5-Barriles

Miércoles bajó por la trampilla y abajó vio todo lo que buscaba. Era un almacén amplío y largo donde se iban acumulando un montón de barriles con un líquido verdoso en su interior. El olor era bastante fuerte y a lo lejos veía un sistema de ventilación. De está manera lo empleaban para alejar el olor pero al ser tan fuerte debían hacerlo una vez a la semana o así.

No entendía muy bien que hacian todos esos barriles allí, fue mirando todos con cuidado pues no quería quemarse o intoxicarse. Al lateral había una puerta que comenzó a hacer ruido dado que se iba a abrir. Enseguida se ocultó tras uno de ellos y vio escondida entrar a una mujer.

―Dime Deborah, ¿aún falta mucho?―preguntó una mujer algo mayor, vestida de negro y con un peinado plateado.

―No demasiado mi señora, pronto estará listo todo tal y como ordenaste―dijo otra más joven―ha de tener en cuenta que hemos tenido esos percances.

―Ese vagabundo y el otro ya están muertos, limpiamos la escena y nadie sospecha de nosotros―comentó la mujer.

―Disculpe mi atrevimiento pero...¿no sería mejor echar los residuos a la zona de los excluidos para culparlos a ellos?

―No, contaminaremos el agua potable de esos seres. Quiero llevar a cabo ese experimento, necesito saber como mutarán con estos líquidos vertidos en sus comidas y agua. Todo esto lo hago por la ciencia y el avance de la sociedad―dijo.

La joven se quedaba mirando los barriles.

―¿En qué ayuda exactamente esto?

―¿Acaso no lo entiendes?, necesitamos saber más sobre ellos. Ya sabemos como mutan las personas con la radioactividad y líquidos. En parte es investigación, y en parte venganza...ya sabes que odio a los excluidos. Uno de ellos mató a mi hijo...nunca...nunca los perdonaré...quiero hacerlos sufrir como nunca. Y he elegido esa academia como base para empezar mi plan. Si esto resulta, las autoridades culparán a estos, ya sabes como se pelan los normies y excluidos.

La chica joven revisó unos que tenía cerca.

―¿Y después una vez los haya matado?―preguntó ella.

―Venderé sus cadáveres―respondió―¿sabes la cantidad de dinero que nos darán?, podrás ir a la universidad sin preocuparte del dinero.

Y si estos excluidos mutan con los residuos que hemos preparado a base de nuestra fórmula, podremos incluso venderlos a un precio mucho mayor.

―Sigo pensando que son iguales a nosotros pero con poderes

―Su adn es parecido, pero no del todo, es por ello que debemos investigar. Llevará algún tiempo, tenemos que capturar a uno y al resto suministrar lentamente ese material―explicó la mujer.

Entonces escucharon un ruido, Miércoles sin querer había golpeado uno de los barriles maldiciendo su torpeza.

―Vaya, si es Miércoles Addams―dijo la mujer.

―¿Nos conocemos?

―Bueno, conozco a tu tío y a parte de tu familia

―Que raro, nunca me hablaron de alguien como tú.

La joven dijo que ella se hacia cargo y se acercó hasta la pelinegra. Miércoles la miró con sus ojos fríos y tranquilos. La chica alargó la mano para agarrarla cuando la excluida le hizo una llave que la dejó en el suelo ante su sorpresa. Luego, levantó su pie para patear su cara fuertemente.

Los gritos de dolor mientras se llevó las manos a la cara se hicieron presentes. Le había roto la nariz y ahora emanaba una considerable cantidad de sangre. 

―No me sorprende nada, eres una Addams a fin de cuentas―dijo la mujer ignorando los gritos de dolor de su compañera.

―Tu patética venganza contra los excluidos de la academia ha llegado a su fin―Miércoles se acercaba a la mujer―si te rindes no te mataré.

―¿Rendirme yo?―preguntó la mujer con una sonrisa.

Ante la sorpresa de la pelinegra, sacó un cuchillo que arrojó a Miércoles. Al intentar esquivarlo no lo logró siendo apuñalada en la pierna. Llevaba un mecanismo en la mano que hizo que el cuchillo saliera a tanta velocidad pudiendo clavarse en la piel de la joven.

Miércoles ahora tirada en el suelo, se sacó el cuchillo pero tenía mucho dolor. Apenas podía andar, le gustaba el dolor, pero inflingirlo, no recibirlo.

―Bueno, adiós Addams―dijo mientras se acercaba a la pared cercana. Tiró de una palanca y apretó una serie de botones.

Unas luces se prendieron en el lugar, las tapas de los barriles fueron abiertas mientras la mujer se marchaba.

―Disfruta de tu muerte....―dijo antes de cerrar la puerta.

―¡Jefa!―gritaba la joven ahora pidiendo clemencia.

―Lamento esto pero todo gran obra requiere de un sacrificio.

La escotilla estaba cerrada debido a que era magnética. Miércoles preguntó por otra salida pero no había. La joven dijo que no podía abrirla ya que solamente su jefa tenía la tarjeta de acceso.

Vieron como las tapas de los barriles se iban a abrir gracias a un mecanismo que colgaba del techo y descendía para quitar estas. El proceso era que se abrieran las tapas, saliera el fuerte olor y luego ya con el sistema de ventilación esparcirlas por el pueblo. Pero los ventiladores y la parte del conducto estaban cerrados. Iban a morir asfixiadas por el gas.

―Tenemos que hacer algo―Miércoles sentía que apenas podía caminar.

El ruido de una alarma sonó y todo se paró. La escotilla fue abierta y apareció Tn ante la sorpresa de ellas.

―Lamento la tardanza―dijo disculpándose mientras se acercaba junto a un grupo de policías―les he tenido que contar la verdad.

Ambas fueron atendidas antes de salir, las tapas y el sistema fue puesto bajo seguridad. Al salir, vieron a la mujer entrando a un furgón policial, lista para ser trasladada.

 Miércoles no entendía nada de nada.

―La cosa es...que les conté a la policía nuestro plan para evitar problemas a la academia. Colaboraba con ellos desde el principio―eso enfadó a la joven pelinegra por ocultarle las cosas―seguimos el rastro de tu teléfono. Pillamos a esa mujer saliendo del lugar. Por no hablar que mediante un hackeo, podíamos escuchar todo lo que decía gracias a tu teléfono.

―Te odio―dijo ella―me has mentido.

―Y te he salvado la vida. El plan de esa mujer podría haber acarreado miles de muertes...ahora está bajo arresto. No era muy lista que digamos. El negocio era una tapadera tal y como sospechamos, ¿quieres una piruleta por ayudar a resolver el caso?, no te quitará el dolor de la herida pero...―al ver su cara―lo tomaré como un no.

El regreso a la academia fue tranquilo. Tn le contaba que dieron en casa de la mujer con el veneno que mató a ese pobre vagabundo. Según parecía, de no salir bien su idea, la cosa era envenenar a todos para no dejar rastro.

―Hay algo que no me cuadra―dijo Miércoles―ha sido todo tan fácil...bueno, quitando el hecho de que casi muero por esos residuos...

―A mi también me han ocultado cosas, ¿sabes?―comentó el médico―el negocio ya estaba bajo sospecha. Querían que nosotros entrasemos al trapo porque te consideraban inteligente y tal vez veían algo que tu no. Además, ellos siguen normas y no podían entrar sin autorización. Si la pedían, se hubieran llevado el material  junto a las pruebas. Por eso necesitaban a alguien de fuera. Y ahí entramos nosotros...se que te duele ser utilizada, yo igual, pero hemos salvado la vida de mucha gente Miércoles―decía para calmar su enojo.

―Ya veo...

Miércoles se quedó dormida de camino a la academia y fue llevada por Tn.

Pero las cosas...todavía no habían terminado pues...no resultaba tan sencillo como todo había parecido ya que todo era obra de un plan mayor.

Continuará...

Aún quedan otras sorpresas, no se sientan decepcionados por haberlos capturado  ;)

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

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