Carta #1 -Soy un ángel por tu amor (De ella para él)
Los rayos del sol se cuelan libremente por las persianas, y abro los ojos perezosamente, sonriendo automáticamente al percibir el aroma de tu colonia, y aunque ya no estás en nuestra cama, puedo apreciar tu presencia clara y fuertemente: inconfundible, como tú.
Me incorporo, estirándome, y después de ir al baño para lavarme la cara y cepillarme los dientes, el aroma de delicioso de lo que sea que estás preparando me lleva casi que levitando a la cocina, donde te encuentro con un suéter marrón, unos pantalones de mezclilla y descalzo, mientras canturreas algo que no alcanzo a comprender, pero que me hace sonreír aún más.
Me quedo quieta, solo observando tu ancha espalda, tus piernas largas y tu cabello castaño algo desordenado... eres tan perfecto para mí, tan cálido, tan suave, y a la vez tan varonil y fuerte, que estoy segura de que no podré estar más segura en ningún otro lugar que no sea entre tus brazos.
-Finalmente has despertado -dices, aún de espaldas. No puedo evitar sorprenderme, pues no me había movido ni había hecho ruido alguno. Te giras, apoyándote contra la barra cercana a la estufa y me miras con una sonrisa - ¿dormiste bien, pequeña?
Quisiera decir algo, pero es como si de repente las palabras simplemente se quedaran atrapadas en mi garganta, eres tan guapo, ¿no te cansas de serlo?
Finalmente salgo de mis cavilaciones y asiento con la cabeza.
-¿Cómo supiste que estaba detrás de ti? -Mi curiosidad es mayor.
Sueltas una pequeña risita y sacudes la cabeza mientras te acercas a mí.
-Es el poder de mi amor -vuelves a reír -por eso podré encontrarte donde sea, en cualquier momento, porque puedo percibir tu presencia sin importar qué -y con esto último, tomas mi rostro entre tus manos y me besas suave, muy suavemente, casi como si se tratase de un sueño.
Completamente sonrojada, me alejo de ti en cuanto nos separamos, y voy hacia la estufa, esquivando tu mirada.
-Muero de hambre, ¿qué preparaste? -Digo de pronto, mirando lo que estabas haciendo.
Al descubrir lo que es, te miro con ojos brillantes y te ríes, seguramente tengo la cara de alguien que no ha visto comida en semanas.
-Sí, sí, waffles, tus favoritos.
-¡Oh, Dios! ¡Qué delicia! ¡Gracias, gracias!
Me lanzo sobre ti para abrazarte, y acaricias delicadamente mi espalda en lo que dura el abrazo. Me separo de ti con sutileza y me giro de nuevo para servir los waffles, ya solo hace falta agregar la fruta y la miel, así que me pongo en eso. Después de unos segundos, percibo tu aroma con intensidad, y entonces en silencio me abrazas por la cintura desde detrás, y descansas tu barbilla en mi hombro.
Tu calidez perfecta... tus abrazos son más cálidos que cualquier ropa tibia y cómoda, y si a eso he de sumarle tu aroma embriagante y delicioso, no me queda más que sentirme como en el paraíso. Ese, definitivamente es el poder de tu amor...
-Espero que te gusten porque los preparé con mucho amor -susurras cerca de mi oído, y puedo sentir su sonrisa en mi mejilla mientras tu aliento cálido y fresco choca contra mi hombro descubierto.
-Seguro que así será -sonrío, aún sin mirarte -todo lo que se prepara con amor queda delicioso, tu caso no es la excepción.
Ríes sonoramente, y sin soltarme le agregas miel a los waffles mientras yo termino de colocar las fresas alrededor.
Caminamos tomados de la mano al comedor, y sonrío ampliamente al notar que sí, están deliciosos y los preparaste con amor, todo lo que haces por mí es tan maravilloso que no tengo palabras suficientes para describirlo.
Ahora vamos a ver una película desde la sala de nuestra casa, estar así es más divertido que ir al cine, porque aquí sólo somos tú y yo, y no puede haber mejor situación.
-Bien, pues... ¿cuál quieres ver? -Me dices, señalando la pantalla del televisor en el que ya has programado la página de películas en estreno.
-¿Puede ser una comedia romántica? -Pregunto con algo de timidez.
Haces un gesto, arrugando la nariz, y luego te encoges de hombros.
-Si eso quieres...
-No, espera, lo siento -te detengo -siempre vemos lo que yo quiero y generalmente son comedias románticas... mejor algo de acción.
Ríes, divertido, y asientes con la cabeza para luego programar una película como la que describí.
La película comienza, y me siento a tu lado en el sofá, recargada en tu ancho pecho. En las tardes pacíficas como ésta, cuando el sol brilla mucho y se cuela libre por las cortinas, me abrazas con dulzura, y entonces te conviertes en mi sombra personal, eres mi ángel.
Al final resulta que la película no es sólo balas, guerras cibernéticas y robots, sino también es romance y ternura, y la escena final me ha conmovido hasta las lágrimas.
Me miras con curiosidad, y sólo provocas que me sonroje.
-Lo lamento -digo secándome los rastros de lágrimas con el dorso de la mano -siempre acabo llorando sin importar qué.
La curiosidad y expectación repentinamente desaparecen de tu rostro y se transforman en una sonrisa, como las que sólo tú me sabes dedicar.
-Ven aquí mi pequeña niña sensible y romanticona -dices, envolviéndome tranquilamente en tu abrazo -no pasa nada si lloras, estará bien en cuanto no sea porque sufras, porque si es así no podría soportarlo.
Me aferro a ti con una pequeña sonrisa al escucharte, mientras que en silencio me maravillo al pensar en que, incluso las veces en que quiero llorar, siempre estás ahí, cubriendo mi corazón.
Quizás suena tonto, pero quisiera pasar así todos los días, quiero pasar mi tiempo contigo siempre.
Escuchando el animado "¡Buenos días!" que siempre me das, tu saludo matutino que me despierta cada día. Desayunando lo que has preparado para mí, o lo que preparamos juntos sin dejar de reír con tonterías, aprendiendo juntos a cocinar aunque seamos los más inexpertos de la vida, recostándome en tu regazo mientras veo una película, o dejado que tú te recuestes en el mío mientras lees alguno de los libros que tanto te apasionan.
Un par de horas después estamos en el parque cercano a la casa, jugando con los niños del vecindario, como si nosotros también fuéramos niños, comiendo algodón de azúcar y soplando burbujas de jabón. Después de untarte la nariz de helado, comenzaste a correr tras de mí mientras no paro de reír como loca, hasta que, ya cansada, finalmente dejo caer sobre el césped y te dejas caer a mi lado, sonriéndome, feliz. Te miro sin decir palabra, y lentamente apoyo mi cabeza sobre tu hombro mientras tú acaricias apaciblemente mi cabello.
Sigues abrazándome, y puedo escuchar tus latidos resonando en mis oídos, mientras cubres mi corazón con tu amor. Tu dulce voz me derrite dulcemente por completo. ¿Debería zafarme de tu abrazo para echarte un vistazo en este momento? Mi corazón late tan rápido que no puedo mirarte.
En este punto, quisiera decir que tu amor es más dulce que el algodón de azúcar o el helado de chocolate que tanto me gusta. Y cuando te me acercas mientras me sonríes y me abrazas, se siente como si toda la felicidad del mundo fuera mía.
En realidad, hay muchas, muchas cosas que quisiera decirte siempre, pero soy despistada y distraída, y no sé cómo expresarte lo que siento porque soy tímida, e incluso la más simple de tus sonrisas me desarma por completo. Pero no quiero que me malinterpretes, porque sé que mis silencios podrían hacerte pensar que no comparto tus sentimientos aunque no es así, no lo es en absoluto.
Por eso he querido escribirte estas notas comunes, en la espera de que mis sentimientos te alcancen y puedas, aunque sea remotamente, comprender mi profundo amor por ti.
Para mí, tú eres como un par de alas hermosas y grandes, que siempre me cuidan la espalda. La yo que era común se ha convertido en un ángel gracias a ti, gracias a tu amor, así que este ángel tímido quiere amarte y protegerte hasta el final de sus días. Y aunque el futuro parezca incierto, quisiera seguir viviendo esta vida de ensueño a tu lado, porque quiero caminar siempre a tu lado. Así, a pesar de que el tiempo pase, y quizás tú y yo cambiemos, deseo que nuestros sentimientos no cambien también, porque eres lo más maravilloso que me pudo ocurrir jamás, y porque el perfecto poder de tu amor me ha transformado y llena mis días de alegría. Así que si me ves llorando un día cualquiera, no te alarmes, es solo que estos sentimientos preciosos que me invaden y me hacen tan feliz solo quieren rodearte con profundo amor, para siempre...
-Tú completas mi vida. -Declaro súbitamente.
-¿Qué dijiste? -Me separo de ti para mirarte a los ojos.
-Que completas mi vida, que la 'yo' de antes, quien solo era una persona común, se ha convertido en un ángel por el maravilloso poder de tu amor y...
Me detengo de pronto, sintiendo cómo mi respiración se ha acelerado. Me miras con intriga y sorpresa mezcladas, como si definitivamente no esperaras esas palabras de mi parte.
-¿Y? -Me instas a terminar.
-Y te amo, te amo profundamente -remato, entregándote la carta que hace un rato escribí mientras dormías después de ver la película que me hizo llorar.
Una vez más, tu hermosa sonrisa se hace presente, pero tus ojos asoman una emoción diferente, y quizás estoy enloqueciendo, porque parece que vas a llorar.
-También te amo, y escucharte decir esto me hace el hombre más feliz del planeta entero. También completas mi vida, tú y sólo tú podrías ser mi complemento para siempre.
Y diciendo esto último sellas mis labios con los tuyos, mientras una suave brisa de primavera nos envuelve, como si confirmara que nuestro dulce amor será uno mismo para siempre.
*NOTAS DE LA AUTORA*
Hola, hola!! Bienvenidos, originalmente quería hacer solo un One Shot para el reto #EscribeloYa, pero he decidido escribir algunas cosillas más, por lo que será una colección de Cartas de Amor, si les gustó esta primera parte, no duden en votar, comentar, compartir y agregar mi obra a sus bibliotecas, también, si tienen curiosidad, no duden en pasar por mi perfil y echarle un vistazo a mis otras obras.
Gracias!!
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