Tanjirou de una enorme felicidad paso a la peor de las tristezas al ver el cadáver del niño y el cuerpo del demonio en descomposición. Él con suma tristeza se acercó al cuerpo del demonio y le hizo una reverencia, la cual no entendí, pero tampoco quería preguntar.

Luego de un rato, aun adolorido, empecé a recorrer los alrededores y a una corta distancia del pueblo encontré mi casa, la que recordé como mi casa. Decidí entrar, pues no pensé que alguien viviera dentro de tal pequeño intento de hogar que casi parecía chatarra en estos momentos. Me aproxime a la pequeña puerta de madera desgastada, mas, la decisión que tome era una muy dudable, al entrar a mi antigua casa reviví esa escena del pasado. Vi a un pequeño llorando, de aproximadamente 7 años con su hermana pequeña en brazos y sus padres, o mejor dicho parte de ellos, en las paredes, siendo estas, de un antiguo marrón a, un reciente rojo carmesí. Aunque esta no haya sido la misma escena que viví hace tanto tiempo, no pude evitar sentir empatía por el muchachito llorando al cadáver de toda su familia.

El niño se dio cuenta de mi presencia y se espantó, con el cuerpo de la bebé en brazos, intento esconderse en una esquina.

— N-No te preocupes— Le dije con la esperanza de no causar miedo en él

El pequeño no creyó mis palabras, y a cada paso que daba él retrocedía.

— ¿Qué te parece si yo cierro los ojos? Así tu estará en ventaja y ... no podré hacerte daño— Le dije con temor, esperaba que este niño se apiadara de mí, quien quisiera saber la reacción de otras personas en una situación parecida a la suya.

El pequeño de cabellos negros puso sus pequeñas manos en mis ojos para estar seguro de que no viera, cosa que era muy tierna, pues su manita, no podía cubrir mis dos ojos por completo.

— ¿Cuantos años tienes, pequeño? — Le pregunte para ganar confianza

— Se-Seis años, señor

— Vaya ¿Desde cuándo vives acá?

— Desde hace 3 años

— Pequeño, no me tengas miedo, por favor, yo he pasado lo mismo que tú

El niño no me creyó, pues no me respondió

— ¿Sabes quién mato a tu familia?

— Un oso

— ¿Un oso?

El chiquillo empezó a llorar sin parar, fue rudo de mi parte hablar de eso, pero quería que el niño fuera honesto conmigo.

— Fue un demonio y sí existen, ¡Los demonios sí existen! — Grito abrazando más fuerte el cadáver de su hermana pequeña

— Tranquilo, y-yo te creo

Él empezó a llorar más fuerte y dejo de taparme los ojos, yo vi su llanto. Tan real y melancólico, no merecía eso, yo sabía, luego de este día él ya no tiene una familia. No es alguien como yo, este pequeño si merecía a su familia ...

— ¿Cómo era el demonio? ¿Puedo saber? — Le intente preguntar de una forma más cálida

— E-Era un demonio de aspecto muy humano, con cabello largo y rojizo, tenia ... Tenia seis ojos en su rostro

Al escuchar su respuesta quede atónito, era él, él mismo. Volvió ... Volvió como me prometió.

— T-Tranquilo pequeño, ya pasara—Le mentí— Pero por favor, prométeme ... Bueno, prométele a este extraño. No te culpes de nada, por favor— Luego de pedirle tal favor decidí irme, todo era muy confuso, ya habían pasado 10 años, no pensé que volvería, no tenía razón para deshacer a una familia.

Mientras volvía a donde estaban los demás empecé a tener náuseas y a marearme, mi herida estaba surtiendo efecto ¿Estaba convirtiéndome en demonio?

Intentando ignorar el dolor inhumano que sentía, me pare y dirigí de nuevo a donde los demás, quienes en ese poco tiempo enterraron todos los cadáveres de personas.

Mis abejas yacían encima de un árbol, estas nunca entran en una batalla por su seguridad, pues no podía dejar que pierdan su aguijón, Asagao solía estar delante de sus hermanas, pues le gustaba destacar, zumbaba de una forma extraña, pero era por que le gustaba ser diferente y notada, por lo que era muy fácil reconocerla. Estaba a mí lado mientras me retorcía de dolor por la sangre del demonio, La sentía rodearme con curiosidad, cosa que era algo divertida en algunas ocasiones.

Llegue donde todos ellos disimulando el dolor que tenía. Y justo al llegar los cuervos, el gorrión junto a mi Ume, no dieron direcciones para ir a una casa de Glicinas