Capítulo 3

Al abrir la puerta, en medio de la habitación había un niño y una niña, más o menos de unos 10 años de edad, que estaban jugando a la mancha. Luego aparecieron dos mujeres. La primera, de tez blanca, pelo rojizo, ondulado, llevaba puesto un vestido negro, largo hasta los tobillos, con zapatos negros.

La segunda mujer, muy similar a la primera, de tez blanca, pelo negro ondulado, llevaba un vestido azul. Pepe y yo, nos quedamos perplejos, duros, por las mujeres que nos miraron, cada una, llevaba un cuchillo en la mano derecha; giraron como indicandonos que las siguieramos.

- Vamos a seguirlas - dije, casi sin voz, mirando a Pepe, que estaba perplejo, tieso del miedo.

- Volvamos a casa - me dijo Pepe, cuando recuperó el habla.

No hice caso a su advertencia, y seguí a las dos mujeres hasta el otro cuarto.

- Tené cuidado, no entres - me advirtió mi amigo, tomándome de la mano.

Abrí la puerta de la habitación, donde una luz verde esmeralda resplandecía al lado de la cama.

La misma niña que había aparecido la noche anterior, tomó a los dos niños que hacían en la cama degollados, bañados en sangre, volvió su mirada hacia nosotros, y se desvaneció llevándoselos con ella.

¡No! - Lo único que pude gritar antes de caer desmayado por la impresión.

No se cuanto tiempo había pasado, cuando me desperté, tirado en la sala de estar de la casa de Federico y Elizabeth.

Todo estaba normal, como el primer día que entré con Pepe.

Miré para todos lados. La cabeza me daba vueltas. No encontré a mi amigo por ninguna parte.

Decidí ir a su casa, para ver si estaba bien. La puerta trasera estaba abierta.

Encontré a un hombre desconocido, con jeans y remera blanca, en la sala de estar.

No podía salir de mi asombro.

- Señor, por favor, ¿Donde está Pepe?- Le pregunté.

El hombre extraño, parecía que no veía.

- ¿Donde está Pepe? - Le insistí, pero el hombre me ignoraba, no me decía nada. Como si yo no existiera.

Salí de la casa, enojado, sin entender nada, aún tambaleando por el mareo. Llegué a mi casa, me tiré en el sillón, tratando de buscar una explicación. Mi cabeza iba a mil.

Prendí el televisor, en el canal de las noticias.

- "La policía encontró a las dos asecinas de niños en una casa vacía" - Así decía el titular en la pantalla.

Cuando divise, un cadaver, en el centro de un círculo, en la sala de estar, de aquella casa.

- ¡Era mi cuerpo! - No podía salir de mi mismo, cuando escuché al periodista decir que mi cuerpo fue allado en el mismo lugar, donde había matado a mi amigo, hacía dos meses atrás, en un rito satánico.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #terror