Capítulo 42

Llegué al punto de encuentro dónde acordamos con KiHyun totalmente devastada, se encontraba hablando con el señor Yoo muy serios. Con una distancia prudente lo esperé hasta que me llamó.

—Señorita Estefanía, venga por favor.

—Buenas noches. —saludo con una gran reverencia y el hombre me devuelve el saludo con un leve movimiento.

—Señor ella es la persona de la que le hablo, sería de mucha ayuda que sea quien me acompañe a Daegu. —lo miré sorprendida porque no comprendía de qué hablaba.

—KiHyun me habló muchísimo de usted, déjeme decirle que enviar a KiHyun a esa sucursal y dejar que elija su propio equipo, fue la mejor decisión que tomé en mucho tiempo. Su trabajo señorita es impecable y le dió un aire fresco al negocio.

—Muchas gracias señor, el señor Yoo es un buen líder. Me enseñó muy bien los procedimientos.

—Lo felicito KiHyun, —me sentía feliz por KiHyun, uno de los dos debía estar bien y definitivamente esa noche no era la elegida —pensaré su propuesta. Yo pensaba enviar a mi hijo Hyuk y que se vaya familiarizando con el negocio.

—Lo que usted decida estará bien señor.

—Tengo un mes para evaluar y dar mí decisión final. Vamos a cenar. —nos dijo, con KiHyun nos miramos porque nos daba el paso a qué ingresemos primero.

—Enseguida ingresamos, es que salimos a fumar.

—¿Fuma? —el señor Yoo hizo la pregunta que yo estaba pensando hacerle cuando nos quedaramos a solas.

—Si. —sonrió apenado y del bolsillo interno de su saco, sacó una cajetilla de cigarrillos.

Nuestro jefe convencido entró primero dejándonos a solas. No hacía falta palabras para saber que KiHyun tenía miles de preguntas, me ofrece con un gesto un cigarrillo y no dudo en tomar uno.

—No sabía que fumaba.

—Solo en ocasiones especiales. —sonrío.

—¿Vamos? —me extiende su mano y lo miro dudosa —Vamos a cenar al mejor lugar de toda Corea, a lo de mi tía.

Enciende su cigarrillo, me toma de la mano y me lleva hacía dónde se encuentran los de seguridad y le brinda la llave del auto para que lo traigan.

—El señor nos espera.

—Que el señor se quede con sus hijitos, fue un error venir, ya lo dije.

Subimos al auto y nos alejamos de aquel lugar, todo el camino fuimos en silencio o al menos yo que estaba fuera de mi porque en un momento escuchaba que algo decía, pero no alcanzaba a comprender debido a mis pensamientos imaginando el escenario menos trágico que sería el castigo que me dijo.

—¿Estefanía? —me llamó tocando mi mano —llegamos.

Lo miro, luego miro alrededor y en principio no sabía dónde nos encontrábamos, no estábamos en lo de la señora del pollo; en solo unos segundos caigo en cuenta que estábamos en donde había sido nuestro punto de encuentro.

—Creo que aquí no venden pollo frito. —sonrío tratando de aparentar que nada me pasa.

—¿Estás bien? —hay preocupación tanto en su mirada como en sus palabras.

—Si, estoy bien. Me preocupa que el señor se enoje contigo, debimos haber cenado al menos.

—Estefanía debes ser un poco más egoísta de vez en cuando y pensar en ti, en cómo te sientes tú, no los demás.

—Estoy bien, enserio. ¿Acaso tengo cara de estar mal?

«No debiste haber preguntado justamente eso.»

—¿Te soy sincero o te miento? —me sonrío —Algo en aquel lugar transformó tus ganas de vengarte de JaeMin en nervios de haberte encontrado o visto algo o alguien que no querías.

—Tan solo me sentía sapo de otro charco, estaba un poco incómoda ante el lujo del lugar y las personas. Me di cuenta que no pertenecía allí, en cambio tu si.

—Yo tampoco pertenezco a ese lugar, no soy nacido en una cuna de oro como la mayoría de ellos. Disculpa, no creo que sea eso, pero si tu dices que es así...

Fue muy comprensivo en dejar aquello en mi mentira, hasta me respetó en no invadir mi privacidad preguntando si quería ir a mi casa en taxi o me alcanzaba él. Opté por la primera opción del taxi.

Cuando llegué al edificio se me cruzó la loca idea de subir hasta el piso en el que vive YoonGi y esperarlo allí para que me dé una explicación o simplemente que se retracte de sus dichos, estaba dispuesta a perder mi dignidad frente a los vecinos al sentarme en su puerta vestida con aquel lujoso vestido. Por suerte algo de racionalidad me quedaba y desistí de aquello ingresando a mi departamento.

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Sin animo de nada todo lo que hice al día siguiente fue levantarme para prepararme un café y volver a la cama, pensaba en si debía enviarle un mensaje a KiHyun pidiendo perdón o un mensaje a YoonGi pidiendo hablar con la intención de terminar revolcándonos para convencerlo de que no me deje.

«Si, estaba dispuesta a eso y mucho más para no perderlo.»

KiHyun me gana enviando un mensaje en el que tan solo me preguntaba cómo estaba, cómo había amanecido, prometiendo en la semana llevarme a comer pollo frito a lo de su tía. Contesto al mensaje de KiHyun y seguido le envío un mensaje a mi amo, o eso creí; porque quien me contesta enseguida es JungKook, no entiendo en qué momento presioné el chat con él cuando claramente había ingresado al de YoonGi.

*Llamada*

—Kookie.

—¿Estás bien? ¿Pasó algo?

—Que exagerado eres. Estoy bien.

—¿Qué quieres que pregunte cuando me envías un mensaje diciendo que quieres hablar conmigo y al final del mensaje le agregas "por favor"?. Nunca me pides nada de esa manera, es preocupante.

—Quería ver como reaccionabas, solo estaba jugando. ¿Tienes algo planeado para hacer ahora? —no me quedaba más que inventar algo sobre la marcha para tapar mi error.

—No, ¿quieres venir a conocer mi departamento? Te espero en el café a unas calles de tu departamento. —lo menos que quería era salir —¿Dijiste que si? Perfecto te espero en una hora.

—No dije nada JungKook.

—Yo escuché que habías dicho que sí, ya que quieres hablar... —Había burla en sus palabras.

—Está bien, me ducho y cuando esté por salir te envío un mensaje.

—Perfecto, nos vemos.

*Fin de la llamada*

Ya había cometido el tremendo error de enviar mal el mensaje, por suerte no envié más de lo debido. Tomé la ducha rápido, tomé el celular y salí. No pude quedar tranquila y antes que nada corroboré que el destinatario sea el correcto y envié el mensaje a quien correspondía.

La respuesta no tardó en llegar:

"NO"

Un mensaje corto y contundente, que hiere un poco más todo mi ser. Escribo y borro un millón de veces un mensaje suplicando que me dé una oportunidad para explicarle, pero la poca dignidad una vez más no me dejó hacerlo.

Salgo del ascensor y lo veo ingresar al edificio, ambos quedamos en nuestros lugares petrificados. Doy el primer paso y como si no me conociera aparta su mirada de mi y toma el camino hacia las escaleras evitándome.

—¿YoonGi, podemos hablar? —pregunto en voz baja sin mirarlo directamente. Sigue su camino como si nada —Por favor, —giro para mirarlo, él como si nada continúa su camino ingresando a las escaleras. Voy detrás de él y lo tomó del brazo —¿Podemos hablar por favor? Hablemos, castígame ignorándome, pero luego de hablar. O castígame de la manera que quieras, pero luego de hablar como dos personas adultas. —solo me miraba, no me decía nada y su actitud me llenaba de rabia —¿No va a hablar conmigo? ¿Su forma de castigarme será de esta manera?

—Tenemos que hablar, —quitó mi mano de su brazo —pero no será ahora, ni lo que resta del día, ni mañana.

—¿Por qué? —me acerqué con la intención de besarlo, sin embargo me apartó enseguida.

—Espera mí llamada, no me envíes mensajes ni me llames. No obtendrás respuestas de mi si lo haces.

Tenía ganas de maldecirlo a él y a toda su descendencia, sin embargo solo le pude responder:

—Lo que diga amo.

Sin demostrarlo me fui llena de rabia, creo que nunca en mi vida llegué tan rápido a un lugar. Tan así que llegué unos minutos antes que JungKook.

—¿Estabas a la vuelta? —me dice nada más al verme muerto de risa.

—Si, te mentí cuando dije que estaba en casa. —reí también.

Intentaba poner lo mejor de mi para no demostrar lo mal que me sentía, por esa razón antes de ir a conocer el departamento de JungKook pasamos por una cafetería y de allí al parque. Hablamos de todo un poco y sin darnos cuenta la tarde comenzó a caer.

—¿Compramos pizza o pasamos por nuestro puesto preferido a comprar mandú? —pregunté mientras me ponía de pie.

—Lo que tu quieras está bien.

—No eres de mucha ayuda, ¿Lo sabías? —reí.

—Mmm... pizza.

—Ok, entonces pedimos cuando lleguemos.

—Me parece una buena idea.

Antes de ir al departamento pasamos por unas cervezas, unas... cuántas cervezas. Llegamos, hicimos un tour por el departamento y luego hicimos el pedido. El lugar era bastante amplio y estaba muy ordenado, una faceta que no conocía de JungKook.

—¿Quieres un soju para acompañar tu cerveza?

—Trae todas las botellas que tengas, quiero tomar para descargar el estrés y comenzar bien la semana mañana. —reí.

—Solo una, no quiero que te pongas borracha.

—Me conoces y sabes que tengo tolerancia al alcohol, y si llega a pasar me acuesto en el suelo.

—En mí cama. —contesta enseguida y no sé cómo reaccionar ante lo que dijo.

Continuamos comiendo y algo en mí cabeza me decía que una botella de soju o una lata de cerveza más no me haría nada, cuando a la segunda lata de cerveza ya estaba más que bien y una tercer cerveza o botella de soju me haría perder parcialmente alguno de mis sentidos.

—Bueno, hasta aquí llegamos con la bebida. —Levantó los restos de comida, botellas y latas —Mañana hay que trabajar.

—Una más —Junto mis manos suplicando con ternura —Por favor. ¿Si?

—Llegas a emborracharte, te levanto en mis hombros y te dejo afuera en la calle.

—No lo harías. —me rio.

—¿Quieres ver qué sí?

Se acerca rápido dónde me encontraba y como si nada me levanta en sus brazos y me coloca sobre sus hombros.

—¡JungKook!

—Sshh... piensa en los vecinos, me van a echar por tu culpa.

—Bájame entonces. —me muevo un poco y como no puedo hacer mucho, le doy una palmada en el trasero y río.

—¿Ah sí? —Recibo una palmada en mi trasero —¡Jeon JungKook bájame si no quieres morir!

—¿Moriría en tus manos? —me baja de sus hombros y quedo entre sus brazos frente a frente.

«Que tentación tener su boca tan cerca, ¿No?»

—En mis propias manos.

Le doy un beso rápido en los labios, me sonríe y me devuelve el beso un poco más despacio, de pronto nos encontrábamos besándonos. Una voz dentro de mí me impulsaba a que lo lleve a un nivel más a modo de venganza hacia YoonGi, lo tomo de su cabello y guio su boca hacia mí cuello.

—¿Vamos al sillón? —pregunto en un susurro, deja de besarme un momento para contestar que sí con un movimiento de cabeza —¿Puedo ser quien esté arriba?

—Realmente me quieres matar. —sonríe —Si quieres cometer un crimen conmigo, la cama es más cómoda. —elevó sus cejas y quedo pensativa.

«Que no nos importe YoonGi, él nos lleva a esto.»

—Tienes razón, vamos a la cama.

«—¡Eso es, volvamos a lo que éramos!. Cualquier oportunidad y cualquier hombre para tener sexo no la debemos desaprovechar.»

Entre sus brazos y sin dejar de besarnos nos vamos hacia su habitación, rompiendo una vez más aquella regla que dice que no debo tener sexo con nadie más que no sea con mi amo.

«A la mierda mi amo y sus estúpidas reglas, no estaría haciendo esto si el me daba la oportunidad de hablar como gente civilizada.»

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