17. Amuleto de la suerte
Marinette March 2022
"El Maletín de Marinette"
❀•Amuleto de la suerte•❀
"Solo con verte, sonrió. No puedo contener mi risa. Puedo sentirlo sin necesidad de palabras... eres mi mejor amiga."
Marinette apreciaba mucho su amistad con Kagami. Siendo sincera, realmente le sorprendía como habían pasado de tirarse miradas cargadas de malas energías y de sentir inferioridad, a compartir juntas con una sensación de confianza plena.
Kagami, era, sin duda alguna, ese límite que le faltaba a su personalidad para poder saber cuándo estaba bien o cuando estaba con el pie en la frontera de lo anormal, pero a su vez, era quien la empujaba a no detenerse en la dirección correcta, a buscar su propia valía y amor propio. Porque si algo tenía Kagami, era amor propio y eso a Marinette le encantaba de ella.
Así que no se sorprendió, cuando tras una jornada bastante curiosa sentada con Adrien, quien a duras penas podía verle la cara, se encontró con Kagami hablado con Zoé. Sonrió al darse cuenta, como ambas chicas habían desarrollado una pequeña amistad, que estaba segura que pronto iba a ser grande. Se apuró a despedirse de Alya y ante la mirada de la morena, Marinette saltó para abrazar al mismo tiempo tanto a Zoé como Kagami, que, aunque la japonesa la miraba de reojo, tenía una sonrisa en sus labios, mientras que la rubia se reía de su impulsividad.
—Invité a Zoé, con nosotras —le informó Kagami a Marinette.
—Genial, ¿A dónde vamos?
—Ya lo verán.
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Marinette llegó a casa, subió a su habitación, abrió una caja para los Kwamis y mientras ellos observaban las porciones de pasteles, la joven guardiana cayó agotada en la cama.
Kagami las había llevado a una exclusiva pastelería japonesa en París, donde probaron diferentes pasteles, galletas y bocadillos, así como la variedad de tés.
Declarando que, si antes amaba las flores de cerezo, ahora con más razón. Su té era exquisito y delicado.
Aspiró profundamente y buscó su teléfono celular para revisar las fotos que Zoé había subido a sus redes sociales. Sonrió al ver como Kagami, ahora, había logrado sonreír con facilidad.
Se giró sobre su propio cuerpo quedando boca arriba y bajó el teléfono hacia su pecho. Tenía que pedirle todas esas fotos a Zoé cuando la viera mañana.
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La semana para Marinette pasó muy rápido.
Sus amigos parecieron sentirse culpables por lo del día lunes, por lo que estuvieron tanto el martes como el miércoles festejándola de distintas formas. Y el día jueves, Marinette se disculpó, pero tenía muchas cosas que hacer al otro día. Pues, iba a enfrentarse a Kagami, y estaba bastante nerviosa, que esperaba tener ayuda de alguien.
Aunque, entre tantos análisis, estrategias y supersticiones por el encuentro contra Kagami, recordó el amuleto de la suerte que Adrien le había regalado para su cumpleaños y se lo echó al bolsillo antes de salir de su habitación hacia el colegio para asistir a la clase de práctica.
Cuando Marinette llegó, notó que había solo un par de personas ajenas a la práctica normal, imaginó que también eran invitados para la ceremonia.
Kagami agitó su mano en el aire en cuanto la vio, y le indicó los camerinos para que la acompañara a cambiarse. Marinette la siguió y la chica le pasó un traje de esgrima rosado.
—Kagami... —protestó Marinette al ver el traje en mano de su amiga.
—Sabes que no puedes decirme que no, así que no pierdas el tiempo y póntelo.
Marinette gruñó porque sabía que era cierto, así que se cambió su ropa por el traje que su amiga le había pasado. Estaba doblando el pantalón cuando el amuleto que llevaba en el bolsillo se le cayó, llamando la atención de Kagami que se agachó a recogerlo.
—¿Es tuyo?
—Ah sí —dijo, extendiendo su mano hacia él.
—Adrien tiene uno igual, me dijo que tú se lo diste —Marinette apretó los labios, lamentando la situación. Ella era consiente que ese amuleto del que habla fue lo que la akumatizó en Lies. Aspiró profundo, pero no pudo decir nada, porque Kagami continuó—. No tienes por qué sentirte mal por mí, realmente superé lo de Adrien, tranquila. Solo pensaba, ahora que veía tu amuleto, como los representa.
—¿Cómo?
—Él que tiene Adrien tiene una creación simple y armoniosa. Y aunque tiene pequeños detalles de otros colores, el color central es el verde que contrasta con el rosa que deriva del rojo, porque son colores opuestos. Es muy parecido a ti, pareces ser una persona simple y armoniosa, pero, por dentro, tienes una personalidad que aún no sabes dominar.
Marinette la observó tratando de comprender como Kagami estaba leyéndola solo por los colores. Realmente, ella tenía que estudiar artes.
—Y éste supongo que lo hizo Adrien, ¿no? —continuó.
—¿Y por qué creerías que lo hizo él? —consultó, no por hacerse la enigmática sino porque le daba mucha curiosidad que venía en el amuleto.
—Míralo, el amarillo dorado y el celeste combinan muy bien, pero las piezas no tienen armonía. Adrien, por fuera, se ve bien, pero no tiene una personalidad definida tampoco, no tiene carácter propio. Y por eso, ninguna de las piezas que tiene este amuleto, coinciden.
—Wow —exclamó Marinette, recuperando el amuleto y guardándolo en el bolsillo con cierre de su chaqueta—. Es increíble tu ojo para estas cosas, realmente tienes que estudiar para ser una artista, Kagami, eres maravillosa.
La japonesa sonrió, pero luego vio su florete, no quería hablar de su sueño frustrado.
—¿Sabes dónde también soy maravillosa?
—¿En dónde?
—En esgrima, ven para que te lo muestre.
Marinette se río por aquellas palabras y salió junto con Kagami a enfrentarse.
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Ambas se colocaron en posición, con el brazo izquierdo en su espalda, para poder enfrentarse con sus floretes. Kagami avanzó con rapidez, haciendo que Marinette tuviera que evitarle cada uno de los golpes que ésta le daba para que no la tocara.
Marinette también fue a la carga, contrarrestando cada uno de los pasos, y recordando algunos consejos que le había pedido a Chat Noir, cuando misteriosamente apareció en su balcón, la noche del miércoles.
Avanzó tratando de analizar los puntos nulos de Kagami, hasta que lo vio. Amagó con golpearle en la derecha, pero movió el florete con gracia hacia la izquierda, generando el primer Touché.
—Que decir, tengo la suerte de mi lado —respondió cuando el primer punto fue a Marinette.
—No por mucho tiempo —declaró Kagami. Marinette volvió a defenderse, recordando perfectamente las palabras de Chat Noir cuando le hizo analizar videos de competición, si Kagami no daba el primer punto, solía desestabilizarse un poco y podía usar eso a su favor. Lamentablemente, se distrajo en sus recuerdos haciendo que la chica le empatara.
—Wow, eso fue brillante, ni te vi —le reclamó Marinette, pero Kagami solo movió los hombros.
Volvieron a ponerse en posición y Marinette empezó a avanzar, fue cuando volvió a ver el punto nulo de Kagami que intentó arremeter contra ella.
—No volveré a caer en tu truco —le dijo, pero Marinette esta vez no hizo ningún truco, acertando el golpe en el lugar al que iba, ganando el segundo Touché.
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Adrien aplaudía de pie el combate de ambas, sonriendo orgulloso de que Marinette hubiera recordado todo lo que le había explicado.
Sin duda, era una chica muy hábil y ahora sabía, que el gato iba a ser recompensado.
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Amé mucho este capítulo.
Quería hacerlo mucho más largo, pero por problemas de internet no pude ponerme a investigar más sobre esgrima como hubiera querido, pero ya tendré mi desquite, haciendo que ellas entrenen más en algún otro fic.
Gracias por leer...
Vamos al 18...
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Aquatic~
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