"¡Te queremos mami Italia!"

—Mis gelatinas no tienen el espacio que se merecen —hablo Perú sacando dos botes que helado del refrigerador para que sus hermosas gelatinas tuviesen más espacio, de todas formas estaba seguro que esos botes contenían frijoles y no helado.


—No saque mis frijoles del refri porque luego se acedan —le dijo el mexicano, dejando su salsa de molcajete a un lado para volver a meter meter los frijoles al refrigerador.


—Esos frijoles no importa. Papá, Argentina, Uruguay y Paraguay llegarán en cualquier momento con mami Italia y el postre aún no está listo —les recordó Guatemala viendo el reloj que se encontraba colgado al lado de un cartel que decía "nada de jugar a quemarse con el encendedor"—. ¡Tenemos que preparar todo más rápido!


—¡Yo ya estoy terminando de poner la mesa! —grito Chile desde el comedor— ¡Pero el perro se subió a la mesa!



—¡Paco! —exclamó el mexicano antes de salir a toda velocidad de la cocina, dejando a sus compadres para que terminarán todo lo que faltaba.


—¡Déjame hacer las arepas! —se escuchó el grito de  Venezuela, quien al parecer tenía una pelea con Colombia.


—Los dos sabemos que a mí me quedan mejor —le respondió con una sonrisa llena de orgullo y tratando de quitar al venezolano del camino.


—Pero es injusto ¡Tu ya hiciste empanadas! ¡Déjame cocinar a mi! —soltó Venezuela evitando que el colombiano volviera a pasar a la cocina.


—No tenemos tiempo para estas peleas. Ya no discutan más, yo haré las arepas —hablo Ecuador abriéndose paso entre sus dos hermanos para entrar a la cocina.


—¡Yo haré las arepas! —gritaron Venezuela y Colombia a la par mientras evitaban que el ecuatoriano diera un paso más.



—Esto se volverá un desastre si no hacemos algo pronto —comentó El Salvador viendo todo el desorden que había en la cocina.


—Por favor, esto es un desastre desde que se nos ocurrió darle un regalo a mami Italia —le contestó República Dominicana batiendo tranquilamente la masa para hacer un rico pastel de chocolate.


—¡Apagarlo marico, apagarlo! —gritó Venezuela una vez que terminarán incendiando una trapo a causa de su riña por quién haría las arepas.


—¡Ahhhh! —soltó Ecuador, lanzando el trapo por la entrada a la cocina.


Se formó un silencio lleno de diferentes emociones, por un lado Venezuela, Ecuador y Colombia se miraban uno al otro, culpando al otro con la mirada, Perú había utilizado su cuerpo como escudo humano para proteger las gelatinas que aún no metía a la nevera, mientras que Guatemala, El Salvador y República Dominicana veían con la boca abierto lo que pasaba en el comedor.


—¡¿Que chingados?! —exclamó México al ver cómo el mantel de la mesa se encontraba envuelto en llamas.



—¿Le echó agua? —preguntó Chile muy tranquilo, pues ya estaba bastante acostumbrado que a las cosas que les ponía mucho empeño terminará ardiendo en llamas.


—¡Fue su culpa! —gritaron a la par Venezuela, Colombia y Ecuador, apuntándose uno a otro con el dedo índice.


—¡Abran paso! —gritó El Salvador aventando un vaso con gelatina aún líquida a la mesa, aplacando solo un poco el fuego.


—Mi gelatina... aún era muy joven —susurró Perú muy dolido después de ver tan horrible escena.


—No creí que moriría así, pero antes de morir quiero decir que los odio a todos —dijo el chileno tomando asiento en el sofá que había empezado a quemarse a causa de lo rápido que se dispersaba el fuego—, ah, y si alguno sobrevive le dice a Argentina que lo quería mucho.


—¡Vámonos a la verga! —y después de dar ese gritó de guerra, México cargo a Paco el cual tenía a German en la espalda y empezó a sacar a rastras al chileno, quien seguía super tranquilo.



Y no se necesito de más como para que el resto se abriera paso entre la mesa incendiada y la alfombra envuelta en llamas para salir de ese lugar.




(...)




—Yo te hice una carta, está llena de tierra porque mi pantalón empezó a incendiarse y tuve que rodar en el piso para apagarlo —informó El Salvador con una sonrisa, entregándole a Italia un papel super arrugado y lleno de tierra.


—Tengo la masa para el pastel, pero no el pastel —dijo con algo de devolución República Dominicana, viendo el molde para pastel lleno con masa de chocolate.


—Yo logré rescatar unas gelatinas, pero aún no estaban listas —dijo Perú dándole al italiano un par de gelatinas líquidas.


—Yo hice empanadas y logré salvarlas a todas —dijo Colombia con gran alegría, empezando a darle una empanada a cada uno de los precentes, para posteriormente girar y mirar a las personas que estaban a sus espaldas—, señor bombero ¿Quiere una empanada?


—Grazie per questo regalo (Gracias por este regalo) —sonrio el italiano abrazando a uno tras otro con mucho cariño.


—Perdon por no poder darte algo mejor —le dijo México cuando llegó su turno de ser abrazado por Italia—, el próximo año haremos algo mejor.


—Non scusarti, credimi, questo è il giorno migliore di tutti (No pidas disculpas, créeme, este es el mejor día de todos) —respondió el italiano para posteriormente darle un beso en la frente a México.


—¿Ya nos dirán quien inicio con el incendio? —preguntó el Español, pues tenía que darle una explicación al cuerpo de bomberos.


—¡Fue él! —exclamaron los trillizos apuntándose entre ellos.



—Fue todo muy horrible Argentina —le decía el chileno al argentino mientras lo abrazaba con fuerza—, yo acomode la mesa que ellos incendiaron.


—Ay, no te preocupes, un día los mataremos a todos, tu tranquilo mi vida —contestó de forma melosa Argentina, posteriormente le dio un beso en la mejilla.


—¿Acaso dijo que un día nos mataran a todos? —le preguntó Guatemala un tanto asustado a Uruguay y Paraguay.


—No te preocupes, eso le dice cada que Chile se enoja con alguien, pero Argentina no a llegado a más de agarrar a las personas a puñetazo limpio en la cara —contestó Uruguay como si nada.


—Asi que no tienes nada de que preocuparte —añadió Paraguay, dándole un par de palmaditas en la espalda a Guatemala para calmarlo.


—Señor, al parecer el incendio inicio por un mantel quemado el cual termino en la mesa o en la alfombra, lo que llevo a todo esto —le informó uno de los bomberos a el español—, pero tranquilo, ya todo está controlado.


—¿Alguien quiere otra empanada? —preguntó Colombia con una sonrisa nerviosa después de que España lo viera de forma molesta.


—Tuo padre e io ne vogliamo un altro (Tu papá y yo queremos otra) —respondió Italia, haciéndole una seña al español para que se sentará a su lado en la banqueta, y una vez que este se sentará le dio un corto pero lindo beso—. Non è questo il giorno migliore di tutti? (¿No es este el mejor día de todos?).







































Bueno, no sé cuándo volveré a tener internet, así que aquí les dejo este pequeño one-shot hecho con mucho amor, por favor recuerden que los quiero un chingo y cuídense (´;ω;`) 💜💜💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top