Capítulo 5.1

Se encontraba acostado en la suave cama, su alarma llevaba más de una hora en la que había dejado de sonar. Miraba levemente desconfiado la primera de las instrucciones de aquel sutil manual que le había dado su amiguito azul en un PDF de una hoja (temporalmente) que estaba basado en lo que él se había quejado.

Paso uno:

Scourge jamás se levantará con una alarma, ni con movimientos sobre él. Puedes echarle agua en la cara con tus dedos o jalarle los pies hasta el suelo.

Recomendación: amarra sus manos primero si no quieres que se agarre de la cabecera de la cama.

Suspiró levemente mientras se daba ánimos a si mismo. Era el último recurso que tenía para lograr convivir sanamente con su amado verdecito vómito. Se safó de los brazos de su amado y fue a su pequeño estudio en la primer piso, en uno de los estantes de un mueble algo viejo, sacó un cuerda gruesa algo gastada.

— Esto debe de servir. —se dijo—

Regresó a la habitación, dónde casi le da un ataque de ternura al ver cómo el verdoso había abrazado un cojín en su lugar, tomó su pecho en un sola mano y miró a una luz imaginaria, agradeciendo a quien fuese por haber entrado al mismo tiempo en la que aquella escena estaba.

Se acercó un poco nervioso con la cuerda entre sus dedos. Comenzó a atarlo cuidadoso en sus manos e hizo un nudo ciego.

—¡Ahora todo depende de jalarte tus pies!

Con más desición que antes, tomó los pies con calcetines (aunque solo tenía uno puesto, el otro se perdió entre la cobija) y tiró con fuerza. Despertó de golpe al muchacho.

— ¿¡Eh!?, ¿¡Q-Qué está pasando!?

Miraba a sus lados nervioso y se dió cuenta de la atadura, miró a su amorcito y este tenía la mirada ensombrecida con una sonrisa maliciosa.

— ¿Medy?, ¿C-cariño?

Buenos días, Scourge~