Parte 4

Gruño a lo bajo mientras daba vueltas alrededor del árbol, alzando la vista hacia la iglesia y los alrededores para asegurarse de no estar bajo la mira de alguien. 

Era domingo, día de misa, por ende casi todo el pueblo estaba metido en aquel edificio, desde temprano en la mañana a estado a una distancia considerable para intentar hablar con el Sacerdote Shane, pero debía mantener su distancia de los ojos del Arzobispo y Director en cuestión y no llamar la atención para evitarle problemas al cristiano.

No soportaba esperar cuando la situación era urgente, eventualmente siempre carga con una caja de cigarrillos para calmarse, pero lastimosamente las dejo en su gabardina, la cual estaba tirada en alguna parte de su habitación en el hotel; tenia que ser mucho menos llamativo, por lo que vino lo mas casual posible, si es que su camisa de manga larga negro con cuello, pantalones jeans negros y sus botas se consideren así, por esta vez dejo su arma reglamentaria y su placa en su auto, sabia que si era visto con ellas podría asustar a todos, incluido al Sacerdote. 

Otro gruñido cansado dejo escapar, de la iglesia se hacia eco el cantar de los monaguillos mezclado con el órgano, no era malo pero si repetitiva, lo suficiente para que empeore su impaciencia.

Para su suerte, el cantar de los monaguillos se detuvo, dando por finalizada la misa. Los primeros en salir fueron el Arzobispo junto con el Sacerdote que tanto a esperado, portando nuevamente la sotana negra, ambos se posaron en la entrada de la iglesia para despedir a las personas; se oculto tras el árbol, siendo lo mas discreto posible y alejándose de la mirada del Arzobispo, su mira fija en el cristiano para no perderlo de vista. 

Cuando la iglesia estuvo casi desalojada por la gente del pueblo vio como el Arzobispo llevo una de sus manos al hombro del Sacerdote, diciéndole unas breves palabras al pelinegro tomo el camino a la parte trasera de la iglesia, solo que en vez de atravesarla la rodeo, sabia que era para tomar un sendero que sirve como un atajo para llegar a la Sede mas rápido.

Cuando el Arzobispo estuvo lo suficientemente lejos de la iglesia vio su oportunidad. El Sacerdote había entrado a la iglesia y estaba por cerrar las puertas.

— ¡Sacerdote Shane, espere!. 

Salió de su escondite y corrió para llegar a tiempo de que las puertas fueran cerradas, sosteniendo el pomo de la misma para evitarlo.

El pelinegro lo miro sorprendido, pero no duro mucho cuando le dedico una sonrisa.

— ¡Detective, pero que agradable sorpresa!. —el cristiano cerro una de las puertas y abrió mas la de su lado derecho:— Es una lastima que se perdiera la misa de hoy. —con tono triste.

— Lamento que sea inoportuno Sacerdote.. Pero necesito hablar con usted, es urgente.

El cristiano lo miro preocupado unos momentos, pero se hizo a un lado para darle espacio, ante el ofrecimiento entro a la iglesia, el Sacerdote cerro la puerta de inmediato. 

Por un momento pensó que estaban solos, hasta que vio a los monaguillos del coro, eran pocos y mayoría eran niños y aun en el escenario se quitaban las vestimentas que ocasionalmente llevan a la hora del canto, siendo un Alba enteramente Blanca y sobre la misma una Dalmática blanca con franjas doradas, los adolescentes por igual portaban la misma ropa, pero solo uno portaba una Casulla de color rojo; algunos organizando el podio o limpiando cierta área de la misma.

— Deme un momento, Detective. —sin mas el pelinegro camino hasta los monaguillos.

Se dedico a observar como el Sacerdote guio a los jóvenes y estos a su vez a los mas pequeños, en poco tiempo el escenario quedo organizado al recoger la mesa tras el Ambon, la cual portaba el cáliz con el vino y el plato donde anteriormente estaba el pan, siendo que se realizo la Eucaristía, también aseguraron que el órgano estuviera bien antes de colocarle tu tapa y colocaron nuevas velas en las ya extinguidas para la próxima misa; los chicos obedecían al pie de la letra al Sacerdote, y este a su vez no dudaba en ayudarlos, este hombre le gusta lo que hace. 

Cuando todo hubo terminado los monaguillos tomaron la salida trasera de la iglesia para tomar el sendero de regreso a la Sede, espero pacientemente hasta que el Sacerdote quedo solo en el podio, solo faltaba algo por organizar en toda la iglesia, el Ambon.

Al presenciar al cristiano mirar fijamente el Ambon a un lado y a poca distancia se acerco, al subir los dos simples escalones y al lado del cristiano noto como este balbuceaba en voz baja, no hacia nada, estaba estático, perdido en su mente y sin duda, en su lamento.

— .. ¿William?. —llamo suavemente, parándose junto al pelinegro.

El Sacerdote lo miro triste un momento antes de forzar una sonrisa:— Lo... Lamento, Detective. 

De regreso en la realidad el pelinegro se acerco al Ambon, lo único sobre el trozo de madera era la Biblia que, a diferencia de las demás, tenia un marco de piel fina y de color marrón oscura, con el sello en morado de la cruz con un estilo mas refinado, y el listón rojo que sobresalía de entre sus hojas; el libro abierto entre una buena cantidad de paginas fue cerrado con suavidad por el Sacerdote. 

Este inhalo y exhalo lento antes de volver a mirarlo con otra sonrisa ahora mas relajada.

— Dígame Detective, ¿en que le puedo ayudar?.

— De hecho, si, necesito de su ayuda.. Y mucho.

— En ese caso, no dude que hare lo que pueda. —el pelinegro tomo entre sus brazos la Biblia, sin dejar de sonreír.

Hizo una mueca al ver el entusiasmo del cristiano, haciéndolo pensar un poco su petición; pero no tenia mas opciones.

— .. Sacerdote Shane, estuve investigando por esta semana completa todas las pistas que pude recolectar sobre el caso. —el otro frunció los labios, cambiando su expresión a preocupación:— Me temo que todo indica que...

— ... Entiendo. 

Este reposo el libro sobre su pecho para hacerlo menos pesado, miro al Ambon con tristeza debido a las palabras recién escuchadas.

— Pero, pese a todo la evidencia, quiero seguir investigando. —el Sacerdote lo miro confundido:— Algo paso, algo que provoco que el Obispo Zane acabara con su propia vida. Mi trabajo es buscar pistas y evidencia que lo pruebe, pero me temo que son escasas, busque por todos lados, menos en un lugar.. Y es allí donde necesito de su ayuda. —dio un paso mas para acercarse al cristiano, sobre todo para bajar la voz:— Necesito entrar a las oficinas de Kal Zane en la Sede, tienes que ayudarme a entrar.

— Pero.. No lo entiendo, para eso no necesita mi ayuda, Detective. —ladeando la cabeza confundido:— De hecho, pensaba que se habían llevado las cosas de Kal.

— Sacerdote Shane, ¿recuerda la gran bienvenida que me dio el Director?. —soltó con ironía.

El pelinegro negó aun confundido:— Pero es policía, ¿usted no tiene la autoridad para acceder a las oficinas?.

— Puedo ser el mismísimo presidente, pero gracias a nuestro ultimo encuentro el Director pedirá una orden de cateo. —recalco fastidiado:— Y la orden debe ser solicitada en la comisaria de la ciudad, este proceso pasa por muchas oficinas antes de ser autorizada por un juez. Puede tardar semanas y no tengo tiempo para ello.

— Entonces, ¿en que le puedo ayudar yo?. 

Blakk miro fijamente al cristiano, se cruzo de brazos y permaneció en silencio con una expresión de seriedad, el hombre sin duda y dada su naturaleza es un poco ingenuo. 

Le tomo unos momentos al pelinegro para que entendiera el porque le estaba pidiendo su ayuda, expresándose horrorizado al captar por fin la idea del albino.

— ¡¿Me esta pidiendo que le deje entrar a escondidas?!.

— Digamos que.. ¿Un recorrido nocturno?. 

Trato de calmar los nervios del cristiano, pero no ayudo en nada. 

Estaba claro que la idea causaría histeria en el Sacerdote, es una conducta inaceptable y muy reprochable; el cristiano entro en pánico entre tartamudeos difíciles de descifrar, haciéndolo soltar un suspiro derrotado.

— Esa bien Sacerdote, entiendo si no desea hacerlo, créame que si tuviera otras opciones las tomaría antes de meterlo en algún problema.

Hubo unos momentos de silencio, un poco incomodos, pero que se podían sobrellevar. El cristiano frunció los labios y sostuvo con mas fuerza la biblia sobre su pecho, observo el Ambon junto a ellos.

— .. ¿Que.. Pasara con el caso si no encuentra mas evidencia, Detective?.

— .. Debido a la nula evidencia y ninguna conexión con el caso, se sellara como caso de suicidio y será cerrado. —observo al pelinegro que al escucharlo frunció su expresión. 

El Shane inhalo suave antes de voltear su mirada hacia la cruz en el centro al fondo del escenario.

— Dios perdone. —soltó en lamento, agachando la cabeza un momento antes de dirigirle la mirada:— ... En el edificio sur, la quinta ventana en el tercer piso, estará un poco abierta. Espere hasta las 1 de la madrugada, puntual. —dijo con suavidad, aunque su mirada mostraba completa preocupación he inseguridad ante todo.

Ya asignada la hora no quiso hacer perder mas el tiempo al Sacerdote, por lo que aceptando sus términos se marcho de la iglesia de regreso al hotel a esperar la hora indicada.




En la zona sur, quinta ventana del tercer piso, estará un poco abierta.

Repaso lo indicado por el Sacerdote mientras se escondía tras los arbustos que le ayudaban a ocultarse de la vista de cualquier vigilante. Al mirar la hora en su celular y ver la 1 en punto alzo su mirada hacia la dichosa ventana, puntual una tenue luz era visible mientras la ventana fue abierta hasta un espacio considerado, viéndolo como su señal corrió haciendo a un lado los arbustos, el edificio al ser arcaico tenia una que otras grietas por el paso del tiempo, mas los soportes de las demás ventanas le ayudaron a subir rápidamente hasta el tercer piso; el Sacerdote abrió la ventana por completo haciéndole el paso mas fácil. 

Entro sin problemas a la habitación, el cristiano cerro de inmediato la ventana y se acerco con preocupación.

— ¿Se encuentra bien, Detective?.

— Eso fue fácil. 

Primero, paso sus manos sobre su ropa y gabardina, después miro al Sacerdote que ahora portaba una simple franelilla blanca con unos pantalones deportivos grises, el rosario ahora se encontraba en su cuello con la cruz colgando sobre su pecho. 

Alzo las cejas al verlo así, ya tenia la imagen mental del Sacerdote con su sotana, verlo con otras ropas y mas casuales ya le es extraño.

El pelinegro se acerco rápidamente a la puerta de la habitación para verificar si había alguien cerca, Blakk le hecho un vistazo a la habitación; sencilla y pequeña, una cama hecha de barrotes con una colcha un poco alcaica, hizo una mueca al ver la gran cruz pegada a la pared sobre la cabecilla de la misma, una sencilla mesita de escritorio con una lampara pequeña de luz que iluminaba tenuemente la habitación, del otro lado un armario de roble, un escritorio pequeño con una biblia cerrada sobre la misma, con una silla del mismo material y un poco viejo, otra puerta que seguramente es el baño, en el techo colgaba un pequeño candelabro con las luces apagadas. 

Toda la habitación es... Arcaica y parece hasta de época, pero todas las iglesias tienen el mismo estilo de habitación, supone.

El Sacerdote abrió mas la puerta y le hizo una rápida mirada, dejando entender que debía seguirlo. salieron de la habitación y a pasos suaves pero apresurados tomaron el pasillo de los dormitorios, el ambiente era silencioso y muy oscuro, opacado solo por las tenues luces del exterior que traspasaban las ventanas; gracias a la ayuda del cristiano lograron pasar a los Diaconados que hacían guardia, el Shane sabia las rutas perfectamente bien y sus horas de turno, además de ello, que conocía la sede como la palma de su mano.

Tomaron el ultimo pasillo que los conducía a una puerta doble

— Llegamos. —Soltó sin ganas el cristiano. 

Al escucharlo se acerco a la puerta y tomo ambos pomos con la intensión de entrar, pero como era de esperar, las puertas estaban cerradas; un simple percance, ya anticipo que esto podría ocurrir, por ende saco de su gabardina en su bolsillo interno unas herramientas sencillas que le ayudarían a entrar. Sacando un gancho y un delgado cilindro de metal se inclino ante la cerradura para tratar de abrir el cerrojo, el pelinegro soltó una queja, llevando una mano a su pecho donde yacía el rosario

— Dios perdónanos. No deberíamos hacer esto, estamos profanando un lugar sagrado. —estaba notablemente nervioso.

— No pienses en eso, solo.. 

Sonrió orgulloso cuando escucho la cerradura chocar entre si, indicando que logro abrir el cerrojo. 

Olvidando por completo lo dicho por el Sacerdote abrió rápido las puertas y entro, se hizo a un lado para que el pelinegro entrara, pero este frunció los labios al igual que sus cejas.

— .. Bien, pues quédate aquí y has de guardia.

— ¡No detective, no me deje solo!. —susurro, pero Blakk no le hizo caso y se adentro a las oficinas.

Pese a las luces exteriores la oficina estaba casi en completa oscuridad, preparado para esto saco de su gabardina una pequeña linterna de mano, lo primero que noto fue el gran escritorio con la silla giratoria tras el mismo, unos cuantos papeles y documentos archivados en carpetas sobre los mismos, tras el escritorio y pegado a la pared una cruz y bajo de esta una amplia chimenea; la oficina era espaciosa en el centro, con una gran alfombra roja vino con bordados dorados, los ventanales del lado izquierdo y del derecho una biblioteca que ocupaba toda la pared, de las paredes del lado de la entrada un pequeño armario a puertas cerradas y del otro una mesa con gabinetes y una lampara, en el techo un candelabro grande de cristal.

Tenia que ser rápido, por lo que se acerco y rodeo el escritorio para buscar entre los documentos y papeles alguna pista, leyendo minuciosamente y apuntando con la linterna las letras que pudieran resaltar cualquier tema de interés. 

Administración dentro de la Orden sacerdotal, una que otras cuentas dentro de la misma Sede como de la iglesia, sacramentos, solicitud de cargamentos, unos apuntes con los temas a tratar en lo que seria sus próximas misas; son tareas a seguir para un Obispo, cosas comunes, nada fuera de lo normal, abrió cada gaveta del escritorio, saco cada papel y reviso dos veces, pero nada de nada, solo apuntes, mas encargos, redacciones. 

Su frustración llamo la atención del Sacerdote, haciendo que de mala gana entrara a la oficina, asegurándose de que no hubiera nadie cerca y cerrando ambas puertas nuevamente se acerco al escritorio.

— ¿Desde la muerte de Obispo nada fue tocado?. —dejando los papeles sobre el escritorio.

— Tenemos la creencia de que no se debe irrumpir o profanar zonas donde el fallecido pasaba la mayoría del tiempo. Así que no, nadie a entraron aquí desde que Kal falleció, además que siempre a estado bajo llave.. Hasta que se nombre a un nuevo Obispo.

Blakk frunció los labios, llevando ambas manos sobre su cintura le dio la espada al escritorio y miro la cruz sobre la chimenea; después de un silencio prolongado inhalo y dejo salir de golpe todo con derrota. 

No sabia que mas hacer, había investigado todo lo que tenia a su alcance, sobre este Obispo no había mucha información y las evidencias son nulas, a llegado a pensar que tal vez este solo sea uno de los tantos casos con misterios sin resolver, tendrá que volver a la ciudad y decirle a su capitán que lamentablemente no había mucho por hacer. 

Soltó los hombros, llevo una mano a su nuca y bajo su mirada a la chimenea, entrecerró los ojos al captar algo dentro de la chimenea, por lo que se inclino y apunto su linterna dentro de la misma; había un poco de madera quemada y ceniza, pero en la esquina inferior derecha había trozos de papel, mayoría fueron quemados, pero justo en esa esquina había un papel hecho bola.

— Detective, ¿qué esta haciendo?. 

El pelinegro quedo confundido por completo cuando Blakk se inclino y entro a la chimenea, tan pronto como entro salió, alzándose en un salto y mostrando la bola de papel.

— Kal intentaba quemar algo, hay muchos papeles quemados, pero este se salvo. —estaba por abrir la bola cuando se escucharon pasos tras las puertas.

El Sacerdote alzo la mano y lo miro con las cejas alzadas, indicándole que guarde silencio y permanezca quieto, al poco tiempo se logro ver como una luz junto con pisadas pasaron por la puerta, no fue hasta que estuvieron de nuevo en total silencio que pudieron respirar libremente.

— Ese fue el Diaconado de las 2: 30 de la madrugada. Rápido, regresemos a mi habitación.

Sin perder tiempo y dejando todo como estaba, tomaron la misma ruta para regresar a la habitación del Sacerdote, sin problemas se encerraron. 

Rápidamente Blakk se acerco al escritorio y a la lampara, abriendo con cuidado la bola de papel y aplastándola sobre el escritorio para hacerla lo mas recta posible y así poder ver mejor las letras.

18/4/96. 

Lo se todo, tengo los archivos y cada detalle sobre ti, si no quieres que salga no solo en el canal local del pueblo, sino en primera plana del periódico de la ciudad y en Tv nacional, tendrás que renunciar a tu puesto de Obispo. 

Hágalo o todos sabrán quien es en realidad.

Leyó en voz alta lo escrito sobre el trozo de papel, al ver las letras supo de inmediato que esta carta estaba escrita en una maquina de escribir por el estilo tan peculiar y preciso de las letras.

— ¿Q-que es eso?, ¿qué quiere decir esto?. —pregunto el Sacerdote totalmente preocupado, apretando con cierta fuerza el rosario en su pecho.

— Esto es lo que necesitaba. —agitando la carta:— Esto cambia las cosas, Sacerdote Shane. Esto es una amenaza. —mirando con determinación la carta.

— ¿Una amenaza?, ¿estaban amenazando a Kal?. —sorprendido:— ... No, no puede ser. Todos en el pueblo respetaban y querían a Kal, el no tenia ningún enemigo, y si lo tuviera le hubiera dicho a los de la policía. El nunca tuvo miedo de decir lo que pensaba o lo que le sucedía.

— 18 de abril del 1996.. 

Miro al pelinegro con desdén, paso un momento para que este negara rotundamente, indicando que no tenia la mas mínima idea del significado de dicha fecha.

— .. ¿Qué paso ese día?, es obvio que algo paso con el Obispo Kal, es lo que se esta usando como amenaza.

Will frunció los labios y miro al suelo:— ... Kal llego a la Sede en noviembre del 96, era un niño nuevo de otra ciudad, era huérfano. —cruzándose de brazos:— .. Era muy callado y distante los primeros días, pero con el tiempo nos hicimos amigos y se familiarizo con todos, dentro de la Sede como los del pueblo.

— ¿Qué mas sabes sobre el antes de que llegara a la Sede?. —el cristiano negó con tristeza.

Blakk chasqueo la lengua y miro la carta nuevamente, tenia que avisarle a su capitán sobre esto... Ahora que lo pensaba, el era la persona ideal

— Necesito comunicarme con mi capitán. —se acerco a la ventana y estaba por abrirla para salir y volver a su habitación en el hotel, tenia que llamar lo antes posible.

— ¡Espere!. 

El pelinegro se acerco al escritorio y abrió uno de los gabinetes, removiendo una que otras prendas saco una laptop moderna, dejándola reposar sobre la mesa la abrió y la encendió.

— Deme su contacto.

Se ahorro las dudas del escondite de la laptop y le dio el contacto al cristiano , colocándose junto a este realizaron una videollamada. 

Le tomaron unos pocos intentos para que fuera aceptada la videollamada, dejando ver al mismo hombre moreno, esta vez, desalineado y en pijamas, obviamente nada contento de que allá sido despertado en la madrugada.

— ¡¡Mas te vale que sea importante Blakk, hare que bañes a los perros de la comisaria si...!!. 

El hombre en la pantalla quedo en silencio un momento, forzando su vista hacia la cámara.

— .. ¿William?.

— ¡Tom!. —el cristiano sonrió jovial:— Cuanto tiempo sin verte, viejo amigo.

— ¿Viejo quien?. Veo que aun eres el niño que siempre tuve que cuidar de los chiguaguas de la señorita Mercedes.

Blakk rodo los ojos y con cierta sutileza aparto al Sacerdote para ocupar la pantalla.

— Lamento interrumpir el emotivo reencuentro, pero no tengo tiempo. Capitán, tenia razón con respecto al caso, algo mas paso.

— Habla.

— Kal Zane era amenazado, encontramos una carta con chantaje. Es muy probable que hubieran muchas mas, pero las quemaba.

— Amenazas, coacción, incitación al homicidio, chantaje. Esto puede llegar a homicidio en segundo grado, delitos graves... 

El moreno se acerco mas a la pantalla al perder un poco el sueño, frunció las cejas un momento.

— Blakk.. ¿Se puede saber donde estas en estos momentos.. y que hace Will Shane contigo?.

Blakk puso los ojos en blanco mientras dejaba salir una queja.

— ¿Eso importa ahora?.

— Blakk, ¿cómo conseguiste la carta?. 

Menciono entre dientes el del bigote, claramente molesto. El silencio que mantuvo fue la respuesta para su capitán, que apretó los dientes y dejo salir un gran gruñido de enfado.

El Sacerdote que estaba cerca escuchando quedo confundido:— ¿Qué pasa?, ¿qué hay de malo?.

— William, dime, por favor, que este neandertal pálido no hizo que lo metieras a la Sede. 

El cristiano lo miro al albino y después a la cámara, con pena y dudas asintió.

— ¡¡No otra vez Blakk!!. ¡¡Invasión a propiedad privada, hurto de evidencia, alteración de una posible escena del crimen!!.

— Lo lamento, no se mucho sobre derecho. —menciono Will, alzando los hombros aun sin entender lo malo del asunto.

Blakk suspiro cansado:— Pueden usar todo eso para desahuciar la evidencia encontrada en un futuro juicio. —alzando la carta nuevamente:— ¡No pensemos en eso ahora, perdemos el tiempo!. Capitán, usted dijo que conocía a Kal Zane de años, ¿fue antes o después de la Sede?.

— De hecho, tanto Kal como Tom llegaron al mismo tiempo. Tom se marcho después de un tiempo, pero Kal se quedo en la sede. —dijo el pelinegro.

— ... Si, Kal y yo nos conocíamos desde niños.

— En la carta se usa de amenaza una fecha, 18 de abril del 96, ¿qué paso ese día con Kal para que fuera usado como amenaza?.

Hubo silencio por un tiempo prolongado, tiempo en el que él moreno permaneció quieto y con los ojos extremadamente abiertos, como si al mencionar dicha fecha todo recuerdo apareció ante sus ojos; tanto Blakk como el Sacerdote se dedicaron una mirada con desdén, le dieron su tiempo al moreno que tomo mucho aire para dejarlo salir forzado.

— ... Kal y yo apenas teníamos 8, nuestros padres eran mejores amigos por lo que a veces se reunían para hacer actividades del trabajo. Un día, nosotros nos quedamos en el parque de la escuela mientras nuestros padres hacían un viaje por carretera y.. Murieron por un accidente, quedamos huérfanos. 

El del bigote tras la pantalla frunció los labios, llevando una mano a su nuca

— Nos dejaron en un orfanato, y de allí asistimos a la iglesia, siendo elegidos para ser monaguillos de la Sede; pero al mismo tiempo, ambos fuimos adoptados. Corrí la suerte de que mis padres adoptivos fueran buenas personas, me apoyaron en todo y jamás me apartaron, así que me fui de la Sede a vivir en la ciudad... Pero, Kal no corrió con la misma suerte.

— El caso del niño Misfortune. —soltó Blakk sorprendido.

— ¿Que?. —el pelinegro lo miro expectante.

— Un caso de hace años, de un niño que murieron sus padres y quedo huérfano, para después ser adoptado por una pareja de degenerados. El niño en el tiempo que estuvo con los padres adoptivos paso un infierno, abuso tanto físico como verbal, desnutrición, se dice incluso que lo metían en una jaula para perros para ocultarlo de las visitas, y muchas otras cosas que no fueron mencionadas.

— Dios mío. 

El Sacerdote tomo su rosario nuevamente, totalmente asqueado y horrorizado por lo escuchado

— ¿Y que paso con el pobre niño?.

— Ese es el misterio, después del caso y por obvias razones, se mantuvo en total anónimo su información como su nombre para evitar que la prensa lo buscara o hicieran publico su caso, se mantuvo anónimo en todo momento y fue llevado a un lugar donde recibiría la ayuda que necesitaba, por ello se le llamo El caso del niño Misfortune.

Will se alzo y pensó unos momentos, para después expresarse horrorizado.

— .. Con razón Kal era tan retraído y distante, no soportaba tener adultos cerca, y mucho menos que lo tocaran. Oh Dios mío, ¿pero que te hicieron Kal?.

— 18 de abril de 1996. —menciono el moreno, llamando la atención de ambos:— .. Ese fue el día en que se hizo la sentencia y Kal fue transferido de regreso a la Sede.

— Así están guardados los archivos del caso. —Blakk miro nuevamente la carta, dándose cuenta del significado de la misma:— ... Tal vez, Kal en las primeras amenazas no le dio importancia, no fue hasta que su acusador le dio evidencia que empezó a preocuparse. Las amenazas se volvieron constantes y mas precisas, y Kal, que gran parte de su vida trabajo para ser Obispo y para colmo, que le recordaran lo que le paso, no supo que hacer, no tenia con quien hablar de esto o tenia miedo de hacerlo... La presión fue tal que vio el suicidio como su mejor opción para resolver este problema.

— Sea quien sea, veía a Kal como un obstáculo, un muro que le impedía seguir.

— Pero, ¿para llegar a donde?.

— Averiguar el porque se es tu trabajo, Blakk. 

Recalco el moreno con su mirada ahora mas firme y decidida.

— El caso será cambiado a Homicidios, por lo que ahora esta completamente en tus manos, te doy el permiso para hacer lo que sea necesario para encontrar al que le hizo esto a Kal Zane.

La llamada fue cortada. 

Suspiro agotado mientras guardaba la carta en su gabardina, se acerco a la ventana y la abrió de par en par, observando los alrededores si estaba despejado. 

Estaba por despedirse del Sacerdote, pero al ver como este se había inclinado en la cama, cruzando sus manos y reposando sus codos sobre la colcha mientras estaba arrodillado se acerco, el pelinegro rezaba con tristeza con el rosario entre sus manos, al verlo así reposo su mano sobre el hombro en un intento de calmarlo.

— No te preocupes Will, encontrare al que hizo esto. 

El Sacerdote paro su rezar, dejando salir un suspiro pesado se alzo y se sentó sobre la cama.

— .. Aun no puedo creer esto, Kal sufrió aberraciones, y a pesar de ello fue bueno, siempre fue bueno.. El no se merecía esto.

— Lamentablemente, en el mundo en el que vivimos, es así, tiene muchas formas de sorprenderte, y no de buena manera.

Al Sacerdote le tomo un momento recuperarse, entre suspiros melancólicos.

— .. ¿En que mas puedo ayudar, Detective?.

— Por ahora, es mejor descansar, si lo necesito, no dude que volveré. Y si me necesita, sabe donde encontrarme.

Se acerco a la ventana, sentándose sobre los soportes hecho una rápida mirada al pelinegro que aun procesaba la información, sin mas que pueda hacer bajo del tercer piso y rápidamente cruzo el camino para ocultarse tras los arbustos. 

Ya tras los muros de la sede y teniendo a la vista su auto se apresuro a regresar al hotel y organizar sus ideas, el caso acaba de tomar un giro repentino.

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