Capítulo 1.

Capítulo 1:El llamado de ultrial.

[Japón/23/1/20XX]

*goteo*

*goteo*

*goteo*

Chico de pelo negro: ¡Maldición, maldición! *Se quejó mientras corría tan rápido como se lo permitían sus piernas, intentando no resbalar por el rastro de sangre frente a él. Miró el bisturí que tenía firmemente agarrado en su mano y lo agitó para limpiar la sangre que cubría su filo plateado, antes de volver a concentrarse en un adolescente de pelo negro, vestido como un estudiante de secundaria, que corría desesperado, sujetando su mejilla ensangrentada y gritando horrorizado.* Maldición, tengo que matar a este bastardo rápido.

Chico herido: ¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdenme! *Gritó desesperado, sintiendo a su agresor cada vez más cerca mientras sostenía con horror su mejilla, que tenía un corte profundo al grado de tener un trozo de piel colgando. Llegó a una puerta semiabierta de lo que parecía ser el gimnasio, después de casi tropezarse por la sangre que caía de él.* «Ya casi, ya casi. Maldición, Sakurai, tienes que salvarme.»

Chico de pelo negro: *Vio al chico cerrar la puerta tan pronto como entró en la habitación. Al encontrarse cara a cara, sin mediar palabras, arremetió con una embestida, lastimándose un poco el hombro en el proceso, pero logrando entrar.* Maldición, el hombro me va a doler un huevo mañana...

Chico herido: *Chilló con horror al ver a su agresor y retrocedió asustado.*

Chico de pelo negro: *Se empezó a acercar, sobándose el hombro.* Perseguirte fue realmente molesto, pero por suerte este ya es el fin del juego del pilla pilla. La única salida está detrás de mí, así que hazme las cosas más fáciles porque, créeme, si piensas escapar por la ventana del almacén te cortaré los tobillos antes de que siquiera llegues a sacar la mitad del cuerpo. *Dijo con seriedad mientras jugaba con el bisturí en su mano.*

Chico herido: P-por favor, Jesús-senpai, ¡no me mates! *Dijo al chico frente a él.*

Jesús: Ahorra saliva, solo terminemos con esto. *Dijo antes de ir contra el chico que empezó a correr hacia el almacén.*

Chico herido: *Entró corriendo y miró hacia atrás, dando un grito apenas su perseguidor dio un paso dentro.* ¡SAKURAI, YA, DALE!

Jesús: *Se agachó mientras un bate de acero rozó por un pelo su cabeza. Rodó por el suelo y logró reincorporarse para ver a un chico con lentes esperándolo.* Sakurai-senpai... *Dijo con odio en su voz.*

Sakurai: Tsk... demonios. *Dijo apuntando a Jesús con el arma de metal.* Entonces estaba en lo correcto, tú eras el que envenenó mi bento hace una semana... ¿no es así, Jesús-san?

Jesús: *No dijo nada mientras pensaba en qué hacer para salir de la esquina donde se había encerrado.* «Mierda, esto no estaba en el plan.» *Pensó, mirando al chico que había tomado un bate de metal con dificultad por la herida en su rostro.* ... *Miró los otros bates del lugar bajo llave y sonrió.* Tal parece que no soy el único que pensó en matar a alguien hoy.

Sakurai: *Miró a su compañero al escuchar las palabras de Jesús.* ¿Estás bien?

Chico herido: *Asintió.* Sí, pero estaré mejor después de que mate a este hijo de perra.

Jesús: *Apretó el bisturí con fuerza.* Tsk...

_Hoy realmente no era mi maldito día. Se suponía que le rajaría el cuello a Kobata cuando se escapara para fumar marihuana con los otros, pero... demonios, tuve que encargarme primero de ese infeliz de Sakurai de manera personal y no intentar que algo de veneno hiciera mi trabajo. Pero en fin, creo que debería presentarme y explicar cómo es que ahora estoy con un bisturí intentando matar a dos estudiantes de secundaria. Así que empecemos.

Mi nombre es Jesús Saiki, mi madre es japonesa, pero mi padre es de Centroamérica, aunque por suerte saqué casi todo de mi madre al grado que me parezco a mi abuelo, aunque no nos perdamos. Actualmente tengo 15 años, 16 dentro de 7 meses, y soy un estudiante de secundaria, igual que algunos de mis adversarios. No importa a cuál de ellos le preguntes por mí, siempre se diría que soy un tanto irresponsable. Sí, no soy el mejor de los estudiantes, ni siquiera estoy entre los 10 mejores de mi clase, pero estoy en la media suficiente como para no haber tenido que repetir año ninguna vez.

También se me conoce por ser callado y tranquilo, ya que socializar no era uno de mis fuertes. Más me gustaba estar en mi mundo o dormir en los recesos en algún lugar tranquilo. Por ello, cuando llegan los recesos, me doy la oportunidad de tomar una siesta en un árbol, aunque a todos les parece algo raro. Pero es mejor eso que estar siendo molestado por los profesores en medio de las clases. Además de dormir para recuperar algo de energías e ir a las siguientes clases, por lo general también miraba a los "delincuentes" del instituto junto con sus parejas. Aunque la mayoría me importaban un bledo, dos eran el motivo por el que los vigilaba, siendo dos personas a las que les guardaba un gran resentimiento.

En una de esas ocasiones, había logrado encontrar el momento, y cuando uno de mis dos objetivos se quedó solo en un baño público en un bar de mala muerte, lugar donde los estudiantes no deberían ni siquiera estar permitidos, la seguridad de ese lugar fue mi mayor ventaja. Fue tan sencillo como cerrar con la entrada y usar la cuerda de decoración en mi mochila. Dolió un poco, puesto que logró golpearme las costillas en el forcejeo mientras lo asfixiaba, pero una vez acabado el asunto, dejé el cuerpo en una de las cabinas, bañándolo con algo de lejía que estaba allí para ayudar con los espantosos baños. Así, me retiré a mi lugar favorito, los callejones, donde, con unos cerillos y un periódico que me tomé la libertad de comprar por el camino, quemé los guantes que usé en el pequeño evento.

Después, simplemente caminé hacia la estación de tren y me fui a mi destino de siempre ese día, hasta que horas más tarde regresé a casa listo para un baño y un merecido descanso, dejando mi ropa y mochila para eliminar las últimas pruebas en la lavadora con algunos productos que ya había utilizado anteriormente para asuntos similares.

Unas semanas después del pequeño alboroto de la policía, las clases siguieron con lo suyo. Realmente quería vomitar en la ceremonia de despedida que le hicieron a ese tipo, pero en fin. Solo quedaron 2 de 7 infelices más por matar, así que solo me quedaba esperar el momento y ver sus horarios. Un día como cualquier otro, un grupo de idiotas me invitó a pasar el rato en un karaoke con sus amiguitas galesas, que por los preservativos que compraron ya tenían planes, asqueroso. Aunque no creo que pueda culparles, no tienen más de 16 años y esas chicas, mientras tuvieras algo que quisieran de ti, podrían hacer cualquier cosa. Allí estaba yo con los otros dos, contando las horas para largarme a asuntos más importantes, fingiendo mi mejor sonrisa mientras hablábamos y comíamos un poco. Incluso uno de los chicos me retó a subir y cantar algo, así que todos, al ser tan insistentes junto con las galesas, tuve que hacerlo.

Empleado: *Le pasa el micrófono a Jesús.*

Jesús: *Toma el micrófono seguido de ver a las galesas y los chicos.*

Gale 2: *Le lanza un beso.*

Chicos: *Le alientan.*

Gales 1 y 3: *Toman sus bebidas.*

Jesús: *Suspira*... no estoy acostumbrado a hacer esto... espero que me disculpen si lo hago mal. *Dijo con un tono tranquilo hacia el público*...
Cuando te escondes y no puedes huir,Cuando el miedo te atrapa y empiezas a sufrir,Piensas que estás solo, que ya no hay solución,Pero en las sombras, yo te observo con pasión.🎶

Aunque no me veas, siempre estoy detrás,Mi amor te sigue en cada paso que das.🎶

No importa lo que hagas, no podrás escapar, Porque en tu vida, siempre voy a estar.🎶

Siempre estoy allí, aunque no lo sepas,En tus sueños, en tus pesadillas eternas.🎶

No importa dónde vayas o qué intentes hacer,Siempre te seguiré, no puedes correr.🎶

Siempre estoy allí, aunque me rechaces,Soy la sombra que jamás deshaces.🎶

En cada suspiro, en cada rincón,
Yo soy tu destino, tu única opción.🎶

Cuando sonríes sin saber que estoy aquí,Viendo tus movimientos, no puedes fingir,
Eres todo lo que quiero, lo que necesito,Y si alguien se acerca, pagaran su delito.🎶

Aunque no lo digas, sé que me sientes,En cada paso, en cada mente.🎶

No puedes escapar, no hay lugar donde ir,Porque siempre, siempre voy a estar ahí.🎶

Siempre estoy allí, aunque no lo quieras,En tus sueños, en tus pesadillas eternas.🎶

No importa dónde vayas o qué intentes hacer,Siempre te seguiré, no puedes correr.🎶

Siempre estoy allí, aunque me rechaces,Soy la sombra que jamás deshaces.🎶

En cada suspiro, en cada rincón,
Yo soy tu destino, tu única opción.🎶

No tienes elección, ya eres solo mío,Si alguien te toca, seré su final frío. No me importa qué pienses, no me importa qué hagas,Si te pierdo, destruiré todo lo que amas.🎶

Siempre estoy allí, aunque no lo quieras,En tu mente, en cada lágrima sincera.🎶

No hay lugar para nadie más que yo,Este amor oscuro es lo que nos unió.🎶

Siempre estoy allí, aunque intentes huir,De este lazo jamás te vas a zafar.🎶

En cada paso, en cada respiración,Serás mío para siempre, no hay salvación.🎶

_Cuando terminé de cantar, las personas en el lugar aplaudieron aunque ciertamente note su incomodidad, no los culpo, era aúna letra algo oscura, así que devolví el micrófono y regresé con mis compañeros. Sentí que la chica que me tocó soportar me felicitó por mi voz aunque se río un poco nerviosa por la letra ya que esperaba que cantara alguna canción popular, también me hizo algunas preguntas junto con el chico que era un año mayor que yo.

Chico 1: ¿No lo sabes?

Jesús: Sí, alguien me enseñó esa canción cuando era pequeño... prácticamente alguien me la cantaba en las noches... pero no era mi madre ni mi abuela, ya que ella vive lejos. Aunque no importa, la persona que me cantaba esa melodía dejó de hacerlo y nunca supe quién fue.

Gale 2: Wow, como un fantasma que canta.

Jesús: -_-💧

_Después de un rato, los chicos estuvieron más cómodos con las chicas. La mía estaba más apegada a mí, mientras sus manos se la pasaban acariciando mi pierna intentando seguir a sus amigas. Besaban a los otros dos alternándose, aunque logré quitármela de encima cuando llegó la comida. Me dispuse a disfrutarla, ya que al final yo pagué mi parte por ella. Mientras estaba mirando el reloj de vez en cuando, de forma que no se notara que quería irme de allí.

Jesús: *Deja los palillos en el plato* Fue divertido, pero tengo que irme....

Chicas: ¿¡Eh?!

Gale 1: ¿Por qué? ... Pensé que te estabas divirtiendo como nosotros...

Gale 3: Quédate un rato más, por favor. Puede que te guste a dónde iremos más tarde. *Dijo con una sonrisa coqueta* Sé que podemos divertirnos mucho.

Estudiante 1: Sí, quédate, no seas aguafiestas...

Jesús: *Se levanta* Lo siento, pero tengo un lugar mucho más importante en el que debo estar.... *Se retira*

Gale 1: ¿Qué le pasa...?

Estudiante 1: Es un aguafiestas, no le presten atención....

_No me interesa lo que... digan de mí. Tengo que apurarme o no lo lograré. Corrí un poco por las calles hasta que llegué a la parada del tren para esperarlo, mientras miraba las cintas de la policía de hace unos meses, ya algo deterioradas por el caso de la muerte de un chico. No estoy muy seguro, pero escuché rumores de que su amigo lo mató tirándolo en las vías del tren porque creyó que con él su novia lo estaba engañando, según leí en los periódicos.

Jesús: *Se aleja de la orilla como las demás personas, esperando pacientemente a que las personas bajen del tren antes de subir.*

_Tuve algo de suerte y no me tocó sentarme en un lugar con alguien raro cerca ese día. Después de viajar por al menos dos horas, bajé del tren para dirigirme hacia mi hotel, donde como siempre, el recepcionista me recibió con una sonrisa.

Recepcionista: Buenas tardes, joven Chuy-san.

Jesús: Buenas tardes, Masaji-san.

_Así es, mi nombre era Jesús Saiki, pero desde pequeño empezaron a llamarme Chuy de cariño mis familiares y algunas personas conocidas, donde poco a poco ese apodo se quedó al grado que muchos me llaman así en vez de por mi nombre real. Pero bueno, no está tan mal, claro, uno que otro bromista me pregunta dónde dejé a "Han Solo", pero bueno. El recepcionista era prácticamente un amigo de años por el tiempo que he vivido, así que él me llamaba por mi apodo, donde me acerqué a él, ya que me hizo una señal para que lo hiciera.

Masaji: Llegaron unos paquetes para usted. *Deja su teléfono y busca bajo el mostrador, dejando dos paquetes.*

Jesús: ¡Genial, ya han llegado! *Dijo tomando los paquetes con una sonrisa en su rostro.*

Chicas: *Se sonrojan levemente al ver la sonrisa de Jesús, empezando a hablar entre sí.*

Masaji: Además, llegó una carta de sus padres.

Jesús: *Suspiro*... Genial... *Dijo perdiendo la sonrisa.*

_Tomé los paquetes que traían unos cuantos discos con animes, algunos mangas y algunas cosas de páginas piratas que había encargado ya hace un tiempo y la carta de mis padres. Fui al ascensor y me dispuse a ir a mi piso, donde después de saludar a los vecinos que me dirigían la palabra, entré a mi habitación intentando que los gatos de la anciana del frente no se metieran a mi casa, ya que la última vez sin querer dejé a uno adentro y el gato arañó varios muebles, sin contar que el infeliz confundió mi arrocera con un arenero.

Jesús: *Agarra a un gato y lo deja afuera de su casa* Chuu, vete a molestar a la casa de otra persona.

_Una vez dejé mi casa libre de gatos y ya cerrando la puerta, coloqué los paquetes en la mesa, preguntándome si todo estaría bien con ellos. Después de todo, no sería la primera vez que me estafan en esas páginas, pero nada más los dejé de lado para después ir a mi sofá y sacar un cheque y la carta.

Carta: Lo lamentamos, pero no podremos llegar esta semana, ya que nos surgió un trabajo de último momento. Así que te dejamos un cheque con lo que podrás estar bien durante un largo tiempo. Pórtate bien y evita los problemas.

Con amor: mamá y papá

Jesús: *Suspiro*... Por supuesto... Ni siquiera sé para qué leí esto... era algo de esperar... quizás puedan volver el próximo mes... o no... Bueno, no importa.

_Bueno, estar pensando en mis padres no me llevará a nada, así que mejor seguí con lo mío, siendo que rompí la carta y dejé el cheque en la mesita para irme a dar un baño antes de cualquier cosa.

Jesús: *Secándose el cabello con un secador* Mm m~

_Cuando terminé, saqué los mangas y algunos animes para meterlos en mi bolsa, contento por ver que todo estaba bien, e irme hacia el ascensor donde me despedí de Masaji e fui hacia la estación del tren. Una vez allí, fui a una pequeña tienda en el lugar y pedí un café para esperar un rato hasta que subí al tren. Cuando llegué a la parada, caminé con calma hacia el hospital, algo que hacía literalmente todos los días. Las enfermeras me saludaron, y después de devolver el saludo, pedí permiso de visita. Al dármelo, fui hacia la habitación 385 sin antes saludar al doctor, que como siempre le preguntaba si algo había cambiado. Como siempre, no hubo nada nuevo, por lo que simplemente le agradecí y fui donde estaba mi mejor amiga.

Jesús: Lamento llegar tarde, Mónica. *Dije con una sonrisa mientras asomaba la cabeza dentro de la habitación.*

Mónica: ¡Llegas tarde, Saiki! Pero lo dejaré pasar. Me alegra que hayas logrado venir, pedazo de inútil... *Dijo con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.*

Jesús: Je, je, je. Traje los animes que pediste, aunque no pude conseguir los juegos que me pediste, especialmente ese Celestial Online, creo que No conseguí un código para la beta ya que aun no me han enviado ningún mensaje, aunque por si las moscas ya lo enlace a tu correo electrónico así que puedes revisarlo por si acaso se me llega a pasar por estar en clase.

Mónica: Bueno, era de esperar. Ese juego de realidad virtual es lo más esperado para este año. Aunque bueno, ya conseguiré jugar cuando lo saquen oficialmente. Pero por ahora, pon uno de los animes que te pedí. Me quedé con un mal sabor de boca con el último y quiero ver algo bonito.

Jesús: Va, aunque fue un final donde todos murieron fue un buen final.

Mónica: ¿Que el idiota que se convirtió en Dios se suicide matando a todos y mandando al caño todo el desarrollo de personajes es un buen final para ti?

Jesús: Sí, especialmente si la historia va de unos idiotas que se querían matar en un inicio.

_Mónica es mi mejor amiga desde los 5 años, y por esa razón ella está en este hospital sin la oportunidad de volver a salir jamás, y la razón por la cual yo me decidí arriesgar todo mi futuro volviéndome un asesino.

Cuando era pequeño, los demás niños siempre me molestaban porque mis ojos eran de diferentes tonos: uno azul y otro café. Era más que suficiente para tener una excusa por la cual molestarme. Los niños pueden llegar a ser muy crueles, pero cuando cumplí los 6 años, una familia se mudó al frente del hotel donde vivía, y allí conocí a Mónica. Ella me defendió de los bravucones y se ofreció a hacerme su amigo, aunque realmente le tenía mucho miedo, ya que ella casi siempre estaba gritándome y rara vez me llamaba por mi nombre real o siquiera mi apodo, ya que me decía inútil. Aun así, cuando lloraba, ella era la primera en saltar angustiada y hacía lo que fuera para animarme.

Jesús: *llorando*

Mónica: Ya deja de llorar.

Jesús: Pero, pero...

Mónica: No seas llorón. Ven, vamos a mi casa. Mamá nos dará helado.

Jesús: *asiente*

_Realmente la quería. Mi primera amiga, siempre con esa actitud incansable, jugando, explorando. No había día en el que estuviera triste gracias a ella. Pero eso acabó cuando, en una de las riñas contra los bravucones del barrio que buscaban molestarme golpeándome con unas ramas, me empujaron. No pude hacer nada, tenía demasiado miedo y solo lloré mientras eso pasaba. Me quedé llorando como un inútil cuando, en uno de esos empujones, ella cayó cerca de uno de los juegos y se golpeó la cabeza contra una de las esquinas, causándole un derrame. Ese día solo pude gritar y llorar mientras sacudía a mi mejor amiga, aterrorizado, mientras mis manos se manchaban con su sangre. Por suerte, mis llantos hicieron algo al final, atrayendo a una anciana que paseaba con su perro y pudieron llevarla a urgencias. Pero a ellos no los castigaron, incluso si los padres de Mónica querían justicia. Ellos solo eran mocosos malcriados de 8 y 9 años. Esto no había sido más que un accidente, uno del que apenas se hicieron responsables. Mónica pasó meses en rehabilitación solo para recibir la noticia de que ella no podría salir del hospital, ya que le daban ataques cada cierto tiempo. La dejaron confinada a estar en el hospital por el resto de su vida solo por no saber detenerse, no solo por no querer detenerse. Incluso si ella podía moverse con cierta libertad por los pasillos del hospital e incluso llegar a salir un poco lejos del mismo, el riesgo de que pudiera pasarle algo no estando lo suficientemente cerca del hospital era algo que ni a mí ni a sus padres les dejaba dormir. Sí, siempre tendría que tener a alguien junto con ella a todo momento.

Al principio, yo la visitaba con algunos compañeros de clase o con mis padres, e incluso llegaba a pasar las noches aquí mientras mis padres ayudaban a los padres de Mónica para que por lo menos tuvieran unas horas de sueño extra. Pero eso fue poco a poco siendo menos frecuente, hasta que tanto la escuela como mis padres dejaron de visitarla. Ellos ya no estaban de acuerdo con que la siguiera considerando mi amiga. Ellos me decían que tenía que buscar personas "normales" para que fueran mis amigos, "pasar página", como dijeron ellos. Pero para mí era lo mismo que simplemente dejar que ella desapareciera. Era mi culpa y todo el mundo parecía solo decirme que fingiera simplemente que ella no existía más, cosa que solo me hacía sentir náuseas, especialmente cuando recordaba ese momento, el olor, su sangre en mis manos y mi patético llanto taladrando mis oídos. Simplemente no... no podía olvidar, no podía hacerlo, por lo que ignoré sus palabras. Pasado un tiempo, mis padres recibieron una promoción en el trabajo, así que nos mudamos a un edificio mucho mejor. Además, me cambiaron de escuela a una privada. No pasó mucho tiempo cuando mis padres empezaron a estar más lejos de mi vida. Ellos no eran malos padres. Sería un descarado de lo más bajo si dijera algo así.

Pero llegó un punto donde ya solo los miraba como personas con las que convivía cada cuantos días, y poco sabían lo que yo hacía cuando no estaba a su vista. Tomaba el tren de la tarde para ir al hospital, donde seguía visitando a Mónica, ignorando casi por completo a mis compañeros y las personas que querían ser mis amigos. Terminé siendo tachado como el raro de la clase y nuevamente objetivo de los bravucones, aunque eso no duraba mucho porque los golpeaba, perdiera o ganara. No me importaba. Me negaba a que volviera a pasar algo malo otra vez por mi culpa, así que no dejé que nadie más se metiera conmigo, sin importar si era regañado por mis padres, por los profesores o quien fuera. No podía permitir que nuevamente alguien fuera lastimado porque no pude encargarme solo de mis propios problemas. Es más, escuchar a alguien que yo "había cambiado" me resultaba incluso halagador, ya que aunque fuera dicho para mal, al menos en mi corazón sentía que estaba esforzándome.

Los años pasaron y las cosas en la casa de Mónica empeoraron. Su padre apenas aparecía, ya que trabajaba incansablemente para poder mantener al día las facturas del hospital. Mónica tenía que estar allí; sacarla del hospital sería lo mismo que matarla. La madre de Mónica dejó su trabajo por un tiempo para estar con su hija, pero luego se mudaron a un lugar más económico junto con su esposo para reducir gastos. Ella encontró un trabajo como costurera, aunque no ganaba mucho. Conmigo cerca, al menos tendría unas cuantas horas fuera del hospital para ocuparse de otras cosas, ayudando así a su esposo. Me dejaron como compañero de Mónica para que no estuviera sola, solo con las enfermeras, los doctores y algunos familiares que venían de vez en cuando.

Cuando cumplí los 12 años, Mónica había desarrollado un gusto por el anime, el manga y los juegos en línea. No la culpo, ya que el hospital puede ser muy aburrido. Comencé a usar parte del dinero que mis padres me daban para comprarle muchas series de anime y otras cosas. Al principio, esa "mesada" aumentó, lo que me dio la oportunidad de ayudar un poco más a los padres de Mónica con las facturas del hospital. También me involucré en los gustos de mi amiga, quien me arrastró a ver animes y jugar juegos todas las noches después de ahorrar lo suficiente para comprarle una laptop como regalo de cumpleaños, Terminé por adquirir gusto por estas actividades, aunque tuviera que ingeniármelas para dormir un poco en medio de las clases para mantenerme despierto. Pasó un tiempo y me encontré con tres de los siete individuos que arruinaron la vida de mi amiga, condenándola a estar en el hospital el resto de su vida. Algo ardía en mi estómago, revolviéndose cada vez que los veía reír, disfrutando de sus vidas.

Los observé durante días y, por las noches, me encerraba en mi cuarto para investigar sobre asesinos, formas de limpiar evidencia en crímenes en los que aquellos que fueron atrapados cometieron errores. Me interesaban especialmente los casos antiguos donde por un simple error no lograron escapar. A mi niñera nunca le importó que viera esas cosas por la noche; de hecho, las veíamos juntos y se reía de esos asesinos por ser atrapados por detalles tan simples.

Cuando cumplí los 13 años, logré matar a los 3 con toda mi atención y cuidado en los detalles. Pasados unos meses, el caso se cerró porque no encontraron pistas sobre el asesino. Sentí que podía respirar tranquilo, aunque nunca fui sospechoso desde un principio, ya que teóricamente nunca estuve allí. Estaba en casa siendo cuidado por mi niñera, como confirmó el novio de ella que estaba en casa ese día.

Los días, los meses y los años pasaron hasta que descubrí dónde estaban los últimos 4. Moví algunas influencias para poder ingresar a la secundaria, donde me presenté de manera normal. Aunque a algunos de mis compañeros les pareció interesante mi heterocromía, lo que me dio cierta popularidad, no era para nada el mejor de la clase. Era prácticamente un chico con calificaciones promedio, siempre me mantuve con la calificación mínima para pasar. Aunque algunos me consideraban atractivo, ni siquiera podría decir que era el más guapo. De hecho, supe de un chico con novia que entre las chicas de la clase hicieron una especie de top de chicos más guapos, y quedé en el puesto 11 siendo solo 20 chicos y 20 chicas en nuestro salón. Así que no, no era ni muy apuesto ni muy listo. Aunque lo último se debía a que quería evitar concursos o cosas que pudieran acortar mi tiempo de juegos, sueño o mis visitas al hospital, ya que la madre de Mónica me necesitaba para suplirla por algunas horas por lo que no podía permitirme el destacar demasiado.

Pero bueno, por suerte para mí, una vez entré a las clases, no tardé mucho tiempo en descubrir que 3 de los tipos que le arruinaron la vida a mi amiga eran los típicos matones de la clase que pocas veces llegaban a entrar, y uno era el representante de la clase en otro salón. Me tomé mi tiempo investigando todo sobre sus rutinas y logré deshacerme de uno en los baños de un bar de mala muerte. Intenté deshacerme del representante poco después colocando veneno para ratas que diluí con agua y los inyecté con una jeringa que robé del hospital en unos tomates pequeños que estaban en su almuerzo. Me fui hacia un árbol donde estuve observando impaciente, pero al final la suerte lo acompañó porque una chica se cayó de cara de forma estúpida y, por ir a ayudar, tiró la comida, solo para intentar tapar lo más pronto posible a la chica que se le miraba todo. Me alejé y, a los días, él no paraba de mirarme en los recesos, aunque dejó de hacerlo poco tiempo después cuando pasó el tiempo y la muerte que había provocado ya solo era un recuerdo, volviendo a mi rutina normal, esperando a que el representante o el último delincuente que me faltaba estuvieran en el momento ideal para hacer mi jugada.

Mónica: ¡Chuy, el siguiente capítulo rápido! *emocionada*

Jesús: Voy...

Mónica: Dime, ¿qué te pareció el anime que te recomendé?

Jesús: Estuvo bien... pero no me gustó mucho el final...

Mónica: Ah, y te quejas de que yo me queje del Dios suicida.

Jesús: Um, solo digo, literalmente el protagonista se tuvo que morir como 5 veces antes de darse cuenta de que podía regresar en el tiempo cada vez que moría, pero incluso siendo un pendejo como para no empezar a aprovechar ese poder de otra manera, como aprender cosas que no serían afectadas por su regreso de la muerte. Lo que me irritó fue el final, después de todo lo que Rem hizo, wey, la vio morir una y otra vez de formas horribles por él y se queda con la elfa que lo regañó. Sí, fue un pendejo, pero eso no quita el valor que tiene Rem sobre Emilia.

Mónica: Eres un Rem lover.

Jesús: A mucha honra, adoro a las Onis. *Sonríe* ¿Y tú?

Mónica: *Sonríe levemente* Sí, opino lo mismo... Además, también me hubiera gustado mucho que se quedara con Rem... pero bueno, es la primera temporada. Te prometo que se pondrá mejor después.

Jesús: Mmm... ahí veré, pero creo que me leeré la novela, porque por los foros escuché que es mejor que el anime.

Mónica: *Mira a Jesús en silencio*... Dime... ¿cómo vas en tu escuela? ¿Ya tienes amigos? ¿Ya tienes novia? *Pregunta interesada*

Jesús: ¿Y eso tan de repente? ¿Por qué debería responderte? *Dice con una sonrisa confiada mientras busca en el siguiente capítulo*

Mónica: Porque soy tu mejor amiga y porque si no lo haces, haré "eso". *Sonríe maliciosamente*

Jesús: N-no lo harías. *Dice con un tono nervioso*

Mónica: ¿Estás retándome?

Jesús: *Retrocede*

Mónica: Última oportunidad, habla o si no...

Jesús: N-no.

Mónica: Tú lo pediste. *Sonríe con malicia antes de colocar sus manos cerca de su cara y dar una gran bocanada de aire* ¡Nico, Nico niii!~🎵 ¡Nico, Nico, Niiniiiico~🎵

[En el pasillo]

Enfermeras: *Riéndose*

Enfermera 1: Siempre hace lo mismo cuando quiere algo.

Enfermera 2: ¿Qué será ahora?

Enfermera 3: Silencio, no me dejan escuchar. *Pega la oreja en la puerta*

[De nuevo en la habitación]

Mónica: ¡Nico, Nico niii!~🎵 ¡Nico, Nico, ¡Niii,niiio~🎵

Jesús: ¡HAAAAAAAAAAA, ME ESTÁS TORTURANDO EL ALMA, PARA, TE LO DIRÉ TODO, PERO POR FAVOR DETÉN ESTA TORTURA! *Grita desesperado mientras se cubre las orejas*

Mónica: Ju, ju, qué buena que nos entendemos por las buenas.

Jesús: Eres un ser malvado.

Mónica: Esto de ser mala me hace muy feliz. *Dijo con una sonrisa* Ahora habla o sigo.

Jesús: Ok, ok, no te precipites, ya basta con esa canción diabólica,¿Qué quieres oír de mí?

Mónica: ¿Ya tienes amigos?

Jesús: Bueno, de vez en cuando algunos chicos de la clase me invitan a ir a algunos sitios, aunque la mayoría de las veces solo quieren tener un chico más en sus intentos de coquetear con las chicas del Instituto de Señoritas o chicas más cooperativas.

Mónica: ¿Eres alguna especie de carnada o algo así?

Jesús: Se podría decir que sí, pero si preguntas sobre amigos, pues no. Después de conseguir novia o divertirse, la mayoría de las veces no vuelven a hablarme a menos que sea por algo.

Mónica: Ya veo, ¿y cómo vas en tu escuela?

Jesús: Mmm... no soy el mejor de la clase, aunque eso no es novedad, pero mis calificaciones son lo suficientemente buenas como para no tener riesgos de repetir el año. Con algo de esfuerzo en los siguientes años que me faltan, podré tomar la carrera de doctor.

Mónica: ¿Sigues con eso?

Jesús: Sí, me convertiré en doctor como te lo prometí de pequeño.

Mónica: *Suspira* Solo estás perdiendo tu tiempo. Un pedazo de inútil como tú jamás podría ser un doctor que tenga la habilidad de curarme.

Jesús: *Sonríe* Puede que sí, puede que no sea, pero aún así lo intentaré.

Mónica: *Suspira* Si tú lo dices, yo no diré nada más. *Dijo con un tono cansado mientras intentaba controlar su sonrisa por las palabras de Jesús* ¿Y ya tienes novia?

Jesús: *Se rasca la cabeza* Nop, no tengo novia. Seguro es porque soy algo feo.

Mónica: Pobre cosita fea. *Dijo con una sonrisa antes de inflar el pecho* Parece que sigues siendo el mismo pequeño mocoso inútil que conocí. Jaja, sin mí estarías completamente solo, ja, ja.

Jesús: Puede que tengas razón, pero... realmente no me importa tener amigos o novia, ya que si los tuviera, posiblemente no podría venir a verte tan seguido. *Dijo con una sonrisa* Después de todo, en esta vida solo tú y mis padres me importan.

Mónica: *Se sonroja* Q-qué estúpido eres, pero b-bueno, no debería sorprenderme. Siempre has sido un cabeza hueca. *Dijo con una sonrisa nerviosa mientras sus mejillas aún seguían rojas.*

Jesús: Supongo que sí, soy un cabeza hueca.

Mónica: No es necesario decir lo obvio. ¡Y pon ya el siguiente capítulo!

Jesús: Voy.

⏳ Unas horas después.

Mónica: Eso fue genial. Definitivamente, ese tipo está roto.

Jesús: *Asiente* Ciertamente, está muy roto, aunque lo que más me da risa esa elfa pechugona.

Mónica: *Mirando la pantalla* No sería genial poder ir a un mundo de magia y espadas.

Jesús: Ñe, depende. Imagínate si cayeras en un mundo como Re:Zero. Si me dieran la opción sabiendo eso, ni madres.

Mónica: Oye, el mundo de Re:Zero es bonito.

Jesús: Bonito solo tiene a tu waifu de Rem -w-

Mónica: Nuestra waifu *dijo levantando el puño*, pero bueno, de todas formas a mí no me va a golpear un camion-kun estando aquí -w-

Jesús: Sí, pero aún queda la invocación.

Mónica: Paso, jamás quiero ser invocada. Regla número 1, ¿lo recuerdas?

Jesús: Sí, sí, yo también escribí esas reglas. Si te invocan, jamás confíes en los que te invocaron, busca la forma de escapar si es posible y...

Mónica: Busca la verdad que quieras creer. Nada de esas tonterías de "oh, héroe, Salvarnos del rey demonio bla, bla, bla" y actuar como un perro que solo sigue órdenes.

Jesús: *Asiente*

Enfermera: Chuy, ya es hora... *dijo asomándose por la puerta*

Jesús: Um... nos vemos mañana, Mónica.

Mónica: ¡Sí!

Enfermera: ¿um...? *Observa un cajón abierto*

Jesús: ¿Pasa algo?...

Enfermera: No, no es nada. *Cierra el cajón*

_Salí de la habitación evitando algunos de los detectores de metal, excepto el que estaba descompuesto, para salir del hospital. Así me fui nuevamente a la parada de trenes y, llegado a mi casa, saqué el bisturí que había tomado del cajón en la habitación de Mónica. Con eso, solo tendría que esperar unos días para que la basura fuera incinerada. Pasaron los días y el día que mataría al menos a uno de ellos llegó. Tomé el bisturí y lo metí en la carne de mi sándwich, y el sándwich en un ventón de metal. Con un cambio de ropa, guantes de látex y una botella pequeña con lejía camuflada en una botella de café, acompañando al bento, lo acomodé en mi mochila y fui corriendo hacia la parada del tren donde subí y fui a la secundaria. Esperé al receso, pero no pude hacer nada, ya que vi a esos dos hablando juntos, pero no podía escuchar bien. Sabía que se reunirían detrás de la escuela para fumar marihuana, donde todos estarían en sus salones, incluidos los profesores. Me pareció extraño, ya que no pareció que el representante fumara, pero sabía que eran amigos, así que no pude evitar sonreír. Si jugaba bien mis cartas, podía cortarle la garganta al delincuente y esconder su cuerpo para simplemente esperar al representante, terminando con este juego del gato y el ratón de una maldita vez. Así que volví a mi clase, saqué el bisturí sin que nadie me viera, y comí mi sándwich mirando a los conserjes llevando la basura a la parte de atrás, justo a tiempo, para que al final de clases incineraran toda la basura. Solo tenía que pasar por unas bolsas de basura en el primer receso.

Comencé a esperar mientras pensaba qué regalo de cumpleaños le podría dar a Mónica por sus 17 años. Así estuve hasta que las clases llegaron al punto crítico, y ya estaba todo listo, pues dejé sus artículos preparados para no depender de su mochila. Caminé un poco rápido para no llamar la atención y fui detrás de la escuela después de recuperar mis guantes de látex, bisturí y cambio de ropa. Me escondí detrás de un árbol y esperé a que llegaran, pero solo llegó uno, como esperaba, aunque me pareció algo extraño ya que estaba atento. Se acercó mientras él revisaba su mochila, con la intención de cortarle la garganta para evitar ruido innecesario, pero cuando lo intenté, este logró esquivarlo por poco, solo logrando cortar su mejilla. Lo primero que hice fue bloquear su escape hacia el interior de la escuela, ya que estábamos demasiado lejos para que alguien lo escuchara. Evitar su paso para que fuera por ayuda fue lo más acertado, pero no sabía cuánto tiempo tenía antes de que llegara el representante. Dudaba demasiado si tendría tiempo para hacer algo con su cuerpo sin alertar al representante y darle a entender que alguien lo estaba esperando a él y a su compañero.

El matón me miró por un momento, sujetando la herida en su rostro, antes de empezar a correr. Yo lo perseguí por un rato, intentando matarlo hasta que entramos al gimnasio, donde él entró al almacén sabiendo que ya no tenía escape. Solo tenía que matarlo y dejar el cuerpo allí para ir por el representante y, después, con el tiempo que me quedara, llevar los cuerpos a la incineradora. Esto sería difícil, pero podía hacerse, o al menos eso pensaba, cuando por poco evité un batazo que casi me deja inconsciente. Llegamos al punto donde empezamos, ahora en una esquina con los dos tipos apuntándome con un bate de metal y madera mientras yo tenía un pequeño bisturí para defenderme, maldiciéndome internamente.

Sakura:Estaba en lo correcto...Tú nos quieres muertos... ¿es por lo que pasó con Mónica?... ya pasaron años... deberías olvidarlo y seguir con tu vida, ¿no ves que esto te vuelve un criminal?.

Jesús:Claro, seguir con mi vida de la misma manera que lo hizo Mónica... oh, cierto... ¡Eso jamás pasará estando atrapada en esas cuatro paredes donde ustedes la mandaron!

Sakurai:*mira a su compañero listo para saltar a golpear a Jesús pero lo detiene*...Jesús...Dime, ¿qué lograrás al matarnos?... Mónica no se recuperará con esto.

Jesús:Castigarlos... les daré el castigo que no recibieron... ya maté a los otros cinco, solo faltan ustedes... y no hay nada que puedan hacer para evitar que los mate

Sakurai:mataste....tu...¡Tú fuiste el que mató a mi hermano!?

_Después de esa declaración mire como Sakurai tomó un bate y comenzó a lanzar golpes al azar, que por mucho que intenté evadir, terminaron conectando. Mierda, sentí que el hueso de mi brazo había reventado, y no tardé en caer al piso con un golpe en la espalda. El otro matón se unió a él, golpeándome con esos bates durante unos 15 minutos. Se detuvieron para descansar un momento, llenos de sangre, mientras hablaban entre sí sobre qué hacer conmigo. Yo intentaba respirar como podía, protegiendo mi cabeza como máximo, pero mi brazo derecho estaba destrozado y no sabía cuántas costillas rotas tenía. Con toda la fuerza busque el moverme un poco, intenté tomar el bisturí y reincorporarme apoyándome en la pared.

Cuando logré ponerme de pie apoyándome en la pared, ellos me observaron con odio, especialmente el que le había cortado el rostro. Él corrió hacia mí con la intención de golpearme nuevamente en las costillas, y cuando lo hizo, sujeté el bate atrapándolo con el brazo y pasé el filoso bisturí por su cuello tras dar un paso rápido hacia él. Fue un corte limpio y profundo. Él se sujetó el cuello, pero ya nada lo salvaría. Miré al último determinado. Hoy sería mi último maldito día, ya que si mi cuerpo no fallaba y me daba la oportunidad de matar al último por mis heridas, terminaría muriendo. Y si salía con vida, terminaría pudriéndome tras una reja, ya que no había forma legal de salir impune. Así que puse todo mi esfuerzo para soportar el dolor de mi pierna y apreté mis puños, sujetando con fuerza el bisturí y mi nueva arma, el bate del idiota muerto, antes de correr hacia él.

Casi logré matar al representante, pero solo pude clavarle el bisturí en el hombro antes de sentir cómo mis costillas volvían a hacerse pedazos por un nuevo golpe, haciéndome vomitar. No pude más y terminé en el suelo.

Jesús: «Demonios, ni siquiera podré llevarlo conmigo»* penso en el suelo*

Sakurai: *toma el bate* ¡Maldito infeliz!

Jesús: *le mira acercarse y le sonríe con sus pocas fuerzas, intentando cubrirse con el bate* No... No importa si... Coff... no importa si Coff es Coff... en esta vida o en... otra vida... te mataré a ti... y a los otros si me da la oportunidad... *tos* Jeje... *tos*.

Sakurai: ¡MALDITO INFELIZ!

*Se escuchan varios golpes con el bate*

Jesús: *queda completamente magullado, con el brazo roto y sin poder cubrirse del todo con el bate*

Sakurai: *respirando pesadamente y cubierto de sangre, reafirma el agarre del bate y mira a Jesús a los ojos, levantando el bate para golpear su cráneo con todas sus fuerzas*

Jesús: Te... veré... en... el... infierno... *dice casi con una sonrisa ensangrentada, mostrando un fuerte odio en los ojos*

Sakurai: ¡Aaaahh! *grita con fuerza, bajando el bate con fuerza*

_Pude ver cómo el bate se dirigía hacia mi rostro, esperando el impacto, pero nunca llegó. Todo se volvió más lento, y mi visión se oscureció. Tengo sueño...

Sakurai: *se asusta al darse cuenta de que no puede moverse, mientras ve cómo el entorno cambia a un tono celeste brillante*

*El representante observa con asombro cómo su entorno se ilumina con un tono celeste cada vez más fuerte. Los estudiantes en lugares altos logran ver por la ventana que todo el territorio de la escuela está lleno de símbolos extraños brillantes.

Sakurai: ¿Qué demonios está pasando?

*De repente, chispas azules comienzan a volar en los símbolos bajo sus pies y los de Jesús, combinando los dos y formando un símbolo rojizo unificado. Todos los presentes desaparecen, y una gran columna de luz azul se proyecta en el cielo, cambiando luego a blanco. Una enorme explosión arrasa varios kilómetros, destruyendo edificios y causando una gran pérdida de vidas.

Mónica: ¡¿Qué es esto?! *Grita al escuchar la explosión lejana y sentir el temblor que sacude todo el hospital.*

[Mientras tanto, en otro lugar]

???: ¡Funcionó! ¡Hemos invocado a los héroes! *Grita feliz una mujer, mientras hombres vestidos con túnicas y soldados celebran al ver a una gran cantidad de personas de diferentes edades, con pocos adultos entre ellas.*

Chica: ¡Kyaaaaa! *Grita aterrorizada al ver a un chico de cabello negro tirado en el suelo, completamente ensangrentado y soltando chispas rojas, causando revuelo entre los estudiantes confundidos.*

Soldado: ¡Teresa-sama, uno de los héroes está gravemente herido!

Teresa: *Mira a Jesús* Rápido, llévenlo a una sala de recuperación y pongan a una de las mejores clérigas sucubo en su cuidado. Yo me encargaré de ayudarle más tarde.

Soldados: ¡Sí, Gran Santa!

Estudiantes: *Miran a la bella mujer de cabello verde y orejas largas que da las órdenes a los soldados fuertemente armados.*

Teresa: *Se acerca a ellos y muestra una sonrisa* Me presento, soy Teresa Derunadel, la décimo quinta Gran Santa del continente del Crepúsculo. Les doy la bienvenida a Ultrial.

Autor: ¡Hasta otra!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top