ⅩⅩⅣ: El oasis de la pasión

Inmediatamente sus orbes se acostumbraron a la excesiva luminosidad, una idílica manifestación natural lo recibió. JungKook jadeo asombrado frente a la vasta extensión natural y acuosa que parece caracterizar a Elara y que se manifiesta en donde fije su mirada.

―Creo que podría quedarme aquí a vivir ―pronunció el de cabellos dorados que parecen brillar aún más por los rayos de sol que caen sobre ellos.

TaeHyung se perdió en la felicidad que sacudió el cuerpo de su pareja y a través de la unión que mantiene por medio de sus manos en los hombros ajenos, la conexión fundida en sus entrañas, vibro en medio del desaforado recorrido de la sangre producto de la adrenalina que tiene a JungKook totalmente sonriente, sin saber a dónde mirar o a qué lugar dirigirse.

La entrada previa no es más que un distractor que oculta el deslumbrante oasis que es discordante con el trayecto, el cual, le dio a Makris una idea de lo que muy posiblemente iba a encontrarse. Pero no, cuán equivocado estaba porque, si bien el sedoso y rebosante pasto brilla por el leve rocío que no sabe de donde proviene, otorgándole al misterioso lugar un acogedor olor a petricor, nada más allá de esa característica pudo ser anticipada.

No es más que la entrada principal que se entiende por varios metros en los que abundan las diversas formas que posee la hierba y que la suave presión sobre sus hombros le incentivo a cruzar a través del pequeño espacio de tierra rojiza que hay en medio del amplio espacio.

―Puede ser nuestro lugar para escapar de la presión y el agobio ―respondió el pelirrojo y se pegó mucho más al cuerpo de JungKook, a la espalda que lo recibió a la vez que las manos ajenas treparon hasta las suyas y las llevaron hacia el abdomen ajeno, en donde sus dedos se enredaron y de esa forma comenzaron a caminar.

Su respuesta ocasionó una emotiva sonrisa que perló los orbes de cielo del Saenon que omitió toda verbalización, pero que se encargó de transmitirle su amor metamorfizado en su alma al ser que tanto adora, tan semejante al sol en lo alto del cielo celeste.

El cual perdieron de vista en medio de su avance hasta adentrarse en la senda delimitada por el camino que se abrió paso entre los árboles albinos de altas copas, a través de los cuales el sol sigue su recorrido para bañar el inmenso bosque que atraviesan en el mismo silencio cómplice ante el llamado de la naturaleza que parece entonar una canción para ellos.

Una sonata creada producida por el movimiento de las ramas y las hojas que son mecidas por el cálido viento que acaricia sus pieles mezcladas por el apretado abrazo que mantienen. Los murmullos inteligibles los hacen sonreír al diferenciar a las pequeñas criaturas compuestas de energía ancestral que sustentan y alimentan la inmensa arboleda que se extiende más allá de donde sus ojos pueden alcanzar. Su presencia se identifica en los suaves destellos que crean un lienzo entre el color esmeralda, magenta, lila y naranja, los cuales danzan en las inmediaciones cercanas en las que están ubicados, pero sin llegar a aproximarse demasiado, como si mantuvieran la distancia segura solo para darles la bienvenida.

―Creo que es un recibimiento para ti, Tae ―concluyó JungKook al ver unos luceros mucho más diminutos que los demás, aunque de un color plata como los orbes que tanto ama observar.

Pequeños resplandores que lo dejaron pasmado hasta detenerse, cuando de los luceros platinados se desprendieron haces de luz bermellón que dieron vida a otros más pequeños pero con la misma tonalidad que el cabello de TaeHyung. Las formaciones nacidas de una sola parecen ser la representación de su pareja y fueron las únicas manifestaciones vivas que si bien no se acercaron demasiado, si se ubicaron a unos escasos metros de la barrera que ejerce el camino central.

―¿Por qué crees que es así? ―cuestiono D'Angelo detrás de su bonito cielo, sin dejar de abrazarlo por la espalda, apoyó su mentón sobre los rubios cabellos que tienen una suave esencia a lluvia y dulzura, con la cual llenó sus pulmones.

―Porque son los únicos destellos que se acercaron y que además, representan el color de tus ojos y ahora del mechón grisáceo en tu cabello que al mismo tiempo sigue siendo rojizo ―Makris explicó meciendo sus cuerpos en un delicado movimiento que sigue el compás dictado por el viento.

―Tan observador que es mi preciosa luna de Tenebrae ―bromeó el de orbes plateados bajo la referencia lejana que hace mucho no entonaba y que trajeron de vuelta a sus memorias los recuerdos pasados de incontables bromas que aunque JungKook protestaba en disgusto, siempre amo que fuera él quien asociara su marca de nacimiento en unión a cualquier otra característica. De la misma forma en que YoonGi lo hace.

Solo a ellos dos les ha concedido la oportunidad de recordarle una y otra vez la pequeña mancha que exhibe la piel de su frente, tan tenue que solo de cerca puede ser apreciada.

―Ya cállate, sol infernal de Lucem ―rebatió el menor con fingida molestia que curvó ligeramente sus labios en una adorable expresión que TaeHyung quiso besar.

Pero una vez más se contuvo de no ceder a los deseos que recorren su piel.

―El error de tu ofensa se centra en que en Spes no hay una zona dominada por el calor a diferencia de Egeón ―señaló con un tono petulante que lo hizo acreedor del ligero impacto del codo de JungKook en su estómago que resistió la queja que de sus labios salió en una sonora risa que le dedicó a las pequeñas criaturas que chillaron suavemente antes de huir a gran velocidad, producto de la timidez que las embargó.

―Veo que hasta la misma magia ancestral tiene cierta debilidad por ti ―comentó con una gran carcajada que contagió a su pareja.

Debido a la extraña y adorable reacción de los luceros frente a la angelical sonrisa de TaeHyung que pudo sentir por medio del vínculo y dejó ir la ofensa anterior que lanzó el pelirrojo hacia su región.

―Tu eres la mía, Chiaro di luna ―murmuró sobre la oreja ajena y sintió cómo su respiración se detuvo por la osadía de sus labios que se aventuraron sobre el cartílago que acarició con su húmeda respiración.

Oh, por favor, JungKook carece de una férrea voluntad cuando la presencia de TaeHyung se impone y la calidez va adquiriendo mayor efervescencia que se desprende de su pecho hasta caer sin piedad en su estómago que burbujea de emoción, porque sabe el juego hacia el que D'Angelo lo está llevando.

Provocación y tentación hasta que termine suplicando.

―A veces eres tan atrevido y sucio por lo que estás pensando que nadie podría creerlo viendo del respetadísimo y enaltecido TaeHyung D'Angelo ―murmuró con voz ahogada producto del esfuerzo al pasar la saliva espesa que en lugar de aligerar la ardiente sensación en su interior, incrementó la necesidad de tener su boca sobre la propia.

Solo que no está dispuesto a ser él quien finalmente consuma la tortura sobre la cual están jugando.

―Pero es algo que te enciende ―devolvió TaeHyung continuando la marcha que emprendió JungKook tratando de dejarlo atrás, pero que se lo impidió al volver a aferrarse a su cuerpo, rodeándolo con sus brazos y retomando el rumbo que fue acompañado por el tono alto de la risa de Makris frente a su provocación.

Los dos inmersos en la tensión y la comodidad de sentirse tan cerca, tan unidos y tan enamorados.

―De la misma forma en que tú también lo disfrutas ―expresó el de rubios cabellos sin dejarse superar por los mordaces comentarios ajenos que de nuevo lo llevan a imaginar diversos escenarios que en sus pensamientos están siendo creados a la misma vez que son compartidos.

Cada uno más tórrido y sofocante por la sensación depositada en la parte posterior de su cuello, producto de la respiración que TaeHyung de forma consciente cada cierto tiempo deja fluir a través de un suspiro sobre su nívea piel. Dibujando una fantasía aún más ardiente que lo tiene caminando por la cornisa abrasadora que busca ser saciada en la fuente original que está pegada a su cuerpo.

Sin embargo, como una bendición proveniente del inmaculado cielo, el trayecto boscoso con el cual se deleitaron en medio de la álgida tirantez en la que están envueltos, el panorama lejano que está incrustado en medio de una montaña rocosa comenzó a ser visible desde la distancia en la que están, debido a que el manto frondoso creado por los árboles comienza a desvanecerse para exhibir la verdadera maravilla que se ganó una exclamación de asombro por parte de JungKook que giró su rostro de medio lado para ver el perfil sonriente de TaeHyung, animándolo a seguir con un suave beso que depositó sobre su marca de nacimiento, la cual vibró bajo el tacto de los labios de corazón que lo hicieron sonrojar y rehuir del contacto que disparó los latidos de su corazón.

―Esta es la verdadera belleza que este bosque oculta ―entono D'Angelo, deshaciendo el enlace entre sus cuerpos y se posiciono al lado de JungKook para no perderse la viva alegría que esa tímida sonrisa le otorgó como un incentivo que validó la elección de ese paraíso natural para llevarlo.

Con delicadeza unió sus manos y recibió un apretón en respuesta, por lo que tiró de él para que se acercaran de una vez por todas. Makris dejó ir el aire contenido en sus pulmones, totalmente maravillado por el estandarte natural que ganó mayor claridad.

El bosque por el que han estado transitando no es más que el acceso principal que desemboca en la reserva que reposa al interior de un imponente acantilado con una bella creación en medio. Un montículo de tierra y roca sobresale de su gran pared interna, una formación irregular en la cual reposa una casa de piedra pulida que brilla por el impacto de los rayos del sol sobre su perfecta superficie que es adornada por hileras de musgo y orquídeas que caen desde lo alto.

Niveles y paredes edificadas a partir de la roca con la cual la mansión ha sido construida. Los árboles albinos y rojizos acompañan la casa que posee múltiples escalones en la entrada principal que parece contener pequeñas reservas de agua que caen a través de la pared frontal sobre la que se alza la edificación y que forma diversas cascadas, las cuales desembocan en el extenso lago que está al final del abismo.

El cual pudo apreciar en el momento que salieron del bosque y la claridad del agua lo cegó fugazmente por el reflejo de la luz en su inmaculada superficie bordeada por grandes rocas calizas que mantienen el agua en su interior.

―Es más profundo de lo que parece ―respondió TaeHyung frente a la fija mirada de su pareja, luego de acortar la distancia para llegar al lago incrustado en la parte final de la pared del acantilado y sobre la tierra que está bajo sus pies.

Tan cerca que el viento llevó el suave rocío de las pequeñas partículas acuosas de la cascada que cae desde lo alto de la construcción principal en la cual vivió durante todo el tiempo en el que estuvo en Elara para su ascensión final como Saenon y Krono.

―¿Este fue tu hogar mientras estuviste aquí? ―cuestionó JungKook mirando el precioso e inmaculado rostro de TaeHyung que le dedicó una bonita sonrisa que salpicó sus pómulos de un suave tono coral.

Totalmente sobrecogido por la variabilidad de las emociones que están grabadas en su ser y que son devotas del ser que sostiene su mano con absoluta delicadeza, como si estuviera dándole forma a una pieza por medio de su grácil tacto. El cual lo devolvió a su foco atencional bajo la suave risa de coqueta mirada, cuando sus orbes celestes cayeron cautivos de los grisáceos que verbalizaron el incontenible amor que los recorre.

―Puedo decir que es mi herencia porque nadie más que yo ha habitado esta casa, o bueno ahora haces parte de ese selecto número de ascendió un escalafón más ―bromeó agitando el agarre entre sus manos, ocasionando una lenta sacudida en el cuerpo ajeno que sonrojó todavía más y aunque quiso pedir una explicación los labios ajenos se impusieron.

JungKook se acercó sin dilaciones y tomó los labios de corazón que se fundieron entre los suyos, se enredaron con placer y la saliva llegó hasta su lengua que se aventuró y delineo el borde del labio inferior de TaeHyung que colocó su mano en su espalda baja para acercarlo más, mucho más hasta que sus frentes reposaron juntas cuando el cálido beso finalizó. Mantuvieron los ojos cerrados para absorber las sensaciones exteriores que susurran en la distancia y el brío que corre por su sangre como materialización viva de la adoración que sienten por el otro.

―Gracias por traerme hasta aquí y por seguirme amando después del cruel avance del tiempo. Eres mi destino, TaeHyung D'Angelo ―confesó JungKook rompiendo el inmaculado silencio que solo era perpetrado por la pureza de la cascada.

Le dio vida sus sentimientos y le confesó a la principal razón de felicidad en su vida lo agradecido que está por volver a tenerlo a su lado.

En el pasado se vio a sí mismo condenando el anhelo que seguía respondiendo a él y que años después puede comprender. El amor verdadero que está destinado a ser, no se agota ni se extingue por el paso del tiempo ni las guerras que deban sobrevivir. Tan solo es una magnitud inconmensurable que desde su nacimiento los unió hasta el fin de sus existencias.

―Es verdaderamente hermoso sentirte aquí ―explicó TaeHyung, señalando su cabeza como manifestación de la conexión que les permite sentir y apreciar lo que el contrario experimenta, pero que no es su único canal de comunicación―. Y en cada parte mi ser ―indicó llevando su mano hasta su pecho donde su corazón late en sincronía al contrario que se presentó ante él desde su creación.

Sus miradas no se apartaron de la contraria y sus sonrisas florecieron en sus rostros, en las expresiones que tanto atesoran y que les arrebató una carcajada inocente por la dicha que los llamó a unir sus labios en un dulce tacto que los desbordó en euforia.

Una tan profunda que los sacudió, en especial, a JungKook que se sintió totalmente libre de las ataduras que un día lo condenaron hasta querer arder en las brasas de la desdicha y desde las cenizas su verdadero destino fue formado en cuerpo y alma, la cual reposa en el ser que siente tan suyo, de la misma manera en que él le pertenece.

Al cabo de varios minutos en los que permanecieron en la misma posición, sus frentes unidas y sus manos fundidas al cuerpo contrario, decidieron ir a la inmensa morada que los esperaba a varios metros de altitud. JungKook jadeo encantado por la belleza que solo puede apreciarse desde lo alto. Hay diversos caminos en la entrada por los cuales se puede transitar, ya que el agua circula en medio de los espacios para caer al gran vacío en el que finaliza sobre el lago que desde esa altura le enseñó el fondo lejano que está colmado de pétalos inertes de flores y diversos cristales que aportan luminiscencia a la superficie.

Panorama que eclipsó el deseo de Makris por sumergirse en la profundidad de sus aguas, luego del almuerzo que tenía contemplado prepararle al pelirrojo que no dejó de sonreírle a la espalda del rubio que corría por los rincones de la casa.

Encantado por la decoración minimalista que reconoció como obra de TaeHyung y que no perdió el tiempo para explorar, a la vez que gritaba para llamarlo y traer su presencia a cada rincón desbordante de modernidad y elegancia que los entretuvo por varios minutos hasta que recordó su receta culinaria y una vez más huyó dejando un efímero beso sobre los labios de corazón para perderse en uno de los baños del lugar y retirar de su cuerpo el sudor. De forma provocadora y algo obscena para el de cabellos dorados, D'Angelo se ofreció a retirarla, no sin antes empujarlo con su plasma y huir al refugio de la habitación que van a compartir.

Y que tiene a TaeHyung encantado con el escenario que frente a sus pasos sigilosos para no revelar su presencia y mirada felina, contempló el desenvolvimiento de JungKook a través de movimientos coordinados por el gran espacio abierto de la cocina que conecta con el comedor y la sala rodeada de grandes ventanales en ausencia de paredes, que está muy bien ubicada en medio de las dos columnas que abren un arco de entrada en el lugar del cual su pareja se ha adueñado.

―Y se supone que querías quitarme el sudor a punta de lametazos, cuando tú te tardaste más tiempo en la ducha ―comentó el menor manteniendo la atención en los vegetales que está cortando a la vez que vigila las costillas que llevó al honor con varias especias y un poco de limón para cortar la grasa. Ni aun así pudo ignorar la pesada mirada grisácea en su cuerpo.

El pelirrojo sonrió con arrogancia, cruzando sus brazos sobre su torso desnudo y apoyó su hombro contra el pilar de cemento pulido y palpo con su mirada el torneado cuerpo de JungKook, en especial, los formados muslos que solo portan una pantalón corto, el cual le permite apreciar la extensión de su piel caliza que culmina en la sobresaliente cadera que se estrecha en la cintura que si bien no puede apreciar por la amplia camisa que usa, si puede recrearla con exactitud a medida que asciende hacia la ancha espalda que contrasta con la delicadeza encarnada en la presencia que atesora.

Su cuerpo es un monumento que ha sido tallado sobre piel nívea. Exaltada por las suaves ondulaciones doradas de su cabello y los fragmentos de cielo puro que son el centro de gravedad que siempre lo dirige a su lugar seguro.

―Solo queda que me saltes encima para quitarme la ropa ―JungKook volvió a decir ante el silencio prolongado de TaeHyung que se volteó a ver durante unos segundos y fue un error de su parte hacerlo.

Cuando contempló su abdomen torneado de piel canela exhibido solo para él, tuvo que afirmar el cuchillo con el cual está terminando de cortar los pimentones para la salsa que las madres del pelirrojo le enseñaron a hacer y que es una de las favoritas de D'Angelo. Inspiró con fuerza para ocultar su aturdimiento y ocultó su abochornado rostro en la labor que lucha por no olvidar tras la distracción que está a su espalda.

―No quieres saber lo que me estaba imaginando en ese momento ―respondió falsamente al darse cuenta del tiempo que pasó en silencio admirando la figura de su pareja y el nuevo comentario de Makris no lo iba a dejar pasar.

A ambos les gusta confirmar el deseo que causan en el contrario y que hoy especialmente los tiene mucho más susceptibles a los estímulos.

―Sigo sin entender como frente al Consejo Absoluto derrochas tanta elocuencia y luego eres un descarado de primera ―dijo un tanto acalorado y tosió falsamente para reconducir sus intereses en el momento―. No, me corrijo, eres tan... ―maldita sea la debilidad a la que sucumbió su cuerpo por el sigiloso avance de TaeHyung que no perdió tiempo y sujetó su cintura con sus manos.

Dejando un límite de distancia tan desquiciante para su cordura que dejó suspendido el cuchillo en el aire antes de seguir cortando los pimientos.

―¿Soy tan incorregible? ―cuestionó con descaro al no poder retener sus impulsos de apretar entre sus manos la suave piel de la cintura que quiere palpar piel con piel.

Pero no es una buena idea porque no quiere estropear la comida que JungKook con tanto esmero está preparando.

―Si eso fuera así no estarías jugando con mi nula paciencia ahora mismo ―añadió frente al pensamiento que el pelirrojo le compartió como un provocador juego con el cual quieren doblegar al contrario.

―Entonces como soy un aprovechado, déjame ayudarte con lo que estás haciendo y así puedes seguir con lo demás ―D'Angelo propuso abrazándose al cuerpo contrario y llevo sus labios hasta su cuello donde dejó fluir su respiración.

Anticipando y provocando, exacerbando la tensión que los tiene delirando.

―Así alejas tus manos de mi cuerpo, gracias ―respondió el de orbes celestes, empujando con suavidad el cuerpo que tiene encima y huyó apenas pudo para que las corrientes que viajan hasta su pelvis se detengan y no se sigan aglomerando en un mar durmiente de sensaciones.

TaeHyung con una burbujeante sonrisa miro las dulces mejillas sonrojadas de su pareja que correspondió su mirada negando con diversión a la par que ejercieron sus acciones de forma coordinada a través del espacio que comenzó a ser llenado por el ahumado de las costillas, la dulzura de la mantequilla con la que JungKook está bañando las papas y las notas picantes aportadas por los pimientos que D'Angelo está revolviendo de la forma en que se le indicó.

―Puedo sentir el olor a casa en esta salsa ―pronunció el Lucem, cerrando los ojos para aspirar el familiar e idéntico olor de la salsa que su madre Selene aprendió a preparar en uno de sus viajes y que a muy temprana edad le encantó.

―Recuerdo cuando tu madre me dijo que te encontró un día untando la salsa junto a los pepinillos ―recordó a la alegre madre de TaeHyung, contándole cada anécdota vergonzosa que podía de su hijo.

En particular, esa que menciona cuando un día le pidió que le enseñará a prepararla, y después de muchos intentos sabe que si D'Angelo está disfrutando y comparando con agrado el aroma es porque pudo recrearla con una exactitud aproximada.

―Mi madre tiene una gran preferencia por ti ―respondió, viendo fugazmente la tierna sonrisa de JungKook que está concentrado o al menos trata de mantener su timidez refugiada en lo que está preparando―. En realidad, mis madres te aman y es algo que me hace muy feliz, porque ellas se encargaron de recordarme una y otra vez mi error al dejarte ―pronunció con la melancolía en su mirada, la cual sigue el movimiento de los pimientos macerados que evocaron el recuerdo de las cenas familiares en las que siempre han sido sus madres y él.

Todo por la división que la unión de Selene Colleti, en su momento Kalar de Tenebrae y Amelia D'Angelo miembro de Lucem despertó en ambas familias. Aunque con el tiempo los vínculos deshechos lograron repararse, sus madres nunca olvidaron del todo la ofensa que sobre él recayó, cuando tan solo era una pequeña entidad resguardada en una crisálida singular, que incluso desató los malos deseos de los familiares que prefirió no conocer. Y así está bien, no necesita más amor que el que sus madres le brindaron a lo largo de su crecimiento.

Uno con el que arroparon a JungKook desde el día en que lo llevó por primera vez frente a sus madres y ellas al conocer su historia previa, lo acogieron para llenarlo del amor familiar que en algún punto de su tardía niñez perdió. Tanto él como YoonGi fueron acogidos en su hogar.

―Soy totalmente adorable ¿O que otra cosa más podías esperar? ―pronunció de forma engreída, elevando suavemente sus hombros y dejando solo uno en alto en el que apoyó su mejilla para mirarlo con ojos coquetos.

Tan profundos y hermosos que no pudo contemplar demasiado o de lo contrario sufriría las consecuencias de arruinar la salsa que su pareja está preparando.

―Uh, eso es porque no te conocen del todo ―respondió con fastidio en su rostro, haciendo reír a JungKook que no soporto la necesidad que pica sobre su piel y rápidamente se acercó para depositar un beso sobre su mejilla, el cual no duró demasiado, porque de la misma forma en que llegó, retorno a su posición para no descuidar las papas que se ven deliciosas.

Y él, tragó con fuerza sin dejar de revolver pero con su mirada fija en la belleza inmaculada de su novio, de su amante y de su compañero de vida.

―Eso es lo que tú crees. Además, sé que les debemos una cena a ellas, no lo he olvidado ―recordó JungKook la mención del pelirrojo cuando aún estaban en Proteus sobre la abierta invitación de sus madres a cenar.

―Más vale que la tengas presente o de lo contrario no me van a dejar en paz. Se que YoonGi prefiere no asistir, pero tú eres el factor principal, ni siquiera importa si yo estoy ahí o no ―exclamó con burla y falso dolor en su mirada de plata la cual arrebató una sonora y delicada sonrisa de los preciosos labios que el rubio humedeció solo para resaltar el brillo y como acción consciente para distraerlo.

―Para YoonGi es un poco extraño acogerse a otra familia, y aunque quiere demasiado a tus madres, él tuvo que hacerse cargo de algunas cosas que no debió antes de tiempo por tenerme bajo su cuidado, así Selene y Amelia fueron parte influyente de nuestro crecimiento, gran parte fue depositada sobre mí porque Yoon ha sido más reacio ―explicó JungKook para justificar en parte la lejanía de su hermano en las cenas o invitaciones de las madres de TaeHyung.

Ya que principalmente fue él quien se acogió a la calurosa familia de su mejor amigo, en ese entonces, y para YoonGi tal vez fue tarde porque él se vio lanzado a la soledad en medio de una etapa de vida distinta a la suya. Por ello, es mucho más cercano a las madres de su pareja.

―Lo sé, mi cielo, él de vez en cuando va a visitarlas pero sin decirle a nadie y sin querer que nadie se entere, pero ya sabes cómo es mi madre Amelia ―pronunció con un deje agudo en su voz tratando de imitar a su madre que no es muy buena conteniendo la emoción para sí misma y por lo general termina revelando detalles de más que no debería saber.

―La emoción siempre la supera ―respondió JungKook, utilizando el mismo tono que el pelirrojo, ambos mirándose brevemente para retomar sus labores.

Una que Makris finalizó primero, ya que solo debe meter las papas al horno por un par de minutos más para que el queso y la dulzura del néctar se derritan y formen una deliciosa costra crujiente.

―Creo que podríamos ir a verlas después de volver ―ideó TaeHyung, haciéndose a un lado y cediéndole el cucharón a su pareja que retomo la cocción final de la salsa después de poner el cronómetro del horno para el aviso.

―Me parece bien, porque después no quiero los gritos de Amelia diciendo que soy un mal hijo ―pronunció con una gran sonrisa iluminando su rostro que contagió a el de orbes grisáceos que se apoyó de brazos cruzados sobre el mesón en el cual están cocinando.

Y aunque dudo de enunciarlo, sabe que por voluntad propia JungKook aún es un poco reticente a darle importancia a un asunto que ha dejado desvanecer a lo largo de los años.

―¿Cómo está la situación con tus padres? ―eligió la pregunta más general para abordar un tema que siempre ha sido la piedra angular de la familia Makris.

Una fragmentada en la que solo están YoonGi y JungKook, unidos en medio de las adversidades que han decidió enfrentar ellos solos, después de deshacer el vínculo que medianamente los ataba a YoungMi y Gael.

―Es complejo ―fue lo primero que el rubio logró condensar para definir una situación donde ellos dos como hermanos han influido en la presión de dejar su núcleo familiar.

Así que se tomó unos segundos para organizar la maraña alojada en sus pensamientos y bajo el fuego de la salsa para imitar la postura de TaeHyung, solo que reposó su cadera contra el mesón y encaró el idílico perfil que le permitió respirar con tranquilidad y destensar sus hombros a la vez que dejó fluir el dolor que solo frente a su hermano ha compartido.

―Ahora ambos se esfuerzan en reparar nuestra relación, pero de cierta forma, nos desconocen tanto que en lugar de sentarnos a hablar siempre hay alguna conducta o alguna demanda de su parte que termina creando otro conflicto ―explicó sin apartar la mirada de su pareja en la que puede verse reflejado a la vez que sus emociones son devueltas bajo la claridad que en años había tenido.

―¿Hacen mejor guardando silencio qué tratando de hablar? ―cuestionó anticipando la respuesta frente a una relación tan descompuesta como la que tiene la familia Makris.

Sin un gran conflicto en medio más allá de la intoxicante vanagloria que los afectó.

―La última vez que quisieron o intentaron ser nuestros padres, cuando llegué a mi hogar en compañía de YoonGi ellos ya estaban allí. No pudieron esperar a que yo llegara y prefirieron vulnerar mi privacidad cuando ellos nunca había ido a la casa que yo mismo me gane ―aún recuerda la amarga sorpresa que fue verlos allí después de tantos días.

―Tus padres de cierta forma creen que imponer o ejercer su autoridad, todavía les confiere ese rol de padres que hace algún tiempo ya dejaron atrás por enfocarse en otras cosas ―añadió llevando su mano para acunar la suave mejilla de piel tersa que se apoyó en su tacto.

JungKook cerró los ojos para dejarse ir en medio de las sensaciones que lo recorren, calmando sus tormentos y el pasado que se asentó sobre su vida. Lo que cruelmente deshizo la relación con sus padres.

Un hecho que le tomó bastante tiempo asimilar porque aún creía que muchas de sus acciones provenían desde el amor y no desde el interés que su marca de nacimiento despertó.

―Como estar centrados en sus proyectos e investigaciones bajo el beneficio de mi poder, e incluso desde el tiempo de nuestra relación fue algo que los impulsó a ellos y ahora que ven la lejanía que YoonGi y yo impusimos es cuando tratan de acercarse nuevamente. Y no quiero saber bajo qué motivación lo hacen ―suspiró agotado aún sin abrir los ojos.

En su lugar llevó su mano hasta la ajena y la cubrió para mantenerla así, tan cerca suyo, fundiéndose a su piel hasta que su alma deje de sentir la necesidad que implora un deseo ciego que aún no es capaz de definir, pero sí de sentir a su lado.

―¿Ya estás cansado de ese ir y volver? ―cuestionó TaeHyung dejando de cruzar sus piernas y se recompuso para refugiar el rostro de JungKook entre sus manos.

Descanso sobre su frente, uniéndolas, y Makris arropo de nuevo su otra mano, ambos sintiendo como el exterior va perdiendo definición, el sonido se atenúa en extremo que ya no puede ser audible, no más que la respiración contraria. Están en medio de un refugio que transgrede la orientación del tiempo y son solo ellos dos, sosteniendo el sentido de sus vidas inmortales entre sus manos.

Conteniendo el inconmensurable amor que ha ido formando una coraza para protegerlos del exterior. Son solo ellos dos y la eternidad destinada, la única certeza que necesitan para seguir existiendo.

―Al único Celestial a quien quiero volver es a ti ―JungKook no pudo contener por más tiempo el pensamiento reinante que se impuso sobre la melancólica relación que tiene con sus padres.

Un dolor que se aviva en algunas épocas, pero que rápidamente se extingue al recordar la naturaleza de su propia decisión, la cual debe mantener incluso ante los insulsos intentos de sus padres por volver a ejercer el rol que ya una vez perdieron. Tratando de rescatar los vestigios de un pasado hacia el que ninguno quiere ceder.

―Este plan de volverme a conquistar está funcionando mejor de lo que pensé ―bromeó TaeHyung besando con suavidad la punta de la nariz de su pareja que se arrugó por las cosquillas que la caricia le produjo.

―Tengo mis métodos D'Angelo ―respondió con coquetería en medio de un susurro que acarició la piel canela.

Sin soltarse se mantuvieron en la misma posición y compartieron una cálida sonrisa que llegó hasta su unión y de allí hasta su flama que afianzó aún más la conexión.

―Se que la pérdida de tu familia a raíz de tu posición es algo que en ocasiones aún te molesta. Pero de lo que no debes renegar es de quién eres y del poder que ostentas ―sonrieron por la ironía que él mismo aún no termina de aceptar, y que JungKook resaltó al alzar su rodilla para golpear su pierna―. Por más contradictorio que sea viniendo de mí, los dos aun sin tener claridad sobre la razón que nos ha llevado a tener este nivel, debemos sentirnos afortunados porque dentro de todo el largo y conflictivo camino nos tenemos a ambos.

››Yo nunca me aleje de ti, nunca deje de custodiar tus pasos y ahora mucho menos lo haré. Así que, mira lo que ahora tienes y que has elegido por tu bienestar. Tu hermano y tú, son una familia, y mis madres siempre van a amarte, lo que incrementa el número, y, por último estoy yo, ambos formaremos nuestro propio hogar, los dos seremos nuestro refugio para las temporadas donde los dolores y las aflicciones lleguen.

Aunque no quiso que ese pequeño fenómeno se deslizara por su piel, JungKook sintió como una furtiva lagrima de la cual no fue consciente rodó por su mejilla y toco la piel canela, TaeHyung lo percibió por la cercanía de sus rostros, por lo que se inclinó y entre sus labios tomó la salina gota que fue seguida por otras más que no pudo obtener cuando retiró sus manos de su rostro y abrió sus brazos para fusionarse en su pecho.

El de cabellos dorados escondió su rostro en la curvatura del cuello ajeno impregnado en una suave combinación natural de vainilla y algodón que llenó sus pulmones, barriendo con la tensión acumulada en su cuerpo y reemplazándola por el éxtasis del hondo suspiro que calmó sus tormentos.

Solo en él encuentra la luz que logra irradiar completamente su vida.

―Te amo con cada fibra de mi cuerpo ―pronunció JungKook, sintiendo las caricias sobre su espalda y sus brazos rodeándolo con la fuerza justa que le permite apoyarse en él.

La condensación del amor hacia D'Angelo no fue solo a través de la gracia de las palabras, sino que le transmitió cada sensación interna que proclama su nombre. Su pulso coordinado con el impropio, sus músculos relajados por el placebo de ser acunado entre sus brazos, sus neuronas liberando un borbotón de neurotransmisores que exacerban sus emociones y los pensamientos que obedecen a su presencia.

Toda la esencia del pelirrojo está inmersa en su cuerpo. La cual explotó cuando TaeHyung desbordado por los estímulos que le está compartiendo, volvió a sostener su rostro y lo beso, lo beso con tanta mesura que JungKook quiso deshacerse allí mismo, ser un molde entre sus manos porque sus labios fueron tomados con deseo y placer, despertando su sed.

JungKook tuvo que aferrarse a los hombros ajenos para contener la emoción que vibró en lo profundo de su ser y TaeHyung profundizó el beso, moviendo rostro para acariciar con su lengua los labios que lo recibieron con necesidad.

Ambos entregados a acariciarse y dejarse ir en el tiempo que está destinado para ellos.

―En unos minutos te alcanzo, Chiaro di luna ―indicó el pelirrojo a un emocionado JungKook que no podía contener las ansias por probar el agua del manantial creado por las pequeñas cascadas que caen al lago que dada la hora de la tarde en la que están, refulge en suaves tonalidad coloridas por la caricia del sol sobre su superficie.

Por lo que, después de almorzar y mantener una conversación extendida en múltiples tópicos, Makris no esperó un momento más para cumplir su capricho.

Uno que TaeHyung prefiere aguantar solo para ver la emoción de JungKook cuando ingrese por él mismo al lago y se sienta acogido por la pureza del agua. Además, espera que la incomodidad que lo está llamando sea más clara o al menos deje de atacarlo.

Pero es algo que el menor ignora y que por el momento no le va a compartir.

―Tampoco estás obligado a ir si no quieres ―pronunció conteniendo la desilusión de no compartir ese momento junto a TaeHyung, aunque comprende que para él no es algo nuevo.

Ya que vivió allí durante varios meses.

―No creas que te vas a librar de mí, es solo que ahora mismo no quiero que mi almuerzo termine moviéndose de más en el agua ―no está mintiendo del todo, pero sabe que la duda aún persiste en la mirada de cielo que evaluó sus palabras y halló cierta razón.

Solo porque su emoción en ese momento lo está superando por querer ir al lago.

―Te lo voy a dejar pasar por esta vez ―expresó con los ojos entrecerrados frente a las dudas a las que no quiso recurrir al vínculo para no transgredir la privacidad entre ambos.

Así que solo fue corriendo hasta él y lo beso con delicadeza antes de salir corriendo.

TaeHyung no está dispuesto a perderse la emoción de JungKook y lo siguió afuera de la casa con una gran sonrisa de corazón en medio de las exclamaciones de alegría que lo llevaron a atravesar el camino central de la entrada en dirección al nacimiento de las cascadas para ver el descenso del rubio que continuó por el camino principal, ya con más calma, para admirar cada variación circundante y dejarse acoger por la naturaleza.

En ese momento cuando llegó hasta el borde de las formaciones acuosas, su molestia se agudizó, un ardor pareció perforar la parte posterior de su cuello como un aguijón lanzado desde atrás, a dónde se giró a mirar, llevándose la mano hacia esa zona como un reflejo en el que no encontró nada. De la misma forma en que el panorama no mostró ninguna variación, no había una entidad física que pudiera dar prueba del impacto sobre su piel que continúa ardiendo.

―¿Eres tú? ―cuestionó en un murmullo, cuando al palpar la zona no encontró nada más que el nacimiento de su cabello y la forma en que su alrededor pareció silenciarse lo alertó.

D'Angelo se asustó al comprender lo que estaba pasando y no pudo hacer más que retornar su cuerpo hacia el frente para buscar a JungKook en la medida que el sonido fue abducido. Nada más a su alrededor se escuchó y al llevar su mirada plateada, una que se tornó más clara de lo usual, halló la presencia de su pareja en la misma posición que él.

JungKook totalmente consternado por el estado de letargo que comenzó a caer sobre las inmediaciones cercanas, se giró a buscar a TaeHyung que estaba en lo alto de la cascada, ambos mirándose con absoluta fijación, como si en medio de un parpadeo su presencia pudiera evaporarse.

Su conexión fue invadida por una gran fuerza, tanta que Makris resintió la implosión de energía en medio de la escalera que aún no termina de bajar, desde la cual llevó su cuerpo a encontrar al pelirrojo que no le quita la atención de encima.

‹‹La contienda está asegurada. Mis dos elegidos serán los que rompan las cadenas del pasado para alumbrar la vida nueva›› diversas voces se impusieron una sobre la otra. Como un eco que se dibuja sobre el cielo para caer a la tierra que fue canalizada solo para ellos.

Sus mentes conectadas a través del vínculo que D'Angelo ejerce como un canalizador, una conjunción diversa de dos conocidas voces entretejidas con leves matices que JungKook no logró definir, articularon una predicción cantada por sonidos potentes. Una armonía enlazo tres tonos diferentes que proclamaron una verdad que en medio de sus miradas a la distancia terminaron de confirmar.

Los dos saben que desde el suceso ocurrido en Nix, sus posiciones han ascendido abismalmente hasta llevarlos al frente de una batalla a la que están vinculados de forma indisoluble. En su lugar, con el progreso de los días, todo parece coronarlos con una mayor figura de poder que ejercer.

La cual fue iniciada por TaeHyung hace muchos años atrás, y ahora para JungKook, es un trayecto que comienza a revelarse sin una dirección clara más que sus constantes colapsos.

―No tengas en cuenta sus palabras Chiaro di luna, no aún. Porque si lo haces terminaras como yo el día en que nos separamos ―gritó el de orbes refulgentes en plata desde lo alto de la base rocosa.

Impidiendo que su bonito amor de cabellos dorados pierda la ilusión que dejó un rastro tenso de una fantasma sonrisa en su rostro, que sigue perplejo sin quitarle la mirada y con el ceño fruncido por las dudas a las cuales no puede darle respuesta al carecer de una secuencia lógica que explique lo que acaba de suceder.

Una conexión múltiple en las que las voces formaron una estruendosa realidad que se les ha revelado.

―No te voy a dar mucho tiempo de ventaja, así que aprovéchalo Kook ―TaeHyung intentó bromear para que el de orbes celestes se aferre al idilio en el que estaban sumergidos y al cual deben volver para tener el impulso necesario para seguir transitando la escabrosa y venidera guerra.

―Por estos días vamos a dejar de ser quienes somos ―artículo Makris con gran esfuerzo, luego de pasar la insípida saliva que alojó el miedo en sus más básicos instintos inmortales al sentir las demoledoras emociones que a ambos los atacó mientras la conexión con sus Elteres se mantuvo.

A pesar de su reacción de parálisis inicial y la necesidad de cuestionar a su pareja por una respuesta coherente, el barítono de su voz, la profundidad de su tono y la diversión de su mirada lo impulsó a dejar en el momentáneo olvido la experiencia que sigue acumulando un hecho más que deben conversar, pero no ahora y no en ese tiempo que lograron robar para ellos mismos.

Por lo que en medio de un hondo suspiro y un beso al aire que le envió a D'Angelo, continuó su trayecto y se apoyó completamente en el paraíso escondido en el que están refugiados.

Retomó la euforia anterior e inspiró el dulce y envolvente aroma que lo acaricio hasta llevarlo al inicio del gran lago refulgente. Se detuvo en la orilla y observó las múltiples y pequeñas cascadas que forman un velo en su caída hasta llegar a la contención natural que lo invitó a cruzar sus límites y dejarse llevar por la pureza del agua que tocó primeramente con su mano para evaluar la cálida temperatura que erizó los vellos de su piel y tras una sonrisa compartida con TaeHyung que no ha dejado de verlo, alzó su pie seguido del otro para llegar al nivel del manantial y adentró su cuerpo.

JungKook exclamó sobrepasado del agrado que se perpetuó en su piel y sin pensarlo más, caminó sobre las rocas que sirven de sostén en la parte media del lago que llega hasta más arriba de sus rodillas y avanzó hasta que el agua fue cubriendo su pelvis y unos pasos más allá el agua llegó hasta sus hombros. Finalmente el vacío se encontró bajo sus pies y decidió sumergirse completamente hacia la clara profundidad que se abrió frente a él en medio de sus braceos ágiles y gráciles movimientos que lo llevaron a un placentero rumbo en el que estuvo inmerso por varios minutos sin necesidad de volver a la superficie para tomar oxígeno.

―Pronto se lo revelare a Kook ―respondió TaeHyung a la presencia más allá de sus Elteres que se manifestó por primera vez para su elegido.

‹‹Y para él que ignora la razón por la cual su esencia está cambiando››

Frente a la confirmación lejana que lo sacudió, D'Angelo volvió a la casa para cambiarse y acompañar a su pareja que le saltó encima al verlo, y se lo llevó con él a la profundidad en la que palparon bajo sus manos las piedras preciosas que se encendieron bajo su toque en medio del patrón que seleccionaron y que los diamantes reprodujeron para ellos. Actividad con la que estuvieron entretenidos por varios minutos hasta que retornaron para obtener oxígeno y TaeHyung sin perder la oportunidad maniobró su elemento, y formó una pequeña ola que arrasó con el rubio que fue tragado por el agua.

―Desgraciado ―exclamó Makris antes de arremeter contra su pareja y colgarse de la fuerte espalda, provocando que ambos volvieran al agua profunda en donde se empujaron hasta que el líquido ingresó en sus pulmones y las risas inundaron el lugar.

De la misma forma en que la naturaleza se dispuso a entonar una suave sonata para ambos Celestiales que estuvieron inmersos por varias horas, el tiempo se fue consumiendo entre jugueteos, exploraciones en solitario y toqueteos que ninguno podía evitar dejar en la piel contraria cada que se encontraban en la inmensa profundidad que esconde cavernas acuáticas de iluminación fluorescente, producto de las rocas luminosas adheridas a sus paredes. Un atractivo en el que JungKook estuvo absorto en un constante ir y venir hasta que ya sintió el cansancio y consideró prudente volver.

Mientras tanto, TaeHyung volvió a la superficie después de llevar una exploración aparte, la cual consistió en adorar la silueta de JungKook bajo el agua cristalina que desprende tonalidades iridiscentes por los diamantes que están incrustados en el fondo del manantial.

Makris es su perdición personificada que lo ha embelesado con la excelsa belleza creada por sus dorados cabellos mojados y sus orbes celestes que debido al contraste con el agua, su iris lucen mucho más claros y profundos.

La divinidad formada cuerpo y pecado en la sonrisa que le dedicó cuando emergió de la profundidad, y tuvo el descaro de girarse para volver a zambullirse dentro de la cálida agua bañada por la luz del sol que poco a poco le hace perder la resistencia que le impuso a JungKook mantener desde un inicio.

Tal parece que está siendo víctima de sus retadoras decisiones, pero después de todo siempre obtiene lo que quiere.

JungKook totalmente ignorante de la cacería que su pareja está próximo a emprender, retorno al espacio y apoyó sus pies sobre las pulidas rocas del fondo para sostenerse y remover su empapado cabello de su frente para enfocarse en el movimiento del agua y captar cierta presencia que no vio, ya que debe seguir sumergido. Por lo que se dispuso a retomar su actividad de nado cuando su torso fue rodeado por las manos y los brazos de D'Angelo que lo empujaron hacia atrás y debido a la sorpresa un suave grito rompió en el inmaculado espacio.

―Por un demonio ¿Qué haces? ―el rubio gritó por la broma jugada por parte del Saenon y Krono que solamente atino a disculparse para llevarlo consigo hasta el centro del lago en el que sus cuerpos unidos se mantuvieron flotando.

―Te veías tan bello y descarado dejándome solo hace unos minutos que tenía que hacer algo para recuperar tu atención ―respondió TaeHyung manteniendo sus brazos alrededor del abdomen impropio y en sincronía sus piernas continúan moviéndose para seguir flotando.

―Como si alguien más pudiera hacerlo ―exclamó con ironía, sacando sus brazos del agua y los movió a su alrededor para remarcar la soledad en la que están.

―Me gusta dejar en claro que eres mío Chiaro di luna ―confesó D'Angelo depositando un profundo beso sobre la curvatura del cuello de piel caliza que se erizó ante el contacto y Makris comprendió lo que está haciendo.

―Estás jugando sucio ―JungKook suspiró cuando otro beso fue depositado en la misma zona y su abdomen sujetado con un poco más de fuerza al extinguir el espacio en medio de sus cuerpos que siguen suspendidos en las aguas cristalinas.

El pelirrojo al ver la disposición de su pareja, ascendió su recorrido de besos a los que le incorporó la presencia de su lengua entre cada caricia hasta llegar al lóbulo de la oreja que tironeo con sus dientes. JungKook jadeo por el ardor que envió un cúmulo de sensaciones hasta su abdomen, las cuales incrementaron por el descenso de las manos ajenas, tan solo un poco para detenerse sobre el inicio de la pantaloneta de baño que usa.

―No hay nada que me lo impida ―respondió TaeHyung suspirando sobre la oreja de su pareja con la intención de percibir el leve espasmo que sacudió el cuerpo que sostiene.

JungKook en respuesta inclinó su rostro hacia el cielo y adentro sus manos al agua sujetando las impropias que separó de su cuerpo para girarse y quedar frente a frente.

Oh joder que sintió fugazmente la debilidad de sus piernas al no responder por la penetrante mirada con la que TaeHyung lo mira. Sus orbes grisáceos encendidos en deseo y el descaro desbordando su sonrisa que se obligó a besar para obtener el oxígeno que a su alrededor siente escasear.

No hay nada más que decir ni protestas que imponer, porque la lengua ajena fue lo primero que lo recibió al tomar los labios de corazón con necesidad, de una forma tan carnal que el beso adquirió dureza en medio de las lamidas sobre sus labios y su atrevimiento al aferrarse a los glúteos de TaeHyung que imito su acción con mayor fuerza que imprimió sobre su piel. JungKook se sobresaltó y entreabrió un poco más su boca por el placer de sentir como su piel era apretada, y un murmullo suplicante abandonó su boca para ser tragada por la ajena que se alejó unos centímetros para ver su tentador rostro.

―¿Lo quieres o no? ―su voz rasposa fue un placer auditivo que hizo al rubio cerrar sus piernas al sentir un pinchazo de excitación en su entrepierna producto de la dureza que entre ambos se ha formado.

―Por favor, Tae, no me hagas ver como el único necesitado entre los dos ―contestó humedeciendo sus labios con descaro para tomar los residuos de la saliva ajena que lo lleva a cerrar los ojos e inclinar su rostro bajo la atenta mirada grisácea que quema sobre su piel―. Sentí tu deseo atravesarme en el momento en el que saliste del agua antes de empujarme, yo solo tejí la red y tu caíste en ella ―desde que los dos llegaron al manantial y tocaron las frías aguas, el deseo implícito brillo en sus miradas.

Los dos anhelantes del primero que cediera y aunque JungKook quiso hacerlo, privó sus propios deseos queriendo esperar el actuar de TaeHyung que si bien demoró un poco, llegó de forma en que lo quiso.

―Y ahora vas a tener lo que pides ―expresó con una filosa mirada para volver a vivir sobre los labios ajenos que se movieron en sincronía, perdiéndose en el fogoso beso que incrementó el calor en sus cuerpos.

Makris tomó la delantera al bordear el elástico de la pantaloneta ajena y en un rápido movimiento introdujo sus manos para sentir los glúteos que robaron un ronco gemido del pelirrojo que mordió su labio inferior en respuesta por su provocación. La incómoda posición flotante no les iba a permitir continuar, por lo que TaeHyung retomo el nado hacia la orilla en donde sus pies se sostuvieron de las rocas y empujo el cuerpo de JungKook para que terminara apoyado contra el respaldo natural que está cubierto por suave musgo, lo que impide que la piel de su espalda se lastime.

―Demuéstramelo ―Makris dijo con seriedad al separarse de los labios de corazón y sintió como la sangre comenzó a acumularse detrás de sus oídos para explotar en un jadeo provocado por el empuje de TaeHyung contra su pelvis al terminar de sacar lo suficiente sus cuerpos del agua que les llega hasta los muslos.

JungKook deslizó sus manos abiertas por el definido abdomen de piel canela perlada por las gotas de agua que va quitando con su suave movimiento, todo bajo la voraz mirada de TaeHyung que vio como sus manos tomaron el borde de la pantaloneta y lo bajaron hasta descubrir su erguido miembro que saltó al ser liberado. El rubio bajó un poco más la ropa interior y sin esperar tomó la base del pene entre su mano que vibró por el riego sanguíneo bajo las venas marcadas en el pene que lo hizo tragar saliva con un poco más de fuerza.

Sintió su boca seca cuando la mano de TaeHyung sujetó su barbilla para hacer que lo mirara en el instante en que comenzó a mover su mano de arriba a abajo, excluyendo el glande; apretó con la fuerza justa sus dedos a lo largo de la anatomía que ganó más tamaño y volvió a sentirse sediento frente a la anticipación de sentirlo en lo profundo de su cuerpo.

―JungKook ―el pelirrojo jadeo sin dejar de mirar los dilatados orbes celestes que lo sedujeron en medio de las placenteras corrientes de excitación que son causadas sobre su pene que ahora es atendido por las dos manos del menor que extendió su provocación hasta la punta que apretó, quitándole a D'Angelo el aire de sus pulmones y que exhaló cerca de su boca cuando se inclinó para reposar su frente contra la suya.

Manteniendo la proximidad entre sus cuerpos, TaeHyung espero unos segundos más y al alejarse con sus manos afirmó las muñecas de JungKook para levantar sus brazos sobre su cabeza. Con la diestra las mantuvo en alto recibiendo un suave quejido por su repentina acción, mientras su mano libre descendió hasta la pantaloneta que bajó hasta perderse sobre sus rodillas que están sumergidas en el agua.

D'Angelo y Makris, los dos con las respiraciones pesadas se observaron con la pasión vibrando en sus cuerpos y el amor condensado en sus almas.

―TaeHyung ―el rubio pidió inclinando su cadera hacia adelante cuando el viento de la calurosa tarde irrumpió contra su dermis, que producto de las gotas de agua lo hicieron sacudirse por la necesidad de ser complacido.

―Eres una maravilla que tengo que observar antes de poseer hasta lo más profundo ―pronunció yendo de regreso a los labios que fueron besados con lentitud abrasadora producto del fuego ardiente en sus lenguas.

Se dedicaron a explorar sus bocas a la par que las sensaciones incrementaban la excitación que hizo a JungKook quejarse por la dureza del agarre sobre sus brazos que siguen apoyados sobre su cabeza y la negativa de TaeHyung por darle lo que desea.

―Eres tan impaciente y yo solo quiero devorarte lentamente ―el pelirrojo suspiró sobre sus rojizos labios.

―Solo quiero sentirte, por favor ―no le importa tener que exigir lo que quiere porque TaeHyung siempre le da más de lo que pide. Y sabe que al pelirrojo lo complace escuchar sus súplicas y él va a cumplir su capricho para ser recompensado.

Así que gritó en placer cuando su cuerpo fue girado sin aviso y las palmas de sus manos situadas sobre la pared en el instante que la anatomía de TaeHyung se cernió sobre su espalda. El calor de su piel hizo que cerrara los ojos por las caricias de los dedos ajenos sobre sus erectos pezones que fueron pellizcados a la par que su miembro rozó la abertura de sus nalgas y en respuesta abrió un poco más sus piernas para inclinarse hacia atrás.

El pelirrojo dejó una de sus manos atendiendo ambos pezones y la otra la llevó hasta la erección de JungKook que sollozo por la estimulación de movimientos rápidos y marcados que finalizaban sobre su goteante glande. Perdió todo el sentido y afianzó sus manos sobre la pared por el impulso del pene de TaeHyung en medio de sus glúteos. D'Angelo movió su pelvis para hacerse espacio en medio de la hendidura que comenzó a ser humectada por el líquido preseminal de su miembro, lo que le facilitó la embestida que dio y el gemido de JungKook lo incentivó a dar otra más.

―Voy a llegar hasta lo profundo, Chiaro di luna ―enunció TaeHyung.

Dejo de atender ambos puntos erógenos y ubicó su palma sobre la zona lumbar, en donde presionó para que JungKook impulsará su trasero un poco más hacia él y llevó la restante hacia su propio miembro para tomar un poco de semen y con ello acercó sus dedos índice y medio hacia el interior de los glúteos que abrió para exponer la rosada entrada que solo acaricio superficialmente en círculos mientras la respiración pesada de JungKook incrementaba en suaves jadeos.

―Tú sabes cuándo detenerte ―añadió JungKook a la duda que cruzó silenciosamente a través de su vínculo, frente a la posible imprudencia de hacerlo sin la suficiente preparación, por ello, con su voz agitada tranquilizó a TaeHyung para que continuara.

El pelirrojo sonrió con excesiva ternura inclinándose brevemente para depositar un beso en su espalda e inició los suaves movimientos circulares para introducir la punta de sus dedos. Los quejidos ajenos fueron la señal para seguir sin introducirse más por la resistencia del tejido que ayudó a dilatarse por los cortos giros de sus dedos y los embistes de su mano sobre el pene de JungKook que inclinó su cadera en dirección a los dedos que lo están atravesando en el instante que la incomodidad se convirtió en desespero y le dio la autorización a D'Angelo de seguir explorando su entrada.

―Más tarde vas a quejarte por ser tan ansioso ―bromeó TaeHyung.

―¿Vas a hacer que me queje? ―reto Makris con voz sollozante por la lenta intromisión de los dedos que saben cómo moverse para que el ardor no perdure, además la sanación acelerada de sus cuerpos le ayuda a no sentir dolor.

Al lado de TaeHyung siempre ha sido tocado con la mayor delicadeza unida a la rudeza que solo él le puede proporcionar a su cuerpo.

―Vamos, muévete ―animó él a la ansiedad que inunda el cuerpo temblante de JungKook que apoyó su frente contra sus manos para doblar su torso e impulsarse hacia sus dedos.

Makris se embistió a sí mismo contra los largos dedos que están en su entrada y TaeHyung en respuesta fue al encuentro de las embestidas que le arrebataba al rubio sonoros y roncos gemidos de auténtico placer. JungKook abrió un poco más sus piernas y eso le permitió a TaeHyung sumar otro dedo más y esta vez sin esperar al sacar su mano volvió a incrustarse en la abierta entrada de un solo movimiento.

―Joder... ―JungKook sollozó y se apretó alrededor de los dedos que volvieron a salir e ingresar una y otra vez. Sus gemidos se convirtieron en suaves balbuceos y la saliva peso en su boca por la fuerza con la que su miembro sigue siendo apretado por la mano ajena.

―Quiero que te sostengas con fuerza mi cielo, no voy a ser suave ―el de orbes grisáceos advirtió al parar con la preparación que aun no es suficiente, pero ambos están desesperados.

Por lo que sujetó su miembro con su mano para abrir los glúteos de JungKook, quien posicionó mejor sus pies sobre las rocas y sus manos se aferraron a la pared caliza contra la que fue empujado por la potente embestida del pene de TaeHyung que se deslizó en un solo impulso en su interior.

D'Angelo arremetió en una sola estocada hasta sentir la resistencia de la entrada que cedió a los segundos en los que volvió a impulsarse y sintió el cúmulo de terminaciones nerviosas que hicieron a JungKook gritar por el placer conferido por el ardor que rápidamente se convirtió en una incesante hormigueo que viajó hasta su pelvis y su miembro se hincho un poco más ante la excitación de la liberación que tanto añora.

Los acelerados movimientos marcaron un ritmo lascivo por el choque entre sus pieles y lujurioso por los súplicas inteligibles de Makris que iba al encuentro de las embestidas, profundizando las penetraciones y los jadeos se transformaron en expresiones sin sentido por la agitación carnal de las arremetidas de TaeHyung. Quien sostuvo con fuerza la cadera ajena para que detuviera sus movimientos y él sacó su pene completamente de la rosada entrada y antes de que las protestas de un ansioso JungKook llegaran, lo penetró sin avisarle y tuvo que sostener su abdomen cuando las lechosas y rojizas piernas producto de sus fuertes caricias, tambalearon por el choque de su pelvis.

JungKook chilló por la forma en que su interior fue perpetrado y sus músculos forzados a aceptar mucho más de lo que continuó pidiendo una y otra vez. Cerró los ojos por la calidez que comenzó a descender desde su cabeza hasta sus piernas que tratan de sostenerse de la mejor forma que puede frente a las rudas y profundas embestidas que no le permiten respirar con normalidad.

―Estoy al límite ―sollozó el rubio queriendo resistir un poco más, pero joder que los roncos jadeos de TaeHyung y las descaradas palmadas que comenzó a depositar sobre sus glúteos están arremolinando sucesivas vibraciones en su pelvis. Su miembro no necesita ser atendido porque su próstata está siendo invadida por el descarado Lucem que solo se rio frente a su desespero.

―Amore, aguanta solo un poco más ―D'Angelo impuso un reto que ni él mismo cree poder cumplir. Porque los músculos de sus piernas queman deliciosamente por la fuerza con la que sigue penetrando a JungKook que tiene el abdomen contra la pared de piedra.

Sabe que están al borde de la resistencia que está arremolinada en sus pelvis, por lo que, salió del interior de JungKook y lo giro para sostener sus muslos e indicarle que enredara sus piernas en su cadera, ambos volviendo a estar frente a frente. Sus rostros deshechos en placer y sus labios hinchados por el maltrato de sus dientes en un esfuerzo de contener los gemidos que el rubio dejó salir sonoramente cuando las raudas penetraciones se sintieron mucho más profundas. Su próstata se movió con la punta del miembro de TaeHyung que desacomodo su interior sin detenerse.

Comenzó a llorar por las asfixiantes sensaciones que siguen viajando hacia su pelvis y sus manos se aferraron a la ancha y sudada espalda de D'Angelo que jadea cada tanto en medio del desespero que los tiene levitando. Acercándolos al vacío del desquicio acumulado en sus cuerpos que parecen fuego vivo en sus entrañas. Las cuales fueron sacudidas cuando el miembro de TaeHyung consiguió abrirse más a fondo, en lo profundo de su ser que lo tiene derramando lágrimas de lujuria por la incoherente modulación de las embestidas que corrompen su piel y la potencia continua sin piedad en su nódulo de terminaciones nerviosas que es masacrado con el mayor placer existente.

JungKook siente el desgarro arañar su entrada y solo puede gritar, su voz tan ronca rompe el espacio una y otra vez al mismo ritmo marcado por el desquiciado golpeteo entre sus glúteos, en lo profundo, que en lugar de salir sigue aferrado a su interior, deslizándose y ganando tamaño. Lo siente tan adentro que la zona baja de su abdomen comienza a moverse y él ahí se sintió desfallecer. Sus jadeos ahogados lo hacen aferrarse a los sudados hombros de un salvaje Lucem que lo está destrozando y volviéndolo a unir en los escuetos besos que son dejados con afán en sus labios.

D'Angelo volvió a empujar un poco más arriba el cuerpo de JungKook apoyado sobre la resbalosa pared, tratando de que su entrada no quede lo suficientemente alineada con su miembro y que por acción de fuerza contraria cuando volvió a embestir termino chocando contra las dilatadas paredes anales, raspándolas en su ascenso hasta la próstata que hizo gimotear a JungKook por el placentero escozor que lo siguió quebrantando. Golpeando contra los músculos de su entrada con gran fuerza, tanto que el desvergonzado sonido solo incrementó la ardiente excitación que viajó hasta su pene que está en medio de ambos, sin ser rozado por nada más que el aire que se le escapa de los pulmones.

―Eres mi jodida condena ―bramo TaeHyung con la respiración agitada, liberando cortos gemidos que se tragó al dirigir su boca hacia el erecto pezón que lamió y tomó entre sus dientes para jalarlo con cuidado al mismo tiempo en el que coordinó sus penetraciones.

Ya más lentas pero profundas por la dilatación que forzó al embestir las paredes anales que en lugar de ensancharse, a medida que se aproxima el orgasmo, comenzó a estrecharlo.

―Ahógame en ti ―JungKook sollozó y enredó entre sus dedos los rojizos cabellos que siguen violentando sus sobre estimulados pezones. Debido a la cercanía, la estrechez llegó hasta su desatendido pene que lo hizo virar los ojos hacia atrás por el roce ejercido entre sus cuerpos.

Sus gemidos desbordados, son una composición de jadeos y potentes lamentos que se aglomeraron en su cabeza hasta marearlo.

Siente que está siendo dividido en dos.

TaeHyung al escucharlo gimió con voz ronca por la fuerza que lo tiene moviéndose sin contemplación, probando sus límites que están a poco de ceder. Al sentir la debilidad en el agarre que mantiene sobre los muslos de JungKook que rodean su cintura, comprendió que ya no puede soportar más y sinceramente, él tampoco.

―Déjate venir solo para mí. Porque de ahora en adelante por el único que vas a llorar de placer será por mí ―susurró sobre los hinchados labios de Makris que no pudo hacer más que asentir a sus palabras al estar totalmente ido en el fuego interno que trata de contener.

Solo un poco más, jugando con su cordura y llevándolo al extremo de su resistencia.

D'Angelo mantuvo el agarre sobre los marcados muslos que llevan sus dedos grabados en la piel nívea e invirtió sus posiciones, quedando su espalda contra la pared de piedra y tuvo que sacar su miembro de la abrasadora entrada que hizo al menor quejarse cuando el frío en los diversos puntos de su cuerpo se adhirió a su piel sudada. Su espalda quedó expuesta y sus piernas se abrieron mucho más para sentarse sobre los muslos ajenos.

JungKook estimulado por el deseo con agilidad sujeto su erección y se apresuró a sentarse de una sola estocada en él, se empaló con tanto placer que sintió como si su piel fuera a dejar salir su alma y en búsqueda de un punto de conexión carnal, se aferró a los brazos que lo empujaron más cerca hasta estar pecho a pecho con TaeHyung que rodeo su espalda y desde el suelo posiciono sus pies sobre la roca para levantarse e ir a su encuentro. Fue en ese momento que Makris retorno de la plétora de éxtasis en la que estaba y se dio cuenta de las arremetidas que él mismo está dando en suaves brincos sobre el miembro que volvió a llegar hasta la zona baja de su abdomen.

Ahora mucho más profundo al estar sentado sobre él. Su cadera reciente el esfuerzo demencial con el que sube y baja, una vez tras otra mientras ambos jadean. Sus gemidos se entrelazan y las penetraciones los atraviesa como un rayo.

TaeHyung sigue yendo al encuentro de los resbalosos glúteos que amasó entre sus manos, abriéndolos para que el rosado y maltratado ano de JungKook quede aún más expuesto, y en un subidón de adrenalina, ubico sus manos detrás de las rodillas ajenas para mantener sus piernas estiradas y las propias las recogió hasta que sus glúteos quedaron sobre sus talones. Sentándose a la misma vez que dejo caer la pelvis del rubio de nuevo en su pene que desgarró una barrera interna en medio de un hondo gruñido de placer que se abrió paso en su garganta y que JungKook se apresuró a contener entre sus labios al mismo tiempo en que siguió moviéndose hacia adelante y atrás para sacudir el miembro que perforó más allá de los límites internos que comenzaron a sanarse con rapidez al mismo tiempo en el que de nuevo, seguían siendo perforados.

Manteniendo un ritmo desproporcionado con leves matices sádicos que solo aumentaron la fuerza que JungKook creía drenada para embestirse sucesivamente. A la vez en que TaeHyung por la posición, ganó ángulo de movimiento y alzó un poco más sus muslos.

―Rompe todo mi interior y grábate en él ―confesó JungKook entre suaves lloriqueos sobre los labios de corazón que lo besaron con la boca abierta para sacar su lengua y unirse a la propia en un ritmo desaforado y animal.

Apoyó sus manos sobre la pared a ambos lados de la cabeza de TaeHyung y afirmó la planta de sus pies en la misma superficie rocosa para tirar su espalda hacia atrás y ser el receptor del golpeteo del grueso miembro que sigue abriéndolo.

Quiere perecer en él y ahogarse con la satisfacción que provocó gemidos gruesos de parte del pelirrojo. Makris se dejó ir en una sonata de lamentos cuando la potencia del desgarro se convirtió en delirantes corrientes que terminaron alojadas en su pelvis y la depredadora mirada de orbes grisáceos fue el estímulo final en sincronía en que sus piernas fueron alzadas mínimamente y sus glúteos separadas por las grandes manos de piel canela, y TaeHyung golpeo con el último rezago de fuerza, penetrándolo hasta que sus huesos sintieron la vibración del impacto y el sonido más obsceno estalló en conjunto con sus alaridos placenteros en el instante en que el orgasmo arribó.

El clímax explotó y sus jadeos los llevaron a lo alto, más allá de la contención de las nubes sus almas volaron para regresar a ellos en una vertiginosa caída que dejó sus oídos pitando y sus lágrimas muriendo en los labios contrarios. JungKook se derramó con estrepitosa fuerza en medio de ambos y TaeHyung culminó en su interior, de una forma avasallante que se sintió inundado de su esencia. Totalmente empapados por el sudor el de cabellos dorados apoyó su frente en la contraria y jadeo con gusto al sentir como su semen cálido es la ambrosía que como una néctar de vida se desliza a través de la unión carnal y física de sus cuerpos.

Los suaves espasmos sacuden sus músculos y sus miradas llorosas están conectadas al Celestial del cual son devotos.

―Eres el sentido de mi vida ―TaeHyung y JungKook entonaron al mismo tiempo entre voces ahogadas y suaves jadeos producto de la unión que siguen manteniendo. Sus conciencias asentadas en la realidad que habitan luego de la explosión de estrellas que tras sus párpados se pintaron solo para ellos.

Sus respiraciones ahogadas fueron el nexo que los arrullo y que culminó en un perezoso beso en el que sonrieron por la dicha que los atravesó al ceder a la pasión de la que se declaran súbditos por volver a poseer.

Autora:

Vamos a seguir disfrutando de la pequeña escapada del Taekook hacia nuevas tierras 👊🏼 Porque pronto volveremos a la sacudida que les espera al llegar a sus hogares.

Lo que nos va acercando hacia el final de este segundo fragmento...

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