Parte 5

No paso mucho cuando de mala gana tuvo que volver a la Sede en búsqueda del Sacerdote. 

No quería seguir involucrando al cristiano, ya lo había puesto en un grave problema al hacer que lo metiera a la Sede a escondidas, pero pese a sus investigaciones, no tuvo de otra que acudir nuevamente a el.

No tenia mas opciones, a todos los que interrogo con respecto a algún enemigo del fallecido Obispo decían lo mismo, que ellos supieran no había nadie en el pueblo que fuera enemigo de Kal, y si hubiera algún altercado dudan que llegara al punto de querer lastimar gravemente al católico; debido a la poca información que ofrecían en el pueblo, el único que lo podía ayudar ahora era el Sacerdote Shane, pues el sabe muy bien que pudo pasar o si tenia alguna idea o sospechas de alguien, además de conocer la Sede, también conoce a todos en el pueblo, cada que se le menciona a cualquiera del pueblo no dudan en soltar maravillas de el, por lo que es el único que puede darle indicaciones.

Era temprano en la mañana cuando estaciono su auto a las afueras de la Sede, al tomar el camino de piedras a pie noto el bullicio juvenil que venia al otro lado del camino, el lado izquierdo para ser mas especifico, área la cual estaba separada y asegurada con un muro de unos 10 metros; le gano su curiosidad por saber que había tras el muro al final del camino, cuando vino por la ceremonia no se podía pasar porque las puertas estaban cerradas, pero ahora estaban totalmente abiertas para que cualquiera pueda entrar. 

Tenia que buscar al Sacerdote, pero aun no sabe donde pueda estar o si al menos estaba en la Sede este día, por lo que preguntar no estaría mal. Tomo el camino hasta estar en la entrada, el bullicio de los jóvenes ahora era mas fuerte, mezclado entre risas y gritos de animo.

Era obvio que este espacio cerrado seria como un área de recreo para los niños y adolescentes, lo primero que vio fue la chanca de Fútbol en la cual varios chicos estaban jugando, al lado de la entrada 4 escalones llenos de niños de todas las edades que reían y gritaban de emoción ante el partido que estaban presenciando. 

Miro nuevamente la cancha y fue allí que se percato, había varios jóvenes y unos adultos, pero se hacia destacar por obvias razones al mismo Sacerdote que estaba buscando, este que tenia entre sus pies el balón estaba corriendo y esquivando a varios de los clérigos que le intentaban quitar la pelota; era sorprendente ver como corría con tanta facilidad, como si no tuviera puesta una sotana que cubría casi todo su cuerpo, cada que el cristiano esquiva o hacia pasar el balón los chicos gritaban de emoción, no fue hasta que en una jugada rápida y siendo perseguido logro realizar un gol.

¡¡La Santa goleada!!.

¡¡Reverenda jugada!!.

Escucho como los chicos se burlaban entre risas por el juego que acaban de presenciar, el cristiano por fin noto la presencia de Blakk al acercarse para saludar a los chicos en las gradas, dejando que estos siguieran con el partido se acerco.

Blakk aun estaba impresionado por lo que acaba de presenciar.

— ¿Cómo es que puede correr con eso puesto?. —soltó conmocionado, no pudo ocultar su expresión de asombro.

— Creo que de tanto tiempo usándolo la siento ligera. —mostrando una sonrisa.

Este aun recuperaba un poco el aliento, pero lo peor era que apenas estaba sudando, y eso debe ser un logro con ese atuendo que sin duda es de tela gruesa, si el castaño estuviera bajo esas telas sin duda con solo trotar un poco estaría bañado en sudor. 

Negó mentalmente, volviendo a concentrarse a lo que en verdad vino, a buscar al cristiano.

No era el lugar ideal, por lo que en silencio salió de la zona de recreo, la sonrisa del pelinegro fue cambiada por preocupación al notarlo, siguiéndolo de cerca. Cuando estuvo unos pasos alejados y que cesaran un poco el bullicio, tuvo la confianza para hablar.

 — Necesito de su ayuda de nuevo, Sacerdote Shane. —con suavidad y voz baja.

Aun preocupado el Sacerdote cruzo ambas manos, viendo que el rosario estaba otra vez enrollado en su muñeca.

— Ayudare en lo que sea.

— Usted dijo que no había nadie en el pueblo que iría en contra de Kal, que todos lo respetaban y admiraban. —mirando fijamente al cristiano, mostrándose frio y recto:— Me temo que eso es imposible, y usted lo sabe. Siempre hay alguien que puede causar problemas o que sienta cierto enojo por otra persona. 

Will desvió la mirada con un suspiro y expresión triste, mientras agachando la cabeza, esto solo le confirmo a Blakk que lo dicho era verdad.

— No tenga miedo en decírmelo Sacerdote Shane, puedo llamar a Tom para que este en protección de testigos y.

— ¡¡No es por eso!!. —el pelinegro volteo a mirarlo nervioso y preocupado, su repentino arrebato no sorprendió a Blakk, a visto peores reacciones ante la mención de protección a testigos. 

Will desvió la mirada rápidamente al frente con vergüenza.

— Y-yo... Es que se que nadie de por aquí tuvo que ver.

— Aun así, deme nombres, necesito pistas para seguir con el caso y atrapar al culpable, William. —El Sacerdote soltó los hombros con cierta derrota. 

No es agradable estar mencionando nombres, no solo por miedo, sino por los posibles problemas en los cuales puedes meter a dicha persona si es que nada tiene que ver, así que es de esperar que el pelinegro este preocupado.

— ... Nachos.

— Disculpe, ¿quien?. —incrédulo, alzo una ceja ante lo que escucho.

— ... Hay un hombre, el dueño del Bar del pueblo, con el alias de El Diablos Nachos, me temo que el y Kal no eran.. Buenos amigos. —llevando una mano a su nuca:— Pero se que el no lo hizo o esta relacionado.

Para Blakk, por lo menos tiene donde empezar, pero seguía siendo muy poco.

— ¿Algo mas?. 

— Bueno... Si me diera mas información.

Ambos pararon su caminata, mas por como Blakk miro con el ceño fruncido al cristiano, se habían alejado y entrado mas al campo abierto de la Sede, por ende ahora podían hablar libremente.

— ¡Olvídelo, lo de la ultima vez fue solo un favor!. —mirando al pelinegro con seriedad.

— Se que no esta de acuerdo con meter civiles, pero por lo que veo necesita avanzar en el caso con urgencia. No puedo darle nombres al azar Detective, necesito que me diga lo que a investigado y lo que pudo encontrar para poder decirle todo lo que se.

Esta claro que no lo quiere seguir involucrando, mas por las amenazas que su capitán le dejo en sus correos, llamadas y mensajes de voz después de su visita nocturna en la Sede, y en especial que metiera al Sacerdote en esto, ¿pero qué otra cosa podía hacer?, es el único que le puede ayudar. 

Llevo ambas manos a su cintura y sonrió con amargura, no podía creer que haría esto; dio una vuelta para mirar los alrededores y asegurarse de que no hubiera nadie antes de mirar fijamente a Will que con paciencia solo permanecía en silencio.

Soltó los hombros y dejo salir un suspiro pesado:— ... Kal se suicido con un arma, ¿aquí hay una armería o venden armas legalmente?.

— No, aquí no tenemos armas.. Pero hay alguien, el único que tiene armas de hecho. Gerhard Stocker, es un cazador, vive en el bosque, pero sus armas son legales, que yo sepa no vende.

— Perfecto, gracias. 

Le dio la espalda al Sacerdote y estaba por marcharse cuando fue sujetado del brazo, el repentino apretón lo detuvo.

El Sacerdote lo soltó rápidamente, desviando la mirada con vergüenza por su repentina acción.

— ¿Ira a interrogarlos ahora?.

— ¿Si?. 

Su respuesta fue dudosa, pero era de esperar después de lo que hizo el pelinegro.

— Pues iré con usted.

— Ja, no. Obviamente no. 

El cristiano se cruzo de brazos y lo miro con firmeza, era extraño verlo con esa expresión seria, era la primera vez que lo veía así mas bien. Pero Blakk también puede hacer esa misma expresión, por lo que se la devolvió mientras se cruzaba de brazos y alzaba el pecho.

— No quiero ofenderlo pero, ¿de que me serviría llevarlo si nos pondría en peligro a ambos?.

— Pues usted mismo lo dijo, necesita mi ayuda, yo se quienes son y como son, yo puedo darle información crucial sobre ellos y, disculpe si lo ofendo Detective, pero usted ya me demostró que no tiene la paciencia para lidiar con quienes piensa interrogar.

Hubo silencio por parte de ambos presentes, el Sacerdote hablaba en serio al permanecer su mirada firme sobre el albino. 

Blakk estaba en negación, el Sacerdote le puede ser de mucha ayuda, eso es verdad, pero también lo pondría en medio del peligro... ¿Por que Dios no le da la respuesta caída del cielo?.




Hizo una mueca al estacionar el Mustang al costado de la carretera, le gusta la naturaleza, pero estar rodeado de arboles de mas de 25 metros en un pueblo desconocido para el no era su zona de confort. 

Miro por el rabillo del ojo al Sacerdote sentado con cinturón de seguridad en el asiento del copiloto, pese a sus vanos intentos  este no podía ocultar su clara emoción; llevo su mano a su rostro con un suspiro cansado, no podía creer que accedió a esto.

— De acuerdo, ¿esta es la zona de caza?.

— Así es. 

Quitando el cinturón de seguridad, Will bajo junto con Blakk del auto.

— A un kilometro de aquí hacia el noroeste hay un pequeño lago, allí esta la cabaña de Stocker y. 

Hubo un disparo repentino en el bosque que hizo eco, pese a que se escucho suave y distante, no evito que el cristiano sobresaltara.

No había dudas ahora, este es el lugar correcto. 

Sin mas se adentro al bosque según las indicaciones del Sacerdote que ante la inseguridad lo siguió de cerca. El ambiente no era aterrador como pensaba gracias al media día, llegaba ser agradable por lo verde y las flores en el área, el aire era limpio y fresco, se escuchaba las aves y bichos, para Blakk, el bosque llegaba ser de fantasía como los cuentos de hadas o como las películas de Disney, jamás estuvo en uno.

A los pocos minutos y gracias a la guía del cristiano divisaron el lago, el ambiente se torno frio, pero de esa clase de frio agradable. 

Antes de continuar trato de encontrar la cabaña desde su posición, no fue difícil, había un pequeño puerto no muy lejos de donde se encontraban, y con eso una cabaña pequeña se pudo distinguir entre los arboles.

— No esta acostumbrado a este tipo de ambiente, ¿verdad, Detective?. —soltó el pelinegro que se dedicaba a contemplar la vista.

— ¿Qué me delata?. —tampoco es que le mentiría, lo admite abiertamente.

— Cada que suspira lo hace con alivio, su alma después de mucho tiempo contempla un ambiente de paz.

Blakk rio burlón ante lo escuchado:— Supongo que por eso me siento mas ligero. —después de asegurarse de que el área estaba segura para continuar, camino rumbo a la choza.

— La vida en la ciudad debe ser ajetreada, ¿no es así?.

— Depende de tu trabajo. En mi caso, cada minuto en las calles es una ruleta rusa de desgracias. —miro la reacción apática del cristiano ante lo dicho, tampoco es que su trabajo involucre paz y armonía como la del pelinegro:— A veces extraño el ejercito.

El Sacerdote quería decir algo, pero el mismo se lo impedía, se dio cuenta pues cerraba y abrió la boca en un intento de hablar, pero de sus labios no salía palabra alguna. 

El momento fue interrumpido cuando un segundo disparo hizo eco, este era mas fuerte, indicando que estaba cerca de su posición, no lo pensó dos veces para sujetar del cuello de la sotana al cristiano y arrogarlo al suelo. 

El pelinegro chillo con dolor por el repentino empujón, pero no se quejo, Blakk se posiciono a su lado colocando su mano sobre la espalda para mantenerlo en el suelo y seguro, mirando su alrededor como si tuviera ojos de halcón. 

Al estar cerca de la cabaña logro ver que esta tenia una pequeña zona sobre el tejado, un apartado que parecía un mirador improvisado donde pudo ver a un hombre que les daba la espalda. 

El Sacerdote también se percato y después de darle una breve mirada susurro.

— Ese es Stocker.

Estaba inconforme, pero debían proseguir, por lo que se levanto y se acercaron mas a la cabaña de roble para poder hablar con dicho cazador. Rodeando la pequeña morada y estando lo suficientemente cerca, pudo divisar mejor al hombre con un rifle en manos, manteniéndose sereno y totalmente concentrado en la mira del mismo rifle. 

Cuando estaba por llamar, este realizo un disparo mas, debido a que estaban mucho mas cerca el disparo fue fuerte y estruendoso, haciendo eco en el ambiente tan silencioso y pacifico del bosque, en un breve momento el cazador bajo el arma y realizo un ligero salto con desdén, sea lo que sea, si estaba feliz es que lo que tenia bajo la mira lo logro alcanzar.

— ¡¡Gerhard Stocker!!. 

El mencionado volteo y le dio la cara por fin. Expresando extrañes por un momento, pero después paso a indiferencia. A Blakk le importo menos.

— ¡Detective Thaddeus Blakk!. ¡Necesito hacerle unas preguntas, así que ya baje de allí!. 

Blakk estaba ansioso y un tanto nervioso, el cazador aun sostenía el rifle, el ambiente se sintió horriblemente pesado por unos momentos antes de que el del mirador dejara a un lado el arma. 

— Bajare en un momento. 

Respondió mientras bajaba por las escaleras exteriores del mirador y de la cabaña. El castaño no bajo la guardia ni muerto pese a tenerlo ya frente suyo y supuestamente desarmado, no es idiota para subestimar a un cazador.

— ... Sacerdote Shane, hace tiempo que no lo veo. —saludo  el cazador brevemente al cristiano.

— Es bueno saber que te encuentras bien, Stocker. —Will tocio antes de acercarse y hablar en voz baja hacia Blakk:— Detective, creo que ya puede soltarme.

Al escuchar eso miro confundido al cristiano y se dio cuenta el porque el comentario, no había soltado al pelinegro, sujetándolo con firmeza del brazo izquierdo y manteniéndolo tras de si con la idea de ser el escudo ante cualquier amenaza que pueda hacer el cazador; con una silenciosa disculpa soltó al cristiano, al verse libre del agarre Will sobo el brazo con cierto alivio, al parecer apretó con cierta fuerza. 

No es nada grave, ni es que le allá roto el brazo, además que aun no podía bajar la guardia frente al cazador, por lo que prosiguió con este.

— Tengo algunas preguntar para usted. Espero coopere. 

Blakk miro mejor al hombre, su cabello pese ser una cresta pelirroja estaba un poco dispareja, era alto y formado físicamente tanto como el albino, las típicas prendas de cazador de cuero, desde el cuchillo de caza hasta las botas y guantes, pero no sabe decir si las franjas en lo que parecía ser todo su cuerpo eran cicatrices o tatuajes.

— ... Si el Sacerdote Shane esta aquí, supongo que tiene que ver con la muerte del Obispo Kal, ¿o me equivoco?. —alzando el pecho y cruzándose de brazos.

— Por ende, sabe que esto es un asunto policiaco, así que si no quiere estar en la lista de sospechosos será mejor que coopere. 

El Sacerdote vio como ambos hombres se pusieron a la defensiva, era como ver a dos grandes osos dispuestos a pelear para dominar el territorio, si esto seguía así terminaría bastante mal, por lo que para evitarlo y romper el ambiente pesado entre ambos se cruzo colocándose entre estos.

— Stocker, solo queremos aclarar algunas dudas, al igual que tu lo veo como una perdida de tiempo, pero debemos descartar algunas cosas para evitarte problemas. 

El cazador gruño a lo bajo, pero aceptando las palabras del cristiano soltó los hombros.

— ¿Qué es lo que quieren saber?.

— Sobre sus armas. —hablo Blakk aun a la defensiva:— Esta claro que esta en posesión de ellas.

— Así es, tengo mi licencia de caza y mi permiso, todo legal si es lo que tanto le preocupa.

— ¿No le importara que registre su casa o si?.

El pelirrojo bufo burlón:— ¿Y donde esta la orden?. —Blakk frunció los labios, maldiciéndose a si mismo, este hombre es listo:— Conozco la ley, Detective, ¿o cree que la licencia de caza y la posesión de armas fue regalada?.

— Estamos de una nación donde hasta un chico de 14 años puede tener un arma, así que no me sorprendería. 

El Sacerdote volteo a mirarlo con el ceño fruncido, esto  extraño bastante a Blakk, pero logro contenerlo por la ironía; no es hombre muy paciente y no esta acostumbrado a las interrogaciones pacificas, el siempre a sido el que interpreta al policía malo, así que nunca a sido suave. 

Por esta vez tenia que contenerse, por lo que suspiro derrotado y continuo.

— Bien, ¿por lo menos podría decir las armas a su disposición?.

— Rifles, solo eso. Una clásica Sauer 100 modificada, una semiautomática Browning, la nueva de precisión GC, mi amada Winchester, y pienso comprarme una Savage 110. Sin contar mi colección de cuchillos de caza.

Impresionante

Blakk no pudo evitar pensar, buenas armas para la caza ya sea desde el animal mas pequeño hasta incluso alces y osos, sin duda este sujeto es un aficionado de los rifles de precisión y de la caza. 

El cristiano le dio la espalda un momento al cazador, mostrando disgusto por las menciones de aquellas armas, es de esperar, debe ser tenebroso y angustiante escuchar la fascinación del cazador por dichas armas letales.

— ¿Y no vende o hace intercambios?.

— ¡Ni loco!. —con una carcajada resoplo el cazador mientras negaba con indignación:— No vendo armas, no tengo licencia. Soy bueno en la caza, no en los negocios. Y jamás intercambiaría mis rifles, les dedique muchas mejores para cambiarlas por baratijas, son como mis hijos.

— ¡Oh por Dios!. 

Expreso el católico indignado, con desagrado tomo el camino hacia el pequeño puerto del lago, dejando a ambos hombres proseguir con su conversación.

Cuando el cristiano estuvo alejado el cazador hablo:— Al Sacerdote Shane jamás le gustaron las armas, pero pese a que va en contra de ellas deja en paz a los demás al usarlas, tampoco es que pueda prohibir su uso.

Blakk observo al cristiano, ahora en el puerto se dedico a mirar en paz el lago. Ahora que lo pensaba, debe ser incomodo para el pelinegro estar cerca de el, debido a que carga siempre su arma reglamentaria; miro un momento su arma asegurada en su correa de pecho, oculta sutilmente bajo la gabardina, esta bien oculta, pero no hace mucha diferencia.

Solo le tomo unos minutos mas para terminar de interrogar al cazador, dejándolo en dudas.

Tiene los permisos legales y parece ser un hombre que nada tiene que ver con la iglesia y la Sede, peor aun, según testigos, Kal jamás salía del pueblo, únicamente el Obispo salía para asistir a eventos o reuniones en la ciudad, siendo la única manera de llegar a Stocker y comprar un arma, salir de la Sede y viajar al bosque; el cazador aun estaba en su lista de sospechosos, pero pese a ser el único por el momento, era el ultimo en ella, Stocker no tiene nada que ganar por la muerte del Obispo.

Ya terminada las preguntar el cazador fue a la ubicación donde debería estar el cuerpo del animal que había logrado alcanzar su rifle.

Miro nuevamente hacia el puerto donde el Sacerdote aun le daba la espalda, mirando con recelo el lago. Se acerco al pelinegro hasta quedar juntos en el puerto, mirando el reflejo de ambos en el agua cristalina, el ambiente era tan agradable y tranquilo que seria un pecado romperlo.

Miro al cielo de la tarde, pronto caerá la noche.

— Sacerdote Shane, ¿no debería regresar a la Sede?. Tiene mucho tiempo afuera, no quiero meterlo en problemas.

El cristiano sonrió:— Agradezco su preocupación, Detective. Me temo que parte de mis tareas han sido paralizadas por un tiempo... Hasta que se nombre a un nuevo Obispo, debo dar mis servicios únicamente al clero y al Arzobispo.

Como no sabe como funciona la estructura y jerarquía de la iglesia católica, simplemente acepto la excusa del católico, supuso que son "vacaciones hasta nuevo aviso", eso fue lo que entendió. 

Lastimosamente, no había tiempo para seguir contemplando la paz, por lo que cometió el pecado de romper el ambiente.

— Ahora, solo debemos ir con este tal Nachos. 

El Sacerdote inhalo profundamente con pesar antes de soltar un suspiro, en silencio, ambos se encaminaron por la misma ruta que tomaron.




— Es aquí. 

Blakk estaciono el Mustang al borde de la acera, en frente de un pequeño complejo que, gracias a que ya había caído la noche, se hacia notar por las luces fosforescentes. 

Se inclino hacia el asiento del copiloto y junto al cristiano para poder ver mejor la entrada, una doble puerta la cual tenia luz de neón amarilla con la palabra "Bar", la música country a un volumen considerable para ser un bar; pero había un detalle que le preocupo y era quien parece ser el guardia de seguridad. El sujeto estaba recostando su espalda en la pared de ladrillo rojizo junto a la puerta con los brazos cruzados, y desde lo que podía ver en el auto, podía decir que el sujeto era enorme, visiblemente mas musculo y un poco mas alto que el, hace tiempo que no encontraba un rival en tamaño y altura, ni con una franelilla blanca y una chaqueta de mangas largas ocultaba lo fuerte que era, cabello largo pelirrojo recogido en una cola de caballo y patillas, su rostro aburrido y claramente con sueño.

— Los de la Unidad de Contención matarían por tenerlo en sus filas.

— ¿Que?. —pregunto extrañado el Sacerdote, mirándolo perplejo.

Blakk frunció los labios al darse cuenta que lo dijo en voz alta:— El guardia de la entrada, se ve bastante imponente. —el cristiano volteo a mirar al susodicho guardia, no duro mucho cuando regreso su mirada con una sonrisa.

— ¿Maurice?. Si, se ve bastante rudo, pero es buen hombre, manso de hecho.

A este punto ya Blakk no debería sorprenderse, el Sacerdote conoce a todos el pueblo. 

Bajo del auto, acto seguido, el cristiano lo siguió; como era de esperar, al acercarse el guardia miro extrañado al pelinegro.

— ¿Sacerdote Shane?, ¿usted fuera de la Sede?.

— Es un gusto verte de nuevo, Maurice.

— ¿Se encuentra un tal Diablos Nachos?. —interrumpiendo el saludo, solo quería acabar con esto rápido. 

El pelirrojo lo miro de arriba y abajo con una mueca, dejo de apoyarse de la pared, pero aun cruzado de brazos lo miro seriamente.

— ¿Quién lo busca?. 

Moviendo a un lado la gabardina mostro su placa sujetada al cinturón, el pelirrojo lo miro desconfiado unos momentos antes de rodar los ojos con aburrimiento.

— Esta en la barra. 

Asintió mientras ocultando la placa nuevamente, el guardia se recostó de nuevo sobre la pared haciendo un movimiento con la mano hacia la puerta, indicando que podía entrar; pero apenas toco la puerta, el mismo apretón en su brazo lo obligo a detenerse, mirando al Sacerdote que lo soltó rápidamente al ver su movimiento. 

Con vergüenza el cristiano miro al suelo y permaneció en silencio, fue cuando lo vio que se dio cuenta, supone que era muy profano que un Sacerdote entre a un Bar, además de ello, que dicho Sacerdote aun se encontraba con la sotana.

— Espere en el auto. —fue lo único que pudo decir.

— ¡Detective!.

Ignoro la llamada del cristiano, entrando al bar, es mejor así, para no involucrarlo mas de lo que esta. 

Miro de reojo el bar, es espacioso, estaba un poco oscuro pero organizado, solo dos trabajadores que llevaban las bebidas y recogían algunas de las mesas, habían varias personas que estaban mas ocupadas y atentas en sus mesas para prestarle atención al recién llegado. Al fondo pudo divisar la barra, con estantes llenos de todo tipo de botellas de alcohol y copas.

Ya que estaba aquí, una cerveza no haría daño. 

Camino hasta el fondo y se sentó sobre una de las sillas de bar pegadas al suelo, reposando sus codos sobre la barra de madera. Tan pronto se sentó apareció desde la esquina un hombre tras la barra, seguramente el barman.

— ¿Qué le sirvo?. 

— Una sencilla esta bien. 

El hombre asintió, dándole la espalda para abrir uno de los refrigeradores bajo la barra, con rapidez le quito la tapa y la envolvió en una servilleta, dejando frente a Blakk una botella pequeña de cerveza sin marca. 

Al tomar un trago de la cerveza suspiro con alivio, hace tiempo que no tomaba una. El barman le dio la espalda de nuevo, Blakk le dedico un vistazo, al estar con franelilla podía ver los tatuajes sobre ambos brazos, igual tenia hasta en la espalda, las podía ver por las luces de neón por todos las esquinas del bar; cabello pelinegro recogida en una cola de caballo, tiene características extrañas como tener las uñas un tanto largas y pintadas de negro, uno que otros pircing en las orejas que parecían de elfo por las puntas finas, no tenia cejas, no eran del mismo alto, pero era casi igual de musculoso; estaba distraído en los tatuajes, había uno en particular que le llamaba la atención, sabe que lo a visto antes, pero no recuerda de donde. 

En su distracción vio tatuado el nombre "Diablo" en su brazo derecho, con esto supuso que el dichoso barman es también el dueño del local y la persona a la que vino a interrogar.

— ¿Eres el tal "El Diablos Nachos"?.

El de coleta paro sus acciones un momento, dejando con frustración el baso de cristal en el lavamanos para voltear a mirarlo; si, este es el sujeto

— ¿Quién demonios es y que quiere?.

— Detective Thaddeus Blakk. —mostrando su placa al mover su gabardina:— Vine hacerle unas preguntas.

— ¿Y que le hace pensar que cooperare?. —dijo desafiante.

— Tal vez el hecho de que no te arreste al ser parte de "Los Flagelos"?. —señalando los tatuajes en los brazos:— Sabia que había visto ese símbolo antes, los de mi unidad de Trafico de Drogas estarían encantados de tenerte bajo custodia y hacerte un par de preguntas sobre tu banda.

— ¡Estoy limpio maldito!. 

El barman claramente molesto golpeo la barra, haciendo que se sentara recto y llevara su mano bajo su gabardina por el repentino arrebato.

— Sera mejor que te controles, a mi no me importaría llevarte a la ciudad, será un lindo viaje de mas de dos horas, sin contar el tiempo que te mantendrán en custodia.

— ¡Malditos cerdos vestidos, ¿crees que con una placa tienes la excusa para arruinarme el negocio?!.

Sin duda el hombre estaba por saltar la barra y caer sobre Blakk para pelear pese a que le mostraba su arma. 

Para sorpresa, alguien salto sobre la barra, entre ambos mas bien, siendo el mismo Sacerdote que coloco sus manos sobre el pecho de ambos hombres para evitar que se acerquen mas.

— ¡¡William!!. 

Sujetando de los hombros preocupado al cristiano para alejarlo de la barra. Lo miro para darse cuenta que tenia puesto el chaleco del guardia sobre la sotana, ocultando parte de la vestimenta.

— ¡Le dije que se quedara en el auto, es peligroso, yo lo puedo manejar!.

— Y muy bien que lo hace, Detective. —el Sacerdote se soltó de su agarre, mirándolo con reproche:— ¿Qué hubiera pasado si no llegaba a tiempo?. —antes de que Blakk siguiera quejándose, el cristiano le dio la espalda y se dirigió al barman:— Nachos, lamento tanto la actitud del Detective, me temo que su impaciencia no es manejable para si mismo. 

El de coleta gruño hacia Blakk un momento antes de mirar al cristiano:— ¿Qué es lo que quieren para que se vallan de mi bar?.

— Es sobre Kal. —menciono con pena.

— Y solo porque ambos no nos llevábamos bien ya insinúan que el pandillero hizo que se suicidara, ¿verdad?. —sonriendo en burla se cruza de brazos. 

— Solo queremos descartar cualquier error, estoy seguro que ya no quieres tener mas problemas Nachos, arriesgaste mucho tu vida para ser señalado por algo que no hiciste.

Hubo silencio por parte de los tres, después de un momento el de coleta dejo caer los hombros junto a un suspiro de derrota, llevando una mano a su rostro.

— ¿Qué quieren saber?.

La conversación no duro mucho, simples preguntas con respecto al día de la muerte y que estaba haciendo ese día y el porque el conflicto entre el Obispo y el dueño del bar. 

Como dijo el Sacerdote, el barman no tenia nada que ganar tras la muerte del Obispo, nada tenia que ver solo que habían tenido una que otras discusiones, al parecer Kal no estaba de acuerdo con que el ex-pandillero hiciera venta de alcohol a algunos jóvenes del pueblo, pero lastimosamente el Obispo no tenia derecho a frenar el negocio y mas cuando los jóvenes tenían la edad legal para consumir alcohol.

Pese a las contrariedades nada ganaba el ex-pandillero, tenia todas las de perder de hecho. 

Con fastidio salió del bar, ya afuera el Sacerdote tras el se quito la prenda prestada para devolverla al dueño que aun estaba reposado en la pared junto a la puerta. El cristiano dedico una breve despedida al guardia antes de subir al auto, al colocarse el cinturón miro al castaño para darse cuenta que tenia una mirada molesta y bastante serie sobre el.

— Detective, le ruego que no me mire así. —Blakk aun permaneció mirándolo con el ceño fruncido y una delgada linea en sus labios:— Es por esto que quise venir, sabia que se comportaría así.

— ¡Le dije que se quedara en el auto!. —lo señalo con firmeza. 

El Sacerdote se cruzo de brazos y trato de mostrarse igual de serio, pero su rostro mostraba preocupación.

— Y por esto no lo quería traer, es peligroso para usted involucrarse.

— Perdóneme, pero me temo que usted es el peligro Detective. —alzando su mano, enumerando con sus dedos:— Es impaciente, temperamental, tiene problemas de ira.

— ¡Yo no tengo problemas de ira!. 

El pelinegro dejo caer ambas manos sobre su regazo y miro con una ceja alzada al otro. Blakk gruño para si mismo, se dedico a encender el auto y acelerar, el repentino empujón hizo que el cristiano se aferrara al asiento.

— Ya es todo, lo llevare a la Sede.

Hubo silencio por el resto del camino, de mala gana admite que le fue de ayuda el Sacerdote, pero aun era peligroso que estuviera metido en el caso, debía mantenerlo lo mas alejado posible. 

Estaciono el auto en la entrada de la Sede, sabia que si entraba podría meter en problemas al cristiano, este se quito el cinturón pero permaneció dentro del auto.

— ¿Qué piensa hacer ahora que no tiene sospechosos, Detective?. —mirando por la ventanilla el edificio principal de la Sede al fondo, con su voz suave pero melancólica.

Blakk llevo su mano a su rostro cansado, mirando un momento al cristiano que aun miraba por la ventanilla.

— ... Solo me queda seguir investigando. 

Will dejo caer los hombros, seguramente conteniendo su ansiedad, es evidente que ambos se sentía fatigados por esto, Blakk por no avanzar como esperaba en el caso y el Sacerdote al ver que parecía un callejón sin salida. 

No es de dar ánimos o mostrar sentimentalismo, esta seguro que puede empeorar la situación, pero al ver tan decaído al otro debía tratar; reposando su mano sobre el hombro suave por la tela de la sotana, Will lo miro confundido por dicha acción.

— No te preocupes Will, al final se sabrá quien le hizo esto a Kal. 

Supuso que ayudo un poco, el Sacerdote lo miro atónico un momento antes de dedicar una breve sonrisa, saliendo del auto para subir a la acera.

— En verdad tengo fe en usted, Detective. 

Blakk se limito a dar una leve sonrisa antes de tomar el carril contraria de regreso al pueblo y al motel, dejando atrás al Sacerdote que en silencio observo como el auto poco a poco se alejaba hasta estar fuera de su alcance al girar la curva.

Will dejo salir con fuerza un suspiro, no se había percatado de que estaba conteniendo el aire. 

Alzo su mano izquierda donde el rosario permanecía enrollado en su muñeca, tomando la cruz de plata entre sus dedos. Esta situación le causa una ansiedad en su corazón como jamás pudo experimentar, y estar con el Detective le causa tensión, pero pese a no conocerlo del todo le da curiosidad, ese hombre tiene el alma rota, lo sabe, lo presiente, así que le es difícil ser indiferente ante un alma perdida.

Pero también ese hombre es capaz de sacar de sus cabales a cualquiera, que bueno que es paciente y comprensible.

— Dios, dame fuerzas. 

Dijo para si mismo, alzando su mirada al cielo despejado de nubes, donde las estrellas podían verse perfectamente. Una brisa lo golpeo y pese a que la sotana cubre gran parte de su cuerpo un escalofrió lo recorrió por completo.

Viéndolo como una señal caída del cielo camino en dirección a la Sede, lo único que puede hacer ahora es seguir con su rutina, ir a su habitación, rezar por el Detective y por el alma de Kal.

DEJEN SU VOTO Y SUS COMENTARIOS :D

Ptt: por si se preguntan de donde saque eso de un obispo jugando fútbol, dejare el link de un video de tiktok de un obispo católico jugando fútbol como si fuera el mismo messi y el bicho xd

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