Capítulo 4.3

Después de horas y horas de lamentos, lloriqueos y sonadas de mocos por parte del verdoso. Nuestro querido azulito estaba recostado sobre la mesa con cara de cansancio, parecía que su mejilla se derretía con la mesa y miraba a un punto muerto; a su esposo se le cortó el momento sabroso y se fue a ver películas.

— y por eso yanosientoqueestedeltodobien —acabó de hablar el de ojos marrones—

—suspira— Ya...¿Ya es todo?

—... creo...

— Bien —se enderezó en su lugar y frotó sus ojos por sueño— Verás, cuando viví ahí Scourge se la pasaba comiendo chucherías y comida rápida. En cuanto llegué fue cuando comenzó a comprar comida del mercado para hacerla casera. No me sorprende que ahora tengas una vaca llamada Lola.

— No, es Lola la vaca. —le corrigió—

—...Bien, Lola. Ahora bien, en el tiempo que estuve ahí al principio fue terrible. Scourge con humor del culo en las mañanas, el aseo y lo sobreprotector que puede llegar a ser es bastante...fastidioso. Pero él es un buen chico.

— ¿Cómo lidiaste con él tantos años?

— Fácil, aprendí a sobornarlo. Solo por ser quién soy él hizo cosas...muy lindas —sonrió levemente—

— ¿¡Qué tengo que hacer!?

— Medy, para lidiar con él te daré algo muy útil.

— ¿Qué cosa? —preguntó—

— ¡Un Manual de Scourge!