Capítulo 8
"Joanne Jones"
Esa mañana se había levantado media hora antes de que sonara su alarma, ¿le gustaba? No realmente, pero eso le ayudaba a poder tener más tiempo para desayunar y arreglarse para el trabajo. Desayunó un plato de tortilla, tomate y un pan integral acompañado de un vaso chico de avena; luego buscó un saco marrón que le gustaba usar cuando el clima estaba un poco frío y una blusa verde que era de sus favoritas porque resaltaba muy bien con su color de cabello. Lo acompañó con unos jeans de corte recto y unas botas marrones.
Puso un poco de música y se maquilló un poco mientras escuchaba la nueva canción que había sacado Jo Inoa; le gustaba mucho el rubor así que se resaltó de rosa sus mejillas y se delineó los ojos deseando que le saliera bien a la primera. Aunque eso era pedir mucho, no le había salido igual pero al menos se veía bonita.
Ava pensaba que era importante revisar su celular antes de salir, entró a sus redes sociales y buscó las nuevas noticias del mundo del pop y del nuevo chisme sobre T.J Priester. Si Pattie estuviese ahí con ella le habría dicho que no tenía sentido que hiciera eso porque ella conocía a los chicos de Kloss.
Y aunque era cierto, no tenía una relación directa con ellos. Los conocía porque su abuela había sido la profesora de canto de Axel Trail, el cantante principal, pero eran pocas las veces que los veía, así que a veces quería conocer un poco sobre qué estaban haciendo, así como conocer sus chismes y noticias que posiblemente eran falsas.
Terminó de leer y tomó su bolso para marcharse. Tenía que tomar el metro para llegar a la estación más cercana a su trabajo. Conectó sus audífonos y durante todo el camino estuvo escuchando un podcast sobre productividad. Ava quería enfocarse en esas cosas cuando se trataba de su trabajo, no quería estar siempre escribiendo entrevistas sino que deseaba poder enfocarse en tópicos que le interesaba a ella y que pudiesen darle una perspectiva nueva al resto de las personas.
Pensó un poco en "B" y en cómo desde que él estaba en su vida, que realmente era poco tiempo, su vida había empezado a tener una perspectiva diferente. Seguía pensando en la frase que había leído de él; cuando uno se aceptaba a sí mismo podía perdonarse y perdonar también a aquellos que les hicieron daño en el pasado y que a veces costaba superarlo.
Quería poder hacer eso, quería poder soltar ese rencor que llevaba.
Se bajó en la estación y caminó para llegar a su edificio. Saludó al señor y este le entregó una de las rosas que llevaba en una canasta. Ava prefería los tulipanes pero podía aceptar una rosa siempre.
—Que lindo, gracias.
—Son parte del desfile—respondió el vigilante.
—Pero el desfile ya pasó.
—Todavía quedan muchas flores—respondió él y le sonrió, Ava hizo lo mismo y subió por las escaleras para llegar a su oficina.
Al llegar notó cómo todos se encontraban reunidos conversando entre ellos. Se acercó sin entender y Megan apareció a su lado tomándola del brazo.
—¿Te has enterado?
—¿Qué cosa?
—Joanne Jone viene hoy.
—¿Qué?
Tenía que ser una broma. ¿Cómo que Joanne Jones estaría hoy en su trabajo? ¿Por qué lo haría? No estaba lista para verla y hacerle las preguntas, ni siquiera había terminado el libro.
—Salvador nos ha dicho que viene en una hora, se reunirá con él para hablar de algunos temas. Pero seguro estarás en esa reunión, le harás la entrevista.
—¿Qué? ¿Crees que deba estar?
—Claro, eres tú quién la entrevistará, así la conoces antes y no se siente tan incómodo cuando la entrevistes.
Tenía razón en eso, pero Ava tenía un poco de temor verla.
—Iré a mi puesto.
Caminó hacia su escritorio y se sentó para sacar su bolso y buscar todo lo que podía saber sobre Joanne Jones en esos poco minutos antes de que ella llegase.
...
Escuchó a Claudia llamarlo desde lejos, volteó a verla y esta llevaba dos cafés. Se acercó y le entregó uno de los cafés que tenía: era un capuccino. Le gustaba mucho este café, solía tomarlo mucho en la universidad porque era el más dulce para él; nunca había sido de las personas que tomaban café negro, y no entendía cómo algunas podían tomarlo sin azúcar. ¡Una total abominación!
—Este es tu favorito, ¿no?
—Sí, ¿cómo sabes?—le preguntó a Claudia y bebió un sorbo del café.
—Recuerdo el primer día que llegaste, lo dijiste como cosas que había que saber sobre ti—respondió y mostró una sonrisa—, nos pareció gracioso porque te veías como un chico serio y antipático, creímos que no tomabas café siquiera.
—Me encanta.
—No puedes decir que te encanta si no te gusta el espresso.
—No hay por qué juzgar por los gustos de las personas—mencionó.
—Aquí no juzgamos, somos inclusivos—respondió ella y se rio—. ¿Viste el correo que te envié?
—No, ¿cuándo lo hiciste?
—Hace como media hora.
—Acabo de llegar—mencionó Benjamín—, todavía tengo todo el día para leerlo.
—No tardes mucho en responder, lo necesitamos para las estadísticas de la semana—respondió ella.
Benjamín continuó caminando hacia la oficina junto a Claudia, ella le preguntó por la chica que estaba buscando y él le explicó que ahora conocía su nombre. O al menos alguno de esos dos era. Realmente no quería imaginarse a la chica, no sabía nada de ella y no quería equivocarse de persona cuando la conociera, pero le era imposible fantasear con la posibilidad de verla.
¿Cómo podría ser su primer encuentro?
¿En el pasillo de la librería cuando ambos decidan tomar el mismo libro de Joanne Jones y se miren a la cara y sus miradas se encuentren?
¿Se tropieza con ella al salir de su café favorito y ella le pide disculpas y él queda enamorado a primera vista?
¿Se cruza con ella en el transporte público cuando ella se siente frente a él y justo está leyendo "El mundo luego de ti" y él se da cuenta y se acerca para hablarle?
Algo que debía recordar era que la fantasía existía sólo en los libros y que los cuentos de hadas no eran reales.
—Por cierto, hoy debo salir un poco antes—le dijo a Claudia—, debo apoyar a un amigo con algo. Termino todo antes y me retiro.
—Benjamín, un chico trabajador, educado y buen amigo—le dijo ella halagando al chico—, si tuviera una hija de tu edad desearía que saliera contigo.
—No le gusto mucho a las chicas—respondió él—, en la universidad nunca era el que las chicas preferían.
—¿De verdad? Pero si eres un gran chico.
—Había un chico mejor que yo—respondió—, era el capitán del equipo de fútbol, súper inteligente y muy amable con todos. Me daba un poco de celos ver cómo tenía la atención de todos.
—Pensé que ese podrías ser tú.
—Para nada—confesó y recordó sus tiempos en la universidad, hablaba poco de eso con las personas, no le gustaba mucho cómo había terminado todo—. No era tan agradable en ese entonces. Él era mucho mejor, por un momento quise que fuéramos amigos pero...—paró lo que iba a decir.
—¿Pero?—la miró, no sabía si podía tocar ese tema con ella. ¿Qué pasa si lo veía diferente?
—Pero...—no dijo más nada.
Aunque realmente quiso decir: pero luego ella apareció.
....
Joanne Jones tenía el cabello rubio, estaba segura que se lo había teñido, era más alta de lo que había imaginado y podía notarse desde donde se encontraba las pecas que llevaba marcadas en el rostro. Quizás por el mismo color de tinte que se había hecho, era un color oscuro de rubio, quizás llegando a un cenizo.
Se veía incluso más amigable que en las redes sociales y videos que hablaban sobre ella. Tenía una sonrisa blanca y saludaba a todos como si fuesen amigos de antes, tuvo miedo de que no la saludara de esa forma a ella.
Observó cómo abrazó a Salvador y luego se acercó a Marcos, uno de sus compañeros de edición. Fue uno por uno hasta llegar a ella y la miró para luego darle una sonrisa.
—Tú debes ser Ava—dijo, su voz era suave, demasiado dulce.
Le molestaba tanto.
—Un gusto, Ava Martínez—la saludó ella, Joanne se aproximó para darle un abrazo fuerte, algo que no estaba esperando.
—Ava, un gusto—le dijo ella—, Salvador me ha dicho que eres tú quién me hará la entrevista. He leído varias de tus entrevistas y realmente estoy emocionada por poder conversar contigo.
No sabía qué decirle. Por un momento pensó que podría reconocerla por haber salido con Dean, pero seguro no era así. Joanne Jones trabajaba con muchas personas como para acordarse de una de las ex novias del chico con el que había salido un par de veces. Ella podía darse el lujo de reconocerla porque entre las dos, Joanne era la más famosa y ¿quién podría olvidar a la novia famosa de su ex?
Salvador comenzó a explicar cómo había conocido a Joanne y de lo importante que era ella para la revista. Joanne se paró al lado de Ava y le sonrió, la pelirroja realmente no sabía qué hacer ahí con ella.
—Oye, si tienes alguna duda o si quieres leer las preguntas antes de la entrevista me avisas—le dijo ella bajo, Ava asintió—, estaré aquí toda la mañana posiblemente. Creo que me harán la sesión de fotos.
—Realmente no tengo listas tus preguntas—confesó ella—, estoy terminando de leer El mundo luego de ti.
—¿Sí? ¿Y qué te ha parecido hasta ahora?
—Me gusta—le dijo y recordó las palabras de "B"—, me gusta también cómo alguien ve el mundo en este libro.
—¿Cómo?
—Es una historia curiosa—respondió ella—, aunque ya estoy por terminar tu libro y podré leer el resto.
Joanne no entendió sus palabras. Quizás fue algo torpe de Ava decirle que no había terminado de leer su libro, pero realmente no sabía qué decir ante Joanne Jones.
Sólo quería seguir leyendo y entenderla a través de lo que "B" decía de ella.
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