28
- ¿De qué hablas? Yo no he oido nada, estaba aquí viendo la serie que antes estabais viendo-. Mentí para que no me hiciera nada.
- ¿De verdad que no has escuchado nada?- Preguntó mientras volvía a darme besos por el cuello.
- Nada de nada-. Contesté mientras cerraba los ojos para no golpearle.
- Buena chica-. Susurró en mi oido.
Me giré para verlo, mala idea, cuando lo hice se abalanzó hacia mí y me besó. No supe cómo actuar, no supe si patalear mientras lo apartaba o simplemente dejar que me besara. Opté por la segunda opción.
Sus besos cada vez se iban acelerando más y me di cuenta que él quería llevar esto al siguiente extremo, no quería pero él tenía más fuerza.
- ¿Qué quieres de mí?- Pregunté mientras ladeaba la cabeza para que parase.
- ¿A qué te refieres?
- ¿Qué somos?- Volví a preguntar.
- Amigos-. Contestó.
- Los amigos no se besan-. Repliqué.
- Sí, sí que lo hacen.
- Aquí no lo sé, pero en Los Angeles no-. Dije mientras forcejeaba para quitarle de encima mía.
- ¿Quieres que seamos más que amigos?- Preguntó con una sonrisa pícara.
- Solo estoy diciendo que...-. Me interrumpió.
- Vistete, te voy a llevar a un sitio.
- Pero...-. Intenté decir algo pero no funcionó ya que volví a ser interrumpida.
- ¡Qué te vistas!- Exclamó elevando el tono de voz.
Me callé ya que me sorprendió esa reacción por su parte. Me levanté cuando me dejó y me dirigí a mi habitación. Opté por unos pantalones baqueros rasgados y por una blusa negra con la espalda abierta. Cuando salí de mi habitación me fui al cuarto de baño, me maquillé discretamente, me puse brillo lavial y me dirigí al salón.
- Vaya, estás preciosa-. Comentó en cuanto me vió de arriba a abajo.
- Lo sé, siempre lo estoy.
Él sonrió, me agarró de la mano y salimos del apartamento para dirigirnos hacia su coche. Me abrió la puerta de copiloto para que entrara y eso hice. En cuanto Jeff se montó, arrancó el coche para dirigirnos a las afueras de Nueva York.
Cuando apagó el coche, yo no veía más que una nave en medio de la nada. Me asusté ya que pensé en lo peor.
- ¿Dónde estamos?- Pregunté un tanto asustada.
Jeff no dijo ni una palabra, solo se limitó a sonreir. Él bajó del coche y me abrió la puerta para que yo saliera de éste para entrar a aquella inmensa nave.
- ¡Jeff!- Exclamó uno de los chicos que estaban allí.
- Bryce, ¿podemos hablar a solas?- Preguntó con preocupación Jeff.
- Claro, en cuanto me digas quién es esta bella chica-. Respondió Bryce sin quitar la mirada en mí.
- Esta bella chica se llama Tania y es mi novia.
Al oir la presentación que Jeff hizo, Bryce miró alarmado a Jeff, no sé si por oir mi nombre o por lo de que era su novia.
- ¿Novia?- Pregunté un poco impactada.
- Claro, mi amor. Me preguntaste que qué eras tú para mí-, se acercó a mí y me dio un pico-, eres mi novia-. Me besó apasionadamente mientras notaba la mirada de todos aquellos hombres en nosotros.
- Mi amor, si hemos venido aquí para estar con tus amigos, es un poco violento que me beses delante de ellos-. Dije con voz temblorosa.
- Cierto, pero tus labios son irresistibles-. Dijo para darme un corto beso.
- ¿Quiéres hablar? Pues hablemos-. Cortó Bryce aquel cruce de miradas entre nosotros.
Ellos se fueron a una parte de la nave para hablar y yo mientras me quedé en el centro de aquella nave, con los ojos de aquellos hombres puestos en mí. Me incomodaban.
De la nada, en aquel lugar reinó el silencio, pero iba a ser por poco tiempo ya que oí un grito de una chica en un extremo de aquella nave, ese extremos estaba demasiado oscuro y aquel grito se me hizo muy familiar.
Por instinto empecé a andar hacia aquel extremo. Todos los presentes empezaron a cuchichear asustados e indecisos, pero seguí andando hacia donde escuché aquel grito. Pero alguien me lo impidió mientras me cogió por la muñeca derecha provocando que me parara.
- ¿Hacia dónde vas?- Preguntó Jeff.
- He oido un grito de una chica-. Contesté sin mirarlo ya que estaba enfocada en descubrir de quién era aquel fuerte grito.
- ¿Un grito?- Preguntó Bryce.
- Un grito muy familiar para mí-. Añadí.
- Nosotros no hemos oido nada-. Comentó Bryce.
- Pues deberías comprarte un sonotone porque ha sido bastante sonoro-. Repliqué al comentario de Bryce. No me creía que no hubieran oido nada con el eco que se formó.
- ¿Tania?- Oí que decían mi nombre de aquel lugar tan oscuro.
- ¿Tampoco lo has oido?- Pregunté con burla a Bryce.
- ¿Ves? Te dije que no era una buena idea traerla aquí-. Comentó Bryce hacia Jeff.
- Lo siento, no debería que haber terminado de esta manera-. Dijo Jeff.
Me extrañé al oir esas palabras pero luego entendí su significado cuando vi como una mano tapado con un guante negro me tapaba la boca y otra mano ponía en mi nariz un pañuelo branco que contenía una sustancia que me hizo dormir.
Nota de autora:
Hola chic@s, espero que esteis bien.
No he podido actualizar la historia cuando yo tenía planeado (mucho antes) porque he tenido que escribir este capítulo y no sabía por donde empezar y también porque estuve de hospitales.
Como siempre, gracias por vuestra paciencia.
Un fuerte abrazo y cuidense.
Pd: Subiré más seguido si las circunstancias me lo permiten. Y perdón por la tardanza.
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