11
Los dedos de Jeon se hundieron en su cabeza y agarró mechones de su cabello. Con el rostro enrojecido y no precisamente por el calor, tomó lo que encontró y fue en busca de Taehyung. Trató de hallar al chico en el patio trasero, pero ya no se encontraba allí.
—¿Dónde está Taehyung? —preguntó cuando entró a la cocina.
—Creo que fue a nadar, señor —respondió Nari.
Se desplazó hasta la piscina y allí lo encontró. Estaba sumergido en lo más hondo del agua. Nadaba hacia el extremo contrario. Entonces Jeon esperó pacientemente a que llegara hasta donde él se encontraba. Cuando tocó el extremo de la piscina, sacó la cabeza del agua —¿Quieres nadar conmigo? —le propuso.
—No. Necesitas salir de ahí, ahora. Tenemos que hablar —Parado en el borde de la piscina, su postura y su voz eran completamente firmes y reflejaban la tensión de su cuerpo.
La expresión en el rostro del chico cambió al escuchar el tono de Jeon. Él lo conocía desde hace un tiempo ya y nunca antes le había temido. Esta no sería la excepción. Pero algo dentro de él, le hacía sentir que ese día conocería un lado de Jeon que él hasta ese momento no había visto. Salió del agua y buscó una toalla, la que colocó alrededor de su cintura. Se acercó a Jeon esquivando su mirada. Cuando por fin estaba en frente de él, lo miró directamente a los ojos y le dijo:
—¿Qué pasa, Jeon? —su tono era suave, casi un susurro.
—Encontré esto en tu habitación —le mostró la caja de clonazepam que había encontrado.
—Ah, mi medicamento. ¿Qué pasa con eso? Tú sabes Jeon que él psiquiatra me las prescribió para los ataques de pánico.
—Lo sé. Pero tu tratamiento terminó hace meses. Además me dijiste que no te quedaban tabletas.
—Las encontré hace unos días...
—Deja de mentirme. ¿Es una coincidencia que hayan encontrado la misma droga en el organismo de Jimin?
—Ese imbécil debe haber entrado en mi habitación para robarme las píldoras.
—Creo que así no sucedieron las cosas —Jeon se mostraba enojado, aún así guardó la calma.
—Ah, entonces estás acusándome de algo... —intentó parecer ofendido.
—Te pregunto directamente: ¿Tú le diste clonazepam a Jimin?
—¡No! ¡No lo hice! Él... debe haberlo robado de mi habitación.
—Jimin nunca ha consumido, ¿por qué sacaría el clonazepam de tu cajón para drogarse con él? No tiene sentido.
—No lo sé, Jeon, Puedes preguntárselo a él —se encogió de hombros, mostrando estar totalmente desentendido del asunto..
—No puedo hacerlo porque Jimin se fue.
Taehyung se mostró sorprendido e intentó disimular su agrado al escuchar la noticia.
—Se fue porque es culpable...
—No. Se fue porque tú lo engañaste y le diste el clonazepam. Seguramente le dijiste que era algo para el dolor de cabeza.
Taehyung se rió a carcajadas mientras Jeon no daba crédito a lo que estaba presenciando —Jeon, creo que te has vuelto completamente loco.
Jeon bufó mirando el suelo. Se tomó algunos segundos antes de hablar para poder calmarse —¿Por qué lo hiciste?
—¿Por qué confías ciegamente en él? Ni siquiera lo conoces bien. Yo he estado contigo durante dos años y eres capaz de volverte en mi contra por culpa de él. ¿Se te olvida acaso, que me hiciste una promesa? ¿Debo recordártela?
—No lo he olvidado Taehyung y cumpliré esa promesa hasta que me muera. Solo quiero saber la verdad —su tono era más comprensivo y su mirada se suavizó.
—La verdad es que odio a Jimin. Él vino a interponerse entre tú y yo. Vino aquí con su actitud de chico rebelde y tú lo premias, lo complaces en todo lo que te pide. Me dejaste de lado por él. Nunca más fuiste a mi habitación. Solo... quería que lo pasara mal. Quería que sufra como lo hago yo cada día cuando veo cómo lo miras, como le hablas.
—Taehyung... —Jeon quiso hablarle, pero el chico corrió hasta el interior de la mansión —Maldición Taehyung, ven aquí.
Pero el chico no dejó de correr fue hasta su habitación. Jeon lo siguió hasta allí, pero no pudo abrir la puerta pues tenía puesto el seguro. Pudo llamar a Nari u otro empleado para que buscara la llave de la puerta, pero no lo hizo. Optó por darle tiempo a Taehyung para que se soseje. A cambio, decidió ir a su propia habitación para hablar con mayor tranquilidad con quien dirigía la búsqueda de Jimin. Necesitaba tener noticias de él. Pero, lamentablemente, no habían novedades aún. Le aseguraron que le avisarían de inmediato, en cuanto tuviesen noticias. Él estaba confiado en que pronto encontraría a Jimin. Además de saber cómo estaba Jimin, la duda que lo atormentaba era si Jimin lo perdonaría. Porque Jeon estaba dispuesto a disculparse con él. Sintiéndose frustrado y agotado se desplomó sobre la cama. Mirando el techo de su habitación, reflexion sobre lo ocurrido y cómo se equivocó tanto. Se equivocó con Jimin, pero también con Taehyung. Lo hizo sentir desplazado y abandonado por la llegada de Jimin. Jamás fue su intención. A diferencia de Jimin, Taehyung llegó a la mansión por voluntad propia y Jeon estuvo complacido de recibirlo, pero no por las razones que todos piensan. Existía un poderoso motivo para que él y Taehyung estuviesen juntos. Al principio, como simples compañeros de casa y luego como amantes. Siempre con las reglas que Jeon le impuso: tener relaciones íntimas solo en la habitación de Taehyung y jamás dormir juntos. El chico aceptó todas las condiciones y se transformó en un amante incondicional. Con el tiempo Taehyung involucró su corazón en la relación y Jeon se dio cuenta, así que sutilmente fue enfriando su vínculo con él. Los encuentros sexuales se hicieron más esporádicos. Al principio, el chico no lo tomaba de buena manera, pero Jeon nunca le negó su protección y atención. Eso hasta que llegó Jimin. Y Jeon recién acababa de darse cuenta de aquello. No obstante, era innegable que Jeon dejaba caer su máscara de dureza y frialdad ante Taehyung. por eso su reacción no fue tan dura como se hubiese pensado. Minutos después, Jeon era vencido por el cansancio y el sueño por no haber dormido la noche anterior.
El tiempo transcurrió y llegó la noche. El teléfono de Jeon no había recibido ninguna llamada aún. Eso significaba que, hasta ese momento, no habían podido encontrar a Jimin. Al parecer, pasaría otra noche en la calle. seis horas después, se escuchó un golpeteo débil en la puerta. Jeon se despertó con un sobresalto. Se levantó rápidamente y abrió la puerta.
—¿Podemos hablar? —La voz de Taehyung se oía quebrada.
—Pasa —le pidió.
—¿A tu habitación? —sus ojos se agradaron.
—Entra.
La habitación de Jeon estaba vetada para todos los moradores de la casa. Solamente Nari, estaba autorizada para entrar a limpiarla Es por ello que Taehyung se descolocó al escuchar la invitación a pasar. Una vez dentro, ambos se sentaron, Taehyung en un sofá y Jeon en el borde de la cama. Quedaron frente a frente.
—Perdón —dijo el chico. Su voz sonaba tan lastimera como sincera —No quise causarte problemas. Yo... yo estaba... dolido. Yo...
—Taehyung —lo interrumpió—No debiste darle la droga a Jimin, pero lo entiendo. Yo te dejé de lado y no debí hacerlo. Te prometí que cuidaría de ti siempre y lo haré.
—¿Qué pasará cuando Jimin regrese? ¿Volverás a ignorarme?
—No, Taehyung. Si Jimin regresa todo será distinto —su voz sonaba nostálgica. El recuerdo de Jimin lo atormentaba. Pronunciar su nombre lo sacudió de pies a cabeza. Y en efecto, sus palabras eran sinceras. Él procuraría un escenario distinto al momento del retorno de Jimin. Su gran inquietud era saber si él regresaría porque incluso el hecho de conocer su ubicación, no le garantizaba que el chico volviera a la mansión. Tal vez Jimin no aceptaría las disculpas de Jeon y se negaría a estar a su lado nuevamente —. Hablaré con él, pero deberás disculparte.
—No. Eso no lo haré jamás. No me obligues a humillarme frente a él. Por favor Jeon —la súplica de Taehyung, acompañada de unos ojos afligidos, cargados de abandono y desamor, conmovieron a Jeon.
—Está bien —respondió —No te obligaré a hacerlo si no quieres. Taehyung, lo que sí te pediré es que evites entrar en conflicto con él. A Jimin le pediré lo mismo.
—Bueno, lo haré. Pero lo haré por ti, no por él —Sus ojos se tornaron intencionalmente sumisos.
—Taehyung, ¿cómo drogaste a Jimin? —le preguntó tan de improviso que el chico sintió un remezón en su cabeza. Con los ojos saltones y boquiabierto, tomó una gran bocanada de aire y miró fijamente a los ojos de Jeon.
—A veces no puedo dormir y me siento nervioso, así que necesito tomar un cuarto de la píldora. Debo fraccionar la pastilla con un cuchillo por eso bajo a la cocina. Esa noche Jimin fue a llenar su botella de agua y bueno... aproveché de poner algo de polvillo en su botella de agua. Jamás pensé que podría enfermarse.
—Lo que hiciste fue peligroso y no permitiré que vuelva a ocurrir. ¿Entendiste?
—Sí, Jeon. Entendí y te aseguro que no volverá a pasar. Te lo juro. Ya aprendí mi lección...
El ring del teléfono de Jeon se escuchó al máximo volumen. De un sobresalto, respondió la llamada. Desde el otro lado de la línea, una voz se escuchó decir:
—Señor, encontramos al chico.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top