Beth observo al hombre que estaba parado justo detrás de la cerca, estaba perpleja, enmudecida, sólo movía las pupilas de sus ojos, podía lamer sus labios por los nervios y empuñaba sus frías manos.

— ¿Quién es usted? — pregunto la joven con tanta indiscreción.

— Soy Richard — respondió el hombre, pues la chica que tenía enfrente se trataba de la novia de Michael Burns y era casi seguro que ella informaría a al joven de dicha situación.

— ¿Richard Jones? — pregunto con curiosidad la joven, ya que muchas veces en el pueblo había escuchado ese nombre.

— Sí. Richard Jones — dijo Anson, quien de nuevo mintió.

— ¿En qué puedo ayudarle? — pregunto

— Me gustaría hablar contigo — ¿Crees que pueda ser aquí? — agrego

Beth tenía que pensarlo, su abuela Bertha era una mujer extraña de cierta forma, ya que era muy religiosa, temía que la viera con un hombre, y más aún con un hombre mayor que ella.

— Quizás en otro lado — dijo

— Está bien — Como gustes — agrego

— No quiero ser grosera, pero debo entrar a mi casa, le prometí a mi abuela ir a la iglesia

— Entiendo — dijo Anson — ¿Crees que podamos hablar después de que veas al padre? — pregunto. Anson tenía algunas sospechas, pues ya era bastante extraño que Michael tuviera un asunto que tratar con el padre Gabriel. Y todo parecía indicar que su novia también estaba involucrada en dicho asunto.

— Claro. No hay problema — dijo la joven nerviosa.

Michael camino entre las calles, estaba por llegar a casa de Beth, tanto que pudo percatarse de que el hombre que había visto en el bosque estaba conversando con su novia. Burns los observo desde una esquina, « lo mejor será no acercarme » pensó. De pronto los nervios comenzaron a ponerle los pelos de punta, sintió la garganta seca, pues temía que el tal "Richard" pudiera influenciar a Beth, por lo poco que sabía "ese hombre" tenía comunicación con el padre Gabriel, aquello era algo que lo asustaba.

Michael camino rápido hacia aquella escena, aún había un poco de llovizna, el suelo estaba húmedo, paso sus pies por algunos charcos escuchando el sonido que provoca el agua.

— ¿Qué tal? — exclamo, acercándose hacia el hombre y Beth.

— Que gusto Michael — giro Anson, respondiéndole el saludo. Aquello inquieto lo inquieto, el joven Michael había aparecido en escena, de nuevo tenía a la joven pareja junta y eso era algo que quizás no le beneficiaba.

— Hola Michael — frunció Beth

Al ver aquel acto, Anson giró hacia Michael, quien sólo lo observo. «Tienen problemas » pensó Anson, a quien se le dibujo una sonrisa en su rostro.

Beth tenía una mirada desconcertante, pues la presencia de Burns la incomodaba, por muy molesta que estuviera con el joven, no evitaba que sintiera lo mismo por él.

— Debo irme — dijo Beth quien dio media vuelta, pero su brazo fue detenido por Michael.

Anson giro hacia otro lado, dado que los afectos sentimentales lo incomodaban, sobre todo cuando se trataba de una pareja.

— Tenemos que hablar — dijo Michael en un tono molesto, pero trato de ser discreto para que Anson no pudiera escucharlo

— Suéltame, Michael — respondió Beth molesta, quien trataba de zafar su brazo de la mano fuerte del joven.

— Voy a soltarte, pero de igual forma hablarás conmigo — frunció Michael

— Quede de verme con "ese tipo" — dijo ella, señalando con la mirada a Anson.

Anson no era despistado. Por tanto los jóvenes hablaron lo más despacio posible, sin embargo el hombre podía escucharlos, pues no estaba tan lejos de ellos.

— Entonces a mí me verás más tarde — amenazo Michael

— ¿En dónde? — pregunto ella.

— En el bosque — dijo él, soltándole el brazo.

Beth lo miró aterrada, cada vez que alguien le hablaba del bosque, ella se deprimía, sentía que la sangre se le bajaba hasta los pies. Era un horror lo que la consumía.

Michael se alejó, colocándose junto a Anson.

— ¿Disculpe, Richard? — lo llamo Beth con una voz nerviosa, pues aún pensaba en aquello que había dicho Michael — ¿Dónde lo veré? — pregunto.

— ¿Puedo venir a tu casa? — pregunto

Beth se declinó a que lo hiciera pues no quería problemas con su abuela.

— Si quiere nos vemos aquí — dijo — Afuera de mi casa — agrego.

Anson de principio se sorprendió, pero de cierta forma comprendía la actitud de la joven, dado que de momento él era un completo desconocido.

— Perfecto — le respondió con una sonrisa.

Beth miro a Michael, quien había estado observando la situación, pareciéndole sospechosa. La joven se apresuró a entrar a su casa, pues tenía que alistarse para ir a la iglesia.

Anson se dio giro para marcharse pero fue detenido por Michael.

— Amigo — dijo el joven

Anson se giró extrañado, «¿amigo?» pensó con una sonrisa burlona, dando media vuelta.

— Dime — le respondió

— ¿Qué tal si charlamos un poco? — pregunto Michael, el joven era lo bastante posesivo, celoso, desconfiado, miedoso, era una mezcla de todo, por tanto quería conocer más de Richard.

— Bien — dijo Anson, a quien le convenía aquello, dado que Michael no era una persona en la que se atrevía en confiar, él y su novia era lo bastante raros.

— Vamos a mi casa — dijo Michael, quien se encamino junto al hombre.

Michael Burns y Anson Parker se dirigían a la última casa de la calle, aquella vivienda grande construida por resistentes ladrillos con un jardín muy amplio, cubierto por las hojas anaranjadas del otoño, y con una vista al arroyo.

Anson estaba complacido por el jardín, las hojas anaranjadas eran un color que lo maravillaban, la vista al arroyo era una experiencia única, y más aún escuchar el sonido del agua.

Michael entreabrió la puerta, notó el desorden que había ocasionado su tío Jensen.

— Una disculpa por el desorden — dijo el joven, quien invito a pasar a Anson.

Anson pasó ligeramente adentro, la casa era una mezcla de lo moderno y lo clásico, tenía hermosos detalles, una pintura hermosa y refinada, además una vista encantadora.

Michael observo por el corredor a su tío, quien estaba sentado en el mismo sofá, y quien no se había percatado de la llegada de su sobrino.

—Ya llegué — dijo en voz fuerte Michael — Por cierto traje un amigo, ya que a ti los hombres si te agradan — agrego

Jensen ni siquiera se molestó en girar su cabeza, solamente levanto el dedo de en medio como insulto a su sobrino.

Michael se limitó a decir una palabra. Anson se sintió incómodo, pues estaba conociendo una nueva faceta del joven.

— ¿Tienes hambre? — pregunto Michael

— Sólo me gustaría un café — dijo Anson, quien miraba detalladamente la casa del joven.

— De acuerdo preparare un café — dijo

Michael se dirigió hacia la cocina, percatándose de que faltaban algunas cosas. Tomo un poco de dinero de la mesa y camino hacia Anson.

— Podrías esperar aquí — dijo

— Iré a la panadería por pan — agregó.

— Está bien — dijo Anson, quizás si las circunstancias en las que había conocido al joven hubieran sido otras se habría ofrecido a acompañarlo, pero Michael Burns era un misterioso y conocer a detalle su casa era otro.

Michael abrió la puerta y salió de su casa camino hacia la panadería.

Anson aprovecho el descuido del joven, y comenzó a observar cada detalle de su hogar, procuro ser cuidadoso pues Jensen se encontraba en la sala.

Camino por el corredor de nuevo, pero solo había fotografías de Michael y su familia, lo cual era bastante extraño, pues el hombre que había respondido con el insulto no parecía ser el padre de Michael.

— ¿Tú eres amigo de Michael? — pregunto Jensen, quien estaba parado justo detrás de Anson.

La voz de Jensen perturbo los pensamientos de Anson, quien giro para responder.

— Digamos que nos conocimos esta mañana — respondió con una sonrisa.

— Ya veo — dijo Jensen, quien tomo un sorbo de vino — ¿Eres de aquí? —pregunto con curiosidad.

— Acabo de volver — respondió

— Nunca antes te había visto — dijo mientras tomaba de su copa.

— Toda mi niñez la viví aquí, después me mude - dijo Anson

— ¿Extrañabas la naturaleza? — pregunto con una sonrisa Jensen.

— Sólo algo

Anson estaba nervioso, pues temía que ese hombre descubriera sus intenciones, además que lo retrasaba pues Michael podía volver en cualquier momento.

— Soy Jensen Burns

— Me llamo Richard y es un gusto