XII. Un anillo para el Sol (2/2)

(Nota de la autora: Reproduzcan la multimedia cuando los ** esten en negritas y cursivas)

ADVERTENCIA DE LIME EN ESTE CAPÍTULO (NO LEMON. AGUAS CON ESO)

- ¡No creas que ese chucho te protegerá siempre William Solace. Esta noche apenas está comenzando! - Escucho maldecir a uno de los hombres. - ¡Los demás te seguirán el rastro, príncipe pagano!

Por breves instantes Solace creyó desmayarse, los ojos le pesaban y el corazón repiqueteaba en su pecho con insistencia. Podía sentir la caliente sangre escurrirse de sus dos heridas de gravedad y como estas palpitaban de dolor. Después percibió una sensación húmeda y cálida en la mejilla, junto con unos aullidos lastimeros a su lado.

-¿Cer... bero? - Pronunció con dificultad y en respuesta recibió un lengüetazo de lleno en la cara. - Gra...cias amiguito... Te debo una.

Will entonces perdió la conciencia.
********************************

Cuando Solace empezó a ser un poco más consciente de donde se encontraba, estaba en movimiento. No sabía como pero se estaba moviendo por el bosque, podía ver claramente como los árboles cambiaban como si estuviera en un mar y estos fueran impulsados por las olas de estrellas del cielo.

Y así continuo varias veces, en un ir y venir entre la conciencia y el desmayo total hasta que la imagen cambió y se topó con unos hermosos ojos negros que le miraban con angustia.

¿Acaso era que había perdido tanta sangre que ya había empezado a delirar con Di Angelo? ¿Era un flash back de lo que había visto días antes cuando Nico le recibió en sus brazos tras ser atacado por una flecha? O era una expresión que siempre quiso ver en el rey y ahora su atormentada mente lo complacía en sus últimos minutos...

Sin saber cuánto tiempo había pasado, Will empezó a recobrar la conciencia de manera paulatina. Más que nada porque un delicioso aroma le llenó los pulmones y empezó a distraerlo junto a la melodía de una ronca voz que cantaba algo en un idioma que desconocía totalmente. Se parecía un poco al idioma de las amazonas de la isla de su tía artemisa pero algo era diferente... Esto en vez de dar una advertencia, invitaba a Solace a querer tener más de cerca esa voz que le cantaba.

Cuando pudo abrir sus ojos y ser consciente de lo que veía, una sonrisa boba se dibujó en su rostro. Nicola di Angelo le sostenía en brazos mientras acariciaba sus cabellos dorados y le cantaba a duras penas algo al oído.

-Eres un desastre cantando di Angelo...

- ¡Will! - Abruptamente se interrumpió el moreno para poder mirar al chico rubio en cuestión, tomando su rostro entre sus manos para poder apreciarle mejor - ¡Por todo lo sagrado Solace, estas bien!

El rubio percibió ese tono de alivio en la voz de Nico y decidió regalarle una cálida sonrisa que transmitía el único mensaje de "estoy bien", queriendo confirmar las palabras de Nicola. En respuesta el chico moreno junto las frentes de ambos en un gesto desesperado.

-Idiota... deja de darme sustos así.

-Admítelo... sin mí, tu vida sería muy aburrida. - Con cuidado menciono Will mientras frotaba su nariz con la de Nico en una suave y tierna caricia. Como respuesta a ese gesto, el menor no dudo en besar los partidos labios de Solace con la mayor delicadeza posible. Era un contacto muy suave y lento, parecía que el propio rey temía lastimar al otro, lo acariciaba con su boca como si de un fino cristal se tratara.

Quedaron en silencio un par de minutos hasta que Will fue consiente de todo, su desmayo le había permitido a su poder de sanación actuar de manera no tan eficaz como para curarle completamente pero si para poder evitar que se desangrara. Cuando vio que la herida seguía abierta, volteo a ver a Nico y le preguntó si así como traía sus dulces labios a él, había traído consigo algunas vendas.

El moreno negó con la cabeza pero le mostró que traía uno de los ungüentos de Delos para heridas de gravedad. Will asintió con la cabeza y le explico a Nico como tenía que aplicarlo. Al inició ardió como el infierno y los quejidos del rubio delataban eso, al grado de que el propio chico moreno retiro su mano, asustado de haber lastimado a Solace.

-Perdón...

-N-no, no es tu culpa Nico. Es normal que arda... Lo estas aplicando sobre la carne viva.

Un silencio de nuevo se instauró entre los dos, donde ambos con la mirada se hicieron miles de comentarios, preguntas y reproches que en ese momento no se atrevieron a expresar verbalmente. Quién rompió el silencio fue de nueva cuenta Will.

-Nico... ¿Qué haces aquí?

- ¿Acaso no es obvio? No responderé a una pregunta tan estúpida como esa. - Con cierto reproche le respondió el moreno mientras continuaba curando las heridas de su prometido con el ungüento.

-... ¿Me seguiste porque he fallado?

- ¡¿Es que no eres consciente de tu situación actual Will?! - Esta vez Nico se irguió de su posición inicial y levantó la voz con más vehemencia. Cosa que llamo la atención de cierto perro negro que dormía a un lado de esos dos, quien emocionado por ver al príncipe de Delos despierto, corrió a su lado para darle más lengüetazos al chico rubio.

­- ¡Cerbero! Fuiste tú quien me salvó hace un rato... Que buen chico eres. - El rubio le regaló unas caricias en la cabeza al animal mientras este movía la cola con emoción. - ¿Lo enviaste a buscarme?

Esta pregunta fue dirigida ahora hacia Nico, demostrando en el tono de Solace que estaba tratando de evadir el regaño por parte del rey con un comentario hacia el valor del animalillo al salvarle la vida en el último momento.

-Algo así... Sabía que en algún momento tendrías que escapar del laberinto, así que le dije que te buscara por los alrededores. - Respondió Nico algo sorprendido por lo que estaba mirando. Ya había escuchado de parte de Hazel que Cerbero tenía cierto aprecio por Will, pero no se imaginaba que a ese grado llegaba. - Le... agradas bastante.

-Y él a mi... ¡¿Quién es un buen "perro demoníaco"?! ¡TU LO ERES! - Comenzó a achucharle Will con cariño mientras le rascaba la panza a cerbero que movía la pata de lo más lindo. Dejando a Nico en un enorme estado de confusión al no saber si sentirse ofendido por que su destinado le decía más palabras de cariño a su perro que al propio di Angelo o si maravillarse al ver que su adorada mascota finalmente había cedido a las caricias de otro que no fuera él, dando a entender que su fiel guardián aprobaba a su amado.

La voz de Will fue lo que le hizo recobrar el hilo de la situación, justo cuando él se perdía en la sonrisa soñadora del rubio, la cual desapareció progresivamente para dejar una mueca dolida en el rostro bronce de Solace.

-Aunque estoy feliz de que hayas venido a rescatarme... Me siento contrariado. Eso significa que nunca has confiado en mí para llevar a cabo esta prueba, así que debo preguntar ¿Por qué?

Otro triste silencio se instauró entre los dos chicos y a Nico le entraron unas ganas inmensas de tomar el rostro de Will entre sus manos y besarlo repetidas veces mientras le aseguraba que no era eso. Jamás dejaría de confiar en Solace... No después de que el rubio ha mostrado ser una de las personas más valerosas y confiables que había conocido jamás.

-No es que no confié en ti Will... Es solo que...

"No confió en el destino, me odia demasiado como para mantenerte a salvo."

Estuvo a punto de decirle Nico, pero por alguna razón se detuvo. Supuso que esa respuesta significaría mostrar ante Solace una cara que aún no estaba listo para mostrarle al chico rubio. Esa que a su parecer siempre le hizo inferior ante sus familiares, esa que solo cuando la suprimió fue que empezó a avanzar en la vida.

-No, nada, olvídalo. Olvida cualquier cosa que haya dicho.

Will abrió con extrañeza sus ojos y algo en su corazón le hizo pasar grueso la saliva por su garganta. De nuevo Nico se estaba guardando muchas cosas dolorosas y eso solo hacía sentir a Solace que estaba fracasando como pareja real.

-Deberíamos movernos. Los demás secuaces de Octavian no tardarán en seguirnos.

- ¡Pero, el anillo... la prueba...!

-No te preocupes por eso Solace. Tus heridas bastaran para hundir a esos bastardos. A parte, tienes el anillo de mi madre, eso bastara para el jodido ritual. - Trato de tranquilizarle mientras se acercaba al chico más alto. - ¿Puedes caminar?

Will intentó levantarse del suelo pero era imposible, el dolor se intensificaba y podía notar como la herida de su muslo sangraba de nuevo ante el movimiento del musculo cuando intento levantarse. Nico le miro algo preocupado y se giró de espaldas a Will mientras se agachaba.

-Nico... ¿Qué haces?

-Sube... te llevare en mi espalda. - Esa simple oración despertó un gran sonrojo en las mejillas de Solace, quien se negó rotundamente. - ¡Vamos Solace, no tenemos toda la noche!

- ¡T-te romperé un hueso o algo!

-Ya, me habría gustado que me rompieras otra cosa en la cama- Con sarcasmo añadió Nico mientras veía divertido como a Solace le salía humo por las orejas de la vergüenza.

- ¡Di Angelo!

-Anda, sube.

- ¡P-peso mucho! No soy liviano como un Omega, te recuerdo que soy...

-Tienes tres segundos o te llevaré en calidad de bulto... Uno... dos...

- ¡Esta bien, no me presiones! - Chilló Solace mientras con cuidado se acomodaba en la cuadrada espalda de Nico y se sujetaba de los hombros del moreno. Esos hombros que a pesar de sentirse delgados, tenían una musculatura perfecta en opinión de Solace. Pudo sentir como Nico afirmaba su agarre en sus tonificadas piernas y le levantaba en un jadeo pesado.

-Bien... no mentías cuando decías que pesabas.

- ¡Nicola!

-Cállate, nos escucharan si sigues gritando de esa manera. Por una vez déjame hacer mi trabajo ¿quieres? - Y como si de un encantamiento se hubiera tratado, Solace se quedó callado totalmente pero como venganza (en opinión de Nico) decidió recargarse aún más en la espalda del moreno, aumentando el peso en sus músculos lumbares y peor aun, haciendo que Nico fuera capaz de sentir la respiración de Solace en la nuca.

Ambos jóvenes estaban sonrojados hasta la medula y decidieron continuar con su camino en silencio hasta que de nueva cuenta, Will volvía a romperlo. Es que en realidad el rubio no podía permanecer tranquilo si se encontraba en la misma alcoba que Nico y no escuchaba su voz por más de cinco minutos.

- ¿Sabes... hacia dónde vamos?

-Cerbero es nuestro guía. Él nos llevará de regreso al castillo...

-Confías mucho en él ¿verdad?

-No lo he nombrado consejero real solo porque no puede hablar. Él es lo único bueno que mi padre me regaló alguna vez. - Añadió sin darle importancia.

- ¿Fue un regalo de tu padre?

-Sí. Mi padre decía que todo buen rey de la familia debía tener una bestia de su parte... Él tenía un San Bernardo y antes de él, mi bisabuelo tuvo un lobo siberiano. Creo que en algún momento de mi familia, llegaron a tener un león negro en la corte. - Contó Nico con ironía. El silencio de Will, mezclado con las caricias del rubio que dejaba en su espalda, le dio el claro mensaje de que quería seguir escuchándolo, suplicaba que le siguiera contando. - Cuando tenía siete, mi madre me contó esa historia del ancestro con su león en la corte, Jules dice que corrí al despacho de mi padre y le dije que cuando fuera rey quería tener un león negro como bestia. Al cumplir los diez años, mi padre me obsequio un cachorro de Pitt Bull... El último de la camada. El más enfermizo y débil de los ocho perritos. Al inició pensé que se trataba de una broma de mal gusto de mi padre, más por el comentario que me hizo en ese momento.

-¿Qué fue lo que te dijo?

-"Una criatura digna de un príncipe mediocre" - Un silencio se instauro en el lugar en el que solo Nico fue capaz de percibir el apretón que había dejado Will sobre sus hombros. - Como te dije, pensé que se trataba de una broma negra de mi padre, después entendí que solo era él siendo... él.

-No eres un príncipe mediocre...

-Cerbero tampoco es una criatura débil. Ambos crecimos y nos convertimos en bestias, temidos por los que nos rodean. Nos vimos obligados a demostrarles a todos que nadie debe subestimarnos... Por años nos hemos tenido solo a nosotros, así que hemos aprendido a depender uno del otro. Así es la vida, solo puedes apoyarte de unos minúsculos puntos para levantarte y avanzar.

-No tienes que demostrarle nada a nadie di Angelo. - Susurró Solace contra la nuca de su prometido. - Eres mucho más que un montón de prejuicios.

Nico sonrió con cariño por las palabras de Solace.

-Apenas me conoces...

-Y con eso puedo afirmar que no eres una mala persona. Siempre me cuidas, a Hazel la proteges hasta del viento... Incluso al pingüino mal vestido de Jules. Nos procuras Nico, levantaste un imperio en tres años. Lo que sea que te haya dicho tu padre en el pasado, no es verdad.

Nico no podía borrar la sonrisa de su rostro. Estaba más que contento con lo que escuchaba.

-Gracias Will.

No pasó mucho tiempo antes de que otro sonido perturbara a ambos jóvenes de su tranquila caminata.

- ¿Qué es eso?

- ¿Qué cosa? - Preguntó Will extrañado.

Nico le hizo un gesto con la mano para que se silenciara y le ordeno a su can que revisara la zona. El perro obedeció y comenzó a olfatear en los alrededores hasta que al pisar en un lugar en específico de la hierba alta, una trampa se activó y el perro callo dentro de una fosa.

- ¡Cerbero! - Gritaron ambos chicos con preocupación y corrieron a socorrer al animalillo. Quien les respondió con ladridos efusivos desde la fosa. No se había lastimado por lo menos.

-Hay que sacarlo de ahí- Hablo con decisión Solace mientras se bajaba de las espaldas de Nico.

- ¿Cómo? No tengo ninguna cuerda conmigo...

-No es necesario. -Le cortó el rubio de manera tajante antes de pedirle algo de espacio. Ni corto ni perezoso, Will empezó a recitar unas frases desconocidas para Nico mientras extendía sus manos en dirección a la fosa. No tardaron en aparecer unas cuerdas de luz de los dedos del rubio que como una enredadera bajaron por el enorme agujero hasta toparse con el perro negro, quien al inicio se mostró nervioso por los nuevos intrusos resplandecientes. - Has que se tranquilice, no puedo llegar a él si esta inquieto.

Nico no quiso objetar, su fiel amigo estaba atrapado. Así que empezó a hablarle a su perro con un tono de voz tranquilo, buscaba transmitirle esa serenidad que quería con su llamado y aparentemente lo consiguió por que en menos de lo que esperaba, su adorado perro llegó hasta los brazos de Will envuelto en lazos de luz que lo cargaron fuera de la trampa.

El perro ladró contento y se dedico a dejar más lengüetadas en la cara dorada de Will, totalmente agradecido.

-¿No te lastimaste amigo?

-... ¿Cómo haces eso?

-¿Hacer que cosa?

-Eso... Tus listones mágicos de luz. - Añadió di Angelo mientras hacía unos gestos muy graciosos con sus manos para tratar de simular esas cuerdas de luz que salían de los dedos de Will. Al principio el rubio parecía incomodo por esa pregunta, pero después de unos segundos de duda, decidió contestar.

-Es algo de familia... creo.

- ¿Crees?

-Bueno... En mi familia, dos integrantes por generación reciben este don. El poder de la luz. Mi abuela me contaba que nosotros descendemos del espíritu del Sol... Mi familia proviene de los sacerdotes de Elios. Un día estos sacerdotes se mezclaron con las ninfas del laurel y entonces nació la familia real de delos... Es por eso que tenemos estas capacidades mágicas. Pero con el tiempo la sangre divina se fue diluyendo entre nuestras generaciones, hasta que finalmente, cada nueva etapa, solo dos heredan el don divino...- La voz de Solace temblaba mientras le contaba un poco a Nicola sobre su historia familiar. Se supone que había jurado no hablar sobre el secreto de su familia pero Nico ya se había abierto a él al contarle de su padre, que le fue imposible mantener la boca cerrada.

-No suenas muy seguro de lo que dices...

-Te juro, esa es la historia... Solo que bueno, yo... resulte ser un error de cálculo.

- ¿Qué quieres decir con eso?

Will se mordió el labio con nerviosismo antes de continuar.

-Bueno... Se supone que el don ya lo tenían dos de mis hermanos mayores, pero por azares del destino, yo también herede el don de la familia. Es algo que no se había visto en eones. Mi tía artemisa lo adjudico a que mi madre era una habitante pura de Delos, mientras que mi abuela dice que soy el elegido del dios para portar el don...

- ¿Es por eso que tu familia no se casa con gente extranjera? ¿Para mantener su don?

-Por favor no digas nada de esto di Angelo. Se supone que no debo hablar del don de mi familia por ningún motivo, mucho menos mencionar que ahora tenemos una escases de este, si podemos evitar el tema, sería lo mejor. ¿Puedo contar con tu palabra?

Will se escuchaba verdaderamente asustado, y eso le trajo a Nico cierta inquietud, debía de ser un tema tabú si Solace se lo pedía con esa insistencia en su voz. Así que decidió que por una vez, iba a ceder a un capricho de su destinado.

-La tienes Will.

-Gracias Nico. - La bella y aliviada sonrisa que Will le regalo al más joven, se vio opacada en menos de cinco segundos cuando la sombra de alguien a espaldas de Solace se acercó de manera amenazante, el sonido de una cuchilla cortando el viento al ser desenvainada fue lo que obligó al rubio a girarse rápidamente aun con cerbero en brazos para mirar cara a cara a su atacante, otro con la máscara de hierro, tanto rozo la cuchilla el pecho de Will que el anillo que colgaba de su cadena fue partido a la mitad por el filo de la espada enemiga...

Will apenas alcanzo a ser consiente en el momento en que Nicola le hizo a un lado y choco su propia espada con la del enmascarado.

- ¿Qué... un niño? - Pregunto la voz del hombre tras la máscara, pero en cuento su mirada se cruzó con la de Nico, el propio hombre se corrigió a sí mismo. - No... un demonio en persona.

La aterradora mirada de Nico funciono como distractor para poder hacer que en tres agiles movimientos el hombre dejará ir su espada y fuera herido de gravedad en la pierna por el mismo rey. Dejándolo en el piso e implorando piedad por su propia vida al ver como la mirada llena de sed de sangre de di Angelo clamaba por tomar su vida con su espada al apuntarla directamente a su cuello. Literalmente bastaba un movimiento para decapitar al hombre, pero este no llegó jamás, porque Will abrazo a Nico por el torso.

- ¡Déjalo, tu ganaste, ya basta! - Empezó a gritar el rubio en vano. Pues Nico seguía ejerciendo presión con tal de decapitar al sujeto debajo de él.­- ¡NICO!

Will gritó su nombre y al parecer fue lo único que le hizo entrar en razón.

Porque con un solo movimiento Nico guardo su espada de regreso y tomo a Solace por la muñeca para correr a las profundidades del bosque con Cerbero guiándolos entre los matorrales.

A sus espaldas, más hombres de Octavian llegaron para socorrer a su compañero lastimado. Quien resultó ser nada más y nada menos que Bryce, el mismo sacerdote que estuvo a punto de violar una de las criadas del templo y que hirió a Will en la cabeza con su cetro.

-¿Bryce, estás bien?

-Si... No sé preocupen.

-¿Qué hacemos, les seguimos? - preguntó uno de los subordinados. El sacerdote se quedó pensando unos momentos antes de simplemente sonreír con sorna.

-No... Informen a su eminencia Octavian, que el rey ha violado la norma más importante del ritual de Hera.

Mientras tanto, Nico y Will seguían corriendo con desesperación, aunque esta última provenía más bien del rey de los fantasmas, quién con urgencia seguía jalando a Will por la muñeca en la búsqueda desesperada de quedar lo más lejos posible de sus atacantes.

-¡Nico, para! Ya los hemos perdido, ¡Deja de correr!- Para mala suerte de Solce, el moreno parecía no tener conciencia propia, tal como un animal herido tenia por prioridad seguir corriendo a donde le fuera posible, era tanto su apuro que ahora el propio Cerbero seguía a Nico por donde sea que los estuviera llevando e igual buscaba la manera de llamar la ateción de su amo, completamente en vano. Fue entonces que al sentir un piqueteo en su pecho, Will observó que en la cadena apenas colgaba la mitad del anillo que Nico le había obsequiado y eso fue como un fierro caliente atravesandole el estomago al rubio. - ¡D-Detente por favor Nico! Me han visto... La prueba... Tengo que volver por tu anillo...

-¡Nada de eso me importa ahora!- Le interrumpió abruptamente di Angelo mientras dejaba de correr y se giraba para abrazar a Will por el cuello, de una manera aferrada, protectora y en el cual Nico dejaba por primera vez, liberar las cromosferas del miedo, aquellas que sirven para transmitirle al Alfa las inseguridades del Omega. Cosa que dejo al propio príncipe del Sol en un estado de confusión terrible.- Las leyes, las costumbres... No dejes que eso interfiera en tu vida Will. Tu pudiste haber sido atravesado por esa espada solo por venir aquí, eso fue aterrador.

Para este punto la voz de Nico había comenzado a quebrarse y el sentimiento de culpa y dolor trajeron a Will a la realidad para ser consiente de lo que estaba pasando.

-¡Yo no sería capaz de vivir conmigo mismo si te pierdo! Yo... yo ya no sabría que hacer Will, ¡No quiero o necesito un anillo para permanecer en el trono! Pero si te pierdo a ti... ¡ENTONCES NADA TIENE SENTIDO EN EL MUNDO!

"No quiero perderte" Fue lo ultimo que Will escucho susurrar a Nico para cuando la mente de del rubio hizo click.

Todo esto... es mi culpa.

Se recriminó Will antes de corresponder al abrazo de di Angelo con todo el amor del mundo y cobijarlo en sus brazos como si de una frasada caliente en invierno se tratase. Beso su frente con ternura, en un suave y delicado contacto mientras pasaba sus largos dedos entre los mechones oscuros de Nicola.

-Lo siento... Lo siento Nico. Por mi imprudencia te has visto en más de una situación aterradora, te he traído más problemas que nada y eso ha sido muy horrible de mi parte. Yo pensé que podría ayudarte a aligerar tu carga haciendo que todos me aceptaran, callándole la boca a los imbéciles de Octavian y Minos siguiendo sus propias reglas... Pero todo me sale mal di Angelo. -Will dejo un casto beso en el cuello de Nico que ahora estaba a su total disposición debido a la cercanía del abrazo.- No tienes que forzarte a ser fuerte Nicola...

-Si yo no me obligo a serlo... entonces caeré.

-No. No lo haras... ahí estaremos Hazel, Jules, Cerbero y yo para levantarte de nuevo.- Agregó esta ves Solace esta vez mientras se separaba un poco del menor para esta vez besar su rostro con dulzura en la mejilla.- Hasta los grandes heroes tuvieron que ser niños en algun momento...

-Otra vez con lo de niño...

-Pero si eres un mocoso Nicola- Le dijo Will sonriendo con diversión, cosa que hizo que a Nico se le subieran los colores al rostro.

-¡Solo soy un año menor que tu!

-Pero yo tengo mayor edad espiritual- Will siguió jugueteando con Nico hasta que entre broma y broma, ambos terminaron por jugar a las fuerzas entre la yerba del claro. Finalmente quedaron cara a cara con Nico a horcajadas encima de Solace mientras ambos compartían una risa juvenil y divertida. Sin duda su relación era como el columpio que Will tenia a las afueras de la cascada del manantial de Delos, una gran conjunto de bajos y altos que le llenan de felicidad el interior.

Will admiro el hermoso rostro de su prometido con tiempo y delicadeza, retirándole unos cuantos mechones rebeldes de cabello que se le colaban en el rostro, dejando suaves caricias en sus pómulos, frente, nariz... labios. Incluso se tomo la libertad de ser algo osado en ese momento tan intimo y dejo colar un dedo dentro de la boca de Nico, quien son el rostro al rojo vivo empezó a succionar, morder y besar el pulgar dorado que se había colado entre sus dientes. De un momento a otro, la fría noche del bosque se convirtió en un sauna de hormonas.

Nico movía de manera natural y seductiva sus propias caderas por encima de la delgada túnica de Will, causando una deliciosa fricción entre ambos que solo volvía mas acompasada sus respiraciones, les nublaba el pensamiento y solo les dejaba formar la misma oración... "Quiero más"

Nico se atrevió a soltar una de las fibulas de la ropa del rubio con descaro, dejando a la vista el escultural torso de Will, cubierto de lunares en un hermoso cielo dorado. Di Angelo se mordía el labio con picardia y trato de preguntarle a su compañero con la mirada, si le permitía hacer su segundo movimiento. La leve sonrisa picara en el rostro de Solace le dio a entender que tenía todo permiso para hacer lo que se le viniera en gana...

Y eso hizo. Nico recorrió ese cielo dorado lleno de constelaciones cobrizas de todas las maneras que se le ocurrieron en ese momento. Paseando la punta de sus dedos en un contacto cosquilleante, luego paso lentamente la palma de su mano en un contacto muy superficial, hasta finalmente detenerse en su abdomen para ahora degustar esos tonificado músculos que estaban en bandeja de plata para él. Poco a poco Nico fue dejando su delicadeza de lado y esos toques suaves y superficiales se transformaron en caricias intensas y llenas de pasión, que mutaron a besos, lamidas, chupetones y mordidas que volvían loco al rubio con cada segundo que pasaba.

-N-nico...- Gimoeo con algo de dolor Will al sentir como ese cachorro de bestia mordía con insistencia su pezón derecho...

-P-perdón... ¿Te duele?- Pregunto apurado Nico. Quería corregirse lo más rápido posible para sí poder seguir degustando del maravilloso festín erótico que le aguardaba debajo de sus muslos.

-U-un poco...

-¿Quieres que pare?...

-... No.- Así continuaron por un par de minutos más, uno en el que esa sección del bosque solo se inundaba de gemidos y jadeos pesados de dos destinados con las hormonas a todo lo que daba. Después de haber marcado a su gusto el pecho, hombros y abdominales de su amado a su gusto, Nico regresó su atención al sonrojado rostro de Will, quien estaba hecho un desastre en ese momento... Un desastre de lo más erótico, le impulso a volver a ese sensual movimiento de caderas que simulaba lo más parecido a una embestida, tal como si él estuviera montando a Solace te manera salvaje y apasionada. ¡Como lo deseaba en ese momento!

Acercaron su pechos y rostros al punto de rosas labios con labios en un juego erótico donde ambos amenazaban con devorarse la boca, pero en vez de eso jadeaban o gemían en la boca abierta del otro o rozaban de manera insistente sus labios... Fue justo en el momento preciso que Will empezó a desatar los cordones de la ropa de Nico con la bella luz del sol asomándose por las colinas, que un gruñido enojado les rompió la burbuja del momento.

Por alguna extraña razón, Cerbero los miraba desde una esquina del lugar, con una mueca muy poco amigable y bastante enojada.

-Nico...

-Will...

-¿Crees que se esta enojando por que te estoy tocando demasiado..?

-Creo que mas bien nuestras feromonas lo están irritando... Pero no quiero arriesgarme a que te arranque las bolas de un mordisco- Dijo divertido Nico mientras se volvía a abrochar los cordones de su chaleco. - De eso me encargaré yo en la noche de bodas.

-Eso si tenemos siquiera nuestra boda... -Susurro Will mientras sonreía con tristeza y se acomodaba la fibula de su túnica, cubriendo esas penosas marcas de su cuerpo, las cuales aun así quedaban al descubierto. Ni modos, tendría que usar la ropa tradicional de Hades por un largo rato.

Nico no paso por desapercibido el comentario de Solace y tomando la mano de su prometido y depositaba un suave beso en la palma de esta.

-La tendremos Will... La tendremos.

-¿Pero como? No conseguí el anillo, no terminé la prueba antes del amanecer... Y eso hombres te han visto dentro del templo, no dudaran en decir que has intervenido en mi ritual.

-No te preocupes por eso Solace... Ya tengo un plan de respaldo para la ceremonia de mañana.- Will quiso protestar en ese momento pero como siempre, Nico no le dejo continuar y le pidió que confiara en él. Solace lo medito por un par de momentos hasta que suspirando resignado, le sonrió a su prometido.

-¿Que tienes en mente di Angelo?

-Primero que nada... Sé que te prometí que no preguntaría más acerca del tema pero... ¿Tus lazos de luz queman la piel?

*************************************

Al día siguiente fue la ceremonia de revelación de anillo, se suponía que en ese momento Will tendría que presentar ante los jueces el anillo que había conseguido en su prueba y ponérselo a Nico como símbolo de compromiso. Pero sin un anillo... ¿Cómo es que eso iba a ser posible?

Eso era lo que estaba atormentando Jules desde la mañana y Nico ya no lo soportaba, realmente debía tenerle mucho cariño a ese hombre de cuarenta años que era la viva imagen de la ansiedad en persona. Por más que Nico le pidiera que guardara la compostura, parecía que los nervios de Jules Albert obedecían ordenes superiores.

-Jules... Pidele a Rosa un Té. Te hará sentir mejor.

-¡Pero alteza! El joven Solace fracaso. ¿Cómo piensa defenderlo ante el magisterio y la corte sacerdotal?

-Confía un poco en nosotros Jules.

-Confio en usted cómo en los dioses, pero el joven Solace... es bastante impredecible.- Jules sudaba de los nervios pero realmente empezó a hacerlo de manera copiosa cuando le interrumpieron desde las sombras.

-Si, bueno... eso pasa cuando no conoces a la gente y solo te basas en los perjuicios amigo mío.- anuncio Will mientras salía de las sombras del pasillo. Después de ese momento, Nico no fue capaz de apartar la vista del chico rubio. Will había sido vestido con traje ceremonial de color azul rey con detalles plateados en el pecho, una larga capa de los colores de un pavo real le daba la ilusión de tener unas coloridas alas en la ancha espalda y está vez habían trenzado el cabello dorado de lado izquierdo, una corona negra bastante sencilla de acero era lo único que Will tenía como joyería. Claro a demás de sus característicos aretes de zafiro.

La verdad es que Nico comenzaba a pensar que no importase lo que usará Will, este siempre se vería realmente hermoso.

Will notó que ninguno de los dos hombres frente a él apenas y respiraban, cosa que le hizo sentir algo incómodo al punto de rascarse la mejilla con nerviosismo.

-No me miren así... Ya bastante tengo con que Rosa no haya querido decirme que opinaba de mi atuendo.

-Bueno... Es raro verle tan arreglado Joven Solace.- Carraspeando añadió Jules antes de dejar el paso libre para que Will se quedará al lado de Nicola en el balcón.
Por un instante ninguno de los dos adolescentes se dijo palabra alguna hasta que después de hartarse de tanto silencio, el rubio decidió volver a iniciar la plática.

-A lo mejor Jules tiene razón... Bien dicen que el hábito hace al monje ¿No?

-No... Normalmente eres guapo por ti mismo pero esta vez te vez muy bien, me atrevería a decir que eres un hijo de Afrodita. No dejas de sorprenderme Solace.

Will parpadeo perplejo antes de hacer una mueca bastante graciosa y voltear a ver a Jules para señalar con el pulgar a su prometido.

- ¿Qué le pasa a esté, volvió a tomar una sobredosis de somníferos?

Para la conmoción mayor de Will, ahora veía como Jules lloraba a moco tendido, aparentemente conmovido por algo que no se explicaba el rubio.

-No... es solo que... su alteza ha hablado desde lo profundo de su corazón.- Jules sorbió los mocos de manera escandalosa.- Ha madurado tanto alteza...

El mayordomo se retiró del balcón entre sollozos dramatizados pero llenos de emoción que a pesar de que ponían nervioso al chico más alto, también le causaban algo de risa. Cuando finalmente pudieron estar a solas, Will suspiró tan profundamente a la par de que se recargaba de lleno en el barandal del balcón con pesadez ante la atenta mirada de su prometido.

-Nico... ¿De verdad esperas que esto funcione? Digo, el usar mis poderes... ¿No haría que me acusen aún más de hereje?

-Se nota que no has convivido con la burguesía del país.- Añadió di Angelo antes de levantar el rostro de Will con una mano, sujetando su barbilla.- Ellos solo quieren espectáculo digno del trono, y eso vamos a darles. Solo sigue el plan y todo saldrá bien.

Ambos chicos se sonrieron con camaradería antes de que Nico le entregara el ante brazo a Solace y ambos empezaran a caminar al interior del castillo.

**************************************************************************

La ceremonia comenzó a las doce del día en medio del jardín en un escenario de mármol (que ni Will se explicaba que hacía ahí, es que tenia gradas y todo lo necesario como para dar una función de teatro ahí mismo, se le hacía muy raro el no haberse percatado de la presencia de dicha estructura cuando realizó el ritual de Hera) que daba frente al laberinto de la prueba y el templo de la diosa. Se dio una presentación de los jueces del gremio sacerdotal, entre los cuales, no podía faltar Octaviano. Casi de inmediato él y Will intercambiaron una mirada llena de odio pero tal como Nicola le había ordenado, el rubio dorado deshizo ese horrible contacto en cuanto pudo. Esta vez nada podía tener errores.

Luego se le dio la cordial bienvenida al magisterio, los miembros de la corte y a la gente del pueblo que había asistido para el evento de tal importancia, esta vez fueron el rey y el ministro de economía Sr. Minos, claro que ellos (a diferencia de Octavian y Will) tuvieron que darse la mano en un momento. Un momento de lo más tenso.

Finalmente apareció una mujer mayor por debajo de una estatua de la diosa que se había colocado justamente en el centro-atrás de todo el lugar. Una sacerdotisa que a diferencia de las novicias que acompañaban al gremio sacerdotal en las gradas. Se presento como Rea Mefisteles, la representante del templo de la diosa del matrimonio y jefa suprema de la corte de las sacerdotisas. Ella misma presentó a Solace, de manera cortes y cálida, algo que inspiró en el rubio mucha confianza, haciendo aparecer en su rostro una dulce sonrisa que mágicamente desaparecio la ansiedad que despertaba la presencia de Minos, en el joven rey.

-Joven Solace, presente ante los jueces el fruto de su valor.- Le invito lady Rea. Will asentió con algo de nerviosismo y con la cajita plateada que había sacado del templo de Hera en mano, caminó hasta los pies de la suma sacerdotisa, entregó la caja y finalmente se inclinó con gracia. A sus espaldas podía sentir la sonrisa malévola y despreciable de Minos, Octaviano y probablemente todo el gremio sacerdotal que esperaban pacientes al momento en que la mujer abriera la caja.

Una vez que Rea se liberó de la caja, un jadeo sorprendido fue lo que derramo la gota de los nervios de Will y por inercia, este bajara la cabeza apenado.

-Aquí no hay anillo... ¿Qué significa esto alteza Solace?

-Lo siento mucho Lady Rea. Yo no conseguí el anillo del templo de la diosa como se me pidió.- Con vergüenza añadió Solace y esto causo estupor entre la gente de las gradas. Incluso la propia Rachel, que estaba de asistenta con Lady Rea, se coloco la mano en la boca, desilusionada y anonadada por la noticia. Ver a su amiga con esa expresión aumentó la desdicha de Will.

-¿Entonces... Estas diciendo que aceptas tu derrota y renuncias a este matrimonio?

-No. No me mal interprete mi señora. He fracasado en la prueba pero no me rindo con mi compromiso.-Esta vez Will levantó la cabeza con una enorme sonrisa que desconcertó a todos los presentes, menos a Nicola, quien se retiro la pesada capa negra con emoción para dirigirse a su gente.

-Así es Lady Rea. La verdad es que ese anillo esta donde pertenece. No podemos pedir prestados por siempre la joya de nuestra amada diosa y profanar su templo todo el tiempo, es por eso que con mi autoridad como monarca supremo del mundo, me gustaría que todos sean testigos de este día...- Nico sonreía con cierto encanto que a todos los presentes atrapo desde que soltó la primera palabra y se notaba verdaderamente emocionado por lo que comentaba. Will no pudo evitar pensar en que si di Angelo se diera más libertad de sonreír, sería el soltero más codiciado del mundo (aunque eso ya lo era sin necesidad de sonreír).- Las reglas del matrimonio que tiene la protección de la iglesia, dicta que solo el anillo que sea digno de la realeza puede ser tomado en consideración. Por generaciones se ha tomado como digno a la joya que custodia la diosa en su templo. Pero... ¿Que pasaría si esta vez se usara un anillo que el prometido del rey elabore al momento, de la mano de la propia diosa?

Absolutamente todos los presentes se miraron entre ellos, sorprendidos y extrañados, preguntándose como es que eso podía ser posible.

-Mí príncipe, asegura que puede traerles el anillo de bodas ideal y que nunca dejara mi mano, con ayuda de la diosa Hera, si ustedes le dan la oportunidad.-Esta vez la pregunta fue dirigida a Lady Rea, con un pequeño toque de suplica en su voz, donde pedía una oportunidad para que dejaran a Solace probar de que era capaz.

Pero como siempre, algo tenía que pasar en ese descabellado momento y claro, tenía que ser de la mano de Octaviano.

-Lady Rea, no puede permitir eso, la ley dicta...

-Octaviano, no se te ha concedido la palabra. Yo soy la representante del templo de la diosa Hera, por lo tanto esta ceremonia me corresponde a mi, te agradecería que te limites a dirigir el templo de la triada. -Le mandó a callar abruptamente Lady Rea, dando cabida a que Rachel se riera por lo bajo con suma diversión al ver como a Octaviano se le subían los colores al rostro.- A parte... ¿No tienes curiosidad de lo que afirma su majestad? En lo personal to estoy ansiosa por saber como harán ese famoso anillo. Alteza, tiene mi permiso, demuestrenos su potencial.

Will asintió con una sonrisa agradecida y le dedico otra de superioridad a Octavian antes de girarse al centro del proscenio y empezar a concentrarse. Ese día estaba nublado, como normalmente era en el país de las sombras. Haría entonces como le ordeno Nico, les daría un gran espectáculo.

Empezó a cantar una oración a las nubes en su idioma natal. Como si de un hechizo de hipnosis se tratara, la voz del rubio capturó el alma de todos aquellos que le escuchaban, lo cual hacía imposibles las interrupciones y que dejaran de mirarle. A su vez acompaño los cantos con una danza suave, llena de movimientos lentos y de lo mas estilizados. Entonces el cielo se abrió exactamente de tal manera que solo un rayo de la luz del sol diera de lleno a la hermosa estatua de la diosa. El publico gritó fascinado.

Ese momento fue el que Nico aprovecho para mirar tanto a Octavian como a Minos, quienes estaban verdes del coraje al ver su magnifico plan, yendo a la ruina. Incluso vio en los rostros de algunos sacerdotes palidecer ante la magia de Will. El rey les sonrió de manera inocente en cuanto se percataron de su mirada mientras se alzaba de hombros, después volvió su atención a su prometido, esperando el momento en que Solace le hiciera la señal para entonces él hacer su parte.

Por su parte ahora Will estaba sudando algo cansado. Su heridas no estaban del todo curadas y el hecho de no recibir la luz del sol directamente, hacían más difícil su tarea. Pero el consuelo de finalmente taparle la boca a todos los que juzgaron a su prometido, le daba la fuerza para manipular la luz de tal manera que esta se concentrará en la joya central del cetro de la estatua, dando la ilusión de que la misma diosa estaba respondiendo a los cantos y pasos de Will.

A mitad de la canción y jugando con los reflejos de los diamantes que estaban decorando la estatua, Will consiguió que la luz rebotara hasta el dedo anular de la mano izquierda de la diosa, rodeándolo de manera que se formara un brillante anillo al rededor del dedo nupcial. Ahora venía la parte divertida. Con un gran salto y una nota alta, el rubio transformo ese diminuto rayo de luz en uno de sus místicos lazos de magia, lo hizo bailar a su alrededor y al rededor de la estatua, creando formas que hacían alusión a todos los símbolos que vio en las paredes del laberinto, todos en relación a Hera. La gente estaba maravillada y con la boca abierta, incluso Lady Rea no podía creer lo que observaba.

Fue entonces que Will le ordeno al listón que se detuviera justo encima de su cabeza y con un fino movimiento de manos le obligo a tomar una forma circular. La forma de un anillo dorado, un anillo de bodas.

Solace suspiró cansado y se giró a di Angelo para sonreírle cansado, recordando el momento en que Nico le contó su plan:

-Es una pregunta algo ofensiva, pero si, ellos pueden lastimar si yo lo ordeno.

-Bien, es bueno saberlo. Cendre que ponerme anestesia antes de la ceremonia.

-No te estoy entendiendo Nico.

-Escúchame Will. La ley dicta que solo el anillo digno de la realeza sera tomado en cuenta para la ceremonia de compromiso. El anillo del templo es un anillo que las sacerdotisas fabrican con las joyas que la diosa supuestamente les proporciona cada diez años. Pero por lo que veo... si tus lazos pudieron rodear a cerbero, ¿por que no rodearían mi dedo como un anillo?- Emocionado añadió Nico mientras miraba con una sonrisa cómplice a su prometido, quien parpadeo confundido.- Te lo pongo de esta manera, si conseguimos hacer un show lo bastante espectacular como para que parezca que la diosa te ha brindado el material para fabricarme un anillo de bodas, tal vez podamos convencer a todos en el país que no eres ningún hereje.

-Te refieres a... ¿Engañarlos a todos?

-Técnicamente no estamos engañando a nadie, tu eres un elegido de los dioses si tienes poderes por lo que me has contado.- Will le miró con una mueca no muy convencido de toda esta situación.- Mira Solace, esa gente te esta juzgando por un pensamiento cerrado, basado en lo que Octaviano les ha vendido por años. No podremos cambiar esa mentalidad de un día para otro pero si podemos manipular esa ideología de tal manera que te acepten como algo positivo dentro de todo esto.

-... Podría lastimarte.

-Para eso es la anestesia.

-Tal vez deje cicatriz.

-¿Qué mejor anillo de compromiso que aquel que no se puede quitar?

Will caminó lentamente hasta Nico con el anillo de luz flotando entre sus manos para contener la forma perfecta del dedo del más bajo. Con un gesto, Solace le pidió a Nicola su mano derecha quien se la extendió gustoso.

Con delicadeza el rubio acomodo el anillo en la mano de su prometido, en el anular izquierdo, aquel que se conecta directamente con el corazón. Con un susurro ajusto el tamaño y dejo a la vista de todos un hermoso anillo de luz en el dedo correcto, que orgullosamente Nico presumió a todos los presentes levantando su mano para exponer el divino regalo de su príncipe dorado.

Nadie se atrevió a protestar contra ello, por el contrario. La gente aplaudía eufórica y celebraba que Solace haya cumplido su palabra. Incluso Lady Rea sonreía conmovida por haber presenciado una ceremonia tan hermosa, llena de significado al creer que la diosa se había compadecido del amor de esos dos que le brindo todo su apoyo al joven príncipe de Delos para que pudiera estar con su monarca.

Sin embargo no todo podía ser perfecto. Justo en ese momento uno de los sacerdotes de Octavian irrumpió en el escenario, gritando como loco que esto se trataba de un acto de brujería.

-¡Todos despierten de esta ilusión! ¡Esto es una completa farza!

-Bryce... ¡IDIOTA REGRESA A TU PUESTO!- Alarmado gritó Octaviano.

-¡Este chico no es un protegido de los dioses, ni siquiera completo la prueba como es debido! ¡El rey di Angelo tuvo que ir a rescatarlo del templo!

-¡BRYCE, CÁLLATE!- Decretó Octavian dándole una bofetada limpia que mando al chico del otro lado del proscenio, ante la atenta mirada de todos.

-Octaviano... ¿Qué significa todo esto?- Conmosionada pregunto Lady Rea.

- Yo puedo explicarle eminencia.- Nico hablo en esta ocasión, ahora con el porte y una seriedad mucho más encaminada a la que tendría un rey y no un presentador de espectáculos.- Yo puedo asegurar y jurar aquí mismo que mi intromisión al templo es totalmente justificada bajo la sospecha de un crimen de estado, no solo contra la integridad de mi príncipe aquí presente, si no contra la tregua que existe entre Delos y Hades.

-Majestad...

-Octaviano mando a varios grupos de sicarios dentro del laberinto para que en caso de que William saliera victorioso de su prueba, no consiguiera llegar a la salida. Más encima sabotearon el cofre de la diosa, no dejando el anillo como acuerda la ley. Y tengo testigos que afirman esta treta... Rachel.

La chica pelirroja dio un paso hacia adelante con una sonrisa orgullosa mientras su mentora la miraba extrañada.

-¿Rachel... sabías de esto?

-Mantuve mi silencio por ordenes de majestad... Yo y otras cinco novicias somos testigos de que esta prueba fue victima del sabotaje por parte de octaviano desde el inicio. De no ser así... ¿Como es que Bryce sabe que el rey se infiltro en el templo si se supone que nadie podía estar dentro a demás de nuestra señora Hera y el joven príncipe? En lo personal a mi se me hace raro.- La sonrisa victoriosa de Rachel solo hacía que Octavian se pusiera aun más pálido de lo que ya era.

-¡Suficiente. Basta!- Ordenó Octaviano para que todos los presentes dejaran de hablar. Pero entonces, en medio del silencio, el chico no tardo en empezar a reírse como un maníaco. -Es verdad... Yo ordene la muerte del príncipe William Solace.

-¡¿Cómo... Porque su eminencia Octavian?!- Gritó sorprendida Rea mientras miraba con horror al muchacho, ese que ella rescato de la oscura prisión de nueva roma y convirtió en su aprendiz para cambiarlo al camino de la rectitud.

-¿Por que...? Por qué esto ya ha sido demasiadas ofensas hacia la iglesia. Primero separan la educación de la religión, se han cortado los suministros para los rituales a nuestros dioses... Hace meses que Zeus esta enfadado conmigo y no me manda ninguna visión. Se han abandonado las obras en honor a Vesta por que su majestad no da más importancia a ello... ¡Su majestad es hijo de una concubina, no posee la fuerza de un monarca digno del linaje Eliseum! Sin olvidar el historial de su deplorable padre... y ahora nos insulta casándose con un príncipe pagano que no es practicante de nuestra religión, más encima es extranjero, oriundo de un país del cual no sabemos nada... ¿Me culpan por querer limpiar un poco el nombre de nuestros sagrados dioses, la reputación de nuestro país? Pues que todos ardan en el purgatorio entonces... Empezando por ti, William Solace.

Ante esta amenaza, Nico se interpuso entre ambos rubios, dirigiéndole una mirada aterradora al Sumo sacerdote. Will entonces sintió como un frió se le colaba por la nuca y supuso que Nico estaba invocando sus habilidades oscuras para darle su merecido a Octaviando, pero antes de que eso ocurriera, el propio rubio dejo una suave caricia en el hombro de Nico para calmarlo y este acto funciono al instante.

-¿Sabes algo Octavian? La gente como tu siempre me ha dado lastima.- Agregó will con una mirada llena de tristeza.- La oscuridad de tu propio país te ha consumido al punto de dejarte seco. No eres más que un recipiente para un alma insípida y dolida... Y aún así yo quiero darte una oportunidad para redimirte.

Tanto Nico como Octavian miraron anonadados al chico en cuestión, Incluso el propio rey gritó algo molesto por dicha declaración.

-Puede que no haya nacido bajo el techo de tus dioses, pero si lo hice bajo la enseñanza de la compasión y el perdón. Creo firmemente que toda alma se puede salvar y como futuro rey del país del Hades, me gustaría empezar a dar el ejemplo.- A pesar de que el rostro de Will era totalmente severo, el tono de su voz era cálido, muy dulce. - Estoy dispuesto a perdonarte y ofrecer la mitad de mi dote para dar apoyo a la institución eclesiástica... con la condición de que reconozcas y aceptes mi compromiso con el rey.

Absolutamente todos los presentes jadearon sorprendidos e incluso algunos aplaudieron con orgullo al joven rubio. Era un movimiento que ni el propio Nico se esperaba, no fue algo que hubieran discutido en privado.

-¡¿Q-Qué?! Maldito bastardo de Delos... ¿Me estas sobornando?

-Trato de ofrecerte una tregua Octaviano. Claro que siempre puedo dejar tu destino en manos de mi rey si es que no estas de acuerdo con la opción que yo te ofrezco. Solo que como ya sabrás, él no es tan compasivo como yo.- Will sonreía con orgullo tras referirse a Nico como suyo. Sabía que la posesión estaba mal pero... Solo quería disfrutar de esa sensación de poder que poseía en ese momento, quería ser un niño malcriado por una vez en la vida y gozarlo como era debido. A parte, le divertía enormemente las muecas asustadas que Octavian hacía cada vez que abría la boca.- Acepta mi única condición y personalmente yo me encargaré de que los dioses no sean olvidados. Nadie más les faltara el respeto, ni siquiera yo que estoy dispuesto a pasarme a su religión si tanto te incomoda mi falta de fe.

******************************************************************************************

-Creí haberte dicho que me dejaras esto a mi...- Susurró Nico algo molesto mientras se sentaba en el quiosco del jardín de Will.

-De no haber hablado yo, seguirías viéndote como un tirano... A demás no habría obtenido lo que tanto quería.

-Con que Lady Rea te hubiera aceptado, habría bastado Will.- Le comento Hasel que admiraba las nuevas flores que estaban plantando los jardineros. Después de que Nico destruyera el lugar con sus poderes habían comenzado con el proceso de restauración del lugar.- No había necesidad de pagarle a Octavian esa cantidad de dinero con tu dote...

-No se lo entregue a Octavian. Yo dije que apoyaría a la institución eclesiástica, que él haya entendido que le pagaría directamente a sus bolsillos, no es mi problema.- Will se rió con picardía mientras recostaba su cabeza en el regazo de Nicola, que le miraba entre enojado y divertido por el comentario.- A parte, al final él cumplió su parte y dio su reconocimiento público. Así que esto servirá para quitarnos las plagas por un tiempo.

-A las cucharachas no las matas con nada Will...

-Pero las puedes poner a dormir.- Interrumpió Solace a Nico antes de que empezara con su sermón pesimista. Will miró la mano de su prometido que descansaba en su pecho y observo la cicatriz de quemadura que el anillo de luz le había dejado.- Te dije que quedaría cicatriz...

-Lo sé... y no me importa.

-Nico...

-Mi madre me dio ese anillo... Cuando le pregunte de amor por primera vez. Me dijo que era un anillo que mi padre usó por mucho tiempo y que después ajustó de tal manera que ella lo pudiera llevar. Lo llevaba puesto en los dos partos que tuvo, y me aseguró que eso la salvó de la muerte... a mi y a mi hermana nos protegió también al momento de dejar la seguridad de su vientre. Muchas concubinas y sus hijos mueren en ese proceso, pero tanto mi madre como mis hermanas y yo, fuimos sobrevivientes de eso. Por eso te dí el anillo, ese que a mi también me ha procurado en momentos de crisis.- Nico acariciaba el rostro de William con cariño mientras le hablaba con voz tranquila.- Solo que a diferencia de este que tu me has dado... Sabía que en algún momento yo perdería esa protección de mi madre. No siempre habrá alguien que este ahí para cuidarme... Pero ésto Will. Esté anillo... Es la prueba de que me perteneces, y yo a ti. Y lo mejor de todo es que nunca se podrá quitar, romper o perder, es parte de mi ahora.

A Will se le humedecieron un tanto los ojos a la par de que sus mejillas se tiñeron de color escarlata, que en conjunto con la sonrisa de bobo enamorado, llenaban de ilusión el pecho de Nico. Ambos chicos juntaron sus frentes ante la mirada fascinada de Hazel, entrelazando sus manos con cariño y fuerza.

Absolutamente nada en ese momento podría terminar con la felicidad de esos dos...

-¡Alteza real! Correspondencia de urgencia- Anuncio Jules Albert mientras irrumpía en el jardín.

-Jules, creí haber dicho que estoy en mi momento de descanso.

-Pero... es muy importante majestad. Es una carta de parte del Reino de Atlantis...

-¿Del reino del tío Azariel?-Preguntó Hazel para llegar con los demás en las escaleras del Kiosko.

Will se levantó de las piernas de Nico para darle espacio a Nicola de que leyera la carta con más comodidad, algo que internamente molestó a di Angelo, ya que en ese momento solo quería tener lo más cerca posible a Solace ahora que se había establecido una relación de mucha mayor confianza.

-Bien, dámelo para que terminemos con esto.- Nico comenzó a leer la carta sin prestar demasiado interés en lo que decía, sin embargo conforme pasaban los párrafos, más y más palidecía di Angelo hasta quedar casi como un fantasma.Esto no paso desapercibido por ninguno de los presentes.

**

-¿Nico... qué pasa?-Angustiada se atrevió a preguntar Hazel.

-Yo bueno... Es un anuncio...

-¿Y eso que...?

- Es... Perseus. Mi primo... él...-Empezó a tartamudear con mucho nerviosismo- Vi- viene de visita.

Hazel se puso casi tan pálida como el propio Nico y le arranco la carta a su hermano de un movimiento. La leyó con mucha más rapidez, empezando ahora hiperventilar al notar un detalle que le revolvió el estomago.

-Nico, dice que llegara en tres días... esta carta fue enviada hace cuatro...

-No entiendo, ¿Por qué te pones así ante la visita de un familiar?- Extrañadisimo preguntó Solace volteando a ver a Nico con interrogativa.

-V-veras Will. Hay muchas cosas que no te he contado y que no planeaba decirte pero... Si Percy viene hacía acá, tienes que saber que...

En ese momento Nico fue interrumpido por el mismo Frank, que se veía apuradísimo y que acaba de correr una buen tramo.

-Su majestad... Lamento presentarme de esta manera pero abajo ha llegado un muchacho que...

-Yo no necesito presentación amigo mió.- Una tercera voz irrumpió en el lugar y por poco Nico se quería tirar desde la azotea en ese momento. De las sombras de la puerta emergió un apuesto muchacho de cabellera negra azabache y ojos verde mar que portaba la armadura de Atlantis. Su sonrisa era encantadora y demasiado perfecta como para pertenecer a este mundo.

-Aja... ¿Y tu eres...? - Una alarma se levantó en en Will casi de inmediato y eso hizo que su voz no tuviera ese tono amigable, tan característico de su persona. Cruzó miradas con el joven muchacho moreno antes de que este le sonriera con seguridad, esa seguridad que tienen esos hombres que son guapos y saben que lo son.

-¿Tu debes ser William Solace, verdad? Déjame presentarme entonces.- El chico se quitó la armadura de un solo movimiento, quedando en un hermoso traje adornado con perlas y conchas marinas que se notaban bastante caras.- Mi nombre es Perseus Jackson, soy el segundo hijo del rey de Atlantis y soy el verdadero prometido del rey Nicola di Angelo.

CHAN CHAN CHAN....

HAHAHAHAHAHA AMO LOS FINALES ABIERTOS :3

Primero que nada, lamento mucho la tardanza de dos días... o más bien de 3 meses en actualizar. Pero el segundo semestre de la universidad se me hizo bastante pesado por muchas problemáticas que tengo tanto a nivel personal como a nivel escolar. Me enferme bien feo del estomago que fui a parar al hospital, mi proyecto final esta tan atrasado que ahora solo tengo una semana para entregarlo, fui estúpida y metí solicitud para estudiar dos carreras al mismo tiempo y pues como siempre, me fue mal en el amor otra vez.

¡Pero lo importante es que estoy viva, no he abandonado el fanfic y ya me puse a escribir!

Espero encontrar más momentos en el día para poder ponerme al día con esté y los demás fanfics antes de que tenga que hacer mi examen de segunda carrera. Me interesa continuarlos y es que ya necesitaba escribir un poco de fantasía para escapar de mi asquerosa realidad.

¿Se viene el arco del primer triangulo amoroso? OHHHHH SI. En lo personal, este es uno de los arcos que más me emocionan por que ya le toco la primera prueba a Solace, ahora toca la primera prueba de Nico para consolidar este sagrado matrimonio.

¿Qué les pareció el capitulo y el primer arco?

Por fas déjenme comentarios. Los votos y las lecturas son lindos pero no me llenan el vació existencial de mi cora...

Antes de irme, quiero compartirles unos dibujos que hice hace tiempo, son mi propia versión de Nico y Will en este universo. Tómenlo como otra compensación de haberme desaparecido por tres mesesotes.

(Nicola Di Angelo)

(William Solace)


Ahora si, sin más que decir... ¡NOS LEEMOS PRONTO!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top