Con Posterioridad A La Cita...

¿Regaños?, cómo no. Fue lo primero que recibí, pero sabía por qué pasaba. ¿O no?

El reloj marcaba las ocho de la noche, y se me hizo increíble que fuese casualidad que el vuelo también se hubiera retrasado

Ella había visto junto a mí el avión de su madre al despegar, además de que se zarandeába, quién sabe si de sueño o por qué.

No evito sentirme mal por no dejar que ella conozca aquella región, tan bella, siendo sincero.

Pero si la dejo... No estaría haciendo bien... O no lo sé.

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Salimos después de casi veinte minutos. Ya eran las ocho y media, así que pasamos a un parque cercano al sitio.

Procuré en esos momentos no hablar demasiado, puesto que me sentía extraño de "estar en una cita" con ella.

Las luces iluminan tanto árboles como personas, sin duda, adoro hacer esto con ella

-Ash- Me llama, estamos sentados en una banca

-¿Pasa algo?-

-Pues... ¿Por qué aceptaste tener una cita conmigo?- Me estremezco. Y suspiro mientras me relajo

-Eso es porque...- Pienso bien lo que diré, me pregunto que es lo que debo decir, y por ello, guardo silencio un rato.

-... Tú me lo pediste- Volteo a verla

-Pero si tú...- Ella diría algo, estaba seguro. Pero siento a alguien abrazarme, y su voz se me hace muy familiar

-¡Cuánto tardaste en llegar Ash!- Su aroma lo reconozco apenas llega, y su voz es inconfundible

-¡América!- Me sorprende que esté aquí

-¿No se supone que nos veríamos mañana?-

-Lo siento, no podía esperar...- Entonces calla, tal parece que ve a Serena, aunque no me ha soltado y sólo siento cómo respira

-¿Y ella es...?- Se escucha confundida, y quizá yo lo estaría también, si estuviera en su lugar

-Ash- Entonces voltea a verme, sus ojos detonan seriedad

-Me llamo Serena. Serena Yvonne- Ella dice cabizbaja, como si algo le apenara

-¡¿Serena...?!- América exclama de un grito, y como está en mi oído, logra ensordecerme...

-¿Es la misma Serena de la que me hablaste Ash?- Asiento mientras volteo a verla con una sonrisa de pena

-Ella es Serena- Es lindo el momento en que presentas a alguien así.

Ellas empezaron a platicar, la noté tímida al principio, pero tomó confianza...

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De vez en cuando volteaba a ver la luna. Miraba el cielo y las estrellas que le adornaban. El dominio que tenía en el tema de las citas era escaso, y pues la verdad, nunca había tenido más que citas de trabajo. No tenía ayuda, no conocía a nadie que tuviera este tipo de experiencias.

Entonces volteo y la veo.

También ve junto a mí el cielo. Estamos en un hotel, y ambos habíamos pedido el mismo cuarto para dormir. Era extraño estar aquí, pues creo que ninguno de los dos lo imaginaba ni siquiera en sueños.

-Oye Serena- Me animo a hablarle. Volteo a verla, ella también me voltea a ver

-Tú me querías decir algo, ¿qué era?- Entonces se sobresalta, y un chillido sale de su boca, vuelve a voltear y suspira

-Yo...- Hace una pausa, entonces junta sus manos frente a ella

-Pensé que América era... "Tu novia"- lo último lo oigo con sorpresa, y ella encoje sus hombros apenada.

-Por eso también tenía miedo de pedirte una cita- Entonces se voltea, supongo que no quiere que oiga lo que dice. Veo su mano a su lado, y mi mente me está llevando a pensar algo que me estremece.

Dudo si hacerlo o no, me resultaría fácil sólo tomarla, pero también pondría en juego todo lo que he hecho hasta ahora.

No tengo que dudar. Por algo estamos teniendo una cita, y debo hacerla parecer lo más real posible

-Soy alguien sincero. Si ella hubiese sido mi novia, desde un principio te lo hubiera dicho, y así nos estaríamos safando de problemas- No dudo nada, ni siquiera titubeo.

Muevo mi mano y empiezo a tocar con mis dedos su mano, al menos sus dedos. Siento como ella empieza a temblar porque lo hago

-Yo te aprecio mucho, y no soportaría no tenerte en mi vida- Evito mirarla al rostro, aunque de reojo veo que ella tampoco lo hace.

Me pongo nervioso, empiezo también a temblar por lo que hago. Ella mueve sus dedos para seguir los míos, hasta que el dedo de en medio se entrelaza con el suyo, los demás dedos tocan los suyos sin que ninguno diga nada, y poco a poco se entrelazan el uno con el otro.

-Yo también te aprecio mucho Ash- Sonrío. Empiezo a sentir el calor de su mano chocar con mi palma, y entonces se completa este gesto, por fin doy el primer paso.

-Mañana tendremos una cita que no olvidarás Serena- Por fin la volteo a ver, y su rostro refleja una felicidad que fácilmente puedo ver.

Ni siquiera el sol refleja ese brillo que veo en su sonrisa, la complazca o no, yo lo haré.

-Ahora necesitas dormir. Tú en la cama y yo en el mueble- Aun tomándola de la mano, volteo a verla, ella también lo hace

-¿No sería muy incómodo?- Pregunta viéndome con pena

-Descuida. Al fin y al cabo, yo soy quien te invitó a tener una cita- Ambos nos sonreímos, y ella se acerca a mí, me pongo nervioso al verla tan cerca y sin resistirse a que la esté tomando de la mano

-En verdad... Muchas gracias por preocuparte por mí y por todo lo que haces- Se detiene a centímetros de mí y me sonríe cerrando los ojos. Entonces suelta mi mano y me abraza gustosa y alegre...

•=00=•

La noche era total calma para mí, estaba acostado en el mueble mientras veía el techo; Necesitaba planificar la primera cita que tendría con Serena, mas sin embargo, no conocía nada de lo que la ciudad ofrecía para esto...

Quizá tenía que ser como cualquier paseo, pero había prometido que sería algo inolvidable y único.

Alzo mi mano, mas exactamente, la que había usado para tomar la mano de ella.

Aún podía sentirla ahí, como si nunca las hubiéramos separado... Me debo de dar cuenta de que en realidad tenía que ser único y especial.

No debía decepcionarla con mi idiotez...

•=00=•

Por fin había dormido, y al despertar veo de nuevo el techo del cuarto. Tardo un tiempo en moverme de mi lugar, pues pensaba aún en cómo debía empezar todo esto.

Volteo hacia la cama, y ella está tapada hasta el cuello, sus cabellos sobresalen, y sus manos están frente a ella una sobre la otra. Es tan linda... Entonces me pongo de pie y voy a la ventana; Aproximaban ser las ocho y media de la mañana.

La ciudad sin duda era grande, los callejones y calles eran como un laberinto inclusive viéndolos desde el segundo piso en el que estaba el cuarto, volteo a ver a mi derecha, y encuentro el parque en el que apenas ayer estábamos. Sería una buena opción empezar por ahí. Volteo al otro lado, solo había casas. Frente a mí, encuentro aquel parque acuático de siempre a quizá unos dos kilómetros. Gary y yo habíamos estado ahí hacia mucho tiempo, cuando aún eramos niños...

-Buenos días Ash- Detrás de mi, Serena hablaba ya despierta, había pasado quizá una hora viendo por la ventana

-Buenos días Serena-

•=00=•

Tardamos poco más de media hora en lo que ella se vestía. Pero en ese tiempo pensé mas detalladamente lo que haríamos...

-¿Y bien?, ¿Qué tal me veo?- Había olvidado mencionar que mis ojos estaban cubiertos, y ella por fin me dejó verla. Una blusa color carmín, encima un chaleco rojo y acompañados por un sombrero de gran y bello detalle me daban los mejores buenos días

-Te vez... Muy linda- Así es como empezaba el día. Este sin duda será el mejor de todos...

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