ⅩⅤ: En el fuego de la perdición
TaeHyung ideó cada suceso en el instante que se le presentaron, todo fue dispuesto para su intervención oculta que comenzó a gestarse en el momento en que sus acciones se pusieron en marcha. Como parte de los mecanismos y niveles a los cuales tiene acceso, las decisiones son la energía conductora que enlaza y entreteje los hilos que lo impulsaron para ser ejecutados por quienes han sido destinados a la existencia, en un pacto finito que solo podrá detenerse mediante el reclamo de la muerte, que una vez más burlaría.
Por lo que, sin advertirle a su eterno compañero emprendió vuelo con vehemente velocidad y acortó la diferencia de tiempo que les daría la ventaja.
Hasta que su cuerpo recibió el potente golpe como parte del intercambio al que accedió en medio de la distracción que le dio la autonomía a su flama para enlazarse libremente después de codiciarlo desde la última vez en que ambas se reencontraron en el lugar origen que vio nacer la mayor expansión de energía que dos flamas dispares y destinadas a no emerger un vínculo, terminaron integrándose aún más contra todos los pronósticos conocidos.
Después de que los mayores Celestiales de antaño fueron reconocidos en la historia de su raza por fusionar ambos linajes en un solo cuerpo, pero que se fue diluyendo con el tiempo y tales seres excelsos no volvieron a alumbrar una bendición semejante, debido a la magnitud de los errores que infringieron dolor y penuria.
Dos linajes fueron separados por sus Elteres para no volver a integrar ninguna esencia, más que con la que se nace.
Una estipulación y un mandato que ante JungKook Makris y TaeHyung D'Angelo escaseo, cuando fueron ellos dos los que rebasaron los límites iniciales y volvieron a imponerse como los herederos declarados.
‹‹Aquí no hay restricciones›› pronunció D'Angelo a la perturbada mente de Makris en el instante que los espíritus errantes siguieron el hilo que entretejió y como respuesta al grito de JungKook que con desesperación corrió.
Aún sin comprender la imprudencia en el actuar contrario, desvaneció las fronteras que lo limitan y que durante su formación y preparación como Saenon debió mantenerlas para concentrar en su interior todo el desbalance que no es más que el síntoma de su inconmensurable poder.
Uno que se desató en el instante en que su flama se agitó con brío y determinación ante el llamado que correspondió y que lo consumió cuando el dolor ajeno perpetró su cuerpo, enlazándolos como una misma esencia que reposa en dos cuerpos de naturaleza divergente, para compartir lo que ambos nexos sienten y equilibrar las fuerzas opuestas que buscan desintegrarlos.
―¡Aquí estoy! ―bramó con potencia para llamar aún más la atención de las ánimas restantes que yacían inertes cerca de su hábitat aún indecisas de intervenir al ver que los demás se estaban encargando de los dos objetivos.
Quienes reaccionaron a la estruendosa y oscura voz proveniente de dos seres que comparten una misma consciencia, debido a la conexión que TaeHyung ejecutó y que hasta ese momento JungKook sintió. A la cual no logró responder cuando una bruma indefinida formada por los espíritus sepultaron a D'Angelo cuando descendió un poco y fue alcanzado hasta cubrirlo y herir su cuerpo.
Logrando que su blanquecina y tersa piel viviera un escozor molesto que fue ascendiendo de intensidad como si buscara desprenderse de sus músculos, su dermis elevó su temperatura, tan caliente y desbordante. Su cuerpo comenzó a serle extraño, como si su interior, su esencia intangible, su flama, estuviera adquiriendo una dimensión semejante a la adversa. Una potenciando a la otra.
En el instante en que los dos se vieron invadidos por las sombras incandescentes que derretían su piel superficialmente, su mente se desconectó, dejó de poseer su cuerpo y habitar su consciencia, como un seguimiento inmediato ante la caída de la luz que consume su vida hacia el vacío que terminó con un estrepitoso golpe que lo sustrajo de la realidad que habita y solo fue instinto y dolor puro.
Uno que proviene desde el alma fundida a la sangre que recorre cada extensión vital del cuerpo y que florece con la experiencia, la cual fue arrancada desde su incipiente contenedor orgánico y JungKook por primera vez, incluso superando a la vivencia similar que los separó, sintió como sus entrañas comenzaron a segmentarse debido a la fuerza que escarba en su cuerpo y sacudiendo con fuerza hasta obtener lo que desea.
―Seré tu escudo ―murmuró al caer sobre el mismo suelo en el que aterrizó TaeHyung, de forma paralela ambos sucumbieron al delirio escarlata que arrojó los resquicios de la agonía que sucumbió cuando lo último que vio fue la honda exhalación del pelirrojo que llegó hasta él.
De allí sus esencias de forma automática desintegraron la realidad que los retenía y un cántico de alabanza profana fue entonado por desgarradores chillidos y discordantes bramidos que dejaron de oírse cuando la luz blanquecina de una supernova contenido en sus cuerpos salió expedida con afán al llamado del destino que ambos deben cumplir.
Luz inmaculada que con su sangre tiñó de bermellón la luminiscencia que volvió a reinar el terreno de Nix, incluso llegando a imponerse sobre el bosque lúgubre y nuboso que exclamó con voz propia un berrido estrepitoso que a sus oídos hizo sangrar, en medio del entendimiento perverso de una zona que si bien al inicio tuvo la facultad de negarse a su solicitud de imposición, en esta nueva ocasión no tuvo otra opción más que rendirse y protestar ante la voluntad de los nuevos soberanos de la tierra que aún conversa en sus fraccionados cimientos la pureza y la gracia con la que fueron creados.
Ahora, cuerpo y extensión en sincronía vieron el levantamiento conjunto de sus profetas que fue anunciado luego del alumbramiento sanguinario que en el pasado quedó sepultado.
‹‹Mis pequeños, deben volver›› pronunció una tersa y cálida voz dirigida a D'Angelo y Makris que en la inconsciencia estaban sumidos y ajenos a lo que habían creado, una vez más, juntos.
Instauraron un nuevo orden absoluto que revocó parte de lo forjado por HoSeok entre las bestias infames que tardaron en volver a formarse, pero que una vez sus túnicas resguardaron el inexistente cuerpo que no poseen, estáticas quedaron suspendidas a su alrededor, custodiando a sus nuevos gobernantes como una muestra de respeto infundado.
Cuando la delicada voz se desvaneció, ambos volvieron a estar presentes, en especial JungKook que lo primero que vio aun de rodillas sobre el suelo, fueron sus manos con los restos de sangre que salieron de sus oídos y nariz que ahora no es más que un rastro seco que quedó sobre su piel, el cual terminó de retirar con la manga de su camisa aun luchando contra el adormecimiento que lo abdujo y sustrajo su voluntad.
No cuando el único pensamiento que circunda su mente, es el enlace entre ambas flamas, uno que parece crecer hasta dominarlos a los dos que no pueden reconocer de lo que son capaces hasta que todo sucede. Es como si su parte más pura y cósmica tomará el locus de control de su cuerpo y por ende de sus habilidades e hiciera de ambos lo que están supuestos a desarrollar.
Como dos superpotencias que poco a poco renacen.
―¿Kook estás bien? ―con dificultad TaeHyung pronunció después de darle el tiempo necesario a su cuerpo para sanarse y al ponerse de pie sintió como el peso de la gravedad lo llevó a perder por un momento su equilibrio cuando un pequeño mareo lo atacó.
Pero ese traspié no es nada comparado a la iracunda mirada que JungKook le dedicó ante su llamado. Aun de rodillas vio la furia granate emerger en el azul cristalino que fue consumido por la dilatación de su pupila y en la forma en que apretaba la mandíbula para retener el enojo.
JungKook respiraba con profundidad acallando los gritos internos que despertaron luego de que el tono barítono del pelirrojo lo sacó del aturdimiento en el que estaba y que el instante que conectó con la mirada casi que blanquecina que de a poco recuperaba su tono grisáceo, comprendió lo que sucedió.
―¿Lograste vincular nuestros recuerdos? ―mencionó Makris dejando de mirarlo y se concentró en sus manos aún con los restos de su sangre seca.
―Lo hice ―afirmó D'Angelo manteniendo la distancia aun cuando quería ir para comprobar su estado y ayudarlo a levantarse, es mejor no tentar el fuego y quedarse en el frío en el que se sumerge para afrontar la imprudencia de sus decisiones.
Él eligió una alternativa a lo que el rubio estaba esperando cuando le sostuvo su mano a la espera del enlace entre ambos recuerdos, lo que logró ejecutar con facilidad, solo tuvo que adentrarse a la mente de JungKook y en una mínima fracción de tiempo halló lo que necesitaba. Por eso voló con tanta rapidez porque en sincronía cuando su psique tomó el recuerdo impropio sobre la misma experiencia que vivieron, un mensaje lejano le mostró el desarrollo que solo en su poder y bajo sus condiciones impuestas modificó.
Esa es la forma en que el futuro puede alterarse sin causar grandes daños posteriores. Su mente al ser receptora del vistazo lejano, puede maniobrar una estrategia diferente que solo cause una ondulación en la trayectoria ya marcada, que sólo puede alterarse más no modificarse completamente.
Tarde o temprano lo que su acción detuvo, volverá con mayor fuerza o se seguirá repitiendo hasta el momento oportuno de suceder, como la muerte que aún sigue viendo y que ninguna de las opciones que ha cambiado han desecho esa realidad futura. Porque el Cosmos demanda y el destino hace cumplir su voluntad.
―¿Y no podías al menos darme acceso para saber lo que pretendías? ―volvió a decir JungKook inclinando una de sus rodillas para impulsarse y finalmente ponerse de pie. Manteniendo un semblante cargado de soberbia por lo que TaeHyung le denegó saber.
―Sabes que el futuro sea próximo o lejano no puede ser burlado y entre menos mentes conozcan lo que va a... ―fue interrumpido por la mano en alto del rubio que negó insistentemente en medio de una sonrisa incrédula que llenó la suspensión de la realidad a la que no le prestan atención.
No cuando hay algo más importante que deben enfrentar.
―Lo comprendo, después de estar rodeado en el último tiempo de lo que significa la condena y la gracia de ver el porvenir, sé que al menos esa línea de sucesos que se muestra no puede ser contada en su totalidad, todo para evitar repercusiones mayores ―aclaró avanzando un par de pasos hacia TaeHyung―. Lo que me jode es que siempre me dejas por fuera. Acepto que no podías decir lo que viste, pero al menos guiarme de una mejor forma y evitar que sintiera como mi alma, como mi flama me lastimaba en el desespero de acudir en tu auxilio, lo que parece ser el lenguaje que nosotros no comprendemos.
Un lenguaje que ambas esencias dispares como la creación y la destrucción comparten, como un puente que solo ha sido logrado y ejecutado por ambos, que trasciende la aprehensión de los hechos que van más allá de lo que ha existido en Caelestis. Ambos son la encarnación pura que los Elteres tanto codiciaron y que después del inclemente paso del tiempo terminó de ser forjado.
Dos flamas de poder que constantemente buscan la unión de la parte escindida que desde antes de su concepción en medio de las estelas del Cosmos compartieron con el otro en esencia hasta el reencuentro en la vida celestial volvió a vincularlas.
―Así siempre ha funcionado para nosotros, en el pasado ese enlace se forjó sin que ambos lo quisiéramos así, tú siempre ibas a mí cuando estaba sufriendo y yo igual contigo ―manifestó D'Angelo tan impávido sobre el suelo que los sostiene en su lucha por aferrarse a lo que debe hacer―. Es lo que por ahora puedo concluir que activa esa unión, el dolor y la desesperación del otro nos moviliza, o en este caso a nuestras flamas a tomar voluntad y guiarnos hasta que ambas se unen y ocasionamos lo que hoy hemos hecho de nuevo ―fue una situación que más allá de lo que vio y cambió por la omisión que no reveló, también funcionó para dar cuenta del mecanismo por el cual sus esencias se combinan de la forma en que lo hacen.
Reaccionando por impulso y un instinto de protección para preservarse mutuamente.
Ante ese hecho JungKook comprendió que no puede hacer más que aceptarlo, porque después de todo era el objetivo principal, activar ese vínculo y la reacción defensiva que deviene de las circunstancias en las que la integridad de ambos se ve vulnerada.
―Tae, así no lo parezca, lo comprendo, entiendo el escaso conocimiento que tenemos sobre esa conexión y aunque es algo de lo que deberíamos haber hablado hoy una vez más quedó a un lado ―acusó―. No me importan ahora mismo todas esas razones que incluso te silenciaban a solo actuar, sino que tú, maldita sea, tú, te pusiste en riesgo, no creo que dimensiones la agonía que viví cuando cada dolor que sentiste se volvió mío ―inspiró con fuerza al sentir como su voz se quebró al recordar lo sucedido―. Cuando te vi caer, comprendí lo ignorante que eres, porque se supone que tratas de protegerme pero solo me haces más daño, no entiendo como no puedes ver que tu sufrimiento hace parte del mío.
―Pensé y asumí que es lo que debo vivir por mis errores, porque en el pasado te herí y tal vez esta es mi forma de castigarme ―confesó TaeHyung sintiendo una gran opresión en su pecho al confesar lo que ha estado haciendo.
Aun después de la expiación de sus propios errores en medio del Celestis Trinitas y reconocer que la opción que tomó era la única que podía elegir en ese momento creyendo que algo cambiaría, ese pequeña espina no pudo ser extraída, una que siempre vivirá consigo mismo hasta que sea JungKook quien la retire. Porque en ocasiones se castiga a sí mismo y se condena a la soledad por el miedo de verse en una situación similar y no poder revertirla.
―Aunque a veces lo desee no es justo que tú mismo sigas queriendo vivir en el dolor ―ya ni comprende la molestia que siente, solo sabe que su sangre hierve debido a las intransigencias de TaeHyung y el sufrimiento que él se provoca y que sabe que está vinculado a la decisión que los separó―. ¿Todo esto tiene que ver con la razón de porque me dejaste?
―Es mucho más que eso ―tuvo que empuñar sus manos cuando sus dedos cosquillearon por el desespero de acunar y resguardar entre ellos las dos lágrimas que se desprendieron de los orbes celestes que le dieron la mirada más gélida y desoladora hasta ahora.
Lo vuelve loco saber que sigue rogando una respuesta que es tan fácil de decir pero tan devastadora de asumir. Necesita obtener la validación de que le es permitido revelar esa causa.
―Ese es el problema recurrente TaeHyung, que antepones todo un extenso camino en el que te ahogas tu solo, o al menos crees que así lo haces, pero no ves más allá, no ves a quienes quedamos atrás ―devolvió JungKook airado y molesto por las limitaciones que D'Angelo sigue poniendo para excusar su propio exilio. Reconoce que hay una vastedad de circunstancias que no pueden ser contadas, pero que al menos no debe vivir en soledad el yugo que se le heredó.
Pero parece que le pide mucho al Celestial que por la misma causa que ahora le reclama, cada que tuvo oportunidad lo atacó. Puede ver que solo reafirmo una creencia insana que anido en el interior de TaeHyung, a la cual él contribuyó.
―Por favor, JungKook, todo lo que he hecho y los sacrificios que mi deber ha demandado, los he realizado en nombre del bienestar de quienes amo y protejo. Y a veces eso significa dejarlos de lado, porque no puedo hacer más que cumplir el destino que ya he visto ―solo él conoce todo a lo que renunciado, incluso ante su propia felicidad y amor, por cuidarlo a él.
‹‹Mi estrella diamantina sigues errando en la culpa que crees merecer›› manifestó Neclum. A lo que TaeHyung solo pudo cerrar sus ojos con fuerza cuando el hábito al que se encadeno y del que aún trata de superar, vuelve en ocasiones, cegándolo cuando lo tiene a él al frente y la culpa pica en el recuerdo formado.
―Parece que nunca vas a comprender que llegara el punto donde tu deber te va a condenar a la fatalidad, porque la disputa entre tu posición y lo que el futuro demanda no será compatible con el amor que tanto has ido sacrificando sin admitirlo ―lo que dice no se trata de un reclamo hacia lo que TaeHyung y él vivieron, se trata del deber que lo ha llevado a sufrir.
Porque ha sido fiel testigo de lo que el pelirrojo ha tenido que dejar en el camino de un ascenso que solo parece conducirlo a la soledad, creyendo que lo mejor es aislarse y exponerse como una presa para salvar a sus seres amados del devastador porvenir, que en realidad ocasiona mayor dolor del que se está destinado a sufrir en un principio.
―¿A qué te refieres? ―cuestionó el de orbes platinados no confiando en sus propias deducciones, que aumentó el desespero que lo inundó por la sonrisa desabrida que dio paso a dos lágrimas más en el rostro de piel caliza.
―Así como me has dicho, ahora te lo devuelvo, tú también debes ver lo que importa más allá de todo lo que sacrificas, es decir, ¿Cuál es el motivo por el que los haces? ―de la misma forma en que debe hallar sus respuestas según lo que le dijo D'Angelo, él también debe hacerlo, debe darse cuenta por sí mismo el dolor que sus decisiones ocasionan y ver si ese mismo sufrimiento vale la pena a través de lo que en el camino deja.
―JungKook, esto es diferente. Porque tengo un propósito y es lo que me lleva a donde estoy ―pronunció exasperado, aunque de pie, siente cómo su vida es sacudida por el desespero que la mirada ajena proclamó. En verdad no comprende lo que se le está diciendo y menos en la jodida situación en la que están.
―Terminemos con esto de una buena vez ―expresó el rubio retirando las solitarias lágrimas que se perdieron en la línea de su mandíbula hasta caer sobre la piel de su cuello.
Y por un fugaz instante la sádica esperanza que reside en su interior, alumbró cuando vio el amago del cuerpo contrario de retener su huida, pero como parte del círculo vicioso en el que están, no sucedió nada. En realidad nunca sucede algo.
Lo único que obtuvo fue un llamado corto y desesperado de D'Angelo, el cual ignoró para reparar en la situación en la que se encuentran rodeados por los espíritus errantes que se mueven a medida que ambos lo hacen, una vez deciden terminar con lo que vinieron a hacer y por lo que se arriesgaron hasta comprometer su integridad física.
En el instante en que giraron sus cuerpos, sus miradas recorrieron el lugar donde su poder impacto, notando que el halo blanquecino que ya recubre a Nix parece haber obtenido una recarga de la misma esencia que de nuevo crearon y que ahora ha engrosado aún más el velo, alcanzando mayor terreno y expandiendo la crisálida hasta lugares donde aún no había llegado.
Atravesando el lugar en el que están para detenerse unos metros antes del bosque nuboso, en donde ninguna forma de luz cósmica parece tener la oportunidad de ingresar.
―Hasta aquí llega nuestro poder ―habló Makris al detallar que si bien esa zona recibió una gran parte del poder desatado por los dos, no tuvo el mismo resultado que en el resto del territorio.
―Un Regnandi Magus nos puede dar una mejor explicación, pero creo que se relaciona a los límites que la luz puede alcanzar, después de todo las ánimas emergieron después de la perversión de la naturaleza por medio de la magia ancestral y ellas decidieron atacar y dañar para obtener mayor poder, así que siempre vivirán como un recordatorio de lo que la maldad de nuestros antecesores formaron ―explicó TaeHyung al ver como los espíritus custodiaban su camino y respetaban el límite de no acercarse.
Después de todo, los espectros desde el inicio de la vida en Caelestis, existieron para proteger y custodiar un terreno con una belleza excelsa y una gran fuente de magia, que llevó a Nix a formar un mecanismo de defensa para resguardar sus tesoros, y lo hizo a través de divertidas y engañosas pruebas que se magnificaron hasta causar la muerte luego de ser objeto vital de los Exul, y todo por medio del acceso que los espíritus errantes permitieron.
―Claro su deber era custodiar y defender este lugar pero por una parte lo cedieron y luego también fueron obligados ―pronunció JungKook contemplando la amplia extensión del hábitat de las ánimas que se va a lo largo de la zona final de Nix, completamente aislado.
―Solo nos queda dar un paso más ―ánimo D'Angelo sintiendo la carga oscura y densa proveniente del bosque en el que espera comprobar aquello que lo distrajo tanto al punto de casi ser víctima de un ataque sanguinario que fue librado por JungKook.
―¿Cuál fue la razón de tu distracción? ―preguntó el Saenon tan seguro de lo que afirma, ya que ha visto a TaeHyung en sus diversas etapas durante su entrenamiento y preparación, por lo que se hace a una idea de que algo le sucedió.
Al inicio lo vivió a su lado y conforme fue evolucionando hasta su separación a la distancia continúo viéndolo sin poder apartar su mirada durante los entrenamientos que tenía la oportunidad de ver y nunca se mostró agotado o superado por la intensidad de las pruebas que se realizaban en combate. Por ello, le parece extraño haberlo visto tan distraído en lo que al parecer estaba captando que terminó perdiendo la noción de la realidad, si bien se recompuso con asombrosa rapidez al actuar después de que cayeron sobre el suelo, desde ese instante de flaqueza pudo apreciar una brecha en el armazón imperturbable que tanto exhibe.
Tanto que lo llevó a bajar la guardia hasta el punto de perder el foco de atención a todo el panorama.
O tal vez se trata de la confianza ciega que aún vive entre ambos y que los lleva a confiar la seguridad al contrario.
―En el momento en que se reagrupaban cuando nos vieron llegar, mi mente alcanzó a penetrar en su territorio y vi que hay unos espectros que no dejaron su posición alrededor de algo que no logre ver ―explicó TaeHyung devolviendo su atención a los orbes de cielo que le invitaron a seguir el trayecto ya trazado luego de comprender las señales previas al ataque.
Reafirmando su creencia en que ambos siguen entregándole su protección al otro, sin dudarlo, sin importar lo que los separó en el pasado.
Saben que ya no hay más alternativas que enfrentar y que solo un canal ante ellos se abre y que es firmemente observado por los incipientes ojos fundidos en una tonalidad bermellón que alumbra el rostro carente de cara que poseen.
Lo primero que sienten es como la gravedad allí varía, menos de la que están acostumbrados y que retrasa momentáneamente su avance. Deben pisar con un poco más de fuerza y desplegar mínimamente sus alas para que les dé un poco más de soporte, siendo el único foco de luminiscencia en todo el lugar.
―Es como si no hubiera nada más allá de la bruma espesa ―mencionó JungKook detallando el fulgor de sus alas y las de TaeHyung que expiden una tenue luz, alumbrando sus pasos en un corto rango de distancia. Teniendo la suficiente prudencia de no extenderlas en todo su rango, debido a que intuyen la molestia que les generas a los espíritus la luminiscencia que emanan.
Porque allí adentro no hay más que una potente e insondable niebla que parece emular las intrincaciones y los rincones más oscuros del Universo del que provienen. No puede ver más que sombras de troncos altos que se pierden quien sabe en donde al no poder observar hasta donde llegan.
Además, en el lento avance que mantienen conservando la cautela que ya perdieron, bajo sus zapatos la suela impacta contra las hojas secas gracias al sonido producido cuando son pisadas. Incluso hay un potente aroma a madera luego de ser consumida por el fuego, un olor bastante fuerte aunque soportable.
―Puedo decir que todo lo que hay aquí grita corrupción, un tipo de maldad que violó las leyes ancestrales de la naturaleza ―comentó TaeHyung un poco agobiado por el peso que se cierne sobre su cuerpo, como si una fuerza inmaterial comenzará a aprisionarlo y cree que se debe a la maldad que las ánimas han consumado en ese territorio y que su espíritu y esencia pura reciben y traducen lo que allí ocurrió.
Predisponiendo a su organismo a actuar como un receptor, uno más sensible que capta toda señal corrompida y degradada.
―¿Te afecta más a ti cierto? ―cuestionó JungKook sin regresarle la mirada cuando sintió la ajena buscarlo en la corta distancia que mantienen. Cuando su flama se agitó y le transmitió el malestar que invade con más fuerza a TaeHyung.
―Mantener y encauzar mi mente hacia dónde nos dirigimos hace que mi energía sea más voluble y que las vibraciones bajas que ellos emiten me afecten mucho más ―aunque trato de ocultar lo que siente, sabe que en el punto en el que están sería prácticamente imposible disfrazar su malestar y ya había tirado demasiado de la buena suerte que JungKook le concedió por sus omisiones.
Por lo que considero como una mejor opción revelar o explicar técnicamente lo que le sucede a su cuerpo y a su flama, que se ven invadidas por una esencia totalmente opuesta que está alineada a la creación de la luz y la divina gracia, a diferencia de JungKook que no lo afecta con la misma magnitud, porque después de todo la esencia de Tenebrae está vinculada a la dominación de las tinieblas y la materia oscura.
Un indicativo más de la conexión inusual que sus esencias forjaron cuando no estaban supuestas a enlazarse debido a la contrariedad que poseen.
―Aunque mi propia naturaleza me limita a entenderlo, mi flama si puede hacerlo ―indicó JungKook extendiendo su mano para sujetar la impropia y conectar aún más el canal que comparten.
Transmitiendo su esencia similar al lugar en el que están y que la flama de TaeHyung si acepta y reconoce, por lo que cree que es una buena opción pasar su energía y que l contrario puede soportar con mayor facilidad.
Que es bien recibida por el apretón que D'Angelo devuelve cuando sus sentidos se regulan y su desaforado poder consigue un punto de equilibrio al cual aferrarse.
―Ni siquiera puedo imaginar todo lo que oculta este lugar y al menos mi visión no sirve porque no se si quiero ver todo lo que hay aquí ―comentó Makris retomando una incipiente conversación porque si TaeHyung no se ha detenido significa que aún les falta cierto trayecto que atravesar.
―Es mejor que así quede Kook ―respondió mirando con calidez a su acompañante que comprendió lo que ocultan sus palabras.
Debido a la forma en que su marca ubicada en la parte posterior de su cuello brilla sin cesar, anunciando la concentración de poder que está usando para guiarlos en medio de la penumbra que los cubre como un espeso manto, incluso sus orbes plata refulgen cada cierto tiempo, los cuales JungKook no puede dejar de ver.
Trató de disimular y apartar su atención pero ver la tonalidad que dan forma a los ojos más preciosos que ha observado a lo largo de su vida y que en sus pesadillas y tormentos lograban transformar el sufrimiento en calma. Un lucero que lo custodia y lo acompaña cuando cree estar inmerso en la devastación pura.
En esa luz grisácea que puede considerar propia, el advenimiento llegó con la confesión de lo que continúa sintiendo, porque cuando se ama sinceramente las circunstancias que quedan atrás se sobreponen a la dicha que se vivió y a través de cada recuerdo de felicidad perdura el agradecimiento.
El que poco a poco va derribando los constructos con los que ató y contuvo sus sentimientos, el amor sincero y real que no moría sino que se mantenía adormecido, y durante un tiempo funcionó, pero todas esas defensas parecían estar cayendo y no eran más que filigranas de cristal bajo sus pies.
―Estamos cerca ―anunció TaeHyung reparando en la inmensa extensión que su mente capta, cada detalle y obstáculo se presenta como una composición de sombras escabrosas que lo atacan hasta helar su sangre tan pronto como ve los horrores que en la oscuridad permanecen.
Los baluartes sangrantes yacen secos e impávidos en figuras como una burla que exalta el daño perpetrado. Aberraciones que formaron y en las cuales se deleitaron, logrando saciar su voraz apetito de venganza.
―Estoy viendo la mismísima nada Tae ―se burló porque en lo que presume son los últimos pasos que van a dar a partir de lo que D'Angelo le informó, la niebla se ha acrecentado aún más, de una forma tan densa que parece encerrarlos a ambos, lo que los lleva a expandir un poco más sus alas pero que terminan siendo tragadas por la espesa bruma que incluso se sobrepone a las estelas de energía que desprenden.
Tanto que parecen estar inmersos en una composición acuosa que no logra mojarlas pero si apresarlos hasta que ambos se detienen.
―Déjame ayudarte con eso ―procedió a enlazar la visión que le provee su mente con la impropia para que JungKook viera el panorama que contempla.
Uno que JungKook logró ver y que pronto se detiene ante la barrera que TaeHyung le comentó, el cual está rodeado por una formación de espíritus errantes que nunca llegaron a ver, mucho más altos y que parecen estar fundidos sobre el suelo sin levitar como es usual que lo hagan.
Parecen tomar la forma de un fuerte y resistente tronco que en lugar de poseer raíces es la propia bruma oscura y bermellón de sus carentes cuerpos que ahora se han solidificado sobre la tierra obsidiana y el resto de cuerpo los supera en altura y por primera vez logran lo que es una forma que simula un rostro desfigurado. Donde deberían ir los ojos hay una potente luz escarlata que se derrama por sus cuencas como lágrimas de sangre que caen hasta recorrer la túnica cimentada.
―¿Detrás de ellos está el pozo que lograste ver? ―preguntó Makris percibiendo como sus vellos se erizan por la baja temperatura de esa zona en particular, tanto que su organismo incrementó el calor que expide para hacerle frente a la posible hipotermia que enfría en exceso su ropa.
―Creo que era algo así, porque vi una profunda depresión sobre la tierra cuando una zanja entre estos cuerpos ―mencionó a la par que los señaló―, me permitió ver más allá de lo que captan, pero que parece ya no funcionar ―estando allí la franja que antes percibió ya no está, o tal vez nunca lo estuvo y fue solo su habilidad la que le mostró lo que debía ver y seguir.
―No creo que sea prudente que nos acerquemos más ―advirtió JungKook reparando en la proximidad de los demás espíritus que se remueven incómodos a su alrededor que van deshaciendo la distancia prudente que les habían cedido.
―Parece que nos están acorralando o amenazando para que no nos acerquemos ―justo cuando terminó de hablar, ambos lograron percibir un sonido en decibeles muy bajos, tanto que su audición desarrollada no hubiera captado si no fuera por el vínculo que poseen.
Un cantito grave que pudieron escuchar por breves segundos fue la respuesta al comportamiento de las ánimas que parecían ir en contra de la voluntad sobre la que habían regido y que con respeto infundado obtuvieron. Hasta ese instante en que el llamado de los espíritus guardianes se hizo oír ante su aproximación.
―Sus ojos están titilando ―señaló JungKook la anomalía que responde al sonido que escucharon en sincronía a la venida masiva de los espectros―. Por lo que concluyó que no nos van a dejar pasar.
―Demos sólo un paso más, solo uno, para ver cómo reaccionan ―de la forma en que lo planteó, ambos dieron ese paso de fe que se detuvo abruptamente cuando los espectros guardianes más abajo de donde se ubican sus ojos rojizos y sangrantes, abrieron lo que puede ser una forma de boca que no es más que un hueco que se abre impresionantemente como si quisiera devorarlos. Lugar del cual emerge un sonido gutural que duele en sus oídos pero que soportan para no moverse.
Pero que obliga a los demás espíritus a reaccionar y agitarse a su alrededor sin llegar a tocarlos pero sufriendo por el sonido de ultratumba con el que son demandados a cumplir.
―Lo mejor es que nos retiremos, porque al parecer los vigías tratan de revocar el control que ejercemos sobre los espíritus errantes y volverlos en nuestro contra de nuevo ―concluyó JungKook cuando los orbes vacíos de los espectros parpadearon en un leve tonalidad rojiza a la vez que tratan de luchar contra el clamor que no se detiene.
Es como si lucharan por no atacarlos.
Una señal que D'Angelo compartió con JungKook, llevándolos a retroceder paso a paso, sin darles la espalda avanzaron y avanzaron, ambos entendiendo que ese día y esa situación no sería dominada por ellos.
Solo tenían una alternativa que poner sobre el tablero para descubrir lo que tanto preservan. Y que no pudo ser derribado por su unión formada.
Día 554
La vida es infinita en su proceder y en el avance constante de los sucesos que deben darse para que el curso de la misma siga en movimiento, sin ser detenida o interceptada, una dimensión masiva que nunca será contenida y que solo continuará devorando todo cuanto en su camino se encuentre.
De la misma forma en que concertaron una próxima inmersión a Nix bajo la compañía de HoSeok para comprobar si él podía regir sobre la orden que los vigilantes errantes tienen sobre los espíritus y a su vez controlarlos para que no obedezcan, ya que, la acción e intervención de D'Angelo y Makris impuso su poder pero no de forma absoluta.
La cual hipotetizan que aún le pertenece a Drakos y que debe ser él quien intente conciliar y regir una vez más sobre ellos para luego determinar cómo van a deshacerse de la nueva amenaza. Pero el mayor inconveniente es que no están plenamente seguros de que la barrera de Nix acepte a HoSeok si ambos elegidos van con él y mucho menos porque no tienen una idea clara de cómo conectar con la consciencia defensora.
Empero es una necesidad descubrir lo que tanto custodian, solo que no ahora y si bien el tiempo apremia también lo es obtener un descanso para dar sosiego a la tensión en la que han estado inmersos y después enfocarse con mayor plenitud en la misión que ya parece haber evolucionado a un deber.
―Más vale que todo salga bien ―pronunció SeokJin una tácita amenaza contra su acompañante que lo indujo a seguirlo en un último intento desaforado por hacer reaccionar al par que aún no ha llegado.
Todo por obra y acción de Park HyungSik a quien decidió seguir después de arriesgar todo en relación al designio que debe cumplir cuando llegue el momento, que si de salir bien lo que están tramando, será muy pronto según lo que se le ha revelado.
―Mira tú ―el azabache detuvo su caminar y se volvió señalando con su índice el pecho ajeno. Acción que le estremeció al entrar en contacto con el cuerpo de Caruso, aunque la ropa actuó como un aislante, la calidez que él siempre posee logró filtrarse a través de la misma, como si no pudiera ser contenida.
―Se supone que aquí es donde deberías hablar ¿O tu intención es otra? ―provocó SeokJin en el momento en que HyungSik se quedó absorto en sus pensamientos al mantener su mirada fija en su pecho.
Si puede ponerlo nervioso por lo que ahora lo está obligando a hacer, y no interesa que haya cedido voluntariamente, lo seguirá poniendo incómodo en medio de la tensión que entre los dos circula y se manifiesta en el hormigueo que los lleva a estar en contacto con el otro.
―No te aproveches Jin ―pronunció Park saliendo del estado de adormecimiento en el cual se sumerge cada que la presencia ajena llega hasta sus sentidos―. Porque soy todo menos tímido ―no sabe a qué viene eso pero sabe que tuvo un buen efecto cuando la sonrisa pícara lució en los labios impropios.
―Eso lo veremos ―pronunció acercando su rostro un poco más al contrario que al compartir la misma estatura quedaron frente a frente. Sus miradas enfrentadas, verde y citrino reluciendo en una verdad que continúa acrecentándose.
―Ahora no tenemos tiempo para esto ―respondió alejándose con renuncia de SeokJin porque de seguir así perderán el foco central, pro antes de hacerlo retrocedió sus pasos y se volvió a acercar―. Ya luego podremos solucionarlo ―dicho eso se retiró a paso apresurado con una gran sonrisa entre sus labios y tratando de ocultarla para no exponerse más ante sus invitados que no saben lo que está a pocas horas de suceder.
Le tomó dos días ultimar los detalles de la reunión de equipo que planeó para confrontar de una vez al par que nuevamente se separaron uno del otro, un hecho recurrente que persigue a TaeHyung y JungKook cada vez que finalizan una misión conjunta. Ellos dos se sumen en el hermetismo total y con dolor bajan la cabeza y sus pasos van en direcciones opuestas, esforzándose por ignorar lo que ya es incontenible.
Que ahora han cobrado vida propia incluso anteponiéndose a los deseos que ellos aceptan sin que suponga un conflicto contra su conciencia.
Por ello y aunque probablemente me cueste su amistad con D'Angelo intervendrá una última vez.
―¿Qué se supone que estás haciendo Park? ―interrogó YoonGi llegando en compañía de HoSeok al obtener la autorización de ingreso a la casa de Jin quien los citó. Solo que frente al panorama que ve, cree que todo es obra del azabache que los recibe con una gran y nerviosa sonrisa, cuando a su cuestión se unen NamJoon y JiMin que fueron los primeros en llegar y que ahora están interesados en por qué hay más invitados de los que en un comienzo les dijeron.
―Se supone que íbamos a cenar con SeokJin y cuando vimos a Park no nos pareció extraño, después de todo en los últimos días mantienen juntos ―molesto JiMin teniendo una probable idea de lo que está sucediendo, además de que vio una oportunidad de incomodar al de orbes citrino y la aprovechó.
En ese instante Caruso aparece en la sala de su hogar y las múltiples miradas que recibe le indican que HyungSik y él deberán revelar su única pretensión para que colaboren y no interfieran demasiado.
El primero de los dos objetivos principales en llegar fue TaeHyung, un poco extrañado por ver a los demás allí, no cuestionó y tomó asiento en medio de una relativa normalidad que cambió drásticamente siendo ajeno a su alrededor, totalmente inmerso en la conversación fluida que mantiene con NamJoon, un distractor más.
Por lo que no noto y pasó por alto la señal de YoonGi ante el arribo de cierta presencia que puso en alerta a HyungSik y todos allí comprendieron lo que debían hacer. Esa noche decidieron apostar como equipo al mismo propósito que comenzó a fluir con la llegada de JungKook, que tuvo como primer panorámica el suave beso que el azabache depósito sobre la mejilla de piel canela que se alejó tras un pequeño reclamo no muy serio debido a su cálida sonrisa.
Algo que JungKook interpretó como agrado y comodidad por el semblante de TaeHyung, convirtiéndose en el único indicativo del que dispone, debido a que el vínculo entre ambos sigue ocluido por la voluntad de la flama contraria.
Y si no hubiera sido porque su hermano lo noto justo antes de acobardarse y huir, definitivamente no estaría pasando las dos últimas horas rehuyendo a la mirada del pelirrojo y manteniendo cortas intervenciones, en especial, cuando eran sus amigos quienes hablaban, lo que le daba el suficiente confort para no caer en la tensión que siente alojada en su cuello cada que por error encuentra los orbes plata mirando en su dirección. Por lo que, gran parte del tiempo se enfoca en regular el ritmo de sus palpitaciones que se agitan por la voz barítono que baña sus oídos cada vez que habla.
Oh, joder, que se siente tan intimidado por la presencia de D'Angelo.
―Debo confesar que después de salir de la Academia, cuando iba a visitar a Kook, en realidad trataba de encontrarme casualmente con JiMin ―confesó NamJoon tomando ventaja y dando el impulso que esperaban.
Como consecuencia al cambio de tema sin una razón aparente como lo han estado haciendo durante todo la conversación mientras los platos de comida van y vienen, saltando de un tópico a otro, aunque este en especial fue propiciado por su pareja y su comentario para nada intencionado, en el instante en que HyungSik se quedó embelesado contemplando la estridente y armoniosa risa de SeokJin, algo que no fue planeado pero que su adorable novio vio como la oportunidad perfecta para entrar al terreno que querían sin que fuera muy abrupto el cambio y más bien se viera como algo natural.
Y los demás menos los dos involucrados cruzaron sus dedos para que sus esfuerzos siguientes dieran un buen resultado. Lo que fuera necesario lo iban a hacer esa noche.
―Así que fui solo un medio para llegar a JiMin ―respondió JungKook falsamente indignado, amplio sus ojos por la incredulidad que en el pasado adivinó con certeza. Sabía que en varias de las ocasiones en que Roux iba por él, la mirada contraria trataba de captar la presencia de el de orbes lila.
Reacción que ocasionó una sonrisa colectiva cuando NamJoon se ahogó con el agua que tomaba por la expresión de su menor.
―Es cierto Kook, no hay excusas ―añadió JiMin con una mirada apenada y sus labios formando una línea mientras negaba, la cual se transformó cuando en su rostro aterrizó un pequeño pedazo de pan que voló desde el otro lado de la mesa circular en la que se encuentran todos disfrutando de una cena tranquila y armonioso dentro de lo posible.
‹‹Paz y tranquilidad que a partir de aquí se termina›› YoonGi pensó mentalmente a la par que sonreía con malicia por su acción.
―Mas te vale que duermas con un ojo abierto Makris, porque nunca se sabe lo que puedas hallar en la oscuridad ―amenazó JiMin a su oponente.
―Lo siento JiMin, pero para eso estoy yo ―intervino HoSeok con un guiño y codeando a su pareja para que se controlara.
Aunque es pedir mucho cuando ese caótico par se reúne.
―Ves tengo a mi propia lucecita para que custodie mis sueños ―YoonGi con rebosante cariño miró a su pareja y depositó un cálido beso sobre su mano, lo cual hizo sonrojar a Drakos por su esporádica muestra.
Todo bajo el escrutinio de sus compañeros que enternecidos rieron sin contenerse.
Y una vez más, los dos seres que comparten suspiros de añoranza encuentran la mirada ajena que sientan tan propia, dándole espacio al amor que renace dominante y perentorio, sin reservas ni contradicciones que pudiesen ser detenidas por las aflicciones impuestas que ambos efectuaron. Las cuales poco a poco son consumidas entre la adormilada pasión que brota desde las miradas furtivas imantadas a los labios ajenos que una vez en el pasado se amoldaron con tanta perfección que parecía ser un pecado abusar del contacto.
Hasta que una exclamación enternecida se impuso sobre las sonrisas que aún mantenían.
―Quiero algo así ¿O estoy pidiendo mucho? ―murmuró HyungSik haciendo ojitos a la pareja que está tan enamorada y que después de la separación que vivieron, parece que fue la mejor decisión porque ambos relucen junto al otro.
―Tú lo has dicho, el amor a veces no les toca a todos ―bromeó SeokJin.
Esa inocente frase caló en lo profundo de JungKook y si bien es absurdo, se vio reflejado en esa posición lejana del amor que no cree volver a recibir, no al menos de quien lo desea.
―¿En serio, no puedes ver algo bueno venir para mí? ―cuestionó el azabache dirigiendo su atención a TaeHyung que asintió parpadeando sucesivamente.
―¿Acaso soy adivino? ―alegó lanzando pequeñas gotas de agua de sus manos que sobresaltaron a HyungSik―. Tal vez así puedas purificar tu alma.
Todos rieron con desbordante diversión por sus ocurrencias, porque de la misma forma en que JiMin y YoonGi siempre rivalizan, TaeHyung y HyungSik igual.
―Oh, pero yo sí sé quién quiere purificar tu alma ―Park pronunció con una ceja en alto y el claro doble sentido colmando su expresión coqueta.
Y vaya, que todos entendieron mal sus palabras, pensando que hablaba de sí mismo y la mirada oscura y disgustada de JungKook se lo confirmó.
―¿No te cansas de ser rechazado una y otra vez? ―comentó Caruso tratando de esconder su amplia sonrisa tras el cristal de la copa de vino frutal que bebe disfrutando del dulce y crítico alcohol que se produce en Rea, y que todos consumen por gusto mas no por los efectos en su organismo que nunca alcanzan un estado de alcoholismo.
―Ese barco para mi zarpó hace tiempo ―respondió HyungSik mirando con atención al rubio menor para que comprendiera y viera que en él no hay ninguna intención de estar con D'Angelo―. Pero si hay un cierto alguien que ha estado preguntando por ti ―canturreo moviendo su cabeza de un lado a otro hasta obtener la mirada interrogante de TaeHyung y todos los presentes.
―¿Quieres decir de una vez de que se trata? ―apuro D'Angelo con una mirada de párpados caídos luego de comprender las intenciones de su querido mejor amigo y el tormento que sigue en su vida, SeokJin y HyungSik respectivamente, están tramando algo.
―Cierto Lucem, llamado BoGum Dimou, regreso de su exilio y estuvo preguntando por ti ―comentó el de orbes citrino mirando con excesiva atención el contenido de su copa, moviéndola un poco y sintiendo la insistencia de sus acompañantes clavada sobre su cuerpo tras su mención.
BoGum Dimou, es un respetado Saenon de Lucem, guerrero y diplomático, aunque la última profesión elegida es un complemento que le permite impartir y establecer el orden cuando es requerido, por lo que, es un alto y distinguido miembro del frente de defensa de Caelestis.
Con quien TaeHyung, desde su temprana infancia forjó una gran amistad en conjunto con SeokJin, pero a medida que fueron creciendo y las responsabilidades exigieron diversos sacrificios, sobre todo para BoGum, que se especializó en comprender y armonizar con la magia ancestral que rige a su linaje y a partir de allí conjugar ambas esencias para una mayor defensa. Por tanto, su hermandad se desvaneció y fue el momento en el que HoSeok apareció para integrarlos.
―¿Y yo dónde quedo? Maldito ingrato ese ―susurró Caruso porque esa noticia no se la esperaba y que Park no le había mencionado, por supuesto que no. Pero ese sería un asunto a tratar después.
Ahora lo más importante es el regreso del castaño, que solo preguntó por D'Angelo, pero no podía molestarse del todo, porque para BoGum al menos durante cierta etapa de su infancia juntos, el pelirrojo fue ese inocente primer amor, que ante la aparición de JungKook toda esperanza se esfumó.
Porque esos dos desde que se conocieron no podían ver a otro ser más que no fuera el contrario.
―Las preferencias son claras y un primer amor no se olvida ―añadió HyungSik por su pequeña mentira piadosa, porque en verdad BoGum pregunto por ambos, pero ya después habría tiempo para aclararlo.
―Ya comenzaste a delirar de nuevo ―TaeHyung rodó los ojos por la jugarreta de Park, debido a la sutil omisión que no reveló en torno al regreso de Dimou.
―Sabes que él te concibe como su primer flechazo en la infancia ―indicó el azabache señalando al contrario que inclinó el rostro para contener la sonrisa que emano con tanta gracia que terminó contagiándolos a todos.
A todos menos a JungKook que tras la mención de ese particular Celestial que hace mucho no veía, se le unieron los recuerdos fugaces del tiempo en que lo conoció, aunque no llegó a interactuar mucho con él y después dejo de verlo cuando se marchó para cumplir con la misión de vida que BoGum se trazó. Y obviamente su versión de diez años no llegaría a olvidar la mirada ámbar que constantemente seguía la presencia de TaeHyung.
―Eso cambió hace mucho, incluso nosotros... ―su réplica fue interrumpida por el sonar de las patas de la silla en la que hasta hace unos segundos JungKook estaba sentado.
―Agradezco mucho la invitación Jin, para mi es agradable volver a verte y sé que no es cortés irme en medio de la conversación, pero no me siento bien ―JungKook se excusó de la mejor forma que pudo e inclinó su cabeza a modo de despedida sin mirar a nadie más que los orbes plata que con diversión lo vieron irse, dejando a los demás un poco aturdidos por su errático comportamiento.
O mejor dicho su huida que ni él mismo contempló, en verdad que solo actúo por reflejo cuando su cuerpo lo llevó a ponerse de pie como consecuencia del fugaz pensamiento que nubló su mente al querer irse de allí. Y lo siguiente que vio fue su cuerpo retrocediendo en la silla para pararse y ver las expresiones confundidas, por lo que dijo lo primero que se le ocurrió.
Sin querer escuchar réplicas o atender el llamado de su hermano, caminó tan rápido como pudo desabrochando los primeros botones de la camisa blanca que lleva puesta y aunque lo primero que deseo hacer al salir de la casa de SeokJin, fuese volar para llegar a su hogar, un indeseado alguien lo detuvo o se lo impidió, si bien no se le acercó, se mantuvo a unos pasos más atrás custodiando su camino.
Y como efecto del cóctel de emociones que atiborraron su mente, no sabe cómo reaccionar ni a dónde dirigirse. Quiere gritar y a la vez pedir perdón porque lo que siente escocer en su garganta, un solo pedido que lo deja vulnerable ante el Celestial que puede sostenerlo y caer con él por el precipicio que han terminado de consumar entre ambos.
―¿Puedes dejar de seguirme? ―entonó JungKook respirando con pesadez y revelando su aflicción cuando los profundos suspiros emanó de su boca en un leve vaho que perdura en el aire debido al frío que cubre toda la extensión de Titán y que choca contra la temperatura corporal que lo asfixia.
―Sabes quien fue BoGum en mi vida y quien seguirá siendo ahora, no es algo que deba preocuparte ―dijo TaeHyung el motivo de la perturbación contraria que lo llevó a seguirlo segundos después de su marcha.
Siguiendo el impulso que una voz lejana le susurro y activo cada fibra en él que ya no está dispuesta a seguir con cautela, está harto de contenerse y si en esta noche todo debe quedar concluido así será.
―No es algo que deba preocuparme TaeHyung, después de todo puedes hacer lo que quieras y yo igual ―lo que dijo va dirigido más para sí mismo que para el pelirrojo. Ya que durante la cena comprendió que nada existe entre Park y D'Angelo, porque el coqueteo entre su amigo del pasado y el azabache no era para nada disimulado.
Pero la sola mención de BoGum logró trastornar los indelebles resquicios de cordura que para ese punto dispone, no cuando TaeHyung se enfrasco en hacerse sentir ubicado al frente de donde estaba.
Solo su mirada grisácea fue todo lo que necesito en medio del juego al que constantemente rehuía para caer en la tórrida tensión que continúan acumulando.
―Puedes tratar de engañarte y pelear contra lo que digo, pero sabes que es así, después de todo nosotros nos conocemos tan jodidamente bien que aunque los años hayan pasado, solo tú y yo ―añadió D'Angelo siguiendo el avance del rubio que al parecer está tan cegado que no es plenamente consciente de a donde se está dirigiendo.
Claramente no será él quien lo detenga.
―A la mierda con el pasado, a la mierda con nuestra relación, estoy harto de que ese solo hecho parece ser lo más importante que hemos hecho porque todos lo siguen recordando ―refunfuñó entre dientes y aprisionó con fuerza su labio inferior entre sus dientes por la frustración que lo invita a caer y ceder el escaso control que solo emula una mentira a la que le quedan pocos minutos de vida.
Sabe que solo está diciendo lo primero que se le ocurre porque está cegado por celos primitivos que justamente solo han despertado una vez en su vida para responder a TaeHyung D'Angelo, quien solo está rodeado de Celestiales que han querido tener o tuvieron algo con él.
‹‹Sabes que no es así, tampoco son tantos›› molesto D'Angelo al acceder a la psique ajena que grita silenciosamente en un volumen tan alto que puede oírla sin esforzarse demasiado.
―¡Puedes dejar de vivir en mi cabeza y dejar de seguirme de una buena vez! ―preso de la ira giró su cuerpo y avanzó hasta TaeHyung empujándolo con sus brazos a la vez que fueron apresados por las manos de piel canela que lo jalaron hacia su regreso.
―¿Y entonces porque demonios estás aquí o no sabes en donde te acabas de meter, Makris? ―cada palabra fue entonada con dureza en su voz.
Una que hizo vibrar las células de JungKook cuando sus ojos quedaron justo al frente de los seductores labios que se curvaron en una ladeada sonrisa. Cerró sus ojos para enfocarse en una emoción a la vez.
La cual emigró muy lejos de su alcance cuando miro detrás del pelirrojo y vio que el lugar en el que están, mejor dicho, en el lugar al que acudió para calmar la turbulenta molestia que se fue disipando cuando el sonido del bosque colmo sus sentidos y la caída del agua en la pequeña cascada natural sobre la que está erigida la casa de TaeHyung se dibujó ante sus ojos.
No en una ensoñación sino en un hecho real que se manifestó cuando sus más negadas pasiones lo condujeron al lugar en el que no pudo estar mucho tiempo pero que se convirtió en el oasis que lo salvaba de la tristeza.
Parte de sus deseos inconscientes dominados por sus anhelos y otra parte de su voluntad lo llevaron hasta allí y apenas toma consciencia de lo que ha hecho.
―¿Ahora ya no eres tan valiente o qué pasa? ―reto D'Angelo deshaciendo el agarre en unos de los brazos que sostiene y afirmó su mano sobre la delicada cintura que logró palpar con precisión bajo la delgada tela de la camisa, percibiendo a través de su dermis la calidez ajena, que por acto reflejo se acercó un poco más si es que eso fuera posible.
―Sí, sí estaba celoso ¿Contento? Es lo que quieres oír ―respondió JungKook ante la caída inminente contra la que ya no quiere seguir luchando.
Los dos durante cada uno de los días en los que han debido acercarse por trabajo y demás situaciones que se empeñan en reunirlos, debieron luchar contra sus propios demonios que amargamente les revelaron después de una ardua contienda de avances y retrocesos, en la que una única verdad primo sobre las demás excusas, un hecho intangible e imperecedero reinó.
El cual prontamente sería consumado a partir del renacimiento de Eros que los dominaría con fervor hasta sus huesos para descalcificarlos y de las cenizas olvidadas ambos volverán a emerger como un solo ser.
―No tenías que decirlo cuando cada expresión tuya ante mis ojos son tan evidentes ―confesó TaeHyung ejerciendo mayor fuerza con sus dedos entre la piel cubierta que sostiene.
Ocasionando un hondo suspiro en el rubio que rodeo su cuello con la mano que liberó y vio cómo sus pupilas poco a poco se dilataban.
―¿No estás hablando demasiado? ―cómo no quería escuchar una réplica más, porque de hacerlo su osadía sería opacada y como efecto paralizante la adrenalina se disparó en su sistema cuando de improvisto acortó la distancia y sus labios impactaron contra los ajenos con tanta añoranza que cualquier argumento que su consciencia fuera capaz de hilar carece de sentido en ese instante, donde los dos se empeñaron en vivir a través de la pasión presente.
Permanecieron estáticos en la misma posición a la espera de que sus sentidos volvieron a la vida y TaeHyung fue el primero en poseer los labios que tanto extraño, pero que ahora los siente diferentes bajo el tacto, como si fuera la primera vez y aun así parecen encajar de forma sublime.
Comenzó de forma lenta pero intensa sujetando con un poco de fuerza los belfos que los reciben con desespero, al mismo tiempo en que los encaminó hacia la entrada de su casa, su lengua tanteó la comisura en un toqueteo repetitivo hasta que JungKook le permitió explorar los límites que los hace suspirar y aferrarse con más fuerza, buscando extinguir la distancia.
JungKook gimió cuando la lengua ajena recorrió la propia moviéndola hacia un lado para tocar con su punta su mejilla interna en un lento recorrido para regresar a su sinhueso en el que se restregó con intensidad, sintiendo como la saliva comenzó a caer por las comisuras de sus labios, por lo que enterró con fuerza sus manos entre el cabello rojo a la vez que su espalda impacto con algo de rudeza contra la puerta.
―Ahhh... Joder ―emitió el rubio cuando TaeHyung bajo su mano hasta apretar una de sus nalgas y por impulso enredó su pierna alrededor de su cadera sujetándose para no perder el equilibrio.
―Y eso que aún no te jodo como se debe ―susurró él sobre su boca separándose milimétricamente, lo que les dio la oportunidad de ver la pasión enardecer en los orbes contrarios.
―Eso está por verse ―respondió atacando otra vez los labios de corazón, centrándose en el inferior que sostuvo entre sus propios belfos para succionar y volver a besar con la boca abierta y encontrarse de nuevo con la lengua contra la que luchó por el control.
Tuvo que sujetarse con fuerza de la fornida espalda cuando lo impulsó a unir su otra pierna para llevarlo hasta el interior de la casa que el pelirrojo sorteó con habilidad mientras sus bocas se devoraban y las mordidas eran dejadas para exacerbar la excitación que en sus pelvis se marca. Espacio en el cual JungKook metió su mano para sostener por sobre la tela de pantalón la prominente erección que apretó y acarició para reconocer su tamaño.
TaeHyung siseó y reposó su cuerpo contra la pared más cercana evitando que ambos cayeran al suelo. Lo cual, JungKook aprovechó y dirigió sus manos hasta el cierre del pantalón para bajar la cremallera con rapidez.
Apenas pudo sostenerse por obra de sus piernas y con sus manos afirmadas a la cinturilla del pantalón empujó al pelirrojo y lo estampó contra la pared y devoró sus labios húmedos y enrojecidos al mismo tiempo comenzó a deslizar la tela y la mano de TaeHyung lo detuvo al adivinar sus intenciones.
―Podemos dejarlo para después ―por más que quiera sentir su boca tragando su miembro la desesperación por sentirlo más allá lo supera con creces.
Y JungKook que fantaseo con ese momento cuando sintió el crecimiento del pene contra su pierna cuando se estaban comiendo la boca contra la puerta de entrada no iba a ceder tan fácil. Al menos lo probaría un poco.
―Si lo quiero, lo obtengo ―con voz provocativa y aterciopelada se puso de rodillas y se llevó consigo la tela que terminó de bajar con rudeza, incluso la ropa interior cuando vio que tuvo la autorización contraria ante la falta de respuesta.
―Veamos de lo que eres capaz, Makris ―retó el pelirrojo con una expresión desafiante y guio su manos hasta el cabello rubio que peinó hacia atrás y que sujetó con suavidad.
JungKook se sintió delirar por la mirada oscurecida de D'Angelo y la mano sobre su cabeza, aumentando su deseo. Llevó su mirada hacia el rosado miembro y con la diestra sujeto la mayor extensión posible quedando por fuera del calor de su piel, el glande un poco goteante que lo hizo tragar de anticipación, y aunque quisiera tomarse más tiempo en reparar su anatomía y grabarse las venas que lo marcan, no aguantó más y dirigió su boca hasta el miembro que sometió con deleite.
―JungKook ―él exhaló entre dientes cuando vio como la mitad de su pene término entre la boca que ahora lo tiene delirando, y aunque sus párpados quieren ceder por el potente cosquilleo que viaja por sus terminaciones nerviosas, considero un sacrilegio perderse sus movimientos.
El rubio perdido en las sensaciones cerró sus ojos y con su lengua acarició lo que su boca alcanzó a cubrir. Comenzó con el movimiento de cabeza y en cada retirada se forzó a tragar un poco más, con su mano tomó los testículos y en respuesta TaeHyung sujetó con fuerza el cabello que sostiene entre su mano, tanto que gimió contra el pene enviando la vibración de su gemido ahogado por toda la extensión.
Anticipando lo siguiente, su zurda se apoyó en el muslo canela y sintió como la primera embestida fue una prueba para medir su aguante. Gimió y sollozó pidiendo más y justo allí con su boca siendo profanada por el miembro de TaeHyung con una fuerza delirante que lo hizo lagrimear y apretar las piernas cuando su propio pene vibró, no se reconoció a sí mismo, porque nunca saboreó ni pidió tanto por tener hasta lo más profundo una extensión que no fuera la del pelirrojo.
Él fue al único que le concedió el permiso de abrir su cavidad bucal y llegar hasta el inicio de su garganta que azotó con su miembro en arremetidas sucesivas que provocaron leves arqueadas que aguantó y profundizó cuando iba al encuentro de las embestidas para que lo abriera un poco más de ser posible.
―Mira lo precioso que te ves ―admiró TaeHyung las lágrimas que se desprenden de los orbes celestes un poco enrojecidos que ahora no dejan de mirarlo con una pasión desquiciante que lo lleva a penetrar esa boca rebosante de saliva mezclada con su fluido preseminal que aún no va a liberar, no sin estar en lo profundo de la cavidad anal de JungKook.
Ahora mismo no es más que un esclavo del más puro, sublime y enloquecedor placer carnal que en él conoció por primera vez y que solo a través de él su cuerpo se volvía un manejo de posesión y clamor por obtener más.
Makris sintió el cosquilleo procedente de la expansión de su garganta cada vez que era forzada a alcanzar un nuevo límite. El miembro ajeno lo penetró de forma salvaje y terminó sollozando muy bajito cuando esa goteante extensión le fue retirada de la boca y las manos ajenas los sostuvieron de su mandíbula para ponerlo de pie y llevarlo hasta su boca en donde se atrevió a escupir antes de estampar sus labios y que TaeHyung sintiera el poco esperma que expulsó en su boca.
Sus salivas intoxicadas del fluido con notas saladas y dulces se sintió como un elixir que invadió sus papilas gustativas y los llevó a experimentar las primeras pinceladas del nirvana que a su lado desintegraran para apoderarse de él y construir su eterna morada.
―Mierda... ―siseó JungKook un poco perdido cuando D'Angelo palmeo con suficiente fuerza uno de sus glúteos para que volviera a rodear su cintura con ambas piernas y oh joder, que grito suavemente cuando el miembro desnudo y expuesto rozó contra la hendidura de sus nalgas molestamente cubierta por sus pantalones de cuero.
TaeHyung solo pudo contemplar como un fiel súbdito su fuente y mana de vida totalmente inmerso en la pasión que lo terminó de encender más si es que es posible, por lo que decide arriesgar todo y lanzarse junto a JungKook por el averno de la perdición.
Apenas llegó a su habitación empujó con rudeza la puerta con su pie mientras respira a través de la boca ajena que continúa devorándolo, unión que deshizo en el momento que deposito o mejor dicho, cuando lanzó al rubio sobre la cama y se inclinó para continuar besándolo a la vez que guío sus manos hasta los botones que deshizo con agilidad y sus labios fueron descendiendo y dejando un camino de húmedos besos sobre la piel del cuello en el que se detuvo unos segundos. Besó y mordió con suavidad y no logró contener la sonrisa que brotó al escuchar los jadeos que sin pronunciar palabra le hicieron saber del desespero que lo embarga, y no es solo JungKook quien se siente al borde, porque la estimulación previa a su miembro lo tiene a punto de dejarse ir pero primero debe probar y recorrer los rincones de un cuerpo que siempre consideró suyo.
No como una posesión, sino como el ser que lo eleva y lo complemente, a quien él le pertenece.
―Cada parte de ti me encanta ―entre cada palabra que pronunció dejó un profundo beso sobre la piel erizada del cuello de Makris que no pudo modular palabra más que retorcerse sobre la cama.
Siguiendo con su exploración dejó una sutil mordida en las clavículas que le robo un nuevo gemido a JungKook y los siguientes en voz baja cuando aprisiono entre sus labios uno de los erguidos pezones y con su otra mano que no ocupa para sostenerse de la cadera impropia, atrapó entre sus dedos el otro de un suave color rosado y marrón, tan precioso y delicado, abandonado a la lujuria.
―Estoy... Desesperado ―manifestó él llevando sus manos hacia el cabello rojizo que le hace cosquillas en la piel que besa y succiona. En ese momento se siente levitar como si el placer que desborda su cuerpo no pudiese ser contenido.
―Es la idea Chiaro di luna, quiero verte de toda las formas posibles ―ahora era su turno de poseer ese cuerpo de piel tersa a su antojo. Y para alivianar un poco el desespero que sienten depósito un sucio y húmedo beso sobre el ombligo que recorrió con su lengua y atrapó entre sus manos el pantalón de JungKook y de un solo impulso se lo quitó junto a su ropa interior, liberando el rosado pene erguido y vibrante al que le dio un lamida desde la base hasta el glande que introdujo en su boca y succionó con la fuerza justa la goteante cabeza.
JungKook para ese instante no pudo quedarse quieto y por desespero con sus talones apoyados sobre el borde la cama se impulsó y penetró la boca TaeHyung que lo recibió con gusto, moviendo su cabeza de atrás hacia adelante, completamente excitado por la visión del rubio saciando su placer en su boca. Ambos caminando por el borde del orgasmo que le dio un anuncio previo cuando su lengua barrió la pequeña cantidad de semen del miembro que con impaciencia y precisión llegó hasta el inicio de su garganta.
Pero aún no es momento de su liberación y una vez más los obligó a ambos a detenerse.
―¡TaeHyung! ―gritó JungKook cuando su miembro fue retirado de la cálida y voraz boca del pelirrojo que se impuso sobre su cuerpo y sujeto sus manos sobre su cabeza, devorándolo con la mirada que perdió todo rastro del gris platinado que colma sus orbes.
Ahora TaeHyung no es más que un depredador a quien le cede el control de su cuerpo.
La palma ajena impactó contra su muslo y solo gimió, oh joder, el más dulce gemido salió de sus labios como una melodía del placer sexual que desbordó sus sentidos, un dulce sonido que murió en el calor tórrido cuando el pelirrojo abrió su boca presionando sus mejillas para mantenerlo quieto y la lengua impropia recorrió sus labios y terminó enroscada con su lengua que respondió la contienda que finalizó cuando D'Angelo sujeto con fuerza sus caderas y una vez su sollozo inundó el aire cargado de deseo y pasión que abunda en la habitación y que tiene a sus cuerpos envueltos en sudor.
―Vamos mi cielo, déjame prepararte ―musitó el pelirrojo mirando fijamente el azul consumido en los orbes contrarios y volteó el cuerpo de JungKook sobre su abdomen, permitiéndole contemplar el sublime trasero que amasó entre sus manos a su antojo.
Con la más pura delicadeza acarició la superficie curva de ambas nalgas y con su lengua recorrió la línea marcada en el centro de la espalda. Por reflejo JungKook empinó su trasero y apoyó las rodillas sobre el colchón y hundió el rostro entre las sábanas bañadas del varonil pero delicado aroma de TaeHyung.
―Tenerte así tan dispuesto para mí solo me enciende más ―habló D'Angelo contra el oído ajeno y antes de separarse, entre sus dientes jalo un poco el lóbulo de su oreja, lo que le robo un lloriqueo al rubio que inconscientemente se empujó contra su pelvis desnuda.
TaeHyung se enderezó y palmeó con suficiente fuerza el trasero de Makris que rápidamente se tornó rosado y marco la palma de su manos en las nalgas que azotó cuatro veces más hasta que se detuvo por los lamentos y súplicas ajenas que para ese punto lo enloquecen.
―Dime lo que quieres ―demandó viendo como el cuerpo de piel blanca y colorada por su acción se frota contra las sábanas mientras empuña la tela en sus manos. Aprovecho para quitarse la camisa y buscar entre el cajón de su mesa de noche el lubricante para facilitar la intromisión de su miembro.
―Necesito que me jodas hasta hacerme llorar y necesito sentirte en lo profundo de mi trasero ―JungKook en el pasado siempre disfruto de los momentos que compartió con el pelirrojo y las distintas dinámicas que asumían en el sexo. Como ahora que solo quiere suplicar por volver a sentir solo lo que TaeHyung ha podido grabar en su cuerpo y en su alma.
Además, sabe que pedir lo que quiere que le hagan aumenta la rudeza y el fervor de D'Angelo. Lo que justo ahora lo tiene salivando de solo imaginarlo.
JungKook suspiro con fuerza casi que en un sollozo cuando unos dedos largos untados de lubricante abren sus nalgas y acarician superficialmente su hendidura que se contrae en necesidad.
―Eres un pecado y joder que solo quiero que supliques porque me detenga ―dijo TaeHyung dando carias en el rosado ano siguió contrayéndose en un pedido silencio por ser llenado.
―¡Hazlo de una vez! Por favor... Ahhh mierda ―lloró de forma abrupta cuando sus palabras murieron ahogadas en su garganta cuando dos dedos comenzaron a abrirse paso en su entrada.
El dolor se ramificó en medio del ardor proveniente del lento avance en medio de los segundos que TaeHyung le cedió para acostumbrarse a la intromisión que hace mucho tiempo no sintió en esa zona, y que ahora está siendo abierta de forma deliciosa y delirante cuando sus paredes anales van cediendo y permitiendo el paso de los dos largos y gráciles dedos que se abren para dilatarlo mucho más.
―Mgh... Más, necesito más ―clamó apresando con fuerza la tela y empujo su trasero directo en los dedos sobre los que se penetro y otro jadeo alto fue seguido de mucho más cuando TaeHyung cumplió su pedido y unió otro dedo más que impulsó hasta tocar su próstata.
JungKook gritó, jadeó y se retorció, sintiendo como le faltaba la respiración en el instante que esos tres dedos azotaron sin aviso y con violencia el cúmulo de nervios al final de su ano que resintió el brusco movimiento. Y solo se empalo otra vez contra los dedos que comenzaron a salir con lentitud e ingresar con fuerza dando golpes certeros.
El pelirrojo giró sus dedos ágiles lo más que pudo en el interior y palpo los suaves pliegues de las paredes anales que sintió palpitar. Debió respirar con mayor fuerza para contenerse y no sucumbir ante el manojo de súplicas que la dulce y ahogada voz de JungKook entonó con desespero.
―Aún no te dejare venir, no hasta que te joda como se debe ―D'Angelo advirtió y retiró sus dedos de la entrada que volvió a cerrarse un poco ante la falta de algo que la llene.
―¡Por un demonio, déjame! ―peleó en el momento en que el pelirrojo no le permitió seguir restregando su pene hinchado contra la cama y de nuevo lo giró apresando su cintura.
―Te lo dije mi cielo, solo cuando mi pene termine de abrirte, justo allí podrás correrte ―recalco y lo sujetó de los tobillos dejándolo en el centro de cama.
Makris para ese momento solo era un ofrenda de pasión vehemente que lo hizo ver blanco hasta que su mirada hallo la grisácea del cuerpo que lo cubrió. Respondió a la solicitud de TaeHyung y abrió sus piernas para recibirlo, la parte interior de sus rodillas fueron alzadas y reposaron sobre los antebrazos impropios.
La postura expuso más su entrada en la que el pene de D'Angelo final y gloriosamente entró de una sola embestida que removió su cuerpo por el potente impacto que lo sacudió y reorganizó sus fibras cuando volvió a sentirse completo. Cuando su interior y su entrada anhelante fueron llenadas por el grueso miembro que lo penetró con contundencia.
TaeHyung suspiró y jadeó al sentir el calor devorar su pene que arremetió con certeras penetraciones una y otra vez. Su pelvis chocó contra el trasero de JungKook y sus testículos presionados en medio de los demandantes movimientos a los que se unieron el golpeteo de sus pieles sudorosas y del lubricante que facilitó su intermisión hasta la próstata que violento con fuerza.
Las enérgicas estocadas hicieron que JungKook cerrara sus ojos y aferrara sus manos a la ancha espalda que arañó con delicadeza, en especial, la curvatura pronunciada al final de la misma fue el único nexo físico que necesito para comprender que aún sigue con vida.
Está al límite de dejarse ir pero hace uso de su voluntad para llegar en sincronía con TaeHyung.
―Eres un jodido salvaje ―expresó JungKook con las lágrimas cayendo de sus orbes que se abrieron para exponer el delirio ante su candente agresor que sonrió con lascivia y cambió el ritmo de las penetraciones.
TaeHyung saco su miembro hasta el inicio de la entrada rojiza y se empaló de un solo movimiento, repitiéndolo una tras otra y movió su cadera de forma circular al cambiar la dirección en la que embistió. JungKook no pudo modular más que sonidos inteligibles y sollozos que hicieron al pelirrojo sonreír.
―Tú lo pediste, amore ―respondió el de orbes felinos, sintiendo como el sudor bañaba su cuerpo así como el ajeno que posee a su antojo.
Ambos suspiraron con afán y los gemidos endulzaban sus oídos en medio del reconocimiento que se cierne sobre sus cuerpos, volviendo a sentir con dureza y pasión al ser que en silencio continúan deseando. Sus oscuros anhelos florecieron de nuevo en el abrasador amor marcado en sus pieles y fundido en sus entrañas.
TaeHyung bajo las fornidas piernas para descansar y permitirle a JungKook enredarlas en su cadera, acción que lo empujó a enterarse aún más en la entrada palpitante que lo hizo gruñir y moverse con mayor esfuerzo, uno que fue marcado por la ayuda ajena en cada embestida.
Las manos de JungKook se movieron hasta los pectorales de piel canela que amasó y dio suaves pellizcos en los erguidos pezones.
―Lo necesito... ―pidió el rubio totalmente inundado de sensaciones tan intoxicantes que anidaron en su abdomen bajo, como una maraña tejida y unida por sus nervios que acumulan mayor potencia con cada estocada, profunda embestida y enérgico miembro que sacude su interior sin una pizca de benevolencia.
Por momentos su respiración se atasca cuando TaeHyung no le da un descanso, todo siendo motivado por su pedido, necesita dejar ir y todo su cuerpo parece listo para desgarrar su piel de la misma forma en que su próstata es constantemente mascarada con pasión delirante.
Sus lágrimas comienzan a caer nuevamente por las sofocantes emociones que no me dan tregua, no sabe a qué aferrarse más que al cuerpo que lo contempla como una pieza esculpida de arte, una remembranza pasada por la que terminó llorando un poco más cuando las embestidas se volvieron más frenéticas y sin ritmo, aunque demandantes, tanto que sus caderas comenzaron a resentir los golpes, pero no podía importarle menos cuando estaba siendo tan jodidamente amado a través del cuerpo y el alma de TaeHyung.
―Puedes hacerlo ―confirmó D'Angelo y sujeto una las piernas del rubio y la dobló hasta sostenerla en su hombro y un mayor ángulo de exposición que le permitió ver cómo su miembro entraba y salía de la rosada entrada. Esa lasciva visión lo excitó aún más y los álgidos gemidos lo llevaron al límite de penetrarlo como si su vida dependiera de ello.
―Ahhh... ―JungKook gritó con fuerza cuando su pierna terminó elevada sobre el hombro de TaeHyung y su entrada comenzó a ser violentada sin piedad, una tan desgarradora que sintió como su ano se expandió un poco más por el pene que lo tiene delirando y boqueando por alcanzar el permiso que se le fue dado―. Sigue así, más duro ―sollozo y clamó por más de lo que su cuerpo puede aguantar.
―¿Qué quieres mi pequeño y sucio insaciable? ―jadeó sabiendo que JungKook está al borde y él también. Tanto que sus palabras solo salen en cortas y airosas expresiones que su lengua modula con dificultad.
―Quiero que me llenes tanto y tan profundo... ¡Así, joder! ―gimoteo cuando otra penetración traicionera lo dejo a mitad de su sucio pedido y se entregó a ser un objeto de placer que recibe y da lo que el pene que lo sacude desde las entrañas quiera darle. Sin darle tiempo a analizar sus acciones y pedidos cuando está siendo partido desde el interior.
Siente su piel sensible en un punto tan elevado cuando TaeHyung mordió parte del muslo de su pierna que alcanzó con sus dientes y los gemidos roncos lo desconectaron de todo lo que fuera de esa habitación existe.
Ambas respiraciones en la escasa distancia se volvieron una sola. Un solo cuerpo unido por el salvaje miembro que entra con tanta ira y embiste con violencia la próstata que finalmente estalló. JungKook lloró y gimió hasta que su respiración se detuvo seguido de su corazón que lo dejo inerte por varios segundos, cuando el destructivo orgasmo eclosionó en su pelvis y su pene libero largas y espesas cantidades de semen que cayó sobre su abdomen y salpicó un poco su rostro y aunque quiso cerrar los ojos, estos se mantuvieron vigilantes al momento seguido del último y férreo embiste del miembro de TaeHyung que en su interior se liberó en medio de un alto gruñido.
D'Angelo alcanzó la culminación y la vehemente corrida que a ambos los despersonalizo en sincronía con Makris, su semen y su esencia anido con fuerza al ser expulsado y contenido en el ano que palpito sobre su miembro aun erguido. JungKook bajo su pierna y sujeto su cuello para estamparlo contra sus labios, los dos compartiendo el clímax en medio del paraíso tangible y astral que sus flamas crearon para recibir su nueva unión.
Su esencia inmaterial tomó el orgasmo y lo extendió, sus cuerpos en medio de los espasmos descansaron sobre el otro, mientras sus labios ya no buscaban devorarse sino calmar las sacudidas que como ramalazos volvieron a encenderse.
―No he tenido suficiente ―confesó D'Angelo sobre las comisuras hinchadas y rojizas que dejaron un perezoso beso en sus belfos.
―Y yo quiero que vuelvas a hacerlo ―JungKook incentivo las acciones contrarias y enredo de nuevo sus piernas en las caderas que comenzaron un lento movimiento y sintió cómo el pene de TaeHyung se endureció de nuevo a la par del propio que el pelirrojo esta vez sostuvo entre su mano.
Oh jodida y desquiciada pasión que lo regresó del nirvana al cual emigró sucesivas veces durante la noche y que se prolongó hasta el amanecer.
Dos corazones que por la desgracia fueron separados en contra de la voluntad que aún no está dispuesta a florecer, nuevamente los unió y sus esencias reforzaron el vínculo ya existente y otro más del que ambos desconocen comenzó a gestarse en la distancia.
Autora:
Me esforcé para traer este último capítulo antes de entrar a trabajar de nuevo. Y estoy feliz con el resultado.
Además, con este capítulo se concluye el Fragmento Ⅰ: El renacer de Eros. Para la segunda parte se vienen muchos sucesos y uno que definitivamente no se esperan y que será el detonante para el resurgir de el verdadero Monarca.
Nos estamos leyendo en el comienzo del Fragmento Ⅱ 🖤
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