|E|Cap.6|¿Y qué pasó?
Elizabeth le cogió en el aire evitando una caída eminente, su cuerpo seguía inerte mientras yo intentaba comunicarme con él. Enseguida retomó su forma humana, normalmente a esta edad no podemos transformarnos cuando queremos, le preguntamos a nuestros padres muchas veces el por qué pero nunca nos lo dicen, suelen respondernos con un "eres muy pequeña para entenderlo" o "no tengo ganas de explicártelo ahora".
-¿Manita?-me llamó vagamente como siempre solía hacerlo- ¡Emanita! -gritó con los ojos llorosos.
-Tsss, tranquilo, no tienes ninguna hermanita.-dijo Elizabeth secándoselas con amor.- ¿Cómo te llamas cariño?
-Robinson, pero no me gusta, prefiero Rob, ¿Tú sabes dónde está mi manita?
-No... Mira Rob, yo soy Elizabeth, pero puedes llamarme Eli o Liza, ¿Vale? Voy a ser tu nueva mama.-dijo con una sonrisa radiante en su cara, es maja, pero es injusto.
-Pero... ¿Que pasa con mi manada? ¿Y con mi hermana? ¿Y con...-antes de que pudiera preguntar mas Liza le puso un pañuelo tapándole la boca y la nariz, lo que provocó que se durmiera profundamente, imagino que sea para que no preguntara más.
Después lo único que llegué a ver detrás de mis lágrimas fue que se iban, cuando estaba por fin sola todo se tornó mucho mas borroso hasta el punto que no conseguía ver nada.
Noté algo secándome una lágrima que se escapaba de mi ojo, les abrí rápidamente y conseguí ver a Alex pasando su dedo gordo por debajo de la cuenca de mi ojo y me observaba sin ninguna emoción en su rostro, lo cual me extrañó, en un principio me parecería normal, pero viendo cómo fue últimamente conmigo...
-Buenos días princesa.-me dijo sacando una bonita sonrisa, buf, ya pensaba que algo estaba pasando.
-Buenos días princeso.-dije dejando que su sonrisa me contagiara.
-¿Princeso? ¿No tienes un mote mejor? Me hace ver muy gay.
-Nop, princeso me gusta, a demás... Es justo, porque princesa me hace ver muy pija. -dije encogiendo me de hombros, el simplemente me miró extrañado.
-El qué es justo.
-Pues eso, yo soy tu princesa... Y tu eres mi princeso.
Me dio en el hombro cariñosamente pero refunfuñando por su mote.
-¿Has vuelto a soñar?-pregunta ya serio.
Asentí con la cabeza- según mi sueño, mi supuesto 'hermano' se llama Robinson, se le llevaron unos vampiros, más concretamente una vampiresa llamada Elizabeth, el final del sueño acaba con que le duerme con un pañuelo y todo se torna borroso. -me mira con preocupación y con odio en sus ojos y su cara, yo le miro con ojos de ¿Que sabe de ella? ¿O de él? Porque esa mirada le delata.
-Ella, era... La esposa del... Como lo diría, el jefe de los vampiros, ella murió, pero él... Como se llamaba... Bueno, nadie sabe su nombre.
-Eliza le llamó Warren.-dije pensativa.
-Eso, Warren, Elizabeth murió porque ese Robinson se descontroló y la mató, pero justo cuando estaba muriendo tomó el control de su cuerpo y la vio casi muerta, ella era buena, la odio tal y como me hace sentir mi instinto, pero ella se compadecía todos y hablaba con nosotros, era buena persona, siempre quería arreglar todo sin violencia.
-¿Y cómo sabes eso? Lo de su muerte digo.
-Es fácil, los cotilleos o rumores vuelan, hay lobos que son amigos de vampiros, raro, pero éstos se lo cuentan a los otros y bueno, al final todo el mundo se entera.
-No me llegó esa información.-dije con el ceño fruncido.
-Ya te lo contaré todavía no se si lo que tengo en la cabeza es lo que pasó.
-¿Y qué pasó? -pregunté suplicante, si me seguía teniendo así iba a explotar.
-Ahora no por favor, deja a tus sueños que te cuenten tu historia, después, hablaremos porque no quiero sacar conclusiones antes de saber todo.-dijo depositándome un beso en la frente.-hoy... ¿Quieres ver a la manada? A la tuya. Mañana te presento a la mía.
Saqué mi mejor sonrisa y le atrapo en un largo y fuerte abrazo, el se quedó embobado pero enseguida me abrazó acariciándome la espalda.
-¿Vamos ya?-pregunto ansiosa.
-¿En pijama? -hostias, es verdad.-anda, vístete y arréglate, en una hora salimos.-dice con la misma sonrisa de antes.
Asiento y me giro adentrándome en el armario. Cojo unos vaqueros cortos y una camiseta de Rams 23 blanca, tampoco quería tardar tanto
-¿Y donde has sacado toda esta ropa?- dije mientras me vestía frente a un armario.
-La he comprado.
-¿Pero por qué tanta? ¿Y para mi?
-No, para mi caballo, ¡pues claro que para ti! Y tanta pues porque me da la gana -dice con ironía.
-Ja y ja, que gracioso eres.-digo ya fuera del vestidor.
El tenía unos cortos también y una camiseta que marcaba su musculosa y perfecta espalda, se había echado una colonia que olía muy bien solo que algo fuerte.
-¿Ya estás?-niego con la cabeza- Pesada... - susurra.
-Maquillaje, donde, ya, rápido. -pido exigente, pone los ojos en blanco suspira ruidosamente para que lo oiga y señala una puerta que estaba en frente de la cama. Supongo que será el baño.- así me gusta perrito. -dije burlona entrando.
Busco y rebusco por todos los cajones que veo, pero como soy una asquerosa cegata no me doy cuenta de que hay una cajita de cristal, que mira por donde, dentro tiene mucho maquillaje, como el rímel, el cual cojo; el lápiz negro, pote, y un brillo de labios. No quiero excederme, pero tampoco quiero parecer una maltratada. Vale que viva en mitad del monte y que no tenga ni un mísero aparato de esos a los que llaman "móviles" pero al menos se estar presentable. Salgo del baño una vez lista y Alex me mira asombrado.
-Wow, esto... Estas muy guapa.-dijo, juraría que hasta casi babea, yo alcé una ceja riendo suave.-¿Vamos?
Asentí y me cogió de la mano para llevarme a la entrada de mi nueva casa, al salir a la calle me miró con una sonrisa cómplice, la misma que tenía plantada en la cara, rápido me transformo a la vez que Alex pero salgo corriendo yo primero dejándolo en desventaja.
-Vas a perder.-dijo divertido en la conexión.
-No, ya verás, soy mejor que tú.
-Sabes que no es así, ya te estoy ganando.
Es verdad pero no voy a tardar en adelantarle, no sabe con quien se está metiendo. Doy el spring de mi vida y consigo adelantarle, más que correr, siento que vuelo a cada zancada que doy, siento la adrenalina corriendo por mis venas haciendo que enseguida la convierta en energía para correr más rápido, pero no tardo mucho en parar para ver un hombre colgado con una soga por el cuello en un árbol, horrorizada observo ese cuerpo inerte que me estaba causando mucha preocupación, miré a Alex en busca de alguna explicación pero el me miró con pena aún estando alerta.
-Peligro- me dijo alertado.
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