El monstruo de la montaña.

"Las personas le temen a lo diferente".

Solía ser aquel lugar, una montaña hermosa en la cual los humanos disfrutaban de comidas preparadas en casa y un tiempo conectados con la naturaleza a pesar del deterioro del planeta. Se organizaban actividades artísticas y educativas para los niños pequeños de parte de las escuelas, algunos llegaban a acampar. Y algunos festivales eran realizados ahí por el consejo de ancianos en la ciudad, que tanto amaba el color verde y morado del bosque.

Era el centro de todo.

Esa montaña sigue siendo un lugar hermoso aun con el pasar de los años y la muerte de los animales. Sin embargo, las personas dejaron de ir, y comenzaron a pasar el tiempo en los parques más cercanos, entretenidos por los electrónicos o videojuegos de la nueva generación. Las actividades de los jóvenes fueron canceladas por algo que iba en boca de varios niños metiches. Y los festivales dejaron de realizarse porque los ancianos comenzaron a temer a las palabras.

El mundo alejó a la montaña, por simples rumores infantiles y algunos estúpidos.

Al parecer, en la primavera del 2008, alguien escuchó los llantos de un bebé en los profundidades del bosque seguido de un rugido animal. Los niños decían que era un monstruo muy pequeño en vez de un niño. Los adultos pensaron que se trataba de alucinaciones, o algún pequeño estaba siendo usado por adultos para secuestrar a los demás y venderlos en el extranjero.

Los rumores corrieron como lobos y cada vez eran peores. Unos dijeron que habían visto un duende, pues el cabello de este personaje era verde como las hojas, aunque yo digo que era más un color vívido y resplandeciente.

Otros dijeron qué tal vez era un vampiro que tomó forma de niño, pues algunos que se adentraron a este lugar vieron a un personaje diminuto con colmillos enormes, pero para mí eran lindos.

Muchos pensaron que solo era un animal desconocido, una nueva especie gigante, pues se rumoraba que tenía en el "rostro" unas cuantas escamas casi invisibles. Jaja, y vaya que eran escamas.

Muchos tomaron ideas de estos rumores para crear nuevas historias. Por ejemplo, el personaje Slenderman que ganó popularidad en el 2009 fue uno de ellos. Al parecer el "extraño ser" que se hallaba en el bosque, tenía una piel tan pálida que tomaba un color grisáceo. Tenía una cola larga y según "secuestraba niños".

Y así fue como el mundo apartó a la montaña de sus vidas por simples mentiras que colmaban mi paciencia. Después de todo, ¿quién entraría a un lugar hermoso donde habitaba una horrible bestia come humanos?

Y la pregunta del millón. ¿Qué es lo que se ocultaba en las profundidades del bosque en la cima de la montaña?

Para el año 2018, 10 años después de la aparición de esta criatura, y con mis 14 años recién cumplidos; los rumores de lo que se hallaba en aquel lugar ya habían llegado a mis oídos como moscas despertando mi interés.

Fue en ese momento que lo supe, a pesar de mi corta edad, pero nunca lo comenté. Tenía varias ideas de lo se trataba todo esto, y pensaba verlo con mis propios ojos aunque perdiera la vida.

"El monstruo de la montaña" era un pequeño y extraño niño huérfano. Independientemente de su extraño color de cabello; sus colmillos y escamas, semejantes a una serpiente; su piel grisácea, como un cielo nublado; y su cola que probablemente le doblaba el tamaño a esa edad; era solo un niño depresivo.

No era humano, pero eso no significaba que fuera un monstruo.

Aquel niño no tenía un nombre oficial, familia, o alguien humano que le hiciera compañía en su vida. Estaba relativamente solo, en medio de un bosque en la cima de la montaña por la que pasaba un río hermoso lleno de hojas fucsia y púrpuras.

—¡¿Es que acaso has perdido la cabeza?! ¡Debemos irnos pronto de aquí! —repetía una y otra vez un joven, dirigiéndose a su amigo con cabello rapado. Al parecer decidieron averiguar que era lo que se ocultaba en el lugar.

¡Jóvenes valientes que se adentraron al fondo de la montaña!

Sin embargo, uno de ellos se detuvo en un árbol a comer unas cuantas frituras y atoró la bolsa en la cima de un árbol, al cual después le cortó varias flores pequeñas de un color morado solo para verlas más de cerca. Al parecer, las personas seguían pensando que las jacarandas de la montaña eran las más bellas.

A pesar de eso, nadie iba a buscarlas, y si lo hacían, huían del lugar en seguida por el miedo a la entidad escabrosa que respiraba el alma de todo aquel que le interrumpía.

¡Dame un segundo! —respondió el joven levantándose de inmediato de aquella roca. Había dejado basura y arrancado flores.

Las personas que llegaban a adentrarse en el bosque, generalmente causaban ciertos desastres en él y eso irritaba al pequeño. Otra cosa que nadie había tomado en cuenta, y es que al niño semejante a un reptil, le molestaba la basura en su territorio.

"¡ROAAAWRR!": Fue lo que se escuchó aquel día desde la copa de un árbol, causando que los jóvenes huyeran del temor con miedo a que les mordieran el trasero.

¿Y por qué en la copa de un árbol? Al parecer, el monstruoso niño de la montaña, tenía permitido consumir los frutos que crecían en los árboles.

Hace más de dos décadas, los humanos habían plantado cientos de árboles de manzano en la montaña. Cuando corrieron los rumores de lo que albergaba en el bosque, la población dejó de asistir para recolectar toda la cosecha y ni si quiera cultivaban más. El pequeño niño había cuidado de aquellos árboles desde entonces, como parte de su rutina.

Un racimo de manzanas cayeron en el pasto, mostrando una cara feliz formada en el verde. Las manzanas estaba intactas, no parecían haber sido dañadas por algún pájaro que intentaría picotearlas.

"Gracias por cuidarme. Toma este racimo como recompensa por tu valentía, pequeño Issei". Ese era el mensaje que transmitía sin palabras aquel gran árbol que daba manzanas como fruto.

Issei, el nombre que fue susurrado cada vez que el aire corría alrededor del niño y movía sus cabellos como si fueran olas, anhelando que la vida de éste fuera eterna y pudiera vivir de una hermosa manera, manteniendo la mira en alto más allá de la montaña.

El pequeño Issei, se posaba todas las tardes en una roca a observar el paisaje debajo de la colina. Veía a los niños jugar todos los días con sus amigos y como sus padres esperaban por ellos hasta que cayera la noche.

—¡Vi un animal gigante! —gritaban un par de niñas.

—¡Es solo un animal! —las respuestas de sus padres siempre eran las mismas.

Un animal, siempre fue visto como un animal desagradable, o cosas peores.

—¡GWAAAA, hay un monstruo en el bosque! Leí en internet que secuestra niños como yo. —Los niños entre 10 y 13 años decían cosas descabelladas como esas, y cosas aún peores.

—¡Eso es sólo un mito, pero ni se te ocurra ir a buscarlo, niño! —eran las palabras más comunes que decían.

Definitivamente era un mito, pues tal cosa monstruosa no hacía aquel niño. En realidad, era lo contrario. Aquel "monstruo" observaba a los niños jugar, anhelando otro tipo de vida, una más humana que probara su existencia completa.

—¿Por qué no soy humano?... Me gustaría no tener una cola y que mi cabello fuera café... —susurraba Issei, rechinando los dientes.

Siempre se hacía las mismas preguntas cuando se posaba en esa roca. Cosas como "¿Yo no tengo padres?", "¿Por qué nadie me hace compañía?", "¿Por qué no salgo de este lugar y conozco el mundo?"; rondaban en su cabeza por horas, al escuchar a los niños decir cosas horribles de él. Nadie humano parecía quererlo, así que no eran humanos completamente.

"No necesitas parecer un humano, Issei. Eres hermoso de esa manera...
Lograrás lo que tú quieras, no importa que tan diferente seas a los demás". Le susurraba el viento, intentando consolarlo.

—¡Agh, pero mi vida no tiene sentido si estoy oculto aquí! —e Issei era del tipo quejoso. Se quejaba con todo lo que se encontraba en el lugar, incluyendo las moscas.

"Claro que lo tiene". Era lo que intentaban decirle las ardillas al lanzarle bellotas en la cabeza para hacerlo razonar.

—Pero me siento solo... —se quejaba nuevamente, poniéndose de pie, apartando la vista de los niños con sus padres.

"No estás solo. No hay humanos cerca, eso es todo". Algo así decían las mariposas al posarse en su cabeza, formando una coronilla de color azul.

—¡Esas son mentiras! —y volvía a contradecir apartándolas a todas bruscamente, dirigiéndose al río—. Yo... solo quiero tener una familia. Quiero tener a alguien que me quiera y me desee buenas noches antes de dormir. Quiero que alguien me ame y quiero amarlo también.

Una familia... solo una familia...
Pues aquel niño apareció una mañana en medio de una cama de hojas, en las profundidades del bosque, sin nadie a su lado. Le habían dado vida a un ser desconocido desde sus entrañas, con la energía vibrante de la montaña. Aunque... por supuesto, nunca supo lo que era tener padres o hermanos ni la compañía de alguien humano.

En la primavera, el niño solía festejar su nacimiento juntando muchas ramas y haciendo fuego hasta que la noche cayera. Y era la mejor época para vestir la ropa que los niños de su edad olvidaban en el parque, como sudaderas o zapatos; tenía que bajar ciertas noches cuando no hubiera nadie alrededor. En verano, pasaba la mayor parte del tiempo nadando en el río y jugando con los peces; pues el calor era una tortura. Y en invierno, se ocultaba con los zorros en las cuevas, intentando mantenerse caliente y sobrevivir.

Había vivido de esa manera muchos años, ahuyentando a todos los humanos que venían a tirar basura o a buscarlo.

—¡No tiren esas cosas aquí! —intentaba hablarles de buena manera, pero al parecer... todos terminaban huyendo como animales veloces al ver su cola cerca.

—¡AHHH, LOS RUMORES SON CIERTOS, CASI ME QUEMA CON LA MIRADA! —repetían en su fuga. Issei sólo miraba confundido y un poco molesto, preguntándose como quemar con la mirada.

Vamos, en ese entonces era un niño de tan solo 10 años. ¿Acaso nadie tomaba en cuenta su actitud cuando les hablaba? ¡Y las mentiras siempre eran tan raras, descabelladas! ¿Cómo fue que la ciudad lo tomó tan en serio? Algo que inventaron los niños y hasta los adultos comentaban, menuda estupidez humana.

~~~

"Que sed", pensaba Issei mientras se agachaba a tomar un poco de agua del estanque junto al río. Al parecer no quería caminar unos metros más para beber algo más claro.

Tomó entre sus dos manos un poco de agua oscurecida. La miró fijamente, ya que el color era extraño desde que un hombre llegó y vació algo raro ahí con malas intenciones. Era un estanque... que se había tornado asqueroso por culpa de alguien ajeno a la naturaleza.

El niño no estaba muy seguro de que era ese extraño color, y tampoco le importaba mucho si lo bebía. Él solo quería acabar con su sed y descansar por un largo tiempo, aunque eso significara ver solo verde en su cabeza.

"¡Detente!": Fue lo que anunció la oruga, cayendo en la nariz del pequeño. "Es agua contaminada, Issei. ¿Es que acaso no te das cuenta de lo horrible que es?", intentaba preguntarle eso mientras se movía hasta su frente.

Ah... —suspiró, dejando caer el agua y bajó con la punta de sus dedos a la oruga, hasta posarla en las ramas de los árboles—. No me di cuenta...

No se dió cuenta... No se dió cuenta...
A pesar de haberla visto tanto no se dió cuenta. El corazón se me estrujo al escuchar aquello.

He pensado... que sería de mí si no hubiera nacido de esta manera... —le susurraba a las flores, esperando y guardaran el secreto de sus penas.

"¿Y por qué no mejor piensas en la gran persona que eres?", le respondían las flores de azahar y los dientes de león cuando se movían de un lado a otro como bailarinas.

—Me he sentido solo... ¿Es que acaso nadie me quiere? Yo... quiero amigos. —se quejaba junto a la rana del estanque.

"Tú eres mi amigo, croc. Has evitado que los niños humanos me lastimen, y por eso te aprecio"; intentaba responderle la rana, mientras brincaba de un lado a otro.

—¿Por qué me tienen tanto miedo? —le preguntaba a los árboles, abriendo y cerrando sus ojos verdes y pestañas grises.

"Eso es porque aún no te conocen, Issei. Si supieran cómo eres en realidad, te aseguro que todos te amarían". Los árboles dejaban caer miles de hojas como mantas, para que él lo entendiera.

—Yo... no tengo nada. ¿Será que no le agrado a nadie por eso? Me han llamado monstruo asqueroso. ¿Será que es por qué soy diferente? Me han intentando cazar y matar. ¿Es por qué doy miedo? —las preguntas nunca cesaban.

"Issei, ¿te arrepientes de estar aquí?

Nos has protegido tantas veces y nosotros te hemos dado un hermoso paisaje, ¿crees que no tienes nada?

No eres un monstruo, ¿has notado el bello color de cabello que posees?

Sí, te han intentado cazar, porque eres diferente... Las personas le temen a lo diferente.

Pero algún día llegará el momento en que alguien se enamore de esa belleza, alguien esperando allí en el mundo, esperando a descubrirte para hacerte una obra de arte en sus notas y dibujos.

No estás solo, ¿es que acaso no nos ves?"; y el viento le dió tantas respuestas intentando alcanzarlo.

Al parecer el pequeño niño, después de escuchar tales palabras a lo largo de muchos años, intentó levantarse el ánimo de la mejor manera que pudo hasta madurar.

—¡Es cierto! Yo, tengo un gran río, y el agua es tan clara que incluso puedo observarme como si fuera un espejo. ¡En el que puedo nadar todos los días del año!

"Yo puedo ver un cielo nublado, un atardecer, un amanecer, y una lluvia de estrellas. Mi mente se conecta con el cielo y me hace sentir en otro mundo. Un mundo mágico en el que puedo ser lo que sea, y vivir como quiera. Y me imagino mi verdadero hogar, junto a las estrellas".

"El viento me susurra cosas magníficas, y me da aliento para que pueda seguir.
Me da vida y sabiduría".

"Los árboles me brindan su fruto y me dejan recostarme en las copas. Me hago uno con la naturaleza, como si volviera al lugar en el que fui hecho".

"Y estoy vivo. Estoy viviendo en el mundo.
Estoy nadando en los cielos, y caminando en el río".

"Estoy observando al mundo seguir, y defiendo a la montaña de las personas".

"Estoy rodeado de vida.... que parece ser más brillante que la humanidad".

"Estoy... en casa".

"Los humanos me alejaron porque mi lugar parecía ser otro. El bosque me acogió, porque yo parecía pertenecer a él".

Issei creció como un buen chico cuando entendió las palabras del bosque, siempre con la cara en alto, y una gran sonrisa. Defendió a la montaña de cualquier bestia o humano que quisiera dañarla, aunque tuviera que mostrarse como un monstruo sin piedad con filosos colmillos que devorarían a cualquiera. La transformación de un diamante en una bestia enorme con el cabello alocado y un espíritu tranquilo.

En el 2021, con mis 21 años de edad, decidí adentrarme a la montaña para buscar a tal extraño dueño de los rumores e ideas de varios mitos. Resguardando mis libretas y armándome de valor aunque las piernas me temblaran.

Y fue cuando lo vi...

Un chico de tan solo 17 años; con cabello tan verde, que podrías confundirlo con un árbol resplandeciente; dientes afilados y piel pálida, semejante a un vampiro encantador; y una cola escamosa tan larga que parecía ser de su tamaño, casi dos metros. Estaba posado en una roca, admirando el paisaje con una expresión nostálgica reflejada por sus ojos verdes sobre el río.

"Estoy flotando".

"Estoy existiendo en un río efímero y hermoso, el cual los humanos llaman vida". —Tal vez él pensaba todo eso en aquel momento, cuando sus pestañas descendían como mariposas en mi mirada. Hasta que oyó un crujir de ramas y decidió atacarme con violencia, recordándome las pocas habilidades atléticas que tenía y mis brazos de espagueti.

Obtuve un par de heridas no muy graves, hasta que se dió cuenta de que nunca contraataqué y decidió dejarme, confundido. Después de muchas preguntas acerca de quién era yo y mi curiosidad irritante, decidimos hacernos buenos amigos extraños.

Comenzó la amistad entre Issei y yo, un columnista chiflado y un chico joven que parecía reptil con problemas de ira.

Salió al mundo, y conoció a cientos de personas tratando de adaptar su antigua personalidad rota. Me mostró que nunca debía temer al exterior, ya que yo, toda mi vida me sentí rechazado por el mundo, alguien que no aportaba nada a la sociedad. Tomándome de la mano para que hiciera frente a todo aquel que le dijera alto.

Para mí, la montaña en la que él vivía, aplicada a mi vida diaria, eran noches de desvelo y escritos sin terminar. Días enteros sin nada en mente, y otros en los que pensamientos sobre monstruos me carcomían.

Las personas, siguen sin apoyarme totalmente con mi trabajo. A él lo siguen rechazando. Y a muchos nos siguen apartando hasta dejarnos en una habitación sin luces.

Pero, al parecer mis trabajos siempre han logrado acogerme. Se siente como si me agradecieran después de todo por haberles dado una razón de existencia en medio de nada. Al igual que él en aquel bosque verde que tanto color poseía. Al igual que un músico que crea una hermosa melodía para sí mismo. Al igual que una madre, quien prepara deliciosa comida solo para sus hijos.

El día de hoy, primavera del 2025, me he dado cuenta de varias cosas importantes que tocaron mi corazón, estoy seguro que también el de él.

Probablemente nadie leerá el escrito que acabo de terminar después de haber entrevistado a diferentes personas y las noches eternas en las que perfeccioné las entrevistas. Pues claro está, que volvieron a rechazar mi escrito como los anteriores.

"Eres muy joven. Tan sólo tienes 24 años en este mundo, necesitas prender más".
Esa fue la forma en la que un "adulto" me dijo: "No te necesitamos, ya hay muchos como tú".

Decidí no parar de escribir hasta encontrar algo realmente bueno, que pueda hundir a los niños y a los adultos en mi mundo de letras. Que puedan llorar, reír, amar, en una sola historia, tal y como él lo hizo cuando conoció a los distorsionados humanos.

La vida no era tan fácil como luce, para todos es complicada en distintos niveles. Algunas cosas "insignificantes" pueden significarse mucho y tornarse hirientes.

Todos estamos en medio de un bosque, por alguna razón desconocida, tal vez solo para vivir de manera hermosa y ayudar a quien lo necesite.

Los niños siempre necesitan a alguien, a quien sea que los quiera.

Y por último...

Issei, sigue sin tener a alguien a su lado, igual que yo. La mayoría le sigue temiendo, así como le temen a mis ideas locas. Él ha estado mucho tiempo solo, y probablemente siga así por un largo rato a menos que yo vuelva a acercarme a su cueva tenebrosa.

En ningún punto de su historia tiene compañía, un verdadero nombre, o una familia. Así como yo no tengo ni una mascota, un trabajo, o familiares en mis contactos.

Está flotando en un mundo desconocido, sin nadie a su lado.

Y a pesar de todo esto, él nunca dirá que está solo, siempre me sonreirá y dirá que todo está bien si yo estoy ahí. A fin de cuentas, está acompañado de una montaña, en las entrañas del bosque.

¿Entonces quién era el extraño ser que vivía oculto en las profundidades?

"El monstruo de la montaña" era un chico extraño que me aterrorizaba con su sonrisa torpe, un chico con un corazón más humano que estos mismos. Incluso más humano que yo, tan humano que me hacía reír con facilidad.

Un "monstruo", que de monstruo... no tenía absolutamente nada.

•••••••••••••••••••••

¡Hola a todos los que leyeron este pequeño intento de cuento!
Mi nombres es Mei, y como muchos sabrán, soy la escritora de esta historia.
( ̄∇ ̄)

Se preguntarán... ¿Ahora que cosa extraña trajo esta persona en vez de actualizar sus otras historias?

Como pueden ver, amo tocar el tema de "personas diferentes rechazadas por la sociedad". En escritos tales como "el árbol de jacaranda en medio del bosque verde", o algunas cosas en mis historias más complejas.

Issei es la representación de un niño abandonado por sus padres; de apariencia extraña, que a pesar de eso, era simplemente hermoso.

El narrador de esta historia es un columnista 4 años mayor que el pequeño niño, que también se podría decir que es un "Nini" rechazado.

Los protagonistas de esta historia siempre están solos. Es el sentimiento del que quería escribir, "Soledad".

Como algunos habrán notado, hay una parte en el cuento, donde Issei está por quitarse la vida. Él sabía mejor que nada que "el estanque" estaba contaminado.

Necesita a alguien que lo apoye, necesita una familia.
Después de mucho tiempo, se da cuenta de algo más valioso.
Está vivo, y vive protegiendo a algo más grande que él, eso es lo que hace hermosa a su existencia.

El método de escritura es diferente a lo que usualmente escribo, ya que me metí en el papel de alguien más, así que me disculpo de antemano por este cambio tan drástico.
Por supuesto, mis tramas extrañas nunca dejarán de ser.

¡Espero y podamos leernos en otra aventura! <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top