36. Es una promesa
Llego al edificio donde vive mi amiga y entro hasta el estacionamiento. Pongo el seguro a mi auto tomando camino hacia el elevador y estando en este, marco el piso de Marina. Unos minutos después, las puertas se abren y salgo hacia su departamento.
Toco, unos segundos y la puerta se abre mostrándome una cara triste. Frunzo el ceño ante esto.
-¿Que te pasa? -pregunto y se hace a un lado para que pase. Entro, cierra la puerta y pasa por mi lado con dirección al comedor. -¿Marina? -la sigo, al llegar está sentada en una de las silla de la isla, con la cara escondida entre sus brazos los cuales reposan sobre la misma. -Mari ¿me dirás qué sucede?.
-Me siento mal -susurra y saca la cabeza de su escondite dejándome ver sus ojos que comienzan a cristalizarse.
Al verla así, me acerco a ella y sin dudarlo la envuelvo entre mis brazos. No se que habrá pasado, pero algo bueno no habrá sido para que esté así. Luego de unos minutos me separo de ella y veo su rostro y nariz roja. Acaricio su mejilla y sorbe por la nariz.
-¿Me quieres contar? -asiente y tomo asiento en la silla junto a ella.
-Hoy en la mañana... -se detiene y respira -Ricardo me invitó a su casa. Era la primera vez, no estaba muy segura, pero dijo que quería hablar conmigo, así que acepté.
-¿Sucedió algo con él? -se encoge de hombros.
-Él fue muy lindo conmigo, como siempre, pero.. al rato de estar conversando, tocaron la puerta. Él pensó que era la comida que había pedido, pero en su lugar era una mujer. -Frunzo el ceño. -Era una señora muy elegante y el rostro de Ricardo cambió en el instante que la vió. Entró directo al salón sin importarle las palabras de Ric. Nada más verme, su rostro fue de superioridad pura y una mueca de asco adornó su rostro.
-¿Pero qué..?
-A partir de ahí empezó a discutir con Ric como si no le importara mi presencia. Él le pedía que se fuera, pero lo único que pasó fue que esa señora de la nada empezó a decirme de todo.
-Pero, ¿por qué?.
-No sé, decía que era el próximo juguete de Ricardo, que era otra de sus... -guarda silencio y baja la mirada. -Que solo era su entretenimiento antes de.. de casarse.
-¿Casarse?, ¿cómo qué casarse? -pregunto sorprendida con los ojos como platos.
-No sé, solo me fui de ahí, no quería seguir en ese lugar mientras esa mujer me insultaba. -Sus ojos se vuelven a cristalizar.
-Eso no tiene sentido Mari, Ricardo, él no..
-Eso no lo sabes Manuela.
-Bueno si, pero... es imposible.
-No ha dejado de llamarme.
-No has contestado ninguna de sus llamadas -niega. -¿Por qué no le das el beneficio de la duda?.
-No lo se Manu, la última vez que confíe en alguien...
-Ssh.. no vuelvas abrir ese recuerdo. Ric no es cómo ese idiota -baja la mirada y tomo su mano en el momento que tocan la puerta. -Espera, voy abrir.
Salgo del comedor dirigiéndome a la puerta de entrada. Al estar frente a esta abro y del otro lado me encuentro a Ricardo. Su cabello es un caos y su mirada angustiada y preocupada.
-Manu..
-Ric.
-¿Marina está?, necesito hablar con ella, por favor.
-Ella...
-¿Quién es Manu? -me interrumpe Marina llegando al salón, pero se detiene cuando ve a Ric.
-Linda necesito hablar contigo -suplica este y da un paso al interior de la casa, pero Mari da un paso atrás.
-Vete de mi casa -es lo único que dice antes de dar la vuelta y dirigirse a su habitación.
-Mari por favor... -va a seguirla, pero lo detengo tomándolo del brazo.
-Espera Ric.
-Manu yo..
-Espera un momento, déjame hablar con ella ¿si? -espera unos segundos y asiente. -Ahora vuelvo.
Lo dejo en el salón y voy hasta la habitación de Marina. Al abrir, la veo sentada en la cama mirando sus manos en su regazo.
-¿Ya se fue? -pregunta en un tono bajo y me siento a su lado.
-No, quiere hablar contigo -niega y hago que me mire. -Déjalo que se explique, si no te convencen sus palabras, está bien, lo echas, pero primero déjalo hablar. No quiero que te arrepientas luego de no haberlo dejado explicar lo sucedido. -Hace un pequeño puchero y vuelve a bajar la mirada.
-Está bien.
-Yo me iré. Los dejaré solo para que puedan hablar ¿ok? -asiente y le doy una sonrisa de boca cerrada. -Ya verás que todo estará bien. Si algo sale mal, solo llámame.
-Si -beso su frente.
-Adios lindura.
Salgo de la habitación y Ric, que estaba sentado en el sillón, se pone de pie nada más verme.
-Dime que me dejará hablar con ella -asiento y cierra los ojos soltando el aire.
-Ric, no se si es cierto todo esto, pero por favor...
-Te juro que no Manu, yo no...
-No tienes que darme explicaciones Ric, solo te pido que por favor, no la lastimes.
-No podría.
-Eso espero... Hasta luego -paso por su lado y antes de llegar a la puerta su voz me detiene.
-Gracias Manu.
-No las des -asiente y salgo de ahí.
Llegando a mi auto en el estacionamiento, le escribo a Santi pidiéndole que valla a mi casa. Si todo esto es cierto o no, espero que él sepa algo y pueda contarmelo. Quince minutos después estoy entrando a mi garaje y veo parqueda la moto de Santi.
Salgo y entro a la casa, entonces lo veo sentado en el sofá viendo algo en la televisión. Al cerrar la puerta voltea y me sonríe.
-Hola pequeña.
-Hola -camino hasta él y me siento a su lado dejando caer mi cabeza en su hombro.
-¿Está bien tu amiga? -suelto el aire, busco su mirada y lo encuentro ya viéndome con una mirada tranquila.
-No creo -me encojo de hombros y frunce el ceño.
-¿Le sucede algo?.
-Bueno... -me acomodo mejor en el sofá quedando de frente y empiezo a contarle lo sucedido...
(...)
Hace cinco minutos terminé de contarle todo y desde que salió a relucir la madre de Ric, Santi no deja de fulminar con la mirada la figura de porcelana sobre la mesa de centro. Suelta el aire y revuelve su cabello con una de sus manos.
-Esa mujer no se cansa de joder -dice en un susurro exasperado, tuerzo los labios y tomo una de sus manos haciendo que me mire. -Nada de eso es cierto, esa mujer solo quiere joderle la vida a mi amigo, siempre lo ha hecho. -Niega apoyando la cabeza en el espaldar del sofá.
Yo solo me quedo en silencio, sin saber que decir.
-Ricardo siempre ha tenido problemas con su familia. Él siempre ha sido un chico rebelde que no permite que decidan en su vida y eso a su madre nunca le ha agradado. Con su anterior novia hizo lo mismo, pero aquella chica era una chiquilla ingenua que se dejó manipular por esa señora haciéndole mucho daño a Ric. Y ahora lo está haciendo de nuevo, solo espero tú amiga quiera escucharlo.
-Marina es una chica muy terca, pero espero que también lo haga, de alguna forma ella lo quiere y me prometió que lo escucharía -suspiro. -¿Quien se podría imaginar que un chico como Ric, tan alegre y carismático, tuviera una madre tan desagradable?.
-Las sonrisas ocultan más de lo que te imaginas pequeña. Detrás de cada sonrisa tambaleante, hay una triste historia, un plan macabro o una mentira oculta. Según el punto de vista. -Termina diciendo con una sonrisa triste en su rostro y sus palabras me saben muy ciertas, solo tomando como ejemplo todo por lo que tuvimos que pasar ambos en el pasado y solo le mostramos al mundo una simple sonrisa ocultando el caos que llevamos dentro.
-La vida es injusta a veces -susurro acercándome a él y sentándome sobre su regazo mientras escondo mi cabeza en el hueco de su cuello.
-Lo se pequeña, pero a veces también pone frente a nosotros algo hermoso, un pedacito de paz entre todo el caos que nos rodea. -Dice acariciando mi cabello con suavidad. -Tú eres mi pedacito de paz...
Ante sus palabras busco su mirada y sonrío haciendo que él lo haga también.
-Y tú eres él mío Santi, el rayo de luz en mi oscuridad -toma mi cara entre sus manos y junta nuestros labios en un dulce beso. -Te quiero -susurro envolviendo mis brazos alrededor de su cuello y escondiendo de nuevo la cabeza en el mismo.
-Yo también te quiero hermosa.
(...)
UNOS DÍAS DESPUÉS
POV: SANTI
Mis ojos se empiezan abrir de apoco y la respiración calmada en mi cuello me hace volverlos a cerrar. No fue una buena noche, a media madrugada se despertó llorando porque soñó con su madre. Hoy se cumplen ocho años de su muerte y todo lo ligado a ese horrible día.
Ayer no estaba muy activa y en la noche, los recuerdos le pasaron factura. Y hoy no creo que sea diferente.
Empieza a moverse a mi lado y unos segundos después, sus hermosos ojos algo triste se encuentran con los míos. Acaricio su mejilla y beso su nariz haciendo que cierre los ojos por un momento.
-Hola pequeña.
-Hola -susurra.
Su teléfono empieza a sonar por la habitación y estiro la mano tomándolo sobre la mesita a mi lado.
-Es tu padre -tuerce los labios y lo toma acomodándose un poco en la cama para contestar.
-Papá... Estoy bien.. ¿Cómo estás tú?... Lo sé pa... No, iré sola... Si, estoy segura no te preocupes... Estaré bien... En la noche iré a verte... Yo también te quiero mucho papá -asiente una última vez y apaga el móvil dejándolo a su lado.
-¿Estás bien? -asiente y se abraza a mi torso.
-¿Puedes acompañarme? -pregunta en un susurro
-¿A dónde hermosa?
-A ver a mamá -bajo la mirada y veo sus ojos cerrados.
-Si tu me quieres contigo, claro que te acompaño -beso su cabeza y aprieto su cuerpo contra el mío.
(...)
Lo que quedó de mañana, lo pasamos en la casa. Manu no fue a la universidad y yo decidí quedarme con ella. Antes de las doce, salimos de mi departamento en su coche conmigo al volante. En el camino llegamos a una florería, donde Manu compró un hermoso ramo de flores, para ser más específico, tulipanes.
Después de unos minutos más conduciendo, llegamos al cementerio. Apago el coche y la miro, suelta el aire y voltea a verme.
-¿Quieres entrar sola?.
-No, quiero que vengas conmigo -le doy una sonrisa de boca cerrada y me bajo. Rodeo el coche y abro su puerta.
-Vamos -toma mi mano y empieza a caminar tirando de mí.
Entramos al lugar y estamos unos minutos caminando entre bóvedas y lápidas, hasta que se detiene frente a una con el nombre "Luisa Suárez" grabado en ella, sobre una fotografía de una mujer muy parecida a Manu.
Esta suelta mi mano y se arrodilla en el suelo.
-Hola mamá... traje tus flores preferidas -dice y coloca el ramo junto a otro que hay cerca. -Parece que ya papá vino a verte... -sonríe un poco, pero su sonrisa empieza a borrarse de apoco. - Disculpa si hace algún tiempo no venía, pero... quería que conocieras a alguien -sube la mirada y toma mi mano, me agacho a su lado y beso su cabeza. -Él es Santiago, mi lindo novio italiano -sonrío ante esto y apoyo mi mejilla en su cabeza - ¿Sabes?... me hubiera encantado que lo conocieras mamá -termina susurrando y veo sus ojos humedecerse -se que te hubiera agradado -suspira y una lágrima recorre su mejilla.
-¿Sabe algo señora Luisa?, le agradezco mucho haber traído al mundo a esta hermosa chica de ojos grises -digo llamando la atención de Manuela y junto mi mirada con la suya. -Es lo mejor que me pudo haber pasado nunca, y le prometo de todo corazón, que protegeré a su hija hasta de ella misma si fuera necesario y la amaré con mi vida entera - termino susurrando y junto nuestras frente, por sus mejillas se deslizan las lágrimas y una sonrisa aparece en su rostro. -Es una promesa señora.
Una brisa recorre nuestros rostros y aún sonriendo, Manu voltea hacia la lápida. Lleva su mano a la fotografía de su madre y desliza sua dedos por esta.
-Te quiero mucho mamá, nunca lo olvides. -Deja un beso en la punta de sus dedos y luego lleva estos de nuevo a la fotografía. -Prometo venir más seguido a verte.
Al ver que tiene intenciones de pararse, yo lo hago y la ayudo a ponerse de pie.
-Adios mamá -tomo su mano y aprieto el agarre.
-Señora Luisa, fue un gusto conocerla.
Manu se abraza a mi brazo y empezamos a caminar hacia la salida en busca de su coche.
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¡Hola personitas hermosas!
Disculpen la demora y que sea un poco corto, no hay excusa, solo se me ha dificultado escribir estos próximos capítulos y este lo he escrito lo mejor que pude para no dejarlos sin actualización tanto tiempo.
Espero que les guste y tengo pensado subir el próximo mañana o el miércoles, así que.. hasta el próximo.
Bay ❤️
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