Por Olvidadizo
Entrenar todo el día no siempre suena glamoroso, te cansas rápido, transpiras como un puerco, los músculos duelen, a veces hace demasiado calor, pero el club del Karasuno no tenía ningún problema con ello. El volleyball era un deporte tan adictivo, divertido y apasionante que simplemente se quedaban jugando hasta tarde. El más entusiasta por el volleyball era Hinata Shoyo, un chico de pelo naranja que jugaba como bloqueador central, la carnada perfecta, el pequeño gigante 2.0. Pero a pesar de que su historia es interesante, hoy el enfoque es de un chico de la misma edad de Hinata, solo que más alto, de menos palabras y con pecas en el rostro. Tadashi Yamaguchi.
Un chico que no era el mejor de su equipo, pero su especialidad eran los saques, tenía un buen don para estos movimientos iniciales, los practicaba más que todo con sus compañeros. Uno de sus compañeros, Yu Nishinoya, era el que más lo felicitaba por esos saques, después de todo era el libero del Karasuno.
Su mejor amigo era un amargado pero buen tipo, Kei Tsukishima, el lo había salvado de unos bullies hace varios años, desde entonces lo admira como a un referente, como si fuera un ángel guardián. Mucha gente creía que era homosexual por su comportamiento suave con Tsukishima, al punto de que le decía "Tsukki" de cariño, pero Yamaguchi aseguraba no ser gay ni gustar de su mejor amigo.
Yamaguchi siempre fue alguien reservado, que solo se abría con aquellos que tenía más confianza, poco a poco iba socializando con sus compañeros. Hinata, Nishinoya, el gruñón armador de su equipo, Kageyama, ahora tenía más amigos aparte de Tsukishima, era bastante feliz en ese club de cuervos felices, eran como toda una familia.
Por el otro lado teníamos a una chica, la más baja de todo el equipo, Hitoka Yachi, una de las managers del Karasuno, llegó aquí gracias a Kiyoko Shimizu, una hermosa chica de pelo oscuro y gafas, el problema que tenía es que no tenía la más remota idea de volleyball. Yachi creía que era solo golpear una pelota por encima de una red, pero en cuanto vió la tension, la emoción y el frenesí de los partidos, su visión del deporte cambió.
Ella vive pensando que cada acción que toma, la va a matar, es una chica muy insegura, pero eso no quiere decir que no ha hecho amigos en todo el tiempo que lleva en el Karasuno, ya tiene de amigos a Hinata, Kageyama y Yamaguchi, con este último habla más ocasionalmente, pero siempre son conversaciones triviales y breves. Nunca algo demasiado íntimo ni personal, realmente conoce bien poco de él, así como él conoce poco de ella.
El día fue ajetreado para el Karasuno, dos partidos de práctica, mejorar las salvadas, las recepciones, saques, remates, de todo ha pasado hoy, uno puede mejorar siempre. Yamaguchi ha sido mucho más dinámico en el movimiento en la cancha, puede recibir sin cagarse en los pantalones, pero solo hace falta ponerlo en práctica.
— Bien hecho todos, solamente les hace falta seguir mentalizados para los partidos del torneo de primavera, recuerden que nunca deben bajar la guardia. Nishinoya no podrá recibir todo, así que solamente les digo, ¡Esfuercence!- Dijo el entrenador Ukai jr.
— ¡Si entrenador!- Dijeron todos.
— Bien, ahora mismo quiero que den 15 vueltas a la cancha- Dijo Ukai.
— ¡Si entrenador!- Dijo Hinata y fue el primero empezar.
— ¡Oye, no empieces antes!- Dijo Kageyama y lo persiguió.
— Eso dos comparten una sola neuronas- Dijo Sugawara, Suga para los panas.
— ¿Tienen neuronas?- Dijo Tsukishima irónicamente.
— Empecemos con las 15 vueltas, ya- Dijo Daichi, el capitán del Karasuno.
Los 12 jugadores decidieron seguir al capitán, al ex rey de la cancha y a la carnada perfecta, estos dos últimos estaban compitiendo. En cuando a Yamaguchi, el solo se mantenía junto al resto, corría al lado de su mejor amigo, mientras tanto Kiyoko y Yachi miraban como los hombres ejercitaban.
— A veces me pregunto, ¿Como no se cansan?- Dijo Yachi.
— Son deportistas persistentes y esforzados, es difícil que se cansen- Dijo Kiyoko.
— ¡Correriamos 10 vueltas más por ti Kiyoko!- Dijo Tanaka, el más energético del Karasuno, con corazones en los ojos.
— ¡Y no al gimnasio, sinó a toda la prefectura de Miyagi!- Dijo Nishinoya con corazoncitos en los ojos.
— Cuidado con el muro- Dijo Kiyoko, y entonces Nishinoya y Tanaka chocaron contra el muro del gimnasio.
— ¡Un médico!- Dijo Tanaka.
— ¡Veo la luz!- Dijo Nishinoya.
Kiyoko sonrió y rodó los ojos negando la cabeza, Yachi sentía un poco de envidia ante la belleza de su compañera, debido a su timidez nunca logró conectar con un chico, ahora era la manager de un equipo de voley masculino. Una vez terminaron las 15 vueltas, todos se fueron a descansar un rato, Yamaguchi fue por una botella de agua, se echó agua a la cara y volvió con su grupo.
Todos estaban haciendo estiramientos musculares, ya eran las 8:21 de la noche y estaba a poco y nada de estar totalmente oscuro. Los chicos del Karasuno no se iban temprano, pero al menos tenían la confianza de irse sin miedo, era un pueblito chico donde apenas pasaban cosas interesantes. Yamaguchi se iba con su bro Tsukishima hasta la parada de autobús, mientras que Yachi también se iba en autobús, solo que mucho después por ser encargada del gimnasio, junto a Kiyoko y el profesor Takeda.
Yamaguchi se iba con sus compañeros, principalmente con los de primero y segundo, y a veces los de tercero, pero al menos no se iba solo. Pero una de sus peores falencias es que generalmente se olvidaba de muchas de sus cosas, sean camisetas de recambio como su propio celular. Lo bueno es que se daba cuenta cuando aun estaba cerca del establecimiento.
— ... ¿Alguien más odia apestar después de las prácticas?- Dijo Tanaka.
— Si bro, cuando llegue a casa voy a darme una ducha caliente- Dijo Nishinoya.
— Bien bañados llegan las chicas, especialmente Kiyoko- Dijeron los dos amigos con brillos en los ojos y en su alrededor.
— La verdad es que se tienen que bañar todos los días- Dijo Tsukishima.
— Yo realmente no estoy cansado, podría seguir rematando hasta el fin de semana- Dijo Hinata.
— Lo peor es que no sería broma- Dijo Suga.
— ¡Me cago en...!- Dijo Yamaguchi buscando entre su bolso.
— ¿Qué te pasó?- Dijo Tsukishima.
— Se me quedaron los zapatos de colegio en el casillero del gimnasio, voy a buscarlos... Nos vemos mañana chicos- Dijo el chico de pelo largo.
— Adiós Yams, suerte- Dijo Hinata.
— Espero que no le hayan cerrado el portón- Dijo Ennoshita, el capitán suplente del Karasuno.
— Sea como sea, dudo que le vayan a robar el par de zapatos- Dijo Tsukishima y siguió caminando con sus compañeros.
— Pero aún así lo van a regañar- Dijo Asahi, el as del equipo de los cuervos
— Es su culpa por no revisar dos veces- Dijo Kageyama.
Yamaguchi corría lo más rápido que podía, pero casi llegando al portón se encontró con una de sus dos managers, Kiyoko a solo varios metros del portón de entrada. Ella se extrañó de ver al número 12 aquí y tan apurado.
— Yamaguchi, ¿Qué haces aquí?- Dijo Kiyoko.
— Se me quedaron mis zapatos de colegio, necesito entrar- Dijo Yamaguchi.
— Lo siento Yamaguchi, pero el portón está cerrado y el portero se fue a su casa hace poco... Si corres podrás alcanzarlo- Dijo Kiyoko.
Entonces vieron un auto pequeño pasar a su lado, y para añadirle más leña al fuego, era el portero.
— Olvídalo, tendrás que esperar hasta mañana, nos vemos mañana Yamaguchi- Dijo Kiyoko.
— Si... Nos vemos- Dijo Yamaguchi.
Pero lejos de irse, decidió ir al portón y revisar si el gimnasio seguía abierto. El inmueble estaba asegurado, pero Yamaguchi estaba insatisfecho, apoyó su cabeza contra el portón y repitiéndose a sí mismo "estúpido, estúpido". Resopló y se terminó por ir a su casa, ya no podía alcanzar a sus amigos, ni siquiera a Tsukishima, tenía que hacer el recorrido a casa solo.
Se le quedaron los zapatos, se tenía que ir sin Tsukki, le dolían los pies, las cosas no estaban terminando bien para el pecoso. Resopló nuevamente y siguió con su camino a la parada de autobuses, por el camino se encontró un gatito saliendo de unos callejones y quedando en unos contenedores de basura.
— ¿Qué pasa?, ¿Tienes hambre?- Dijo el pecoso Yamaguchi, sacó una bolsa de nueces de su bolsillo, esas nueces las compró para el recreo, le dió un poco al gatito. Pero la reacción del minino fue la de un arañazo, que hizo que el pecoso botara las nueces al suelo.
— ¡Ah!, ¡Maldita bola de pelos!- Dijo Yamaguchi agarrándose el brazo, el cual sangraba por el arañazo. El gato solo se fue por donde vino y desapareció en la oscuridad del callejón.
Respiró profundo y siguió caminando, las cosas ya estaban volviéndose cómicamente del asco para Yamaguchi, solo, sin sus zapatos de colegio, arañado por un gato y las últimas nueces de la bolsa se fueron a la mierda. Pero al menos no era el fin del mundo, podría librar sus malos pensamientos escuchando música. A Tsukishima le funcionaba, procedió a sacar sus audífonos, conectarlos al celular y poner alguna canción que le gustara... Pero había un problema.
El audífono derecho no funcionaba.
— Vamos- Decía Yamaguchi intentando mover el cable del audífono repetidas veces, pero nada lo mantenía estable.
Yamaguchi levantó su puño queriendo golpear un bote de basura, pero solamente hizo aspavientos furiosos con los puños. El pobre Yams tuvo que guardar los audífonos en su bolso, irse escuchando solo sus pasos, las regaderas, algunos perros, familias riendo, gritando o haciendo otras cosas. El viaje al paradero de autobuses de le estaba haciendo más largo que de costumbre, le estaba pasando de casi todo.
Y a eso hay que añadirle el hecho de que un perro de una de las casas le empezó a ladrar, Yamaguchi se sobresaltó, guardó su ira con un suspiro y se tocó el pecho. Siguió con su camino ignorando el susto que el can le proporcionó.
Por otro lado, teníamos a Yachi saliendo de una tienda, luego de hacer algunos encargos de parte de su mamá, unos lápices, marcadores, notas post-it, cosas de diseñadora. La rubia manager del Karasuno no tenía en problemas en ayudar a su madre, pero no le gustaba irse tarde, a pesar de ser ciudadana de un pequeño pueblo de campo, cuyo índice de delincuencia es más bajo que ella misma.
— Si mamá, ya tengo todo, voy a la casa ahora- Dijo Yachi a su madre por el celular.
— Perfecto, yo voy a llegar tarde, así que sería bueno que cenes, te duches y duermas antes de que llegue, ¿Entendido Hitoka?- Dijo su madre.
— Si mamá, lo de la cena ya está cubierto, me estoy comiendo unas papas fritas, pero me bañaré y dormiré- Dijo Yachi yendo camino al paradero de autobuses.
— Está bien, nos vemos mañana Hitoka, te quiero- Dijo su madre.
— Yo también te quiero mamá- Dijo Yachi y colgó.
La rubia seguía comiendo de sus papás, cuando en el paradero vió a uno de sus compañeros, Yamaguchi. Generalmente no lo veía lejos de Tsukishima, pero esta vez era la excepción. Se veía molesto por algo, tal vez por eso no se dió cuenta de su mano izquierda había tocado un charco de soda pegajosa puesto en el asiento.
Lo último que vio de el esa tarde casi oscurecida, fue el subiendo al autobús y yéndose a su casa, no sabía que le había pasado, pero estaba segura de que no tuvo una buena tarde. Yachi se puso en el paradero y esperó otro autobús para irse a su casa, no dejaba de pensar en lo molesto que se veía Yamaguchi, nunca lo había visto de esa manera y en el fondo se preocupó. Pensaba que lo habían asaltado con un arma, un hombre o mujer malvado o malvada, y lo habían lastimado de alguna forma.
Al llegar a casa, dejó las cosas de diseño de su madre en la mesa y se fue a bañar. Yachi seguía pensando en lo de Yamaguchi, tal vez debía mandarle un mensaje para ver cómo está, después de todo, son amigos, se hablan pero nunca han tenido una conversación de verdad. Podría ser la oportunidad de conectar con el pecoso, así como lo ha hecho con Kiyoko, Hinata y Kageyama.
Una vez se terminó de asear, fue a su habitación, se puso el pijama, tomó su teléfono, puso el chat de Yamaguchi, no sabía que ponerle, un simple hola no se sentía sincero de su parte, pero tampoco quería ir demasiado al grano para no irritarlo más de lo que debería estar.
Yamaguchi estaba acostado en su cama, con la pijama puesta y dispuesto a dormir, eran las 10:00 y su mentor, Shimada, no le gustaba mucho el que llegara tarde, pero Yamaguchi no podía culparse a nadie más que a si mismo por ser tan tonto y olvidar los zapatos en el casillero del gimnasio.
— Mañana será mejor Tadashi, mañana será mejor- Dijo el pecoso, una frase que se lleva repitiendo desde hace muchísimos años, entonces decidió ir a dormir un ratito.
Pero lo que él no sabía es que en su teléfono, que estaba en el escritorio cargando, le había llegado un mensaje.
"Hola Yamaguchi"
Hola
Aquí el autor
Este es mi primer fic de Haikyuu, apenas voy iniciando la tercera temporada y voy camino a la cuarta, el anime me encantó y este ship se me hace el más tierno, lástima que sea tan infravalorado, pero bueno, haré esto porque me gusta uwu
Espero que les haya gustado este primer capítulo, pronto se vendrán más uwu.
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