Extra Parte dos

- ¿D... Dégel? - Susurró asombrado Defteros mirando al francés quien seguía en la puerta acompañado del joven de cabellos esmeralda.

- Así es... Camus y yo nos tomamos unas merecidas vacaciones y que mejor en este país.

Kardia se hizo a un lado de la puerta para permitirles el paso, Defteros extendió su mano para invitarlos a pasar a su pequeña sala.

- Espero que no te incomode el hecho de que nuestra casa no sea como la tuya Dégel - Contestó Kardia mientras cerraba la puerta y les seguía los pasos hasta llegar a los sillones.

- No me molesta en absoluto, más bien me parece demasiado acogedor su hogar - Dégel tomó asiento en el sillón grande junto con su pareja.

El gemelo menor se dió cuenta que ellos mantenían sus manos entrelazadas, era algo muy raro proveniente de Verseau.

- Veo que vienes muy bien acompañado Verseau - Sugirió Kardia analizando desde los pies hasta la cabeza al francés de cabellos esmeralda.

- Que grosero soy, mis modales se me olvidan - Dégel se levantó del sofá y extendió su mano para dar una mejor presentación - Él es Camus... Camus de Verseau, mi prometido.

- ¿Que? ¿Tan pronto te vas a casar? - Cuestionó Kardia con asombro al enterarse de esa noticia.

- Ehh... Si, ¿Tiene algo de malo?

- No, solo que jamás creímos que tan pronto consiguiera pareja - Añadió Defteros.

Dégel sonrió de lado, nuevamente tomó asiento en el sillón y prosiguió a retomar la plática.

- Verán, Camus es aquel joven con el cual yo negocié aquella ocasión, solo que ambos nos dimos cuenta que compartimos demasiadas cosas en común y ahora estamos juntos - Después de esta confesión Dégel recargó su frente contra la de su pareja - Sin embargo estoy aquí por una situación que Camus quiere vivir antes de que nos casemos.

- A ver - Interrumpió el gemelo menor - ¿Le bajaste el novio a Milo Metaxas?

Ahora fue el turno de Camus tomar la palabra, se aclaró un poco la garganta - Verán, entre Milo y yo solo llevamos una relación por conveniencia, era necesario para poder cobrar nuestras herencias; sin embargo cuando se enteró que Dégel y yo habíamos pasado la noche juntos - Un leve color rojizo se asomó por sus mejillas - Me dijo que todo estaba en paz, él viviría su vida a lado de su chófer y yo con Verseau, fue lo mejor.

- ¿Y supongo que al ser pareja de Verseau te contó sus obscuros secretos con nosotros? - Preguntó Kardia con curiosidad.

- Díganme ustedes cómo intento mentir si en mi cuarto quedaron varios cabellos azules en todos lados - Añadió Dégel con una sonrisa ladina.

- ¡Espera! - Exclamó Defteros asombrado - Entonces estás aquí por qué quieres...

Degel interrumpió las palabras del gemelo menor - Estás en lo cierto, no me importa la paga, simplemente quiero que le cumplan el deseo a mi Camus.

Kardia y Defteros se miraron por unos momentos, después el primero en tomar la palabra fue el moreno.

- Bien, ¿Que es lo que quieres?






Lo primero que Kardia hizo fue tomar de la mano a Camus, lentamente lo pego a su cuerpo y con un poco de timidez acercó sus labios con los de aquel francés.

Dégel miraba la escena con satisfacción, sin embargo Defteros comenzaba a retirarle el saco mientras repartía besos por todo su cuello.

- Tu pareja y tú bien que disfrutan de todo esto ¿No es así?

- Desde que hablé con Camus sobre lo que sucedió se quedó con las ganas de conocerlos - Susurró Dégel cerrando sus ojos al sentir las manos del moreno recorrer por todo su cuerpo de manera descarada.

Por el otro lado, Camus dejaba que Kardia lo desvistiera con ese toque de rudeza, la mirada de ese hermoso griego era demasiado fuerte, penetrante, no le molestaría ser azotado por un hombre tan sexy como él.

- Eres una belleza andante Camus... Dégel come muy bien - Las manos de Kardia se colaban dentro del pantalón del francés, tocando aquel bulto que comenzaba a formarse en el interior de sus prendas.

En pocos minutos sus prendas yacían en el suelo, el deseo apenas comenzaba... Los cuatro descubriendo lo que más les provocaba.
Disfrutaban de esas caricias y esas palabras sensuales que se decían entre ellos, la sala era el perfecto lugar para llevar a cabo ese juego.
Mientras Defteros devoraba el miembro de Dégel, Kardia preparaba a Camus con la ayuda de su lengua, quien se mantenía en cuatro disfrutando de ese beso negro que lo encendía aún más.

Aunque a Verseau lo que más lo encendía era ver a su Camus mientras Kardia disfrutaba de su cuerpo, pero aquella vista se vio interrumpida cuando Defteros lo colocó en cuatro sobre la alfombra.
Tomó la corbata que tenía a su derecha y se la colocó sobre sus ojos para que no pudiera ver lo que le hacían a su pareja, si algo que buscaba Defteros es que Dégel solo escuchara los gemidos y gritos de placer de Camus.

- Veo que aprendiste bien Def - Susurró Verseau al tener la corbata puesta.

- Tuvimos un excelente mentor... Espero que el alumno supere al maestro - Después de decirle esto el gemelo menor le dió una nalgada, dejo caer unas gotas en la punta de su miembro y después este lo llevo hasta la entrada del interior de Verseau.

- ¡Oh Defteros!

Camus miraba la escena con asombro, tenía la curiosidad de mirar a su prometido siendo el pasivo y su fantasía se estaba volviendo realidad.

- Te gusta que le den duro o suave primor - Sugirió Kardia metiendo dos dedos a ese cálido interior.

- Me gusta duro.

Kardia colocó un poco de lubricante en la entrada del francés y después fue llevando la punta de su falo hasta el interior de ese hermoso hombre.
Fue fácil amoldarse a sus paredes pero los gritos y gemidos de esa belleza, esto lo provocaba aún más; tomó a Camus de la cintura y comenzó a moverse de manera desenfrenada.

Defteros por su parte seguía disfrutando de cuerpo de Dégel, por algunos momentos en esa misma posición intentaba levantar un poco a Verseau para poder pasar sus manos sobre su pálida piel, podía tocar esos pezones pequeños que se contraian ante su tacto, los espasmos del interior de Dégel eran demasiado adictivos.

- Que hermoso eres Camus - Susurro Kardia cerca del oído del francés, aunque esté le respondía con ligeros rasguños en sus piernas.

Quien pasara por esa casa saldría corriendo por el escándalo que han armado dentro, sin embargo algo era seguro y esa era que los dos griegos no dejarían descansar a esos hermosos franceses.

Defteros acercó a Dégel cerca de Camus para que los dos estuvieron frente a frente en cuatro.

- Anden, un beso.

Camus se acercó a los labios de su pareja como se lo habían ordenado, aunque Dégel estuviera privado del sentido de la vista reconocía a la perfección esa boca, esa respiración, su amado Camus de Verseau.

- ¡Esto es el cielo!

Grito Kardia mirando a Defteros quién cerraba sus ojos al momento de liberarse dentro de Dégel.
Unos movimientos más, Kardia terminó en el interior de Camus, y aquellos franceses se liberaron en la alfombra manchando todo el suelo.

- Ahora nos toca cambiar Degel - Respondió Defteros colocándose detrás de Camus y Kardia se acomodó detrás de Dégel.

- Tenemos todo el fin de semana para que ustedes hagan el mayor desastre con nosotros.

Amigos, amantes... Un verdadero juego de seducción  con las personas correctas en su vida.

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Ahora sí fin, personitas bellas muchas gracias por haber estado aquí, de verdad que los quiero mucho.
Voy a estar actualizando mis demás historias, unas en mayor proporción que otras esto por qué tanto Escondidos como Corazón escarlata ya pronto llega a su fin, después necesito acabar lo que tengo pendiente y creo que solo por lo mientras si me da tiempo en el cumple de mi demonio Defteros le haga su one shot con mi Dégel y de ahí a esperar que me venga la inspiración para seguir escribiendo 😁
Yo les reitero mis más sinceros agradecimientos por qué sin ustedes cómo lectores, nosotros no somos nada así que les mando un abrazo enorme y nos seguimos leyendo los quiero 💖💖

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