Tercer capítulo
Mi trabajo es simple, cuidar de la casa de mi señor mientras él no está, llevo aquí miles de siglos. Soy uno de los demonios más poderosos, pero tengo un secreto, uno que pocos saben.
— ¿Pena? — preguntó mi señor riéndose — ¿Porqué le tendría pena a un simple humano? —
— Ese niño es su prometido mi señor... no es cualquier humano —
Hoy mi señor supo de la llegada del ser que estaría a su lado por la eternidad, la persona que estaría junto a él. Mi señor es algo cruel, él quiere que traiga al niño, pero éste aún es muy chiquito.
— Siempre has sido mi fiel sirviente Taehyung, nunca me has dicho que no, te estoy muy agradecido por tu trabajo, pero... es mi prometido y puedo hacer lo que desee con él —
— Es un regalo del altísimo... —
— Es un sacrificio para mí, lo sabes — dijo riéndose
— Mi señor... —
— Taehyung, mata a los padres del niño, desaparécelos de la faz de la tierra, borralos... luego trae al niño, educalo y preparalo para mí, haz que sea como a mí me gustan, tú sabes —
— Es muy chico para venir a éste lugar, no es apto, es peligroso —
— ¿Acaso me estás cuestionando? —
— Mi señor, es un bebé, los demás demonios no duraran en comer su alma y cuerpo, aún no puede venir —
— Tienes razón, esos idiotas no tienen control... — dijo tomando su vino — tú ganas Taehyung, traelo cuando tú lo veas necesito, que no sea muy grande porque sería más difícil de controlar, pero bueno ese es tu problema al fin de cuentas —
— Confíe en mí, mi señor — dije reverenciando para salir de la enorme sala
Llevo demasiado siglos aquí, no recuerdo mi vida en la tierra, al morir simplemente se me borró todo recuerda de ella. Estoy aquí por una razón y es servir a mi señor, tengo otro tipo de ocupaciones como controlar que los demonios menores no intenten escapar o ver como en cada sector miles de almas en pena claman por piedad.
Mi trabajo ahora es ver a un bebé, el prometido de mi señor, debo procurar que ningún ser le haga daño, es un regalo para mi señor después de todo. Los Jeon, dos seres devotos de la iglesia han tenido a su segundo hijo, el niño será el prometido de mi señor, aún no quiero llevarlo al inframundo, sería muy cruel alejarlo de sus padres cuando es muy chico, solo lleva unos meses en la tierra, es muy pronto.
— Lo siento mucho — dije viendo la casa de ellos
Nadie sabe por qué dios hace las cosas, nadie sabe por qué el diablo hace las cosas.
— Ambos son crueles — dije viendo la foto familiar, eran felices
Seis años, esperé seis años para poder llevarme al lindo hijo de los Jeon, tenía que hacerlo, por mí nunca lo llevaría, pero eran ordenes y no podía desobedecer a mi señor. Tenía que desaparecer a todos, esas pobres almas debían irse y el niño conmigo.
— Ven conmigo mi pequeño amo — dije acercándome a él mientras dormía
Llevarlo conmigo fue fácil, lo difícil fue que todos esos demonios se alejarán, apenas entró a nuestro mundo ellos aparecieron como plaga.
— ¿Un niño? —
— Déjalo —
— No me lo voy a comer Taehyung, soy más fuerte para eso — dije Eunha viéndome mal
— Es mi amo, tus manos no pueden tocarlo — dije viendo como ella hizo una mueca
— En algún momento necesitarás ayuda, los niños humanos son algo problemáticos —
— Retírate — dije echándolo suavemente en la cama
— Taehyung... —
— Tu trabajo es limpiar y cuidar las rosas, si no lo haces tendrás serios problemas Eunha, a nuestra gran señora no le gusta ver flores marchitas, no viene mucho pero cuando lo haga... tendrás serios problemas —
Teníamos tres señores, mi señor es el que rige los sucios deseos de los humanos y las torturas, mientras que los otros dos señores rigen los castigos que se les dan y el descanso a algunas almas.
— ¿Qué es ésto? — pregunté viendo un plato raro en la mesa de la sala
— Es comida humana — dijo Chanyeol — escuché que había llegado un niño... esto puede comer él, no creo que coma sangre o coma simplemente lo que nosotros comemos — dijo sonriendo
Comida, nosotros comemos el néctar de el árbol del inframundo, solo podemos comer eso, nosotros somos los únicos que podemo comer eso.
— ¿Y cómo se llama? — preguntó Chanyeol
— Es tu amo, llámalo de esa manera — dije agarrando la bandeja con agua — si es posible no te le acerques —
— Si sigues así tu maldición jamas se irá —
— Ese no es tu problema —
Mi maldición, me gustaría saber que hice en mi vida pasada, mi maldición avanza y no puedo detenerlo, solo estoy recibiendo lo que hice en vida.
El tiempo pasa, solo tengo una tarea y es cuidar de mi amo, no puedo encariñarme a un niño, pero es inevitable, siento un deseo de protegerlo y ver por él, él es como una pequeña mariposa dentro de una jaula llena de polillas, él le da color a mi mundo en éstos momentos. Desde que supe que mi tarea era cuidar de él es lo único en que pienso.
(Cinco años después)
— ¿Cuántos años tienes? — pregunté viendo como él sonrío
— Tengo once años —
— ¿Cómo te llamas? —
— Jungkook, soy omega y mi olor es de canela y clavo de olor —
— Muy bien... es muy listo mi pequeño amo —
— Lo sé — dijo sonriendo — ¿Qué eres? — preguntó viéndome fijamente
Mi pequeño amo es muy curioso, no sabe lo que soy, ni siquiera sabe en que lugar está, o al menos no es consciente de eso, no creo que sea necesario explicarlo.
— Eres un demonio... — dijo dejándome sin aliento
— Pequeñ... —
— Eres un demonio y éste es el inframundo, lo dijiste cuando era niño, lo recuerdo bien... no soy tonto Taehyung, apareces de la nada y puedes hacer cosas en la oscuridad... como mariposas, eso no es normal — dijo viendo el libro que le di — bueno, no sé que es normal... además vi un libro — dijo riéndose — no soy tonto Taehyung —
— Sé que no lo es mi pequeño amo — dije también sonriendo
Mi señor dice que no soy normal, para empezar mi maldición, para terminar el poder sentir algo por los humanos, no es que sea inusual, pero tampoco es normal, los demonios somos seres oscuros, a diferencia de las brujas o cualquier otro ser, nosotros somos superiores.
— Es hora de que pintes — dije sonriendo al verlo — ¿Qué quieres pintar hoy? —
— Una mariposa azul — dijo también sonriendo
— Te gustan verdad —
— Me gustan, me gustaría ver una algún día —
— Lo verás, si eso desea mi amo lo haré —
— ¿De verdad? —
— Sus deseos son órdenes mi amo —
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