El muchacho de los ojos tristes
Aclaraciones:
1. Este es un one shot de más de trece mil palabras, así que esta bastante largo.
2. El one shot habla sobre sobre el suicidio y de la perspectiva de las demás personas ante un suceso como este, además de que también toca otros temas serios, como el abuso sexual.
3. Les aviso que hay una escena subida de tono, osea ya saben 😏, pero bueno, les aviso para que no les tome por sorpresa.
Algo más, yo no soy de pedir esto, por que me da vergüenza, pero si les pido que dejen un buen de comentarios, llenen el one shot de comentarios por favor, por que me desvele varios día para tenerlo listo, así que eso me haría muy feliz.
Sin más que decir, disfruten de la lectura.
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Dicen que los ojos son las ventanas hacia el alma, que estos reflejan nuestros sentimientos y sensaciones.
Alegría, enojo, miedo son solo algunas de las emociones que podemos dar a conocer con nuestra mirada.
No importa si son grandes, chicos, verdes, café, negros, azules, todos pueden expresar lo que no podemos o no queremos decir con los ojos.
Siempre he creído que una sola mirada puede contarte sobre lo que el corazón no le permite expresar a tu boca.
Algunas veces, cuando camino por la acera o por el centro comercial, me centro en los ojos de las personas, incluso cuando estoy con mis padres, me centro en los de ellos, tratando de adivinar lo que estos reflejan o las emociones que cargan.
Desde niña fui muy curiosa, mi mamá decía que hacia preguntas a las cuales no podía encontrar una explicación sencilla para que entendiera.
Esa curiosidad me hizo conocer el mundo y su belleza, pero también me hizo cometer errores y ver lo peor de las personas.
Así que ser observadora me ha protegido en estos últimos años.
¿de que?
De la preparatoria.
No les mentiré, jamás había sentido tanto miedo al ir a la escuela, me gusta aprender, pero las personas de ese lugar, solo esperan el momento en que bajas la guardia para apuñalarte sin parar.
Cada día al entrar por el pasillo a recoger mis libros de mi casillero, hay notas pegadas a este en cada esquina, con mensajes que me han causado pesadillas en la noche.
"Cuídate zorra"
"Algún día te tocaré ese gran trasero que te cargas"
"Serás mía algún día preciosa"
"Eres una ramera"
"Deberías meter a tu boca mi..", creo que no hay necesidad de entrar en detalles.
Y los maestros son peores, ni siquiera tratan de cumplir co sus responsabilidades.
Minimizan los problemas que enfrentamos día con día y en sus ojos se puede distinguir su gran indiferencia hacia nosotros.
Día con día, al levantarme, entrar por esos pasillos, ver esas notas, escuchar las risas de los demás, sentir sus miradas de burla hacia mi, me hacen sentir humillada.
Bueno, casi todas.
Mis amigos son la excepción, con ellos puedo contar para lo que sea, además de mis padres.
Pero hay una persona que siempre me observa del otro lado del pasillo, alguien que pasa por allí todos los días y que cuando me mira a los ojos, no soy capaz de descifrar.
Su nombre era Hiccup Haddock al verlo a los ojos podías creer que su mirada siempre era la misma.
Pero no.
Algunos días reflejaban lastima, otros enojo y algunos no reflejaban nada, tenía una mirada neutral, aunque lo que más lo predominaba en estas era la tristeza.
A veces cuando el camina por el pasillo y pasa a mi lado, me mira y yo a el, pareciendo que hubiera sido ayer la última vez que lo vi feliz, la última vez que sus ojos reflejaron esa emoción.
Sin embargo después de los sucesos de hace semanas, cualquiera se sentiría deprimido con solo mirar sus ojos.
-cariño, vamos levante-escuche una dulce voz en mi oído, pero yo solo me removí debajo del cobertor, apretando el pañuelo que tenia sobre la palma de mi mano-solo son dos semanas más.
-no quiero ir-respondí sintiendo mi voz rasposa, por lo qué carraspee intentado ocultarle mi madre mis señales de llanto.
-tampoco quiero que vuelvas a ese lugar, pero estás en los finales, no quiero que repruebes y tengas que repetir año-si que hacía su esfuerzo por convencerme.
-solo digamos que estoy enferma-propuse sin muchos ánimos.
-pero no lo estas.
-creo que estar en tu periodo si cuenta como enfermedad-solo pude escuchar a mi madre dar una pequeña risa ante mis palabras, pero se detuvo de repente al oír la notificación de mi teléfono-¿otra vez esos mensajes?.
Yo solo pude asomar mi cabeza fuera del cobertor, mirándola por primera vez en la mañana.
-a veces solo quisiera que todos me olvidaran solo por un día-comente sentándome en la cama, recargando mi cabeza en el hombro de mi mamá.
-cuando entres a la universidad, puede que todo sea diferente-aseguro ella abrazándome.
-ni siquiera creo que me acepten-dije desanimada.
-pues serian muy tontos si no lo hacen, y cuando entres me veras celebrando con dos grandes pompones rosas-prometió, haciéndome sonreír, ella si que sabía como levantarme el animo- pero en el caso muy irreal de que no te acepten, esta la opción de trabajar conmigo.
-creo que no hay mejor opción-respondí con una sonrisa, a lo que ella solo me acaricio la mejilla por unos segundos antes de levantarse.
-será mejor que te arregles, no querrás llegar tarde-intuyo a lo que yo asentí.
-mamá-la llame antes de que saliera-¿te han dicho algo?.
-no, aun están en discusión de cuando les darán el cuerpo y no hay nada nuevo en la investigación, pero muchos padres los están apoyando y tus amigos también-sonreí más alegre al escuchar sus palabras, pero ella solo se acerco a mi mirándome a los ojos-¿estas segura de que no quieres declarar?
-creo que eso solo causaría más problemas de los que tengo-mentí mirando mi celular un momento.
-puede que esta sea la única forma de que se haga algo para resolver la mayoría de ellos-me recordó a lo que yo solo agache la cabeza con tristeza-sabes que jamás te obligaría a nada, pero si quiero que lo consideres, por el.
-esta bien-respondí sin mirarla, con mis ojos comenzando a cristalizarse, después solo sentí un ligera caricia en mi hombro y espere hasta que ella saliera de la habitación.
Al estar sola, levante la mirada cerrando los ojos, volviendo a recostarme en mi cama.
Después de unos minutos, me levante en dirección al baño.
Cuando termine mis necesidades, lave mis manos, luego mi cara mojando un poco mi cabello, me cepille los dientes y salí a quitarme la piyama, me puse un pantalón negro, para después ponerme el sostén, por que me es muy incómodo dormir con el.
Encima de este, me coloque una pequeña blusa de tirantes para cubrir mi el torso que quedaba al descubierto al ponerme un suéter café que me estaba algo corto, siendo que este me llegaba a la mitad del estomago.
No es que no me guste mi cuerpo, amo como soy, pero cuando tienes compañeros como los míos, no me siento segura usando cualquier tipo de ropa, además de que hacía algo de frío afuera.
Para finalizar me coloque unos tenis del mismo color de mi suéter, sujetándome el cabello en una trenza, tome mi mochila metiendo el cuaderno de notas sobre mi escritorio, agarre mi teléfono y lo guarde en uno de los bolsillos de mi pantalón y mis audífonos en el otro.
Baje por las escaleras apresurada, tomando del frutero de la cocina una manzana, aprovechando para despedirme de mi madre y salir de la casa comenzando a caminar sobre la acera, intentando disfrutar del paisaje, pero este tenía algo peculiar que lo hacía ver muy deprimido, no había cambiado desde hace semanas.
Di un suspiro con nerviosismo al ver la escuela desde la lejanía, me coloque los audífonos y entre por el pasillo principal.
Pude sentir la mirada de los demás en mi, sin embargo yo me mantuve neutral, cambiando como si no me incomodara estar en la vista de todos.
Me prepare para las notas en mi casillero, pero al llegar, estaba limpio, no ninguna nota, mire a los demás intentando averiguar si esto era alguna broma, pero al final decidí abrirlo.
Pero valla sorpresa que me lleve al ver que dentro de este había una nota; la cual tomé algo dudosa antes de leerla.
"¿Cuanto crees que puedas escapar antes de terminar como tu amigo?".
Deje caer la nota al suelo, intentando no quebrarme en ese momento, mire de reojo a un pequeño grupo de jóvenes que me veían con una sonrisa burlona, incluso uno de ellos tuvo el descaro de levantarme el dedo de en medio.
Negué tomando los libros de mi primera clase, aguantando mis ganas de salir corriendo del lugar.
Pero al cerrarlo y voltearme para seguir mi camino, no mire por donde iba y termine golpeando a una persona.
-lo lamento-me disculpe cuando recupere el equilibrio, fijando mi vista en la persona dándome cuenta que era Hiccup-de verdad lo siento Hiccup, ¿te lastime?.
-no, tranquila-respondió el con calma, pero de un momento se agacho a recoger algo-¿esto es tuyo?.
En su mano pude ver que sostenía la nota que habían dejado en mi casillero.
-no, no es mía-negué antes de sonreírle con tristeza, retomando mi camino, dejando a Hiccup solo.
Camine por los pasillos, hasta que me detuve mirando uno de los últimos casilleros, el cual tenía flores, fotografías y notas de consuelo.
Me quedé observándolo por un momento más acercándome a este, con los ojos puestos específicamente en la foto del estudiante al que le perteneció.
-te extraño amigo-susurre para mi, aunque esperaba que el me escuchara-ojalá estuvieras aquí Thannlos.
Thannlos Haddock, ese era su nombre, era el nombre de mi mejor amigo.
Comencé a sentir que me miraban y al voltearme me encontré con Hiccup, su hermano.
El cual me veía fijamente, dándome cuenta que sus ojos reflejaban tristeza.
Sin decir ninguna palabra, me aleje de aquel casillero siguiendo mi camino hasta llegar al salón, el cual se quedó en silencio al verme entrar.
Camine en silencio, sintiendo sus ojos juzgándome, los cuales no se detuvieron ni cuando me senté al lado de mi mejor amiga.
-no hay nada que ver aquí señores-hablo ella con voz autoritaria, a lo que los demás no tuvieron muchas opciones más que dejar de mirarme y seguir hablando de sus asuntos-¿estas bien?.
-si, gracias-respondí con la mirada baja revisando mi celular un momento, revisando algunos de los mensaje de la noche anterior, para finalmente ponerlo en silencio para ignorarlos con más facilidad.
-no creo que lo estés, estoy más que segura que ni siquiera dormiste bien-adivino ella poniendo su mano en mi hombro para reconfortarme-Astrid..
-no pararon de llegar anoche, algunos eran muy fuertes-confesé jugando con mis dedos sin mirarla-solo quiero estar lejos de toda esta situación.
-en el receso, nos alejamos con los chicos, para conversar un poco ¿si?-propuso ella, a lo que to asentí.
En eso ambas alzamos la mirada al ver a Hiccup pasar por el salón en dirección al siguiente piso, ya que el iba a otra clase.
-¿has hablado con el?-me pregunto a lo que yo solo negué-creí que habían terminado como amigos.
-solo convivimos por Thannlos, hablamos un par de veces, pero ya no somos cercanos-expliqué sacando mi libreta para darle una última leída a mis notas antes de que el maestro llegara.
-creo que ustedes dos deberían acercarse, ambos están pasando por lo mismo-sugirió a lo que solo la mire a los ojos.
-el dolor que sentimos no es el mismo, Heather-resalte-yo perdí a mi mejor amigo, el perdió a su hermano, a su amigo más cercano de toda la vida, el único que lo ha estado apoyando.
-mi punto es, que ambos deberían ayudarse mutuamente ante la situación-volvió a decir ella sonriéndome.
-si...bueno, no creo que quiera hablar conmigo-mencione sin muchos ánimos-nunca hablamos después de lo que paso con nosotros y ahora con esto lo menos.
-que difícil debe ser para ellos, pobre Valka-reconoció ella a lo que yo le di la razón.
-han pasado solo semanas y aun no puedo creer que ya no esta-confesé en un suspiro cruzándose de brazos-no creo que el hubiera sido capaz de hacer eso.
Ella no dijo ninguna palabra solo me sonrió con tristeza, así que yo solo le di media sonrisa.
En ese momento el maestro entro al salón, con las hojas del examen, el cual sentí que transcurrió con rapidez, y en cuanto termine salí del salón hasta mi segunda clase, en la cual paso lo mismo.
Llego el momento del receso, tomé la manzana que me había llevado de mi casa, caminando hacia al lugar donde me encontraría con los chicos, sentándome en el césped.
Para mi sorpresa, la primera persona en llegar fue Hiccup, quien se sentó en frente de mí, sin decir nada.
-hola-saludo mirando al suelo, mientras yo jugaba con la manzana, pasándola de una mano a otra.
-hola-salude con timidez, sin verlo.
Un silencio incómodo se presentó, así que tome mi celular, y al encenderlo, pude notar la cantidad de mensajes que tenia.
Solo bastaba que le diera una leída rápida para saber que querían, sin embargo eso no significaba que no lograran su intención de hacerme sentir mal.
Y al estar metida en aquellos mensajes no prense atención a lo que pasaba a mi alrededor hasta que sentí un fuerte golpe en mi cara, tirándome al suelo, sintiendo mi mejilla arder por el golpe.
Al abrir los ojos, note que cerca de mi estaba un balón de fútbol y de lejos venia corriendo uno de los jugadores, quien solo lo tomo dispuesto a irse.
-¡hey!, ¿no te vas a disculpar?-escuche a mi lado a Hiccup, al cual no había notado, estaba molesto.
-relájate Haddock, fue un accidente, no fue intencional-escupió el otro chico, pero con solo escuchar su tono de voz sabía que lo había hecho a propósito.
-no me pidas que me relaje imbécil, se que lo hiciste a propósito-reclamo Hiccup levantándose del suelo, ya que se encontraba de rodillas a mi lado.
-con que eres muy valiente para defender a tu novia ¿eh?-se burlo el chico-anda ven aquí-lo llamo como si fuera un perro-o es que a caso no eres capaz.
-no voy a pelear contigo-lo escuche negar, al mismo tiempo que yo me recargada con mis codos, alzando un poco el torso para ver que pasaba.
-hay vamos castañito, no tengas miedo, no seré muy brusco contigo-insistió, pero Hiccup solo se dio la vuelta extendiendo su mano hacia mi-eres un cobarde, no como tu hermano, el si que podía soportar una paliza.
-¡¿que dijiste?!-escuche de repente al ojiverde y al verlo caminar con los puños cerrados hacia el chico, me levante con rapidez, corriendo hacia el, algo desorientada por el golpe.
-Hiccup no-lo frene poniéndome en frente de el, sujetando su brazo con fuerza.
-no te entrometas perra-me insulto, escupiéndome , provocando que Hiccup se enfureciera aún más e intentará acercarse con más fuerza, haciéndome tropezar.
-Hiccup, basta, no vale la pena-repetí, con las dos manos en su pecho para frenarlo.
El otro joven tomó el balón del suelo, comenzando a irse con una sonrisa victoriosa y burlesca en el rostro.
Mientras yo lo mire con enojo, sintiendo mis ojos cristalizarse.
Pero al darme cuenta de que aún seguía recargada en el pecho del Hiccup me separe de el con lentitud.
-¿estas bien?-pregunto tratando de verme a los ojos.
-si, gracias por defenderme-le agradecí algo avergonzada, con la mirada en el suelo
-Déjame ver-pidió tomando mi barbilla, haciendo que lo viera a los ojos, provocando que sintiera un cosquilleo en mi espalda baja y que me corazón palpitara con fuerza-tu nariz esta sangrando.
-estoy bien-respondí nerviosa ante su contacto algo que el noto, tome su muñeca para alejar su mano de mi barbilla.
Ambos bajamos la mirada hacia nuestras manos, sintiendo un gran sonrojo cubriendo nuestras mejillas.
-¡chicos!-escuchamos a la lejanía, haciendo que soltara su muñeca, alzando las miradas, observando a Heather y a los demás chicos acercarse al lugar, pero al verme comenzaron a correr hacia mi-por dios Astrid, estas sangrando de la nariz.
Ante eso me toque por debajo de la nariz, sintiendo un líquido viscoso y observando mis dedos vi aquel color rojo.
-¿que paso?-pregunto Patapez preocupado.
-el idiota de Lukas-menciono Hiccup refiriéndose al chico que me golpeo, a lo que un los demás entendieron-la golpeo con el balón.
-maldito imbécil-comento Camicazi tomando un tomado de su bolsa un pañuelo-pero tenemos que detener el sangrado.
Me ayudo a limpiar la sangre que había salido, para después hacer presión en mi nariz para que dejara de sangrar.
-por suerte no esta rota-informo Patapez al revisarla. Suspire de alivio al saberlo.
Volvimos a sentarnos en el suelo, esta vez Hiccup se sentó a mi lado, creo que lo hacía para protegerme por si intentaban volver a lanzar el balón a mi dirección.
-Astrid, ten-escuche a Heather a mi lado extendiéndome mi teléfono.
-¿podrías ayudarme a borrar los mensajes-pedí a lo que ella asintió.
- carajo, ¿todos estos mensajes te llegaron a noche?-pregunto al ver la cantidad.
Yo solo asentí sin mirarla, sintiéndome algo incomoda al tener los ojos del castaño a mi lado.
-voy a bloquear a estas personas, no permitas que te escriban esas cosas-dijo comenzando a borrar los mensajes.
-¿han tenido noticias, Hiccup?-pregunto el hermano de Camicazi, a lo que el asintió.
-nos darán los resultados de la autopsia viernes-contesto sin apartar la vista del suelo.
-si tu o tus padres necesitan ayudad, sabes que podemos ayudarlos-hablo Brutacio colocando su mano en el hombro del chico.
-gracias chicos-agradeció el chico con una sonrisa cargada de tristeza, observando a los demás con una mirada desconsolada.
En eso tocaron la campana, indicando que era hora de seguir con las clases, todos nos levantamos, siendo que Hiccup fue el primero en irse, mientras yo solo lo miraba preocupada.
Siguiendo con las clases estas solo se basaron en repasos para los exámenes que vendría mañana.
Así que cuando estas terminaron me apresure a salir de la escuela, para no toparme con algún chico que quisiera hacerme daño.
La nota de la mañana si que me había asustado
Ya era suficiente el golpe en mi nariz y mejilla.
Seguí caminando, aprovechando para comerme la manzana la cual no me había podido comer en todo el día.
Sentí que alguien me seguía, y al mirar de reojo, me tranquilice al ver que era Hiccup, aunque era de esperarse ya que vive muy cerca de mi casa.
Prácticamente se podría decir que nos criamos juntos, claro con su hermano.
Hubo un momento donde tuvimos un romance y hasta estuvimos en una relación y aunque el es un chico normal, había algo de el que me hacia sentir diferente.
Claro que ese sentimiento se fue apagando después de separarnos y aún más después de que comenzamos a salir con otras personas, pero esas relaciones jamás resultaron en nada bueno.
Al llegar a la puerta de mi casa alce la mano para despedirme de él, siendo correspondida por el, pero con una media sonrisa en su rostro, algo curioso a decir verdad.
-¡oh por dios cariño!-escuche a mi madre exclamar cuando entre y miro mi cara, específicamente el moretón que tenia en una de mis mejillas-¡Thomas trae el botiquín!.
En eso escuche pasos bajando las escaleras.
-claro amor, pero ¿para que..?-estaba por preguntar mi padre, pero al verme bien, solo fue a la cocina sin decir nada, volviendo con el botiquín.
Mi madre saco de este un pequeño recipiente con pomada para desinflamar el golpe.
Me senté en la mesa de la cocina, soltando un pequeño quejido de dolor cuando comenzó a untarla en mi mejilla.
-¿quién te hizo eso?-pregunto mi papá preocupado.
-un chico, estaban jugando fútbol y pateo el balón en mi dirección, se llama Lukas, se que lo hizo a propósito-les dije mirando a mi padre estando a punto de estallar de ira, así que sabiendo como era, lo detuve-por favor no hagas nada.
-¿que no haga nada?-pregunto con ironía y evidente molestia-Astrid esto ya no son simples mensajes o notas, esto ya es más grave.
-hija-me llamo mi madre sosteniendo mi otra mejilla-pasamos por alto las notas y los mensajes, por que dijiste que no eran graves y por que no queríamos hacerte sentir mal si hacíamos algo que no querías-recordó-pero tu padre tiene razón, si pasas esto por alto, puede que te pasen cosas aún mucho peores.
-esos chicos solo hacen eso para molestarme, pero nada va a pasarme-respondí rodando los ojos tratando de terminar con la discusión, no tenía ánimos para hablar.
-espero que estés bromeando, por que es una completa ridiculez lo que has dicho-menciono mi padre molesto-¿tu crees que ellos no intentarán herirte de todas las formas posibles?, a ellos no les importa lo que valla a pasar contigo y es por eso que tienes que poner un limite.
-mi amor, por favor-pidió mi madre, fije mi vista en ella sintiendo mis lagrimas caer por mis mejillas, pero sin perder la compostura-no vamos a permitir que termines igual...
-¿a que te refieres?-pregunte sorprendida ante las últimas palabras y algo molesta al saber a se refería-mamá, ¿por que dices eso?
-Astrid, por favor, tranquila..-intento decime mi padre, pero lo interrumpí.
-no papá, no voy a calmarme-aclare con la coz entrecortada-mamá, ¿tu crees que soy capaz de...?, por Odín mamá no creí que tu pensaras eso de mi.
-mi amor, no quería hacerte sentir mal, solo nos preocupamos por ti, me preocupo por ti-explico mi madre-perdón.
-esta bien, lo entiendo-respondí con simpleza fingiendo que no me habían calado sus palabras-perdón, pero tengo tarea que hacer-me excuse levantándome y subiendo las escaleras.
-Astrid..-oí a mi madre llamarme.
-Beatriz-escuche a mi padre llamarla por su nombre.
Cerré la puerta de mi cuarto, quitándome los tenis, además de dejar mi mochila en el suelo, recostándome sobre la cama cubriéndome con una de las mantas.
Cerré los ojos intentando borrar de mi cabeza las palabras de mi madre y como saco el tema que más odiaba:
Ya que hace algunas semanas, mi mejor amigo, el hermano de Hiccup, se quito la vida, estrangulándose con una soga en el ático de su casa.
Siempre que recuerdo ese momento solo quiero romperme a llorar.
Flash back
-sabes que no tienes que venir, ¿verdad?-dijo Hiccup caminando a mi lado, con una sonrisa en el rostro-de seguro es solo un resfriado, el estará bien en unos días.
-de todos modos hay que descartar que no tenga nada mas, lo llevare al doctor como pueda-le prometí con una mirada confiada a lo que el río-puedes venir si quieres, algo de ayuda me vendría bien.
-claro-respondió-¿tienes los apuntes de sus clases?.
-si, la verdad si que nos hizo falta su humor este día, con los gemelos ya no es suficiente-bromee al estar a la entrada de su casa.
Pero ambos nos quedamos perplejos cuando escuchamos un grito desgarrador dentro de la casa, era Valka.
Entramos a la casa corriendo, dejando las mochilas en el suelo y subiendo las escaleras con rapidez hasta llegar al ático.
Con la respiración jadeando abrí mis ojos asustada ante la escena, con un grito de desesperación que salió de mi garganta al igual que Hiccup; el cual se dirigió hacia su madre y su hermano que yacía colgado del techo con una soga.
Comencé a llorar, cuando caí en la realidad de la situación y mas aun cuando el cuerpo del chico cayó al suelo, me acerque junto con su hermano y madre, dejándome caer al suelo tomando una de sus manos.
-mamá, llama a una ambulancia-pidió Hiccup de rodillas sin mirarla, con su voz temblando.
Sin titubear Valka bajo corriendo las escaleras, por el teléfono llamando a emergencias y a su esposo.
-Thannlos, Thannlos-lo llamaba sacudiéndolo un poco, con la esperanza de que despertara.
-hermano-llamo Hiccup comenzando a llorar de desesperación.
-Thannlos, ¡despierta!-solloce tomándolo de las mejillas-Hiccup no despierta, no despierta.
-Thannlos por favor no te vallas-pedía el, pero después de unos minutos solo se escuchaban nuestros sollozos.
-no..-dije con un hijo de voz mirando a Hiccup, quien solo abrazo el cadáver de su hermano levantándole el torso, haciendo que mirara las marcas en su cuello que la soga había provocado.
Cubrí mi rostro con mis manos inclinando mi torso hacia el suelo hasta que mi cabeza tocó este.
Los paramédicos llegaron después de unos minutos, cuando ya era demasiado tarde. Tuvieron que separar a fuerzas a Hiccup de su hermano, mientras a mi me sacaban de la habitación.
En el jardín exterior de la casa había varias personas, entre ellas estaban mis padres y al verlos corrí hacia ellos, abrazándolos con desesperación aún llorando por los sucesos anteriores.
Al tranquilizarme, pero si dejar de soltar lagrimas, vi al padre de Hiccup, Estoico abrazando a su esposa; quien lloraba desconsoladamente, pero al enfocar mi vista en el ojiverde, lo vi sentado en la cera con la mirada en el suelo.
Sin decir nada me acerque, sentándome a su lado y tomando su mano con miedo a que me rechazara, pero fue todo lo contrario, el aferro mi mano a la de el y si decir nada nos quedamos allí, mientras nuestro mundo se convertirá en un caos.
Fin de flash back
Abrí los ojos de repente al darme cuenta que había caído dormida.
Al ver por la ventana note que ya estaba por anochecer, así que me levante de mi cama, comenzando a estudiar para el examen del siguiente día, sin importarme que terminara después de media noche.
A la mañana siguiente me levante con apresurada al ver que faltaban quince minutos para que las clases comenzarán.
-no me he duchado-me dije a mi misma, mientras me quitaba el suéter; el cual por inercia me llevé a la nariz para inhalar su olor, dándome cuenta de que no apestaba-no huelo mal me ducho mañana, esta bien, vamos Astrid.
Al estar lista, tome mis cosas y baje corriendo por las escaleras apresurada, despidiéndome de mis padres con rapidez.
Corrí por las calles hasta llegar a la escuela, donde volví a correr por los pasillos hasta llegar a mi salón faltando solo dos minutos para que el maestro llegara.
-¿estas bien?-pregunto Heather al verme.
-me quedé dormida, me desvele por estudiar-explique a lo que ella entendió.
-pues te recomiendo que te prepares por que me dijeron que los exámenes restantes los haremos mañana-me informo ella a lo que yo abrí los ojos sorprendida.
-¿y eso?-pregunte curiosa.
-nos permiso por lo de la noticia de la autopsia-explico a lo que yo solo asentí-pero no quieren que nos perdamos los exámenes, así que los haremos mañana.
-gracias-mencione al mismo tiempo que la profesora entraba al salón.
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-¿ya comiste algo Astrid?-pregunto la pelirroja cocinando mientras yo dejaba los platos vacíos en el lavabo-¿has comido algo en estos días?.
-he tenido muchas cosas que hacer-me excuse bajando la mirada-no han sido días fáciles.
-lo se, me enteré que les darán los resultados de la autopsia, tranquila, todo estará bien-me tranquilizo-te hare algo de comer no dejare que trabajes así y no trates de convencerme de no hacerlo o te bajaré el sueldo-me advirtió lanzándome un trapo limpio, el cual yo atrape en el aire con una sonrisa.
-gracias Atali-agradecí algo más tranquila.
-anda, ve a limpiar la mesa que se acaba de desocupar y apresúrate, hay un nuevo cliente-señalo la única mesa vacía, pero al girarme me tope con el cliente nuevo, Hiccup.
Me apresure a llegar a donde estaba la mesa.
-hola-lo salude.
-hey..-me devolvió el saludo.
-siéntate si quieres-le propuse limpiando la mesa, a lo que el lo hizo sin poner queja alguna, al terminar guarde el trapo en uno de los bolsillos de mi mandil, sacando de otro bolsillo una libreta y un lápiz-¿que vas a ordenar?.
-solo quisiera una hamburguesa y una soda por favor-pidió con amabilidad.
-esta bien, un momento lo traigo, así que ponte cómodo-le dije con gracia, a lo que el me miró a los ojos y dio una pequeña sonrisa y sin darme cuenta le sonreír de vuelta, mientras miraba un pequeño destello de alegría en sus ojos esmeraldas.
Me aleje para llevarle la orden a Atali, para después seguir atendiendo a los demás clientes.
Cuando estuvo listo le lleve su orden a Hiccup, quien después de un "gracias", comenzó a comerla
-ten cariño-me dijo Atali dándome un plato con enchiladas, sonreí en agradecimiento era lo que más me gustaba de su cocina.
Pero no había ninguna mesa libre, así que después de lavarme las manos por última vez, tome mi plato y me acerque a Hiccup algo nerviosa.
-¿puedo sentarme?-le pregunté a lo que el asintió, así que me senté en el asiento de en frente, comenzando a comer.
-¿cuando harán el funeral?-pregunte tomando un poco de agua, pero el alzo los hombros sin decir nada ni mirarme-entiendo.
-¿vendrás al informe de la autopsia?-pregunto ahora el.
-espero que si-conteste desanimada.
-¿esperas?-indago curioso.
-¿si sabes que los demás exámenes que restan los haremos mañana?-pregunte y el asintió-aun no he podido estudiar y si repruebo alguno, tendré que ir el día del informe a hacer un extraordinario.
-comprendo, yo tampoco he podido estudiar-comento el a lo que yo di media sonrisa.
-pero tu siempre has sido un buen estudiante, aunque sacaras un seis, te subirían la calificación-bromee-además tengo toda la noche así que...
-pero, tienes que descansar, ¿o no duermes?-me pregunto, siendo que al no saber que responder agache la mirada-¿no has dormido?.
-algo.
-¿algo?-pregunto irónico-¿hace cuanto que te desveladas?-
-la verdad es que ya he perdido la cuenta.
-bueno, eso termina hoy por que te voy a ayudar-escuche de repente.
-¿con que?-pregunte confundida.
-a estudiar, ¿crees que pueda ir a tu casa?-yo asentí-¿a que hora termina tu turno?-pregunto.
-bueno debí irme de aquí hace una hora, Atali tiene poco personal y ha necesitado que trabaje horas extras-explique a lo que el asintió.
-bueno, no hay otra opción-menciono tomando su plato-¿terminaste?-señalo mi plato, yo solo asentí, así que lo tomo llevándoselo de allí.
-espera, ¿que haces?-pregunte levantándome y siguiéndolo hasta la cocina.
-buenas tardes Atali-saludo Hiccup a mi jefa.
-Hiccup, hola, ¿como estas?-pregunto ella animada.
-estoy bien, muchas gracias-respondió con amabilidad, pero se notaba que estaba desanimado-quería saber si, podía llevarme a Astrid, mañana tenemos los finales y queremos estar presentes en el informe.
-oh, no me habías comentado nada de los exámenes-hablo ella mirándome con reproche.
-lo siento-me disculpe.
-no pasa nada, puedes irte yo me encargo de lo demás-decidió.
-¿estar segura?, ¿no necesitas que te ayude con algo más?-indague para estar segura.
-si, ve y descansa-me ordeno así que me quite el mandil, tome mi mochila y cuando Hiccup pago su cuenta, me fui a casa en compañía de el.
Al llegar este saludo a mis padres y ambos subimos a mi cuarto, pero antes de entrar lo detuve.
-¿podrías esperar minuto?, solo un poco-le avise y sin esperar respuesta entre a mi cuarto-hay maldición.
Comencé a recoger mi ropa del suelo, arrojándola al contenedor de ropa sucia de mi cuarto, acomode mis zapatos, pero mí cama... bueno podía pasar por alto que esta estuviera desordenada.
-puedes pasar-dije volviendo a abrir la puerta, haciéndome a un lado para que entrara-perdón por el desorden.
-no te preocupes-dijo el sentándose en mi cama, cerré la puerta y saque mis libros.
-bien, entonces mi gran maestro, ilumina mi camino con tu método de estudio-dije extendiéndole uno de los libros haciéndolo sonreír.
-veo que subrayaste algunos párrafos, tal vez podrías leer los primeros 3 párrafos y luego te preguntaré, ¿si?-me propuso.
-si-acepte comenzando a leer.
Al terminar, le entregue el libro, me hizo algunas preguntas y tengo que decir que en algunas de ellas se me dificultó responder.
-estuviste bien-reconoció-respondiste correctamente la gran mayoría.
-pero no son todas-me queje, cubriendo mi rostro con mis manos, antes de volver a mirarlo dando un pequeño suspiro-tu turno.
El comenzó a leer los párrafos siguientes y bueno era de esperarse que contestara todas correctamente a lo que yo solo me estrese aun más.
-no te exijas demasiado-me tranquilizo.
-lo dice el mejor estudiante de la escuela-respondí con ironía.
-claro que no-negó.
-hay aja-respondí sarcástica-eres muy listo Hiccup.
-basta, deja fingir.
-¿fingir como?-pregunte confundida.
-deja de elogiarme y fingir que soy especial, eres pésima para ser discreta con tu lastima-explico a lo que yo lo mire ofendida.
-oye yo no estoy fingiendo nada, yo siempre he creído que eres muy inteligente-recalque sentándome a su lado, tomándolo de la mano causando que se sonrojara ante el contacto-además no te tengo lastima, solo quiero que tengas una amiga en estos momentos.
El solo dio una risa discreta.
-a veces puedes ser muy tierna-me dijo mirándome a lo que yo solo me sonroje, observando sus ojos perdiéndome en estos.
-muchacho de ojos tristes-dije repente a lo que el me miró confundido, abrí los ojos levantándome de la cama.
-¿que?.
-nada-respondí avergonzada dándole la espalda, pero solo lo escuche reír.
-es un apodo muy curioso-comento.
-tengo un obsesión con ver las emociones de la gente a través de sus ojos, como cuando era niña-recordé con nostalgia.
-lo recuerdo, creías ver el futuro a través de los ojos de las personas-ambos sótanos una pequeña risa, pero volvimos a estar en silencio en cuanto paramos de reír-y, ¿en serio ves tristeza en mis ojos?
-detente amigo, estas entrando en terreno peligroso-dije sonriente desviando el tema-pero lo que quiero decir es que me importas, me importas por que eres el hermano de mi mejor amigo, eres familia, tenemos que seguir siendo fuertes.
-hay que intentarlo-concordó el levantándose y acercándose a mi tomándome de la mano con una sonrisa, siendo esta vez yo la que se sonrojo.
Nos quedamos mirando más tiempo, haciéndome sentir una oleada de emociones en mi estómago, que me provocaba escalofríos y el tacto de su mano en la mía no me ayudaba en calmarla.
-bueno, será mejor que nos pongamos a trabajar-finalice soltándome de su agarre tomando el libro para seguir estudiando.
Al pasar algunas horas, me di cuenta que ya era de noche y muy tarde.
La ventaja es que ya habíamos estudiado la gran mayoría de las materias.
-te acompaño a casa-me ofrecí.
-no, quédate, ya es tarde-negó.
-vives a solo tres casas de aquí-le recordé con ironía y algo molesta.
-no iras-volvió a decir comenzando a molestarse.
-bueno, para tu mala suerte tengo la habilidad de ser terca, así que vámonos-le dije saliendo de mi habitación, sabía que estaba molesto, pero no pude evitar sentirme victoriosa.
Ambos caminamos en silencio, pero nos sentíamos cómodos con nuestra compañía.
-espero que no sea difícil escuchar el informe-comento el con tristeza.
-no he pensado en eso, la verdad en estos días no he querido pasar tiempo sola para no pensar en todo lo que ha ocurrido-confesé tratando de no mirarlo a los ojos.
-con razón buscas mi compañía-bromeo haciendo que sonriera.
-eres alguien muy amigable-admití sonrojada.
-bueno, tu eres un chica muy dulce-dijo tocando la punta de mi nariz, como si fuera una pequeña niña.
-eres un idiota-dije riendo, contagiándolo.
-ya jovencita, ve a dormir-ordeno cuando llegamos a su casa.
-tratare-dije dándome la vuelta, pero al dar unos cuantos pasos me detuve en seco, me di la vuelta corriendo y lo abrace.
Sentí como se sobresalto, pero después de unos minutos me devolvió el abrazo, incluso pude escuchar su corazón palpitar con fuerza.
-nos vemos mañana-me despedí, separándome de el, comenzando a correr hacia mi casa sin dejar de sonreír.
Era mentira lo que había dicho en un principio, aun lo sigo amando, jamás deje de hacerlo, pero ambos éramos muy inmaduros para tomarnos enserió una relación, aunque si que estábamos muy enamorados y teníamos claro lo que sentíamos.
Me levante temprano al día siguiente, dándome una muy merecida ducha.
Al salir sequé mi cuerpo con una toalla, para después comenzar a cambiarme, ya estando lista, me hice una trenza en el cabello, me puse mis tenis, tome mis cosas y salí de mi casa despidiéndome de mis padres.
Caminaba por el pasillo principal, llegando a donde estaba Heather y los gemelos, saludándolos más animada que de costumbre.
-hola rubia-saludo Brutilda con una abrazo, al igual que su hermano.
-hueles a que te acabas de duchar-comento Brutacio oliendo mi cabello, a lo que abrí los ojos como platos.
-¿olía muy mal ayer?-pregunte avergonzada.
-para los demás no, pero nosotros tenemos un olfato muy desarrollado, me recordaste a gallina con tu olor-comento con algo de ternura.
-hay no-dije con vergüenza a lo que ellos solo rieron.
En eso mi mirada se centro en Hiccup, el cual caminaba por allí y al verme una sonrisa se formo en sus labios, la cual no pude evitar corresponder.
Al perderlo de vista me di cuenta que tanto Heather como los gemelos me miraban con picardía.
-por favor, no empiecen-les pedí a lo que ellos soltaron un chillido de emoción.
-parece que nuestra pareja favorita esta de regreso-comento Brutacio a lo que yo me sonroje con intensidad.
-vamos, ya es tarde-dije nerviosa comenzando a caminar hacia el salón.
Los exámenes comenzaron cuando menos me lo esperaba, me sentía nerviosa, creí que sería mi fin en cada salón al que iba, pero me sorprendí al ver que acertaba con cada respuesta, bueno la mayoría.
Estaba muy agradecida con Hiccup por haberme ayudado, al terminar todos los exámenes salí más temprano que los demás salones.
Camine por las calles, pero me detuve al sentir un fuerte cólico en mi vientre, espere hasta que el dolor pasara recargándome en un costado de la pared de un edificio que daba hacia la entrada de un callejón, sin embargo antes de que pudiera recomponerme del dolor un golpe en la mejilla me sorprendió, haciendo que cayera al suelo ahogando un grito.
Alce la mirada, sosteniendo mi mejilla con mi mano para ver quien era el que me atacó, era Lukas.
-hola, bonita-saludo de una forma que me asusto, entonces comenzó a caminar hacia mi.
-aléjate-pedí levantándome aturdida, intentando huir, pero el me tomó del cuello de mi camisa, arrojándome contra una pared.
Solté un gemido de dolor, luego de eso sentí que me aprisionada entre la pared y el, así que comencé a forcejear en desesperación.
-eres toda mía princesa, tu noviecito no te protegerá esta vez-menciono besándome la mejilla con el moretón del otro día.
Lo empujaba con fuerza para separarlo de mi, pero el no se movía, sentía mucho miedo
-tranquila, prometo no ser agresivo.
Beso mi cuello, pero yo solo podía forcejear intentando quitármelo de encima.
Sentí como de un momento a otro rompió mi blusa a la mitad, tirando de sus extremos, dejando mi sostén al aire libre.
Cuando sentí que comenzaba pasar sus manos mis pechos, le di un golpe con la rodilla en la entrepierna, haciendo que se alejara de mi, aproveche para intentar escapar, pero me atrapo justo cuando estaba por salir del callejón.
Me tomo de los tobillos, jalándome hace el, y al tenerlo casi encima de mi, lo golpee en la cara.
Pero el al ser más fuerte, me devolvió el golpe en el rostro, dejándome aturdida, y después me dejo sin aire al darme otro en las costillas.
Espere la siguiente paliza, pero en vez de eso mire como un chico me lo quitaba de encima comenzando una pelea con Lukas, yo me levante aturdida, intentando cubrir mi torso con mis brazos abrazándome a mi misma.
Cuando mi mirada volvió a enfocarse en los dos chicos peleando me di cuenta que el chico que me había ayudado era Hiccup.
Me sentía asustada, por lo qué estuvo a punto de ocurrirme, pero mi miedo fue más grande al ver a Hiccup golpeándolo de una manera que me hizo desconocerlo.
Cuando menos me lo espere el se levanto dejando a Lukas inconsciente en el suelo.
Retrocedí mirándolo con temor, cuando lo vi acercarse a mi, pero me tomó de los brazos abrazándome sorpresivamente.
-¿estas bien?, ¿te hizo algo?-pregunto con preocupación, lo mire a los ojos sin dejar de estar asustada, dándome cuenta que su nariz sangraba, al igual que tenia un corte en la ceja.
En eso sentí dolor cerca de mi sien, la toque soltando un quejido de dolor y cuando mire mi mano note la sangre en mis dedos.
-vamos a curarte eso-dijo quitándose su suéter, poniéndomelo, quedando el con una camiseta roja.
-debemos irnos-me indicó tomándome de la mano, allí note sus nudillos cubiertos de sangre.
Tomo mi mochila, cambiando ambos hacia su casa, ya que mis padres no estaban ese día, habían salido a trabajar y era probable que llegarán tarde.
Al llegar, entre mirando cada detalle de esta, como si no la hubiera visto en mucho tiempo.
Me senté en la sala, mientras el llegaba conmigo con un pedazo de papel mojado.
-déjame ver-pidió acercándose a mi rostro, pero me aleje mirándolo asustada-esta bien...
-no..-negué asustada, aun mirando sus nudillos.
-Astrid, por favor.
-no.
-¿fue por lo qué pasó con Lukas?.
Me quedé en silencio.
-¿crees que te haría daño?-me pregunto al averiguar por qué me alejaba de el.
Yo solo baje la mirada soltando una lagrima.
-lamento que vieras eso-se disculpo tomando mi mano con lentitud-perdí la cabeza, me enojo tanto ver que quería hacerte daño, no quiero que te pase algo malo a ti también..
Yo solo lo mire esta vez sintiendo una enormes ganas de llorar y mientras limpiaba mi herida, solté lágrimas al mismo tiempo que ahogaba mis sollozos y cuando termino, me miro con preocupación.
No pide evitar arrojarme sobre el, al ver que abrió sus brazos invitándome a abrazarlo y al estar aún asustada comencé a llorar, sintiendo como el me envolvía entre sus brazos
No quería imaginarme lo que hubiera pasado si el no hubiera parecido, lo que me hubiera hecho, en donde me encontraría en este momento, en lo destrozada que estaría.
Pero al estar cansada mentalmente, con los ojos hinchados y cansados, no pude evitar quedarme dormida en los brazos de Hiccup.
Al despertar note que estaba acostada en su cama, cerré los ojos unos segundos para tranquilizarme, aun tenía muchas emociones a flor de piel.
En eso la puerta se abrió, me sobresalte sorprendida mirando a Hiccup; quien entraba con un vaso de agua.
-¿estas bien?-pregunto el acercándose a mi, mientras yo me sentaba.
-si-conteste con algo de tranquilidad, la cual se fue al ver su rostro y fijar la mirada en el corte de su ceja ya estando cubierta con una curita-¿tu estas bien?, estas herido.
-no te preocupes por mi-dijo el extendiéndome el vaso de agua, el cual acepte, comenzando a beber del agua-llame a tus padres y les dije lo que paso, pasarán por ti en unos minutos, dijeron que irían a denunciar a ese imbécil.
Yo solo asentí, esto ya estaba yendo demasiado lejos.
-bien, vamos abajo-dijo el tomando el vaso vacío de mis manos.
-adelántate, solo me pondré los tenis-le avise, a lo que el asintió saliendo de la habitación.
Yo me apresure a ponerme los tenis y a atarme las agujetas para después salir del cuarto sujetando mi mochila con fuerza, pero antes bajar por las escaleras miré al frente, hacia la puerta que daba inicio a la habitación de Thannlos.
Alce la mirada, observando la compuerta que daba hacia el ático.
Sentí un escalofrío en mi nuca al recordar ese día que Valka lo encontró.
Después de pensarlo, entre a la habitación del difunto chico, mirándola aunque sea por una última vez, gravándome cada detalle de esta, me acerque a uno de los cajones donde el solía esconder varias cartas.
Pero mi sorpresa fue encontrarme un sobre con mi nombre escrito en el, reconocí la caligrafía de Thannlos y aunque tenía unas enormes ganas de abrirlo recordé que Hiccup me esperaba abajo, así que guarde el sobre en mi mochila, antes de salir de la habitación, cerrar la puerta y bajar las escaleras hasta la sala.
-¿y tu madre?-le pregunte al darme cuenta de que estábamos solos.
-con papá, están viendo algunas cosas del funeral-dijo el con tranquilidad.
-creí que no tenían fecha-
-no la hay, pero quieren tener todo listo-respondió sin mirarme-de todas formas no creo estar presente.
-¿que?-dije levantando mi mirada hacia el-dime que estas bromeando.
-¿crees que bornearía con algo así?-me pregunto algo molesto, haciéndome enojar.
-no puedes hacer eso, es la única oportunidad que tendremos para honrar su memoria y es muy importante que estés allí-le reclame enojada, mientras el se levantaba.
-¿y que me dices de ti?-me señalo levantándome la voz dejándome estática-tu no quisiste decir nada cuando tomaron las declaraciones de los familiares y amigos.
-Hipo es tu hermano.
-¡y tu mejor amigo!-reclamo-¿acaso no te importa?.
-¡claro que si!-aclare aterrada de que pensara lo contrario-es solo que no me siento lista.
-¡¿y tu crees que yo si?!-grito asustándome y poniéndome más molesta-maldita sea Astrid, esto no es sobre ti, ni de mi, pero no creas que eres la que más está sufriendo, ¡no interpongas tu sufrimiento ante el de los demás!.
-¡no te atrevas a decirme que sabes cual es mi sufrimiento!-grite enojada señalándolo con mi dedo, sintiendo lagrimas intentando salir por mis ojos-tu no sabes nada de mi....
-¿a no?-pregunto el amenazante.
-no-negué con firmeza-tu jamás sabrás cuanto es mi sufrimiento, pero nunca lo pondría antes que el de los demás.
-entonces yo tengo que asistir al funeral, pero tu puedes quedarte tranquila sin haber apoyado a tu amigo-reclamo intentando controlarse, pero con evidente enojo.
-¿de verdad crees que estoy tranquila con eso?-pregunte molesta levantándome del sofá-yo jamás podre dormir tranquila después de que el se suicidara.
-pues no diría lo mismo, por que siempre actúas como si nada hubiera pasado-comento acercándose a mi, haciéndome retroceder-Astrid, es hora de que veas la maldita realidad y no trates de esconderte como una cobarde.
-no soy una cobarde-
-¡claro que si!-me grito tomándome repentinamente de los hombros.
Me quedé estática mirándolo con temor.
-siempre te has escondido, ¿de verdad no crees que se que pasa contigo?-me pregunto furioso sin dejar de verme a los ojos.
Yo solo sentí mis ojos cristalizarse.
-se que te mandan mensajes hirientes, obscenos, hasta amenazas, se que más de un chico ha intentado tocarte fuera de la escuela-revelo a lo que yo negué, con mi labio inferior temblando y llorando en silencio.
-no.
-he visto las notas fuera de tu casillero, noto los moretones en tus brazos, he escuchado tus sollozos varias veces debajo de las gradas.
-cállate.
-siempre has minimizado tus problemas, Astrid incluso trataron de drogarte para abusar de ti en una fiesta.
-¡dije que te calles!.
-pero jamás has aceptado la ayuda de nadie, ni siquiera la de Thannlos, el siempre estuvo para ti, pero no buscaste ayuda, por esos todos te ven como un blanco fácil.
-¡BASTA!-grite con todas mi fuerzas, empujándolo dejos de mi, al reaccionar me cubrí mi boca con una de mis manos, sin dejar de mirar a Hiccup.
Podía notar en sus ojos que estaba sorprendido y que también había reaccionado ante sus palabras.
Dando el primer sollozo, le di la espalda, encorvándome sin dejar de llorar.
Y al escucharlo acercarse, tome mi mochila del sofá antes de colgármela en el hombro.
-jódete Hiccup-dije con la voz entrecortada, sabiendo que el también comenzaba a derramar lágrimas-por que si fuiste capaz de hacerme daño y lo hiciste de la peor manera posible.
Y dicho eso salí de la casa, sin dejar de derramar lágrimas mirando el auto de mis padres llegar en el momento más oportuno, solo quería alejarme de allí.
-¿amor que paso?-pregunto mi madre con preocupación, viéndome a mi y después a la casa de los Haddock.
Mire en dirección a la sala donde vi por la ventana a Hiccup llorando sin control, sentado en el sofá, sujetando su cabeza con sus manos.
-¿que paso?-pregunto mi padre.
-solo vámonos por favor-pedí desviando la mirada, no quería ver a Hiccup.
Sin preguntar o decir algo más, el comenzó a conducir.
Pero sin decir nada mi madre me volteo a ver haciéndome una seña de que luego íbamos a hablar.
*
*
*
*
*
Me acosté en mi cama, volviendo de la estación de policía, había denunciado a Lukas y saber que pronto pagaría las consecuencias me dejo tranquila.
Gire mi mirada hacia el mueble que estaba al lado de mi cama donde había una fotografía de Thannlos y de mi.
En eso recordé cuando estaba en casa de Hiccup, cuando estábamos peleando, las palabras que me dijo, había algunas que no podía sacar de la cabeza.
"¿y que me dices de ti?"
"tu no quisiste decir nada cuando tomaron las declaraciones de los familiares y amigos"
Solo me quedé pensando en eso, volviendo a derramar lágrimas.
Tenía razón en eso, no quise ir a declarar, por que eso significaba que tendría que aceptar en lo más profundo de mi corazón que Thannlos, ese pelinegro flacucho de ojos verde, gracioso, amable, generoso, ya no estaba con nosotros.
Yo sabía que nadie quería dejarlo ir, es difícil superar la muerte de alguien cercano a ti.
¿Cómo podías salir adelante después de un suceso así?
Eso era lo que me preguntaba.
Me levante de mi cama, al oír que mi teléfono emitía el sonido de llamada.
Busque mi celular por mi mochila y al encontrarlo me di cuenta que era Hiccup, creo que me llamaba para disculparse.
Pero ya no quería volver a escucharlo, no por lo que restará del día.
Y sin pensarlo rechace la llamada, lanzando mi teléfono a la cama, además de sacar mis libretas.
Sin embargo al sentir el sobre que había tomado de la habitación de Thannlos, lo tomé entre mis manos, dudando si abrirlo o no, no sabía que encontraría en el.
Suspire con miedo sentándome en mi cama, dejando mi mochila aún lado y abriendo el sobre con lentitud, sintiendo manos temblar.
Dentro de este había una carta, y otros dos objetos, eran dos brazaletes.
Desdoble la carta comenzándola a leer con nerviosismo.
"Hola, pequeña destructora"
Sonreí ante el apodo, era algo que me decía seguido.
"Se siente raro estar escribiendo una carta que es posible que no encuentres jamás, pero te conozco y se que algún día lo harás.
No se que habrá pasado conmigo cuando encuentres esta carta, pero espero que jamás llegues a leerla.
Sin embargo si la estas leyendo, en el peor de los casos tal vez yo ya no este contigo.
Lamento mucho que las circunstancias llegarán a donde están en este momento, de verdad no quise abandonarte de esta forma, ni a mi hermano o a mi familia y amigos.
Pero pasaron cosas de las cuales nadie se ha enterado, y de las cuales me arrepiento de esconder.
Y yo se que tu me has escuchado siempre que tuve algún problema, pero esta vez me siento tan avergonzado por lo que ha pasado que creo que me verías de diferente manera.
Hubiera deseado que todos mis problemas no los afectaran a ustedes, hubiera deseado que no estuvieran involucrados.
De verdad lamento haberme quitado la vida a tan corta edad, se que pude haber hecho cosas maravillosas en este mundo, se que lo tenía todo, se que mis padres y mi hermano siempre estuvieron para mi y que tu me apoyaste siempre.
Pero la tristeza, el asco, el vacío y la pesadez que siento en mi es tan grande que me hace sentir solo.
Esto jamás tuvo que ver contigo, no te culpes, tu jamás fuiste mala conmigo y ni mucho menos eres una razón por la cual decidí hacer esto.
Escribo esta carta para despedirme de ti, por que eres mi familia, eres la persona con la que siempre quise estar.
Pero eso jamás pasará.
Hoy caminando de regreso a casa, un hombre me golpeo con fuerza y me dejo aturdido, me hizo beber una sustancia extraña que me hizo desmayarme.
Desperté en un edificio abandonado, me dolía todo el cuerpo, pero lo que más me dolía era mi zona anal.
Me di cuenta que habían abusado sexualmente de mi"
Deje caer la carta al suelo, estaba respirando con dificultad.
Cubrí mi boca con mis manos, evitando que mis sollozos se escucharan.
Llore desconsoladamente, tanto que comencé a temblar e incluso fui corriendo al baño para vomitar.
Y cuando la primera arcada se presentó, deje que todo saliera.
Me quedé sentada en el suelo aún llorando y mirando al techo con el corazón hecho pedazos.
"¿Por qué?" Me preguntaba en mi mente, habían destruido a mi mejor amigo de la peor manera posible, lo hicieron pedazos y lo humillaron, pero "¿por que?".
Comprendí que las personas pueden ser tan despiadadas que solo buscan sus propios deseos, que su mente estaba tan perversa que sus acciones no tenían límites.
Me llene de valor, para volver tomar la carta y terminar de leerla.
"Reconocí que aquel hombre era un compañero de la escuela, era aquel que siempre nos molestaba: Lukas.
Me amenazó con hacerte daño si decía algo y jamás permitiría que eso pasara.
Mañana no iré a la escuela, ya no creo poder con esto, me siento muy desesperado, creo que esta es la mejor manera para dejar de sufrir, pero se que los haré sufrir a ustedes y eso es lo que más me duele.
Por eso lo siento, lo siento mucho Astrid, jamás quise que las cosas llegarán a esto.
No quiero que vengas a casa mañana, no quiero que me veas sin vida, no quiero que tu sufras.
Astrid, eres mi mejor amiga, quiero que siguas adelante, no dejes que nadie apague tu sonrisa, conquista a mi hermano otra vez, se que aun sientes cosas por el.
Y no te guardes tus problemas, eso no te ayudará, busca ayuda por favor, no quiero que termines como yo.
Hazlo por mi, por ti, por tu familia.
Siempre estaré contigo.
Te quiero mucho y eso jamás cambiará
Atte. Thannlos"
Abrace la carta a mi pecho, como si fuera a Thannlos a quien abrazara.
Quería darle abrazo al saber por lo que había pasado, quería decirle que todo estaba bien
Limpie mis lágrimas y mire por mi ventana al sol ocultándose.
Estaba triste, pero sobre todo estaba enojada.
Con un solo nombre es mi cabeza.
"Lukas"
El lo había hecho sufrir, lo había echo pedazos y claro que no me podía quedar sin hacer nada sabiendo de todo esto.
Esta vez no me quedaría callada.
*
*
*
*
*
El día del informe de la autopsia había llegado, todos nos íbamos a reunir en la casa de los Haddock.
Mis padres se fueron en el auto, mientras yo me fui caminando, quería tomar algo de aire, antes de escuchar lo que ya me esperaba.
Toque la puerta de la casa varias veces, pidiendo que Hiccup no fuera quien me abriera la puerta.
"Carajo", me dije a mi misma cuando me encontré con el, quien me miró con tristeza, así como yo a el.
-buenos días-me saludo haciéndose a un lado para que pasara.
-buenos días-devolví el saludo, entrando a la casa sin romper el contacto visual con el.
-hija-me llamo mi madre, haciendo que la mirara dejando atrás ese momento de tensión con el castaño-¿quieres café?.
Yo asentí.
-esta bien-fue lo único que contesto, antes de alejarse a la cocina.
-creo que iré a sentarme-avise cuando ambos nos quedamos solos una vez más.
-bien-acepto el cerrando la puerta.
Los siguientes minutos me parecieron horribles, en todo momento trataba de no mirar a Hiccup o hablarle, solo me mantuve junto a Heather hasta que los detectives llegaron.
-buen día-saludaron ellos, sentándose en uno de los sofás, acción que los demás imitamos.
-buen día-saludaron el matrimonio Haddock.
En eso sacaron un documento: el informe.
-el cuerpo de la víctima-leyó el detective, ante esa pequeña frase, tome la mano de mi madre con fuerza, sin dejar de mover una de mis piernas por el nerviosismo que sentía-presento varias lesiones, muchas de estas causadas por agresión física. La más grave fue la de su cuello, provocada por asfixia auto infligida.
En ese momento fije mi vista en Valka, ella lloraba en silencio escuchando lo que el detective decía.
Estoico también derramaba lágrimas al mismo tiempo que abrazaba a su esposa.
Pero Hiccup, el solo miraba al suelo, atento a lo que escuchaba.
-también se encontraron pruebas de flunitrazepam en su sangre y lesiones anales-termino de relatar dejando el informe en la mesa, mirando a Estoico y Valka-señores Haddock, sabemos que es difícil hablar aún de esto, pero las lesiones anales y los rastros de flunitrazepam en su sangre nos están preocupando.
-díganos por que-pidió Estoico.
-tenemos sospechas que tal vez abusaron sexualmente de su hijo-revelo el otro detective-si estamos en lo cierto, les pedimos que nos avisen de cualquier persona que puede ser sospechoso.
En eso me levante abruptamente, obteniendo la atención de los demás.
Suspire tratando de calmar mis nervios al mismo tiempo que jugaba con mis dedos.
-yo se-confesé mirando al suelo, escuchando el grito ahogado de Valka y de mi madre.
-¿a que se refiere Srta. Hofferson?-pregunto uno de los detectives.
-ayer fui a denunciar a un chico por abuso sexual y se que fue el-especifique derramando el primer par de lagrimas.
-si comprende que hacer una acusación como esta es algo grave, ¿verdad?.
-lo se y tengo pruebas-conteste tomando mi mochila, tomando la carta que encontré en el cuarto de Thannlos-ayer encontré esto en el cuarto de Thannlos, es su letra.
Le entregue la carta al detective, quien la tomó, dándole una leída rápida.
Me quedé allí sin moverme sintiendo las miradas de todos, pero la que más pesaba en mi fue la de Hiccup.
-señorita Hofferson le pedimos que nos acompañe a la comisaría, por favor y detective García-miro a su compañero-lleven Lukas Smith a la comisaría es nuestro principal sospechoso.
Sin poner resistencia acompañé al detective García en compañía de mi madre para ir a la comisaría.
Mire hacia atrás antes de cruzar la puerta, mirando a Hiccup un momento, antes de escuchar al otro de detective leer la carta en voz alta.
*
*
*
*
*
*
Al estar de nuevo en casa me cambié de ropa a algo más cómodo, mientras mis padres salían de casa a comprar algunas cosas que faltaban en la despensa.
Aproveche que estaba sola para tomar lo que quedaba de una lata de refresco del refrigerador y encender la televisión, para tratar de despejar mi mente.
Minutos después escuche que tocaban la puerta de la casa, con algo de nervios me dirigí a esta abriéndole a quien sea que estuviera a fuera.
-Hiccup-dije al ver al joven, pero el no dijo nada, solo se quedo allí-¿que pa..?
No pide seguir, ya que me tomó de los hombros llevándome a dentro que la casa, cerrando la puerta de paso.
-¿Hiccup?-pregunte al sentirlo abrazarme.
-por favor dime que no inventaste lo de la carta-me pidió a lo que correspondí el abrazo.
-jamás inventaría algo así, lo prometo-le asegure sintiendo como comenzaba a llorar mojando mi hombros con sus lágrimas.
Deje que sacara todo lo que tenia en su corazón, sin separarme de él, quería que se sintiera protegido en ese momento.
Lo escuche llorar y lo acompañe en su llanto, ambos estábamos heridos, pero nos teníamos el uno al otro.
Cuando nos tranquilizamos un poco, amno nos sentamos en el sofá, sin decir ninguna palabra.
-también quedé como tu cuando leí la carta-mencione mirando por la ventana.
-¿ayer tu entraste a su habitación cuando encontraste su carta?.
-si.
-que valiente, yo no he tenido el valor ni de mirar su rostro en fotografías.
-se que no es fácil.
-¿fácil?-pregunto con la voz entrecortada-esto es una completa porquería.
-lo se-concorde tomando su mano y recargando mi cabeza en la cabecera del sofá.
-a veces es extraño, ¿sabes?, que ya no este, te acostumbras a verlo tanto tiempo que olvidas que se quito la vida-me dijo el con tristeza y al mirarlo una lagrima salió de sus ojos.
-ya nada será lo mismo sin el-mencione limpiando sus lágrimas-todos lo extrañamos.
-lamento mucho lo de ayer-se disculpo volteando a verme a los ojos.
-no te preocupes, me lo merecía-dije apenada soltando su mano, abrazándome a mi misma-tenias razón, he sido una cobarde, no trato de buscar ayuda cuando tengo problemas.
-Astrid...
-por favor Hiccup, ambos sabemos que es verdad-desvié mi vista hacia la cocina tratando de evitar mirarlo-perdóname tu a mi, no debería presionarte por hacer algo que no quieres.
-oye-lo mire-tranquila, no hay rencores.
-gracias.
-perdonarte es lo menos que puedo hacer por comportarme como un idiota-me dijo colocando su mano en ni hombro.
-los dos somos unos idiotas.
-lo somos-dijo suspirando mientras yo lo mire de nuevo-he estado tan enojado que me he desquitado con los demás.
-se que estas enojado, contigo, con Thannlos, conmigo, con el mundo, el dolor nos hace hacer cosas muy estúpidas-dije desanimada soltando algunas lágrimas-pero lo único que podemos hacer es ser fuertes.
-no quiero quedarme solo y tampoco quiero hacerle daño a nadie-confeso con tristeza, con su voz empezando a entrecortarse.
-jamás estarás solo, tienes a tu madre, tu padre, tus amigos, y aunque no soy una de las mejores amigas que pueda existir, me tienes a mi-consolé con una pequeña sonrisa.
-no digas eso, eres una muy buena persona Astrid-comento limpiándose las lágrimas, mientras yo sonreí, tomando de nuevo su mano.
Sentí su mirada en mi y al voltearlo a ver, note sus ojos diferentes, esta vez no pude descifrarlos y eso me hizo sentir vulnerable con el, pero de una manera que me encantaba.
Ni siquiera puse objeción cuando acaricio mi mejilla, limpiando los rastros de lagrimas.
Mire sus labios y después sus ojos, quería besarlo, aunque sea por una última vez.
Así que sin pensarlo me acerque a él de manera repentina, uniendo mis labios con los suyos, percibí como se sorprendió al principio, pero después me correspondió comenzando una danza con nuestros labios que parecía no tener fin.
En un movimiento rápido, me tomó de las cintura y me sentó en su regazo, quedando así yo a horcadas de el, sin terminar el beso.
Sus manos acariciaban mi espalda por encima de la ropa.
Y yo solo podía pasar sus manos por su pecho y nuca.
Terminando con el beso, escondí mi rostro en su pecho intentando no verlo a los ojos.
Pero sus manos aún acariciando mi espalda, me hacia estremecerme, robándose de mi boca varios suspiros.
Me arme de valor y levante la mirada, fijándome en sus ojos y su respiración agitada.
Llevo su mano hacia mi cabello, comenzando a acariciarlo, pero no se detuvo allí, siguió bajando hasta mi nuca donde su tacto me provocó un escalofrío.
-sigo enamorada de ti-confesé mirándolo atenta de lo que fuera a decir.
-¿en serio?-me pregunto el.
-jamás deje de amarte incluso después de separarnos-revele nerviosa dándome cuenta de la situación, me comencé a sentir nerviosa, ¿quien le diría al chico que acaba de perder a un hermano que aun lo ama?-no se por que dije eso, lo lamento se que no es el momento para decírtelo.
Me sentí estúpida en ese momento.
-¿y si te digo que yo también lo estoy?, ¿pensarías que es mal momento?-me pregunto provocando que mi corazón palpitara con más fuerza.
-no, me haría muy feliz saber que correspondes mis sentimientos-admití con una risa nerviosa-¿lo estas?.
Me dio un corto beso.
-lo estoy-respondió con una pequeña sonrisa.
-¿de verdad?-pregunte aún si creerlo.
-si, ¿creíste que te acompañaba a ti y a Thannlos a todos lados, solo para "cuidarlos"?-menciono acariciando mi cintura.
-creí que te gustaba ser parte de las locuras que hacíamos-me sincere haciéndolo reír, pero luego me quedé seria-¿pero eso que significa?, ¿nos quedaremos como amigos?, ¿estaremos de nuevo juntos?, ¿crees que esta ves funcionaria?.
-no lo se, pero quisiera volverlo a intentarlo, no quiero dejarte ir, no de nuevo, después de estos dos años que estuvimos separados y lo que paso con Thannlos, quiero volver contigo-me dijo con seguridad-pero aun podemos volver a romperlos el corazón si no funciona-propuso con una pisca de burla en lo último.
-digo si a todo menos a lo último-bromee a lo que el río-créeme amigo, te condenaste al decirme todo eso.
-pues es la mejor condena-comento antes de volver a darme otro corto beso-gracias por estar aquí conmigo-agradeció, a lo que yo sonreí.
-siempre-prometí uniendo una vez más nuestros labios, dando inicio a una nueva sesión de besos.
-les han dicho que nos entejaran el cuerpo el domingo-me dijo al finalizar-mis padres han decidido hacer el funeral ese día.
-¿puedo ayudar en algo?-me ofrecí acariciando su mejilla a lo que el negó.
-no te preocupes por eso-explico posando su mano en la mía que aun acariciaba su mejilla.
-esta bien-acepte juntando mi frente con la suya entrelazando mis manos detrás de su cuello, mientras el acariciaba mi cintura.
Nos quedamos así unos momentos disfrutando de la compañía del otro sin decir ninguna otra palabra.
-¿puedo quedarme aquí esta noche?-pregunto rompiendo con nuestra burbuja.
Yo solo asentí.
-gracias.
Y de nuevo silencio
-¿quieres ver una película?-pregunte al no saber que hacer.
-si-me respondió con una sonrisa tierna.
Me baje de su regazo sentándome su lado, acurrucándome en su pecho, al mismo tiempo que el me rodeaba con sus brazos.
Ambos miramos la televisión un rato más, antes de escuchar el auto de mis padres llegar, quienes al entrar los saludamos.
-hay los jóvenes de ahora-escuchamos a mi padre soltando una risita, a lo que Hiccup y yo nos miramos con una sonrisa y un ligero sonrojo
-papá-llame.
-¿si?.
-¿podría Hiccup quedarse a dormir esta noche?-pregunte a lo que mi padre frunció el ceño.
-no quisiera causar molestia-comento Hiccup ante la reacción de mi padre.
-no eres ninguna molestia Hiccup, tranquilo.
-gracias papá-el solo me sonrió.
Sin decir nada, ambos nos dirigimos a mi cuarto y aunque aun no anochecía ambos nos sentíamos cansados por lo que había ocurrido en la mañana, de todos modos ya casi comenzaba a anochecer.
-¿crees que tu padre nos mate cuando se de cuenta que le robamos uno de sus pantalones de piyama-pregunto mirando el pantalón de cuadros rojos y negros.
-no lo se, pero hay que arriesgarnos-dije con una sonrisa, la cual el me devolvió antes de ir al baño a cambiarse.
Aproveche ese momento para ponerme también un pantalón para dormir y cuando el volvió ambos nos adentramos en la cama, el me abrazo recargando su cabeza en mi pecho, mientras yo acariciaba su cabello, en poco se quedó dormido.
-descansa, mi valiente muchacho de ojos tristes-desee cerrando los ojos acompañándolo en un profundo sueño.
Cuando el día del funeral llego, todos nos reunimos en el cementerio para despedirnos por última vez de nuestro querido Thannlos.
Y cuando estaban sepultándolo me abrace a Hiccup quien me beso el cabello, si dejar de ver como enterraban el cuerpo de su hermano.
Nos quedamos allí unos minutos más hasta que vimos llegar a uno de los detectives.
-el chico que ayer nos menciono la señorita Hofferson es el que abuso de su hijo y lo hizo beber esa droga, la ley lo ha condenado a quince años de prisión, pero al conocer que distribuía drogas su sentencia cambió a cadena perpetúa, jamás volverá a salir de la cárcel-informo haciéndome sentir un alivio en pecho, algo que estoy segura que los demás tienen sintieron.
Se había hecho justicia por Thannlos y eso siempre lo voy a agradecer.
-¿quieres a cenar algo?-me pregunto Hiccup abrazándome por la cintura.
-claro-respondí caminando junto con el hacia la ciudad donde paramos a un restaurante.
Aunque para muchos un día de funeral es un día triste que te marca por siempre, yo me sentía extrañamente aliviada.
Muchos de los casos de investigación se quedan sin resolver, me alegraba que este no fue uno de ellos y que Thannlos por fin descansara después de todo lo que sufrió.
-vamos prueba-insistí al ver que Hiccup no quería abrir la boca-vamos, te va a gustar.
-no, es mucho dulce-se excuso mirando la cuchara con helado, chocolate y crema batida
-solo una probadita-insistí a lo que el solo pudo aceptar ante mi expresión.
Pero al verlo saborear sonreí victoriosa.
-te dije que te iba gusta, lo sabía.
-es cierto, esta rico, aunque un poco empalagoso.
-en eso tienes algo de razón-confesé dejando la cuchara en el plato que aun tenía algo del postre.
Sin decir nada bese su mejilla, antes de seguir con nuestra conversación.
Al dirigirnos de nuevo a casa mire a Hiccup varias veces, un chico fuerte, pero a la vez sensible, poderoso y a la vez vulnerable, con carácter pero amoroso.
El era por como la vida lo había formado, las situaciones que se le había presentado.
Bien es dicho que la vida quita y da.
Pues ella nos quito a nuestro mejor amigo, pero nos dio las fuerzas para sobre llevar el dolor de su muerte y unirnos una vez más.
Nos dio ese empujón que necesitamos para enfrentarnos a las situaciones difíciles y buscar ayuda en quienes siempre nos amaron.
Quisiera poder decir que fue fácil, pero no lo fue, hubo peleas, desacuerdos, llanto, dolor, pero esta vez ninguno de los dos estuvo dispuesto a dejar ir al otro.
No volveríamos a cometer los mismos errores.
*
*
*
*
*
Nueve años después
-¿donde esta la bebe de mamá?-llame buscando por la casa, fingiendo que no escuchaba las risas provenientes de debajo de la cama.
Luego me quedé en silencio.
-¡Aquí esta!-exclame agachándome asustando a mi pequeña hija, quien solo rio ante el susto.
-mamá, me asustas-me dijo sonriente mientras salía de la cama.
-perdóname mi pequeña pirata-me disculpe tomándola en brazos y llenarle de besos una de sus mejillas-hermosa.
-ya llegue amor-escuchamos ambas que alguien entraba a la casa, abrimos los ojos y sonreímos al saber de quien se trataba.
-¿quién es preciosa?-pregunte alzando las cejas divertida.
-¡papá!-dijo ella emocionada.
-vamos a saludarlo-respondí bajándola de mis brazos antes de que ambas saliéramos corriendo de la habitación.
-¡papá!-llamo ella abrazando al hombre que se había puesto de rodillas para recibirla.
-hola pequeña pirata-saludo correspondiendo el abrazo-hoy tienes mucha energía, ¿acaso has hecho enojar a tu madre?.
-eso quisieras-respondí con un toque de gracia.
Ante eso el hombre se levanto caminando hacia mi tomándome de la cintura.
-hola a ti también M'lady-me saludo sin dejar de acariciar mi cintura, algo que me volvía loca cuando estábamos solos.
-hola Babe-devolví el saludo antes de besarlo.
-¡iuhg!-escuchamos ambos a nuestra hija, así que nos separamos con una sonrisa y un ligero sonrojo.
-vamos Zephyr es hora de ducharse-le indique extendiéndole mi mano, la cual ella acepto tomándola, comenzando a caminar junto conmigo hacia el baño.
Cuando el agua estuvo a la temperatura adecuada, ayude a Zephyr a entrar a la tina para que no resbalara y cayera.
Lave su hermosos cabello castaño, y después de unos minutos de estar jugando con sus patitos de hule le ayude a salir.
Le coloque una de sus piyamas para que estuviera cómoda en casa.
Y mientras ella miraba la televisión, sequé y peine su cabello en dos pequeñas trenzas.
Me levante dejándola que mirara un poco más de televisión, entrando a mi cuarto donde vi a mi esposo cambiándose de camisa después de un día de trabajo.
-¿como te fue hoy?-pregunte abrazándolo por la espalda.
-bien-respondió dándose la vuelta para abrazarme.
-apestas-bromee.
-oye-se hizo el ofendido.
-estoy bromeando-solté una risita subiendo la mirada pera verlo, recibiendo un beso en la frente por parte de él.
-¿como estas tu?-pregunto soltando una pequeña risa.
-feliz, por que por fin tengo a mi esposo a mi lado, después de un largo día de trabajo-mencione tocando la punta de su nariz con mi dedo.
-es cierto, ¿a ti como te fue?-me pregunto.
-hubo más clientes de lo normal, pero nada que Astrid Haddock Hofferson no pueda manejar-sonreí orgullosa, mientras el seguía acariciando mi cintura.
-¿como le fue a Zephyr en la consulta?-me pregunto señalando hacia la sala donde la pequeña aún estaba mirando televisión.
-fue mejor, el doctor dijo que no hay complicaciones en su audición y que el audífono esta funcionando perfectamente-le comente a lo que el suspiro con tranquilidad.
-al menos no tendremos complicaciones como el año pasado-dijo más tranquilo-ya solo faltan unos meses para que cumpla cuatro y quiero que este bien hasta entonces.
-lo estará, relájate babe-tranquilice pasando mis manos por sus hombros dando un ligero masaje en ellos, haciendo que el soltara un suspiro de alivio.
-¿como haces que me relaje tan rápido?-pregunto acariciando mi mejilla.
-es un secreto-conteste con un sonrisa.
-bueno, yo se otras maneras para relajarnos-comento con una mirada picara, llevando una de sus manos hacia mi trasero dándole un ligero pellizco.
-hey-le reclame dándole una leve golpe, soltando una risa un tanto traviesa, al igual que el-¿a que hora iban a venir tus padres por Zephyr?.
-ya no tardan en llegar-me dijo a lo que yo asentí.
-voy a cambiar a Zephyr-le avise dándole un corto beso antes de ir por la pequeña, y ayudarla a cambiarse de ropa.
Y cuando los padres de Hiccup llegaron, ambos nos despedimos de Zephyr, antes de que se fuera.
-¿ya comiste algo?-le pregunte después de cerrar la puerta.
-no, pero no te preocupes, yo preparo algo-me dijo dirigiéndose a la cocina a lo que yo lo detuve.
-no, no-negué mirándolo con una sonrisa-mi esposo trabajo mucho hoy y lo menos que puedo hacer es prepararle algo de comer.
-pero recordemos que la última vez, ambos terminamos con una fuerte gastritis-me recodo a lo que yo solo desvié la mirada con una sonrisa apenada, mientras el reía.
-podemos cocinar juntos-propuse a lo que el asintió, pero al darle la espalda para ir a la cocina me tomó por sorpresa de la cintura, levantándome un poco para sentarme en la mesa.
-o..-comenzó a decir posando sus manos en mis muslos haciéndome suspirar sin dejar de mirarlo a los ojos-podemos aprovechar el tiempo a solas.
Yo solo me quede sin palabras, mirando su deseo de hacerme suya una vez más en sus ojos esmeraldas.
Sin decir nada, me acerque a él y lo bese lentamente, acariciando su pecho por encima de su camisa, así como el lo hacia conmigo.
Paso sus besos a mi mejilla y después bajo hasta mi cuello, donde siguió besándome.
Suspire acariciando su cabello y su torso por debajo de la camiseta ansiando el contacto de su piel con la mía, así que le quite su camisa dejándolo con el torso desnudo.
Sin esperar mucho más, el me dejo en las mismas condiciones comenzando tocar mis pechos con cariño pero a la vez con pasión haciéndome arquear la espalda soltando un gemido.
Pase mis manos por su espalda mientras el bajaba sus besos hacia mis pechos, tome sus mejillas volviendo a unir sus labios con los míos, siendo yo esta vez comenzando a mover mis besos hasta detrás de su oreja, donde sonreí victoriosa al escucharlo gruñir después de morder el lóbulo de esta.
Soltando otro suspiro, deslice mis manos por su torso hasta llegar a inicios de su pantalón, desabotonándolo.
Me miró fijamente al sentir mi mano entrar su ropa interior tocando su miembro, lo que hizo que soltara un gruñido de placer.
Tenia a Hiccup a mi merced; lo cual a el encantaba, así como a mi también me fascinaba cuando el me tocaba hasta el punto de hacerme suplicar por más.
Me tomó de la muñeca deteniendo mis movimientos, mientras jadeaba sin dejar de mirarme.
Saque mi mano de su entrepierna, asaltando sus labios en un apasionante beso.
Me tomó de los muslos, subiéndome a su cadera e inconscientemente enrede mis piernas en esta sin alejarme de sus labios, mientras el se dirigía a nuestra habitación.
Donde ambos caímos en nuestra cama sin detener nuestras caricias.
En un movimiento rápido rodamos por la cama, haciéndome quedar debajo de el y después de sonreírme, bajo sus manos hasta los botones de mi pantalón.
Cuando termino de desabotonarlos, me los quito junto con mis bragas lanzándolos por algún lugar de la habitación, dejándome completamente desnuda ante el.
No paso mucho tiempo para que el también quedara en completa desnudez.
Unió nuestros labios una vez más, bajando su mano por mi torso hasta tocar mi intimidad, lo que provocó que soltara un fuerte gemido arqueando la espalda separándome de sus labios.
Sus audaces movimientos con sus dedos me hacían estar al borde del Valhalla por varias ocasiones.
-Hiccup...-dije con un hilo de voz al sentir un ligero escalofrío recorrer mi espalda-hazlo amor...
Dándome un beso en la mejilla como respuesta, abrí mis piernas para que se acomodara mejor entre ellas y con la mirada perdida en nuestros ojos entro lentamente en mi.
Ante el contacto soltamos un suspiro, comenzando a movernos con lentitud, sincronizando el movimiento de nuestras caderas haciéndonos soltar varios gemidos y jadeos.
Sin dejar de acariciarnos y con una capa de sudor que nos cubría, el aceleró las estocadas, así como yo los movimientos de mi caderas.
Con decisión posicione mis manos en su pecho, haciéndolo girar, tomando las riendas con movimientos acelerados, convirtiendo a mi esposo en mi víctima al mismo tiempo que yo me convertía en la suya al tomarme de la cintura apegándome más a el.
Soltó un gemido cuando comencé a hacer movimientos circulares con mis caderas, lo estaba haciendo sufrir.
Con fuerza nos hizo girar una vez más, ahora el dando estocadas lentas y tortuosas esta vez siendo yo quien estaba a su merced.
Cuando decidió que ya había sufrido lo suficiente volvió a acelerar sus movientes, así como yo los míos.
Con un beso mas y una última estocada, llegamos ambos al clímax, soltando un gemido más en el nombre del otro.
Sentía como me vientre se contraía, jure que estaba en el mismo Valhala.
Ambos caímos rendidos respirando agitadamente, soltando un ultimo suspiro cuando el salió de mi, para acostarse a mi lado abrazándome.
-te amo-dijimos al mismo tiempo, intentando regular nuestra respiración.
Una sonrisa se formo en nuestros labios.
-creo que buscare más maneras de quedarnos solos en casa tu y yo-propuso tomando una sabana para cubrir nuestros cuerpos desnudos a lo que yo solo sonreí.
-mientras Zephyr este con alguien en quien confiemos, podemos quedarnos semanas aquí-conteste volviendo a abrazarlo, comenzando a dibujar círculos imaginarios en su pecho, comenzando a ponerme nerviosa al recordar algo importante-tengo que decirte algo.
-¿que pasa amor?-me dijo acariciando mi espalda.
-estos días no me sentí bien y...-intente decir pero calle en el último segundo.
-¿te has sentido mal?, ¿te sientes mal ahora?, ¿quieres que te lleve al doctor?-pregunto preocupado a lo que yo solo negué con una sonrisa enternecida.
-ya fui a ver al doctor-le explique mirándolo a los ojos, aun sin soltarlo todo.
-¿y que te dijo?-cuestiono aun preocupado, pero me quedé callada-Astrid dime por favor, me estas asustando.
Ante eso me senté en la cama antes de mirarlo con una sonrisa y con los ojos cristalizados.
-estoy embarazada-revele con una risa nerviosa al ver la cara de sorpresa de Hiccup.
-¿de verdad?-pregunto sentándose a mi lado poniendo su mano en mi espalda, mientras yo asentía soltando algunas lagrimas de felicidad al mismo tiempo que ambos reíamos-hay M'lady esta es la mejor noticia, gracias, gracias. Te amo, te amo.
Reí al sentirlo besar mi rostro, posando su mano sobre mi aún plano vientre.
-voy a hacer papá de nuevo-dijo comenzando a llorar de felicidad-gracias, gracias preciosa.
Yo solo lo mire a los ojos, mirándolos destellar felicidad, antes de volver a besarlo.
En todos estos años intenté entender a Hiccup, sus más profundos sentimientos, cada día quería interpretar lo que sus ojos se destellaban.
Pero simplemente no podía entenderlo todo.
Comprendí que no necesitaba hacerlo, sabía que todo lo que ambos pasamos nos había cambiado.
Aprendimos a amarnos y a no dejar que los problemas nos alejaran de nuevo.
No somos perfectos, cada uno tiene sus defectos, pero aun eso no nos separo.
Por que Hiccup era un misterio.
Era el más grande misterio, el más desafiante.
Pero Hiccup es el misterio que más amo en este mundo.
Fin.
Hola chicos.
Espero estén bien.
Si han llegado hasta aquí se los agradezco, ne costo mucho hacer este one shot, pero creo que se logro.
Tengo que admitir que se me dificultó mucho introducir la relación Hiccstrid a la historia, ya que no quería que fuera algo forzado.
Pero me encantó el resultado final y espero que a ustedes también.
Gracias por el apoyo que le dieron.
Y en especial, quiero agradecerle a xLena210 por ayudarme, ¡Lena eres una amor de persona!, gracias por tus observaciones para que este proyecto fuera posible y viera la luz del día.
Sin más que decir.
Se despide la cuchurrumina.
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