KIARA

Soy un hombre desdichado, porque huyo de la realidad; imagino que me temes, que repeles la bazofia como yo ignoro tu malenquina: "No me des propósito, no inviertas tu rostro para ilusionarme; son tan dolorosas tus mentiras, o tal vez las mías, que nacen de un subconsciente herido por la creatividad".

No proceso el ladeo de tu mirada, que furtivamente acecha la ficción que fabriqué; has de entender que ahondas en el meollo de mi ser, por poseer los misterios de un vínculo inequívoco con la falsedad: "No me aterra tu atención, me desmorona tu codicia, por hacer de este abyecto verbo un manojo de nervios y desesperación".

Qué gaznápiro me vi, infertil en la atmósfera que nos rodea; pareciera que me captura tu retina en la alcoba, añorando un deseo perseverante que obtuso yace en la inmediatez: "¿Pretendo proliferar mis defectos para fugarme otra vez? Si asumes solemnemente tal preposición, no puedo escapar de la verdad; eres la pieza que falta en el encaje, que afecta al engranaje de mi corazón".

Dime: "¿Corrupto soy, por maquinar una prístina figura en la Estrella de David?" Si es que de ti sé poco, me avoco en refinar la escultura que en el pasado levanté; no de enajenar mi abstracta composición a una misión indecorosa que negada fue de concretarse: "No avistes soltura en tu accionar, tan pedante es tu sonrisa irónica, histriónica, que abunda en tus pieles la autoridad; falaz en su confección, de dantesca morbosidad".

Late el órgano palpitante, entre bulos, en el vacío de mi pecho; espero que en el lecho de mis carantoñas la caratula de este libro vislumbre amornización, por la función del fantoche en la noche de luna llena: "No hay dilema en mi discurso, ni sonoridad en tu piano, solo un vago trovador que deja en libertad a las mariposas que lesionaron su virtualidad".

Disonancia, sí, de melomanía grave, de faltar a los males con un escueto gesto; de agrupar contextos, de finiquitar lamentos en esta nefasta condición: "¿Cómo orbita Fobos alrededor de Marte sin que el nodo adyacente no corte su eclíptica locomoción? No hay un freno aparente si yo soy ese interludio en la teatralizacion, de sesgados desenlaces matemáticos, no correlacionados con el eje de la ecuación; he infundado mi platónico descenso por exceso de esperanza y rigor, por no hallar en tu silueta una curva de valor".

Quería darle importancia al quejido residual de las masas, porque merma mi confianza cuando masifican chanzas, por la vanagloria de tu alma, que se estampa con Narciso y su beatitud: "Soy un ramo marchito, de un hito finito, de la leyenda de Cantuta y su hostilidad; el cortejo ha perdido sustento, por mi carente compendio y mi inerte potestad.

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