ⅩⅩⅤ: Tórrido nirvana

Día 568

―Más despacio que estoy incapacitado ―protestó JungKook siguiendo al pelirrojo que solo negó para aumentar un poco más la marcha que llevan.

―Vamos pequeño luna, tu fuiste quiso salir a conocer el lugar y recuerdo muy claramente que querías salir a trotar, así que ahora te aguantas ―TaeHyung canturreo marcando la delantera e ignoró los quejidos y súplicas de su pareja para que se detuviera.

Pero en verdad quiere llevarlo a esa zona resguardada que exhibe todo su esplendor durante las horas de la mañana en donde aún no ha terminado de amanecer. Así que si debe arrastrar a Makris hacia ese lugar lo hará.

Aunque de hacerlo, caerá en el juego sucio del rubio que camina a pasos pesados mientras exhala con pesadez.

―Dímelo cuando sientas que tu trasero ha sido desgarrado ―se quejó manteniendo su atención en los fuertes brazos expuestos por la camisa oscura sin mangas que usa D'Angelo en conjunto con un pantalón a media pierna a juego, lo que le permite ver el bonito color canela que posee su piel.

La cual resalta por el rojo de ese cabello que exhibe un precioso mechón grisáceo. Cada particularidad de TaeHyung lo atrae.

De la misma forma en que la fauna circundante acaricia su piel caliza y contrasta con los fuertes colores de las flores de hojas grandes y salpicadas por suaves pecas oscuras de las cuales se desprende un dulce néctar que bordea el camino central por el cual TaeHyung lo guía.

―Tu eres quien siempre se queja por recibir más, así que ahora te aguantas ―devolvió el pelirrojo con una gran sonrisa de corazón―. Además, es imposible que sientas dolor a este punto, exagerado ―todo se debe a la acelerada sanación que poseen.

Incluso durante la tarde anterior en la que se sumergieron varias veces en medio del éxtasis marcado por la dulzura y la fiereza ocasionada por el encuentro de sus cuerpos, los sucesivos encuentros pudieron ocasionar cierto desgarro en el interior de JungKook, de la misma forma en que los músculos de sus piernas debido a la fuerza con la que lo penetraba, terminaban rompiéndose, añadiendo mayor placer en la medida que cada tejido separado con absoluta rapidez volvía a unirse dejando el remanso de suaves cosquillas.

Por lo que es imposible para ellos incluso sentir incomodidad después de tener sexo. Es parte de sus organismos y la mayor característica que define sus esencias inmortales.

―Déjame imaginarme que aún siento ese dolor en mí después de lo animal que fuiste ayer, así te lo haya pedido varias veces ―respondió, inclinando su rostro hacia la cúpula celeste eclipsada por el sol que baña sus cuerpos.

Ya que el sendero por el que transitan, aunque no está desprovisto de inmensos árboles, sus copas no crecen de forma horizontal sino que lo hacen de forma ascendente hacia el cielo. Lo que resalta la belleza del sendero que llevan recorriendo desde hace unos minutos.

Luego de pedirle a TaeHyung que le presentará la demarcación que fue su hogar durante el pasado en el que estuvo refugiado en Elara.

―Y yo te dije que justamente después ibas a quejarte ―bufó sin dejar de sonreír porque JungKook suele ser predecible en esas situaciones y ama seguir viendo esa faceta que no ha cambiado.

―Si ya lo sabes ¿Entonces para qué lo haces? ―preguntó admirado por los preciosos rizos de luz rojiza que acaricia el cabello de TaeHyung debido al sol que cae sobre ambos.

Su piel canela resalta y su fuerza al caminar lo hacen sentir nervioso, porque lo lleva a recordar aquellas tardes cuando aún eran dos pequeños amigos inocentes y él constantemente se perdía viéndolo caminar a lo lejos. Siempre ha tenido esa fascinación por ver la cadencia de sus pasos, el movimiento de sus brazos que siguen el compás de sus piernas, aunque a veces ni siquiera los mueve. Como si nada pudiera atravesarlo y la gravedad en lugar de sostenerlo, simplemente fluye a través de D'Angelo a voluntad.

Encuentra hipnótico ver la decisión que imprime en su caminar sin llegar a ser ruidoso, a menos que quiera resaltar su presencia, los pasos del Lucem son totalmente silenciosos, lo que lo hace aún más peligroso.

Son tantas y absurdas razones por las cuales está enamorado de TaeHyung D'Angelo.

―Si no quieres que lo vuelva a hacer me abstendré ―el suave y escandaloso grito del rubio se hizo oír al mismo tiempo que decía lo que ninguno de los dos va a cumplir.

―No hay que tomar medidas tan extremas ―aclaró JungKook, cerrando sus ojos al darse cuenta de lo que TaeHyung sigue haciendo con él al sustraerle su voluntad.

Desde pequeños, y aunque D'Angelo puede afirmar que quien lograba manipularlo para que le concediera cada capricho era él, no es del todo cierto. En realidad, JungKook cedía a lo que TaeHyung quería pero que no decía a viva voz, pero en el fondo, Makris en esa mirada de plata reconocía la verdad y le presentaba ese deseo al pelirrojo como si fuera propio.

Cuando solo quería complacerlo a partir de esas pequeñas acciones que disfrazaba como caprichos. Aunque, también estaban aquellas situaciones en que TaeHyung pone sus palabras en su contra para finalmente, llevarlo a esa instancia donde no le queda de otra más que aceptar contra lo que alegaba en un inicio.

―En verdad, te amo con mi ser, JungKook Makris ―confesó frente a los recuerdos que el rubio le está transmitiendo y ambos continuaron avanzando por el sendero dominado por flores preciosas y una complicidad mutua que brilla en sus corazones.

En cierto momento llegó a pensar que la manifestación de ese vínculo que ignoro por tanto tiempo, para los dos iba a ser incómodo de gestionar. Ya que el enlace que diferencias sus flamas de poder es nulo, y el velo entre sus mentes es bastante indeleble, casi que incorpóreo, por lo cual, el acceso de una a la otra puede ser traspasado sin dificultad alguna.

Sin embargo, allí es donde ambos descubrieron la necesidad de imponer un bloqueo que aislé sus conciencias, ya que, en ocasiones y sin quererlo pueden adentrarse ante el solo pensamiento que evoqué la presencia o el recuerdo del otro Celestial y captar lo que en ese momento querían preservar para ellos. Por ello la necesidad de esa primera barrera que solo se cruza cuando el contrario permite el acceso completo.

Una variante que no han utilizado demasiado, porque después de todo cada uno dispone de su propia individualidad. Por lo que ese enlace lo utilizan para compartir mutuamente sus sentimientos o pensamientos fugaces.

―Eres parte de mi razón de vida, TaeHyung D'Angelo ―respondió JungKook encantado por esa etapa que están viviendo desde una posición madura y transformada a partir de lo que cada uno tuvo que vivir.

―¿Y la otra parte a quien o qué involucra? ―D'Angelo cuestionó solo con el propósito de molestar a su adorable Tenebrae que resoplo molesto a la vez que juraba nunca volver a ser expresivo con él.

―Luego dices que el que mata los momentos románticos soy yo ―se quejó riendo de forma silenciosa mientras sentía la plenitud atravesarlo completamente.

Es un estado de exaltación y absoluta calma que se unen cada vez que está alrededor de TaeHyung.

―Lo aprendí de ti, así que siéntete orgulloso Makris ―al anticipar que están a poco de llevar, giró su cuerpo para ver a su preciosa pareja vestido de la misma forma que él, con sus preciosas runas expuestas en sus brazos, sus mejillas sonrojadas y mirada evasiva por la timidez que solo muy pocos conocen de JungKook.

Esa preciosa sonrisa fue el mayor eclipse de ese inmaculado rostro de piel nívea y orbes celestes que brillan por la acumulación del amor que enardece en sus cuerpos.

El amor los atraviesa y une sus corazones por medio de un filamento diamantino que perforó sus cavidades para conectar amor extremos que ya no pueden concebir una vida que no sea compartida.

―Me tienes tan jodidamente enamorado ―confesó JungKook con una sonrisa boba.

Sin dejar de caminar y aunque sabe que no debe preocuparse porque el pelirrojo pueda caer, debido a que su mente constantemente está desplegada para guiarlo y mostrarle todo lo que hay a su alrededor, no puede evitar estar atento a lo que está a sus espaldas gracias a la acción de su visión remota que sólo puede extenderse en una corta distancia por el bloqueo energético de Elara.

―¿Y también te jodo muy bien, no crees? ―TaeHyung está disfrutando en demasía de esos momentos en los que logra sorprender a JungKook por un descaro que no siempre exhibía y que con el paso de los años se consolidó en su comportamiento.

―Vete al carajo, D'Angelo ―el de orbes celestes se quejó una vez más y un suave mohín derritió al Celestial que sin contenerse fue hasta él y sostuvo su rostro con delicadeza para atrapar sus labios en un dulce beso que los hizo suspirar.

El deseo enlazado al placer de sentir sus reparaciones unidas, sus latidos sincronizados y el movimiento rítmico de sus labios que tan solo se rozan antes de poseerlos de nuevo con una mayor profundidad. Ambos están adheridos a la esencia contraria y se sienten plenamente dichosos de gozar de una nueva oportunidad labraba desde mucho antes, incluso el día que terminaron, ya estaba pactado para que en el transcurso del tiempo sus caminos volvieran a encontrarse.

Y esta vez con mayor fuerza, tan imparable que su unión ya no podrá ser deshecha.

―Ven conmigo, Chiaro di luna ―animó TaeHyung a JungKook que asintió a su propuesta.

Totalmente encantado y un poco embobado por el beso que le dio. Para Makris solo basta una caricia de parte de TaeHyung para sentirse perdido en él.

JungKook no puede hacer más que solo seguirlo. No le interesa lo que el porvenir tenga preparado para ellos, porque aunque batallas y contiendas sobrevengan en Caelestis, tiene plena convicción en que podrá enfrentar cada pérdida si tiene a D'Angelo a su lado. Él es la dosis de cordura que necesita y su inamovible roca a la cual aferrarse en los tiempos turbulentos que próximamente van a arribar hacia ellos.

―Me tienes desde temprano aguantándome la emoción ―reanudaron la caminata con sus manos unidas y tan cerca uno del otro como fuera posible.

―Es parte del misterio de Elara que quiero que observes ―respondió TaeHyung compartiendo la expectativa que los inunda.

En específico a él por presentarle al rubio su hogar y la demarcación que Neclum le entregó como un legado a su último elegido.

Elara, aunque le cueste reconocerlo, es su territorio. No solo por ser el patrimonio del Elter de Lucem quien lo seleccionó a él como sucesor para resguardar y defender ese lugar, sino que la misma extensión natural sobre la cual caminan lo designó como su nuevo regente. Además, del Celestial al que cuidan en las profundidades, TaeHyung se suma como el protector a quien le fue heredado el inmaculado espacio que obedece su sabía voluntad.

Por ello, es que JungKook pudo ingresar, primero por su voto de confianza y luego por la prueba que instauró el ecosistema de Elara para determinar sus intenciones que al estar vinculadas a TaeHyung fue innegable su acceso.

―No soy bueno esperando ―protestó JungKook y elevó sus cejas para remarcar un hecho que no es ningún secreto―. Igualmente no eres quien está cargando la pesada mochila que dejaste a mi cargo ―en realidad fue él quien sugirió la idea de llevarla con comida, ropa y algunos utensilios que pudieran necesitar, para así prolongar la estadía en el lugar al que aún no lleguen.

Y que según las únicas indicaciones de D'Angelo, sería propicio hacerlo ya que perderían el tiempo yendo y viniendo. Lo que lo animó aún más a preparar todo a muy temprana hora de la mañana.

―¿Tengo que recordar quién fue el que dijo que la llevaría? ―molesto empujando con su cadera el cuerpo del rubio que protestó en medio de una contenida sonrisa que compartieron durante el avance―. Pero si quieres que la lleve no tengo problema.

―Ni se te ocurra D'Angelo ―demandó mirando con intensidad el rostro que le devolvió la ironía retratada en una sonrisa―. Uno ya no puede hacer su drama tranquilo ―infló sus mejillas y dejó ir el aire contenido en su boca producto de la carcajada que hormigueo desde su estómago por la inmensa felicidad en la que está inmerso al lado de su pareja.

Al lado de TaeHyung D'Angelo, Saenon y Krono de Lucem. Último heredero de Neclum y el amor eterno de su inmortal existencia.

―¿Venías muy seguido hacia el lugar al que vamos? ―JungKook retomó la conversación después del cómodo silencio en el que cada tanto se sumergen por el placer de escuchar como la naturaleza danza a su alrededor.

El viento agita las hojas de los árboles que desprenden un acogedor aroma a algodón, en sintonía con los cánticos de los pequeños pájaros que no se dejan ver más allá de su presencia susurrante en medio de sus escondites y nidos. Las pequeñas formaciones de energía que poseen conciencia, los han estado acompañando durante su trayecto. Aportando sonrisitas tímidas cada que su pareja las observa, o incluso él les envía minúsculas formaciones de plasma y responden con emoción al jugar con las pequeñas esferas que duran activas durante varios minutos.

―Tal vez suene fantasioso lo que voy a decir ―dijo TaeHyung, desviando brevemente su mirada hacia el suelo de tierra rojiza al recordar las veces que tránsito por ese lugar con una única meta trazada en sus pensamientos y la suave caricia del pulgar ajeno sobre el dorso de su mano, lo animó a confesar la verdad que lleva el nombre de JungKook.

―Entre tu ácido humor y tus comentarios de doble sentido, sé que eres un romántico hasta el tuétano ―expresó JungKook balanceando sus manos unidas, sonriendo con tanta dicha por estar así, tan juntitos y a su lado.

―Siendo así ―tarareo el pelirrojo―. La primera vez que llegué al lugar al que nos dirigimos, no lo hice de forma consciente sino que la misma naturaleza guio mis pasos. En especial las pequeñas formaciones de magia ancestral que nos siguen ―indicó señalándolas y en respuesta chillaron para luego esconderse detrás de los troncos de los árboles y evitar ser vistas.

―¿No debería ponerme celoso, cierto? ―JungKook molesto a los bonitos seres de energía que de nuevo gritaron para negar sus palabras.

―Uno nunca sabe ―bromeó TaeHyung, deteniendo el movimiento de sus manos para volver a acariciar con sus labios la piel caliza de la mano de JungKook que jadeo indignado por su duda.

TaeHyung lo jalo solo un poco para tenerlo más cerca y poder estirarse hasta alcanzar la sonrisa de bonitos labios que beso cortamente, antes de hacerlo girar a la izquierda y sumergirse en el último tramo que deben recorrer.

―Una vez que me trajeron hasta aquí y cuando ingrese a la reserva que quiero mostrarte, lo primero en lo que pensé fue en ti ―confesó D'Angelo con su mirada al frente mientras su memoria reproduce su versión pasada que tránsito por ese mismo camino en medio de un estado totalmente abatido.

―¿Por qué? ―JungKook sintió la fuerza de sus latidos como un potente susurro detrás de sus orejas por el amor reflejado en la mirada grisácea que brilló aún más frente a su pregunta.

―Porque sé cuánto amas encontrar espacios naturales que son consagrados como santuarios ancestrales y que se mantengan ocultos en su mayoría ―respondió TaeHyung mirando a su bonita y sonrojada pareja que dejó de verlo producto de la timidez que ama causar en él.

―Además, te sentía presente, tan afianzado a mi alma que era como si estuvieras aquí, aunque no era más que mi necesidad de sentirme cercano al ser más importante de mi vida y que por una desafortunada decisión tuve que alejarlo ―volvió a decir con la amargura elevando sus labios en una desabrida sonrisa que hizo doler el corazón de JungKook.

Porque ahora comprende todo a lo que D'Angelo renunció y los difíciles tiempos que tuvo que pasar por su cuenta, por sus acciones.

―Yo por más que luchaba por erradicar tu presencia o los restos de ella de mi vida, fracasé en cada intento porque ni durante todo este tiempo dejé de sentirme cercano a ti. Así con mi actitud demostrará lo contrario, solo lo hacía por el desespero de dejar de sentir lo que sentía ―confesó Makris.

Ambos con su atención depositada en medio de la naturaleza que sigue reluciendo solo para ellos.

―Yo por más que pensé, luego de un tiempo, que podría dejarte ir y continuar con los efectos de mi decisión, solo fingí poder hacerlo y luego el engaño se vuelve contra uno, porque es uno mismo quien lo cree pero ante cualquier atisbo que marcará tu presencia estaba pendiente solo bajo una excusa ―el suave apretón sobre su mano, le confirmó a TaeHyung el pensamiento compartido que JungKook vivió de la misma forma en que él lo hizo.

―Tratamos de sobrevivir al vacío que dejamos en la vida contraria, cuando solamente podía ser sanado por quien lo causó desde un inicio ―concluyó el rubio con su mirada celeste en la contraria.

Al mismo tiempo, sobre sus remordimientos y penas, un emergente sentimiento de liberación se desprendió para colmarlo de tranquilidad frente a la conciliación entre el pasado que no puede deshacer, pero con la proyección hacia un mejor futuro determinado por lo que ahora, en ese instante y bajó las circunstancias que disponen, de laborar el presente que se les otorgó como una bendición.

―¿Tú entrenamiento fue agotador? ―cuestionó JungKook sin poder retener la mayor duda que incrementó producto de las referencias de D'Angelo sobre lo que allí vivió.

Cambiando su foco atencional hacia lo que aún no se había atrevido a tocar.

―Al inicio todo es absolutamente desgastante, así como lo fue empezar nuestro primer proceso de preparación y entrenamiento ―manifestó organizando sus ideas para complacer la necesidad de su pareja que lo miró con grandes y brillantes ojos interrogantes que piden más detalles de los que está dando―. Se trata de crear un hábito que para mí fue desgastante porque estaba solo y en muchos momentos creí no poder soportarlo más.

››No era como si todo el tiempo tuviera que entrenar. Lo más fácil fue al inicio ya que eran pruebas físicas y ahí tu recuerdo estuvo presente, porque eras tú quien siempre quería enseñarme técnicas que me llevarán a ganar un combate en pocos movimientos, así que fuiste fundamental en esa etapa. O bueno, tu recuerdo lo fue.

―No es como si no fueras uno de los mejores en combate y sobre todo con espadas ―alardeó JungKook sobre la modestia del pelirrojo al hablar de sus habilidades.

TaeHyung en el pasado así odiara los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, siempre destacaba por su agilidad y fuerza al derribar a su oponente. Lo que después encausó en su gusto particular por las armas que requieren la transmisión de plasma para funcionar y tener mayor potencial de impacto, en especial, las espadas que domina a la perfección.

―Tu eras el de los golpes y yo el de la diplomacia ―respondió TaeHyung, complacido por volver a presenciar esa necesidad que JungKook siempre ha tenido de exaltar cada una de sus habilidades.

Desde pequeño hasta la actualidad sin importar lo que pasó entre ambos y las discusiones que habían en medio, Makris nunca dejo de reconocer quien era y el poder que poseía. Asimismo, D'Angelo profesaba una gran admiración por la superación del Saenon.

―Nos seguimos complementando ―reconoció con un guiño dedicado a el de orbes grisáceos que negó con una encantadora sonrisa que lo contagió―. ¿Y después vino lo complejo? ―retomó la conversación previa.

―Sí, luego fue un constante ir y venir hacia al plano astral donde Neclum constantemente me sometió a distintas pruebas que buscaban elevar mi nivel de energía y la conexión entre mi flama y centro de poder ―reveló él―. Cada una de las partes que compone el núcleo de cada Celestial, para mí fue un impulso de dos distintas jerarquías.

››Como Saenon y Krono, el vínculo interno del núcleo debe estar perfectamente equilibrado, ninguno de los dos polos puede obtener más energía o poder que el otro. Después de todo son dos lados distintos que en mi habitan y que potencian mis habilidades. Por lo que ese fue el mayor reto, mi esencia cósmica, mi esencia incorpórea una vez tras otra fue sometida constantemente a diversas pruebas que excedían mi capacidad interna para controlar ambas magnitudes.

››En especial, el desgarro que sufrió mi mente en una de esas ocasiones, fue mucho peor que el colapso del cual me rescataste ese día. Tanto así que estuve inconsciente por una semana, mientras mi cuerpo y mi mente volvían a enlazarse y de esa forma descubrimos o Neclum se dio cuenta que la mejor forma de entrenarme era someterme a cortos periodos de tiempo de no más de tres días, donde mi cuerpo estuviera inerte y mi mente y espíritu fueran sometidos y entrenados.

―¿Así que debías estar inconsciente para que tu esencia incorpórea fuera quien aumentará su nivel de poder y que tu cuerpo no saliera lastimado? ―JungKook concluyó en una cuestión que le dirigió a TaeHyung al mirarlo y en ese suave asentimiento la respuesta llegó.

De la misma forma en que un sórdido ardor se anido en su pecho al recrear ese escenario que D'Angelo experimentó sucesivamente hasta que la evolución final se presentó a través de la finalización de su periodo de maduración. Uno que fue mucho más extenso que la gran mayoría de Celestiales y Regnandi Magus.

―Se que compartimos nuestro dolor, pero no quiero que te culpes por lo que debí vivir ―TaeHyung interrumpió el caos en el que su pareja está adentrándose por el peso del desespero del pasado que cada uno debió asumir―. Era la única forma de alcanzar mi nivel máximo, que al parecer sigue incrementando, pero en ese momento, voluntariamente cedí a lo que Neclum me advirtió. Sin importar cada una de las pruebas y heridas que eso significó para mí, el hecho de hoy estar así contigo ―indicó levantando sus manos unidas para enfatizar sus palabras―. Le da sentido a mi pasado, uno que también condene.

―Lo sé y lo reconozco ―habló con cierta dificultad alojada en su garganta por la fuerza que imprimir para mantener la estabilidad en su voz―. Es solo que me duele saber que tuviste que vivir completamente solo un proceso desgastante y en verdad doloroso. Así no debía haber sido ―porque él podría haber estado a su lado durante los momentos en que su fatigada alma le pedía un descanso o tan solo un abrazo familiar para compensar el escozor por los golpes en su piel.

Apoyo y contención que no pudo brindarle.

―Mis madres estuvieron presentes en ese proceso. No en cada etapa, ni mucho menos en las finales, pero no estuve tan solo ―el pelirrojo espera que ese señalamiento sea un consuelo para Makris. De forma inútil espera que lo sea.

―¿Pero por qué debías estar aislado? ¿Acaso tener a tu familia presente era una desventaja? ―el Saenon se sacó de la ecuación, porque comprende que TaeHyung no lo dejó bajo la excusa que le dio en el pasado sobre la necesidad de enfocarse en su entrenamiento y liberó el factor más importante.

¿La presencia de Selene y Amelia eran un conflicto para la preparación de TaeHyung?

―Si y no ―contestó con una mueca en sus labios―. No había una prohibición sobre quien o quienes podían estar presentes porque para mí no era un riesgo, sino para ellas en este caso. Porque de presenciar toda mi transición hacia lo que creíamos y era mi ascensión final, mis madres hubieran sufrido al verme como estaba e incluso hubieran intervenido para entorpecer lo que debía hacer y que yo asumí con total disposición.

JungKook asintió varias veces al asimilar la verdad que él incluso sintió como propia, porque de haber podido estar junto a TaeHyung durante ese tiempo, cree que no soportaría verlo tan débil por algo que hubiera catalogado como innecesario. Sin embargo, sí lo era, porque es el destino de la grandeza que se le otorgó desde su concepción.

―Creo que yo tampoco hubiera soportado verte así ―murmuró un poco apenado por ver que su enojo escaló rápidamente sin una razón consecuente y fue aplacado con la misma velocidad por la razón que precede esa única solicitud de aislamiento que en su lugar favoreció a ambas partes implicadas.

―Sé lo difícil que iba hacer para todos, así que esa fue la mejor opción ―concluyó TaeHyung, apretando la mano de su pareja que le sonrió con cierto dolor en su mirada de cielo, el cual quedó suspendido entre sus labios por la variación a la que se adentraron.

Justo en ese momento el descubierto panorama por el que transitaban cambió. Los inmensos árboles de ramas ascendentes comenzaron a estirarse y curvarse en lo alto, formando una cúpula como las sucesivas que en los bosques de Elara es una muestra característica.

Sin embargo, la diferencia de esa zona radicó a unos metros más adelante. Conforme a su avance la luz del sol de una naciente mañana comenzó a perderse bajo la espesa cúpula formada por las ramas solidificadas, como si hubieran sido esculpidas en piedra oscura. Las terminaciones de las copas de los árboles forman una cúspide sólida, donde las hojas están fundidas en la prominente formación de la curvatura que forma un túnel sobre ellos.

Un gran armazón natural que roba luz del sol, impenetrable y misterioso. Dejando a sus sentidos desplegados para ver el camino por el que transitan hasta que la tímida luz interior comenzó a encenderse desde lo alto. Precisamente las hojas adheridas a la sólida unión de las ramas de los árboles, las cuales están encapsuladas, fueron encendiéndose conforme sus pasos se hicieron oír como la única fuente sonora que logra perturbar la cápsula que aísla el interior de cualquier sonido exterior.

―Es una bóveda natural que por el espesor de los árboles cincelado en arcos, repele el sonido y cualquier fuente externa, y en este caso, somos nosotros y nuestros pasos los que ocasionan esta reacción en cadena ―inclinó su rostro para que JungKook mirara las tenues luces que se van encendiendo a medida que avanzan.

―Es impresionante ―susurró, totalmente encantado por las sorpresas que Elara posee y que lo deslumbró aún más cuando bajó su mirada hacia el suelo que lo mareo brevemente al observar el potente ónix que lo recubre.

Formando una capa brillante aportado por la piedra natural y las leves luces que llegan desde lo alto, sobre el espesor del negro que lo confundió al creer que caminaba sobre agua alquitrana.

―Tuve la misma sensación la primera vez que lo vi ―comentó TaeHyung sonriente por la admiración que tiene a Makris embelesado sin poder modular más que pequeños jadeos de admiración.

―Es como si estuviéramos andando en algún rincón del Cosmos, totalmente vacío y oscuro que solo es iluminado por las distantes estrellas ―asemejo el túnel por el que avanzan con la soledad que abunda en el Universo.

―Y aún hay más por ver, Chiaro di luna ―apremio a que acelerarán sus pasos, provocando que las luces en lo alto de los árboles encapsulados se encendieran con mayor fuerza y a la misma velocidad marcan en su carrera.

Oh, por favor, JungKook no pudo asimilar la inmensa caverna que vislumbro a la distancia desde la entrada hacia la depresión interna por la cual se puede acceder a través de una inmensa escalera que contempló al arrastrar a TaeHyung con él.

Al llegar al borde, contemplo la gran abertura que da paso al inicio de la escalinata en forma de caracol que asciende hasta el centro del lugar que es iluminado por un tenue luz celeste. Incluso sintió sobre su piel el suave rocío del agua que cae a través del espacio central de los escalones que están cimentados sobre la pared rocosa.

―¿Podemos bajar de una vez? ―cuestionó con grandes ojos emocionados que TaeHyung beso con delicadeza por la ternura que lo invadió antes de llevarlo consigo a través de la escalera que está cubierta por un velo de agua que cae desde lo alto.

Según lo que JungKook pudo apreciar, cae desde la parte superior, como si emanara del techo.

―Es así, el agua se filtra desde la superficie y de alguna manera termina erosionando la roca para filtrarse y caer hacia la reserva interna que nos espera ―D'Angelo aclaro la duda que vio en la mirada que JungKook le dirigió para obtener una explicación que no demoró en darle.

―Te amo mas allá de lo que puedo comprender ―expresó Makris, encantado por los claros y plateados orbes de TaeHyung que sonrieron por su declaración que sello con un delicado beso y una nueva invitación a continuar el descenso que les tomó unos cuantos minutos culminar.

―¿Me estas llevando al centro de Caelestis a este paso o que carajos? ―bromeó JungKook al ver que aún no llegan al lejano suelo que comenzó a ser más claro y definido cuando TaeHyung jalo su brazo para bajar con mayor rapidez.

―Te sorprenderías de ver la tumba en la que está consagrado el cuerpo de Neclum ―respondió con una sonrisa burbujeante que resonó en las paredes lluviosas del lugar.

La risa del rubio se cortó por su agitada respiración al visualizar el edén frente a él. Giro su rostro para buscar la mirada de plata que ya lo estaba observando y que soltó su mano para que fuera él quien explorará el lugar.

Desde la superficie a través de una pequeña grieta la luz del sol cae en medio de una construcción circular que protege un inmenso árbol de hojas plateadas contenido en el interior de una base de piedra pulida y tallada con grabados ancestrales, la cual contiene el agua cristalina que proporciona el sustento para su vida. A la vez se abre en un nuevo espacio acuoso que lo rodea como un canal de forma circular que es delimitado por el acceso principal de piedra y altas columnas que ascienden hasta la superficie de la bóveda rocosa.

Un patrón que alterna entre un círculo de agua y otro de piedra, el cual tiene tres niveles de acceso hasta la parte central que exhibe un único ejemplar natural que nunca había llegado a observar.

―¿Sus hojas poseen ese color o en realidad es plata pura? ―fue lo primero que JungKook le preguntó a la presencia de su pareja que se acercó lentamente hasta el inicio de los seis grandes círculos delimitados por las formaciones alternas entre las bases de piedra y columnas, y las otras de agua pura, que son eclipsadas por la magnificencia central.

―Mi cielo, es lo que quiero que descubras, que reconozcas todo lo que hay aquí y cada recuerdo tuyo que reposa en el silencio de estas paredes que le dedique a tu nombre las veces en las que el dolor de tu ausencia no me dejaba en paz ―confesó TaeHyung abrazando por la espalda el cuerpo del Tenebrae que acaricio sus manos con las impropias.

JungKook cerró sus ojos y se apoyó sobre el abdomen que tiene detrás y le solicitó a TaeHyung el acceso a las memorias que compartió en ese espacio lleno de soledad y remordimientos, los cuales lo atravesaron en una veloz reproducción en la que D'Angelo sintetizó cada experiencia y le dio la total libertad de explorar los recuerdos que formo allí hace varios años.

Las lágrimas como consecuencia inevitable ardieron al interior de sus ojos cerrados que danzan entre el recuento de reminiscencias que dibujan a TaeHyung en diversos momentos y en distintos estados emocionales que lo colmaron de la desesperación que lo ahogaba cuando sus alaridos retumbaban en la paredes producto del desespero de haberlo dejado. Aquellos donde la cordura lo arropaba y frente a su reflejo en el agua mientras trataba de aceptar lo que se repetía una y otra vez hasta que la agonía volvía a arroparlo y explotaba en ira contra las paredes que gracias al rocío del agua se llevó la sangre que sus puños estrelló contra la superficie. Luego el más inquietante silencio, carente de respuesta más allá de su audible respiración en medio de la contención del árbol en el que hallaba refugio durante horas.

Un suave quejido brotó de los labios de JungKook por la fracción final de un recuento extenso en el que alumbró su mayor temor. Las experiencias agotadoras de su arduo entrenamiento fue lo que se repitió una vez tras otra, como un ciclo que vio transformarse, desde una pequeña semilla agónica que germinó en un aura imponente que doblegó la pureza de una demarcación que ahora le brinda respeto.

Pero allí en medio del poderío que dominó, entre esas paredes la soledad se consagró en su vacía mirada porque no tenía a quien compartirle el calvario que carga por haberse convertido en el último elegido del Elter de Lucem.

―Este lugar presenció cada una de tus facetas desde la más desgarradora hasta la absoluta tranquilidad pero sin llegar a ser feliz Tae. ¿Entiendes lo que eso representa? ―bramó en medio de un lamento al abrir sus empañados ojos hacia un panorama que perdió la magia que poseía al conocerlo a través de los lamentos que el pelirrojo enterró en ese lugar.

Su eterno amor ha dado todo de sí, una y otra vez, a lo largo de su vida, debido al designio que se le otorgó bajo esa marca de sol que lleva en su cuello y que lo impulso años más tarde a alternar en dos distintas jerarquías que le han quitado más de lo que le han dado. Más allá del poder y habilidades nunca antes manifestadas para un Lucem, D'Angelo se entregó hasta el punto de dar su vida por una causa que lo llevó a renunciar a la felicidad que parece esquivarlo.

―¿A qué te refieres, Chiaro di luna? ―preguntó apoyando su frente en el refugio de cálidos cabellos dorados y llevó sus manos unidas hacia el pecho del rubio que se quejó tratando de contener las lágrimas que de sus orbes comenzaron a brotar en sincronía.

Los dos entregados al sufrimiento del pasado que TaeHyung acaba de revivir y JungKook de conocer.

―La felicidad fue el precio que entregaste como retribución al poder que Neclum te heredó, pero que él nunca te exigió dar. Solo fueron las circunstancias que te empujaron y tu creíste merecer ―murmuró en un suave hilo de voz por el llanto que inunda su rostro y las lágrimas ajenas que se deslizan a través de su nuca.

Los dos aferrados al cuerpo contrario para liberar el suplicio que los condenó.

―Es lo que creí que él esperaba de mí ―D'Angelo afirmó la falsa creencia que durante un tiempo fue su guía―. Pero fue la más grande ofensa hacia Neclum, porque hasta hace poco fue él quien volvió a llevar mi camino hacia el tuyo.

Los dos encaminados hacia la redención que deben aceptar para el alumbramiento del provenir.

―Y de mi lado no vas a volver a alejarte, aunque fuerzas más allá de nosotros osen irrumpir en medio de nuestra unión, cruzaré los abismos necesarios para volver a tenerte entre mis brazos ―proclamó JungKook―. Es mi juramento, TaeHyung D'Angelo.

―Haré lo que sea necesario para que nuestro futuro no habite en medio de sombras ni sangre de guerras venideras. Solo seremos tú y yo en nuestra eternidad ―TaeHyung completó la promesa que se asentó en la profunda unión de sus flamas y sus almas se consolidaron reinantes de la contraria.

Sus latidos coordinados fueron la respuesta que les regresó la calma y sus manos se unieron, después de deshacer el apretado abrazo en el que perduraron por varios minutos, en medio de un cómplice silencio cargado de sonrisas que motivaron sus pasos hacia la maravilla central de la caverna.

Avanzaron hacia el primer círculo de piedra que flota con extrema solidez sobre el agua, producto de la firmeza otorgada por las columnas. Y a su vez cada círculo de piedra tiene cuatro bases distribuidas a lo ancho de su circunferencia que permiten atravesar el aro de agua que da paso de nuevo a la roca sólida del suelo que se repitió varias veces más hasta que llegaron al último nivel.

―Puedo ver que las hojas son de plata pura ―JungKook expresó con admiración.

De pie sobre la última circunferencia de piedra, que en lugar de poseer las mismas bases para atravesar el agua, estas descienden en pequeños escalones que se pierden bajo el agua de la fuente central que contiene el sagrado árbol ancestral.

―En realidad no es plata, es rodio. Lo que aumenta la rareza de un árbol que brota de una semilla plateada y brillante que en convergencia con el agua de este manantial, brota el único ejemplar que estás viendo ―explicó el pelirrojo.

―Por eso está preservado en este lugar ―comentó con asombro por estar presenciando una rareza natural.

―Y ese mismo pensamiento fue el que me motivó a traerte aquí desde hace mucho tiempo atrás ―expresó D'Angelo, trasladando su mirada del árbol semejante al brillo que en ocasiones adquieren sus ojos y se centró en la pureza del rostro del Celestial al que tanto ama.

―Te equivocas en algo de lo que dijiste ―contestó el menor, negando un par de veces al corresponder la intensidad de su mirada.

―¿Ahora se supone que sabes más que yo del árbol o cómo? ―cuestionó TaeHyung frunciendo el ceño con extrañeza. Uno que se profundizó por la suave risa ajena que lo desconcertó todavía más.

―No seas tonto, sol de Lucem ―bromeo él sin poder contener la risa que los contagia a ambos―. En este lugar sentenciaste cada derrota y batalla que al final ganaste. Pero hoy, aquí, estoy a tu lado y este recoveco colmado de pureza presenció el juramento que ambos hicimos.

―Por lo que es un nuevo comienzo para los dos ―TaeHyung completo lo que JungKook estaba diciendo y sus labios fueron el sello que consolidó el pacto que horas más tarde entre sangre inundada de placer cobraría vida.

Minutos después sus pasos se adentraron al agua y la pureza acunó sus cuerpos durante el tiempo en el que estuvieron inmersos entre risas y bromas alrededor del inmaculado árbol que es fuente vital de la energía de Elara. Exploraron los alrededores cercanos, la fauna que crece por las paredes internas de las rocas húmedas por el agua que está contenida en la caverna en la que estuvieron atrapados durante el resto del día.

El almuerzo ligero fue una necesidad que recargo sus espíritus para bañarse en el cauce de la cascada principal que cae por toda la extensión de la escaleras por las que horas más tarde entre empujones y retos subieron totalmente empapados con sonrisas ligeras en sus rostros.

Sin embargo, la premura del tiempo lanzó el anochecer sobre sus cabezas en el momento que desearon disfrutar de los últimos rayos del sol que se escondió mucho más antes de lo esperado debido al repentino cambio en el clima que rápidamente pasó de una suave llovizna a través de la cual caminaban con relativa calma, a tener que acelerar sus pasos por la llegada de la tormenta que comenzó a engrosar el manto que cae sobre sus cuerpos.

Correr a ese punto era absurdo porque estuvieron destilando agua en escasos segundos. Solo que la premura estaba en los truenos que comenzaron a tornarse peligrosos. Hasta que JungKook decidió ignorar el torrencial bajo el que han estado corriendo durante los últimos minutos y aprovechó la situación para rodear con sus brazos el torso de TaeHyung y besarlo hasta que sus pulmones perdieron todo el oxígeno que entre sus bocas consumieron.

―¿Quieres bailar conmigo? ―preguntó JungKook con una gran sonrisa que deslumbró a D'Angelo que intentó retroceder pero su abrazo se lo impidió.

―¿Esta es tu idea de romanticismo, Makris? ―aunque sonó como un rechazo, colocó sus manos en la cintura del rubio y siguió el marcado balanceo que JungKook propuso.

―Esta es mi forma, o una de las diversas formas en las que quiero decirte cuanto te amo ―manifestó apoyando sus frentes y cerró los ojos para perderse en el sonido de la lluvia y la risa de TaeHyung imitando sus suaves movimientos.

―En serio estamos haciendo esto ―expresó sobre los labios ajenos que sonrieron solo para él.

―¿Recuerdas quién fue el que bailó conmigo cuando rechace cada invitación al estúpido baile que organizaron en la academia? ―Makris hizo referencia al pasado que causó una gran sonrisa que no observaron, debido a sus ojos cerrados, pero que ambos sintieron sobre sus pieles.

Cuando aún eran amigos envueltos en la complicidad de la inocencia fracturada por la innegable atracción que había entre ellos, durante su época final de entrenamiento intermedio, se llevó a cabo un gran baile conmemorativo al que rechazó ir al enterarse que TaeHyung iba asistir con BoGum. Por lo que, la absurda noche en la que estaba supuesta a llevarse a cabo el evento, una gran tormenta irrumpió la paz que JungKook contempló en el refugio del manantial de Titán al que escapó para no ver la dichosa asistencia de D'Angelo con otro Celestial que no era él.

No obstante, su arrebato no le permitió ver que el pelirrojo nunca asistió a la fiesta y que en su lugar fue a buscarlo cuando se enteró que se había escapado.

―Como olvidarlo cuando fui yo quien te encontró totalmente empapado y temblando bajo la lluvia ―esa noche el desespero escaló hasta su garganta cuando nadie podía encontrar la ubicación del fugitivo Tenebrae que como siempre, él lo encontró.

―Y para calmar mi llanto y mi idea errónea propusiste un baile único para nosotros dos ―finalizó JungKook, riendo con gracia por los impulsos que siempre definieron la diferencia en el trato que tenía hacia D'Angelo.

De forma semejante a ese día, sus cuerpos adultos y la complicidad que comparten en medio de suaves movimientos a través de una melodía inexistente, pero que siguen de un lado a otro en medio de suaves giros y cómplices caricias.

―Tan celoso desde que eras un pequeño ―reprochó el de piel canela con un chasquido de labios a la vez que movió una de sus manos hasta la nuca ajena.

―Esa noche fue la primera vez en la que reconocí que te amaba y te quería para mí de una forma distinta a la que se quiere a un amigo o un hermano ―confesó abriendo sus ojos para ver la luz de la luna encapsulada en la mirada de TaeHyung.

De su amor imperecedero.

―Yo ya lo sabía desde hace algún tiempo pero tenía miedo de que fuera incorrecto o que te estuviera induciendo a sentir algo por mí ―declaró D'Angelo, girando sus cuerpos sobre el mismo eje que no han abandonado.

―Antes, ahora y siempre, será la mejor decisión que el Cosmos me pudo otorgar ―no hay nada de lo que se arrepienta más allá de esa lejanía que los separó por años.

Pero si ese era el precio que debió entregar para estar ahora con TaeHyung, enaltecerá su pasado por la dicha que ahora siente.

―Te amo con mi alma, JungKook Makris ―aseveró el de orbes de plata, besando la punta de la redondel nariz que se arrugó por las cosquillas que le produjo su contacto.

―Te amo con mi ser, TaeHyung D'Angelo ―beso los labios de corazón que lo recibieron con calidez y añoranza.

Ambos sumergidos en la danza de sus cuerpos unidos y la felicidad enredada en sus corazones.

―Hoy has tenido grandes ideas, incluso casi terminamos rostizados ―protestó Makris al ingresar detrás del pelirrojo a la casa en el momento en que la lluvia se desató con gran intensidad.

Además de la advertencia de los truenos que los llevó a detener su baile y correr para resguardarse de un posible impacto, cuando unos metros más allá de donde estaban, un potente estruendo los alumbró a la vez que el rugido cayó sobre la mojada tierra, y aunque las chispas no lograron encender el fuego, D'Angelo advirtió el riesgo de estar bajo la tormenta que es habitual en ciertas épocas del año.

Sin importar las colisiones y los desastres provocados que va a dejar el paso de la lluvia y la tormenta de truenos, el ecosistema de Elara posee la capacidad de auto regenerarse, por lo tanto, los destrozos que lleguen a lastimarla, cuando la calma retorne, serán enmendados.

―Tu pediste una experiencia completa, así que no te quejes ―respondió TaeHyung al encender las luces del lugar y rápidamente se dirigió al baño para tomar varias toallas―. Pero debo recordar que a quien se le ocurrió bailar bajo la lluvia... ―cortó abruptamente sus palabras cuando llegó de nuevo a la sala y vio el espléndido cuerpo de piel caliza totalmente expuesto mientras terminaba de luchar por quitarse las medias.

JungKook no dudo en quitarse la ropa que ya lo estaba incomodando y que supuso un reto por lo mojada que estaba, totalmente concentrado en las condenadas medias que parecían adheridas a sus pies, que no reparó en la presencia de su pareja hasta que se sintió totalmente observado y al girarse la depredadora mirada grisácea estaba fija en su cuerpo.

Sin esperarlo la timidez lo embargó, pero se benefició de ella al retomar lo que estaba haciendo y se inclinó sobre su pie para terminar de jalar la media contra la que estaba luchando. En ningún momento perdió el rastro de los orbes de plata que se oscurecieron en el instante en que volvió a retomar la postura y su mirada descendió por su marcado abdomen hasta que llegó a su pelvis desnuda y expuesta.

―Te ves precioso ―TaeHyung murmuró en complicidad a la vez que humedeció sus labios con el lento paso de su lengua que JungKook siguió con su mirada celeste que se dilató al ver esa acción ser dedicada a su sensible zona que comenzó a cosquillear por la naciente excitación que burbujeó en su abdomen bajo.

Makris perdió el hilo normal de su respiración y el sonrojo se disparó en sus mejillas cuando D'Angelo retomó el escaneo visual que terminó sobre su otro pie que aún sigue enfundado en el único pedazo de tela que reposa en su cuerpo. La estancia en la que están ubicados perdió todo rastro del frío que logró infiltrarse en su llegada y JungKook percibió como los pequeños vellos de su piel se erizaron al volver a encontrar la penetrante mirada que lo cohibió en demasía hasta que por reacción natural y dominado por el nerviosismo dio un paso hacia atrás a la vez que intentó cubrir su pene con sus manos.

Sin embargo toda acción quedó suspendida en el aire por el movimiento ajeno que dejó caer las toallas al suelo y se acercó rápidamente para apresar sus muñecas entre las frías manos que lo sobresaltaron al mismo tiempo en el que empujo su cuerpo sobre él.

―¿Por qué te ves tan tímido? Mi pequeña y tentadora luna de Tenebrae ―le encanta provocar a JungKook para ver cómo el descaro sale a flote como una muestra de orgullo e imponencia que siempre lo deja encantado por el Celestial que tiene a su lado.

Es un rasgo que vio transformarse y que desde la distancia, luego de su separación, reconoció a través de cada diferente matiz que fue adquiriendo hasta consolidarse como un factor impredecible en su comportamiento que muy pocos poseen la facultad de presenciar.

―Solamente tú, en su mayoría eres tú ―respondió JungKook frente a la admiración en la que D'Angelo se sumergió al verlo con tanta intensidad que su voluntad, de nuevo, parece un pétalo lanzado al viento para arribar hacia la tierra prometida.

Hacia el ser que sonrió de forma peligrosa y él no tuvo más opción que rendirse, una vez más, ante TaeHyung.

―No hay forma ni tiempo en el que yo deje de amarte ―pronunció TaeHyung, sintiendo como la emoción vibra en su cuerpo por la devoción en el celeste de la mirada que tanto ama.

JungKook Makris es su musa. Su inspiración para vivir.

El rubio encandilado por la sonrisa de corazón y por los latidos ensordecedores de su alterado corazón, se atrevió a lanzarse a las llamas fervorosas para consumirse en medio del abrazo inmortal del único Celestial al que va a llegar a amar en su vida.

―Eres la justa necesidad de lo que anhelo y cada pieza de lo que no soy, en ti adquiere forma ―confesó el rubio, aun con sus manos apresadas volvió a acercarse hasta que su rostro chocó con el contrario y sus labios tomaron poder de los de corazón que sonrieron con orgullo antes de besarlo.

TaeHyung correspondió el dulce contacto que acarició sus labios, su respiración se fusionó a la contraria y abrió su boca en el momento en que la lengua de JungKook delineó su labio inferior, buscando dominar el ritmo del beso los hizo suspirar en placer y un incontenible amor que se desborda sobre sus cuerpos. JungKook exploró la cálida cavidad y acarició la boca que reclama como suya. Porque esos labios son una extensión propia y ese cuerpo es su complemento a la desintegración que lo tiene como uno solo.

El deseo incrementó por el suave jadeo que TaeHyung consumió de la boca ajena cuando atrapó el labio superior de JungKook y lo mordió con gentileza. Makris desesperado jalo sus manos hacia abajo para salir del agarre que no cedió y en su lugar se apretó con más fuerza alrededor de sus muñecas, desesperándolo a la vez que se quejó por obtener lo que quiere.

―No aún ―TaeHyung le denegó la posibilidad a su caprichoso Tenebrae y alejó su rostro unos centímetros para ver el cielo consumido por el deseo que se va a encargar de prolongar a lo largo de la noche.

―Siempre obtienes lo que quieres de mí ―expresó JungKook encantado por el amor que exhibe la mirada grisácea que tiene la habilidad de hipnotizarlo.

―Solo busco prolongar el placer para ti ―sin esperar la respuesta que quedó atrapado en los labios de Makris, ajusto el agarre en sus muñecas con una de sus manos y se agacho al apoyar una de sus rodillas sobre el suelo de madera pulida y con su diestra sujeto el borde del calcetín con el que JungKook estaba batallando anteriormente.

D'Angelo retomó la acción previa y bajó la prenda a través de la corta distancia en la cual tuvo que interceder a la ayuda de JungKook para que levantara su pie. Sin mediar palabra, elevó su rostro para mirarlo desde abajo y bastó con un guiño para que el contrario obedeciera su indicación que le permitió retirar el resto de la tela que lanzó en algún lugar y antes de darle tiempo al rubio para que anticipará sus movimientos, término completamente arrodillado frente a la pelvis de JungKook que trato de retroceder cuando la indecisión lo atacó.

―Dame la oportunidad de sentirte a ti ―pidió TaeHyung en búsqueda del consentimiento que llegó en medio de un quejido anticipatorio por parte del menor que no pudo articular palabra alguna más allá de controlar el ritmo de su desaforada respiración que se atascó en sus pulmones cuando su miembro fue sostenido por la mano de piel canela.

Su calidez lo atravesó y una potente corriente viajó desde esa zona a través de su columna vertebral hasta ascender a su cabeza por la cual se diseminó en un potente cosquilleo que nubló su vista unos segundos antes de ver como TaeHyung con la provocación encapsulada en su mirada, comenzó a mover su mano alrededor de su pene. El marcado bombeo fue incrementando su tamaño y la estimulación robo suaves jadeos que lograron filtrarse en medio del agarre que sus dientes mantienen contra su labio inferior por la placentera forma en que la mano de TaeHyung se aprieta alrededor de su miembro mientras sube y baja a lo largo de su extensión.

El pelirrojo está disfrutando del rostro compungido de Makris por el placer que hace temblar sus piernas cuando presiona sobre el rosado glande que sin previo aviso y sin deshacer la conexión hechizante entre sus miradas, tomó entre sus labios antes de terminar de tragar la extensión que pudo ocupar su boca.

―Tae ―jadeo él por el fuego abrasador que repentinamente se aglomero en su pene al ser devorado por la boca que tomó todo lo que pudo y su extensión restante fue acaparada por la mano que se movió hasta sus testículos, dejando suaves y concisos apretones que lo hicieron rodar los ojos hacia el techo debido a la necesidad que comenzó a desquiciar su interior.

TaeHyung marcó un ritmo lento y potente, llevando su cabeza hacia atrás para sacar toda la extensión del miembro en su boca e ir de nuevo al encuentro con el pene que con vigor empujó contra su garganta, llegando hasta el nivel máximo de apertura que le proporcionó su estrecha cavidad que se expandió para aprisionar con sus paredes la erección de JungKook que sollozó por seguir con las manos sujetadas y la condenada mirada grisácea lo impulsó a intentar cerrar sus piernas, pero la reprimenda que llegó en la corriente originada por el apretón en sus testículos lo hizo lloriquear.

Exhibiendo su nivel desesperación, D'Angelo se benefició de los suaves movimientos de cadera que le permitió a JungKook iniciar para arremeter contra su boca. En un ritmo marcado y controlado por sus cabeceos que cada vez más expanden la capacidad de su garganta para contener el falo que llegó hasta su máxima extensión, hasta el nivel que él quería provocar. Los suaves jadeos y las lágrimas que perlaron los orbes celestes lo motivaron a acelerar sus movimientos y sumó su lengua a juguetear con el glande que se humedeció por esa sutil y necesitada acción que debilitó al anhelante rubio.

JungKook encontró placer en las suaves embestidas que TaeHyung recibía con suaves gruñidos cada vez que su pene golpeaba más allá de la campanilla que raspaba sobre la delicada piel de su goteante miembro que de improvisto dejó de ser acunado por la cavidad bucal que sopló con su aliento cálido sobre la punta que beso en el momento que soltó el agarre de sus muñecas y antes de que pudiera reaccionar sus labios fueron tomados con hambre.

D'Angelo se puso de pie con absoluta rapidez y besó con dureza a Makris que correspondió con la misma vehemencia, rodeando su cuello con sus brazos para acercarlo tanto como fuera posible, en medio de un contacto impreso de desespero y demanda. TaeHyung llevó sus manos a la desnuda cintura e instó al cuerpo ajeno a girarse en dirección al pasillo contra el que terminó arrinconando a JungKook sobre la frialdad de la pared que lo llevó a quejarse por el frío que irrumpió contra el ardiente deseo que ambos llevan grabados sobre sus pieles.

―Joder ―JungKook se quejó por la fuerza con la que fue empujado hacia la pared y su cuello fue besado y succionado con delicadeza por el Lucem que rio ante su queja―. Eres un descarado ―expresó con sus manos sumergidas en los rojizos cabellos que agarro con cierta fuerza que le arrebató un jadeo a TaeHyung que arrastró sus manos hasta sus muslos, invitándolo a alzar sus piernas que terminaron apresando la cadera ajena que al asegurar su agarre, despegó su cuerpo de la fría superficie al mismo tiempo en que sus labios volvieron a encontrarse y sus pasos se dirigieron hacia la habitación que comparten.

―Por ti puedo ser lo que quieras ―respondió al alejarse de los adictivos labios que están un poco hinchados por la necesidad con la que son besados.

La oscuridad los recibió en el instante que TaeHyung empujo con su espalda la puerta ajustada del lugar que se iluminó tenuemente al encender a través de la conexión con su mente, las velas aromáticas que la noche anterior decidieron usar para ambientar la habitación. Lo cual, lo benefició en ese momento para darle un aura cautivadora a las sombras de sus cuerpos reflejadas por todo el espacio.

―Te necesito a ti en mí ―JungKook lloriqueó cuando sus pies entraron en contacto con el suelo solo para capricho personal de tener encima suyo el cuerpo fornido de TaeHyung.

A quien poco a poco, uno frente al otro, comenzó a despojarlo de sus húmedas prendas en medio de la complicidad otorgada por las sonrisas que entre susurros los acompañaron y finalmente, JungKook observó la piel canela que es un complemento a la palidez que posee la suya. TaeHyung se perdió en cada curva acentuada por las sombras de la luz de las velas y fue el primero en deshacer la distancia para rozar sus labios con los ajenos que se abrieron para recibir el fugaz beso que le dio porque sus planes en ese momento danzan en otras ideas.

―Déjame verte ―D'Angelo procedió a girar el cuerpo del rubio y lo inclinó hasta que las manos de JungKook se apoyaron sobre la superficie de la mesa de noche.

Él se dejó hacer y le permitió a TaeHyung maniobrar su cuerpo a su antojo. Los latidos de su corazón incrementaron por la expectativa de lo que siguiente que llegó como un ardor placentero por la palmada que fue dejada en uno de sus glúteos, ya que por la baja altura de la pequeña mesa, tuvo que inclinarse para dejar su trasero está totalmente expuesto, lo cual robó un suave gemido de sus labios y aunque quiso girarse debido al frustrante silencio por parte del pelirrojo su oscura voz lo hizo cerrar los ojos por la corriente que se arremolino en su pelvis.

―No quiero que te voltees, Chiaro di luna ―ordenó TaeHyung disfrutando de la placentera imagen que el cuerpo ajeno le ofrece, tan dispuesto y ansioso.

Posicionó sus manos en los muslos de JungKook y los separó un poco para tener un mejor ángulo de la rosada entrada que debe preparar antes de sumergirse en su interior. Estiró su mano hacia el pequeño envase de lubricante que esa mañana dejó bajo su almohada y la risa silenciosa de Makris le hizo saber lo ansioso que está por su acción que no tardó en llegar.

―Dime si te incomoda ―le pidió al rubio que afirmó en medio de un quejido colmado de deseo cuando sus dedos índice y medio untados el lubricante se inmiscuyeron en medio de sus glúteos hasta el inicio de su entrada.

Dejó suaves caricias alrededor del rosado ano, aun sin cruzar el límite, TaeHyung movió sus dedos en un lento jugueteo que los hizo reír. Su otra mano la llevó hasta la cadera ajena y presionó hacia abajo para que JungKook empinara un poco más su trasero a la vez que cambió su apoyo sobre sus antebrazos para facilitarse la posición.

―Te encanta prepararme de esta forma ―JungKook susurró con anhelo y una sonrisa estiró sus labios por la predilección de TaeHyung para prepararlo de esa forma. Viendo directamente sus glúteos mientras lo prepara para llevarlo al límite con el cual está jugando ahora mismo.

―No hay nada más fascinante que ver como mis dedos se abren paso en tu interior ―reconoció D'Angelo e ingresó el primer dígito que le arrancó un jadeo a JungKook por la intromisión que anhelada y que llegó hasta donde sus músculos anales le permitieron avanzar.

TaeHyung palpó las paredes cálidas que se contrajeron alrededor de su dedo y los suaves espasmos internos lo invitaron a seguir y deshacer los apretados tejidos que hicieron a JungKook inclinarse hacia el contacto a la vez que el ardor se esparce como una punzada ardiente que lo tiene quejándose por obtener más, mucho más placer.

Una indicación que el Lucem comprendió y como un fiel discípulo obedeció el mandato al cual le sumó otro dedo más, abriéndolos en el interior y forzando a las paredes a acunarlo con cierta resistencia que ante el balanceo de sus dedos de atrás hacia adelante, en una arremetida profunda llegó hasta el culmen en donde están las terminaciones nerviosas que hicieron a JungKook gritar. Con precisión llegó hasta su próstata y en necesidad de obtener más, el menor se empujó hacia los dedos que volvieron a penetrarlo y él se deshizo en ese toque.

JungKook dominado por el éxtasis y los gemidos que aumentan según las arremetidas de los ahora tres dedos que están en su interior, recostó su frente sobre la madera de la mesa y se empinó sobre los dedos de sus pies para exponerse aún más. TaeHyung está disfrutando de la exigencia que Makris marca con sus empujes y él no puede hacer más que complacerlo, por ello marcó un ritmo acelerado y profundo al sacar sus dedos completamente del ano que inmediatamente se cerró al ser abandonado y de nuevo se extendió para recibir la penetración de sus dedos que fueron directo hasta el cúmulo que hizo sollozar al menor.

Sus jadeos reclamaron el espacio circundante y el balanceo de su cadera hacia los largos dedos que siguen escarbando en su interior, dibujaron las estrellas en sus ojos por la anticipación que comenzó a arremolinarse en su abdomen bajo. Su miembro erecto comenzó a chocar contra la superficie de la mesa y la fricción aumentó la sensibilidad causada por la constante estimulación de ambos puntos erógenos de su cuerpo.

―Por favor ―el rubio sabe que decir para obtener lo que quiere y la respuesta que necesitaba llegó por la fuerte sacudida en su interior cuando esos certeros dedos volvieron a concentrarse en ese punto que lo hizo quejarse en medio de un dulce jadeo que tiene a TaeHyung al límite.

―Quiero tenerte sobre mí ―indicó D'Angelo al sacar sus dedos de la caliente entrada y llevo sus manos hacia los erectos pezones de Makris y lo empujó para enderezarlo a la vez que su pene quedó en medio de los glúteos que provocó una suave sacudida en sus cuerpos.

JungKook estiró sus brazos hacia atrás y sus manos apretaron los glúteos ajenos para mantenerlo contra él. Comenzó a subir y bajar con ayuda de sus muslos para deslizar el miembro atrapado en la hendidura de su trasero, moviéndose con cierta dificultad pero sin perder el ritmo a lo que TaeHyung respondió con bajos jadeos y una embestida en falso que hizo a JungKook chillar por el desespero que arde sobre su piel.

―Siéntate sobre la cama y apoya la espalda contra el respaldo... ―solicitó con voz jadeante para cumplir el deseo de su pareja y así obtener lo que tanto desea.

Aunque el precio a pagar fue sentir el frío sobre su piel en el momento en que TaeHyung lo soltó para acatar su orden, al girarse su saliva se convirtió en agua que tuvo que tragar antes de que se escurriera por las comisuras de su boca frente a la escultural imagen de D'Angelo con sus piernas estiradas sobre la cama y su miembro en alto llamándolo a poseerlo. JungKook está tan estimulado que sintió su entrada palpitar por la urgencia de tenerlo.

―¿Te gusta lo que estás viendo? ―dijo con el placer bañando su voz y el rubio cerró los ojos por el estrago que esa voz indujo en su cuerpo.

―Tanto como a ti te gusta ver mi trasero ―contestó con las mejillas encendidas y la provocación en la forma que lamió sus labios al observar una última vez el miembro del pelirrojo.

Con una sonrisa orgullosa y una cautivadora mirada dirigida a los oscuros orbes grisáceos, avanzó a través del colchón sobre sus rodillas para ir al encuentro de TaeHyung que lo recibió con un dulce beso. JungKook sostuvo los sedosos cabellos rojizos entre su mano para acercarlo más a su boca. Ambos respiraron sobre el contacto y la sed que tienen por el otro. Sus latidos se regularon y el placer aumentó cuando decidió llevar su otra mano hasta el erecto pene que vibró por la efímera caricia que dejó.

Su lengua acarició los labios de corazón y se separó del cuerpo de piel canela. Sus miradas atiborradas de lujuria brillaron por la expectativa que JungKook comanda cuando le dio la espalda a TaeHyung y levantó una de sus piernas para sentarse sobre los muslos de D'Angelo que gimió cuando su trasero chocó contra su miembro. JungKook apoyó su mano en el muslo derecho y con la zurda sujeto el pene a la vez que se alzó sobre sus rodillas, tan solo un par de centímetros para exponer su ano y penetrarse lentamente con la gruesa extensión que no podía asemejarse a los tres dedos en su interior.

―Ahora... ―JungKook detuvo su descenso cuando la mitad del miembro de TaeHyung ingresó en su ano. Por lo que terminó de apoyar sus manos en los muslos ajenos y sus piernas retomaron el lento movimiento―. Puedes contemplar como mi trasero te posee a ti.

Sin querer prolongar la espera, Makris de un solo sentón se empaló sobre el miembro que chocó contra su próstata. Su espalda se arqueó y sus ojos lloraron por el placer que no le dio tregua y que incentivaron a su cadera a subir y bajar.

―Vamos mi cielo, busca tu placer en mí ―motivó TaeHyung con sus manos sobre la pronunciada cintura de JungKook, tan sólo para aferrarse a su cuerpo y permitirle moverse a su antojo.

Sus jadeos compartidos resuenan por toda la habitación mientras JungKook continúa penetrándose a sí mismo, en cada arremetida el glande de TaeHyung alcanza su próstata y sus gemidos placenteros lo incentivan a acelerar sus movimientos. Sube y baja como si su cordura dependiera de ello, alternando con círculos que rotan el pene en su interior, para volver a levantarse sobre sus muslos y chocar contra la base del miembro que lo tiene sollozando por el esfuerzo.

Los minutos avanzan y sus piernas queman por el placer manifestado en su goteante pene que se sacude cada que su trasero empapado en lubricante choca contra los mulos de D'Angelo, creando un sucio sonido producto de los fluidos que anticipan el maná de vida que embraveció sus penetraciones descoordinadas. TaeHyung apretó el agarre en su cintura para ayudarlo a subir más y dejarlo ir al encuentro de su miembro que desgarra su interior.

―Estoy... ―jadeo sobrepasado por el mareo que pita en sus oídos y el desespero que grita en su pelvis. Sus movimientos erráticos ya no son suficientes y TaeHyung lo comprendió por el suave beso que dejó en su nuca al pedirle que se acostara sobre la cama.

En el momento en que lo tuvo sobre sí mismo, JungKook abrió sus piernas para acunar la cintura de TaeHyung que directamente volvió a penetrarlo y sus manos se aferraron a la ancha espalda.

Sus gemidos se ahogaban en la calidez de sus bocas y el sudor de sus cuerpos incrementó.

―No sabes todo lo que me tuve que aguantar para no venirme sin ser yo quien esté encima de ti ―colocó sus antebrazos a ambos lados de la cabeza de rubios cabellos que retiro para ver el rostro de JungKook en su máximo esplendor.

―Tú y tu necesidad de... Ahhh ―gimió por la dura embestida que golpeó con violencia el culmen de terminaciones nerviosas que lo atravesó hasta cortarle la respiración a la vez que comienza a derrumbar su contención para aguantar un poco más.

―¿Qué estabas diciendo, Chiaro di luna? ―TaeHyung se burló por el rostro anegado en placer que boqueó al intentar hablar y en su lugar un álgido gemido fue el incentivo que necesito para incrementar el ritmo de sus certeras penetraciones.

JungKook se volvió agua en los brazos de TaeHyung que lo contienen y lo impulsan a fundirse en su piel bajo la necesidad de pertenecerle. Los besos en su cuello lo mantienen presente y la espalda a la que se aferra es el último canal del deseo carnal que se aglomeró en su pelvis. Las embestidas sacuden todo su interior, sus piernas van perdiendo fuerza y los jadeos de D'Angelo lo lanzaron por el borde del precipicio que lo desestabilizó a la vez que halló la liberación en los orbes de plata que tras una última penetración los liberó en medio de borbotones de placer por el orgasmo que cimbró sus cuerpos y los fluidos los bañaron.

El éxtasis llamó el nombre contrario y sus ojos presenciaron la satisfacción y las lágrimas que respondieron a la potente culminación en la que habitaron por varios minutos con sus frentes unidas y sus respiraciones compartidas, en la misma posición escalaron hasta el punto máximo del clímax que dejó espasmos en sus cuerpos.

Sus labios instintivamente se unieron en suaves caricias para compartir la manifestación viva del vínculo que se reforzó en el instante que TaeHyung aun cegado por el placer, obnubilo la razón de JungKook cuando movió de nuevo su miembro en su interior, tan solo para provocarlo, término encendiendo una nueva llama que se consumió entre la incitante mordida que ambos depositaron sobre sus labios inferiores y la sangre corrió en medio de sus bocas, fluyendo a través del placer que volvió a avivarse en sus entrañas.

Pequeñas gotas con la esencia contraria que forjó un nuevo vínculo naciente que selló el pacto que están destinados a cumplir y que la bendición de la lluvia que en ese momento alcanzó el punto más alto en Elara, transportó la consolidación de su imperecedera unión.

―¿Me dejas volver a tenerte? ―preguntó TaeHyung, moviendo lentamente su miembro en el cálido interior que contiene su esencia y que se desliza a través de la maltratada entrada que fue a su encuentro cuando JungKook respondió a sus movimientos.

―Creo que la pregunta está de más si tu pene sigue enterrado en mí ―una dulce sonrisa fue tomada por el beso del pelirrojo que lo embistió con suavidad, debido a la dureza que sigue presente en sus miembros, el ritmo fue incrementando poco a poco.

Sus paredes anales se prepararon para el balanceo que disfrutaron en medio de pequeñas risas y miradas cómplices en medio de un espacio alumbrado por las velas y la luz natural otorgada por los truenos que resplandecen desde lo alto del cielo hasta su encuentro con la mojada tierra.

―Voltéate, mi cielo ―TaeHyung solicitó y JungKook cumplió el deseo que incremento el ritmo de sus respiraciones jadeantes por la alta sensibilidad brindada por el orgasmo que buscan extender.

D'Angelo cogió una almohada y la puso debajo de la pelvis del rubio a la vez que abrió las piernas de JungKook, estirándolas hacia los lados para exponer su trasero y su torso quedó apoyado sobre el colchón.

―Vas a desarmarme a este paso ―bromeó JungKook con el rostro sobre la almohada que amortiguo el primer gemido que rápidamente vibro en su miembro por la penetración que llegó sin anunciarse.

―Quiero probar tu aguante para que me culpes a la mañana siguiente por algo justificable ―respondió, arrodillado frente al cuerpo extendido de su pareja mientras la penetra con lentitud.

El agarre de sus manos esta impuesto sobre la cadera de JungKook para mantenerlo en su posición y darle profundidad a sus embestidas que una a una llegan al nódulo de nervios que causa pequeños espasmos en el cuerpo de piel nívea perlada por el sudor y las luces de la habitación le dan mayor erotismo al inmaculado Celestial que está dispuesto para él.

JungKook aferró sus manos a la tela de la almohada por su incapacidad de moverse, ahogado por sus gemidos y sollozos producto del desbordante placer que con cada penetración que mantiene un ritmo tortuoso pero excitante, debido a la posición en la que está, el pene de TaeHyung va más allá de su próstata que se mueve para darle cabida a la extensión que lo llena completamente. Su miembro constantemente se fricciona contra la almohada que está en su pelvis, formando dos puntos de estimulación que lo vuelven un manojo de lloriqueos por la desquiciante liberación que no puede aguantar por más tiempo.

―Ve más profundo ―pidió Makris.

Esa solicitud aireada y sollozante dibujó una sonrisa en los labios de TaeHyung se acercó lo más que pudo hasta que las piernas de JungKook quedaron sobre sus muslos flexionados y con ayuda de sus manos levantó un poco más el respingado trasero que profano con mayor fuerza. Sin dejar de lado la mesura, sus penetraciones cumplieron el capricho del Tenebrae que se quejó en medio de cortos jadeos provocados por el remolino de sensaciones que se dispararon por todo su cuerpo.

D'Angelo está al borde del placer carnal provocado por el cuerpo de su amor eterno que se sacude por la fuerza con la que lo penetra. Una y otra vez, abre la entrada de JungKook y su miembro llega hasta el límite máximo que el interior le permite traspasar. Cerró los ojos por la aglomeración de las voraces corrientes en su pelvis y luego de un gemido compartido, ambos acabaron gritando el nombre contrario. Sus esencias se dispararon con demoledora fuerza por el intempestivo arribo del nuevo orgasmo que hizo a JungKook sacudirse al mover su trasero hacia el miembro que terminó enterrado en lo profundo de su cuerpo.

―Eres el sentido de mi vida ―pronunció TaeHyung con voz rasposa y apoyado sobre la arqueada y sudorosa espalda de JungKook, sobre la que busco apoyo, en el momento en que la debilidad lo atacó.

Los dos se dedicaron a contemplar las emociones y las sensaciones que sus flamas comparten por la unión que los atravesó de manera insospechada, como una entidad que repta por sus pies hasta penetrar sus pieles que comparten el secreto de su vínculo consolidado.

Después de unos minutos, TaeHyung se enderezó al mismo tiempo en el que salió del interior desbordado de su semen que comenzó a escurrirse y él tentado, llevó sus dedos para llenarlos de su esencia y volver a introducirla en el ano que lo volvió a aceptar.

―¿Qué estás haciendo? ―JungKook sollozó preso de las sensaciones que derritieron su fortaleza, totalmente drenado y lleno de TaeHyung su interior en contra de lo creyó prudente, reaccionó con gozo por la nueva intromisión instantes después del clímax que aún reposa sobre sí mismo y en su entrada un poco desgarrada que aceptó el impulso de los dedos ajenos.

―Devolviendo lo que debe estar en ti durante un tiempo más ―reto D'Angelo divertido por el quejido que se transformó en un jadeo cuando sus dedos volvieron a penetrar el ano que le dio vía libre a través de su esencia retenida entre las paredes que se contrajeron alrededor de sus dedos que golpearon de nuevo la próstata de JungKook.

―No más... ―Makris reaccionó a la electricidad de viajo por la curvatura de su espalda y su trasero se levantó para ir al encuentro de los dedos que volvieron a penetrarlo y devolver el semen que siente deslizarse por sus abiertas piernas.

Solo hablo como parte de una reacción emitida por su cordura que le pide unos momentos de descanso en contraposición al impulso sexual que sigue quemando en su piel.

―¿Quieres que me detenga? ―indagó TaeHyung por la respuesta contraria al deseo que provoca suaves movimientos en la cadera ajena que busca penetrarse con sus dedos.

Siendo ayudado por las arremetidas de su mano que con certeza le permite llegar de nuevo a la sensible próstata que inundó a JungKook en álgidos lloriqueos al mismo tiempo en el que se posiciono sobre sus tambaleantes rodillas y sus manos fueron sobre la mojada almohada que contuvo sus lágrimas de placer.

―¿Esto responde lo que quiero? ―cuestionó con el desafío en su mirada celeste que le dedicó a su pareja al girar brevemente su torso, sin permitir que los dedos ajenos salgan de su interior y encontró la fiereza que lo ha consumido durante la noche.

Al confirmar el placer que los tiene presos, retomo su posición y apoyó su torso en la almohada para que su trasero terminará, de nuevo, completamente exhibido. Indicación que TaeHyung comprendió al sacar su mano y rodear su miembro para estimularlo con la visión de la rosada y goteante entrada que volvió a recibirlo con anhelo y desespero.

―Tu interior se amolda a mí con tanta precisión ―D'Angelo dijo entre dientes y su pelvis se estrelló con dureza contra los pegajosos glúteos que sonaron de forma obscena entre cada arremetida suya.

La necesidad los volvió a encontrar y sus cuerpos volvieron a moverse en sincronía dejando de lado la delicadeza para terminar de destrozar la integridad que les queda.

Su cadera fue apresada por las fuertes manos de TaeHyung y su próstata fue golpeada sin piedad, su interior se acomodó para recibir las penetraciones que lo sacuden completamente y sus pulmones fallan en la tarea de obtener más oxígeno.

Es tan salvaje y sádico por el ardor que lo atraviesa en cada embestida, que no puede hacer más que resistir el orgasmo que comenzó a burbujear en su pelvis.

―Soy completamente tuyo y puedes hacer lo que quieras conmigo y mi cuerpo ―murmuró JungKook totalmente ido en las penetraciones que no le dan tregua.

―Soy una parte de ti ahora y tu estas en cada rincón de mi cuerpo ―completó TaeHyung empujándose con fuerza contra el ser que reclamó como suyo durante los sucesivos encuentros que forjaron en sus células el ADN cósmico heredado de sus linajes.

El deseo forjó la consumación del amor que durante esa noche afianzó la posteridad venidera de las capullos de sangre heredada.

Autora:

Ya solo les queda un día más de felicidad al Taekook antes de volver a la urgencia de la realidad que los espera con grandes acontecimientos... 😶

Muchas gracias por leer 🖤

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