15. Golosinas

Marinette March 2022

"El Maletín de Marinette"

❀•Golosinas•❀

"Nadie más, además de ti, está ahí para mí. Siempre me sentiré bien, porque tú estás aquí"

Marinette llegó a su casa bastante contenta después de hablar con Alya, tenían mucho material que aún no habían armado para su página web y estaba segura que muchos de esos tips le servirían para la columna de la revista.

Estaba tan emocionada, que abrió la puerta de la panadería extendiendo sus brazos hacia sus padres que la miraban con completa confusión.

—¿Marinette?

—Mamá, papá —dijo acercándose al mostrador—. No había querido decirles nada, por si no me iba bien, pero... —apretó los puños manteniendo el suspenso hasta que su madre la vio poner roja y le pidió hablar—. Audrey Bourgeois me volvió a ofrecer trabajo, pero esta vez, aquí en París.

—¿De verdad? —Tom dejó la bandeja de macarrones y se acercó a su hija para tomarles las manos— ¿Vas a poder cumplir tu sueño?

—Si —afirmó emocionada—, claro si ustedes me dejan.

—Sí tú crees que podrás con la responsabilidad que eso requiere —dijo Sabine intercambiando miradas con su marido antes de observar a su hija—. Sabes que cuentas con nuestro apoyo.

—¡Genial! —le informó—. Mañana hay que estar a las ocho en la oficina.

—Y el colegio... —indicó Sabine, mirando seriamente a su hija.

—Solo una llegada tarde más —dijo, liberando sus manos de las de su padre que aun se las sostenía y le indicó el dedo índice a su madre—. Por fi, solo una.

—Déjala Sabine —intercedió Tom, tomando dos paletas dulces de la vitrina y dándoselas a su hija—. Por esta vez, ella se lo merece.

—¡Son los mejores!

Marinette se despidió de un sonoro beso en la mejilla a ambos padres y subió hacia el departamento, y tras saludar a los Kwamis subió a su balcón, a admirar su bella ciudad mientras disfrutaba una de las golosinas que más amaba de la tienda. Su madre las hacía con diferentes sabores mezclados así que era divertido ir descubriendo cada sabor con el paso del tiempo.

Aspiró profundo y en eso, observó que Chat Noir estaba saltando sobre los techos, buscó su teléfono por si no había sentido la alerta akuma, pero no.

Se miró con Tikki quien se fue a ocultar, para que Marinette llamara al superhéroe, elevando la mano.

—¡Hey! ¡Chat Noir! —gritó, haciendo que el chico se detuviera en seco y volteara a verla. Con una sonrisa, el superhéroe regresó sobre sus pasos y se acercó al balcón.

—Buenas tardes, noches —respondió, notando como el atardecer empezaba a formarse en el horizonte.

—Buenas —saludó Marinette y sin decir nada, le ofreció la paleta extra que tenía.

—¿Para mí? —ella afirmó y el chico la tomó, desenvolviéndola para poder probarla.

—Es un soborno —respondió con una enorme sonrisa sin mirarlo. Chat Noir que estaba por echarse la paleta a la boca, se arrepintió mirándola confundido.

—¿Soborno? —exclamó, guardando la paleta en el papel—. Nunca me hubiera imaginado que Marinette Dupain Cheng quiere sobornar la justicia.

Ella se rio, porque podía diferenciar claramente el tono juguetón del chico.

—Es que tengo que pedirte un favor, y necesito que accedas —Chat Noir la miró de reojo, pero abrió la paleta de nuevo.

—Sabes que no tienes que sobornarme para que te ayude —le respondió, esta vez sí, pudiendo saborear la golosina. El sabor dulce a frutilla era delicioso— ¿Qué te pasó ahora? —preguntó, dejándose la paleta en la boca.

—¿Te acuerdas de mi confesión? —el superhéroe afirmó—. Bueno, al parecer soy correspondida.

El superhéroe casi se atoró con su propia saliva al escuchar eso, quitando la paleta de su boca, para verla, mientras se auto golpeaba en el pecho.

—¿Estás bien?

—Sí —dijo, carraspeando para acomodarse la voz—. Eso es genial —continuó con la conversación—, ¿En qué debo ayudarte?

—En realidad, no necesitas hacer nada, solo prestarme tu nombre.

—¿Prestarte mi nombre?

—Quiero rechazarlo —le dijo, mirando la paleta en forma de corazón—. Antes creía que podría tener una relación con él, pero ahora que existe la posibilidad, me asusta, me aterra —Chat Noir la miró fijamente—. Tengo tan poco tiempo para todo, Chat Noir, que no quiero empezar una relación con él y no poder corresponderle en tiempo de calidad.

—No sería mejor hablarlo con él —le aconsejó, pero Marinette negó, se llevó la paleta al labio y la saboreó pensando que decir.

— Él es un poco parecido a ti —Chat Noir se señaló— Sí, es muy insistente, estoy segura que si le digo eso, él buscará la mil y una forma de que eso no interfiera, pero me conozco y no quiero hacerlo sufrir, él menos que nadie se lo merece.

—¿Seguirás sin decirme quién es? —preguntó el superhéroe, intrigado, pero Marinette volvió a negar—. ¿Por qué no? Vas a decirle que... —y en eso tuvo la realización— ¿De verdad?

Marinette volvió a reírse, encogiéndose de hombros.

—Le voy a decir que estoy enamorada del superhéroe de París y no tengo cabeza para nadie más.

—Pero, no te gusto de verdad, ¿verdad?

Marinette apretó los labios saboreando el dulce que tenía en ellos.

—Claro que no —dijo, pero el chico de cabellos rubios sintió que su amiga no estaba siendo sincera, esa pausa le había agitado el corazón.

—Marinette... —iba a decir, pero ella lo frenó.

—De verdad, prefiero que piense que no tiene oportunidad, a que si la hay —de pronto, miró la manga de su chaqueta, Chat Noir recién se percató de que aun seguía vestida con el mismo outfix de la foto, con cada prenda que él le había regalado—. Él me regaló esto —confesó, haciendo que el muchacho casi se caiga de la protección.

—¿Qué?

—Ay estoy tan mal —exclamó, bajando la cabeza para apoyar la frente contra el frio del metal—. No sé qué hacer.

Chat Noir miró la paleta que tenía en su mano derecha, la estrella estaba perdiendo ya la forma y miró a Marinette sin saber cómo sentirse.

—Está bien —respondió y se paró sobre la protección, haciendo que Marinette lo mirara—. Acepto el soborno, acepto que uses mi nombre, pero... no aceptó algo.

—¿Qué cosa?

—Que digas que no te gusto...

—¡Chat! —protestó con las mejillas rojas, aquello hizo que el chico solo se riera enseñándole la paleta.

—Gracias por la golosina, Marinette —le dijo, poniéndose en posición para saltar—. Buenas noches.

Tikki salió inmediatamente después de que el superhéroe se fue.

—¿Estás segura?

—Por supuesto, no hay nadie en quien confié más que en Chat Noir —le aseguró— todo estará bien, si cuento con él.

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Hahahahha la pobre no sabe que, en vez de intentar apagar el fuego, le echó más combustible.

¿Qué hará el muchacho?

Pronto lo sabrán 😊

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Mil gracias por leer.

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Aquatic~

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15 de Marzo 2022

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