palabras de Nico.

—Yo también... Quería que fuera perfecto.

Ambos chicos pusieron una mueca llena de dolor en sus rostros. Era triste ver como a pesar de tener buenas intenciones, todas las cosas entre ellos habían salido tan mal.

—Yo quería... que nuestra historia fuera digna de un cuento di Angelo. La química que sentimos es tan espontánea y fuerte que esperaba de todo corazón que lo nuestro fuera totalmente verídico y mágico. Pero cuando me entere de nuestro vinculo... dude por que naturalmente reaccionamos el uno al otro, la atracción que hay entre nosotros no es por amor si no por el mero instinto.

—¡Te equivocas!

Nico agarro fuertemente ambas manos de Will mientras las besaba en un acto desesperado por borrar esas horribles ideas de la cabeza de Will.

—Eres una persona demasiado increíble William Solace, sería una tremenda estupidez de mi parte el no enamorarme de ti.

Los ojos azules en ese momento empezaron a dejar escapar unas cuantas lágrimas mientras que las orejas de Nico agarraban un lindo tono rojizo. Para Will fue imposible no querer devolverle el apretón de manos en ese momento, buscando aferrarse el uno al otro, como si de no hacerlo fueran a perderse y no volverse a ver. La necesidad crecía conforme sus miradas se conectaban y en cierto momento, Solace no pudo soportarlo y jalando las manos del otro chico termino por fundirse un fuerte abrazo que duro por varios segundo, con ambas manos tocándose en el acto, los brazos, la espalda, la cintura, el pecho... Buscando saber que esto era real y que no había razones para dudar sobre lo que sentían.

Los sollozos de Will continuaban y en cierto momento fue Nico quien acuno el bonito rostro de su prometido entre sus manos, para besar las lágrimas que se deslizaban sobre sus mejillas. Luego empezó a dejar caricias en las mejillas de Solace con sus propios pulgares, limpiando el resto de su llanto. A la par de que el rubio se agarraba firmemente de su cintura.

Di Angelo observo el rostro frente a él y pensó que en definitiva, no había hombre más hermoso que el que se encontraba en sus brazos. Con los dedos delineo el puente de pecas que se formaba en el rostro de Will, creando con ellas en su mente miles de constelaciones de estrellas.

El brillo de admiración y de total cariño que iluminaban los negros ojos del rey del mundo fue lo que le dio la confianza a Will para saber que cada una de las palabras dichas por ese muchacho de catorce años era verdad. Nico di Angelo por una vez, le estaba hablando honestamente desde el corazón.

Enterrando su rostro en el pecho de Nico, Solace entendió que lo suyo iba más allá de un vínculo destinado. Sabía que finalmente había encontrado su lugar y ese era en los brazos del rey de los fantasmas.

La luna ahora estaba en lo más alto del cielo y ambos chicos continuaban abrazados, solo que ahora habían decidido tirarse en el pasto del inmenso jardín mientas se contemplaban mutuamente. Sus respiraciones tranquilas, acompañadas del sonido de las flores al moverse con el viento y el canto de los insectos hacían de su encuentro algo espectacular. Y a pesar de que después de varios días, Will finalmente se sentía plenamente feliz, aun había un cierto detalle que lo incomodaba. Por eso cuando desvió la mirada pensativo, Nico no pudo pasarlo por alto.

—¿Qué te preocupa?

—...

—Will... Puedes decírmelo, prometí que no habría más secretos entre nosotros, así que no tengas miedo de preguntarme lo que quieras.

Will lo miro con cierta duda en sus ojos, los cuales temblaban ansiosos por sacar a flote sus inseguridades.

—Bueno... Creo que te diste cuenta que a pesar de todo lo que nos hemos dicho, es obvio que sabemos muy poco el uno del otro. No te voy a negar que eso es algo que me inquieta aun.

Nico lo miro seriamente por un instante antes de levantarse del pasto para sentarse, respiro pesadamente y comenzó a hablar.

—Mi nombre completo de nacimiento es Nicola Eliseum di Angelo I, pero mi nombre fue cambiado a Solamente Nicola di Angelo I cuando asumí el puesto de rey, mis padres son el rey Hendriksen de Eliseum VI y la favorita, María di Angelo. Mi única hermana consanguínea era Bianca di Angelo I, quien murió al caerse de un caballo, mi hermana menor Hazel desde entonces es mi única compañera. Mi sangre es O+ y mi signo zodiacal es acuario. Tengo catorce años, aunque no lo paresa por mi estatura (insisto en que seguiré creciendo). Soy un omega dominante pero por años he tomado medicamentos para suprimir mis hormonas desde que era muy pequeño, mi madre era una hechicera de las tierras de Calíope, por lo que herede su don mágico a pesar de ser un omega, no había conocido el afecto de nadie más que ella y Hazel, hasta ahora. Comencé una guerra mundial y la gane en tres años debido a que quería vengarme de todo el mundo que menosprecio a mis seres queridos...

Nico empezó a enumerar un montón de cosas ante la atónita mirada de Will mientras este lo escuchaba atentamente. Ese gesto tan dulce consiguió conmover el corazón de Solace al punto de sacar de sus labios, la sonrisa más espontánea y dulce que podía tener.

—Odio los vegetales, en especial las que son verdes, de niño mi juego favorito eran el ajedrez y las cartas, no soy hábil para usar el arco pero desde niño domé muy bien la espada, no tolero las promesas rotas y las injusticias, esparcí rumores de lo despiadado que puedo llegar a ser dentro de mi corte con la intensión de que nadie hiciera preguntas innecesarias sobre mis decisiones, soy terco y tengo un carácter de mil demonios, odio que me levanten temprano e irme a la cama sin haber terminado mi trabajo, las personas más importantes para mí, son tres... Hazel, Jules y mi prometido, William Solace. Quien ha comenzado a enseñarme que hay más cosas hermosas en el mundo de las que imaginaba.

—... Eso fue...

—Con el tiempo te contare más cosas, pero creo que esto es lo básico que debes saber si quiero empezar de nuevo contigo.

Solace suspiro con ternura mientras se sentaba enfrente de Nico para poder verlo a la cara.

—En ese caso... Mi nombre de nacimiento es William Dalal Laghari Solace, pero por favor no me llames Dalal, me lo pusieron en honor a mi difunto abuelo y casi nadie me llama por ese nombre, así que nunca respondo a él... Bueno solo cuando mi abuela lo usa y es porque sé que me voy a llevar el regaño del siglo. Mi padre es el rey Apolo Magnus III y su quinta esposa, la princesa Naomi Lisett Solace VII de las tierras de jade. Soy A+ de sangre y mi signo zodiacal es Geminis, tengo quince años y el mes que vine cumpliré los dieciséis. Cuando tenía doce años me caí por las escaleras del palacio y estuve en coma por casi un año, cuando desperté no tenía recuerdos de quien era o quienes eran todas esas personas que lloraban mi recuperación. Por lo que sé, fui criado en el monte por mi abuela desde el primer momento en que empecé a caminar... Jamás he visto a mi madre y si alguna vez la conocí, no recuerdo su rostro ya que ella cayó en coma después de darme a luz, no me dejaban estar cerca de ella y supongo que era porque es muy fuerte para un niño ver a su madre dormida y atada a la vida con encantamientos constantes de sanación. Mi nodriza fue el segundo esposo de mi padre, el rey Jacintus, también fue quien se ocupó de mi educación los primeros años de mi vida antes de pasar mi total tutela a mi abuela. Soy el treceavo de quince príncipes y princesas... Aunque para este momento creo que ya somos diecisiete y es que tenía dos hermanitas por nacer antes de venir acá. ¡Ah, que por cierto, adoro a cada uno de mis hermanos! Pero con quien siempre he tenido una mejor relación son mis hermanos mayores Michael y Lee. También con mi hermana Kayla quien es un año menor que yo... Y con mi "melliza".

—¿Tienes una hermana melliza?

—Bueno, no exactamente. Ella es hija de Jacinto, pero casualmente nació un par de días antes que yo, así que somos casi como hermanos gemelos. Nos criamos juntos como si realmente fuéramos gemelos, al parecer yo siempre di por hecho que Jacinto era mi madre biológica y era muy normal vernos juntos, la gente nunca pensó que fuéramos hijos de distinta madre. Recientemente mi abuela la acogió para formarla en el arte de la guerra y volverla sacerdotisa ya que cuenta con el poder de la adivinación (es algo mucho más común que la bendición de Helios), de ahí su nombre: Devanesa.

La brillante mirada de Will al hablarle a Nico sobre su familia y todo lo que le gustaba terminó por sumergir a ambos jóvenes en un mar de preguntas y respuestas. Will le contaba sobre su vida y le había una pregunta a di Angelo sobre la suya. La noche paso y parecía que esos dos adolescentes no tenían la mínima intención de parar su conversación.

Al parecer, su nuevo pasatiempo favorito era el conocerse.

...

—Entonces Nico... ¿Me das el empleo?

—Percy, ya te dije que no necesito un primer ministro, Jules se encarga de esas cosas por mí.

—¡Oh por favor Nico! Will, dile que me dé el trabajo, por favor.

Will soltó una risa traviesa mientras se encogía de hombros, dándole entender al otro chico que por más que quisiera ayudarle, no es como si Solace pudiera hacer un gran cambio, la palabra de su prometido era la ley en esas paredes de mármol negro.

Hacía ya casi un mes desde el incidente con Percy y la relación entre los tres involucrados había mejorado considerablemente. Si bien Nico todavía era indiferente en algunos aspectos a su molesto primo, tampoco es que fuera una molestia total, ya que de vez en cuando era posible ver la diminuta sonrisa de di Angelo mientras molestaba a su primo con sus constantes batallas de sarcasmos.

Mientras la divertida discusión ocurría, todos estaban llegando al comedor con la disposición de merendar. Como un acuerdo mutuo, Will y Nico habían decidido que sin falta, merendarían juntos todos los días con la intención de platicar y conocerse más, las demás comidas estaba bien si no se veían, pero esa merienda era totalmente obligatoria. Hazel no dudo en unirse a esta linda tradición, ya que ella también tenía muchas ganas de saber más de su querido cuñado y que a su vez, este conociera más facetas de la joven princesa.

Por lo cual no fue una sorpresa encontrarla ya preparada para comer mientras recibía en una bandeja la correspondencia de ese día.

—¡Chicos! Los estaba esperando.— Alegremente comento la morena mientras invitaba a todos a tomar asiento. Era la primera vez que Percy se les unía a la merienda, así que Will esperaba que fuera un momento de lo más entretenido.

Pero la verdad es que no todo podía ser perfecto...

—¿Algo que requiera urgencia Hazel?— Preguntó Nico mientras se sentaba en su lugar de la mesa.

—No lo creo, la mayoría son quejas de Octaviano sobre la remodelación de las estatuas del templo principal... ¡Ah, es verdad! Will, te llego una carta de parte del ducado de Delos. Lo firma una tal Devanesa.

Los ojos de Will brillaron de emoción al escuchar esa noticia. La última vez que había sabido algo de su hermana fue tres meses antes de irse al país del Hades. Devanesa y su abuela habían ido en un viaje de peregrinaje a las islas de la Melpómene como parte del entrenamiento de su hermana, y desde entonces solo sabía que estarían de regreso en el ducado para el inicio de la primavera.

—¡Nico, es una carta de Devanesa!

Will sonrió emocionado hacia su prometido, buscando algún tipo de autorización para abrir su carta en ese preciso momento, Nico no se lo negó y hasta una dulce sonrisa le dedico mientras ordenaba a un sirviente que le trajeran una navaja para abrir el sello de la carta.

Fue con un movimiento rápido que la carta se abrió frente a un emocionado Will que empezó a leerla con emoción. Emoción que fue decayendo poco a poco hasta dejar a Solace completamente pálido y los ojos cristalinos. Todos los presentes notaron el cambio tan fuerte en el rostro del príncipe y Nico fue el primero en acercarse a su prometido.

Will contuvo con mucho esfuerzo las ganas de llorar para cuando terminó de leer la carta de sus manos, de hecho estas últimas temblaban con nerviosismo y a duras penas podían mantener la carta en su sitio. Llego un momento en que fue inevitable que Nicola notara el temblor de su cuerpo y con cierta angustia le dejo una mano sobre el hombro.

—¿Will , qué pasa?

—N-nico yo... yo tengo que volver a Delos.

Frijoles saltarines!!!

Terminamos el primer Arco de Percy y damos inicio a uno de los arcos argumentales  más importantes de toda la historia.  Y que como he mencionado antes, es el arco que más me emociona escribir y es el que más tengo planeado, a parte de que va a ser más largo que todos los demás.

Y les comento que me apuraba ya cerrar este arco de percy en particular por que quiero subir todo el tercer arco en un maratón para celebrar que esta historia cumple dos años el 19 de Junio <3 Yeiiiii <3 Gracias a todos los que han estado apoyando la historia, dándole amor desde entonces y no dejándolo caer en el olvido jijiji.


¿Que les pareció el capitulo? Vi que el pasado les gusto bastante y espero no haberles decepcionado. Más que nada por que yo también me sentí tan perdida como Will a la hora de plasmar mis ideas en palabras. Hace rato que no me metía tan de lleno en como se sienten mis personajes y he de decir que hasta yo salí bien afectada tras escribir y leer lo que escribí.

Sin mencionar que estoy en luto desde hace dos semanas, fue un caos que me deprimió bastante y la verdad ando en un mod muy sad (fans de Owari no Seraph me entenderán). Espero que mis emociones no hayan afecto lo que escribí por que si no he cagado el capitulo :'v


*Y AHORA UN ANUNCIO PARROQUIAL*


Relacionado con lo anterior, estoy dejandoles en claro que esta sera la ultima actualización hasta el 19 de Junio.  Ya que me voy a super concentrar en dejarles todo el tercer arco preparado para la maratón y puede que haga un concurso para renovar la portada o un especial animado de preguntas y respuestas o un capitulo especial acerca de los padres de Nico(nada de estas dos ultimas opciones esta decidido, aun lo tengo que consultar con mi beta) Y quiero continuar con otros proyectos como lo son MR. Blue, La reencarnación de una traición (Klance que solo esta disponible en mi cuenta de Amino) y tal vez unos cuantos oneshots solangelo que tengo ahí pendientes por terminar. 

(Que por cierto, para las personas que quieren mi amino, pueden encontrar mi arroba en mi biografía del perfil. No soy tan activa en la comunidad de percy jackson, más bien lo soy en la comunidad de otaku, klance y en los juegos otome. De igual forma si quieren dan un vistazo, acá les dejo mi arroba en la comunidad de P.J     )

Pero bueno, no me pueden culpar ya que les he dado más actualizaciones de este fanfic de las que suelo dar. Me estoy poniendo las pilas en ello aprovechando mi enclaustramiento de la cuarentena y trato de mantenerme lejos de mi familia para que no corra sangre en la sala de estar. Hahahaha :V

De igual manera les digo que no vamos ni a la mitad del fanfic así que tendrán historia para mucho más rato. Y por los demás personajes, descuiden que cada uno aparecerá en su momento y tendrán sus propios arcos argumentales. (De hecho después del arco que viene, se acerca el arco de Jason)

AHORA SÍ, SIN MÁS QUE DECIR.

NOS LEEMOS PRONTO


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