Accidente #22: Un secreto de octubre
Tyler tomó el rumbo del equipo mientras a su lado tenía a un Clay completamente aferrado a su hombro con tal de no perder el camino, sus movimientos torpes usualmente le hacían frenar de golpe y casi caerse; sin embargo, siempre encontraba la manera de no hacerlo y concentrarse en su celular. Era casi como si siguiera el camino de una búsqueda del tesoro, un tesoro que de alguna manera no querían encontrar. Algo en sus adentros les decía que estaban lejos de merecer que dicho tesoro fuera encontrado por ellos.
Todos imitaban el mismo silencio que Ryoko siempre se esforzaba en mantener en su entorno, simplemente siendo interrumpidos por el bullicio de las calles. Aunque esto era muy relajante para ella, la realidad era que dentro de sí misma compartía un sentimiento con sus acompañantes, estaba completamente derrotada, había sido derrotada en el único campo que creyó que había dominado, el ambiente social de la escuela que tanto había despreciado, ahora se había vuelto una de sus principales derrotas en el día y la responsable de la preocupante extensión de su ansiedad con forme pasaban los minutos sin ver señales del único ser de protegerle de un juicio que llegaría sobre ella, un juicio especial dado por su incompetencia.
Los teléfonos de todo el grupo empezaron a sonar como locos, las notificaciones llovían sin ninguna tregua como un diluvio. El simple hecho de mirar sus pantallas bloqueadas solo daba como resultado la misma imagen de múltiples mensajes de sus redes sociales explotando de la nada. No tenían que ser muy inteligentes como para saber de qué se trataba la reciente popularidad que habían recibido, estaban siendo juzgados por personas que se ocultaban tras las cuentas que les representaba en el espacio virtual, todo con el fin de expresar sus recientes sentimientos encontrados debido a la información antes expuesta sobre ellos. Con solo ver un mensaje, ya podían saber de qué se trataba el resto, toda su escuela los estaba privando de su posibilidad de apelar a una réplica, estaban cancelando su propia voz... Toda su vida social como la conocían, había llegado a su fin.
Katherine trataba de guardar la compostura, se dignaba a caminar mientras miraba a la pantalla, ojeando cada mensaje, sintiendo el descontento de los demás, un escenario que le hacía apretar los labios al fruncir el ceño con impotencia; Clay se mantuvo algo obtuso, silencio su teléfono y simplemente se concentró en no caerse, aunque en sus adentros en realidad estaba tratando de analizar la situación, maldiciendo algún momento en el cual había bajado la guardia con tal de dejar que su perfecta imagen de sí mismo se fuera por el caño; Ryoko solo podía notar como sus denominadas "amigas" del salón, empezaban a nombrarla de distintas maneras, mientras le reenviaban una y otra vez las mismas imágenes que hace no mucho había visto, notando la verdadera naturaleza de esas chicas, solo habían estado esperando la oportunidad de sacarla de la jugada, solo querían una excusa minúscula para expresarle la gran cantidad de veneno que habían acumulado desde su repentina aparición en sus vidas; y Tyler... Él simplemente se hallaba mirando un montón de mensajes que un animado azabache le había enviado, eran las indicaciones en donde hace no mucho había visto al pelirrojo.
¿Acaso no le importaban los mensajes?, la respuesta era obvia, claramente se veía de cierta manera incomodado por la forma en la que se referían a él en sus contantes etiquetas, siempre con las palabras "rarito" o "abominación". Seudónimos que realmente tocaban una fibra muy fina en sus adentros, estando poco a poco más cerca del quiebre; pero siempre se relajaba a si mismo al repetirse en su cabeza las varias imágenes de las mismas personas expresándole dichas palabras en su propia cara. Realmente ya estaba acostumbrado a dicha situación, por lo que se le podía notar menos sorprendido.
Caminaron siempre siguiendo la corta cabellera del castaño, el cual constantemente cambiaba de dirección, siempre haciendo paradas imprevistas y deteniendo de golpe al grupo, cosa que estaba empezando a alimentar las ansias en los corazones de los chicos.
—Rarito, si no estuviera dependiendo de tu corta estatura, Clay ya hubiera encontrado a ese par de cabezas de chorlito— expresó con cierta irritación el rubio
—Lo sé, pero no es mi culpa... Enserio se están moviendo mucho— Tyler se defendió mientras notaba que le llegaban nuevos mensajes de Sam
—¿Cómo que se están moviendo?... ¿Acaso Zhongli metió la pata otra vez? — Katherine se movió a lado de Tyler mientras trataba de ver por si misma los mensajes que le estaban enviando —Esto... Con razón no estamos llegando a ninguna parte... Sam te está dando las direcciones
—¿El cabeza de aire?... Al menos agradezco que no nos haya conducido a una cloaca o un edificio abandonado
—Ey... No sean tan duros con él. Ha sido el único que nos ha podido decir dónde está el rojito
No se les podía culpar, la reputación del azabache con respecto a sus decisiones impulsivas solo había manchado su nombre, pasando así a ser considerado un simple chico ignorante que solo se dejaba llevar por la vida. Fue así que los tres chicos empezaron a discutir sobre la veracidad de las direccione; pero la albina entre ellos se mantuvo al margen mientras miraba en la lejanía al gran número de personas que les rodeaban, contemplaba cada detalle en búsqueda de alguna señal de peligro, teniendo siempre una aguja oculta tras su dedo índice.
Los ojos de Ryoko buscaba de forma errática alguna señal de sus atacantes, alguna señal de peligro; pero sus ojos fueron robados por una peculiar cabellera roja que se dirigía hacía los adentros del parque Unity. Fue como un leve alivio para si misma, finalmente había llegado a quien podría traerle un alivio a su situación. Donde quiere que estaba el chico accidentado, ahí estaría su extraño maestro. Una preposición que le trajo consigo las imágenes antes vividas... Realmente no sentía nada por el chico, solo deseaba lo que este tenía. Fue así que llevo su mirada al resto del equipo, ¿todos pensaban igual que ella?
Sus pensamientos fueron cesados por la imagen del pelirrojo al cual se enfrentó hace muchas semanas atrás en su primer encuentro, una imagen que no hizo sino hacerla hervir en colera.
"¡¿Por querer vivir?!"
La voz aguda del pelirrojo le hizo romper su aguja sin que ella lo notase. Siempre había alguien que tenía que vivir... Pero ese lujo solo podía dárselo a los fuertes, los débiles debían morir.
—Mocosos, ahí está— la albina tomó la cabeza del castaño y la apuntó hacia la silueta del pelirrojo, y fue ahí donde los ojos del castaño dieron con él —Vamos... No queremos que se lo coma un lobo ahí adentro— fue lo único que expresó antes de caminar en dirección a ellos, siendo seguida por el grupo
A lo lejos fue que empezaron a seguirlo, no era que ellos simplemente no querían verle; el problema radicaba en su compañía imprevista a su costado derecho. Una persona de cabellos castaños oscuros se paraba a lado del pelirrojo, con una notable ventaja de estatura de al menos una cabeza y media, cosa que era muy curiosa de ver. Vestía una chaqueta de cuero café con una capucha que no usaba, unos jeans de mezclilla algo pegados que estaban mal arremangados en la parte de las pantorrillas al llevar consigo unas botas algo alargadas de notable similitud a los modelos militares.
Nunca se vieron con la necesidad de acercárseles demasiado, más que nada por la curiosa situación en la que encontraban a su notable capitán de color rojo. Con el pasar del camino, solo podían ver como este acompañante constantemente golpeaba el hombro del rojizo y a su vez lo envolvía con uno de sus brazos alrededor de su cuello, con lo que lo apegaba más a su cuerpo. Un gesto muy particular que sus espectadores no reaccionaron de una forma muy normal que digamos, todo lo que sabían del pelirrojo era sobre su falta de contacto con otras personas. Pues su personalidad nerviosa y tímida era algo que le impediría siquiera tener algún vínculo en el cual él se prestara a dichos gestos, a no ser que la otra persona lo forzase, como era el caso de Sam en algunos casos.
A la lejanía oían risas y una voz muy elocuente que les recordaba al azabache desaparecido. Con lo mismo en mente, empezaban a entrar en una especie de lapsus, en el cual se empezaban a cuestionar de manera personal sobre la relación que guardaban; sin embargo, siempre tenían en mente que había otra persona que también veía a Nyron como un ser querido, algo que ninguno de ellos se había siquiera en considerar debido al tiempo que ya llevaban a su lado en cuestionables situaciones. Algunos sumándole remordimiento; pero solo una lo descartaba de golpe por lo ridículo que sonaba el planteamiento de mezclar trabajo y sentimientos... Esa era Ryoko.
El par al que seguían pararon en una banca que se encontraba en un trayecto bajo los árboles, con una agradable vista hacía un jardín lleno de farolas envueltas en lianas con flores de distintos tamaños y colores que cubrían aquel lugar con caminos de piedra donde corrían niños y los mayores cruzaban con la mayor tranquilidad del mundo, aprovechando el calor del sol debido a la inminente entrada del invierno. Habiendo así pocos niños rodeando y riendo a carcajadas por la presencia de un gran número de payasos con vestiduras de bufón medieval, con máscaras de arlequín moradas que dejaban ver una amigable sonrisa que ayudaba mucho a atraer a los niños e impresionarlos con varios trucos de magia que a la lejanía una persona del grupo se forzaba por ignorar; mientras que muchas personas más grandes se encontraban haciendo actividades como deportes o de activación física variadas con ropa más dirigida hacía climas fríos, pues los fríos invernales ya empezaban a hacerse presentes en la ciudad. Las personas que los veían mientras hacían yoga o corrían por los caminos simplemente les restaron importancia, simplemente tratándolos como un grupo de jóvenes que se habían fugado de la escuela.
El mayor palmeó la cabellera del rojizo y fue ahí donde finalmente volteó a ver a su acompañante, Nyron se veía con un rostro ligeramente feliz y aliviado, ya no portaba su típico rostro triste o nervioso, se veía realmente bien en la compañía de aquella persona, la misma que por fin dejó ver sus facciones. Era un joven adulto aparentemente, con un poco de barba bien cortada creciendo de su mentón, sus facciones ligeramente marcadas como si un adolescente fuera todavía, unos cabellos descendían como patillas y se amarraba por la mitad con un pasador negro, ojos avellana profundos de donde se le notaba sutilmente un par de ojeras muy diluidas en su piel clara, y por último tenía una cicatriz que descendía desde parte de su frente y se llevaba parte de su ceja izquierda. A ojos de los jóvenes que les seguían, tenía la pinta completa de un universitario, ¿qué haría alguien así con su capitán? ¿Sería cosa de su maestro?
—¿Ustedes que opinan? — Katherine atrajo la atención de sus compañeros mientras miraba a lo lejos al par de sujetos en la banca
El equipo de Asia se las había arreglado para encontrar una visión completa del panorama tras un arbusto de entre la arboleda dentro de las zonas marcadas por una valla de madera que envolvía dichas zonas del parque. Conociendo el carácter nervioso de su compañero, este mismo podría escapar, o por la parte dócil de este mismo podría tornar todo a favor de su acompañante en cuestión de ocultar la verdad. Factores que les hicieron ocultar mientras encuentran una forma de abordar a su compañero.
—No le preguntes a Clay, no puedo ver nada— respondió el rubio algo irritado mientras estaba sentado apoyado en un árbol, una contestación que atrajo la atención del castaño que se veía completamente concentrado en el dúo que observaban
—¿Cómo que no puedes ver?
—Yo digo que vayamos y preguntémosle que demonios hace por acá— la respuesta de Ryoko fue rápida y cargaba su frio carácter, y cuando se paró con tal de caminar hacía el rojizo, fue detenida por la misma Katherine
—¿Acaso estas loca? — Katherine tomó por el suéter a la albina que ya se paraba en camino hacía la banca que tenía enfrente —Si nos acercamos así a Zhongli, su acompañante podría convencerle de mentir... Lo mejor sería... No se... Ni siquiera sabemos quién es el, quizá sea una de las pruebas del hurón
El silencio los envolvió, era un hecho que el maestro del chico se la pasaba metiéndolo en situaciones bizarras que lo han llevado a conocer a cada uno de los presentes tras ese arbusto, así que dicha posibilidad no era tan descabellada. Quizás se encontraban frente al siguiente integrante del equipo; sin embargo, la cercanía que mantenían esos dos con sus interacciones, solo hacían dudar a los jóvenes.
—Noooo... El animalito le prometió a Nyron un día lejos de sus locuras... No creo que sea parte de alguna prueba— Tyler habló completamente seguro sin siquiera despegar la vista de aquel hombre, de alguna manera este le traía cierta necesidad de no parar de verle... Pero sin que lo notase, las miradas de sus acompañantes se dirigieron en su desordenada cabellera
—¿Y tú cómo sabes eso, rarito? — Clay hizo lo posible de atinar su mirada hacía el lugar de donde provenía el sonido de la voz del castaño
Fue ahí que el castaño finalmente salió de su trance, se vio completamente superado por las presencias que le acompañaban. Pues finalmente se habían dado cuenta que él sabía algo que aún no compartía con el equipo. Y lo mismo era cierto.
—Bu~bueno...— el castaño tomó aire y se dispuso a contar la verdad tras el secreto del 19 de octubre —Esto fue lo que pasó...
Parque ecológico, Crystal Forest [viernes pasado, 7:54 PM]
Un grupo de jóvenes se encontraban caminando en dirección a la salida del parque. Uno de ellos era un azabache que llevaba el cuerpo derrotada de una albina completamente plagado de heridas, y a su retaguardia tenían a un castaño cargando con cuatro mochilas distintas. Ellos se encontraban fatigados y con el único deseo de llegar a la residencia de su capitán con tal de descansar, debido a que los dos miembros que residen en otra zona, habían tenido un permiso para pasar la noche en casa a la que se dirigían.
Su caminar por el cansancio era pesado, y más contando que el azabache se estaba conteniendo en no dejar caer a la chica que llevaba en su espalda, pues hace no mucho sus articulaciones y músculos estaban sufriendo una atrofia sin precedentes. Mientras que el castaño ya soltaba bostezos más constantes con el pasar de los minutos. Sin embargo, sus cuerpos alcanzaron la meta en el complejo de departamentos donde se encontrarían con su capitán.
El guardia los recibió con una mirada algo confusa hasta que notó el cuerpo de la albina, a lo cual los chicos con tal de zafarse de cualquier interrogatorio, solo se limitaron a decir una excusa relacionada con la práctica de algún deporte. Y afortunadamente este mismo le permitió el acceso al edificio tras reconocer a la chica por completo, y a su vez les informaba que el rojizo ya se encontraba en el edificio, cosa que en cierta manera había relajado a los dos chicos.
Ellos ya sabían el camino debido a las constantes visitas que ya le habían hecho al rojizo por los entrenamientos, ya que era usual que el pelirrojo se encontrara en un estado en el cual no podía moverse, a lo que la dupla de jóvenes nunca se negaba en ayudarle. No había problema alguno con el subir de las escaleras, todo el camino ya era normal para ellos; sin embargo, hubo algo que les dejó completamente confusos. Una figura femenina de vestido blanco pasó a su lado, infundiéndoles una sensación familiar, a lo cual los dos voltearon a verla, y esa misma era la risueña Cynthia Bellemore. El azabache trató de hablarle con tal de saludarla; pero una sola sonrisa de esta misma le hizo morderse la lengua con brusquedad mientras sus ojos reflejaban perfectamente una imagen que su cabeza solo le hacía producir un entumecimiento en su mano derecha. Fue una reacción involuntaria.
—Nos vemos luego, Syndra— el joven azabache sonrió con torpeza mientras notaba como esta misma hacía un ademan de despedida para ambos con esa misma sonrisa que hizo paralizar al chico por un segundo
Cuando tocaron a la puerta, un pelirrojo con la ropa hecha girones les abrió con prisa mientras notaba el estado de la albina, a lo cual llamó con insistencia al hurón que se hallaba en la cocina preparando algo de té. El maestro al percatarse del estado de la albina, simplemente recomendó dejarla en su cuarto y posteriormente él se encargaría, debido a que quien la había tratado realizó un excelente trabajo de primeros auxilios. Fue así que los jóvenes se quedaron en un silencio que se cortó de inmediato con la mención de la chica castaña en las escaleras, que se debió a que esta misma había encontrado a Nyron en el parque.
Al par no le extrañaba la cercanía de Bellemore, pues fue algo que empezaron a notar con forme notaban que esta siempre buscaba formas de acercarse al pelirrojo. Fue así que decidieron preguntarle sobre su estado físico, pues se notaban aun las quemaduras en sus ropas y manos, a lo que el pelirrojo simplemente contestaba como podía, omitiendo el hecho que corrió como un niño asustado de un perro. Algo meramente patético que quería evitar explicar.
El maestro finalmente salió a escena, y con eso mismo el pelirrojo pareció alterarse mientras trataba de alcanzarlo entre tartamudeos tímidos. A lo cual el propio hurón se percató de esto y simplemente le sonrió a su joven alumno.
—Siento que quieres hacerme una pregunta. Adelante, tienes mi atención— respondió con calma mientras se sentaba de manera placida en uno de los sillones
—Bu~bueno... Se trata del siguiente martes— el pelirrojo parecía completamente nervioso e inseguro de usar las palabras adecuadas, a lo cual respiró profundo y apretó con fuerza sus puños —Por favor para tus locuras para el siguiente martes... Enserio yo no quiero más problemas ese día— alzó levemente la voz al verse completamente decidido, algo que atrajo la atención de sus compañeros
El par de chicos que estaba alrededor del pelirrojo simplemente se quedaron expectantes por la manera en la cual el pelirrojo se había dirigido al hurón. De alguna manera percibieron que el chico quería proteger ese día a toda costa, sin importar el propio miedo que le podría infundir el propio animal.
El hurón por su parte asintió con un movimiento lento mientras se ponía de pie.
—Comprendo la situación, mi querido alumno— inclinó su cabeza en una pequeña reverencia —Guardaré mi distancia ese día mientras los demás prosiguen con sus entrenamientos, todo con tal que puedas disfrutar de dicho día... Aunque si algo ocurre, acudiré lo más rápido posible para ayudarte en caso que lo necesites— tras su habla, llevó una de sus patas hacía el resto de chicos en la habitación —Y eso también va para ustedes, no podrán molestarlo si no es para alegrarle el día... ¿Fui claro?
Tras esas palabras, ambos chicos se quedaron con grandes incógnitas en sus cabezas; pero por el momento solo se limitaron a asentir con comprensión mientras esperaban algún momento más afortunado en la noche con tal de preguntarle a su capitán sobre su pequeño secreto... El cual no tuvo de otra en contarles la verdad, y esa verdad era una que ni el propio Nyron quería que se enterara el resto del equipo. Sin embargo, en su habla... Nunca había mencionado a la persona que le acompañaría en un futuro.
Parque Unity [Presente]
—¿Y qué tiene de especial este día? — cuestionó una malhumorada Katherine que zarandeaba con fuerza al castaño mientras que le tomaba por la camisa, al parecer había omitido contar algo en general
—Ya se los dije... Nyron no quiere que más personas lo sepan— Tyler habló con dificultad mientras su cabeza daba girones —Si quieren saberlo... Ahora mismo el pelirrojo esta solo— el castaño señaló con su cuerpo mareado hacía la banca, donde efectivamente ahora solo se encontraba un pelirrojo que se encontraba jugando con sus pies
—¿Pero cuando se fue? — Katherine cuestionó mientras soltaba a Tyler, y al llevar su mirada al resto del equipo, estos solo alzaron los hombros como si ni siquiera les importase el dato, solo importaba que el pelirrojo estaba libre para ser interrogado —Listo, lleguemos al fondo de esto
La morena dio un paso hacía al frente para salir del arbusto; pero fue reducida a nada cuando una mancha de color rojo la impacto y la hizo caer de lleno al suelo. Los demás que la acompañaban estaban cubiertos por hojas y con los cabellos hechos girones mientras notaban la razón por aquel impacto sobre su maga... El maestro finalmente los había encontrado.
—Joven Tyler, te encargue a ti y a Sam que alejaran a los demás de su capitán... ¿Puedo pedir una explicación del por qué están acá? — habló de manera calmada el hurón mientras se sacudía las hojas que le habían caído por su elocuente entrada —Le prometieron a Nyron que se mantendrían al margen de esto
Tyler tragó saliva con fuerza mientras empezaba a temblar por su respuesta, realmente sabía lo que había prometido; pero realmente ni el mismo podía responderse del porqué de su acción. Tan solo miró al suelo de forma avergonzada y luego encogió los hombros, una reacción que solo hizo suspirar al hurón con resignación.
—Tal parece que el joven Sam es una persona obstinada para algunas cosas— el hurón se sentó en el suelo en una forma en la que simulaba una meditación —Bueno... Los estuve esperando en el parque, y como no aparecieron... Tuve que mantenerme cerca de Nyron para averiguar si le seguían. Por una parte, estoy complacido que se preocupen por su capitán... Pero por otras estoy algo frustrado, se supone que hoy debimos empezar a entrenar con las armas de la forja
Los jóvenes se miraron entre si con algo de extrañeza y luego concentraron una mirada algo molesta al rubio del equipo.
—En mi defensa, le envié un mensaje avisándole, incluso si no puedo ver nada— aclaró a la nada mientras se acomodaba sus gafas mientras miraba al lado contrario al que estaba el resto —¿No lo leyó?
Fue con esa pregunta con la que el hurón empezó a jugar con una vara en el pasto, emitiendo risas nerviosas poco audibles de lo cual se percataron el resto del equipo.
—Aunque soy un ser que ha pasado por momentos cruciales de la historia humana... La realidad es que... Bueno... Nunca me he dado el lujo de aprender de las nuevas herramientas humanas... Prefiero estudiar los nuevos comportamientos que aprender a usar sus sistemas— el hurón empezó a realizar katas marciales sin mirar a la cara de los jóvenes que le miraban —Ciertamente no podría usarlos correctamente, mis patas son algo cortas y en general no comprendo bien sus funciones
Y por su parte, los jóvenes solo le miraron con incredulidad. No se esperaban esa clase de cliché de su renombrado maestro, fue como un balde de agua fría que les apago por un instante el hecho que habían faltado a una de sus prácticas con él, cosa que simplemente difuminaron con un rostro lleno de extrañeza.
—¿Pero si nos has enviado mensajes por nuestros teléfonos? — cuestionó Katherine mientras se levantaba limpiándose el polvo que la cubría
—Le di el día libre a W, él era quien me ayudaba con la parte de comunicación, el sí tiene manos útiles para el trabajo... Una disculpa por no avisar, no creí que esto pasaría— el tono del maestro fue calmado mientras se encogía de hombros —¿Y bien?, ¿qué hacen aquí?
Los chicos se vieron entre sí, ninguno sabía por donde empezar realmente, no estaban seguros si el hurón sabía algo acerca de la reciente cancelación que estaban recibiendo a diestra y siniestra desde los foros de redes sociales a los que pertenecían; sin embargo, si había algo que buscaban al encontrarse con el pelirrojo, una pequeña duda que aun les estaba carcomiendo la cabeza.
—¿Y el quién es? — cuestionó el castaño mientras apuntaba a la dirección de la banca
—Yo lo sé, pero la petición de Nyron fue clara, yo no diré nada— de un salto se colocó en la cabeza de Clay mientras le arrebataba las gafas, algo a lo que reaccionó el rubio y cerró los ojos de una manera muy forzada —¿Alguna especulación?
Realmente ninguno quería dar su punto de vista, ya que lo que venía a sus cabezas resultaba cada vez más descabellado. Y restando el hecho que el maestro no estaba involucrado en la situación, esto simplemente se limitaba a un nuevo secreto en la vida privada de Nyron Zhongli.
—¿Su novio universitario? — el castaño atrajo las miradas de todos con una respuesta que dio de manera inocente a su tono
—¿Qué te hace creer eso, joven Tyler? — el hurón dejó de limpiar los lentes y ladeo la cabeza mientras se mostraba completamente extrañado
—Nada realmente... Cosas que te encuentras en el internet... Mucho internet— el tono avergonzado de Tyler y su sonrojo no hizo sino simplemente descartarlo de golpe, llevándose la desaprobación de todos en el prado —Además no veo que nadie más tenga una mejor idea, sin mencionar que no conocemos bien al rojito... Yo soy muy curioso, ¿saben?
—No teníamos que saber eso— Ryoko rodó los ojos mientras estiraba sus piernas reflejando cierto alivio —Aunque ahora la idea de irle a preguntar ya no es tan descabellada... Solo no me hagan perder más el tiempo
—Háganlo si gustan; pero solo debe ser eso... No le arruinen el día o yo les arruinare el mes... Cualquier cosa yo no estuve aquí— el hurón le devolvió los lentes a su dueño para luego brincar en vertical y perderse entre la arboleda
Fue así que los chicos que podían, se vieron entre si y luego se levantaron (ayudando claramente a aquel que no podía ver sus intenciones) para luego caminar hacía la banca donde finalmente contestarían por este pequeño secreto que el pelirrojo se traía entre manos. Caminaron a través del pasto hasta llegar a la valla de protección de las áreas verdes, cosa que, si notaba una autoridad, seguramente tendrían un par de preguntas que responder. Todos se apoyaron en la valla y notaron como el propio pelirrojo estaba sumido en sus pensamientos mientras llevaba una débil sonrisa con la que miraba sus pies.
El primero en entablar el contacto con el pelirrojo fue Tyler, el cual con su dedo índice picó con suavidad la mejilla del pelirrojo, cosa que evidentemente atrajo la mirada del chico y le hizo alterar levemente sus nervios por el frio e inesperado tacto a su espalda. Fue así que sus miradas se cruzaron y con ello el pelirrojo se percató de manera fugaz de todos los jóvenes que estaban a la espalda del castaño, cosa que por la sorpresa (o miedo) dejó escapar un ligero grito mientras se caía por la banca.
Nyron había gozado de un día despreocupado, portando una curiosa sonrisa que no se le veía muy seguido; pero fue en ese punto del día en el cual su rostro expreso una ligera sorpresa, una sorpresa que gradualmente estaba fluctuando hasta volverse miedo. Con ese sentimiento en su cabeza, trató de hablar aún estando en el suelo mientras apuntaba con su dedo al grupo de jóvenes.
—Pe~Pero...
—¡Sorpresa, rojito! — Tyler gritó de manera elocuente mientras cruzaba la vaya de madera —¿Cómo va tu día? — con su mismo tono inocente le cuestionó mientras le ayudaba a levantarse
—¡El maestro dijo que no me molestaría hoy! — el gritó de Nyron se confundió con un reclamo infantil mientras se miraba preocupado
—No estamos aquí por lord Shen, Zongli— Clay consiguió acomodarse sobre la banca sin la necesidad de ser apoyado por alguien, ya estaba acostumbrado al tono chillón del pelirrojo, por lo que pudo dirigirle la mirada de lleno —Estamos aquí por ti... Es raro que faltes a la escuela, llegas tarde; pero llegas
—¿Po~Por mí? — el pelirrojo cuestionó con algo de sorpresa, sintiendo algo reconfortante en su pecho; pero no dejó extender ese sentimiento inesperado, simplemente lo suprimió y miro al suelo tras sus palabras —Estoy bien... Solo quería este día libre de las locuras del maestro... Miren... Solo...— el chico apretó los dientes y los puños mientras sentía la sangre hirviéndole —¡Díganle al maestro que, si va a seguir torturándome, mínimo que me deje libre de él este día!— por primera vez pudieron ver el rostro de Nyron lanzando con un tono enfadado palabras que se esforzaban por elevar su volumen
El grupo de chicos se vieron algo sorprendidos por dicha expresividad del joven hacía ellos, y con ello también llegaron a sus cabezas fragmentos del discurso que Cynthia les había dado con respecto a los sentimientos del pelirrojo. Sintiendo por primera vez algo de culpa por su falta de empatía, al parecer el no siempre estaba de acuerdo con todo lo que sucedía a su alrededor, y con ello se dieron cuenta que ni siquiera se molestaron en darle el espacio que tanto había pedido, quedando así completamente mudos ante un rostro enojado cuya tristeza usual los había tomado con la guardia baja.
—Incluso la rata a la que llamas maestro nos dijo estrictamente que no te molestáramos... Así que no es por él, renacuajo— Ryoko habló completamente fría mientras deslizaba su mano por la cabellera del pelirrojo hacía abajo, haciéndole mover la cabeza de manera brusca hacía el suelo —No te creas importante, solo queríamos saber si no te había comido un lobo o algo— sin alterar su rostro, se sentó en la banca frente al chico mientras cruzaba las piernas y apretaba con algo de sutileza sus dientes, enserio le estaba sacando de quicio —Tienes una maldita suerte que nadie se espera algo bueno de ti, así que ellos se preocuparon que estuvieras muerto o algo... Aunque al final a mí no me importaría, muérete cuando te sientas listo
El comentario de la albina fue como un balde de agua fría sobre la cabeza en ebullición del pelirrojo, haciendo que este dejara a un lado su rabieta y mirara con algo de preocupación a la albina, usualmente ella solo le hacía comentarios ofensivos, pero ninguno tan directo como esos. Fue así que solo dejó que una pequeña culpa se acuñara en su corazón, al final solo les había gritado en vano.
El grupo terminó en un silencio algo incomodo que pudo apaciguar el castaño al rodear con su brazo el cuello del pelirrojo de manera amigable como acostumbraba Sam.
—Rojito, Sam se atrasó... Así que por mi estoy dispuesto a esperarlo aquí contigo y tu... Acompañante— Tyler dio una leve sonrisa traviesa, un comentario que tomó por sorpresa al pelirrojo
—¿Quién?
—No te hagas, Zhongli. Te miramos acompañado de un sujeto, se veían muy juntos— Katherine fue la que tomó la palabra mientras se apartaba de la banca y tomaba por los hombros a Tyler con tal de apartarlo del pelirrojo —Solo queremos llegar al fondo de este secreto, dinos y luego nos iremos si tanto quieres— habló algo cansada mientras hacía lo posible por taparle la boca al castaño
—¡¿Lo vieron?! — Nyron pegó un grito con apuro mientras se llevaba sus manos a la cabeza, era notable su preocupación al saber que el resto le habían visto con aquella persona —N~no es nadie... Un conocido del maestro... Si, el maestro me hizo otra prueba— empezó a reír de manera falsa con tal de ocultar sus nervios
—Imposible, rojito... Ya saben la promesa que te hizo el animalito— el tono de Tyler era obstruido por la mano de Katherine, por lo que elevó sutilmente la voz, y con ello atrajo una mirada de reclamo por parte del pelirrojo que hasta incluso empezaba a denotar un leve tic en el ojo
—Mira Zhongli... Nosotros no juzgamos a nadie, solo dinos la verdad para que podamos cerrar este caso... Clay esta cansado y en verdad desea esa respuesta como un mínimo pago a un día de ceguera— el rubio atrajo la mirada del pelirrojo que cada vez se veía más acorralado
Todos los chicos (incluyendo a Ryoko) miraron con severidad al pelirrojo, él cual simplemente empezaba a temblar y balbucear mientras jugaba con sus dedos. Este era el final del camino para su pequeño secreto del 19 de octubre, realmente solo había deseado un día de paz para si mismo; pero la realidad no le había jugado bien, y ahora debía pagar contando algo sumamente personal, un hecho que le alteraba los nervios por no querer hacerlo. En su vida había contado muchas cosas al respecto de su entorno personal, esto era algo nuevo en su vida y por ello mismo, no sabía como reaccionar a tal acontecimiento del destino.
—¿Nyron?
Fue así que una voz algo grave desconocida para la mayoría de los jóvenes del grupo, atrajo la atención de todos de una manera muy rápida. Y fue así que al ver a su dueño notaron como era aquel sujeto que hace no mucho estaba en una placida compañía lado del pelirrojo.
Cada uno tuvo pensamientos similares y a la vez distintos con verlo de frente, Ryoko se mantuvo al margen y le observo detenidamente en búsqueda de algún signo extraño ya que su silueta le era muy familiar de alguna manera; Katherine estudiaba sus facciones, realmente le parecía alguien ligeramente apuesto, aunque no encajaba que tuviera unas facciones muy jóvenes y a su vez tuviera una leve barba de chivo, era algo meticulosa en sus preferencias con respecto al aspecto de quienes le rodeaban; Tyler por su parte también tenía los mismos pensamientos que la morena, solo que este no miró defecto alguno en la forma en la que se presentaba el hombre ante ellos; y Clay... El era punto y aparte.
El hombre se paró enfrente de todos ellos, notando como el pelirrojo se encontraba en el centro de atención de ellos. Lo curioso de este mismo, es que había vuelto con un par de helados, uno de color purpura con trozos rojos, y uno de dos bolas de color blanco con galleta y uno que otro oso de goma. Sonrió levemente al ver por completo al pelirrojo y luego se abrió camino hacia él, entregándole el helado doble mientras notaba como el castaño se apartaba del pelirrojo y se sentaba en la banca a un lado de la albina cuya expresión pareció suavizarse sin que lo notase, ahora dejando ver una sonrisa muy energética.
Los miró detenidamente a cada uno, contemplando que cada uno llevaba el mismo uniforme y las mismas caras con las que le miraban detenidamente con tal de dar con cada detalle que dejaba ver en su vestimenta; fue así que simplemente se limitó a sonreír mientras rodeaba con uno de sus brazos al pelirrojo para luego sonreír ampliamente.
—Entonces...— el hombre extendió la palabra hasta haber mordido la parte superior de su bola de helado —¿Ellos son tus amigos? — habló aún con algo de helado en su boca mientras ladeaba la cabeza levemente
Con esa frase los jóvenes se vieron entre si mientras notaban la actitud despreocupada que el hombre tenía con respecto a las preguntas, casi como si no se notase el aura incomodidad que generaba en el ambiente con su sola presencia.
—¡A~Así es! — Tyler alzó la mano con elocuencia —Nyron es nuestro ca...
—Amigo... Si... Un buen amigo de la escuela— Katherine tomó por la espalda al castaño y lo redujo tras taparle la boca con algo de brusquedad a la par que se notaba que forzaba una sonrisa —Solo nos preocupaba que no había llegado a la escuela... Así que salimos a buscarlo
—Oh vaya... Y tu debes ser su novia, ¿no es verdad? — el mayor amplió su sonrisa mientras le apuntaba con el cono de helado, provocando que el propio pelirrojo se sonrojara súbitamente mientras hacía lo posible por hablar; pero no encontraba las palabras, mientras que en Katherine solo provocó una sonrisa avergonzada mientras empezaba a negar con la cabeza —O tal vez... ¿Seas tu? — esta vez apuntó a Ryoko, la cual solo abrió los ojos con brusquedad mientras ladeaba la cabeza con cierta curiosidad —Vaya grupo de chicas lindas que tienes, eh Nyron
El pelirrojo estaba completamente colorado mientras hacía lo posible por hablar, siendo frenado a sí mismo por la presión de la situación, ahora no solo tenía el predicamento de hablar sobre aquel que le tomaba con tanta confianza; sino que ahora debía una forma creíble de evadir la realidad de su relación con el grupo de jóvenes, alterándose más por explicarle como es que una chica (asesina) vive con el en la misma casa.
—No señor, se esta equivocando... Nyron solo es mi compañero de piso, vivo en su casa por el intercambio— contestó Ryoko de manera amable mientras sonreía con mucha extrañeza esbozando de su perfecta mascara... Sin saber que había dicho justo lo que el pelirrojo quería evitar, haciendo al último sudar en frio
El silencio duró unos segundos hasta que el hombre pareció apagar por un segundo su sonrisa mientras miraba al suelo con algo de seriedad, definitivamente había encontrado algo que no cuadraba en la ecuación. Y con eso mismo, Ryoko pudo percibir las intenciones de aquel hombre, definitivamente le habían descubierto algo, su mero instinto se lo decía. Pero esa preocupación se esfumo levemente al notar como el hombre le sonreía con picares al pelirrojo a su lado.
—Oh vaya... Jamás te imagine en un escenario así con una chica linda... Aunque... Siempre pensé que te embobaste con esa chica de la mañana... ¿Cynthia?
Fue así que el pelirrojo atrajo la atención de todos al romper la galleta de su cono de manera abrupta mientras se notaba como su ojo derecho esbozaba un tic nervioso, era un panorama muy cómico, al parecer ya estaba siendo destrozado por dentro. Se encontraba en una situación en la cual sentía que se le iba la vida misma.
Pero a su rescate, una voz familiar provino por la espalda de aquel hombre.
—¡Chicos! — la voz de Sam se escucho a la lejanía, y fue así que se lograron percatar como este mismo se encontraba corriendo hacía ellos con una caja de color amarillo entre sus manos
Se le veía completamente agotado y con ropas completamente hechas girones, denotando así un cabello ligeramente sudado, y al acercarse lo suficiente, entre jadeos se pudo percatar por completo de la escena que estaba transcurriendo, a lo cual solo pudo ver el rostro de aquel hombre cuando este mismo volteo a verlo por la curiosidad. Fue así que su sonrisa energética cambió súbitamente a un rostro lleno de confusión al contemplar a aquella figura.
Su extrañeza no sería diferente a la de sus compañeros; sin embargo, este tras aclarar bien su vista y sus ideas, sonrió con sorpresa.
—¡Señor Walter! — el azabache bramó con alegría mientras a grandes pasos se acercaba al hombre al cual le llevaba una ventaja de altura, viéndose completamente emocionado por su aparición; pero su ceño se frunció con algo de extrañeza tras mirarlo de arriba abajo —¿Pero que hace aquí?
—Pues nada serio, Nova... Solo...— el hombre recién llamado Walter soltó a Nyron y con esa misma mano libre, revolvió el cabello del joven pelirrojo —Solo vine a notar que a Nyron le gustan las orientales hermosas
—¡Papá! — la voz chillona de Nyron atravesó el prado completo con un reclamo digno de un niño, uno muy sonrojado por la pena
Los jóvenes del grupo se vieron entre si en un amplio silencio incomodo, el cual solo pudieron tolerar tras mirar repetidamente el rostro del pelirrojo y la torpe sonrisa que emitía el hombre castaño cuya identidad se había revelado, era el mismísimo señor Zhongli, el padre de Nyron.
Clay se revolvió la cabeza por su frustración de no poder ver la escena, todo en contraste al joven Tyler, el cual se dejó caer de espalda al suelo mientras llevaba un rostro completamente emocionado. A lo cual el resto de chicos solo pudieron ver a Nyron con ojos tan abiertos como lunas gemelas.
—¡¿Papá?! — preguntaron al aire Clay, Katherine y Sam, mientras Ryoko solamente dejó caer su boca con gran impresión (no era fingida, en su mayoría)
Una pieza vital en la vida privada del capitán de Asia se ha presentado. Mientras que, a su alrededor, una telaraña y un carnaval se siguen tejiendo con peligrosidad. Todo puede detonar incluso en un día de paz para cualquier persona.
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