Conejillo número dos
Conejillo número dos.
Nos adentramos al pequeño laberinto con pasos lentos y con un silencio pesado. A veces me impacta lo extenso e incalculable que son los terrenos de esta propiedad, cualquiera podría perderse, fácilmente podría jugar el papel de una escuela privada exclusiva.
—Los padres del conejillo australiano número dos —dice Niklas con voz fría y monótona—están muertos.
Me quedo en silencio y mi falta de respuesta lo hace girarse, me ve con una ceja enarcada, cómo si esperara que yo preguntase algo.
— ¿Se supone que debo tener alguna reacción dramática? ¿Hacerles duelo o llorarlos? No sé quiénes eran ¿Deben dolerme sus muertes?
Se acerca a una de las flores y toma una, acariciando con precisión y una manera calculadora cada pétalo blanco en ella.
En lugar de responderme, me despista con palabra que inician otro tipo de historia, pero solo debo ser lo que no soy: paciente, porque sé que es una especie de atajo para poder hablarme de la muerte de los padres del conejillo número dos o lo que sea.
—Antes del secuestro nunca había asesinado a alguien ¿Recuerdas que ni siquiera era capaz de dispararle a los pájaros o cada animal que Luhanne nos señalaba?
—Lo recuerdo —No tardo en responder.
—Tú lo hacías por mí, lo que te ganaba castigos o cuando él no veía, Livia me ayudaba a liberarlos.
—Lo que te ganaba castigos a ti.
—Castigos —dice con una burla seca—. Llamarlo así lo hace sonar inofensivo, las cosas que nos hacían no eran simples castigos, menos para unos niños.
Asiento en acuerdo, son recuerdos que enterré junto a los demás y que por supuesto ahora son tan vividos cómo cuando sucedieron. Quisiera decir que mi mente los exagera, pero sé que no es así.
—Y a diferencia de Lo, a mí sí que me asustaba quitar una vida porque me decía y trataba de obligarme a creer que era diferente a mi familia. Si sentía rabia, la reprimía, buscaba alguna manera de drenarlo, si alguien no me agradaba, me alejaba.
»Obedecía a mamá, era buen estudiante, un observador cómo tú. Iba a mis clases de lucha y siempre prefería hacerme el noqueado que defenderme por tiempo interminable, no podía asesinar animales y hacía planes muy soñadores sobre cosas que podría ser de grande.
»Sin embargo, todos sabíamos que era diferente, yo lo sentía. Intentaba no enfadarme porque cuando sucedía no me sentía dueño de mí, no asesinaba animales porque en su lugar pensaba que las personas debían morir, no ellos. No peleaba en las luchas porque analizaba demasiado a mis oponentes y no quería ganar, solo quería ir a casa y fingir ser normal.
»Leía sobre el cuerpo humano, lo analizaba todo, hablaba poco, pero en mi cabeza siempre estaba pensando en posibilidades...Dicen que los callados son los más peligrosos y supongo que todos lo veían en mí, pero yo era bueno, tenía todo este potencial en mí y decidir ser bueno.
—Hasta ese día...
—No precisamente ese día —Se acerca a mí y no retrocedo.
Veo el brillo de la diversión en su mirada cuando de hecho deja la flor detrás de mi oreja y lucho contra la risa que de repente quiero liberar cuando retrocede y hace un cuadro fotográfico con sus dedos.
— ¿Satisfecho? —pregunto.
—Nunca —responde metiéndose las manos en los bolsillos delanteros del pantalón.
—Tal vez algún día lo estés.
— ¿Tú estás satisfecho?
—No.
—Tal vez un día lo estés —imita mis palabras.
»Siento que mi vida se divide en tres partes: antes del secuestro, durante el secuestro y después —asiente hacia mí y de nuevo con pasos lentos nos adentramos mucho más en el laberinto—. Antes del secuestro era mi feroz intento de ser bueno, de enterrar todos mis instintos.
»Durante el secuestro, era yo clamando a la muerte, deseando morir porque si sobrevivía, no había manera en la que volviera a ser el mismo —Hace una pausa breve— y después del secuestro fui yo, lo que siempre estuve destinado a ser. Ya no tuve que luchar, ya no tuve que ocultarme, acepté mi potencial y decidí ser malo, porque cuando fui bueno de nada sirvió.
»Sin embargo, me parece curioso que aun así no pude asesinar a algún animal —estira la mano rozando con los dedos las hojas que conforman el laberinto—, leí sobre ello y Lorenz es lo suficiente inteligente para jugar al terapeuta, dice que me reflejo en ellos o que tal vez miro en ellos el tipo de pureza que nosotros lo bastardos humanos nunca tendremos.
—Lorenz tiene unos pensamientos intensos ¿Eh? —digo en burla, pero ¡Joder! La inteligencia de Lorenz no deja de sorprenderme.
—Tenía quince años, casi dieciséis —Deja de caminar y lo enfrento, nuestras miradas encontrándose—. No lo planeé o al menos no cómo quisiera.
»Me salté la clase en ese semi internado en el que el inútil de Anton me inscribió intentando controlarme, francamente me daba igual. Todos decían que yo era inestable, lo cual tal vez era en parte verdad, pero me subestimaron demasiado al pensar que no tenía control en mi mente, que actuaba sin pensar o que era simplemente alguien que atacaba sin analizarlo, a excepción de cuando te ataqué, siempre he sido pensativo.
»Así que estaba en uno de los jardines de esa escuela tonta y mimada cuando lo escuché. Es curioso cómo lo reconocí primero por su voz, específicamente por su risa. Fumaba y cuidaba a una niña Fischer estudiando en la escuela, ella era menor que yo ¿Tal vez trece años?
»Pensé que tendría un ataque de pánico cuando luego de escucharlo vi su rostro, así que solo me quedé de pie, esperando por un miedo que nunca llegó, porque no tenía miedo, tenía rabia, ira y el despertar de una sed de venganza que durante años ardía, desde ese día, ardía en mí. Lo escuché hablar sobre las niñas de la escuela y los niños de una manera perversa y llena de morbo, creo que eso fue bueno.
— ¿Perdón? —pregunto desconcertado.
—Porque mientras más hablaba —continúa— más despertaba mi furia, me alimentó. Mientras hablaba yo pensaba y me dije ¿Por qué no? ¿Por qué no hacerlo? Le gustaban los niños, era un pedófilo, no haría falta en este mundo —Hace una mueca—. Me gustaría decir que fui cuidadoso, pero la verdad es que todo lo que hice fue buscar a esa niña Fischer e invitarla al bosque.
»Si él me reconoció, no lo demostró, tal vez pensó que yo no sabía quién era —Dibuja una sonrisa llena de ironía—. Tal vez la niña Fischer lo sabía ¿Por qué habría de ir conmigo a un bosque oscuro? Nunca habíamos hablado, sabíamos que no podíamos involucrarnos y ella solo tomó mi mano y me siguió, sin preguntas, sin hablar.
Es un relato que sé que se volverá siniestro, pero que no puedo dejar de escuchar. No tiene qué decirme quién era el hombre, trato de no recordar sus caras, pero sé que era uno de ellos sin que lo diga y un tipo de placer perverso, al que trato de no darle atención, celebra y acepta cualquier daño y dolor que mi hermano pudo haberle infringido. Lo merecía, todos ellos lo merecían.
—Solo estuvimos ahí, iluminados por la luna, sin hablar...Ella me veía y yo a ella, cuando la vi a los ojos durante un tiempo, lo supe y ella asintió. Él le había hecho lo mismo a ella, la había violado, no tuvo qué decírmelo, simplemente lo supe.
Siento nauseas, ese asco familiar de cuando leo cada noticia de violaciones, ese asco que me embarga cuando tengo pesadillas, ese puto asco cuando recuerdo que el mundo es un lugar terrorífico en donde grandes depredadores caminan con libertad.
Para mí es simple: nada justifica una violación, cada puto depredador o depredadora sexual tiene el deber de sufrir en grandes cantidades antes de morir e incluso sufrir más allá de la muerte.
—Ella comenzó a sacarse la camisa del uniforme y él sonrío. Ella le dijo que ambos queríamos jugar y él le creyó —Mira hacia el cielo—. Él caminó hacia ella, le puso las manos encima y vi el miedo en los ojos de ella cuando él estuvo cerca, pero también vi la suplica en su mirada "hazlo" y quería hacerlo, demasiado.
»Así que mientras se inclinaba y le besaba el pecho, sentí que por primera vez era libre. Jugaba al inestable, pero tenía control en mi mente, sabía lo que hacía. Me acerqué con lentitud, llevé mis manos a sus hombros y él pensó que era una caricia, gimió y yo sonreí cuando desde atrás llevé mis dedos a sus ojos y presioné.
»Presioné hasta que gritó, hasta que el dolor lo desorientó lo suficiente para no recordar que podía sacar su arma y dispararme. Presioné mientras se incorporaba e intentaba quitarme de encima, presioné hasta que sentí su sangre bajo mis dedos, hasta extirparlos y dejé de presionar para poder hacer más que eso.
»No hubo discursos, palabras sobre venganzas, nada, solo era silencio cuando tomé su arma y saqué el cuchillo que llevaba conmigo, había leído tanto y finalmente lo pondría en práctica.
De alguna manera sé que me darás los detalles y por alguna razón siento que le debo escucharlo en la misma medida en la que siento que necesito escucharlo. El niño en mi interior que sufrió dolores que ni siquiera puedo describir, siente una pizca de consuelo al escuchar que una de las personas que le dio el peor momento de su vida durante quince días, sufrió hasta la muerte.
—Le mutilé los dedos, cada uno de ellos, con lentitud y de manera dolorosa. Él mientras sus ojos aun sangraban e hice una pausa preguntándome si ya podría solo dispararle, pero pensé ¿Él se detuvo cuando llorando le implorábamos? No, no lo hizo. Así que pensé en ir por su lengua, pero había probabilidades de que con el dolor de la pérdida de los dedos, la ceguera en sus ojos extirpados y sangrientos más extraerle la lengua, podría morir de inmediato y aun quería hacer más.
»Pensé en arrancarle su asqueroso pene, pero no quería verlo o tocarlo, así que en lugar de ello, por encima de la ropa, lo apuñalé ahí y su grito resonó por todo el lugar, saqué el cuchillo y solo me quedé sentado a su lado viéndolo sangrar y llorar, cuando pareció que se adaptaba al dolor, lo apuñalé de nuevo, esta vez en el vientre, evitando órganos, no podía morir de inmediato.
»Luego esperé antes de hacerlo de nuevo, con cada puñalada fui subiendo, evitando órganos importantes, pero cuando supe que estaba a la altura de su corazón o garganta, entendí que era el final, que había hecho suficiente desastre y estaba bañado en sangre.
Quince años, esa era la edad de Niklas cuando hizo todo lo que está narrando, su primer acto criminal en su nombre, nacido de su deseo de venganza y aunque alega no planearlo cómo hubiese querido, me habla de una muerte calculada y tortuosa... Que escucho sin parpadear, lo que es peor: sin asustarme del tipo de oscuridad que carga consigo.
—Así que simplemente lo vi cuando le clavé el cuchillo en la garganta —Hace otra mueca—. Hay algo muy personal sobre matar a alguien con una puñalada. Cuando disparas, todo es rápido, se trata de segundos y hay distancia. En cambio, cuando apuñalas sientes la carne abrirse, el sudor rancio de miedo que desprenden, su respirar y la forma en la que la vida se esfuma de tu víctima, es más lento, doloroso y sentí todo eso mientras lo veía, cubierto de su sangre y con mi respiración agitada, pero mi mente en control.
»Volteé a ver a la niña, no estaba asustada, parecía aliviada y usaba de nuevo su camisa. No parpadeó ante la sangre que me cubría o lo que había visto, en lugar de ello me sonrío y me dijo que tenía frío. Así que nos fuimos del bosque en silencio y antes de separarnos le ordené que dijera que Niklas Schwarzenberg era el dueño de esa muerte —Hace una pausa—. ¿Te horroriza pensar lo que hice con quince años? Pienso que tardé demasiado, estaba listo para ser este monstruo desde tiempo atrás, solo esperé el momento indicado, significativo, casi diría que especial.
Sus actos me resultan un poco perturbables, pero no me asustan, me horroriza más la manera en la que mi moral se está dividiendo ante el relato porque aun cuando es una muerte muy violenta, gráfica y sangrienta en manos de alguien tan joven, él lo hizo sufrir un porcentaje de nuestro dolor, sufrió de una manera en la que muchas noches deseé lo hiciera, mi hermano lo hizo realidad.
Él me mira y tal vez sea porque este año completo me ha servido para conocerlo mejor y aprendí algunas cosas de sus expresiones corporales. No tiene culpa, se ve orgulloso, pero hay un aire tenso que me dice que mi falta de respuesta lo tiene inquieto, porque le importa. Siente que lo hizo por él, por mí, por nosotros, por dos niños que juntos atravesaron un calvario y que hoy se encuentran aquí de pie.
Él no quiere que le dé la espalda, no quiere que condene lo que hizo, pero tampoco quiere ocultarse y supongo que es su manera de cuestionarme si lo acepto o lo alejo.
Respirando hondo me recompongo, no me di cuenta de que mi respiración estaba tan acelerada hasta ahora, le doy el intento de una sonrisa burlona antes de hablar.
—Hace falta mucho más para que me horrorices, nunca más voy a dejarte, Niklas —Trago—. No te pedí que hicieras eso por mí, pero...
— ¿Pero?
—Gracias.
— ¿Gracias? Es una palabra que no me esperaba.
—Gracias porque aunque eso no mató mis pesadillas o el dolor, lo hiciste queriendo enterrar el pasado. Fue un regalo para los dos niños que sufrieron y supongo que agradezco que...Lo intentaras —Suena ilógico, pero él consigue entenderme porque asiente—. Fue tu elección.
—Y no me arrepiento, nunca lo haría, fue el primero y lo único que me molesta es que no sufriera un par de horas más.
—Quince días —murmuro—. Quince días fue lo que vivimos...
—Quince días que nadie nos devolverá, que hicieron la diferencia. Unas horas de tortura nunca lo compensarán, nada lo compensará, pero al menos lo disfruto.
Me doy cuenta de que hay algo o alguien importante en su relato por lo que no puedo evitar hacer mi siguiente pregunta:
— ¿Qué pasó con la niña Fischer?
—Nos sentábamos juntos a simplemente observar o leer durante un año, no hablábamos y un día no volvió. Fui a buscarla, siendo cuidadoso y no la encontré. Descubrí que era una niña nacida fuera del matrimonio, la hija del amante de un Asesor, no le importaba mucho. Ella simplemente desapareció, lo que fue una pena, a esa edad no había mucho que pudiese hacer por ella para encontrarla.
»Sin embargo, mientras la buscaba vi y descubrí algo diferente: Una niña más joven de cabello oscuro sujeta en una cama, pareciendo una rata de laboratorio —Su mirada baja al suelo—. Traía moratones, cortes y se veía demacrada. Tal vez debí haberme ido, pero la curiosidad me ganó.
—Pensé que decías que la curiosidad terminaba en muerte.
—Supongo que pensé que valía la pena morir por dicha curiosidad o me importaba muy poco mi vida, tal vez un poco de ambas.
»Me acerqué a ella y abrió los ojos, pensé que gritaría, pero solos nos vimos fijamente por largos segundos hasta que habló en inglés con un suave acento, Me pidió que la salvara, que por favor la ayudara y solo la vi, evaluándola, intentando comprender cómo llegó a tal situación y que le estaban haciendo, pero después solo retrocedí y ella dejó de hablar porque sabía que me iría y eso hice, me fui, no era estúpido y sabía que mi tiempo estaba contado si me quedaba un poco más, sin embargo, volví dos días después.
»Esa vez ella no lloró, esa vez me dijo su nombre y que le gustaba bailar, que le dolía mucho la cabeza y que a veces olvidaba lo que sucedía también dijo que a veces se enojaba y no lo entendía, que soñaba con sangre y que un día despertó con su perrito muerto a su lado y le habían dicho que había sido ella.
»Me prometió que si le decía mi nombre no me olvidaría —Tuerce los labios en una pequeña sonrisa—. Era astuta a su manera, buscaba la manera de saber mi nombre, pero no se lo daba, solo evaluaba los daños y me preguntaba qué exactamente podría estar sucediendo.
»Fui el día siguiente y esa vez estaba restringida de pie y me dijo "me castigaron" cómo si lo otro no fuese también un castigo, fue la primera vez que le hablé cuando le pregunté quién la castigó y ella respondió que sus padres, que ellos eran malos y que una mujer de blanco a veces aparecía y la llamaba por un nombre que no era el suyo. Estaba asustada y ya no quería más dolor.
Suspira y comienza a caminar de nuevo, me doy cuenta que estaba tan sumido en su relato que se siente cómo un despertar abrupto verlo retirarse, lo alcanzo de inmediato. Hay algo en esta historia que luce muy importante.
—Volví de nuevo y otra vez más, le hablé. A riesgo de que me capturaran, lo hice y entonces la vi, a su mamá con una bata de laboratorio abriéndole parte de la piel y hablando de una forma fría mientras ella lloraba y gritaba, fue la primera vez que pensé que podría actuar sin pensarlo, solo asesinar, pero la mujer giró y vi su rostro.
»Era ella, era la única mujer que también estuvo dos días usándonos cómo objetos, tocándonos y haciendo todas esas cosas qué... —Se calla y toma una profunda respiración—Su mamá era uno de nuestros verdugos, no la olvidaría nunca, la única mujer entre todos ellos.
»Me quedé ahí, conteniéndome, escuchando a la niña gritar mientras su mamá y luego su padre, hacían pruebas dolorosas, fue otro tipo de tortura para mí, me hizo sentir...Mal.
»Y cuando ellos la dejaron sola, lloriqueando con la promesa de que vendrían en unas horas a llevarla a cenar y jugar, salí de mi escondite, pero no me habló, solo derramaba lágrimas y tal vez hice una de las cosas más egoístas de mi vida.
»Le dije que tal vez ahora se sentía débil, pero que un día sería fuerte y entonces no los dejaría usarla nunca más. Que cuando sintiera que podrían quebrarla, actuara y si la muerte era una opción, que no la culpaba si los despachaba de este mundo —Toma otra flor—. Me escuchó, hubo reconocimiento en su mirada y luego asintió en un acuerdo silencioso de acabar con ellos cuando se sintiera lo suficiente fuerte, cuando creyera que no podía más. Le quité las restricciones, sin embargo ambos sabíamos que no podía escapar, pero al menos tenía esos minutos y antes de irme le dije mi nombre.
— ¿Qué pasó? —odio sonar cómo alguien que ve alguna serie y espera el próximo capítulo.
—Volví dos días después, se había ido, cómo si la tierra se la hubiese tragado y pensé que había muerto, pero debí tener en cuenta que ella tenía una fiereza en su mirada, incluso cuando lloraba, era fuerte e inteligente, tenía determinación —Deja de ver la flor para darme su atención—. No la busqué y aun así apareció. Mismo cabello y los malditos ojos inteligentes y perspicaces inclusos a través de una foto, conejillo número dos —Sonríe de costado—. No la destruyeron, la hicieron más fuerte.
»Ella no me recuerda, estoy muy seguro de ello. Hace unos años no pude hacer nada, solo pude sentarme a escucharla gritar y llorar, ser una breve salida de su dolor cuando divagaba para ignorar su realidad.
»Ahora ella es diferente, pero en parte es igual. Es vida, es fuego y de nuevo la quieren restringir, eso me enoja, mucho.
— ¿Piensas que la vida la puso en tu camino para que sea tuya? ¿Para salvarla? —francamente estoy impresionado, esto es algo que no pensé en ningún tipo de escenario.
—Ella no es mía —frunce el ceño—, pero tampoco es de ellos. No van a enjaularla de nuevo, no pude actuar antes, pero no dudaré en hacerlo ahora.
— ¿Protegerla? ¿Salvarla?
—Ella no necesita que la salven o protejan —Sonríe de una manera oscura—. Ella necesita liberarse, conocerse, aceptarse. ¿Puedes entenderlo? Es cómo nosotros, está rota, pero no vencida, no se doblega, lucha, sobrevivió y prefiere quemar a otros antes que arder.
»El plan estaba en marcha antes de descubrir que era ella, pero esto le da un toque extra.
—Suenas fascinado.
Su respuesta es encogerse de hombros, acercarse y ubicar la nueva flor en mi otra oreja antes de retroceder.
—En una vida donde ya nada me sorprende y vivir no es tan emocionante, este giro de acontecimientos me hace sentir vivo —Hay promesas en su mirada—. Solo de imaginar el sinfín de escenarios por venir...Se vuelve interesante.
Lo veo fijamente intentado descifrarlo, lo que no es fácil, pero conozco al menos lo suficiente para que no me resulte imposible.
—La deseas —digo tras unos largos segundos, su sonrisa se vuelve ladeada.
—En mi fuego solo arde quien quiere.
— ¿Qué se supone que significa eso?
—Que si quiere quemarse hasta las cenizas y volverse nada, sí, la deseo.
Para muchos esa es una declaración cualquiera, pero viniendo de Niklas, eso significa demasiado. No creo que ni él mismo esté consciente de lo que quiere o por qué está al pendiente de "conejillo número dos", de una manera extraña él no está relacionado demasiado con las emociones más allá de su amor por sus hermanos, sus perros y todo lo que lo invade cuando pierde el control y se vuelve siniestro. Dudo que tenga una puta idea de la manera en la que esos momentos en un laboratorio influyeron en él, el cómo creó algún tipo de vínculo jodido con ella a través del dolor.
Cuando comienza a alejarse, le tomo la muñeca deteniéndolo.
— ¿Sabes lo que estás haciendo?
—Sí.
— ¿Estás seguro?
—Lo estoy.
Busco en sus ojos algo que lo contradiga, pero luce seguro.
—Espera ¿Crees que estoy enamorado o algo así de dramático? —Parece divertido—. Eso es gracioso.
»Ni siquiera la busco o ayudo por sexo o esperando algo —rueda los ojos—, soy un tipo de hombre que no es para todas las mujeres —Se sacude una pelusa inexistente—. Acabar con esos proyectos de los Fischer es el plan, que ella se haya vuelto una pieza es un agregado agradable. Además, ella hizo algo por mí.
— ¿Qué hizo?
—Ah, ese es un secreto entre nosotros dos que ni ella misma ha de recordar.
Se sacude de mi agarre y continúa avanzando. No puedo evitar pensar que se avecinan tiempos agitados y caóticos, lo que se está planeando no es simple o cualquier cosa, es un golpe con la capacidad de darle más poder a mi familia o destruirlos.
Veo la espalda de Niklas alejarse y asiento con lentitud.
—Poder, la destrucción ni siquiera es una opción para él —Mascullo.
Y ¡Joder! Pueden sentenciarme o tildarme de loco porque ciegamente confío en él, en ellos. Son fuertes, pero ahora que están juntos, parecen indestructibles.
Hellooo, quiero aclarar algo: no están obligados a leer ninguna de mis otras historias, pueden leerlas de manera independiente, lógicamente las cosas que se dicen aquí que igual podrían estar sucediendo en otros libros, se explicarán en algún momento también por estos lares. Así que no, no te obligo a leer todo lo que escribo, tranquilamente y con paciencia puedes esperar, ahora, si cómo yo eres un lector intenso y disfrutas atar cabos y leer desde diferentes perspectivas: Dale con todo.
En estas últimas partes más cosas irán saliendo antes de que Edmun se nos vaya y bueno, esto es un abreboca de la forma oscura y adictiva en la que vendrá Enigmas.
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Espero les guste.
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