La oscuridad es lo único que vive en el interior de mi hogar

La habitación de mis padres está en completa soledad, Lo mismo se puede decir de la de mi hermana.

La casa se siente tan vacía que es imposible respirar. El dióxido de carbono ya expulsado por algún otro ser viviente.

Siento tanta tensión en mi ser, es como si una fuerza extraña me advirtiera de lo que está sucediendo. Mi cuerpo deambula por toda la casa sin son alguno, quisiera saber que ocurre aquí.

Mis padres no desaparecen así de la nada de la casa y más sin hacer algún alboroto antes de abandonar este lugar.

Lo otro que me extraña es que mi padre y madre nunca salen de aquí sin sus teléfonos celulares.

Inspecciono el cuarto de Sara y también encuentro su móvil

Algo ocurre.

*Crac*

Mi oído reconoce el fuerte estruendo

Es de cacerolas de cocinas chocando contra el suelo. Este escándalo no se ocasiona por sí solo, alguien o algo tuvo que haberlo iniciado.

<< ¿Mis padres ya habrán llegado? >> << ¿Un ratero dispuesto a robarse todas las pertenecías de mi hogar? >>

Tantas preguntas recorren mi cabeza. Trato de reservar mis miedos para otra ocasión. Estoy listo para cualquier escena de lucha contra cualquiera que quiera irrumpir en mi casa.

Apago la luz del cuarto de mi hermana y me dirijo con pasos leves hacia la cocina.

Sigo escuchando como alguien merodea por aquí.

Enciendo la luz.

Es mi perro Sam.

Mi mente exagero un poco la situación, me arrodillo hasta estar a la altura de él, le hago caricias mientras trato de relajarlo, para así lograr un poco de compañía.

Estoy completamente solo; Alejandro y sus amigos ya se largaron a su casa por así decirlo.

No quieren tener ningún problema con sus padres.

Sam ya esta tan cansado que se queda dormido en mis brazos; la única compañía activa que tenía era él. Debería de llamar a alguien para que me haga compañía; esto sonaría muy cobarde de mi parte, pero prefiero sonar cobarde antes de quedarme solo, quien sabe hasta cuándo.

****

—Claro, por supuesto, Vamos en camino— son las palabras de Alejandro.

Ahora me toca solo esperar que lleguen.

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*Ding Dong*

Abro la puerta

Los muchachos entran con sacos de dormir, llevan maletas encima de sus hombros; entran en chancletas y pijama.

Esto algo bueno; podre motivarlos a que se queden por todo el tiempo que sea necesario y me ayuden a encontrar a Londres.

—Pasen y colóquense cómodos— es lo que menciono

Los chicos comienzan a tender sus sacos de dormir en el suelo.

— ¡No chicos! No hace falta que hagan eso. —Los interrumpí. —Mis padres no están, podrán dormir en los demás cuartos; Joaquín y Carlos dormirán en la habitación de mis padres; meteremos una cama individual a mi habitación, y ahí dormiremos los demás. Instálense. —Añadí— ¿Tiene hambre?, la cocina es toda suya, yo no sé hacer nada, así que; adelante.

****

Ya hemos cenado. Ya nos ubicamos en nuestras respectivas camas.

Hay algo que me inquieta: mis padres no se van así de la nada, mi corazonada me dice que no salieron a pasear, pero espero que mi presentimiento falle, no me quiero imaginar nada malo con ellos.

— ¿Qué crees que les haya pasado a mis tíos Esteban?

—Ni idea, no quiero imaginarme nada.

— ¿Siempre salen así?

— No, nunca salen sin avisarme, nunca dejan sus celulares, a mi padre no le gusta estar hasta altas hora de la noche en la calle. No quiero imaginarme nada.

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*Ring, Ring*

Suena el teléfono

Logra despertarme de mi sueño, justamente cuando he logrado quedarme dormido después de tanto pensar

*Ring, Ring*

Me quedo tranquilo, recostado en mi cama, espero que deje de Sonar

<< ¿Quién llamaría a esta hora? Espero sea importante>>

Me levanto, tropiezo con un par de cosas, pero igual logro dar con el teléfono.

Levanto el asa:

— ¿Halo?— espero— ¿Halo?— nada— ¿Halo?

— ¿Halo?

— ¡Halo!, ¿Con quién desea hablar?

— ¿Eres esteban?

— Sí, él habla, ¿Qué desea? ¿Quién es?

—Si deseas saber algo de tus padres—Hizo una pausa; mi corazón se aceleró— Debes hacer lo que te diga, al pie de la letra.

Mi pesadilla se hizo realidad.