Un nuevo caso
—Detective, tiene una llamada —mi fiel ayudante también me gestiona la agenda telefónica. Es un gusto poder contar con él.
Dejo mi periódico sobre la mesa y me levanto del sofá. Mis momentos de paz son escasos. La vida del detective, supongo…
—Diga.
—Detective. Soy el comisario Nosfor. Tenemos un caso que nos supera. Necesitamos su ayuda.
Mientras escucho la voz apurada del comisario, miro a través de la ventana. Es un día nublado, gris. De esos días que no invitan a hacer nada. Incluso un día lluvioso puede parecer más llamativo, o incitar más a la acción. Es de esos momentos anodinos que, gracias a una llamada, se vuelven interesantes como el más soleado de los días.
—¿Qué ha ocurrido?
Mi relación con el comisario Nosfor, siempre ha sido compleja. Especialmente por el binomio de admiración y envidia que me profesa. Supongo que es normal, dada su posición en el Cuerpo. No le guardo rencor, en absoluto.
—El Alcalde estaba realizando una fiesta con motivo de su boda en su casa. Durante el acto, el anillo de la novia, una pieza de incalculable valor emocional para el Alcalde, ha sido robado por uno de los invitados. Hemos conseguido aislar a unas cuantas sospechosas, pero nos es imposible saber qué ha ocurrido. Necesitamos su ayuda, no importa el precio. El Alcalde en persona ha dicho que duplicará o triplicará sus honorarios. Se le pagará y con creces. Lo que sea, por favor.
Quizás el comisario todavía no haya asimilado que no trabajo por dinero, especialmente, sino que me mueven motivos mayores a la hora de llevar una investigación. Por su tono de voz y el modo en que me llaman, deduzco que deben de llevar mucho tiempo intentando resolver el caso. Me huelo que están a punto de pillarse los dedos. En cualquier caso, no me importa. El Alcalde me cae simpático, así que aceptaré el trabajo.
—Una cosa más… —continúa el comisario —, quiero que sepa que le facilitaremos todo cuanto está a nuestro alcance. Tendrá acceso a los archivos policiales y medios que necesite. No dude en pedirnos cualquier cosa que quiera.
¿Acceso a los informes policiales? Nunca el comisario Nosfor me había permitido husmear en sus archivos y mucho menos, ofrecer todos sus medios a mi investigación. Está claro que es algo gordo.
—Allí estaremos. Tan sólo déme la dirección.
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Disponible el viernes.
Tal cual me habéis dicho, he decidido subir un poquito más la dificultad del caso, pero sé que sois grandes investigadores y os gustan los retos.
Podéis ir convocando aquí a vuestros amigos para poder resolverlo juntos.
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