II. Will Solace, el príncipe del Sol.
—¿NO NOS ESCUCHASTE? IDENTIFICATE O TE...
— Ya, ya, ya entendi oye... no necesitan gritar.— Dijo calmadamente mientras desabrochaba su capa y esta se deslizaba sobre sus hombros, revelando de nueva cuenta su apariencia tan encantadora y deslumbrante.—Soy Will Solace, Hijo del Rey Apolo y estoy aquí... Para casarme con el Rey de los Fantasmas.
—Lamento que hayamos que tratarlo de esa forma joven Solace pero no hemos tenido otra opción.—Comentó uno de los mayordomos del lugar mientras que el pobre Will terminaba de acomodarse el vendaje en una de sus muñecas. Tenía el pelo desordenado, varios cortes en los brazos y unos cuantos golpes en el resto del cuerpo.—Entienda que dada la forma en que se presentó sin avisarnos previamente, nos ha hecho tomar medidas drásticas. A parte, su apariencia no es la de un príncipe exactamente ¿De verdad es usted el...?
—¡Ya les dije que soy yo ¿no?!
—¿Desde cuando los hijos de Apolo pueden contra doce guardias?—Preguntó con una ceja arqueada y sumamente inquisitivo.
—¡Desde siempre y eso fue porque me trataron como un bandido! Incluso vistiendo un traje tradicional de Delos... —Alegó el rubio muchacho mientras agitaba sus manos con exasperación. Sin duda, ese país no era más que una mina de hostilidad y malos tratos con los extranjeros.
Miró de nueva cuenta al otro chico delante suyo y notó que tenía una cara un tanto graciosa para el cuerpo que poseía. No era muy alto, tendría unos tres centímetros más de la estatura que Will, solo que era muy corpulento, tenía grandes bíceps, una espalda ancha y hombros fornidos. Pero también tenía una cara bastante infantil. Era como ver a un bebé con cuerpo de gladiador. Bastante cómico.
En un inicio Will soltó un bufido, rastro de una carcajada que se aguantó debido a la situación en la que estaba. Burlarse del mayordomo de la casa, no era una opción.
—Vuelvo a disculparme entonces. Sucede que esperábamos a una "princesa" ya que tenemos conocimiento de que el Rey Apolo solo tiene hijas...
—... Que ha presentado en sociedad. Somos más de los que ustedes conocen.— interrumpió Will mientras se cruzaba de brazos. Su cara estaba contraída en una mueca de total disgusto.
Era consciente de que alrededor de su familia merodeaban muchos rumores. Su ducado era un lugar independiente de los tres reinos, no eran totalmente pobres pues eran el país líder en el comercio de la medicina. Las plantas que crecían en su natal Delos poseían propiedades curativas más potentes que en ningún lado. Lo cual les había hecho de hacerse de su propia fortuna y dado que el país era bastante pequeño y poco poblado, la hambruna y pobreza no era algo que conocieran realmente. También a pesar de las excéntricas ideas de su padre junto a la vida de polígamo que se daba al tener más de cinco cónyuges y quince hijos (eso sí no contábamos a los que venían en camino) no era mal gobernante, aunque también se debía a que su abuela Leto y su tía Artemisa compartían el poder con su padre. Ellas evitaban que su progenitor fuera a causar alguna tontería que condenara a su país.
Pero aun cuando estaban en total independencia de los tres reinos grandes. Su padre era constantemente víctima de rumores y acusaciones por mantener tanta distancia, por lo que cada vez que este daba la cara, presentaba en sociedad a alguna de sus hijas ya fuera para llamar la atención aún más o para presumir de la belleza de su descendencia.
Apolo siempre decía cosas como: "Si van a alardear tanto de mi, prefiero que sea por buenas razones y mis hijos son mi más grande orgullo". Pero hasta donde Will sabía, su padre evitaba a toda costa mostrar a sus hijos varones. Siempre supuso que era para que sus enemigos no se vieran amenazados ante la llegada de un heredero. Pero de todas formas Will no se preocupaba mucho por eso... Era el más pequeño de toda su familia. Por ende no podía heredar más que una pequeña dote y un campo de tierra en Delos.
— Al menos esperaba que me dieran algo de respeto.— dijo Will mientras dejaba una mano en su cadera.— De todas formas, no es como si estuviera aquí por qué quiero.
Y esto era totalmente cierto. Will estaba ahí por qué prácticamente lo habían obligado. Recordar ese fatídico día le causaba grandes sentimientos de frustración y enojo.
Era verano (aunque en Delos, todo el año parecía verano) y estaba felizmente disfrutando con sus hermanos una merienda a base de frutas frescas cuando su padre entró abruptamente por la puerta.
—¡HIJOS MÍOS, ESTAMOS DE FIESTA! Gracias a su genial padre.— La sonrisa de Apolo era enorme en ese momento, tanto que hasta daba un poco de miedo. Siempre sonreía de esa forma a sus hijos cuando quería pedirles un favor.
—¿Qué ocurre papá?— Habló su hermano Austin mientras dejaba el arpa de lado. Su hermano era de tez morena y pelo casi negro, pero al igual que todos los hijos compartía unos bellos ojos azules.
—Acabo de regresar de una reunión diplomática con el Rey del Hades.— al decir esto, Will pudo asegurar que el cuarto se volvió terriblemente frío de un solo golpe.
—P-papá, ¿Por qué hablaste con el rey del mundo?— Ahora quién habló fue Kayla. Su hermana más pequeña junto con Will, ella de igual forma tenía el pelo rubio (solo que más cenizo) y los mismos ojos azules, solo que con unos destellos verdes, que daban un tono turquesa a sus iris cuando les pegaba el sol.
—Oh ya sabes hija, cosas de reyes, tips para ser guay como yo, comercio, negociar la independencia de Delos...
—¡¿QUÉ?!— hablaron todos al unísono.
—No se angustien niños. Papi tiene todo arreglado.— dijo Apolo sin borrar su sonrisa, cosa que de igual forma causaba estragos en su mente. Su mal presentimiento seguía ahí, y eso no le dejaba tranquilo.
— Y es por eso que nos preocupamos.— Susurró Helena, su hermana más grande. Ella era la primera hija de Apolo, a quien tuvo con su consorte Defne. Helena a diferencia de los demás, tenía una piel casi tan blanca como la leche y libre de pecas, su cabello era de un dorado cobrizo y tenía un rostro de lo más delicado. Sin duda alguna era la viva imagen de su madre, solo que en vez de tener ojos lilas, ella tenía los azules de su padre.
Ignorándola de forma olímpica, el padre continuó.
—Verán, por las buenas el rey intentó negociar para que nos anexáramos a su reino, sin embargo ya saben que Delos es un país que emigra por el mar constantemente, no queremos causar discordia si llegamos a tocar otros territorios y somos geniales siendo sólo nosotros. Así que explicándole la situación, el rey aceptó con la condición de que uno de ustedes vaya y se case con su majestad.
El silencio fue incómodo y sumamente largo. Hasta que muchos de los hermanos le gritaron a su padre que estaba loco. No era posible que los mandará a hacer semejante cosa.
Para Delos, el matrimonio era cosa seria, un ritual que se daba desde elegir una pareja, conocerse mutuamente y finalmente casarse por acuerdo mutuo. Un ritual de coqueteo y amor hasta desembarcar en un matrimonio bien construido y estable. La mayoría de los integrantes la familia real son alfas. Las chicas son las que tienden a ser omegas, por lo que a estas se les arregla un matrimonio con gente del reino, que conozca la tradición y respete el tiempo de cortejo.
Mezclarse con otra raza, era una idea que la abuela considera una abominación contra el linaje familiar.
La hermana de Apolo, la tía Artemisa siempre ha argumentado que de hacer matrimonios con otros países puede ir contra la política del país, pues de una forma u otra, con este tipo de matrimonios se están haciendo alianzas y Delos es totalmente autónomo.
—Por favor hijos, comprendan que es la única manera de que nos dejaran en paz. Llevo años tratando de proteger el país pero ahora el rey di Angelo no me ha dejado opción.— era la primera vez que veía a mi padre tan preocupado.
Tal vez verlo poner esa cara fue lo que hizo a sus hermanos calmar su furia.
—De acuerdo... Pero nosotros tomaremos la decisión y lo haremos a nuestro modo.— Ahora hablo Tayler, el segundo después de Elena.— ¡SOL EN EL CENTRO!
Esa era la señal para que todos se reunieran en el centro de la habitación. Estaba llamándolos a resolver el conflicto entre ellos de la única forma que conseguían arreglar las disputas.
Un piedra, papel o tijeras.
Aún recordaba la cara de alivio de todos sus hermanos y la horrible sensación de querer vomitar cuando en la primera ronda, él resultó perdedor de forma inmediata.
¿Por qué mierda había elegido tijeras?
—Bueno está decidido, felicidades Will.—Hablo ahora su hermana Misha.— En hora buena, te me casas hermanito.
—¡Felicidades William, serás el esposo del rey de los fantasmas! Es como ser una celebridad.— este tipo de comentarios no dejaban de ser dichos por cada unos de sus hermanos.
—¡Si tan bueno es, ¿por qué ustedes no van y se casan con él?!—Espetó el rubio mirando a todos sus hermanos con furia.
—Por qué ni locos nos casariamos con él.— respondieron al unísono los 14 chicos y chicas.
— ¿Has escuchado hablar del rey de los fantasmas? Dicen que es mitad ogro. Su ira es terrible contra aquellos que lo traicionan....
—Escuche que cuando era niño asesinó a todos sus hermanos envenenando el agua donde se bañaban para asegurar su ascenso al trono.
—Me han dicho que siempre que le ofrecen una consorte, en la noche devora sus corazones para así mantenerse fuerte.
—Los alfas del Hades no son nada lindos. Soy muy rudos y sádicos en el sexo. Ni de joda voy a ir a cometer suicidio siendo su esposo. Menos cuando de por si, el rey es un tirano.
—... Gracias por su cariño hermanos.— Aseguró Will deprimido, mientras observaba cuanto se preocupaban sus hermanos por él.
—Tranquilo Will, eres un Beta. Por lo que es posible que no la padezcas tanto.— Hablo su hermana Kayla dándole una palmada en la espalda. Pero esto no aminoró para nada la calma de Will.— A parte, tu naturaleza suave y pacífica le podría ayudar a su mal genio.
A diferencia de sus hermanos que en la mayoría eran Alfas y Omegas, él había resultado ser el único Beta de la familia, lo cual nunca supo entender si era una buena señal o una mala jugada del destino... Aunque si era sincero consigo mismo, toda su vida parecía un chiste.
Desde pequeño había sido aislado de su madre, siendo el único que fue amamantado por una nodriza, también era el único que recibió clases privadas con su abuela Leto y tía Artemisa, y eso a duras penas podía recordar... y solo por que era lo que le habían contado sus hermanos. Pues cuando tenía 12 años, Will aparentemente había tenido una fea caída en las escaleras del palacio, perdiendo parte de su memoria y con ello todo lo que conllevaba su infancia y parte de la pubertad.
Incluso Will tendia a reirse de su propia desgracia.
No solo era el raro de su familia, también era el hermano con amnesia y el que aparentemente tenía la peor suerte. Mira que ir a parar como el consorte del rey más temido y terrible de todos era una verdadera joda.
— Esta bien, lo llevaré a un lugar donde podrá arreglarse para ver al rey.— Volvió a hablar el mayordomo mientras le conducia a uno de sus aposentos, los cuales para el gusto de Will eran demasiado ostentosos.
Constaba de una recamara enorme, con una cama hermosa y de gran tamaño, por donde unas cortinas cubrían los laterales de dicho mueble, estas eran de una tela delicada y casi transparente, tal como el velo de una novia. En medio de la sala había un gran espacio hasta llegar al otro extremo donde un espejo enorme reflejaba casi toda la alcoba, al lado un armario de igual forma enorme (como todo en esa habitación). Will depositó su pequeña mochila en el centro de la cama y sacó otra de sus ropas ceremoniales que había empacado. Esta vez constaba de algo menos formal pero que de igual forma era tradición en Delos.
Constaba de un pantalón que era abombado en tono blanco con empuñaduras doradas en los tobillos, una camisa color café bastante claro con detalles blancos de mangas a tres cuartos, que de igual forma en sus puños había bordados de oro pero estos eran cubiertas por unos guantes dorados que se sostenían desde su dedo del medio en ambas manos, ambos guantes eran enjoyados y llegaban justo debajo de sus mangas.
Encima colocó un blusón color marrón con la cintura en color beige sin mangas que le llegaba arriba de las rodillas. A sus caderas amarró una tela naranja con detalles en rojo en un perfecto nudo que resaltaba de esa forma su figura (este detalle era únicamente utilizado con las chicas omegas para resaltar sus curvas y así llamar la atención de los alfas), sus hermanas se habían encargado de enseñarle a colocarlo correctamente antes de partir. Se enjoyo los tobillos con pulseras (o tobilleras) y se colocó unos pendientes de oro más grandes que los que había llevado antes, solo que esta vez dejó uno de sus lóbulos libre de joyas largas.
Encima de todo se colocó un hijab dorado con incrustaciones de joyas y encajes de lo más finos, el último regalo de su padre antes de partir. Al parecer fue el mismo hijab con el que su madre se había presentado ante Apolo durante el periodo de coqueteo en su matrimonio.
"Tu madre estaba radiante, literalmente. Era la única omega que utilizó joyas en su hijab ese día, pero a parte eso, sus ropas eran humildes y sencillas. Es por eso que llamó mi atención, a pesar de que no me dejó ver su rostro en ningún momento, claro hasta que le robe un beso meses después y me enamore profundamente de ella Will. Era realmente tímida en ese entonces y hasta después de tenerte, no dejó de causarme ternura con su personalidad."
Esas habían sido las exactas palabras de su padre, tras entregarle la tela justo antes de partir.
Will se tomó un momento para apreciar la prenda en sus manos antes de colocarla sobre su cabeza y enrollarla de forma delicada alrededor de sus hombros y cuello, cubriendo su rostro hasta el puente de la nariz. Respiro hondamente y se percató de un leve aroma a Lirios y rayos de sol... Probablemente era la esencia que solía tener su madre, pero eso no había forma de saberlo, después de todo para Will este aroma no era nada familiar y si lo era, no había forma de que él lo supiera. Puesto que no lo recordaba en absoluto.
Se admiro en el espejo por un instante y se sonrojo al verse reflejado en el cristal. Realmente parecía que se hubiera esmerado en verse hermoso para su magestad.
Y este pensamiento le hizo sentirse furioso consigo mismo. No sabía ni la apariencia del príncipe y ya hasta estaba trabajando en gustarle.
Will nunca había visto al rey del mundo en persona y menos en fotografías o pinturas. El único que tenía noción de su apariencia era su padre y puede que sus hermanos mayores Lee y Michael... recordar a sus hermanos le hizo sentir el corazón muy apretado. Ellos eran, junto a su abuela Leto, una parte fundamental e importante en la vida del rubio. Quienes cabe aclarar, que cuando Will fue enviado a casarse, estaban fuera del país en busca de negociación con las amazonas de la isla vecina, por lo que no estuvieron enterados de todo este embrollo y probablemente no hubieran sido informados hasta su regreso, dentro de unas semanas más.
"No pude despedirme apropiadamente..."
Decidió borrar esos pensamientos agobiantes lo más rápido que su mente le permitió y terminó por colarse unas sandalias doradas cerradas, caminó con orgullo a la puerta y aviso a los guardias que estaba preparado.
Automáticamente fue conducido por un enorme pasillo con piso de marmol pulido, por el cual sus pies se resbalaban debido a la suela fina de sus sandalias. Will trataba de entender cómo es que sus hermanas podían caminar con semejante par de zapatos. El rubio pensó de inmediato que prefería ir descalzo o con sus habituales sandalias con una suela más firme.
Finalmente llegó tras una puerta de color negro con lo que parecían ser... ¿RESTOS DE HUESOS HUMANOS?
Un sudor frío le recorrió desde la nuca hacia la espalda y trago con algo de dificultad.
—Huum... Linda decoración.— añadió mientras trataba de adoptar una pose relajada.
En su lugar el mayordomo enarcó una ceja con escepticismo y después añadió "Es la favorita de su Alteza."
A continuación le pidió que esperase tras la puerta en lo que confirmaba que el rey estuviera dispuesto a recibirle y Will asintió cortésmente.
Sin embargo cuando la puerta se abrió para dejar al mayordomo entrar, Will pudo percibir un aroma muy dulce. Excesivamente atrayente y que despertó en él un deseo de entrar precipitadamente... ¿Qué era ese aroma tan dulce? Trató de calmarse y respiro concentrando su poder curativo en el origen de esa extraña sensación y solo de esa forma pudo calmarse.
Después el mayordomo volvió a aparecer detrás de la puerta, asintiendo con la cabeza. Estaba por entrar.
Las puertas terminaron por abrirse de par en par y lo primero que notó el rubio era que la habitación era un tanto siniestra, la alfombra principal era en tonos vino intensos, las paredes y columnas parecían ser de piedra sólida con incrustaciones de diamantes, tal como si fuera una mina. Alrededor de la sala, lámparas y candelabros con luz verde de fuego griego eran todo lo que llenaba de luz el lugar. En el centro, al fondo de la habitación estaba claramente el trono, y sentado en él pudo percibir dos pequeñas figuras.
Will avanzó con gracia y lentitud hasta que estuvo a una distancia prudente y se arrodilló bajando la cabeza. Alcanzó a escuchar un pequeño jadeo por parte de alguien la sala, como un suspiro ahogado y de nueva cuenta, ese aroma dulce y atrayente impregnó la sala.
Sin entender por qué, un sonrojo se formo en las mejillas de Will y su corazón latió con tal estrépito que sentía que podría salirse de su pecho.
—Alteza, este es Will Solace, hijo del rey Apolo. Joven Solace, le presento a su alteza real Nicola di Angelo. Levántese por favor.— Will asintió y de forma suave y lenta levantó la cabeza para finalmente darle la cara a su destino.
No se esperaba para nada lo que vio enfrente suyo.
Segundo capítulo y lo dejo así por qué soy bien mala :v
¿Les ha gustado? ¿Qué les ha parecido la historia de nuestro sunshine? Vamos, aún hay muchas cosas por aclarar acerca de ella pero pues es lo más cercano que tendrán de momento.
Ahhhh ¿saben? Me estaba muriendo de angustia por qué siento que puede que la historia aún no estaba lista para salir a la luz, pero pues una amiga mía me dijo que esto era de lo mejor que se me había ocurrido y que era estúpido volverlo a poner en borradores.
Así que bofeteandome a mí misma me regañe por pensar que lo que escribo es basura y seguí actualizando.
Cabe aclarar (por si no hay leído la sinopsis) de este Fic es un capítulo mensual. ¿Por qué? Por qué ya les había dicho que ya tengo escritos varios capítulos y pues para hacer tiempo en que termine de escribir la historia y ustedes no se queden sin saber qué onda, un capítulo por mes me da tiempo para actualizar más. Sin embargo las actualizaciones están sujetas a variar con respecto al día, ¿qué quiero decir? que puede que un mes actualice el dia primero y luego otro mes actualice casi a la última semana, esto es más que nada por que no siempre tengo tiempo para meterme a wattpad y publicar.
PERO NO LLOREN PIZZA MIS FRIJOLES SALTARINES. Que sin falta tendrán capitulo cada mes.
Bueno, sin más que decir
Nos leemos en la actualización de Abril ^^/
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