veintitresavo capítulo
Kim Taehyung, ese es el nombre de mi mejor amigo, aunque al principio no fue así, pensé que quería quitarme mi lugar como soberano del infierno, era muy presumido y arrogante, era difícil de tratar, además de ser casi igual de fuerte que yo. Con el tiempo nos dimos cuenta de que teníamos cosas en común, y con un poco más de tiempo se ganó mi confianza, éramos imparables, ambos matando a los demonios que inclumplian las reglas, además también nos gustaba ir a visitar a algunos humanos y asustarlos, y también matarlos.
— Pero qué gracioso — dije viendo a Taehyung romperle la cabeza con sus manos a uno de esos demonios
— Yo gané, solo quería confirmar mi victoria — dijo sonriendo, dejando el cuerpo caer y manchado de sangre
Nuestros tiempos de matar demonios terminaron, algo empezaba a pasar en Taehyung, y no me lo quería decir.
— Dime que te pasa —
— Es algo simple... solo un dolor — dijo viéndome fijamente
— Te escuché gritar anoche, no fue un grito de placer o un grito de alegria... fue de dolor, los demonios como nosotros así no más no sentimos dolor —
— Namjoon, ese es mi problema — dijo sonriendo — pero me gustaría que me des otra tarea, algo que implique que la gente no me vea — dijo serio
— ¿No quieres que te vean? — pregunté sonriendo — sé que tengo mucho ego, pero aún siendo así sé que eres lindo, mucho, si no fueras tan poderoso me acostaría contigo —
— No eres de mi tipo — dijo él riéndose — además no me veo como el de abajo —
— Eso no importa, puedo ser el de abajo con gusto — dije riéndome
— Dame algo que sea tranquilo, algo que no me involucre con los demás —
— Tengo un puesto... mayordomo de mi casa central —
— ¿Un sirviente? —
— No, un mayordomo, tendrás que ver que todo esté en perfecto estado, tú tendrás todo el poder, pero cuando yo esté yo mandaré, y digamos que yo no voy mucho —
— Eso me parece perfecto — dijo sonriendo
Yo cada cinco meses iba, todo era normal, a Taehyung lo respetaban mucho pero conforme pasaba el tiempo Taehyung adoptó una máscara, una máscara que nunca dejaba, ya estaba sospechando el por qué.
— ¿Y eso? — pregunté señalándolo
— Una máscara mi señor —
— No me llames así —
— Mereces respeto, soy su mayordomo, un trabajador para usted — dijo con una mirada seria
Conforme el tiempo pasaba parecía que se ponía más serio, no hablaba mucho y si lo hacía era formal, por esa razón empecé a ausentarme largos periodos de tiempo. Pero un día todo cambió, todo cambió cuando ese tonto de altísimo bajó y me dió aquel regalo divino, no lo iba a aceptar, los niños son insoportables, tanto los humanos como demonios, siempre llorando y llorando, haciendo travesuras y ensuciando todo a su paso.
— Mátalo — dije viendo a Taehyung
— No puede mi señor, es una orden del de arriba —
— Yo doy las ordenes aquí, además es mi regalo y no lo quiero, desaste de él —
— Es un regalo divino —
Siempre era lo mismo, teníamos un mes con el mismo debate, siempre terminando en el mismo punto, siempre Taehyung insistiendo en no matar al niño y que acepte el regalo.
— Va morir cuando baje, los demonios se lo comerán —
— Yo me encargaré de él, yo lo cuidaré... nadie lo matará mientras yo esté a cargo de él —
— Al parecer te lavó el cerebro — dije sintiendo miedo por su mirada penetrante, incluso siendo satanás sé que él es una amenaza, él si se lo propone podría derrumbarme — traelo si quieres, eso no me importa, pero si lo haces no contaras como mi apoyo para nada, será tu completa responsabilidad —
— No lo traeré aún... quiero que viva un tiempo en la tierra, que conozca algunas cosas, que crezca tranquilo — dijo sonriendo
— ¿Ya lo has visto? — pregunté notando como de inmediato su sonrisa se borró
— Solo tenía curiosidad de saber como era —
— ¿Es lindo?, digo... es un niño, pero puede que como él lo eligió puede que sea algo de otro mundo... puede ser —
— Es hermoso mi señor, es muy chiquito y tierno, nunca había visto cosa así, nunca había sentido mi coraz... —
— Taehyung, el amor hacia los humanos está prohibido — dije interrumpiéndolo — nunca terminan bien, nunca —
— No es amor mi señor, es adoración, sé que mi trabajo es cuidarlo y como tal sé que no debo de involucrarme con él —
Me volví a ir, sinceramente no quería conocer al niño, solo confíe en Taehyung, era alguien responsable y ahora serio, lo haría bien.
Con el tiempo en mis viajes conocí a demonios, uno de ellos Eunha quien ahora trabaja conmigo, ambos matamos juntos.
— Mi señor — dijo con la voz melosa
Solo era una compañía para mis noches, ella lo sabía. Estuve junto a ella por un tiempo, luego la envié a la mansión, ella aceptó encantada, era un demonio de clase cinco por lo que era muy probable que si la dejo la maten, era más seguro que esté en la mansión.
Cuando fui a dejarla pude escuchar voces, una de ellas era de Taehyung y la otra era una algo chillona.
— ¡Taehyung! — escuché esa voz aniñada
— ¿Sí mi amo? —
— No me dejes solo... tengo miedo —
— Nunca mi amo, siempre estaré contigo —
Desde las sombras los observaba, vi a ese niño y me hizo recordar a una bola de algodón que vi rodar por ahí, era blanco y muy aniñado, su cara parecía ser de algún tipo de dibujo. También me dí cuenta de que Taehyung lo protegia de sobre manera, que incluso lo veia dormir, cada vez que veía esto me dejaba algo confuso, cada vez que veía los ojos de Taehyung mientras él veía a Jungkook podía ver un brillo único, sin duda algo no andaba bien.
— Yo le informaré todo lo que pase mi señor — dijo Eunha metiendo su mano en mis pantalones
— Eres insasiable Eunha... me gusta —
Cada tiempo sin que ellos se den cuenta llegaba, podía ver a Jungkook crecer y convertirse cada día en un señorito, pero era curioso ver como todo en el cambiaba menos su apego a Taehyung, incluso luego de presenciar como mató a un humano, su hermano.
— Interesante — dije viendo como Taehyung miraba a Jungkook fijamente
El tiempo avanzaba y me enteré de su dolor, casi me mata cuando se enteró de que sabía sobre su secreto, pero él sabía que yo no diría nada, él sabe que puede confiar en mí.
— No se ve bien eso — dije viendo fijamente su rostro
— Pronto se irá —
— Parece doler mucho —
— Puedo aguantar —
— Es una maldición Taehyung, lo sé —
De nuevo estaba solo, pero no duró mucho, conocí a Seokjin, de quien sentía algo fuerte, pero al parecer él no.
— Me estás echando Namjoon — dijo volteando a verme
— Tú dijiste que querías irte, separarte de mí un tiempo —
— Tienes razón... además quiero conocer al prometido del diablo — dijo sonriendo — quiero saber que si lo que escuché era cierto —
— ¿Y qué escuchaste? —
— Que su mayordomo mata a quien lo toque —
— Buena suerte con eso —
Ahora debía de volver, Seokjin y Eunha me habían llamado para decirme de lo sucedido, al parecer Taehyung estaba peor, y debía de ayudarlo. Pero no lo haría solo, llamé a los que sabían resolver esto.
— Debo salvar a mi mayordomo, al mayordomo del diablo —
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