Capítulo 1


"EL MEDALLÓN DE LA SUERTE."

Inicio: 28-05-2024

Término: 12-06-2024.


Ansiosa, con mi prima esperamos a terminar de cenar, con toda nuestra familia, y yo nerviosa, y a la vez contenta, solo quería ir a la joyería para al fin tener mi tan preciado medallón, con la foto de mi amado.

Mi prima me miró.

— ¿Nerviosa?

—Sí, un poco. Es que nunca he hecho algo como esto.

— ¡Ay! Si tampoco es gran cosa.

—Lo sé, pero aun así no puedo evitar no estar nerviosa.

—Solo espero que te lo hayan hecho como tú lo pediste y que valga la pena — le sonreí — Por fin conoceré al dichoso que te trae así de loca.

Solo la miré, muriéndome de nervios por dentro por ser de quien se trataba mi enamorado y esperé con más anhelos a que la comida acabara para ir a la joyería.

Más que nerviosa, mi prima me acompañó a retirar mi medallón, y yo casi eufórica, no dejaba de sonreír. Dios, solo quería tenerlo en mis manos y ver como había quedado el tierno corazón dorado con la foto suya que escogí.

En cuanto el vendedor me entregó mi medallón, yo lo abrí y los ojos y corazón se me iluminaron al ver su tierno rostro angelical. Sonreí de inmediato y pasé mis dedos por su dulce sonrisa. Mi prima me miró anonadada, mientras que el vendedor me sonrió. Mi prima no podía creer que mi amado hombre se trataba de Layne Staley.

Ella me vio con extrañeza.

— ¿Es broma? ¿Cierto? — me morí de vergüenza y cerré el medallón.

— ¿Estás enamorada de Layne Staley? ¿El cantante de Alice in Chains?

—...

—Ahora sí que lo confirmo. Estás más que loca, es decir, todo este tiempo pensaba que estabas enamorada de alguien real, no de un cantante que nunca lo conocerás, ni él sabrá que existes — eso me entristeció, pero no me importó y apreté fuerte el medallón en mi mano.

— ¿Sabes? No me importa lo que me digas u opines de mí, porque estoy muy feliz y contenta por tener al fin esto. Este corazoncito que tanto anhelé y nadie me va a arruinar la felicidad que siento — mi prima solo me miró.

—Bueno, si lo pones de esa manera...

Solo la miré, y contenta, me colgué al fin mi tan preciado medallón y llevé con amor a mi querido Layne en mi cuello.

Había otra cosa que también deseaba hacer desde hacía mucho y mi prima sonriéndome, no puso objeción y feliz me acompañó.

Uno de los hobbies de Layne, además de la pintura y fotografía también era andar en skater y yo también quería aprender y subirme a una patineta, al igual que él, pero eso último no se lo comenté a mi prima.

Con mi patineta en mano, llegamos al Skatepark, que quedaba a la vuelta de mi casa. Había muchos chicos patinando y divirtiéndose y yo los miré y tragué hondo. Mi prima me miró.

—Aquí está lleno de hombres andando en Skater, Margarita ¿Estás segura de querer hacer esto? — pensé en Layne.

—Sí, Catrina, ahora entremos...

Tomé con más seguridad mi Skater y me dirigí directo a un gran tazón de cemento. Con valor, ajusté mis rodilleras y casco y me tomé con amor el medallón en mi pecho.

<< Mi amado Layne. >>

<< Quiero vivir y disfrutar de la adrenalina que tú has vivido con esto. >>

<< Si, tan solo pudieses protegerme. >>

Algunos se me quedaron viendo, y yo no lo pensé más y me lancé en la patineta al tazón.

Mi prima me miró anonadada y más abrió los ojos cuando me vio caer en el interior; los tipos que me estaban viendo se pusieron a reír y ella frunció el ceño.

—Imbéciles.

Esa caída me rasguñó el brazo, y ardiéndome, no me interesó y volví a intentarlo. Quería aprender y no me daría por vencida. Quería andar en skate al igual que mi amado Layne.

Exhausto de toda esa rueda de prensa, su amigo Jerry, pretendía que los dos fueran a tomarse unas cervezas, pero él desistió. Quería sacar toda esa presión de otra manera.

Tomó su skate y fue al Skatepark, convencido de que allí nadie lo molestaría.

Con sus gafas oscuras, entró al Skatepark y con un cigarrillo, se sentó en el pasto, en la sombra y miró todo a su alrededor mientras se terminaba de fumar el cigarrillo.

Otra tonta caída dentro del tazón me costó otro par de risas y burlas de los sujetos que me estaban viendo, lo que me avergonzó y me sentí como una verdadera tonta, pero sin cejar en mi objetivo, traté de no prestarles atención y volví a intentarlo.

Me acomodé el casco y los guantes, y con la patineta en mi brazo, vi al fondo del tazón y tomé aire.

—Oye ¿Piensas caerte de nuevo? — me gritó uno de los tipos y los demás volvieron a reírse y yo hice oídos sordos.

Él con la vista perdida en el paisaje, de pronto volteó la mirada y me vio parada junto al gran tazón y me miró con detenimiento. Contempló mi largo cabello castaño, que rozaba mis pechos y mi baja estatura, lo que le pareció muy dulce y vio que yo sostenía una patineta en mi brazo, lo que le agradó y pareció aún más interesante y escuchó las fuertes risas burlescas de unos tipos que estaban ahí alrededor y los miró.

Sostuve mi amuleto con amor y solo pensando en él, me lancé una vez más al tazón en la patineta y él me observó atento.

A punto de lograrlo, me puse ansiosa, y de pronto perdí el equilibrio, y sin poder controlarlo, me solté de la patineta y caí en el aire, directo al cemento de aquel tazón.

— ¡MARGARITA!

Gritó mi prima y él abrió los ojos, preocupado, mientras que los mismos sujetos burlescos estallaron de risas y ofensas.

Un poco mareada, esa caída no la había visto venir. Fue más fuerte que las demás que ya había tenido y escuché los gritos de mi prima. La vi entre borroso junto al tazón y quise levantarme, pero no pude, más escuché que las risas de esos tontos se hacían más fuertes y me sonrojé por completo.

— ¡¿Puedes pararte, Margarita?! — preguntó mi prima preocupada, lo que él logró escuchar.

—... Si, tranquila. No me pasó nada, estoy bien...

Sentí que el brazo me dolía y me ardía más de la cuenta, pero no le presté atención y con dificultad salí del tazón y mi prima corrió a mí, mientras que los tipos seguían y seguían riéndose de mí.

—Creo que esto ha sido suficiente por hoy, prima. Es mejor que nos vayamos de este lugar.

—No, no me daré tan fácil por vencida, Catrina.

Le dije y sostuve fuerte mi patineta en el otro brazo y me dirigí a otro tazón, más pequeño y mi prima me siguió, dejando a los tontos que continuaran riéndose y burlándose, cuando un sujeto alto, muy delgado pasó frente a ellos y me tomó del brazo.

—Espera. Ven conmigo.

Yo lo miré sorprendida y él, bajo sus gafas oscuras, me sonrió y me llevó con él.

No entendí porque simplemente lo seguí, y mi prima preocupada y sin comprender nada, solo nos siguió.

Nos acercamos a otro de los tazones, el que era más pequeño y aquel sujeto me preguntó cómo me encontraba por mi reciente caída.

— ¿Cómo estás? ¿Te lastimaste algo?

— Solo un poco el brazo, pero estoy bien.

—Si quieres aprender a andar en Skate y dominar el gran tazón, es mejor que empieces en uno pequeño. Como en este, por ejemplo, aquí las caídas y rasguños no duelen tanto, además tienes que tener ciertas posiciones para no perder el equilibrio en tu patineta — lo miré con detenimiento y la impresión me abordó.

—Por dios, eres idéntico a... — él se sacó las gafas oscuras y el corazón y aliento se me paralizaron por completo. Era Layne Staley quien estaba de pie junto a mí.

Mi prima se tapó la boca con la mano, y yo viéndolo sin habla, me tomé el medallón con fuerza en mi mano y Layne me sonrió.

— ¿Te parece si te enseño a andar en Skate? Vi que tienes muchas habilidades y si tienes ganas de aprender...

—... —No salía de la impresión, las piernas y manos me temblaban fuera de control y con el corazón al borde de un ataque, Layne me miró con destellos e intereses y yo reaccioné. No podía permitir que me viera en ese estado y que menos se diera cuenta que yo lo adoraba.

— ¡Sí! Quiero decir, claro. Sería genial que pudieses enseñarme. Tú eres el experto — me sonrió todo tierno, lo que más me derritió y no pude evitar en perderme en aquella sonrisa suya y en las facciones de su rostro angelical.

Aún no salía de mi asombro de que Layne estuviese allí en el Skatepark y junto a mí.

—Tampoco es que sea un experto, pero me gusta el deporte del Skate. Es uno de mis tantos hobbies que suelo practicar — le sonreí con nervios y mucha alegría.

<< Si estoy soñando, que alguien me pellizque. >>

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top