Capítulo 11
Desperté con un gran dolor de cabeza, no quedaba más que levantarme, debía ir a trabajar. Me paré en frente de la cafetera y recordé que anoche había estado YoonGi.
—Debo pensar una mentira a lo que le dije ayer. - hablé en voz alta - ¡Aish! JungKook - me tomé la cabeza.
Recordé que debía pensar una mentira con más urgencia, de él no iba a escapar. Podía decirle también que no recuerdo nada por la borrachera, giro para dejar la taza en la mesa y veo un analgésico junto a un vaso y una nota.
"Desayuna y antes de salir toma el analgésico"
—Sí amo. - dije en tono burlón.
Si me llega a ver me castigaría, sacudí mi cabeza y continué pensando qué mentira decirle a JungKook en caso de que me pregunte. Terminé de tomar el café y salí no sin antes tomar el analgésico.
En la entrada del callejón en donde estaba nuestro ingreso me lo encuentro a JungKook, me miró de pies a cabeza.
—Hola Kookie.
—Hola, ¿Estás bien? - oh no, se venía la pregunta.
—Con consecuencias, producto del alcohol. - me reí.
—Buenos días - nos dijo Jimin que se encontraba en la puerta - Que caras, no me digan que... - se tapó la boca con la mano - ¿Acaso ustedes...?
—¿Qué película te estás montando en la cabeza? - le pegué en el brazo.
—Una no apta para menores. - rió.
—Eres tonto pero, hay días que te superas. - le contestó JungKook algo irritado.
—Es una broma, no te enojes. - entraron, olvidándome detrás.
Me cambié y comenzó el día, intenté no darle lugar a que JungKook tuviera tiempo de acercarse a mí. Eso sí, no dejó de mirarme toda la mañana.
La hora del almuerzo llegó, Jimin no tuvo mejor idea que dejarme con JungKook a solas.
—¿Hey, qué te pasa? - estaba demasiado serio, él no era de estar así.
—¿Estefanía? - se venía la pregunta.
—¿Tu estado no se debe a tu salud sino, a tu... vecino?
—¿Mí vecino?
—Si, ¿Están... saliendo? ¿Te trata bien? - su cara me daba ternura - Sabes que puedes contar conmigo, ¿Verdad?
—Kookie, no te entiendo. - hacía tiempo para pensar alguna mentira.
—Hablo de quién te estaba esperando anoche. - lo miraba dudosa - ¿No recuerdas que pasó anoche?
—Salimos a cenar, bebimos, y... no recuerdo más que eso.
—Te acompañé hasta tu casa y te estaba esperando tu novio. - me sonreí.
—No tengo novio Kookie y lo sabes.
—¿Si no es tu novio por qué estaba en tu puerta esperando y entró contigo?
—Eh...
—Perdón - llegó Jimin por suerte - Enserio, ¿Que pasa entre ustedes?
—¿Quieres saber la verdad? - pasé mí brazo encima de los hombros de Jimin - Según él me acompañó a mi departamento y no lo recuerdo.
—No parecías tan ebria.
—Pues lo estaba, - le dije "apenada" - no recuerdo más nada después de la tercera ronda.
—JungKook te acompañó porque querías llevarte a Tae a tu casa.
—No mientas Park. ¿Acaso es verdad Jung? - negó con la cabeza.
Me dolía mentirle a JungKook pero, no tenía ninguna historia armada. Solo a YoonGi se le ocurre buscarme sin avisarme nada.
~~~~~~~~~~~
El día sábado había llegado nuevamente, debía recoger los estudios. Estaba nerviosa porque a partir del momento en el que me dieran los resultados comenzaría a ser la sumisa de YoonGi.
—Aquí están los resultados junto con el informe, el doctor Choi tuvo una urgencia y no podrá atenderla personalmente. - me dijo de la secretaria del doctor.
—Muchas gracias.
Tomé el sobre, me dirigí a una cafetería y allí leí los resultados. Estaba todo bien según el informe, no tenía absolutamente nada.
Quedé pensando qué hacer, ¿Debía enviarle un mensaje avisando de los resultados o debía esperar a que él lo haga?
No hizo falta tomar una decisión, estaba guardando los estudios en la mochila cuando escucho una voz que me dice:
—El café se debe acompañar con algo. - un croissant apareció frente a mi. - Come.
—Hola.
—Hola, ya tengo los resultados.
—Yo igual, de seguro nos cruzamos. - me sonreí apenada.
—De hecho... estaba esperándote hace un buen tiempo. - lo miré dudosa - Estaba sentado en el banco de la entrada de la clínica, saliste muy pensativa y no quise interrumpir. Me senté prácticamente frente a ti y tampoco notaste mi presencia.
—¿Enserio?
—¿Salió algo mal?
—¿Eh? No, todos los estudios salieron bien, mira. - saqué el sobre y se lo di.
Leyó atentamente cada hoja, de pronto entró la duda de que trabajaba. Siempre vestía traje.
—Está todo bien, dentro de los valores normales. - interrumpió mis pensamientos.
¿Acaso es médico? Digo... para entender lo que estaba allí sin leer el informe, solo quedaba esa opción.
—Si, lo dice el informe.
—¿Te estabas por ir?
—Si.
—Vamos juntos, - lo miré sorprendida - si es que vas hacia tu departamento.
—Vamos.
Guarde los estudios médicos y salimos de la cafetería, una vez afuera me percaté que vestía con ropa casual. Un jeans y una remera.
A pedido u orden de él tomamos un taxi, en el ascensor me surgió una duda.
—Aamm... Disculpa. ¿Cómo sigue a partir de aquí? - sonrió como si hubiese estado esperando la pregunta.
—Ahora lo sabrás.
Que íbamos a ir directamente a mi departamento no era ningún secreto, ya que solo había marcado mi piso.
—Ya estoy contigo. - dije nada más al ingresar.
Sorpresivamente me siguió hasta mi cuarto, quería morir, el cuarto era un verdadero desastre. Me había levantado tarde y había salido a las apuradas.
De pronto lo siento a mis espaldas, muy cerca. Tan cerca que podía sentir su cuerpo.
—¿Querías saber cómo sigue esto? - su susurro me hizo cosquillas, dije que sí - Oficialmente a partir de este momento te conviertes en mi sumisa. - mordió el lóbulo de mi oreja. Cerré los ojos ante su acto. - Si quieres, obvio.
Lo deseaba con todo mi ser, con un movimiento de cabeza le dije que sí. Llevó su mano a mi cuello, de manera automática llevé levemente mi cabeza hacia atrás.
—YoonGi. - susurré su nombre.
—A-mo. - cerró levemente su mano, un suspiró se escapó de mi. Me excitaba sentir su mano en mi cuello y su cuerpo pegado al mío - Deberé enseñarte un poco de autocontrol. - se separó de mí y abandonó la habitación.
Terminé por dejar mis cosas y fui con él a la sala.
—Hablemos de cómo seguiremos a partir de hoy.
—Toma asiento. ¿Quieres algo de beber?
—No, gracias. - tomé asiento enfrente de él - Ven más cerca, no voy a hacerte nada. Al menos que me lo pidas. - Me senté a su lado - Aquí están mis estudios médicos, lee y cuando acabes continuaremos hablando.
Obviamente tomé solo el papel con el informe, lo demás era chino para mí. El informe al igual que el mío decía que estábamos bien, no había ningún tipo de enfermedad.
—Está... todo bien. - dije casi de manera imperceptible.
—Entonces... ¿Te puedo dar la bienvenida a este oscuro lado? - asentí - Párate enfrente de mí.
Despacio hice lo que me pidió, una vez en frente suyo me observó de pies a cabeza e hizo una leve sonrisa. Con su dedo índice me ordenó que me acerque más.
De repente con ambas manos tomó mis glúteos y me llevó hacía él haciendo que quede sentada en sus piernas. Una vez más sonrió, su rostro había cambiado por completo; sus ojos se oscurecieron, su sonrisa era malvada, sus manos y su cuerpo... me invitaban a que saque aquella Estefanía oscura, esa Estefanía que cargaba con aquel pecado mortal llamado "Lujuria"
—¿Quieres que te coja? - me dijo con media sonrisa y elevando una ceja. Era una pregunta muy obvia.
—S... si. - llevó una de sus manos a mi cuello.
—Ahora, más que nunca debes llamarme como corresponde. - subió su mano un poco más y con su dedo pulgar acarició mí labio inferior - Repite, a-mo.
—A... amo.
—¿Recuerdas tu palabra de seguridad?
—Si... - me miró y recordé lo que seguía - amo.
—Muy bien.
«¿Por qué debería recordar la palabra? ¿Acaso sería muy doloroso lo que me haría?» Llevó su mano detrás de mí cabeza y la acercó para comenzar a besarme, era una mezcla algo extraña, difícil de describir en una sola palabra. Lo hacía lento pero con mucho deseo, su lengua buscaba desesperadamente la mía y en esos encuentros se formaba una danza perfecta. Encajábamos a la perfección.
Tímidamente llevé mis manos a su ropa superior y como no encontré oposición en él procedí a quitársela y eso fue lo único que pude hacer.
—Vamos a tu cuarto.
Se puso de pie conmigo en sus brazos y nos fuimos a mi habitación, directamente a la cama.
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