Regrese a mi casa rápidamente, tanto manejar mi bicicleta ha provocado que mis piernas me duelan; siento como si miles de agujas se introdujeran repetitivamente en la parte baja de ellas. Me introduzco en mi cuarto, me desprendo de mis zapatos y me recuesto en mi cama "solo unos minutos" es lo último que me digo.

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Tengo frío y me extraña porque mi aire acondicionado no está encendido, al menos yo no lo hice. Me levanto observo por la ventana de mi habitación y para mi sorpresa está lloviendo, lo que me dificultara el terminar con mi objetivo hoy.

Han pasado seis horas y aún no ha parado de llover; ya es demasiado tarde para salir hoy. Mi mamá acaba de llegar y lo primero que hace es entrar a mi cuarto, lo cual es perfecto ya que le participo que mañana iré a la biblioteca a leer un poco, ella sin problemas esboza un <<está bien>>

Ya tengo todo cubierto, ahora poder salir mañana a cubrir mi misión, le sacare tanta información como pueda a Margo Spilemn.

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Me despierto antes de que la alarma suene, lo cual es fantástico, hoy será un día bueno, eso lo presiento, podre hablar con Margo.

Salgo de mi casa muy temprano con mi mochila. Me encamino la biblioteca, ese es el punto de referencia de la casa a la que quiero ir.

Al llegar a la biblioteca reviso mi reloj y descubro que aún es muy temprano, así que decido entrar en la biblioteca y recorrerla un poco.

Paso mi mano por los libros llenos de tierra, estoy en la sección XV de la biblioteca, donde se encuentras los libros de historia viejas, volteo mi vista hacia la derecha y veo un libro tirado en el suelo cubierto de un polvo fino, me acerco a él y lo miro mientras le sacudo los residuos con un fuerte resoplo; al descubrir la portada, veo su título <<Matar a un ruiseñor>> al abrir sus delgadas hojas veo algo que reconozco de inmediato, es un largo y delgado marca libros de color crema , lo agarro y lo volteo , y sí; es lo que yo pensaba , en su parte posterior lleva las iniciales "L. S ", este marca libros pertenece a Londres "¿porque estaría aquí? Jamás deja esto en ninguna parte"

Camino rápidamente con el libro agarrado en una de mis manos y me dirijo hacia la recepción donde está la Sra. Clemencia, le pregunto: ¿cuándo fue la última vez que vio a Londres salir de la Biblioteca?, ella me responde que fue hace 5 días, la vio salir con un hombre agarrada de la mano, pero que no sabe quién fue ese hombre ya que su vista le falla en ocasiones.

Salgo de la biblioteca y aun llevo conmigo el libro con el marca libro; mi mente solo piensa en Londres y ahora, en esa persona que se la llevo.

Cuando ya he recorrido las primeras cuadras que están en dirección de la casa de Margo, entro en cuenta que no eh registrado el libro para poder sacarlo de la biblioteca; me dirijo lo más rápido que puedo, pero antes de entrar, por una de las ventanas Clemencia me hace un ademan para que me vaya; sabe que jamás dejaré ésta biblioteca por "robar" un libro.

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Es una casa de color verde manzana escandaloso, las rejas están oxidadas, parece como si nadie viviera aquí presiono unas cinco veces el timbre y cuando ya estoy a punto de partir alguien abre la puerta.

—Hola soy Esteban y vengo a hablar con usted sobre Londres, ¿le importa si puedo pasar?

—No, claro pasa— el aspecto de aquella mujer es de una señora mayor. Lleva consigo una ropa muy hogareña y su cabello plateado por la edad ayuda a que su rostro se delineé más.

Me adentro hacia su casa y lo que veo por todas sus paredes son fotos de Londres y de países extranjeros, al llegar a la sala me quedo mirando una fotografía de Londres, mi dedo pulgar se desliza por su pequeño rostro haciéndole una pequeña caricia mientras intento quitarle el polvo ocasionado por la falta de limpieza, lo que me hace pensar que nadie ha visitado esta casa por mucho tiempo.

—Cuéntame ¿en qué puedo ayudarte?— mencionó mientras me invitaba a sentarme un gran mueble negro, el cual combina perfecto con la decoración polvorienta del interior.

—los padres de Londres me dijeron que a ella le gustaba quedarse aquí a pasar tiempo con usted, prácticamente la considera una segunda madre, ¿eso es cierto?—mencione mientras encendía la grabadora

—Falso; desde que Londres nació jamás me han dejado verla, por su manera de pensar sería un mal ejemplo para ella. La únicas veces que la he visto es cuando visita la biblioteca, ella no sabe ni donde yo vivo.

—Eso no fue lo que Sebastián y Carla me dijeron. Pensé que usted podría ayudarme a encontrarla.

— ¿encontrarla? ¿Dónde está?

—Ya son días que nadie sabe dónde está, pensé usted podría saber algo— explique mientras cerraba mi libreta con las preguntas, no tiene caso decírselas

El rostro de margo dijo todo, su cara de sorpresa y dolor es indescriptible. Todo fue una distracción