12

Creía que Tony era capaz de cualquier cosa, pero sin llegar a pegar o pelearse con alguien. Pero saber que él pegó a su amigo por haberse sobrepasado con su hermana era algo que nunca me imaginé de él, y me encantó que hiciera de todo por defender a quienes más quiere.

- No creía que Tony fuera capaz de algo así-. Dije mirando a un punto fijo delante de mí.

- Lo siento si te ha defraudado escuchar esto-. Dijo Clay un poco triste.

- No, no me ha defraudado. Sólo me ha sorprendido ya que se le ve una persona tranquila-. Dije mirándo a Clay.

Él me sonrió sin saber la razón de su sonrisa pero yo también le sonreí. Clay me dio un leve codazo en mi brazo derecho y se empezó a reír por lo bajo.

- ¿De qué te ríes?- Pregunté riéndome yo también.

- De ti-, yo lo miré raro ya que no sabía el porqué-, porque te has enamorado de la persona más rara del mundo-. Finalizó aún riéndose.

- ¿Qué dices? Sólo somos amigos y compañeros de piso, nada más-. Negué con la cabeza riéndome más fuerte.

- Puedes negarlo, pero tu mirada dice algo totalmente diferente a tus palabras-. Dijo mientras se levantó de unas sillas.

Hice una muestra de desagrado para luego reírme de sus palabras. Hice una promesa conmigo misma y la voy a cumplir, un par de besos no va a hacer que rompa esa promesa. Nada de amores en mi vida y nada de enamorarse perdidamente.

- No dudes de mis palabras cuando digo que no-. Comenté un poco seria al recordar todo lo que me pasó en mi pasado.

Clay al ver que estaba seria, dejó de reirse y de decirme esas cosas ya que supo que me había molestado por aquel comentario. Miré mi reloj y sin ganas le enseñé la hora a Clay.

- A por la segundo hora-. Dijo mientras me daba pequeños golpecitos en la espalda. Sin ganas, me fui detrás de Clay para entrar a la siguiente clase.

Cuando terminaron todas las clases hice un gesto de aleluya ya que me podía ir a ver a Tony. Clay lo notó e insistió en acompañarme al hospital, dije que no hacía falta hasta que me di cuenta que quería ver a su amigo. Me apunté una nota mental: Soy idiota.

Cuando llegamos al hospital y entramos a la habitación donde estaba Tony, vi a sus padres con cara de preocupación y eso me alarmó ya que no sabía si el doctor les dijo algo sobre él.

Clay pareció darse cuenta del rostro de los padres de su amigo y con nerviosismo empezó a preguntar si pasaba algo.

- No, no pasa nada. Es sólo que nos han dado una mala noticia-. Respondió la señora Padilla tratando de no derramar unas cuantas lágrimas que amenazaban por salir.

- ¿Sobre Tony?- Preguntó Clay muy asustado.

- No, sobre Valerie-. Contestó el señor Padilla mientras pasaba un brazo por los hombros de su esposa.

- Seguro que se mejorará, Tony me decía que era muy fuerte y que cada situación dificil la superaba-. Dijo Clay tratando de animarles.

- Gracias, Clay. Pero debemos contarte una cosa-, el señor Padilla fijó su vista en mí-, a solas-. Finalizó sin quitar la vista en mí.

- Como usted diga, Señor-. Cuando Clay dijo eso, los dos se fueron hacia el pasillo dejándome sola con la señora Padilla y Tony.

La señora Padilla no me hablaba, ni me miraba y no sabía la razón de por qué actuaban tan raro conmigo.

Me senté en una silla al lado derecho de la cama de Tony, cuando estaba sentada entrelacé mi mano con la suya, obviamente no me la apretó, pero a los diez minutos de estar en aquella postura me la apretó muy fuerte, tanto que me hizo mucho daño.

- Señora Padilla, Tony me está apretando la mano-. Avisé con alegría.

La madre de Tony se acercó hacia donde estábamos y rápidamente le cogió de su mano izquierda, obteniendo mi mismo resultado.

De repente entraron a la habitación Clay junto al señor Padilla y viendo lo que pasaba nos sugerió que nos fueramos. Pero no podía porque no me la soltaba. Tuve que hacer mucha fuerza para zafarme de su agarre, me dolió porque no quería dejarle.

- Clay, ¿eso es bueno?- Pregunté algo emocionada mientras nos íbamod de la habitación.

- No lo se-. Me respondió seco, cosa que me extrañó por completo.

Todo el camino hacia el piso que alquilé fue callado y no muy agradable. Me extrañé de que Clay no hubiera hablado nada, estaba actuando raro desde que habló con el padre de Tony y quería saber de lo que hablaron.

- ¿Subes?- Pregunté cuando abrí la puerta del portal.

- Por supuesto-. Respondió.

Subimos y cuando estuvimos en el piso me dijo que se iba a quedar a dormir y yo gustosa acepté porque no quería quedarme sola.

- Bueno, voy a dormir-. Dije mientras me disponía a ir a mi habitación.

- Deja la puerta abierta-, lo miré raro por lo que dijo-, no vayas a robar nada.

Su mirada era fría y distante, ahí supe de lo que el padre de Tony y él estuvieron hablando.

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