Capítulo 2.

Aparece un personaje nuevo, no estaba planeado pero ayudo a mejorar las cosas xD

Una chica por facebook me hizo un comentario sobre el origen de la canción de la cual me inspire, asi que las aclaro para que no se vayan a angustiar.
La cancion "la hija de las estrellas" de Saurom, esta basada en una leyenda popular panameña "La Hija de las Estrellas", la leyenda cuenta de un conquistador europeo se enamora de una nativa quein bailaba una noche bajo las estrellas y era hija del jefe de una tribu. El jefe permite que su hija se vaya con el hombre, pues ambos estan enamorados. Un chaman le dice al hombre que la cuide o si no la perderia para siempre, obvimente el conquistador ignoro la advertencia.
Ya cuando se iban el conquistador le dice a su hombres que maten a todos los habitantes de aquella tribu una vez que él se haya ido con la chica. Ella se entera de lo ocurrido muchos años despues y muere de frío una noche que se quede bailando bajo las estrellas.
Si quieren más detalles ahi la buscan y la leen completa, pero acá les dejo claro que mi historia no terminara de esa manera, no me gustan los finales tristes, solo los haré sufrir un poco antes de que sean felices.

///// 🌙🌙 Moon Knight 🌙🌙 \\\\\

Steven visitaba cada noche sin falta a Marc, al principio le era llamativo y encantador. Tenía una linda sonrisa a pesar de sonreír muy poco. Le encantaría poder decirle que sonría más seguido. A pesar de estar prohibido ser visto le gustaría mucho poder mirarlo a los ojos y decirle que sonriera más seguido.

Pensó que nunca se lo podría decir a la cara, pero si se lo podría decir en sueño. Por lo que una noche, se armó de valor y se adentró al cuarto del joven y se sentó a su lado. Sus dedos picaban por acariciar su rostro y tocar su cabello para acomodarlo un poco. No le dio más vueltas y lo hizo.

Pasó sus dedos con suavidad y dulzura por su cara, le quitó el cabello que caía sobre sus ojos y logró apreciar de mejor forma su bello rostro. Se veía mucho mejor de cerca. Sus facciones duras y varoniles, sus ojos cerrados, su ceño relajado, su nariz y por último se fijó en sus labios.

Por la luna.

Como deseaba besar sus labios.

No tenía idea de cómo se debía besar, pero sabía que era algo mágico y especial. Su madre siempre le había dicho que cuando conociera al indicado tendría grandes ganas de besarlo y cuando lo hiciera, sentiría muchas explosiones en su interior y su cuerpo se sentiría muy emocionado y feliz.

Claro que en aquel entonces no tenía idea de lo que significaba, pero como deseaba sentir aquello con Marc.

Acarició sus labios con su pulgar con suavidad y se acercó un poco, sintiendo el gran impulso de besarlo, pero cuando estuvo a centímetros de que sus labios se rozaran se detuvo. No era correcto hacer eso mientras el joven dormía. Aun así, dio un suave beso en la comisura de sus labios.

Se alejó rápido, sentía su corazón latir muy aprisa y su rostro se puso muy caliente. Era un sentimiento nuevo entre la vergüenza y la emoción. No entendía qué le ocurría, pero llevó sus manos a su rostro para tratar de ocultar su vergüenza.

Debió de haberse movido demasiado por qué sintió al otro removerse, iba a despertar. Lo despertó. Se puso de pie rápidamente y salió a paso rápido por el balcón. Logró salir justo a tiempo, pues Marc ya se estaba sentando en la cama mientras se frotaba los ojos y miraba por la habitación un poco desorientado.

Marc no entendía nada de su alrededor, sintió movimiento al lado suyo y fue suficiente para despertarlo. Pensó que había sido Jake fastidiando. Pero no. Se hallaba solo. Se posó sus dedos en la comisura de sus labios, sentía una extraña sensación en aquel lugar. ¿Acaso su visitante había aparecido y lo beso ahí? El pensar aquello calentó su corazón y le dio la esperanza de que quizás alguien como él sí podría ser feliz junto a una persona especial.

No podría conciliar el sueño pronto, por lo que se levantó. Al estirarse un poco, vio su guitarra apoyada a un lado de la cama. Hacía mucho que no tocaba algo. Tomó la guitarra y salió al balcón. Ajusto un poco las cuerdas y hablo en voz alta, no sabía si su visitante lo escucharía, pero quería soltar aquellas palabras al viento.

- Si estás aún por ahí, quiero que escuches. Esto es para ti. – movió sus dedos con maestría y tocó una suave melodía en la cual transmitía todos sus sentimientos. – No te conozco y espero algún día hacerlo. Aun sin saber cómo eres, creo que ya estoy enamorado de ti. –

Claro que Steven escuchó todo. No estaba muy lejos. Tenía sus manos sobre su boca para que no se escaparan los sonidos de sus sollozos. Se encontraba muy conmocionado. Él también se había enamorado de aquel mortal. Sin embargo, su amor jamás podría florecer, ya que estaba prohibido. Su lugar estaba en el cielo, junto a las estrellas y los astros.

Se quedó escondido entre las sombras (lo cual fue muy difícil siendo él un lucero y su luz era muy brillante), estuvo en su escondite hasta que Marc dejó de tocar y se despidió de él.

Marc entró de nueva cuenta en su cuarto, se lanzó a la cama y casi como si algo lo arrastrará al sueño, quedó profundamente dormido en un instante. Steven no tuvo el valor de volver a ver a su amado, por lo que miró hacia el balcón y decidió volver a casa.

Trató de ocultar su tristeza lo máximo que pudo, hasta que llegó a su habitación. Ya estando en soledad pudo soltar todo su llanto y pena, ahogando lo más que pudiera sus sollozos para que sus padres no le escucharan y se fueran a preocupar. Lloró hasta el cansancio y soñó con una linda vida al lado del hombre que amaba.

***

Por la mañana, Jake y Layla le preguntaron con quién hablaba anoche y que tan importante era para que le tocara la guitarra. Parecía más un interrogatorio de soldados reales que unas simples preguntas de su hermano y cuñada.

Trato de explicar lo mejor que pudo lo ocurrido el último tiempo sin parecer un loco y al terminar su relato, les comento lo infeliz que le hacía no poder conocer a su visitante nocturno.

- Quizás es un monstruo o una bruja de aspecto aterrador y por eso no se quiere presentar ante ti. – le dijo de manera casual Jake. –

Marc se sintió un poco aliviado que los otros lo entendieran y no pensaran mal.

- No me importa cómo se pudiera llegar a ver, me hace feliz y con eso es más que suficiente. –

- Es raro. – le dijo Layla. – Pero sea quien sea, te ha hecho feliz solo con su compañía, por lo que algo de especial debe de tener. – pensó unos segundos antes de continuar. – Tal vez Jake no esté tan equivocado, puede que sea algún ser nocturno y por algún motivo u otro no quiere que lo veas. –

- Dijiste que lo estuviste esperando despierto un par de veces. – dijo Jake. -

- Si, y no apareció nunca. – respondió Marc. -

- Eso complica las cosas. – termino de decir Layla. – Tengo una idea, quizás no quiera que lo veas porque siente algún temor o algo. Por lo que le podrías dejar una nota y un presente. Algo que le haga sentirse especial y gané la confianza de hablar cara a cara contigo. –

Así lo hicieron, aquella noche Marc le dejó una nota que decía " Linda noche" y un pequeño postre, esperaba que le gustaran las cosas dulces. Al lado había dejado un lápiz y más papel para que pudiera responder.

Le costó un rato quedarse dormido por la emoción, pero después de un tiempo y muchas vueltas se durmió.

A la mañana siguiente se volvió a sentir renovado, como lo hacía desde hace semanas y antes de que su cuerpo terminara de despertar se giró rápidamente hasta la mesita donde había quedado la nota y el postre. Para su asombro, el pastel no estaba y la nota que él había escrito tampoco se hallaba, en su lugar había otra nota escrita con una fina y elegante letra que decía.

"Es una noche maravillosa, gracias por el postre. Jamás había probado algo así antes"

Sintió que su corazón rebosaba de alegría. No podía explicar la inmensidad de emociones que sentía en aquel momento. Leyó la nota unas mil veces y pasó sus dedos suavemente por encima de las suaves letras plasmadas en el papel.

Al cabo de unos minutos aparecieron Jake y Layla, notando al muy feliz Marc. Les comento emocionado lo ocurrido y les enseñó la nota que le había dejado. La pareja se sorprendió por la elegante y fina letra. Claramente el visitante de Spector era alguien sumamente letrado y educado.

- Un vampiro. – soltó de repente Jake. – Tu visitante debe ser un vampiro, escuche por ahí que son seres con mucha elegancia y esas mierdas. Tiene sentido, solo un ser nocturno y siniestro se podría fijar en alguien tan deprimente como tu hermano. – lo último lo dijo con malicia con el único fin de fastidiar el mayor. –

- Apoyo la teoría del vampiro, solo te vigila de noche y no se deja ver. Tal vez sea algo de eso. – apoyo Layla. –

Discutieron este tema durante toda la mañana y casi llegando al mediodía, apareció un hombre solicitando sus servicios. Sería un trabajó largo y tendrían que partir aquella misma tarde. Marc se lamentó no poder despedirse adecuadamente de su visitante, por lo que dejó una nota en el balcón antes de marchar.

Durante el atardecer, Steven vio partir a Marc y los otros. De seguro tenían trabajo. Por lo que no podría visitarlo. Se iría a casa y pasaría la noche leyendo o estudiando, pero antes de irse, vio en el balcón de Marc una nota como la que había dejado anteriormente. Se acercó con cautela y la leyó, una sonrisa se asomó en su rostro.

"Tengo trabajo y no volveré en unos días, no te puedo decir cuándo regresaré. Ni yo sé. Pero te prometo que volveré a esta misma habitación para que puedas volver a visitarme. MS".

Esto le podría parecer tonto a cualquiera, pero Steven se sintió feliz al saber que Marc pensaba en él, al punto de dejarle una nota con una linda promesa de regresar.

Le gustaría poder velar por Marc mientras este se encontraba viajando o trabajando, pero no podía. Lo había intentado un par de veces y a causa de su brillo, las otras estrellas le lanzaban miradas extrañas y en una ocasión una le preguntó si acaso estaba siguiendo a algún humano, le dijo que mejor se olvidará del humano, estos tienen vidas cortas y es mejor no encariñarse con ellos. Aquello lastimó el corazón de Steven por lo que se fue a su casa y le preguntó a su madre y esta le confirmó lo dicho por la otra estrella.

Su madre le dijo que, aunque parezcan interesantes, es más sensato no darles importancia, pues en un abrir y cerrar de ojos el humano ya habría muerto. Le dijo que si era solo curiosidad no habría mayor problema, pero de ninguna manera se debía encaprichar con uno de ellos, pues los humanos no solo tenían vidas cortas, sino que también eran seres crueles y despiadados que se eliminaban entre sí sólo por diversión o algún sentimiento mundano y egoísta.

Claro que, para aquel entonces, el joven lucero ya estaba "encaprichado" con aquel humano. Cosa que no le dijo a su madre y esta tampoco se percató de que su niño no estaba siendo honesto.

Esa conversación había sido hace algunos meses quizás, y había sido olvidada desde el mismo instante en que surgió.

Ya estando en casa, pudo ver a sus padres hablar muy alegremente con algún invitado. No recordaba que fueran haber visitas aquella noche, por lo que se acercó a donde estaban sus padres y los vio hablando una estrella que apenas conocía.

- Vaya, al fin has vuelto hijo. – le dijo su padre en cuanto lo vio. –

- Te estábamos esperando querido. – le dice su madre. Se levanta y toma su mano para que se acercara a aquella estrella. – Cariño, él es la estrella Anton Moragt, de la constelación de géminis. –

- Mucho gusto. – le dice Steven mientras estira su mano para saludar. Pero dicha estrella en lugar de estrechar su mano con un apretón, se la lleva a sus labios y le da un ligero beso en el dorso, dejando a Steven atónito. ¿Qué rayos está pasando aquí? –

- Es un placer poder verte al fin de cerca, joven lucero Grant. – habla con voz profunda y ¿coqueta? – Eres mucho más lindo de cerca. –

- Emh... Gra-gracias. – respondió nervioso el joven. –

- Steven, el señor Moragt está aquí para pedir nuestro permiso y poder cortejarte. – le dijo su padre de golpe con orgullo. –

Al oír aquello, quedó en blanco. Tanto su mente como su rostro. Sintió un sudor frío recorrer su espalda y su estómago se contrajo de una manera horrible.

- ¿Co- cortejarme? – su mente era casi incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. –

- No te parece maravilloso cariño. – dijo su madre emocionada. –

- ( Para nada) – dijo en su mente. – Esto es algo sorpresivo señor Moragt. Es decir, no creo que hallamos cruzado palabra antes. – quería irse y fingir que nada de esto ocurrió. –

- Nunca hemos cruzado palabras antes. Yo siempre te eh mirado de lejos, viendo como fuiste creciendo hasta convertirte en un hermoso lucero. – antes de terminar de hablar, le había tomado las manos a Steven. –

El joven tenía el gran impulso de alejar sus manos y evitar que volviera a tocarlo, pero no sabía cómo hacerlo sin parecer descortés. No es que le importara en ese momento, sino que sus padres lo regañarían y dejaría a sus padres en una mala posición frente aquella estrella.

O sí. La estrella que estaba interesado en él era alguien importante del cielo, pues encabezaba la constelación de géminis. Cómo le gustaría mandarlo a freír espárragos sin que conllevara a problemas en el futuro.

Por la luna. Estaba atrapado.

- Me gustaría quedarme más tiempo, pero tengo responsabilidades que cumplir. Así que, si me disculpan, me retiraré. – dejó otro beso en el dorso de la mano de Steven y fue acompañado por su padre hasta la puerta. –

- Quién diría que mi hijo llamaría la atención de alguien tan importante. – alababa su madre con orgullo. –

- No querrán que me case con él, ¿verdad? – pregunto asustado. –

- Oh, por supuesto que no hijo. – cuando escucho eso salir de los labios de su madre siento un inmenso alivio, el cual apenas duró. – Primero debe cortejarte correctamente y pedirnos tu mano en matrimonio. – tomó las manos del menor y las sujetó con suavidad. –

- Pero yo aun no estoy en edad de casarme. – le dijo tembloroso. –

- Eso es más que obvio hijo. – dijo su padre al acercarse a ellos. – Se casarán cuando hayas cumplido la mayoría de edad. – sus padres se veían demasiado orgullosos que no fue capaz de decirles que no quería casarse con aquel sujeto. –

- Iré a mi cuarto. – se soltó de las manos de su madre y casi corrió a esconderse. –

Ya estando en la seguridad de su habitación, se apoyó en la puerta y se deslizó hasta quedar sentado en el suelo, escondió su rostro entre sus rodillas y lloró angustiado. No se quería casar por conveniencia, siempre pensó que sus padres entenderían eso y respetarían su decisión. No entendía porque le hacían algo así. Se levantó con cuidado y sacó de su mesita de noche la nota que le había escrito Marc la noche anterior y sacó de su bolsillo el que halló esa tarde. Se sentó en el suelo nuevamente y las llevó ambas a su pecho, las lágrimas salían sin que hiciera algún esfuerzo por intentar detenerlas.

Sentía que su corazón se despedazaba, sabía que lo suyo con Marc era imposible, pero nunca pensó encontrarse en una situación así.

No importaba lo que quisiera o sintiera, se terminaría viendo obligado a casarse con ese tal Anton. Y no quería. Él quería a Marc. Un simple humano que apenas sobrevivía y aun así, no se dejaba derrotar. Podía ver su fuerza interior y su anhelo de amor.

No salió de su habitación hasta el otro día y no lo hubiera hecho sino fuera porque su madre lo había llamado insistentemente para que saliera. Trató de verse lo más presentable posible, cuando lo vieron le preguntaron por sus ojos hinchados y solo pudo responder que se desveló leyendo. Ya había ocurrido antes, por lo que le fue fácil convencer a sus padres.

- Será mejor que empieces a dejar esa costumbre. – dijo su padre. – Cuando te cases con Anton no te la podrás pasar toda la noche leyendo.

Su padre no vio como el dolor se reflejaba en los ojos de su hijo. Las cosas serían así entonces de ahora en adelante. Ya no podría seguir haciendo las cosas que le gusta porque deberá empezar a acostumbrarse a una vida que no desea.

- Por cierto, cariño. – le llamó su madre. – Anton vendrá hoy a invitarte a pasear. – le soltó la bomba con una sonrisa. – Busca algo bonito para ponerte. –

Esto solo sería el inicio de su pesadilla.

Durante las siguientes semanas, Anton lo invito a pasear por diferentes lugares en el cielo, llevándolo más lejos de lo que había ido alguna vez antes. Lo llevaba a cenar y caminaban durante horas. Lo que llevó a que Steven le desagradara más aquella estrella. Siempre hablaba y hablaba, sin dejar al lucero decir ni una sola palabra. Y cuando lo hacía Moragt se burlaba de las aficiones de Steven, dando comentarios desagradables sobre sus lecturas favoritas.

Llegó un punto en que el lucero ya no quería ver a ese sujeto, pero sus padres siempre le insistían que debía salir con él.

Pero un día no pudo más y estalló, les dijo a sus padres que no estaba interesado en Moragt. Al contrario, le desagradaba. Aborrecía cada instante que lo obligaban a pasar con él.

La respuesta que sus padres le dieron, impactó a Steven terminando por destrozar su corazón. A sus padres no les interesaba que no quisiera a Anton, le dijeron que tendría una buena vida al lado de la estrella. Le dijeron que solo estaba siendo un niño demasiado mimado. Que ya se daría cuenta con el tiempo que Anton era un gran partido.

Sus últimas y mínimas esperanzas de librarse de todo ese circo se esfumaron. Ya estaba perdido. Sería atado por el resto de su vida a alguien horrible y detestable. Y no parecía importarle a nadie.

Aún faltaban dos ciclos solares para que cumpliera la edad de matrimonio. Saco las notas que le había escrito Marc y las volvió a leer. Estaban algo arrugadas y húmedas, debido a que cada noche, se aferra a ellas y llora. Deseando que sus sentimientos llegaran a Marc y lo salvara. Era un bello pensamiento que lo ayudaba a dormir y tratar de soñar con una felicidad que jamás tendría. Dos ciclos solares. Para Marc serían dos años humanos. Que haría su amado en dos años más. ¿Seguiría viajando? ¿Se establecería en algún lugar? ¿Se enamoraría de alguien más? ¿Haría una vida humana normal con familia? O ¿lo esperaría para siempre? ¿Se quedaría esperando en aquel balcón cada noche hasta el final de sus días? Eso sería muy solitario.

Se enderezó en su cama y pensó que lo mejor para Marc es que le dijera sobre su infortunio. Nunca más podría cuidar del joven de quien se enamoró, pero al menos le dejaría el pase libre para que pudiera ser feliz.

Después de todo, su historia de amor nunca iba a tener un final feliz.

Se armó de valor y se arregló. A pesar de que no se podrían ver ni hablar. Quería verse bonito. Una sonrisa se posó en sus labios. Si existía alguien a quien le gustaría que lo viera bonito ese era Marc.

Se puso su traje blanco de tres piezas, sus guantes blancos a juego, zapatos blancos y por último su tiara de oro blanco, un adorno muy clásico entre los luceros. Le gustaba ese atuendo, pues lo hacía verse especialmente bonito y elegante. Además, su brillo era mucho mayor cuando lo usaba. Jamás se había presentado de esa manera ante Moragt y no pensaba hacerlo nunca, ese atuendo sería para siempre para su amado, aunque no lo vería.

Guardo las notas en su mesita de noche y se dispuso a salir, pero antes de que llegara a la puerta de su habitación se devolvió y las saco, no quería dejarlas. Le inspiraban valor y vaya que necesitaría mucho para poder despedirse de su amor para siempre.

Salió de su casa sin que sus padres lo notaran y corrió hasta donde se hallaba Marc. No sabía si estaría en la habitación de siempre. Aun así, iría a ese lugar para empezar y después recorrería todo el mundo de ser necesario hasta encontrarlo.

***

Marc se encontraba desilusionado y triste, desde hacía unos meses que ya no sabía nada de su visitante. El maldito trabajo se había alargado más de lo necesario y para hacerlo aún mejor, resultó herido. No fue algo grave, pero no pudieron volver por días.

Al llegar a aquella habitación donde había iniciado todo, no vio la nota por ningún lado, pero antes de que pudiera emocionarse Layla le dijo que era posible que alguien más la hubiera tomado en todo este tiempo.

En aquel momento no se había desanimado, pues tenía sentido. Al anochecer dejó una nota de disculpa y un breve resumen de lo ocurrido, acompañado de otro postre. Se durmió esperando que su visitante no se fuera a molestar o preocupar, pero no. De hecho, ni siquiera había ido. La nota seguía ahí junto al postre. Quizás no sabía que ya había regresado, por lo que, a la noche siguiente, tomó su guitarra y se sentó en el balcón para tocar y esperar que lo escuchara. Ni aun así apareció.

Repitió esto varias noches, al punto que su hermano y Layla ya se preocupan por la estabilidad emocional de Marc. Cada día su mirada era más triste y sus esperanzas morían día a día.

Marc pensó que su visitante se molestó con él por haberse ido sin avisar con tiempo. O tal vez se cansó de esperarlo. Era posible que alguien más le hubiera visto y le hubiera hecho algún daño, si alguien le llegara a lastimar se encargaría de que sufra de las peores torturas antes de matarlo.

Aquella noche no sería diferente, o casi. Jake estuvo un rato junto a su hermano, mientras tocaba la guitarra. Le informo a Marc que se irían al día siguiente y que no volverían a aquel lugar. Esto debido a dos razones: la primera, por el bien de Marc quien se enamoró de alguien a quien nunca había visto ni le había hablado. Pero, su presencia fue suficiente para dañar la poca cordura de Marc. La segunda razón, era porque estaban siendo buscados. El trabajo que habían hecho salió tan mal, no solo salió Marc lastimado, sino que también se les escapó un testigo el cual había informado a las autoridades y ahora eran criminales buscados por todo el reino.

Lo bueno es que el sujeto no se percató que Layla era mujer y reportó a tres hombres, dos de ellos con rostros similares, claro que el muy bastardo no omitió el bigote de Jake por lo que se lo había tenido que afeitar, por lo que otra vez él y Marc parecían dos gotas de agua.

Debían alejarse de las grandes ciudades y pueblos que conectaran con caminos principales en rutas comerciales. Irían a las montañas. Había un pequeño pueblo ahí el cual era lo suficientemente aislado para esconderse sin temor a ser descubiertos. Además, la gente de aquel lugar era muy discreta. Ellos no dirían nada siempre y cuando hicieran su parte. Los idiotas del Rey Harrow jamás los encontrarían ahí.

Le dijo todo aquello a Marc y este pareció no escuchar nada, solo siguió tocando la guitarra mirando el cielo. Sentía que de esa forma le podría transmitir sus sentimientos a su amor desconocido.

- Se que me escuchaste bien idiota y créeme que no me costara nada mañana tomarte a la fuerza y sacarte de esta habitación. Trata de dormir algo. – Jake se giró y salió cerrando la puerta con fuerza. –

Marc miró por donde salió su hermano y dejó de tocar. La verdad hacía tiempo que ya había perdido esperanza alguna de que su amor volviera. Por lo que dejó la guitarra a un lado y miró la inmensa luna llena.

- Me pregunto, qué habrá pasado contigo. Desde hace mucho que tengo sentimientos de tristeza que no solo son míos. – desvió sus ojos a la guitarra y los volvió a posar en la luna. – ¿Acaso estás triste por algo? ¿Te sucedió algo? Desearía saber qué ocurrió contigo, pero me temo que ya no voy a poder seguir esperando tu venida. Te amo aun sin conocerte, pero también amo a mi hermano y no puedo ponerlo en peligro. Espero que lo entiendas y puedas perdonarme. – se entró en su cuarto y se dejó caer en la cama. Miro el techo un rato antes de quedarse dormido.

***

Steven arribó a la tierra, justo a las afueras del balcón. Su corazón se emocionó mucho cuando lo vio apoyado en la baranda tocando su guitarra. Pero su felicidad no duró mucho al notar su semblante triste y cansado. Al parecer lo extraño más de lo que se pudiera imaginar.

Se asomó por la ventana cuando se aseguró de que Marc dormía. Se veía tan tranquilo al dormir. Cómo sería verlo despertar en la mañana, se preguntaba. Notó que se removía incomodó por lo que se acercó y se sentó a su lado. Lo miro por unos breves segundos antes de quitarse sus guantes y pasar sus manos por su rostro. Lo que Steven no sabía es que las pesadillas acechaban a Marc desde que no lo visitaba, por lo que cada vez que era atacado por una de ellas su sueño se volvía muy ligero y cualquier cosa lo despertaba. Por lo que, al sentir la gentil caricia en su rostro despertó de golpe.

Todo fue muy rápido.

Al fin lo había visto. Este era el maravilloso ser que lo cuidaba en las noches al dormir. Su alegría fue efímera, pues el joven frente a él mostró una expresión de terror y se separó rápido de Spector. Steven entró en pánico, pero antes de que pudiera terminar de reaccionar su luz se apagó.

Su bello y gran brillo se desvaneció, su tiara se destruyó volviéndose polvillo y pudo sentir como su conexión con el firmamento se rompía.

Se había convertido en humano para toda la eternidad y nada ni nadie lo podría revertir.

Sentado aún en la cama vio como su luz se iba desvaneciendo poco a poco. Su elegante traje blanco se volvió de un color opacó. Y sus ojos grises se volvieron de un color ámbar. La tristeza lo azotó, por lo que cubrió su rostro con sus manos y lloró.

Marc vio todo esto asombrado, incluso con un poco de miedo al ver que la luz se apagaba pensando que quizás desaparecería. Por fortuna no fue así, pero le dolió en el alma verlo llorar destrozado.

Así que, este era el motivo por el cual no se podían ver. Este chico frente a él era un lucero. Mamá Isa les había contado esa historia cuando eran niños y siempre pensó que solo era un simple cuento para dormir.

- Lo lamento. – fue lo único que pudo decir en ese momento. –

Steven no respondió nada, solo siguió llorando destrozado. Jamás podría volver a casa. No podría volver a ver a sus padres. Se quedaría en la tierra y tendría que vivir como humano. Siempre le contaron historias de la terrible vida que llevaban los humanos por lo que tenía mucho miedo de lo que le sucedería de ahora en adelante.

Marc no sabía consolar a las personas, nunca le interesó y ahora como se detestaba por no saber qué hacer en ese momento. Claro que de todos modos no hay forma en que lo pueda solucionar. El joven frente a él levanto su mirada llorosa y tuvo un gran impulso de abrazarlo, pero eso sería demasiado y solo asustaría al chico, por lo que acercó su mano lentamente con el fin de apoyarlo en su hombro, el otro al ver eso solo desvió la mirada con enojo y se alejó un poco.

Marc por un segundo pensó no seguir su avance, al contrario de eso siguió adelante hasta posar su mano de manera amable y gentil sobre el hombro contrario, esperaba un rechazo o reclamo, pero no fue así, el joven solo agacho su cabeza resignado y siguió sollozando, apoyó su mano sobre la que se encontraba en su hombro tratando de encontrar algún tipo de consuelo y este término siendo dado en forma de un abrazo que lo cubría por completo.

En ese abrazo podían sentir el calor del otro, lo cual era reconfortante. Al cabo de unos minutos el llanto del menor cesó y miró con ojos acuosos e hinchados a los ojos amables y cálidos del otro.

- Steven. – ya lo había visto y ya no era parte del firmamento, por lo que ya no tenía sentido ocultar su nombre. –

- Es un placer Steven, mi nombre es Marc Spector. – le respondió con una cálida sonrisa mientras sostenía sus manos con delicadeza. –

Steven se volvió a apoyar en el pecho de Marc y este lo rodeó con sus brazos, dando caricias en forma de círculos en su espalda para ayudarlo a relajarse mientras el menor soltaba pequeños sollozos. Estuvieron un tiempo así hasta que Steven se calmó y rompió el silencio sin salir de su escondite.

- Podrías tocar la guitarra para mí por favor. – en ese momento Marc se percató del adorable acento que tenía el lucero. -

- Por supuesto. – se movió de manera suave para no molestar demasiado al menor, tomó su guitarra, se acomodó en la cama con Steven apoyado a un lado suyo y comenzó a tocar una melodía suave. –

Los agradables sonidos lograron relajar aún más a Steven y se dispuso a pensar en que haría con su vida. Ya no podría volver a casa con sus padres, ni reunirse con sus amigos. Su vida ya no sería tan larga como cuando era un lucero, pero si sería más prolongada que la de un humano promedio. Por lo que indudablemente algún día terminaría solo.

No debía ser negativo. Jamás lo fue y no empezaría ahora, tenía que pensar en lo bueno de toda esta situación. La más importante de todas era que podría vivir al lado de Marc y al darse cuenta de ese detalle dió un respingo. Como no se dio cuenta antes. Ya no se casaría con ese tonto de Moragt. Su vida no terminaría en manos de alguien prejuicioso y superficial. Ahora se encontraba al lado del amor de su vida y podrían compartir momentos felices como lo anhelaba.

Quizás toda esta situación era lo mejor que le pudo haber pasado. Amaba a sus padres, pero ellos por algún motivo que no entendía no pensaron en su felicidad. Un pensamiento egoísta se instaló en su pecho, existía una forma de decirle a sus padres lo que le había ocurrido, pero no lo haría. Ellos no pensaron en él y sus sentimientos antes, por lo que él tampoco lo haría. Se giró y se apoyó un poco más en Marc. No quería seguir pensando en sus padres ni en Moragt ni en los habitantes del cielo que lo buscarían sin cesar. No le interesaba. Por lo que se dispuso a escuchar la melodía de la guitarra e iba tarareando los bellos sonidos que emitían las cuerdas hasta que en algún momento se quedó profundamente dormido.

Marc sintió cuando Steven se sobresaltó de repente, pero se recompuso de inmediato. No quiso preguntar pues el menor se veía muy metido en sus pensamientos y no lo interrumpió. Solo siguió tocando la guitarra incluso cuando el otro se acurruco a un lado, tarareo un rato para al final quedarse dormido. Estuvo con la guitarra un rato más hasta que el sueño empezó a caer sobre él.

Dejó el instrumento a un lado y se acomodó en la cama junto a Steven, esperaba que él no se fuera a molestar por dormir juntos. Se arriesgó de todos modos y abrazó al contrario contra su pecho y para su sorpresa y alegría, el menor correspondió el abrazo. Aquella noche durmió mejor que nunca en mucho tiempo. 

///// 🌙🌙 Moon Knight 🌙🌙 \\\\\

Nos leemos en el siguiente capítulo.

Anton no estaba planeado al principio, pero estaba escuchando musica algo triste y salio este tipo. Lo bueno de este personaje es que ayudo con el desarrollo de la trama.

El siguiente capitulo lo publicare el proximo lunes.

Eso seria todo por ahora.
Espero que les haya gustado.
Cualquier, duda, acotación, error de redacción, etc. Díganme en los comentarios.
Gracias por leer.

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