Han pasado dos semanas desde los problemas vinieron nuevamente a mí y solo falta unos cuantos días para que me saquen de mi apartamento. En estos momentos, la realidad es distinta, no sé que voy a hacer con esto, creo que buscaré algo con que sustentarme por un tiempo, hasta reunir el dinero suficiente para poder regresar a mi hogar, por ahora me concentraré en conseguir un empleo, mientras pedimos dos tasas de café, en nuestro lugar de siempre.

–Puedes venir a vivir conmigo –me dice Angie –sabes que eres bienvenida a mi casa cuando quieras.

–Es muy lindo de tu parte, pero no sé si sea buena idea –noto que ha dejado de prestarme atención, por lo que chasqueo los dedos para que me mire, pero no logro captar su atención.

Inmediatamente me doy cuenta de que en la cafetería, aparece un chico con aire extraño. Angie no lo deja de ver, esa es la razón por la que no me pone atención.

–Parece que conoces al chico –voltea a mirarme.

–Puede que sí –se encoge de los hombros y se sienta derecha.

–Anda dime –insisto, pero al parecer no me quiere decir, giro para ver al chico y es apuesto, puedo decir que mide como unos 1.80 a 1.85, es blanco, de cabello castaño claro y lleva unos lentes oscuros con un atuendo de chico malo.

Vuelvo a girar la cabeza hacia Angie y ella me sonríe, le hago caso omiso a eso y le sonrío también.

–Aquí están sus cafés –dice el mesero –un capuchino frío y un macchiato.

–Gracias –Angie le sonríe y me mira mientras tomo un sorbo de mi capuchino –Te conseguí un empleo.

Eso hace que me ahogue con el capuchino, llamando la atención de la mayoría de las personas en ese lugar. Angie se acerca a mí para ver si estoy bien, me ayuda a que vea para arriba.

–Lo siento –logra decir después de que me recupero.

–Debiste decírmelo desde el principio –reclamo con la voz ronca de tanto toser.

 –Te hubieras ido enojada y ni tan siquiera estaríamos aquí –alza ambas cejas y extiende la mano para ponerla arriba de la mía –Solo quiero ayudar. Sería horrible que regreses nuevamente a tu hogar sin lograr tus metas.

Suspiro pensando en todo. Esto me enoja, pero tampoco es como si fuera la gran cosa como para enojarme con ella por ayudarme a que no me vaya.

–Iré con una condición –capto su atención asintiendo –no me ayudarás en más nada relacionado con dinero,  empleos o escuela, excepto si yo te lo pido.

–Claro –dice con emoción –lo que tú digas, Ariell.

Ese día la pasamos tranquila y a decir verdad, todo lo que hizo por mí, fue para bien. Me siento mejor, pero triste.

El día siguiente, continuo ayudándome a terminar de empacar todo, trajo su convertible rojo, para traer algunas cajas y llevarse lo que yo no puedo llevarme sí llegará a irme.

–Tiene que ir a tu entrevista de trabajo –me abraza por el cuello mientras termino de sellar las cajas –y debes ir elegante. O eso fue lo que me dijo mi padre.

Ríe mientras se aleja de mí. Rodó los ojos en forma de negación, de verdad no puedo con esta mujer, pero doy gracias a que esta conmigo en este momento.

–Y a que hora debo ir.

–Te pasaré buscando a las 7 –se sienta en el sillón ya vacío –mi padre se encargó de hablar bien de ti.

–No me has dicho que es el empleo –volteo para verla –por lo menos debo saber a lo que me estoy enfrentando.

–Serás la niñera de un niño de ocho años, lo ayudarás en la escuela, en todo en lo que necesite –toma uno de mis libros y lee la portada –también ayudarás a su madre en los quehaceres de la casa. Es fácil y pagan muy bien, con eso podrás ahorrar para ir a la escuela e incluso a la universidad.

Angie lo dibujaba tan fácil, pero no estaba del todo convencida. No tenía experiencia en cuidar niños, ni mucho menos ser empleada de una casa. Sin embargo, no tenía más elección.

–Sí, supongo que será fácil –sonrío no muy convencida.

Una vez terminamos de hacer todo, mi mamá me llama.

–Yo sigo bien, no deberías preocuparte por mí –me la imagino sonriendo –tú eres la que me preocupa.

–Yo estoy bien mamá –sonrió para ocultar lo triste que sonaba mi voz –ya lo estoy resolviendo y prometo que iré contigo para cuidarte.

–Te amo –no puedo evitar llorar.

Ella ha estado enferma por mucho tiempo y necesito verla en estos momentos. Pero no debo complicarle más la vida y seguir adelante con el plan que ha hecho Angie.

–También te amo.

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Publicado 15 de julio de 2016♥

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