Epílogo


En alguna parte de Europa

El páramo húmedo y oscuro era un lugar ideal para perderse, temporal o definitivamente. Con una neblina otorgaba una capa extra al suelo que reduce su visibilidad y volvía el camino incierto y peligroso para los cobardes. Las lápidas se alzaban alrededor en colinas, bajo los árboles, en estructuras bien definidas como casas, columnas y arcos daban camino a caminos principales donde las enredaderas encontraban camino para crecer y apoderarse de más terreno mientras destruían todo a su paso. De entre la bruma. El crujir de los árboles era constante a la par que los cuervos de los alrededores rasgaban el silencio con el batir de sus alas, y sus garras destruían las finas capas de corteza de los árboles. Aves que se hallaban chillando sin para al cielo nocturno que era levemente visible por un agujero en aquella neblina frondosa.

En medio de esa bruma, una figura alta con una túnica roída cubriendo su cuerpo y rostro, caminaba con calma entre el pasto sobresalido del suelo viejo de aquel lugar. Pisando las piedras erosionadas con una gran firmeza. Ambas manos estaban inmersas en los adentros de su túnica mientras no paraba de caminar hasta aquel sauce que se hallaba rodeado de lápidas en el centro de aquella necrópolis. Y cuando su mirada se halló bajo la tenue sombra de aquel espeluznante árbol seco, se arrodilló sobre su rodilla derecha mientras agachaba el torso en señal de reverencia. Sin embargo, su paz y calma fue perturbada por un gran número de gemidos moribundos que empezaban a resonar a la par del crujir de la tierra y la roca.

Tras ello, el sujeto envuelto en sombras solo subió su cuerpo sin siquiera alarmarse por el constante cambio que su entorno sufría. La hostilidad con la que la niebla se retorcía tras la pantalla que solo él podía ver, eso no le preocupó; los sonidos próximos a él que buscaban alcanzarlo entre gritos y lamentos de entre muchas lenguas muertas y conocidas, no significaron algo para él; el putrefacto viento repletó a muerte y óxido, no le hizo alterar su mueca bajo sus ropajes. Se mantuvo al margen incluso cuando logró divisar a varias manos y brazos saliendo de entre la bruma, brazos putrefactos y otros transparentes, era una verdadera escena de terror que no lograba alterar el latir del corazón del sujeto ahí presente.

Sus ropas de poco a poco empezaron a ser rasgadas y a ser jaladas de distintas direcciones por cuerpos de diversas personas ya olvidadas por las arenas del tiempo. Cada persona con heridas y partes de sus cuerpos ya viviendo solo de una manera pútrida y asquerosa a los ojos de cualquier persona. Vísceras al aire, extremidades faltantes, sangre seca manchando sus ropas de distintas épocas, todo era una verdadera carnicería de la cual la sombra entre ellas solo sería uno más. Pero en sus adentros, la figura solo pudo sentir aquellos actos agresivos solo con un amargo disgusto que le hacía agachar la cabeza de poco a poco. Y de entre esos pensamientos, la sombra extendió su brazo derecho hacia su costado, sin problema alguno ante los constantes forcejeos que le hacían los cuerpos sin vida de los residentes de la necrópolis, dejó ver una manga de un atuendo de cuero negro con morado que cubría su mano extendida como si preparara una bofetada. Fue así como todo ese infierno fue dispersado por una tempestad que rasgó la niebla y los cuerpos de los muertos. El sujeto solo giró su torso con suavidad mientras se veía como su mano había imitado una postura extraña del manejo antiguo de la espada. El espacio resultó despejado mientras la niebla ahora solo era un amplio círculo alrededor de aquel sauce. Las lápidas alrededor fueron partidas por la mitad con un corte perfecto mientras sus restos eran distribuidos como polvo en los adentros de la niebla en conjunto con todos esos cuerpos que ahora se habían reducido a polvo, no por la antigüedad de sus cuerpos, sino por haber sido llevados a nada por una gran ráfaga digna de más de un millón de tifones que desgarró sus pieles y músculos hasta volverlos poco más de polvo. Y todo producido por un ademán hecho por aquel sujeto cuya túnica ya no cubría más, dejando al descubierto su cuerpo.

Su cuerpo era rodeado por un atuendo de cuero de colores negros y morados, lleno de cierres amarillos similares al oro que daban la ilusión de cadenas sagradas de algún rey antiguo. Sus hombros eran abrazados por una capa de color morado en el interior con negro exterior que daba hasta el suelo, mientras que dejaba ver una cadena dorada que unía los extremos por un lugar poco más bajo de las clavículas. En su parte izquierda de la cadera dejaba reposar una funda para espada que dejaba ver una empuñadura curva de color negro con toques metálicos morados fuertes. Tenía el cuello de la chaqueta abierta a la altura de su cuello por lo largo de esta. Su rostro era cubierto por una malla similar a una bufanda que ondeaba con el poco viento mientras abrazaba la parte de la nariz hacia abajo de su rostro, solo dejando ver sus ojos como felino de color morado con toques turquesas brillantes. Denotando por lo alto un cabello negro largo y revuelto que era amarrado en la parte posterior por una cola de caballo hecha con un listón turquesa, dejando ver sobre sus orejas unos mechones pronunciados del mismo color brillante que sus ojos. Sus facciones fuera de la bufanda eran dignas de un adolescente en pleno crecimiento, solo que ese joven tenía una marca que rajaba por la mitad su ceja izquierda y llegaba a una parte del párpado inferior.


—Me impresionas, joven— una voz calmada nació por lo alto del sauce, su tono era chillón; pero demostraba cierta perseverancia en su habla, así como propiedad digna de un caballero —Tu poder ha llegado a nuevos horizontes


El joven bajo el sauce se hincó nuevamente y gacho la cabeza con mucha firmeza. Tras ello, un suave impacto resonó sobre el pasto. Y ahí es donde una sombra oscura subió de manera imperceptible por el hombro del chico.


—Maestro, te lo debo todo a ti— el chico desvió la mirada hacía su costado


Y en su hombro pudo hallar a un gato negro común europeo con la única característica notable que era su cola extrañamente alargada con un notable frondoso pelaje de color morado en su punta. Sus ojos amatistas iban acorde a una mancha con forma de espada de poker que se hallaba cubriendo su espalda afelpada. Dejando ver una campana de oro rodeando su cuello con un lazo de color púrpura.


—El esfuerzo es tuyo. Pronto serás coronado como el rey de reyes, y yo me hincaré ante tu grandeza. Seré el gran maestro del rey del mundo— el gato hablo de manera suave mientras saltaba frente al sauce —Serás el gran héroe que la humanidad ha estados buscando, el elegido por el aura. El prodigio


El chico alzó su cuerpo y se paró frente al gato sin perder su cabeza inclinada con gran respeto. Tras ello, se retiró el guante de cuero que cubría su mano derecha. Y tras hacerlo, dejó ver un reluciente anillo de color morado que brillaba con gran intensidad ante la mirada determinada de su joven dueño. Un anillo similar al que se había iluminado hace no mucho al otro lado del océano atlántico.

Tras ello sus ojos se iluminaron en color morado mientras la empuñadura de su arma tijera era envuelta en sombras que se tornaban en distintas formas cuya presencia hacía que el ambiente mismo se retorciera por la extrema rareza que dejaba ver.


—Han sido unos largos años, llegó la hora— su habla firme resaltó más la luz en el anillo


Tras él, tres sombras nuevas caminaban con calma hacia los dos entes en el cementerio. Pero se limitaron a observar de cierta distancia mientras otros dos miraban por una de las columnas que quedaban por el acto del ahora revelado capitán.


—Gallahand, Lancelot, Tristán, Levy, Bloodhound... Llegó la hora de demostrar nuestro temple como caballeros, iremos a la caza de nuestro último miembro, y haremos lo posible para convencerle de no hacer más mal... Seremos los héroes de la humanidad con este pequeño pero significativo paso, superar las ambiciones del equipo de Asia y recuperar a nuestra amada Morgan— las sombras asintieron con él al ser inspirados con su profunda voz


—Nuestro objetivo ya está hecho, la competencia está por iniciar— el gato habló y se colocó frente al resto en lo alto del sauce —Merlin ya ha hecho su parte, el anillo de Asia ha sido resucitado... El Rey del mundo Shen ha encontrado a su capitán en las tierras más allá del océano... Ahora tú, como el capitán de Europa, deberás darle fin al recién nacido capitán de Asia... Deberás ganarle en la competencia que está por estallar por el bien de nuestro deseo— el gato río por lo bajo y luego miro al cielo con cierta mueca que mezclaba emoción con ansiedad —Finalmente llegó la hora Shen... Uther el gran Rey del mundo de Europa te está desafiando... Esperemos que tu capitán supere la voluntad de un héroe elegido por la mismísima Chrona... Hermanito



Y así, la deriva continental empezó. Asia y Europa ahora estaban destinados a chocar en un duelo que pondrá a prueba las ambiciones de sus capitanes. ¿Podrá Nyron Zhongli superar la voluntad de un héroe? O ¿Se perderá en este nuevo mundo?

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