Puede que no me crean, pero ya estoy muerto... Sí, como bien han leído, yo he muerto...

Esa noche... Los doctores me encontraron en el suelo, al lado de la mesa, con los ojos llenos de terror mirando hacia la puerta por la que entraron... Las brujas habían conseguido una parte de su plan... Meterse en mi cabeza y destrozarme psicológicamente... Mi cabeza pedía un reinicio y eso tuvo.

Los médicos me dieron por muerto, hasta cierto punto era verdad... No podía gesticular o pedir ayuda, decidieron enterrarme... Fue una agonía ver como me enterraban vivo, como poco a poco iba perdiendo todo... Esos demonios me arrebataron mi vida y os médicos mi libertad. Ahora... preso en este ataúd suplicaba con gritos sordos que me liberarán pero, ellas volvieron para poner fin a lo que empezaron aquella vez en el callejón, pusieron en marcha mi perdición accionando una palanca que me llevaba al fuego que abrasaría mi cuerpo y mi alma poco a poco mientras clamaba sin éxito.

Este es mi final, hubiera deseado nunca haberme metido en este problema... Al menos y estas palabras quedarán para quien la lea y piense como me sentí y vea las atrocidades que padecí, y aprendan a no cometer el mismo error que yo...

Después de pasar diez noches en este manicomio, el décimo día marcó mi final, ahora ellas tienen mi alma y también mi vida.