+16+

íbamos hacia un extraño lugar que se me hacia tan conocido, tanto el nombre como la descripción. Un puerto que parecía abandonado con un gran farol blanco con azul, el que se veía deteriorado

Su suponía que el camino no dudaría mucho, solo serían unas pocas horas.

— ¡Joven! — Grito inesperadamente este enorme hombre rubio que no parecía japones en lo absoluto, aunque, bueno, sus ojos tal vez, pero solo eso.

— ¿¡Si!? — Le respondí casi gritando por el susto que me dio, este tipo tiene mucha adrenalina

— ¡Me han comunicado que usted ha vivido aquí parte de su vida! ¿¡Es eso cierto!?

— Creo que sí ... Pero ¿Como saben eso?

— ... — Jaja ¡Hace mucho calor! — Dijo luego de un corto silencio incomodo

— Estamos de noche y literalmente estamos empapados por la lluvia, y no soy idiota, sé que estas evitando mi pregunta

— ¡Tu cabello es muy lindo!

— Oye ... Ya deja eso, si no me quieres responder no lo hagas simplemente

Este tipo es la persona más rara que conozco, por dios, y yo que creí que Zenitsu e Inozuke estaban fuera de lo normal.

Pasamos un buen rato incomodo caminando hasta llegar al lugar que, efectivamente, pude llamar hogar. 

El gran farol seguía igualmente desgastado como la última vez que lo vi, las pequeñas canoas desordenadas y todo tan vacío como la primera vez que vine aquí.

Rengoku, quien estaba al lado mío, me hizo dar cuenta de lo expresivo que me veía en ese momento, poniendo gentilmente su dedo en mi barbilla para que esa lagrima que se intentaba escapar de mi rostro no se fuera, igualmente que froto con delicadeza mis ojos.

— Tranquilo ... ____— Me susurro en el oído mientras me abrazaba

Sentí sus enormes brazos rodeándome por completo, y sus grandes manos acariciar mi cabeza, era tan cálido y reconfortante. Aunque los dos estábamos completamente empapados, por lo que se sentía a la vez raro.

— O-Oye, estamos completamente mojados— Le dije alejándome un poco de él sin parecer grosero y con la mirada gacha.

— ¡Oh! ¡Lo siento mucho, joven! — Se disculpo esta vez volviendo a gritar

— N-No hay problema

Nos dirigíamos hacia el farol, se suponía que allí habría un demonio, y efectivamente. Un hombre conocido, el señor del hijo Izanagi, vestido como marinero con ahora marcas raras en el rostro se encontraba devorando a otro marinero, quien ojos ya no tenía y solo podías ver dos oscuras y sangrientas cuencas negras en las que se supone alguna ves estuvieron sus ojos.

Rengoku intento atacar lo más rápido posible, pero yo lo detuve, no podía matarlo, el señor izanagi, va a estar triste si sabe que su hijo está muerto.

— No, Rengoku, es el hijo del señor Izanagi, si el señor Izanagi se entera de que su hijo está muerto se pondrá muy triste

— ¿El señor qué?

— El señor Izanagi, el farolero

— ____ ... Hace tiempo que acá no hay ningún farolero

Siento las palabras de Rengoku resonar en mi cabeza ¿Cómo que el señor Izanagi no está aquí?

El demonio se lanza sobre Rengoku, quien lo esquiva, haciendo que el demonio caiga sobre una pequeña mesa de madera, con platos de porcelana encima los cuales caen rompiéndose.

Rengoku se notaba un poco molesto, pero no me importaba, no quiero que el señor Izanagi este triste por la muerte de su hijo. Nezuko pudo volver a tener conciencia, si ella pudo, el hijo de Izanagi podrá ... ¿Cierto?

Me acerco hacia él lentamente para que no se sienta amenazado, mientras veo gotas de saliva escurrir de su boca, no sé si soy "valiente" o idiota en este momento, pero no retrocederé.

Salta hacia mí, por lo que cierro los ojos y levanto mis brazos pensando que me comería. Pero Rengoku se coloca frente mío, impidiendo con su espada que lo devore a él o a mí, mas, haciéndole daño.

— N-No le hagas daño

— Tengo que hacerle daño, si no nos matara

— N-No, por favor, déjame ayudarlo

Suspiro simplemente y se hizo a un lado sin mover su espada para que el demonio no me haga daño.

Me acerque lentamente con mi brazo por delante para intentar tocar su frente con mi mano.

Se calmo y lo logre acariciar, Rengoku tomo confianza y movió su espada, al parecer todo estaba bien ...

El demonio se lanzó frente mío, mordiéndome el hombro, casi arrancándome hasta el alma, haciéndome quedar inconsciente, siendo lo último que veo a Rengoku decapitar al demonio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top