Capítulo 15
"Pasado pisado"
Fue como si hubiera visto un fantasma, no podía escapar de la sensación que tenía en el pecho. Miró a la chica y ella se acercó a él con una media sonrisa en su rostro. ¿Por qué sonreía cuando él le había roto el corazón? ¿No se acordaba? ¿Lo había dejado atrás?
Él pensaba en eso todos los días. ¿Cómo ella no podía hacerlo?
-¡Vaya! Tanto tiempo sin verte, Benjamín-la escuchó hablar, su cabello negro estaba más largo, pero su esencia se mantenía en la ropa que traía.
Llevaba un chaleco rojo y unos pantalones verdes. Su cabello negro resaltaba gracias a la boina que llevaba puesta y parecía verse más alta pero pudo notar que estaba usando botas de tacón. Sus aretes se hacían notar también y por un segundo todo lo sintió como si fuese algo común, como si era normal que ella llegase cada día a verlo y lo saludara como solía hacerlo.
Pero cayó en realidad y sabía que eso no era normal. Sabía que no era algo que pasaba cada día, y llevaba más de dos años sin saber de ella.
-No esperaba verte aquí-supo en ese momento que sonó con tanta sinceridad que ella pudo notar la sorpresa en su voz aun cuando no lo había mostrado del todo.
-Es la primera vez que paso por acá, ¿trabajas aquí? Que sorpresa.
-No, yo...ayudo a un amigo a veces-le respondió.
Roni asintió como si entendiera.
-¿Qué ha sido de ti? ¿De tu vida?-le preguntó-. No supe de ti desde...-hizo una pausa como si en ese momento se hubiese acordado de todo, lo miró con pena-, desde ese día, ya sabes.
-Sí, desde ese día-le dijo.
En sus pesadillas, ella aparecía.
No podía descifrar si era para atormentarlo desde ese momento, porque sabía que no había sido una buena persona. Había tomado la confianza de una chica y se la quitó de golpe, le rompió el corazón y a su vez se lo rompió a él mismo. Benjamín había cometido muchos errores, lo sabía, todos cometen errores, pero ese justamente, era algo que él mismo no podía soportar.
Verla a los ojos era su tormento. Recordarla era su mayor tormento y le aterraba tanto que todos descubrieran lo malo que había sido con ella.
-¿Tú cómo has estado?-le preguntó esperando que ella olvidara por un momento ese día.
-Me he sentido bien, ahora estoy trabajando en una firma de abogados-le dijo-. Estoy con Gastón trabajando en conjunto, quién lo diría, ¿no?-se rio.
La mención del chico le causaba incomodidad, sabía que a pesar de no verse en tanto tiempo, él no olvidaría ese día. Así cómo él tampoco podía olvidarlo.
Gastón y él nunca se habían llevado bien. Creía que desde un inicio él se había dado cuenta de sus intenciones, podía sentir que no le agradaba ni siquiera su presencia incluso cuando eran pocas las veces que habían compartido palabras.
-Me alegra mucho Roni-le dijo-, y que bueno que trabajas con Gastón. Imagino que es difícil de sobrellevar a veces-intentó parecer calmado, ella se rio y asintió.
-Un caos siempre-respondió-, pero ahora es más dulce-le dijo-. Lo sé, es tan extraño pero creo que cada día el amor lo vuelve más amable.
-Creo que el amor nos vuelve más amable a todos.
Podía sentir cómo su corazón latía tan deprisa. Tenía tanto miedo, tenía la idea de que en cualquier momento alguno de ellos aparecería por la puerta a buscar a Roni. No sabía qué podía ser peor, ver a Gastón o ver a Evan.
Evan, tan complicado había sido todo con él. Evan era la razón de por qué había sucedido todo, sino fuese por Evan no habría conocido a Roni, no habría roto los códigos y no habría perdido a sus amigos. Ver a Evan podía ser lo peor para él. Le daba rabia y le daba miedo, el temor de verlo, y no saber cómo actuar. Qué hacer cuando él estuviese ahí.
Benjamín había pensado tantas veces en las posibilidades de encontrarlos en la ciudad, pensó en todas las alternativas y todas las formas de cómo él podía actuar, pero no hizo nada, ni lo más cercano cuando la vio ella. Como si hubiese bloqueado todo, cada idea o cada pensamiento que tenía.
¿Qué sería de Evan? ¿Estaban todavía juntos?
Quería preguntarle, quería saber si algo había cambiado en esos dos años que no supo nada de ellos, pero qué miedo tenía de saber la verdad. Era un recuerdo para él, ya tenía que haber superado su pasado pero quizás uno no supera el pasado del todo, sólo vivimos con los recuerdos y aprendemos a ser más fuertes con ello.
-¿Cómo está Evan?-lanzó la pregunta como si no le importara la respuesta.
Roni sonrió, eso significaba que seguían juntos. Le alegraba saber que ella podía ser feliz a pesar de todo, pero al mismo tiempo se comparaba a sí mismo con ellos y sabía que él no podía decir lo mismo.
¿Era feliz? Vale, se podría decir que sí, pero salir de ese vacío de hace dos años no ha sido nada fácil para él. Tener que iniciar desde cero, no era una tarea sencilla y aun así pudo hacerlo.
-Bien, debe estar con sus amigos-respondió.
-¿Viniste sola?
-Me gusta salir sola-le respondió-, me gusta poder pasar tiempo conmigo misma.
Benjamín asintió y la miró, se fijó en su ropa y se acordó de algo que ella le dijo la última vez que se vieron.
-Es cierto lo que dices que sueles llevar una prenda de tu color favorito-señaló los pantalones verdes-, nunca me fijé hasta hoy.
-Lo sé-respondió, ella lo miró como si quisiera decirle algo más.
Quizás le quería decir de todo, tantas preguntas y tan poco tiempo.
-Roni, de verdad lo siento por lo que te dije ese día-confesó y sintió cómo si algo saliera de él. Tenía tanto tiempo con un nudo en la garganta deseando poder decirle eso.
-No te preocupes.
«-Eras su secreto, ¿sabes? No le había dicho a nadie sobre ti, pero siempre habla sobre las chicas que le gustan-dijo-. No te ve como alguien serio.»
Solo el recuerdo de hace dos años lo atormentaba, la veía y no podía pensar en nada más que en eso. Roni era una chica increíble y él lo sabía, lo sabía tanto que le tenía rabia. ¿Por qué de tantas personas en el mundo tenía que haber sido ella? No lo había entendido hasta ese momento.
-No, de verdad lo siento-le respondió-fui una horrible persona, te dije cosas horribles y todo era mentira. De verdad sí pienso que eres bonita y que alguien puede enamorarse de ti-le dijo, ese día regresaba a su cabeza una y otra vez-, solo que yo...no era esa persona.
-Lo sé, de verdad, ya te he perdonado-le sonrió-, deberías tú también perdonarte.
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